sábado, 14 de mayo de 2011

ECONMIA MUNDIAL

.Por Humberto Campodónico

Hasta hace pocos días, los pronósticos de los principales organismos internacionales y bancos de inversión decían que “la recuperación de la economía mundial entraba a su segundo año consecutivo, liderada por los “países emergentes”.

Después venían los países industrializados, distinguiendo un crecimiento del PBI de “dos velocidades”: EEUU con un 2.5 a 2.8%, mientras que Europa seguía más atrás con 1.5 a 1.8% del PBI (debido a Grecia, Portugal, Irlanda y España).

Estos pronósticos estaban amenazados, sin embargo, por la enorme alza de los precios de los “commodities” (productos básicos). Así, los precios de los productos agrícolas alcanzaron, según la FAO su nivel más alto de la historia, destacando el trigo, el maíz y el aceite de soya. Con los metales sucedió lo mismo, pues el Índice de Commodities CRB de Thomson Reuters llegó a 490, también un máximo histórico.

También el petróleo superó largamente en los últimos meses los US$ 100/barril, precio bastante alto, aunque inferior a los US$ 140/barril que alcanzó a mediados del 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria de las hipotecas sub prime.

Previendo un alza constante del petróleo, el Deutsche Bank realizó un estudio que arrojó el siguiente resultado: por encima de US$ 150/barril, el PBI mundial disminuiría 2%, la caída sería mayor en la eurozona con -2.3%, siendo algo menor en EEUU con -1.75%.
La cuestión es que la tendencia alcista de los precios de los “commodities” hizo que los inversionistas se “refugien” en los mercados de materias primas, donde, como hemos visto, podían obtener enormes ganancias. También se fueron al euro, que se cotizó en US$ 1.49 por euro hasta hace 3 días.

En los últimos días, sin embargo, todo parece haber cambiado pues los precios de los commodities se han venido derrumbando en los mercados internacionales.

Dice el Wall Street Journal de ayer que “la abrupta alza del dólar y el colapso de los precios del petróleo masacraron a los mercados globales, pues ha surgido el miedo de que los altos costos de la energía y de las materias primas estén corroyendo la recuperación económica global” (1).

Agrega el WSJ: “la tendencia alcista (rally) de los precios de los commodities ha mostrado serias grietas en las últimas semanas, presionada por contundentes datos económicos que confirman que el precio del galón de gasolina en 4 dólares (en EEUU) y las elevados precios de los alimentos están afectando a las empresas y negocios y ahogando los bolsillos de los consumidores”. Esto ha desatado el pánico de los inversionistas, que han comenzado a salir en manada de los mercados de materias primas. Como consecuencia, ayer el cobre terminó por debajo de US$ 4/libra por primera vez en el 2011 y el oro por debajo de US$ 1,500/onza.

También cayó el maíz (3%) y el gas natural bajó de US$ 4,60 a US$ 4.09 por millón de BTU.

Esta volatilidad de los precios (commodities, monedas) nos indica que la economía mundial no termina de salir aún de la crisis del 2008. Los enormes “Planes Estímulo” se han venido agotando y no han producido un “nuevo” crecimiento económico sostenible. Las enormes masas de dinero estatal, de un lado, han elevado notablemente la deuda pública pero, de otro, ese mismo dinero recibido por los inversionistas y los bancos no ha aumentado el crédito sino que en buena medida se ha dirigido a actividades especulativas en diferentes mercados.

Así, la “sensación de recuperación” agravada por un contexto de drásticos ajustes fiscales en Europa y, también, en EEUU, parece estar llegando a su fin. Lo que debe mantenernos con los ojos bien abiertos, dirigidos a reducir drásticamente nuestra actual dependencia de las materias primas.

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