jueves, 13 de enero de 2011

El Perú avanza en analfabetismo funcional




Hace un mes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), emitió el Informe conocido como PISA (siglas, en inglés, del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes). Se trata de un documento de la mayor importancia, que muestra los resultados de exámenes practicados durante tres años (en este caso hasta el 2009), a estudiantes que están finalizando lo que nosotros llamamos secundaria, en tres aspectos: comprensión de lectura, matemáticas y ciencias empíricas. El gobierno ha soslayado su contenido, buscando que pase inadvertido, y lo poco que ha dicho ha sido tendencioso, lo cual equivale a mentir.



Como señal somera de la importancia de estos informes, baste mencionar que, a la vista de sus resultados para los Estados Unidos, el presidente Obama anunció para su país una ambiciosa agenda de reforma educativa, denominada “Carrera hacia la cima”, adoptando las evaluaciones y estándares internacionales de calidad educativa propuestas.

Las pruebas PISA evalúan 65 países o “economías” (China expone a evaluación diferenciada tres “economías” suyas: Shanghai, Hong Kong y Macao; hecho muy revelador de los alcances de su política educativa). Según el informe de diciembre, lideran los resultados Corea y Finlandia, seguidos por Hong Kong (China), Singapur, Canadá, Nueva Zelandia y Japón, así como por Shanghai (China) y Macao (China). No es una casualidad que se trate de los países de más notable desempeño en términos de desarrollo en las últimas décadas.

El puesto que ocupa el Perú en ese informe es el antepenúltimo (apenas por encima de Azerbaijan y Kyrgyzstan), situándose, por tanto, entre los países cuyos resultados se consideran inferiores al promedio mínimo deseable. Ello significa que, según estándares internacionales, el rendimiento promedio de nuestros egresados de la secundaria corresponde al analfabetismo funcional, tanto en comprensión de lectura, como en información científica básica. ¿Se entiende ahora el nivel de “lectoría” que tiene aquella basura “periodística” como El Chino o Ajá, que “informan” a su clientela masiva del nacimiento del “hombre cuy” o del descubrimiento del infierno por “científicos rusos” que cavaron en la tierra? ¿Y cree el presidente García o su deplorable ministro de Educación que el Perú avanza con ese grado de analfabetismo?

Estos resultados constituyen una denuncia a la orientación de las políticas educativas en el país en las últimas tres décadas. Por ello, el Fujimorismo, en cuyo periodo fueron emitidos los primeros informes PISA (2000), decidió ocultarlos y no participar en las evaluaciones para los años siguientes (2003 y 2006). Nueve años después del desastre que Fujimori ocultó, maquillándolo con muros escolares color naranja, constatamos que en analfabetismo funcional el Perú avanza. Será por ello que los herederos de Fujimori, hoy en diversas tiendas “políticas”, confían en continuar timando a sus electores.

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