El sucesor
El grupo Romero es el segundo conglomerado económico más grande que opera en el país, sólo aventajado por la gigantesca transnacional de los hidrocarburos llamada Repsol. Lo revela la última edición de “Peru: the top 10,000 companies”, la más seria investigación sobre la situación de las empresas en el Perú y sus planes de inversión. Ahora que la cuarta generación, encabezada por Dionisio Romero Paoletti, está al mando de los negocios financieros e industriales, conviene conocer sus estrategias de crecimiento y más de un secreto familiar.
Por Ghiovani Hinojosa
Para tener una idea menos convencional del verdadero poder económico del grupo Romero, hay que evitar la jerga financiera y preparar unos suculentos tallarines a lo Alfredo. Para empezar, hay que sancochar medio kilo de fideos Don Vittorio en una olla de agua hirviente mezclada con un poco de aceite Capri, y luego blanquear la salsa de queso y jamón con una pizca de mantequilla Sol de Oro y cincuenta gramos de harina Blanca Flor. Una vez servido y degustado este platillo, debemos tomarnos un vaso de refresco Kanú con sabor a naranja y, si queda estómago, llevarnos al paladar un helado Lamborgini o unas galletas Tentación. El rostro verídico de este conglomerado también aparece cuando le damos de comer a nuestro perro una porción remojada de Mimaskot, refregamos nuestra ropa con detergente Bolívar y lavamos nuestra cabellera con Anua hidratación intensa. Las marcas de los Romero forman parte de nuestra vida cotidiana; prácticamente todos los ciudadanos de este país hemos adquirido en algún momento algún producto alimenticio o de limpieza manufacturado por Alicorp, la principal empresa industrial de esta corporación familiar.
Según la versión 2010 de la colosal investigación “Peru: the top 10,000 companies”, la familia Romero representa el segundo grupo económico más grande que opera en el Perú (con ingresos totales anuales que bordean los 15,500 millones de soles), muy cerca del líder del ranking, el grupo español Repsol. Así, Romero, que subió dos puestos respecto al año anterior, deja atrás en este choque de poderes a grupos tradicionales como Buenaventura (posición 5) y Brescia (posición 6). Pero, ¿cuál es la estrategia actual de esta corporación que hace 122 años nació como un pequeño negocio de venta de sombreros de paja?
Yo te nombro heredero
Un asunto clave para entender el comportamiento y los alcances de esta influyente familia es el protocolo de sucesión de su líder. Dionisio Romero Paoletti, de 45 años, tomó el control en abril del año pasado de Credicorp, la rama financiera del grupo (Banco de Crédito del Perú, Pacífico Seguros y AFP Prima, entre otras empresas). Con esto se completó la transferencia del poder, ya que desde el 2001 “Dioni” –como es llamado coloquialmente– estuvo a cargo de la rama industrial (Alicorp, Ransa Comercial y Primax, entre otros negocios). Su padre, Dionisio Romero Seminario –conocido en el ambiente hogareño como “Zorro” por el parecido que tenía de niño con este animal–, pretendió al inicio entregarle la posta total de las empresas, pero “Dioni”, un economista formado en las universidades de Brown y Stanford, pidió tiempo para acostumbrarse en el cargo antes de asumir la responsabilidad del rubro financiero. La regla interna es ceder la batuta del conglomerado al cumplir los 65 años.
