Por Federico de CárdenasQuentin Tarantino (Knoxville, 1963) debe ser a estas alturas el más conocido de los cineastas USA de la generación intermedia, con un carrera de 17 años desde que deslumbró en Sundance con Reservoir dogs (1992) y que ha sabido hacer de cada una sus películas esperados acontecimientos. Hablamos de Pulp fiction (1994) que le valió la Palma de Oro en Cannes, Jackie Brown (1997) y los dos volúmenes de Kill Bill (2003/04). Bastardos sin gloria, un proyecto que cargó por 10 años, no es la excepción.La cinta es la combinación de tres historias que confluyen y que tienen como motivo la venganza, un móvil tarantiniano típico. La primera es la de Shosanna Dreyfuss (Melanie Laurent) joven judía que quiere vengar la muerte de su familia y que posee un cine en París durante la ocupación. La segunda narra las aventuras de un clandestino grupo de soldados de EEUU de origen judío al mando del teniente Aldo Ray (un impecable Brad Pitt) que se dedican a matar nazis en Francia ocupada y lo hacen de las peor manera, en represalia a los métodos de la Gestapo; la tercera es la de la actriz y espía Bridget von Hammersmark (Diane Kruger), quien contacta al grupo de Ray al saber que la cúpula nazi se reunirá en París.Pero, en lo profundo, no estamos lejos del universo de Kill Bill y otros filmes suyos, pues logra que todas sus referencias a la realidad histórica no sean sino un pretexto lúdico y jovial para lograr que el cine reine, a través de logrados homenajes a tres géneros (el bélico, el western –comprendido el spaghetti– y la comedia) y un universo de referencias que abarca a cineastas (Pabst, Riefenstahl, Clouzot, el Mann de Brindis de sangre, el Aldrich de Los 12 del patíbulo) actores (Pitt es Aldo Ray) y decenas de películas.Inspirada en la cinta de serie Z Aquel maldito tren blindado (1978) del italiano Enzo Castellari (que hace una pequeña aparición) y dividida en cinco episodios que reciben diverso tratamiento: pausado en el episodio inicial, con predominio del paisaje rural y bucólico, casi westerniano; burlesco en el segundo, con la presentación de los bastardos; exasperado en la larga secuencia en la taberna, con un magnífico crescendo dramático; con predominio de elementos de suspenso y un final de gran violencia en el último; en todos ellos la acción es erosionada por elementos de comedia, la que se encuentra también ligada a la manipulación idiomática (los diálogos pasan del frances al inglés y al alemán, con algo de italiano al final). También la división en episodios sirve a Tarantino para presentar en cada uno de ellos nuevos personajes o retomar algunos que ya hemos visto. El primero sirve para introducir al cínico personaje políglota del coronel nazi Hans Landa (un notable rol del germano Christop Waltz); el segundo es dominado por Ray y su equipo; en el tercero reaparece Shosanna, convertida en joven mujer y cortejada por el teniente Zoller (Daniel Bruhl); en el cuarto encontramos a la espía y actriz Bridget (Diane Kruger) y en el final confluyen todos, haciendo de una sala de cine parisina el centro donde se decide la suerte de la guerra mundial, en un apocalipsis ucrónico que traiciona la historia para dejar que triunfe la ficción.En suma, nos movemos en una suerte de universo paralelo en el que todo puede ocurrir y no llama la atención que dos de los principales personajes (Zoller y Bridget) trabajen como actores de cine, un tercero (Shosanna) se gane la vida administrando una sala y hasta uno de los bastardos haya sido crítico de cine. Parece (y es) excesivo, y sin embargo Tarantino se las arregla para que funcione. Bastardos sin gloria es una de sus mejores películas y, sin duda, uno de los grandes estrenos del año. La ficha• Título original: Inglorious basterds• Dirección y guión: Quentin Tarantino• Fotografía: Robert Richardson• Intérpretes: Brad Pitt, Melanie Laurent, Christop Waltz, Ely Rott, Michael Fassbender, Dine Kruger, Daniel Bruhl, Sylvester Grott, Martin Wuttke, Rod Taylor• Premios: Christop Waltz (mejor actor, Cannes).• Producción: EEUU, 2009• Duración: 157 minutosClose upA fin de mes (el 28) se iniciará el XXI Festival de la UE, con 62 películas, casi todas en calidad de estreno. Destaca la calidad de las selecciones que presentan España, Rumania y Francia, aunque hay mucho por descubrir. Este año la muestra se llevará a cabo en 10 sedes de Lima y provincias. Además contará con la presencia del realizador francés Patrice Leconte, de quien se verán siete de sus películas (El marido de la peluquera, Tango, Ridículo, La viuda de Saint Pierre, Mi mejor amigo y dos estrenos absolutos: El hombre del tren y Confidencias muy íntimas). Un banquete que nos acerca a cinematografías ausentes de la cartelera.CarteleraEl estreno es la cinta peruana de episodios Cuatro. Hay una cinta imprescindible, y es Bastardos sin gloria (al lado). Luego pueden verse Muerte en un funeral y, para los que gusten del género de horror, El internado.En la Cinemateca Francesa, dos ciclos envidiables. El primero, 40 años de los Archivos del Film, presenta un ciclo de restauraciones cuyos platos fuertes son la de Pierrot el loco (1965) de Godard y la de The deciding kiss (1918), cinta de Tod Browning que se daba por perdida.El otro, que está acompañado de una exposición conjunta con la Cinemateca de Turín, se titula Linterna Mágica y películas pintadas. 400 años de historia de este antecedente del cine, y un rarísimo ciclo de cintas de primitivos (Melies, Zecca y otros) pintadas a mano, antes de que existiera la fotografía en color.Una de las mejores cintas del cine peruano, Bajo la piel (Francisco Lombardi, 1995), tiene ahora un valor extra al registrar la única aparición en pantalla grande de Arturo Zambo Cavero, quien aparece cantando Rebeca.
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