Llegó tarde la orden de no entregar armas a conjurados pues 3 fusiles M1 de EU fueron usados contra Trujillo
POR VÍCTOR GRIMALDI
La recomendación del Presidente Kennedy de echar atrás el plan contra Trujillo, era consistente con intentos anteriores iniciados por la CIA para desestimular el asesinato planeado y en consecuencia evitar problemas potenciales producidos por un vacío de poder que pudiera surgir.
Después de decidir desestimular el planeado asesinato, el Jefe de la CIA instruyó a que las ametralladoras no fueran pasadas a los disidentes dominicanos. Esta política fue reconfirmada por el Departamento de Estado, el Grupo Especial y en un cable del 29 de mayo de 1961, por el propio Presidente Kennedy.
(N. del A.: No entregaron las ametralladoras Thompson, pero sí la Embajada ya había facilitado tres fusiles M-1 que fueron utilizados en el atentado, y con cuyas balas atacaron los disidentes a Trujillo y su chófer Zacarías de la Cruz).
"El día antes del asesinato, el Presidente Kennedy cablegrafió al representante del Departamento de Estado en la República Dominicana que los Estados Unidos 'como (un) asunto de política general no podía condonar asesinato'. Sin embargo, el cable también estableció que si los disidentes que planeaban el inminente asesinato de Trujillo tenían éxito y en consecuencia establecían un gobierno provisional, Estados Unidos lo reconocería y lo apoyaría.
"El cable del Presidente ha sido interpretado en varias vías. Una enfatiza la oposición del Presidente al asesinato 'como un asunto de política general'. Otra expresa que esas porciones del cable discuten asuntos pragmáticos, incluyendo el riesgo de que el envolvimiento del gobierno de los Estados Unidos pueda ser denunciado y sugiere que el telegrama de último minuto estaba hecho para evitar la acusación de que Estados Unidos compartía responsabilidad por el asesinato. Una tercera interpretación sería que ambas interpretaciones previas son correctas y que ellas no son mutuamente excluyentes. No importa la forma en que el cable está preparado, su ambiguedad ilustra la dificultad de buscar objetivos que solamente pueden ser obtenidos por la fuerza -por supuesto, tal vez solamente mediante el asesinato de un líder- y todavía no desear la toma de acciones específicas que parecen aborrecibles".
Tan pronto el informe termina en la página 263 de tratar este aspecto del caso Trujillo, la letra "d" se refiere a lo que le hicieron a Patricio Lumumba, líder del Congo Belga (hoy Zaire, en Africa) asesinado a comienzos de enero de 1961.
"La cadena de eventos revelados por los documentos y el testimonio es suficientemente fuerte para permitir una razonable inferencia de que el complot para asesinar a Lumumba fue autorizado por el Presidente Eisenhower", dice el documento.
Los Complots fueron Promovidos
En el mismo acápite "C" sobre "descubrimientos y conclusiones relacionados con autorización y control", en el punto 4, letra "b", subdivisión "i", sobre Trujillo se dice (página 273) lo siguiente:
"i) Trujillo
"Inmediatamente después del asesinato de Trujillo hubo un número de reuniones de alto nivel acerca de la República Dominicana a las cuales asistieron los hacedores de política de la Administración Kennedy. Todos los hechos relevantes concernientes al apoyo de la CIA y el Departamento a los disidentes dominicanos fueron totalmente conocidos. Ninguna instrucción fue emitida por el Presidente o el Grupo Especial criticando algún aspecto del envolvimiento de los Estados Unidos en el asunto. Similarmente, no existe record de ninguna acción que haya sido tomada prohibiendo futuro apoyo o estímulo a grupos o individuos que se sabe estén planeando el asesinato de un líder extranjero.
(Hacia finales del siglo 20, el Departamento de Estado reveló en uno de sus informes anuales titulados "Foreign Relations of the United States" que el procurador general de Justicia, Robert F. Kennedy, propuso en una de esas reuniones ponerle una bomba al Consulado de los Estados Unidos en Ciudad Trujillo para cuando estallara echarles la culpa a los comunistas castristas y justificar una intervención de las Fuerzas Armadas Norteamericanas).