En realidad, el poder de Romero Paoletti es relativo, ya que las decisiones sobre los negocios del grupo las toman en conjunto los miembros del directorio. Este reúne a representantes de las cuatro facciones de la cuarta generación del clan (la primera fue la del patriarca, el comerciante español Calixto Romero Hernández, y la segunda, la de Dionisio Romero Iturrospe, padre del “Zorro”): los Romero Paoletti, los Romero Guzmán, los Romero Belismelis y los Onrubia. Estos últimos son los que, a pesar de no exhibir el apellido característico de la familia, poseen la mayor cantidad de acciones (un informe de la revista Poder de mayo del 2009 detalla que los Onrubia, descendientes de José Antonio Onrubia Romero, son dueños del 14.6% del patrimonio total del grupo). Sin embargo, este sector no se ha preocupado por dominar la presidencia del directorio. Y es que los Romero tienen internalizada la idea de que todos tienen propiedad (acciones que les permiten participar en las ganancias), pero solo algunos están habilitados para dirigir los rumbos del grupo. De hecho, según Poder, todas las mujeres del clan ceden sus derechos de administración para dedicarse enteramente a educar a sus hijos, directivos en potencia.
El Perú les quedó chico
”La cuarta generación del grupo Romero tiene el deseo de incrementar sus niveles de ventas y patrimonio a partir de la expansión de sus negocios más allá de las fronteras peruanas. Les interesa ser un grupo regional”, explica Andrés Remezzano, gerente senior de Finanzas Corporativas de la consultora Deloitte Perú, que trabaja con varias empresas del conglomerado. Su principal estrategia es la de comprar empresas ya consolidadas; esto para corregir el error cometido –y admitido– por la generación anterior de haber adquirido, por ejemplo, pequeños bancos que nunca lograron competir con los líderes del sector, como el colombiano Tequendama.
Así, Alicorp –la empresa del grupo que fabrica y distribuye productos de primera necesidad, desde fideos hasta artículos de limpieza, y que el 2008 generó utilidades netas por más de 87 millones y medio de soles– acaba de comprar en Argentina la marca de galletas Sanford. De acuerdo con “Peru: the top 10,000 companies”, los Romero ya controlan cerca del 30% del mercado argentino de jabones y detergentes. Paralelamente, el grupo tiene fuerte presencia en Colombia, Ecuador (la gasolinera Primax ya llegó allí), Venezuela, Haití y Chile. Alicorp distribuye productos de terceros y exporta en total a 22 países del orbe.
Nuevas inversiones
José Lumbreras, jefe de Investigación de Peru Top, enfatiza que este afán por la internacionalización de Dionisio Romero Paoletti va de la mano con su interés por incursionar en sectores económicos nuevos para ellos (los tradicionales en el grupo son finanzas, alimentos, seguros, logística, comercio, textiles y agroindustria). Por ejemplo, el biocombustible (el proyecto Caña Brava, que tiene en Piura 7 mil hectáreas destinadas a la producción de etanol, empezó sus exportaciones a Holanda en noviembre último), la pesca (el 2008 compraron una serie de pequeñas pesqueras y constituyeron Pesquera Giuliana, nombre de la hermana menor de “Dioni”, fallecida cuando todavía era niña) y la minería (han anunciado que, si se obtiene la licencia social, comprarán el 30% del proyecto Río Blanco, en Majaz, Piura). Por ahora, la columna vertebral de sus negocios es todavía la rama industrial (Alicorp, Ransa y otros): esta categoría generó el 2009 ganancias por 288 millones de soles, 104% más que lo obtenido el 2008.
Dentro de 20 años, Dionisio Romero Paoletti deberá delegarle el poder a alguno de sus hijos varones. Entonces, el universo de inversiones se habrá sofisticado y globalizado, lo que dificultará el manejo del grupo. Por lo tanto, es probable que, ante la inexperiencia de sus propios descendientes, deje el conglomerado temporalmente en manos de alguno de sus “primos” Romero Belismelis. Así es el poder económico en el Perú.
Números clave
47,898 personas trabajan en el país para las empresas del grupo Romero, seguido de los grupos Intergroup, dueño de Interbank y Plaza Vea (35,370) y Wiese (17,995), según el Ministerio de Trabajo.
66% de las 10 mil empresas con más ingresos del país son medianas, 25% son pequeñas y sólo 9% pertenece a la gran empresa.
62% de las utilidades obtenidas por las 100 empresas más ganadoras en el Perú correspondió a empresas extranjeras el 2008, 59% más que el año anterior.
