Por Carlos Castro
“Yo soy el presidente del Perú y el que ya tiene un trabajo en el Estado tiene un trabajo con estabilidad absoluta para toda su vida, aquí hay muchas madres ambulantes que no tienen estabilidad, no tienen sueldo... así es el pueblo, entonces mi obligación es trabajar para ellas”, afirmó el fin de semana el presidente Alan García en respuesta a los reclamos de bono y aumentos por parte de militares y policías. Los héroes de ayer, según ha llamado, AGP en más de una oportunidad, a policías y soldados, no merecían ni ser mencionados, esta vez, en su discurso. La declaración del primer mandatario encierra también algunas inexactitudes, empezando por que en el Estado solo unos pocos gozan de estabilidad, la mayoría se halla en una situación de informalidad. García enfrenta además, innecesariamente a los pobres de este país con los militares y policías, sin tomar en cuenta que en los niveles bajos de las FFAA y la PNP hay una situación de pobreza. Ahí están, como testimonio, los policías obligados a trabajar en sus días de franco.
Algunos comentaristas han culpado a la oposición de “azuzar” el reclamo de militares y policías cuando la demanda viene de años y el bono se aprobó en la Comisión de Defensa que tiene como presidente a Luis Negreiros, destacado congresista aprista. Ante la observación de Palacio, la legisladora PAP, Mercedes Cabanillas, dice ahora que respaldaron la iniciativa en el propósito de que el Ejecutivo tome conciencia de la situación policial.
El Ejecutivo tiene un problema que quema y frente al cual deberá actuar con prontitud para apagar el fuego de una huelga policial, temida por los limeños que recuerdan lo que ocurrió en febrero de 1975. Hay irritación entre los militares y policías. Y con razón: el Congreso aprobó un bono de 7 mil soles, financiado supuestamente con recursos no gastados por parte del Estado, y en respuesta la titular del MEF anunció un aumento de 100 soles y encima a pagar en dos partes. “No sirve ni siquiera para pagar un recibo de luz”, fue la airada reacción del vicepresidente de García, vicealmirante (r) Giampietri.
¿Tienen razón militares y policías en sus reclamos? Evidentemente que sí. Pero la solución debe mirar a los de abajo, a los que ganan menos de mil soles y llegar hasta los comandantes o sus equivalentes que no perciben más de 3 mil soles. Y acabar con la inequidad que existe entre oficiales superiores de una y otra arma. Pero se debe impulsar al interior de ambas instituciones, las reformas inconclusas, la capacitación en sus miembros, la expulsión de los corruptos que ganan con las licitaciones o que coimean en las calles. Recuperar el dinero que los militares de Fujimori y Montesinos robaron a la Caja Militar y Policial, muchos de los cuales siguen libres.
Una reflexión final: tal vez ahora militares y policías comprendan a los gremios cuando marchan y reclaman por aumentos. Y tal vez ahora también la ministra de Economía se digne a resolver el reclamo de los docentes universitarios que después de 5 meses suspendieron su huelga ante la indiferencia del gobierno y las mecidas del MEF. Hasta el próximo domingo.
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