jueves, 13 de enero de 2011

GARCIA ES PUERTO CHIENO

Los trabajadores del Callao, con la solidaridad de sus compañeros de Chimbote, Salaverry, Pisco, Iquitos e Ilo, han realizado una movilización para protestar contra el intento de concesión del Muelle Norte del Callao a una empresa manejada por Chile. El proyecto condenado por los portuarios confirma el afán proChileno del presidente Alan García.

Los medios vinculados al régimen aprista consideran que la concesión debe cumplirse y Enapu convertirse en un minúsculo e impotente órgano regulador. Jaime de Althaus, portavoz de un neoliberalismo que ha llevado a la ruina a Estados Unidos y Europa, y que funge de vocero de los planes privatizadores y antinacionales del gobierno, es la encarnación de esa línea.

Lo que se quiere hacer con el Muelle Norte es continuación de lo que se ha hecho en Paita. Como ha denunciado Manuel Dammert, en el puerto de Miguel Grau se ha instalado un consorcio cuya matriz está en Chile. La presencia de los intereses Chilenos en Paita no ha significado inversiones mayores ni adelanto tecnológico.

Esto es coherente con la estrategia de Chile: impedir el desarrollo portuario del Perú. Hay que ser o muy ignorantes o demasiado comprometidos con Chile para desconocer que éste ambiciona convertir a sus puertos en válvula de salida para las voluminosas y crecientes exportaciones de Brasil –de soya en particular– hacia la costa occidental de Estados Unidos y hacia los grandes mercados de Asia.

Cabe hacer justicia a una gran previsión del general Juan Velasco Alvarado. Fue en momentos en que Brasil se asociaba a Ecuador, que le ofrecía vías de salida por territorio que nunca fue ecuatoriano –la región de Tumbes, Jaén y Maynas–, pero que Quito pretendía como suyos. Velasco se reunió con políticos y militares brasileños, a bordo de una nave de la Marina peruana, y les planteó abrir cinco carreteras transversales que significarían un ahorro colosal para el transporte de la carga brasileña proveniente de decisivos estados cercanos al Perú. La propuesta modificó la geopolítica de Brasil.

Alguna vez se conocerá en detalle ese episodio que forma parte de la historia escondida.

En todo caso, conviene hoy reforzar la lucha contra la concesión del Muelle Norte, constituido por cinco muelles. En el Callao se libra un combate histórico por la soberanía, el progreso y la seguridad del país.

En los últimos decenios, al amparo de las letanías neoliberales, se ha insistido en que no existen en la economía sectores estratégicos. Recuérdese una refutación insólita: en 2006, el presidente George Bush, que había aprobado la entrega de los grandes puertos estadounidenses de Nueva York, Filadelfia, Baltimore, Miami, Tampa y Nueva Orleans, anuló el contrato. La opinión pública lo obligó.

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