El congresista Fujimorista tiene pendiente una sentencia a cinco años de prisión efectiva y cien mil soles de reparación civil por recibir dinero de Montesinos. Pero el Partido Aprista y Unidad Nacional lo protegen.
El Fujimorismo es un caso original en el mundo. No sólo tiene a su líder en prisión por delitos de lesa humanidad y corrupción y con una hija que lo acompañó en la mayor parte de su gobierno aspirando a convertirse en presidente de la República para continuar la obra de su padre, y reúne sus filas una lista de ex ministros, altos funcionarios y militares de confianza sentenciados y procesados por innumerables delitos, sino que cuenta con una representación parlamentaria con hasta dos denunciados que se niegan a someterse a la justicia.
Se trata de la congresista Cecilia Chacón, quien ha llegado a ser vicepresidenta del Congreso, y de Carlos Raffo, varias veces vocero de su bancada y promotor de las principales piruetas con las que el Fujimorismo ha tratado de ser al mismo tiempo parte del gobierno y de una supuesta oposición que aspira a reemplazar al presidente García.
Precisamente el señor Raffo tiene desde febrero de este año la condición de sentenciado con pena suspendida hasta que se presente ante los tribunales que consideran que los cargos que le son atribuidos “no sólo no se han desvanecido (en) su razonabilidad sino que por el contrario la misma se mantiene…”.
Pero ocurre que el “ojo de anteojos” se encuentra refugiado en el Congreso y en la protección que le brindan sus aliados del Partido Aprista y Unidad Nacional, que se niegan a entregarlo por un delito idéntico al del hermano de Alex Kouri y otros tránsfugas del año 2000, o al de los empresarios de televisión que fueron filmados en la salita del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) recibiendo dinero del Estado, o los magistrados que también vendieron sus servicios al asesor que intermediaba por Fujimori. Raffo es un reo contumaz bajo el amparo del Congreso, como antiguamente se recurría a las iglesias y al escudo de los párrocos para no ser detenido.
El hecho es que Raffo ha sido señalado por cuatro testigos de haber recibido dinero aproximadamente 400 mil dólares por sus servicios y por los gastos que hizo en la campaña electoral de la segunda reelección de Fujimori, a sabiendas, según Montesinos, Pinchi Pinchi, María Angélica Arce (secretaria del SIN) y el almirante Humberto Rozas Bonuccelli, de que se trataba de dinero de fondos públicos.
Como se cita en la sentencia de la Tercera Sala Penal Especial, “los sobres con el dinero eran preparados por su persona (declaración de Matilde Pinchi), para lo cual se cogía el dinero del maletín que era del presidente…”.
Lo que quiere decir que Fujimori hacía llenar su maletín con los fondos entregados por los órganos de inteligencia que se centralizaban en el SIN, y que eran administrados por Montesinos para realizar diversos pagos, entre ellos los de la campaña electoral, y que Raffo iba por encargo de su “chino” a recabar lo que necesitaba para preparar los mítines y las portátiles, para editar el baile del chino o para apoyar sus presentaciones públicas como presidente con barras alquiladas. Frente a esta abrumadora evidencia el “oso” ha reconocido que, a pesar de ser un publicista particular, acudía al SIN y se reunía con sus principales jefes y que realizaba cobranzas en ese lugar por su trabajo, sin estar al tanto de la procedencia del dinero (¡!).
Es obvio que los jueces deben haber sonreído ante el desparpajo del bandido. Sin embargo, a manera de explicación ha reiterado una historia según la cual Montesinos le habría tenido una ojeriza singular, que sería el motivo para echarlo tan ferozmente en sus declaraciones judiciales.
Así tenemos a un publicista que visita los organismos secretos del Estado para presentar las facturas, recibos y sus propios honorarios, para que le sean cancelados, sin saber el origen de los fondos que se estaban utilizando y que, tras haber compuesto el ritmo del chino y organizado los bailes electorales del año 2000, se convirtió en enemigo jurado del asesor presidencial, nadie sabe por qué.
