.Diego García-Sayán
Dos decisiones importantes en el tema nuclear esta semana de un Obama “recargado” luego de su victoria en el Congreso en la reforma de salud. La primera es la firma del acuerdo de reducción de armas estratégicas ayer jueves en Praga con el presidente ruso Medvedev. La otra, el anuncio el martes 6 de la nueva estrategia nuclear de los EEUU sobre armas nucleares. Que señala, ahora, que la amenaza nuclear está en las agrupaciones terroristas y en algunos países con ambiciones nucleares y no en los viejos enemigos de la guerra fría. Que señala, además, que no se usará el arsenal nuclear contra Estados sin armas nucleares, salvo que tengan una agenda activa contra la proliferación nuclear (en alusión a Irán y Corea del Norte).
Lo que Obama está haciendo es redefinir por completo la estrategia nuclear de los EEUU. Una esperada –aunque tardía– ruptura con el esquema de la guerra fría. Por eso el paso dado suena coherente: si el diagnóstico del secretario de Defensa Gates es que la amenaza es el “terrorismo nuclear y la proliferación nuclear en un creciente número de Estados”, lo firmado con Rusia tiene pleno sentido. Atrás quedan las tensiones que promovía Bush con el planeado despliegue de misiles en Europa oriental.
Por supuesto que los “halcones” republicanos ya han saltado hasta el techo. El propio ex candidato John McCain ha criticado frontalmente la renuncia a la retaliación nuclear frente a un ataque químico o biológico. En su ardor belicista soslayan algo tan obvio como elemental: la retaliación nuclear produciría decenas de miles de víctimas sin que ello dé cuenta, necesariamente, de los causantes del ataque.
Estos pasos abrirían camino a otros si se quisiera actuar en plena coherencia. Primero, acuerdos (especialmente con Rusia) para reducir los misiles de corto alcance y las armas nucleares almacenadas aunque no desplegadas. Segundo, una estrategia diplomática menos “norteamericana” y más global orientada al difícil objetivo de conseguir decisiones más efectivas de la ONU en torno a Corea del Norte y, especialmente, Irán. Tercero, alianzas y coaliciones internacionales para hacer más eficiente la prevención frente al posible accionar nuclear de grupos terroristas.
Una agenda nuclear tan compleja abre un abanico grande de opciones en materia de alianzas internacionales. Escenario bastante más abierto que la simplificación EEUU/Rusia y que busca un papel más proactivo de países como China e India. Cada cual jugando sus propias fichas, obviamente, pero en la perspectiva de un manejo más multilateral. Pasos, pues, para hacer del planeta un espacio más seguro y confiable
No hay comentarios:
Publicar un comentario