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Germán Alarco Tosoni
Opinión Investigador CENTRUM Católica
El tipo de cambio acaba de romper el límite inferior de 2.70 soles por dólar americano. No se trataría de un ajuste coyuntural. Se observa un nuevo piso y al parecer una tendencia descendente en la paridad cambiaria para el mediano plazo. Este tema es grave para el aparato productivo nacional, a pesar que puede generar algunas ventajas para los deudores en moneda extranjera, para las personas que realizan actividades turísticas en el exterior y en general los que se dedican a la importación de bienes y servicios. Los exportadores y los productores nacionales son cuantitativamente más importantes que los anteriores y están siendo afectados.
La apreciación de la moneda nacional es un fenómeno común a muchas economías latinoamericanas. A esta contribuye el mayor deterioro relativo de las economías norteamericanas y europeas, el buen desempeño de las exportaciones (precios y volúmenes) y las entradas netas de capitales que generan un balance positivo en el mercado de divisas. Este es el fenómeno denominado como enfermedad holandesa, que no parece ser ajeno a la realidad peruana, pero que omiten los economistas neoliberales locales e internacionales.
A inicios del año publicamos un artículo académico relativo al tipo de cambio nominal mínimo que evita tener resultados financieros negativos y que conduzca a que cierren las empresas. Los estimados se realizaron para el 2007 y se actualizan al 2009. Al respecto, la manufactura de productos mineros y la refinación de metales requerirían un tipo de cambio promedio entre 3 y 2.97 soles por dólar americano. Las empresas del sector textil y confecciones necesitarían un tipo de cambio de 2.88 soles por dólar americano. El sector pesquero y la agro exportación de 2.73 y 2.32 respectivamente. Solamente la minería resistiría una apreciación pronunciada del sol, ya que seguirían siendo rentables aún si el tipo de cambio de mercado se redujera a 2.16, 2.03 y 1.61 soles por dólar americano en los casos del hierro, oro y minerales polimetálicos respectivamente.
No es aún posible demostrar estadísticamente los efectos negativos de la enfermedad holandesa en la economía peruana. El empeoramiento de la situación económica internacional puede tornarse problemática para las exportaciones no tradicionales. No olvidemos que las empresas de este sector podrían desemplear a más peruanos de los que podrían ser contratados adicionalmente por los exportadores tradicionales. Las políticas del BCRP son aún insuficientes para enfrentar este síndrome y tam
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