El caso Hurtado Miller |
.Por Antonio Zapata
El ingeniero Juan Carlos Hurtado Miller registraba antecedentes positivos en la política cuando asumió la cartera de Economía en julio de 1990, formando parte del primer equipo ministerial de Alberto Fujimori. Había sido militante de Acción Popular y en tanto pariente cercano de Violeta Correa, uno de sus dirigentes mejor posicionados. Precisamente por ello, Fujimori lo invitó a participar de un gobierno que angustiosamente buscaba hallar rumbo, superando la improvisación y el cambio de línea del novel presidente. Así, Hurtado Miller fue el encargado de justificar en TV la gigantesca alza de precios decretada en agosto de 1990, el famoso fujishock. Al despedirse invocó a los cielos, rogando “que Dios nos ayude”.
Duró poco tiempo como ministro, porque en enero de 1991, solo cinco meses después, fue reemplazado por Carlos Boloña, quien puso en práctica el ajuste neoliberal. Antes, Hurtado había aguantado el desembalse de precios y el brusco empobrecimiento de la población.
Pocos años después, en enero de 1994, la empresa CIMEX, propiedad de Hurtado, recibió la buena noticia de que la Caja de Pensiones Militar Policial le había aprobado un préstamo por nueve millones de dólares, para invertir en la construcción de un mercado en Arriola. Cuando llegó la fecha para cancelar, Hurtado refinanció, obteniendo un nuevo plazo, pero esta segunda vez tampoco cumplió con cancelar. Por ello, la Caja lo enjuició en marzo de 1996.
Así estaban las cosas cuando llegó la campaña electoral de 1998. En ella, se presentaba Alberto Andrade a la reelección como alcalde de Lima, como trampolín para tentar la presidencia contra Fujimori el 2000. Por lo tanto, el objetivo prioritario del presidente era buscar cómo parar a Andrade.
En ese contexto, el gobierno volvió a reclutar a Hurtado Miller, ofreciéndole todo el apoyo para ser candidato de Vamos Vecino a la alcaldía de Lima. Tres vladivideos han registrado las conversaciones que Montesinos sostuvo con Hurtado en esta campaña. En estas charlas también participó el publicista de nacionalidad argentina Daniel Borobio, quien llevó la voz cantante, ofreciendo asesoría profesional para la campaña. Junto a Hurtado revisan las debilidades de Andrade y precisan su línea de actuación.
Por su parte, con Montesinos los diálogos tratan directamente de dinero. Hurtado presenta un presupuesto y VMT le entrega efectivo, que se puede apreciar en un vladivideo, donde recibe un cuarto de millón de dólares. Pero, asimismo Hurtado negocia su deuda con la Caja. En julio de 1998, con fecha atrasada, cancela sus obligaciones, entregando unos puestos del mercado de Arriola, a cambio del principal más intereses.
Al caer el fujimorismo, un perito tasó judicialmente los puestos en dos millones de dólares, por lo tanto la diferencia habría quedado en manos de Hurtado. Este es un primer punto que debe aclarar el ex ministro con la justicia. Respecto de la segunda cuestión contra Hurtado: los fondos de la campaña de 1998 provenientes del SIN, Montesinos declaró explícitamente ante la segunda sala anticorrupción, “que recibió órdenes directas de Alberto Fujimori para contribuir con US$ 500,000 para apoyar a Hurtado Miller, él ordenaba y yo entregaba, asumo mi responsabilidad”.
Hoy en día, la Caja de Pensiones Militar Policial está quebrada y la semana pasada anunció que no puede cumplir sus obligaciones después de abril. Sucede que durante el gobierno de Fujimori decenas de operaciones como la que hemos descrito con Juan Carlos Hurtado Miller la quebraron, dilapidando los ahorros de los uniformados. Ese drenaje de recursos para fines políticos empezó desde el primer gobierno de Fujimori, puesto que su esencia fue corrupta desde el comienzo. ¿Alguien quiere que vuelvan esos tiempos? Que vote por Keiko y la pesadilla se hará realidad.
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