"Las reuniones y discusiones que siguieron al asesinato de Trujillo representan otra oportunidad perdida para establecer una política de Estado contra asesinatos y puede ser responsable de la afirmación de la CIA de que la operación dominicana fue un éxito diez años después. Eso también puede haber estimulado a personal de la CIA, envuelto tanto en los complots de Trujillo y (Fidel) Castro, en su creencia de que el gobierno (de los Estados Unidos) no sería infeliz si la CIA hubiese podido hacer desaparecer a Castro. Tal reinvindicación, sin embargo, no fue planteada por ningún funcionario de la CIA".
Pruebas Suficientes y Claras
Estas citas de una investigación oficial del Senado de los Estados Unidos son pruebas contundentes de que el gobierno norteamericano estuvo implicado en el complot que derrocó y eliminó a Rafael Leonidas Trujillo Molina en 1961.
Quien lo niegue está tratando de tapar el sol con un dedo.
El "Libro Blanco"
Fragmentos sobre los pretextos presentados por el presidente norteamericano Lyndon B. Johnson el 2 de mayo de 1965 para justificar la intervención militar de las tropes norteamericanas en Santo Domingo aparecen en una especie de "libro blanco" (white paper) que dio a conocer el Departamento de Estado en octubre de 1965. Este "libro blanco" se titula: "The Dominican Crisis... The Hemisphere Acts".
"Las naciones americanas", dijo Johnson el día 2 de mayo, "no pueden, no deben y no permitirán el establecimiento de otro gobierno comunista en el Hemisferio Occidental. Este fue el punto de vista unánime de todas las naciones americanas, cuando, en enero de 1962, ellas declararon y yo cito: 'Los principios del comunismo son incompatibles con los principios del sistema inter-americano'. Esto fue lo que nuestro querido Presidente John F. Kennedy significó cuando, menos de una semana antes de su muerte, él nos dijo: 'Nosotros en este hemisferio debemos usar cualquier recurso bajo nuestro comando para prevenir el establecimiento de otra Cuba en este hemisferio..."
El "libro blanco" del Departamento de Estado pone un asterisco al final de la cita anterior de las declaraciones de Johnson del 2 de mayo, cuando también afirmó que la revolución constitucionalista estaba dominada por "una banda de comunistas".
El asterisco refiere la resolución de los Ministros de Relaciones Exteriores del mes de julio de 1964, fecha en que finalmente Cuba fue excluída de la OEA bajo acusación de interferir en los asuntos internos de Venezuela.
Esa resolución de 1964 junto con la declaración de enero de 1962 citada por Johnson, eran la culminación del proceso iniciado en 1960 por el Presidente Eisenhower contra los gobiernos de Fidel Castro y Rafael Trujillo. A Trujillo lo derrocaron con auxilio de la OEA, pues fue la OEA la que decretó las sanciones que aislaron al regimen, pero con Fidel Castro nunca pudieron completar el plan de matar los dos pájaros de un tiro.
Precedente con Trujillo
Los pasos del gobierno norteamericano para invadir la República Dominicana estaban siendo dados desde 1960, como se revela en las memorias del Presidente Eisenhower cuando dice que había garantizado el uso de la fuerza militar norteamericana en favor de la oposición anti-comunista que buscaba el derrocamiento de Trujillo.
Pero para acabar con Trujillo, quien era el pretexto para llegar al verdadero objetivo: El líder de la revolución cubana, primero hubo que movilizar a la OEA. La conferencia de cancilleres de la OEA de agosto de 1960 sentó las primeras bases para actuar contra Fidel Castro, si bien el dedo se le cargó a Trujillo.
Eliminado Trujillo, las situaciones sociales y políticas perduraron por cuatro años favorables a un estallido en la República Dominicana. El golpe de Estado contra Juan Bosch fue un error politico de los poderes fácticos que lo auspiciaron, tal como ha revelado recientemente el general Elías Wessin. La campaña anti-comunista realizada contra la revolución cubana seguía su curso cuando se produce la intervención unilateral de 1965.
Ya entonces el gobierno de Estados Unidos contaba con los
precedentes jurídicos y el apoyo virtual que la OEA le había dado desde 1960 para intervenir en los asuntos internos dominicanos apoyando el complot que eliminó al dictador Rafael Trujillo.
La intervención armada de 1965 no era más que una nueva faceta y a gran escala de la intervención política y militar que inició John F. Kennedy en el país en 1961 después que se utilizó a la CIA para estimular la eliminación del tirano.
Esto era una consecuencia de aquello o viceversa.
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