Si fuera cierta la tesis, repetida insistentemente desde hace un tiempo, según la cual Alan García está detrás del descabezamiento de su propio partido para las elecciones municipales y por el endose de los votos del APRA a Alex Kouri, habría por convenir que la resolución del Jurado Electoral de Lima, a pedido del Jurado Nacional, tachando la candidatura del ex presidente regional del Callao, sumada a la que el día anterior ratificó la postulación de Carlos Roca desestimando el recurso de la dirección política del APRA, representarían una derrota en toda la línea del plan presidencial. Casi que habría que preguntarse: ¿y ahora?
Ciertamente la postulación de Kouri quería decir que los hombres y mujeres de Fujimori ya estaban para disputar gobierno, y por eso una buena votación en Lima (no necesariamente una victoria) era como una señal de un nuevo momento. Esto también se ha caído con el fallo del JEEL que muy difícilmente se va a revertir en la siguiente instancia, pues esta exigió previamente una nueva fundamentación sobre el caso, lo que condujo finalmente a la tacha. Hay otra tacha además en pleno proceso de resolución sobre la forma como Cambio Radical definió sus candidatos y siendo rigurosos, Kouri y Barba también van a perderla. ¿Qué va a pasar?
Un tercer tópico es el de la polaridad: porque el esquema de la decencia que armó Lourdes Flores y que le rebotó en gran medida, suponía que la cosa era entre derechistas, exactamente entre pepecista y ex pepecista, lo que se proyectaba a las presidenciales en el intento de colocar a Keiko frente a Castañeda y con eso eliminaba cualquier amenaza. Al caerse el polo Kouri, ya no hay razón para aferrarse a un dudoso mal menor encarnado por Lourdes, y mucha gente votará más libremente sin sentir que de su voto depende que pudiera ganar el amigo de Montesinos y el asaltante de los peajes.
Hay un real revuelo tras el mandato de los jueces electorales. Y como es normal, los observadores buscan intenciones más allá de lo jurídico, asumiendo que alguien tiene que estar manejando decisiones de tan alto calibre como para provocar estremecimiento en todo el frente de derecha que parecía dominar las elecciones limeñas. ¿A qué responde el JNE que apuntala a Roca y retira a Kouri, así Roca tenga la razón de su parte y Kouri esté metido en un círculo cuadrado para demostrar que vivía en Lima mientras gobernaba el Callao y tenía prohibido residir en otra jurisdicción nacional, y que fue elegido por alguna instancia del partido de Barba que carece de toda instancia válida.
Una manera de plantearse el problema es que el Jurado está funcionando fuera del control de los intereses políticos en juego y que está anunciando que seguirá siendo tan o más riguroso para las elecciones del 2011. Esto significa que a todas las jugadas que García ha estado intuyendo para lograr que el presidente no sólo le cierre el paso al que no quiere que llegue a Palacio, sino que el resultado luzca como un producto de su intervención política (véase el caso Uribe, en Colombia), va a tener que añadir algunas sobre el Jurado Electoral y así evitarse sorpresas.
De hecho, la tacha a Kouri y la escasa posibilidad que la apelación funcione, indican que la coyuntura electoral de octubre se viene más compleja de lo que se suponía. Y eso va a rebotar sobre la votación del año próximo
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