Un argumento parecido al que emplea Keiko para pedir el voto porque ella supuestamente también se peleó con el asesor en los últimos años. Es decir el Fujimorismo bueno (sin Montesinos), y malo (con asesor incluido), aunque la Keiko vivió muchos años en Las Palmas y llamaba tío al actual recluso de la Base Naval del Callao y el gordote iba a pedirle dinero al mismo sitio antes que el régimen autoritario se viniera abajo.
Lo que está claro es que para los jueces las pruebas en contra y los testimonios, así como la propia defensa del acusado, incriminan gravemente a Raffo. A lo que el aludido por supuesto responde que en el Perú no existen garantías judiciales y vivimos linchamientos mediáticos, lo que se probaría en la condena a su líder, así que como no cree en el sistema judicial, se aferra a la inmunidad parlamentaria y apuesta a que el 2011 seguirá teniendo una curul que le evite pagar por sus delitos.
Pero los jueces que lo condenan han eximido de responsabilidad en el mismo proceso, al ex secretario de prensa de la Presidencia durante el período de Fujimori, el periodista Carlos Orellana, porque las pruebas en su contra no resultaron convincentes. Lo que demuestra que no ha habido un tratamiento político del caso. Lo único que sucede es que la posición de Raffo es indefendible.
La productora Ximena
A muchos les sorprendió, aunque no debiera sorprender ya nada, el saber que las preferencias de Jaime Bayly por Keiko Fujimori eran tan intensas que no sólo votaría por ella en segunda vuelta contra Humala, Toledo o Castañeda, sino contra él mismo. Esta declaración de adhesión hecha teniendo como invitado a Kouri, muestra al Francotirador como un francoFujimorista y de paso sirve para confirmar que el dueño del canal donde trabaja y que le permite ese ambiguo formato entre spot de propaganda y programa de entrevista, está apostando como en los buenos tiempos al regreso del “chino” y su familia, dejando a un costado su careta de demócrata que le sirvió para cobrar una indemnización de 20 millones al Estado en plena campaña electoral del 2006, luego de echar a César Hildebrandt.
Pero si hay algo que Jaime Bay-ly repite hasta el cansancio es la influencia que su productora Ximena Ruiz Rosas ejerce sobre él. Algo así como que ella siempre tiene algo de culpa en sus locuras. Pues bien, lo que sí es una sorpresa de las buenas es enterarse a través del expediente del caso Raffo, que esta talentosa experta en medios había trabajado tres años para el célebre autor del “baile del chino”, en el decisivo período de 1997 al 2000.
Dicho en sus propias palabras: “que laboró con el señor Carlos Raffo Arce desde el año noventa y siete hasta el año dos mil, en la empresa Proservicios, empresa de propiedad de Raffo Arce, precisando que su labor en dicha empresa era eventual, ya que sólo prestaba servicios de producción para dicha empresa, indicando haber participado en la producción de algunos mítines del ex presidente Fujimori en la ciudad de Lima, los cuales fueron remunerados por la empresa Proservicios, asimismo señaló desconocer si el señor Raffo Arce tenía algún contrato con el ex presidente Fujimori para prestarle servicios referentes a la campaña de reelección, no teniendo tampoco conocimiento si Raffo Arce concurría a las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional”.
Hasta ahí ya sabemos que Ximena estuvo metida hasta el cuello en el plan naranja del año 2000 y que cobró por sus servicios de producción de los mítines en los que Fujimori y Tudela hacían extraños movimientos en una tarima al ritmo del “baile del chino”. Pero otras declaraciones son aún más comprometedoras. Matilde Pinchi Pinchi, por ejemplo, indica: “por último refirió que para efectuar dichas entregas Raffo Arce concurría al Servicio de Inteligencia Nacional personalmente, siendo que en ocasiones enviaba a su secretaria Ximena Ruiz Rosas”. Después de esto es difícil creer que “no sabía” si su jefe iba al SIN y de dónde venía el dinero con que pagaban sus servicios.
Pero lo más interesante es preguntarse si en la asociación entre el “tío terrible de la TV” y su movida productora, hay también una raíz política, si político puede denominarse estos juegos de dinero y poder coronados con una declaración a favor de votar por Keiko Fujimori como si de pronto todos nos hubiésemos hecho amnésicos.
Raúl Wiener
Unidad de Investigación
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