domingo, 20 de febrero de 2011

REPUBLICA BANANERA DEL PERU

Rosita Wiki-Likins in Banana Republic

.Por Augusto Álvarez Rodrich

Los wikileaks empiezan a mover la elección 2011.

Cusco. El –¿supuesto?– pedido del gobierno de Alejandro Toledo al de Estados Unidos para frenar la candidatura 2006 de Ollanta Humala es, hasta ahora, la primicia más caliente del wikileak, pues el ‘ego colosal’ de Alan García no requería ser ratificado por un cable diplomático.

Sin embargo, los documentos entregados por el equipo de Julian Assange a El Comercio empiezan –como contó una editora– en 2006, mientras el cable de la ‘teletón’ que Toledo quería organizar contra Humala –¿y a favor de Lourdes Flores, pues para García no sería la cosa, no?– es de noviembre 2005.

A pesar de ello, la embajadora citó a Humala para informarle del cable antes de su revelación, lo cual evidencia escasa capacidad de inteligencia gringa pues, por las fechas señaladas, ese wikileak no lo tenía El Comercio. Asimismo, habría sido más razonable que Rose M. Likins –un nombre bastante apropiado para realizar la penosa tarea de ofrecer disculpas por los wikileaks– citara a Toledo antes que a Humala, pues el ex presidente sería el más perjudicado por la revelación de que su gobierno pretendía rebajarnos a la categoría de Banana Republic.

Ahí radica el misterio aún sin resolver pues interesa conocer cómo podía ayudar la embajada americana a frenar a Humala, algo que, de paso, sí preocupaba al gobierno de Estados Unidos por la cercanía que Ollanta mostraba con Hugo Chávez.

¿Pudo ser al revés, es decir, que el gobierno de Estados Unidos le pidiera a Toledo –cuya cercanía a Washington es obvia– que pusiera el hombro para parar a Humala? Cuando yo dirigía Perú.21, en plena elección 2006, me llamó un alto funcionario del gobierno de Toledo para que ‘colaborara’ en una campaña informativa que alertara que el dólar se dispararía a cuatro o cinco soles –y que el BCR no debía impedirlo– si Humala seguía creciendo. Por supuesto que no acepté, pero al día siguiente constaté que mis colegas de El Comercio y Correo, entre otros, se habían matriculado con entusiasmo en el esfuerzo.

Volviendo al affair ‘Rose-Ollanta-Alejandro’, ¿dónde está la verdad? ¿El castellano de la embajadora aún no es muy fluido? ¿Humala tiene problemas de atención? ¿No fue Toledo pero sí un funcionario de su gobierno quien hizo el pedido?

Mientras llega la verdad, El Comercio debe informar su criterio para divulgar los wikileaks que tiene para que no haya duda sobre lo que revelará, lo que callará y lo que guardará, por ejemplo, hasta después de la elección para no perjudicar a un candidato.
Finalmente, lo ocurrido también debe recordarles a los políticos peruanos que desechen la tentación de volvernos una Banana Republic. Ya estamos grandecitos para eso, ¿no?

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