El 2010 es un año decisivo para el destino de la especie humana porque por primera vez, desde la era neolítica, la población urbana del planeta es mayor que la rural. Hoy más del 50% de la humanidad vive en megalópolis y cientos de ciudades de más de medio millón de habitantes.
Según Naciones Unidas, la mayor parte de esta imparable urbanización se está realizando en el mundo subdesarrollado donde, cada semana, las ciudades crecen al ritmo de medio millón de personas, en asentamientos precarios sin saneamiento ni electricidad, contaminados, repletos de Desempleo y delincuencia.
En el 2025, la población de los países subdesarrollados llegará a 6 mil millones y será casi toda urbana. Este colosal crecimiento urbano demandará cada vez más agua, alimentos y energía, hasta un punto en que estos recursos vitales se volverán, como ya está sucediendo por razones económicas y ecológicas, más caros y por ende más escasos frente a una creciente población urbana que tiene bajos ingresos.
La especie humana tiene hoy múltiples culturas pero una sola civilización, un solo estilo de vida común, que es urbano, y que se expande imparable por todo el planeta. Hoy esta civilización urbana ha hecho crisis porque funciona fundamentalmente con petróleo, una energía contaminante que recalienta peligrosamente el cLima de la Tierra.
Para salir de esta crisis nuestra civilización tiene que lograr energías renovables más baratas que el petróleo, algo que tecnológicamente no es nada fácil y que puede tomar unos 20 años. Así, en el futuro próximo no existirá una energía renovable ni un conjunto de ellas que puedan reemplazar los 90 millones diarios de barriles de petróleo que se necesitan para producir los 58 trillones de bienes y servicios de la economía global.
Además, la crisis de nuestra civilización se complica, no sólo frente al desafío del reemplazar al petróleo para detener el recalentamiento del planeta, sino también porque las reservas mundiales de petróleo se están agotando. Estudios de calificados expertos pronostican que la producción de petróleo ha llegado a su “peak”, es decir, al máximo y que dentro de unos 15 años comenzará inexorablemente a declinar. Debemos entonces dejar el petróleo antes que éste nos deje sin tener energías renovables que lo remplacen, de otra manera, nuestra civilización urbana colapsará.
En todo caso, en el año 2050, el planeta tendrá casi 10 mil millones de habitantes, casi todos viviendo en ciudades. Si para esa fecha, no hemos cambiado el patrón de energía, la Tierra será un planeta distinto, con un cLima muy hostil para la supervivencia humana. Si no nos adaptamos a este nuevo cLima, y nuestra especie algún día desaparece, cosmológicamente no pasará nada, la Tierra seguirá dando vueltas alrededor del Sol con otras especies, que sobrevivirán al hombre, porque esta crisis no es una crisis del planeta sino de nosotros.
(*) Este artículo es un resumen del reciente libro en inglés del autor: “The Myth of Development and the crisis de Civlization” Publicado en Londres y Nueva York hace una semana, se encuentra ahora disponible en Amazon.com y las librerías Barnes and Noble de Estados Unidos. Será traducido al español el próximo año.
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