.Por Humberto Campodónico.
La caída de Dominique Strauss-Kahn, hasta hace dos días Director Gerente del FMI, ha removido fuertemente la escena internacional, por varios motivos. Uno de los más importantes es, claro, que el FMI, cuyas raíces están en la Conferencia de Bretton Woods en 1944, sigue siendo una de las instituciones más importantes del orden financiero internacional.
Si bien esta ha disminuido, en términos relativos, en los “países emergentes” (hoy boyantes en reservas internacionales), su rol de gendarme financiero ha aumentado en toda Europa debido a la crisis financiera y fiscal aún en marcha en países como Grecia, Irlanda, Portugal y España. En efecto, al abrir el portal Internet del FMI la noticia destacada es que este organismo acaba de aprobar un préstamo de 26,000 millones de euros para Portugal, como parte de un paquete total de 76,000 millones.
Pero también Francia está en “shock”, porque DSK podría haber sido el candidato del Partido Socialista (PS) en las elecciones presidenciales del 2012. La última encuesta de IFOP (26 de abril del 2011) dice que en la primera vuelta el candidato DSK obtendría el 28% de los votos, seguido de Sarkozy con 20% y la ultra derechista Martine Le Pen con el 18%. Si otro fuera el candidato del PS, entonces Sarkozy repetiría el plato (aunque François Hollande, también del PS, aparece bien situado).
La cuestión es que DSK estaba ya a punto de renunciar al cargo de Director-Gerente del FMI para regresar a París. Se afirma, además que ya estaba en conversaciones con varios “posibles sucesores”. Ahora, de la noche a la mañana, su situación es distinta y de ser encontrado culpable podría pasar varios años tras las rejas.
Lo que sí va a tener lugar de todas maneras es la búsqueda de su reemplazo en el FMI, lo que pronostica una dura batalla. Sucede que desde Bretton Woods existe una regla no escrita que establece lo siguiente: el Jefe del Banco Mundial siempre será un ciudadano de EEUU y el Jefe del FMI será siempre un europeo. ¿Por qué? Por esta simple razón: los que pueden, pueden. Y punto.
Pero la geografía del poder económico mundial ha comenzado a cambiar con la aparición de China, India, Brasil y los tigres asiáticos. Ahora todos ellos tienen un mayor peso en la estructura accionaria del FMI y exigen sus derechos, planteando la eliminación de esta desacreditada práctica feudal. Y en parte ya lo han logrado pues el FMI, bajo la batuta de DSK acordó, en el 2009, “adoptar un proceso abierto, transparente y basado en la meritocracia para seleccionar al próximo Director”.
A esto se agregan tres elementos clave planteados por las más importantes ONG internacionales: que se escoja al mejor candidato; que el proceso sea transparente y que su legitimidad provenga del respaldo de la mayoría de los países miembros y de sus cuotas de votación (1).
Sea lo que fuere, DSK ya no es Director Gerente del FMI ni será tampoco candidato a la Presidencia de Francia. A DSK se le ha venido la noche de un momento a otro, sin solución de continuidad, y será la justicia la que determine su destino. Aquí se ha cumplido el dicho francés: plus haut tu monte, plus dure sera la chute (mientras más alto subas, más dura será la caída).
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