cesar.levano@
Con programa ajeno
Keiko Fujimori acaba de matar dos pájaros de un tiro: 1. Al plagiar puntos vitales del programa de Ollanta Humala, reconoce el mérito de esas demandas; 2. Por eso mismo, confiesa que no tenía programa, es decir, programa serio. Esto constituye un homenaje del vicio a la virtud.
El punto neurálgico del plagio es la propuesta de establecer un impuesto a las sobreganancias de las grandes mineras. Durante toda la campaña electoral anterior, esta propuesta fue satanizada. La gran minería paga ya, sostenían los paniagados de la minería, demasiados impuestos. Si se les impone uno más, no van a invertir y van a reducir su actividad.
Era esa una defensa sin sustento. El plan de Gana Perú propone un impuesto a las ganancias extraordinarias y prevé, como es razonable, compensar tributariamente a empresas que enfrenten problemas en caso de caída de precios.
Hay que recordar que, bajo presión y comando de Jorge del Castillo, la alianza aproFujimorista decidió no establecer el impuesto a las sobreganancias mineras. En vez de eso, implantó un óbolo voluntario. Las compañías entregaron una limosna ridícula. Esa burla es una de las causas del desprestigio del APRA y de la ruina política de su secretario general Del Castillo.
Más de una vez, el Banco mundial, que no es precisamente un órgano de izquierda, se ha declarado favorable al impuesto a las sobreganancias. Otaviano Canuto, vicepresidente del Banco, acaba de expresar que no cree que la imposición de ese tributo afecte la actividad minera. Su cálculo se basa en la experiencia internacional y en la tendencia continua al alza en la cotización de los productos mineros.
Canuto ha reiterado, además, algo que es sentido común en la marcha de las economías: no es sano depender en exceso de la exportación de materias primas. Recomienda por eso, aparte de introducir valor agregado en la producción, invertir más en capital humano.
También en este rubro –salud, Educación, empleo–, Keiko Fujimori tiene mucho que plagiar, aunque sea para encubrir en la campaña presente su raída y parchada vestidura programática.
Por lo demás, el plagio de la señora Fujimori no es copia fiel del original. En Cajamarca ha declarado: “Vamos a implementar un impuesto a las sobreganancias, pero como competimos con otros países de la región debemos también ser competitivos para que las inversiones no se vayan del país”.
O sea que no debemos ser tan toscos. Sigue ahí la línea de su tío Santiago, lobista minero.
Varios puntos más copia de Humala la hija y cómplice del dictador. Entre otros, la elevación del sueldo mínimo a 700 soles, así como el “bono de gratitud” para personas de la tercera edad que no tienen jubilación. Esto es plagio del programa “Pensión 65” planteado por Humala y que tantas críticas padeció.
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