CESAR LEVANO
El Tribunal y sus secuelas
El Tribunal Constitucional -sobre todo el ala aprista de ese órgano- ha recibido el rechazo que merecía su afán de amordazar a los medios de comunicación y defender, así, a corruptos de ayer, hoy y mañana. Buena prueba ha dado Rómulo León Alegría al acogerse a la controvertida resolución del TC.
Elocuente es también que Javier Velásquez Quesquén, el ex primer ministro engreído de Alan García, haya salido a defender el fallo írrito y desafiar, con típica insolencia e insolvencia, a los afectados: les sugiere que acudan a la Corte Interamericana de derechos humanos.
Ha quedado en claro, por lo demás, que el fallo del TC no es tal, puesto que sólo fue aprobado por tres de sus siete miembros. Por supuesto, el autor más influyente ha sido Carlos Mesía, presidente aprista de tan importante Tribunal.
Hay que colocar la resolución no sólo a la luz del caso de los petroaudios. Ciertamente, aquella busca proteger a los beneficiarios del faenón, y también a sus socios, Alan García y Jorge del Castillo. Es eso y mucho más lo que está en juego.
Hay quienes pretenden defender el fallo alegando defensa de la intimidad y/o del honor de las personas. Decenas de juicios contra este diario y su director nos indican que se busca en el fondo la impunidad.
Lo peligroso es que detrás de decisiones y maniobras judiciales está la garra del poder, del poder de los corruptos.
Quienes bajo el disfraz de la ley buscan el encubrimiento y la impunidad para el delito no calculan quizá las consecuencias de sus actos.
El Instituto de Estudios peruanos y la Universidad de Vanderbilt acaban de publicar Cultura política de la democracia en Perú 2010, un estudio realizado con el apoyo del programa Democracia y Gobierno de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Allí se ve que el apoyo a la democracia es en el Perú el más bajo de América Latina, según el Barómetro de las Américas.
Con cargo de ver enseguida las consecuencias de esta percepción, leamos este párrafo: “El apoyo a la democracia en el Perú, desafortunadamente, es el más bajo de los registrados en la encuesta del año 2010… Hay varias razones que pueden explicar este bajísimo nivel de compromiso actitudinal con la democracia. En los últimos cuarenta años el Perú ha experimentado momentos de gran expectativa política seguidos de grandes decepciones. El ejemplo más reciente es el del gobierno de Alberto Fujimori, que a pesar de sus éxitos en materia económica y seguridad interna causó una gran decepción cuando intentó perpetuarse en el poder abusando del mismo y utilizando una vasta red de corrupción.”
Oído a la Música (castrense): En la página 103 del Informe se indica que en 2010 el 55% de los peruanos apoyaría un golpe militar frente a mucha corrupción.
Señores del Tribunal: Vuestro apoyo a los corruptos debilita aún más el apoyo a la democracia.
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