Ahí está, otra vez, Bayly rectificándose a sí mismo, diciendo que no quiso decir lo que dijo, indicando que ya no piensa como pensaba y lanzando, otra vez, nuevas tonterías, aunque algunas de ellas puedan parecer solemnes e irrebatibles como eso de que quiere gobernar por amor a los niños pobres.
Bayly es el niño terrible, que está envejeciendo, y que quiere hacer su travesura maestra a costa del desprestigiado, otorongizado y dispersado sistema político peruano. Tal vez ni el mismo sepa por qué y para qué se ha propuesto alborotarlo todo y adónde nos conducirá a punta de chongo. Ahí está con la batidora en mano para enredar, complicar, estropear, ventilar, cualquier idea atrevida que vuele por el aire. Es un contorsionista intelectual que imagina que el poder también puede ser motivo de un buen chiste.
Tal vez su mejor descubrimiento sea el de su capacidad desordenadora. ¿Han visto usted su programa donde todo salta por los aires, los invitados, los temas y los horarios?
Ahora inyecte eso en la política y verá el poder del caos. Claro, cualquiera no puede hacerlo. Tiene que ser alguien con el perfil del inimputable, que medio mundo diga de ti que deberías pensar esto o aquello, o portarte de esta manera u otra.
Bayly es el único político que se reconoce payaso y amenaza con convertir al Perú en un circo. Es un franco, un franco timador y un francobatidor. Pero los mejores son los “serios” que lo rodean como Barba, que fue del APRA a Fujimori y de ahí a Lourdes, de regreso al APRA y de ahí a Castañeda, para descubrir a Bayly. Un verdadero prototipo de baylismo, que es esa doctrina que hoy te abraza y mañana de apuñala. El otro es el abogado de causas justas como dejar sin bienes e internar como incapaz al patriarca de los Tudela, y filósofo del liberalismo de Von Hayek, que va de la mano perfectamente con los besos homo en pantalla de Jaime Bayly.
Nadie lo sabe
¿A qué juega y para quién? En realidad nadie lo sabe con exactitud. Corren diversas apuestas: que García quiere torpedear el proceso y asustar a todos con un deslenguado que anuncia mandar a la jubilación adelantada a los militares, dejar sin trabajo a los congresistas, quitar la mamadera estatal a los curas, sacar del clóset a todos los gayes y con ellos formar el gabinete, declarar la derrota adelantada ante Chile y felicitarlos por mandarnos espías, etc.
Otros dicen que un poderoso grupo de prensa lo ha contratado para que le ayude a bajar al puntero de las encuestas y lo obligue a hablar, para que pierda, y que son los mismos que quieren hacerle el pase de un canal a otro. Hay una versión de que es un proyecto pensado por un grupo de publicistas para matar la posibilidad del “out sider” y robarse la imagen de “lo nuevo”.
En fin, hasta cabe la hipótesis que el culpable del caso Bayly sea Bayly, que quiere aumentar todos sus raitings para luego desanimarse de seguir aspirando a un cargo que le haría levantarse temprano y que representa un mísero sueldo en valores baylys por supuesto.
En fin, Bayly es un precandidato a la presidencia que merecemos y no debe sorprendernos demasiado Con todo lo que hemos estado obligados a ver en los últimos años.
Paco Moreno
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