.Por Humberto Campodónico
En 1864 la revista inglesa The Economist publicó el primer índice de precios de materias primas del mundo, comenzando en 1845. Para Inglaterra, por entonces la primera potencia económica mundial (de lejos), era clave conocer el comportamiento de los precios de los insumos de sus industrias.
Desde esa fecha hasta la I Guerra Mundial los precios tuvieron un comportamiento más o menos estable. Pero una vez pasado el pico de la guerra, la regla fue la tendencia a la baja. Así, en el 2000 los precios de las materias primas solo eran el 20% de su valor en 1845-50 (ver gráfico). Ojo que estos son “precios reales” (descontada la inflación).
Esto contradecía los manuales de la economía ortodoxa, que dicen que la especialización de cada país en la producción de los recursos que tiene en abundancia lleva a una división internacional del trabajo donde se igualarían los precios de las mercancías. Más adelante, Heckscher y Ohlin dijeron que también se igualarían los precios de los factores (capital y trabajo).
La realidad desmintió esas bases teóricas, lo que llevó a economistas como Raúl Prebisch, fundador de la CEPAL, afirmar, por el contrario, que existía una tendencia al deterioro de los términos del intercambio de los países que exportaban materias primas, motivo por el cual deberían industrializarse.
Otros dijeron que esta tendencia a la baja era irreversible porque entrábamos a una sociedad post-industrial, donde las tecnologías de la información y del conocimiento dejarían atrás el consumo de materias primas.
Pero, oh sorpresa, desde el 2005, los precios de los productos básicos se han duplicado en términos reales (ver segundo gráfico). En el II semestre del 2008 hubo una fuerte caída de los mismos debido a la crisis sistémica, pero la recuperación fue rápida y ya se está por alcanzar los picos pre-crisis.
¿Qué ha sucedido? Pues que los “países emergentes” han comenzado un acelerado proceso de industrialización (China, India, los tigres asiáticos, Rusia, Brasil) y consumen materias primas. También que los capitales especulativos han entrado a los mercados de “commodities” provocando la formación de burbujas que luego estallan, como la de mediados del 2008.
¿Esta alza de precios va a ser duradera? No se sabe. Todo depende de cómo evolucionen, de un lado EEUU y Europa y, de otro, si los “países emergentes” pueden reemplazar a las “viejas economías” y convertirse en las nuevas locomotoras. La cuestión es que no podemos estar expuestos a un mercado vulnerable y volátil (a lo que contribuye la especulación financiera) capaz de volver a desplomarse.
En el Perú el crecimiento del PBI se ha beneficiado de este “boom” de precios, pero sus frutos se han repartido de manera desigual. Por eso, urge la diversificación de la economía hacia sectores productivos con mayor valor agregado y creación de empleos, basado en un fortalecimiento del mercado interno como punto de partida para entrar a los mercados externos. Ese es el camino que antes siguieron las “viejas economías” y hoy recorren los “países emergentes”.
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