72’373,000 soles fueron la ganancia de la empresa Graña y Montero, la líder del sector construcción, el 2008. La siguen Odebrecht y JJC Contratistas Generales (puestos 2 y 3, respectivamente).
231’943,000 soles aproximadamente fueron las pérdidas de grupo Repsol por el retraso del Gobierno peruano en el pago del bono de estabilización de los precios de los combustibles.
Otros grupos económicos peruanos
1. Brescia, po. Qué intuición tan fúnebre la de los directivos del tercer grupo económico con más ingresos en el Perú (si se descuenta a los extranjeros del Top): adquirieron el 99% de las acciones de Lafarge, la cementera más grande de Chile seis meses antes del terremoto de 8.8 grados que devastó la zona sur del país vecino. La operación, que al implicar un desembolso de 555 millones de dólares se ubicó como la mayor inversión realizada por un grupo peruano en esa nación, permitirá el despunte de Melón, su marca de cemento (también venden otros materiales de construcción), durante la masiva reconstrucción de las áreas destruidas. Pero la relación comercial entre los descendientes italianos y el empresariado chileno va más allá: el grupo Brescia y el grupo Sigdo Koppers anunciaron en enero pasado que invertirán conjuntamente 650 millones de dólares en la construcción de una planta petroquímica para la producción de nitrato de amonio y amoniaco en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Paracas, en Ica. Este conglomerado local, que agrupa a 46 empresas repartidas en 10 sectores de siete países americanos, tiene todo el derecho a crecer, pero sin dañar el ecosistema de nuestro litoral.
2. El rey Buenaventura: Si un comprador imaginario cotizara el valor patrimonial de cada una de las empresas de los grupos económicos peruanos, el rey sería Buenaventura, la corporación minera liderada por Alberto Benavides de la Quintana. Y es que, según “Peru: the top 10,000 companies”, su capitalización de mercado (el valor de su bienes) asciende a 7,200 millones de dólares, por encima de Brescia (3,000 millones de dólares) y Romero (2,000 millones de dólares). Con un promedio de 700 mil hectáreas concesionadas bajo su administración, el grupo Buenaventura es dueño del 19% de las acciones de la Sociedad Minera Cerro Verde y el 43% de la Minera Yanacocha (por ambas obtuvo una utilidad neta de 3,456 millones de soles el 2008), además de una compañía con su propio nombre. Adicionalmente, cotiza en la Bolsa de Valores de New York desde 1996 y participa en exploraciones conjuntas con las mineras Newmont, Barrick y Southern Peru Copper. Pero este coloso nacional de los metales preciosos –oro y plata– también detenta los primeros puestos en contaminación ambiental: según el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería, entre enero y mayo de este año, Cía. de Minas Buenaventura fue multada 8 veces con un total de 2 millones 59 mil 200 soles y Yanacocha fue multada 5 veces con un total de 702 mil soles, en ambos casos por daños medioambientales.
3. Añaños for export: La que comenzara como una empresa familiar menuda y provinciana hoy es el paradigma de los grupos emergentes del país: Ajegroup, el conglomerado liderado por los Añaños Jerí, está presente en 12 países de América y Asia, entre ellos México, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Venezuela y Tailandia. En nuestro país, su olfato para detectar el gusto popular los llevó a lanzar al mercado bebidas como Kola Real, Sporade, Pulp, Cifrut y Oro, las cuales replicaron la calidad de los productos líderes en sus categorías pero con precios más bajos. El siguiente dato es contundente: del total de ventas registradas en este grupo, el 82% son realizadas fuera del Perú. Así, la prioridad de los Añaños es por ahora consolidar sus negocios en el exterior. De hecho, exhibieron una participación de 25% en el mercado mexicano de los jugos y 5% en el de agua en la segunda mitad del año pasado. Pero su meta máxima, postergada hace un par de años por la crisis
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