Columna del Director
César Lévano
Razón Social
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com
Publicado: Hoy 05 de octubre del 2010
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Brasil: otra vuelta de tuerca
Las elecciones de Brasil, con sus 136 millones de votantes, tienen peso continental y mundial. Las del domingo no sólo han dado La Victoria, aunque no la mayoría absoluta, a la candidata presidencial del Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff, sino que también han dado al PT mayoría absoluta en la Cámara de Senadores.
El hecho de que el partido de Lula y sus aliados tengan ahora 55 asientos (de un total de 81) en el Senado, cambia la correlación de fuerzas en ese poderoso órgano político. Muchos proyectos e impulsos de Lula y los sectores progresistas se estrellaban hasta ahora contra el frente senatorial de 32 opositores y 10 independientes.
Interesante es el progreso en el bloque de partidarios de Lula. El Partido del Movimiento Democrático tenía 18 senadores; ahora tiene 20. El Partido de los Trabajadores tenía 8; sube a 14. El Partido Progresista tenía un senador; ahora tiene 5. El Partido Socialista tenía dos; ahora tiene 3. El Partido Comunista pasa de uno a dos.
El Partido de la Social Democracia Brasileña, de José Serra, principal opositor de Dilma Rousseff, sufrió, en cambio, un bajón notable. Tenía 14 senadores; ahora se queda con 11.
Dilma, que deberá batallar para la segunda vuelta electoral, el 31 de octubre, es hija de un revolucionario búlgaro asesinado por una de las dictaduras que atormentaron a Brasil en los años 60 del siglo pasado. La madre de Dilma provenía de una familia de grandes hacendados. A los 22 años de edad, Dilma se hizo guerrillera y se refugió en la clandestinidad. En esa época padeció prisión y torturas.
Más tarde se diplomó en Economía y se especializó en problemas energéticos. Ha sido ministra de energía y Minas de Lula, y a ella y su equipo corresponde el mérito de haber fortalecido la empresa estatal petrolera, Petrobras, un mastodonte económico, financiero y tecnológico, que en días recientes captó miles de millones de dólares de inversionistas internacionales.
Uno de los méritos de Lula y su régimen ha sido conducir una política exterior independiente. Por algo forma parte del bloque que comparte con Rusia y China para negociar en favor de un desarrollo económico propio. Por eso mismo se pronuncia en pro de la unidad de los países del sur de América.
La expansión económica de Brasil, que entusiasma a gran parte del empresariado brasileño, encuentra estímulo en los vínculos crecientes con Asia y África.
La política social ha disminuido en proporciones notables la pobreza en el país. A ello se debe en gran parte el apoyo arrollador con que Lula cuenta hasta hoy (casi 80% de aprobación).
Un ángulo notable de la política en Brasil es que la derecha –esa derecha cavernícola, egocéntrica, vendepatria e intolerante– prácticamente carece de partido propio en Brasil.
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