Por Martín Tanaka
Acaba de ser publicado el Informe sobre Desarrollo Humano Perú 2009, Por una densidad del Estado al servicio de la gente (Lima, PNUD, 2010). Se trata de un importante aporte que merece amplio estudio y reflexión, y las líneas de acción que surgen de la lectura y de las recomendaciones del texto deberían ser asumidas por nuestras autoridades públicas. El informe elabora un índice de “densidad” estatal sobre la base de cinco indicadores principales: el número de médicos por cada 10 mil habitantes, la tasa de asistencia a la escuela secundaria, el porcentaje de viviendas con acceso a servicios de agua, desagüe y electricidad, y el porcentaje de población con partida de nacimiento y DNI.
Son muchísimos los temas que el informe pone sobre el tapete, aquí solamente quisiera resaltar el cuadro que se presenta respecto a la presencia del Estado en el territorio. Si se mira el Estado observando los departamentos, parece confirmarse algo que ya es sabido: habría más Estado en la costa, mucho menos en la sierra (especialmente en la sierra sur) y en la selva. Sin embargo, el panorama se vuelve mucho más complejo al mirar las provincias: allí resulta que no solo en la costa hay más Estado, también en la zona andina central más articulada a Lima, que incluye parte de Junín, Pasco y Huancavelica; y también en todas las capitales departamentales, independientemente de que estén en la costa, la sierra o la selva. El problema principal de la presencia estatal estaría entonces en la relación entre las ciudades principales del país y su entorno inmediato.
El informe llama la atención sobre las agudas diferencias en Cajamarca, San Martín, Huánuco, Huancavelica y Ayacucho, en donde las provincias capitales muestran niveles altos o medio altos de densidad estatal, pero están rodeadas de provincias en niveles bajos o medio bajos, configurando una suerte de centralismo departamental. También resulta llamativa la gran heterogeneidad interna en algunos departamentos, como Piura, La Libertad, Apurímac o Madre de Dios, en las que coexisten provincias con situaciones muy dispares. Otro dato interesante que no ha sido suficientemente tomado en cuenta es la extrema precariedad que presentan las provincias de la sierra norte (las provincias altas de Piura, las provincias andinas de La Libertad, casi toda Cajamarca, las provincias del noreste de Áncash y del oeste de Huánuco). Existe relativa conciencia del desafío que representa para el país el desarrollo de la sierra sur y de la selva, pero no tanto de la urgencia de acción en la sierra norte.
Esta evidencia impone retos importantes a nuestras autoridades, especialmente en el contexto de descentralización del Estado. ¿Cómo evitar que la descentralización favorezca solamente a las ciudades más importantes y dinámicas del país, dejando relegadas a las provincias de su entorno? ¿Qué proponen los candidatos a las elecciones regionales y municipales?
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