La gran demanda y las partidas limitadas que podrían fabricarse en corto tiempo podrían dejar a los países en desarrollo sin la vacuna para el virus de la gripe A (H1N1), que se produce utilizando partes del propio virus y sólo pueden lograrse cientos de millones de dosis por año.Los países desarrollados ya reservaron casi todas las dosis que pueden producirse. Gran Bretaña, por ejemplo, ordenó sesenta millones, una por habitante.Según la Organización Mundial de la Salud, a fines de este año habría una vacuna autorizada. Pero algunos gobiernos se están preparando para comenzar antes las vacunaciones. Los primeros ensayos en humanos comenzaron en Australia.A medida que la gripe continúa esparciéndose rápidamente por todo el mundo, los expertos advierten que durante una epidemia mundial los gobiernos se ven sometidos a una tremenda presión para proteger primero a su población antes de permitir que las empresas exporten dosis de vacunas. “Si hay una enfermedad grave, los países querrán reservar la vacuna para sus propios ciudadanos”, declaró Michael Osterholm, director del Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota.Se estima que el setenta por ciento de las vacunas contra la gripe existentes en el mundo se fabrican en Europa, mientras que en los países en desarrollo no hay prácticamente producción, por lo que se verán más afectados por la escasez. La vacuna, además, es demasiado cara para que la mayoría de ellos pueda reservarla y es probable que las empresas fabricantes ya hayan solicitado patentes, por lo que aun si un país en desarrollo tuviera la tecnología para fabricarla, estaría impedido de hacerlo por la protección de la propiedad intelectual.En la cumbre del Mercosur (Asunción, 24 de julio) se reclamó la suspensión de los derechos de patente sobre la vacuna en los países en desarrollo. Cristina Fernández dijo que Argentina, Brasil y Uruguay están en condiciones de producir antivirales o la vacuna, y Lula propuso que los gobernantes del bloque discutieran el levantamiento de las patentes para ayudar a contener la epidemia.Los países en desarrollo están en su derecho de producir o importar una versión genérica de la vacuna, aun cuando esté patentada. En estos casos, el acuerdo de la OMC sobre propiedad intelectual autoriza a los gobiernos a utilizar una flexibilidad en cuanto a la protección de las patentes, emitiendo “licencias obligatorias” (permiso de un gobierno para producir un producto patentado o utilizar un procedimiento patentado sin el consentimiento del titular de la patente).Brasil, Ghana, India, Indonesia, Malasia y Tailandia ya han utilizado esas licencias en medicamentos para el tratamiento del VIH/SIDA. Por eso, si los países deciden emitir licencias para que sus empresas produzcan u obtengan versiones genéricas de la vacuna contra la gripe A (H1N1), no sería la primera vez.* Martin Khor es director ejecutivo de South Centre.
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