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Desde el 2005, Joule Vila pagaba a ciudadanos pobres de 80 a 100 soles por cada cheque cobrado. A Joel García le dijeron que tendría ayuda médica al igual que a otros de sus vecinos. Los usaron para los concejos de San Miguel, Callao y Cajamarca.
César Romero y Adriana Garavito.
“Él (Joule Vila Vila) conocía a mi suegra y así nos contactó a todos. Me pidió que solo cobrara cheques y acepté porque no tenía trabajo. Prometió que nos iba a ayudar”.
Ese es el testimonio de Joel García Araujo, uno de los 40 pobladores de los asentamientos humanos La Libertad y La Balanza, en Los Olivos y Comas, que fueron reclutados para retirar S/.12.5 millones en efectivo del pago que la Municipalidad de Lima realizó a Comunicore.
La declaración de García coincide además con la de la mayoría de contactados por Vila en el sentido que, antes de Comunicore, desde el 2005, cobraron otros cheques por importantes cantidades de dinero en Lima y provincias, siempre por encargo de Joule Vila.
Esta segunda información permitió a la Fiscalía descubrir que la mayoría de ellos eran ‘proveedores’ de la Municipalidad de San Miguel, del Fondo Municipal de Inversión del Callao y la alcaldía de Cajamarca, pese a que nunca han constituido empresas y menos contratado con el Estado, ni siquiera tienen trabajo estable.
Todos han explicado a la Fiscalía que se limitaron a entregar sus documentos a Vila y luego firmar los papeles que este parcialmente les ponía a la vista, e igual sucedía con los cheques. Algunos aseguran que ni siquiera vieron los importes, pues Joule Vila les pidió endosarlos a favor de terceros.
Ascensos milagrosos
Así, por ejemplo, luego que la Municipalidad de Lima canceló la deuda de S/. 35 millones que tenía con Relima, el 3 de febrero del 2006 Vila convirtió a Margarita Esteban Aróstica, suegra de Joel García Araujo, en gerente general de Comunicore.
Posteriormente, el 22 de marzo del 2006, el mismo Joel García y Teodardo Rojas se convirtieron en accionistas de dicha empresa. Ese mismo día, García se convirtió, además, en director y presidente de Comunicore.
Los tres se enteraron que eran directivos y accionistas de Comunicore cuando declararon ante la Fiscalía. Nunca han asistido a una reunión de Junta de Accionistas o sesiones de directorio y “tampoco saben bien lo que ello significa”.
Margarita y Teodardo son hermanos por línea materna, pero sus apellidos no coinciden, supuestamente por un error del registrador que ellos no advirtieron en su momento por ser personas iletradas.
Joel García es yerno de Margarita, pues es conviviente de su hija Luz Escalante Esteban. Por su parte, Joule Vila tiene como pareja sentimental a Pilar Gadea Tello, sobrina de Margarita.
Las tres personas que aparecen como directivos de las empresas de Comunicore tienen nulo o escaso grado de instrucción y no tienen empleo estable. Margarita Esteban es iletrada y ha manifestado dedicarse a ayudar en la venta de calzado de lona que confecciona uno de sus hijos.
Teodardo Rojas ha referido que estudió primaria incompleta y realiza trabajos eventuales de cerrajería, mientras que Joel García se dedica a la venta ambulatoria de bienes usados, reseñó la Fiscalía en la denuncia del caso Comunicore.
Sobre la base de estas personas puestas como directivos de Comunicore, se reclutó a otros 40 vecinos de La Libertad y La Balanza en Comas, y de Enrique Milla en Los Olivos para cobrar cheques por S/. 12.5 millones.
Falsos proveedores
Sobre el cobro de cheques de las municipalidades de San Miguel, Callao y Cajamarca, la fiscal Fany Quispe hizo solo algunas preguntas, pues ese no era el tema de su investigación pero recogió información muy relevante ahora.
Los ‘cobradores’ declararon no tener negocios y menos contratos con el Estado. “Incluso, en algunos casos en los que la pregunta fue más puntual, no supieron explicar por qué sus nombres aparecían registrados como proveedores del Estado”, dijo la fiscal.
Fabian Tafur cobró un cheque de Comunicore y refiere haber participado en cobrar otros 12 cheques. Ricardo Díaz, quien cobró un cheque de Comunicore, declaró que participó en otros seis cobros. Joel García, Teodardo Rojas y José Gonzales Castillo manifestaron que viajaron a Cajamarca para firmar documentos y cobrar cheques, cuyo importe entregaron a Vila o a una persona que los acompañó.
“Esos hechos constituyen abundantes indicios de que se trataría de una modalidad presuntamente delictiva en la que, o bien no se realizaron las prestaciones o bien se utilizaron documentos que correspondían a personas distintas a las que las brindó”, refiere la Fiscalía en la denuncia.
De jardinero a gerente
En el caso Comunicore, testigos como Jhonathan y Ángel Sarria, María Dioses, Salomé Mego, Cristina Peralta, Marcos Achulli y Hermelinda Rojas han identificado a Gonzalo Noya Mesones como la persona que acompañó a Vila a llevarse el dinero cobrado en efectivo.
Noya niega conocer a Vila, pero reconoce que fue apoderado de la empresa Panamericana Comercial, que tiene vínculos con Relima y con otros dos involucrados en el cobro de cheques de Comunicore: Adrián Lucero Aquino y Sandra Vitela de Bernilla.
Lucero, quien cobró un cheque por S/.463,251, era jardinero de Noya. Este admite que recomendó a Lucero para trabajar en Panamericana Comercial, y gracias a esa recomendación el jardinero se convirtió en gerente general de dicha empresa.
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