Alan García: “El país va comprendiendo que la principal riqueza del Perú es ser un país minero. No somos un país agrario, como Francia o Estados Unidos, pero a cambio de eso Dios no ha dado una inmensa riqueza: ser un país minero. Y esa riqueza tiene que ser extraída para beneficio de los más pobres”, discurso presidencial en la ceremonia de la firma del proyecto Las Bambas.
En contraste con el sector minero, que explota recursos agotables en el tiempo y puede causar un impacto ambiental negativo, el sector agrícola es uno de los que mayores puestos de trabajo genera en el Perú. Así se estima, según cifras oficiales, que más del 30% (más de 8.1 millones de habitantes) de la población nacional vive de la actividad agropecuaria, y que el sector agricultura emplea 36.7% del total de la PEA ocupada nacional. Pese a ello, el presidente Alan García afirmó esta semana que el Perú no es un país agrícola. LA PRIMERA conversó con Reynaldo Trinidad Ardiles, director de Agronoticias y dirigente de Conveagro, una voz autorizada que recordó al jefe de Estado que mientras que en el sector agrícola se necesita, en promedio, una inversión US$ 8,000 para cosechar frutos, ello en tan solo tres años, en el sector minero para generar puestos de trabajo la inversión debe ser de más de US$ 100,000 y el retornó de las ganancias se empieza a ver después de 10 años. -En la ceremonia de la firma del convenio para el proyecto minero Las Bambas, el presidente Alan García declaró que el Perú es un país minero y no agrícola “No somos un país agrario, como Francia o Estados Unidos…”. ¿Qué opina de lo dicho por el mandatario?-Ningún país es agrario por naturaleza, sino por cultura. Así lo demuestra la historia de todos los países exitosos del planeta, en todos los tiempos y en todos los sistemas políticos, incluyendo al antiguo Perú. Nuestros padres precolombinos supieron que el potencial minero del Perú era mayor que su potencial agrario, pero como los minerales no se comen y se agotan inexorablemente, ellos desarrollaron primero la agricultura más espléndida del mundo antiguo, incluso construyendo tierras agrícolas hasta en los precipicios de la cordillera de los Andes, porque fueron conscientes de que LA PRIMERA necesidad del hombre es comer. De modo que lo dicho por Alan García no sólo constituye un exabrupto conceptual, sino también confirma su flagrante desacato a lo estatuido por el artículo 88 de la Constitución, que dice: “El Estado apoya preferentemente el desarrollo agrario”, precepto que no rige para ningún otro sector.-Si bien el sector minero genera grandes ingresos para el país, es en el sector agrícola donde se crea la mayor cantidad de puestos de trabajo...-Deliberada o subconscientemente, hace rato que Alan García pretende ningunear al agro. Pero frente a ello, me permito recordar que el campo todavía alberga al 26 % de la población nacional y el 36.7 % de nuestra población económicamente activa, que el mismo produce el 70 % de los alimentos que consumimos todos los peruanos y que el sector donde se puede generar mayor empleo en menor tiempo, con el menor costo y para siempre es el agro: más o menos 8,000 dólares por empleo, para comenzar a cosechar sus frutos ─máximo─ a partir del tercer año; mientras que habilitar un empleo en la gran minería demanda más de 100,000 dólares y 10 años, por períodos limitados (hasta que se agotan los yacimientos).-Teniendo en cuenta que los mayores índices de pobreza se encuentran en la zona rural del país, diferentes especialistas consideran que con coherentes políticas de apoyo al agro se puede reducir dicho flagelo. -Para superar estructuralmente la dramática pobreza rural, basta hacer cumplir los artículos 63 y 88 de la Constitución, así como las políticas de Estado XV y XXIII de Acuerdo Nacional, todos los cuales disponen, en síntesis, la defensa de la producción agraria nacional frente a la inícua “competencia” de las importaciones subsidiadas o subvaluadas en el exterior y la prioridad del agro en el desarrollo nacional. Como el régimen de Alan García parece desconocer hasta dichos preceptos, llega al extremo cruel de asignarle sólo el 0.5 % del presupuesto nacional a la función agraria en los tres niveles de gobierno (nacional, regional y local). Obviamente, bajo estas condiciones jamás se revertirá la pauperización del campo.-¿Cuáles son los problemas que actualmente tiene el agro nacional?-El mayor problema vigente del agro es la competencia desleal de las importaciones subsidiadas en el exterior y adicionalmente exoneradas de aranceles por este gobierno, con el pretexto de la disparada de los precios internacionales de los alimentos entre los años 2007 y 2008.Para muestra un botón: al llegar al poder en el 2006, el gobierno de García encontró 65,000 hectáreas de algodón, índice que en la reciente campaña se redujo a la tercera parte, porque el régimen no quiere actuar ante las crecientes importaciones de fibras, hilos, tejidos y prendas subsidiadas en EE.UU., India y China, entre otros países. Debido a ello, incluso, el precio promedio histórico de la fibra de alpaca se ha caído de 17 a 27 nuevos soles por libra (según razas) a la miseria de cuatro; mientras que de la fibra de vicuña se ha desplomado de 530 a 320 dólares por libra. Si de esto no sabe Alan García es porque no ha querido recibir y escuchar ni siquiera una vez a los gremios agrarios y campesinos.-¿Qué falta para tener un sector agrícola de primer nivel que pueda competir con el mismo sector de otros países? Ello teniendo en cuenta los múltiples acuerdos comerciales que viene firmando el Perú.-No obstante ser como un famélico corredor de barrio, el agro peruano en general acepta competir con los campeones olímpicos en maratón en cualquier terreno, bajo el único requisito de que éstos no utilicen la droga superlativa de los subsidios. Aún más, el crecimiento de las agroexportaciones orgánicas del país en 3,625 % durante los 10 años pasados, demuestra que todos los pequeños productores pueden salir adelante, si el gobierno fuera sólo consecuente con lo estatuido en la Constitución y el Acuerdo Nacional. Pero el régimen de Alan García tiene buenos ojos sólo para los grandes.-¿Y el censo agrario? seguimos creando políticas con datos de hace más de diez años ¿Se puede hacer políticas con una información desfasada? ¿qué consecuencias trae consigo?-Según estándares internacionales, los censos socioeconómicos deben realizarse cada 10 años. El último agrario se efectuó en 1993, aunque sus resultados fueron conocidos todavía en 1994. Ya han pasado 17 años de entonces y no hay visos de cuándo se actualizarán las estadísticas del sector, no obstante que los ministros Benavides, Leyton y De Córdova anunciaron (cada cual en su turno) que ya tenían el presupuesto necesario (100,000 nuevos soles). Lo concreto es que la falta de una radiografía actualizada del agro hace inviable cualquier esfuerzo de planificación racional del sector que nos da el pan de cada día y sostiene al grueso del empleo productivo nacional.
Wilder Mayo
Redacción
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