domingo, 7 de febrero de 2010

Partidos

Los partidos políticos están, literalmente, partidos. Y ahora empieza también la pelea en los canales de TV: Carlos Álvarez quiere competir con Jaime Bayly

El viernes el humorista Carlos Álvarez anunció que quería postular a la presidencia de la república por cualquier partido que se lo proponga. Está a la espera de ofertas. Y es posible que tenga más de una. (“Sorprende: Carlos Álvarez postulará a la Presidencia de la República”, El Comercio, 5.2.10)

Así, dos estrellas de Frecuencia Latina podrían estar compitiendo en las próximas elecciones generales. Signo de los tiempos.

“QUE ROBE PERO QUE HAGA”

La justificación de Álvarez para incursionar en las elecciones es simple: “La gente está harta de tanto delincuente y corrupto que solo entra a la política para robar y darle trabajo a su familia.”

Eso es parcialmente cierto. Existe la generalizada sensación de que la mayoría de los políticos son corruptos. Pero, a la vez, un extendido sentimiento de que eso es inevitable.

De hecho, en muchas elecciones la gente ha optado por políticos corruptos, sabiendo o sospechando que lo son.

El que Keiko Fujimori haya obtenido la más alta votación para el Congreso en el 2006 y ahora tenga un considerable nivel de simpatías, lo demuestra claramente. La adhesión no es, por supuesto a Keiko, que habla poco, no tiene ninguna idea y no ha hecho nada en tres años y medio en el Congreso, sino a su padre, Alberto Fujimori, sentenciado por varios delitos mayores, entre otros, corrupción.

Así, la idea de que un político ladrón pero que hace obras es mejor que uno que roba sin hacer nada, probablemente se vuelva a imponer en las elecciones del 2010 y 2011.

La inmediata corriente de simpatías que ha suscitado Jaime Bayly –y que tal vez podría emular Carlos Álvarez– quizás se deba también, además del hartazgo de los corruptos, a la necesidad de una renovación del elenco estable de la política peruana.
Sin embargo, como en Argentina después de Fernando de la Rúa (“¡que se vayan todos!”), probablemente se trate de un humor pasajero y al final todos –incompetentes y corruptos– se queden.

¿EL PPC SE TERMINA?

La renuncia de Salvador Heresi al PPC es sintomática y ha sido interpretada por varios analistas como consecuencia de una política argollera de los dirigentes de ese partido.

Augusto Álvarez sostiene que los dirigentes lo empujaron a “irse con actitud del que se quiere sacar de encima a un potencial rival dentro del partido.” Y añade que “un partido necesita darles a sus dirigentes intermedios –como un alcalde distrital– la sensación de que son tomados en cuenta y no usados como fichas por unos señorones argolleros para unas negociaciones en las que buscan, desde la piscina, su acomodo personal y no el de la comunidad política que supuestamente dirigen” (“El gran partido de los ex pepecistas”, La República, 4.2.10).

Juan Paredes coincide: “el PPC de los últimos tiempos (…) no ha podido ser el espacio abierto de recambio que sus dirigentes y militantes hubieran deseado. Se ha encerrado cada vez más en sí mismo.” Y compara la renuncia de Heresi con la de Luis Bedoya Reyes a la Democracia Cristiana hace 44 años. Dice que Bedoya “creció más que la camiseta de la Democracia Cristiana y como luego ya no pudo calzar en ella, porque el dueño del partido, Héctor Cornejo Chávez, se lo impedía, no tuvo otra salida que marcharse por la puerta grande.” (“De Bedoya a Heresi, 44 años después”, El Comercio, 4.2.10).

En realidad, en esa ocasión, además de la pugna por el liderazgo, existían discrepancias políticas e ideológicas. Héctor Cornejo era de centro izquierda Luis Bedoya de centro derecha. Una de las características de las actuales luchas por el liderazgo y el posicionamiento dentro de los partidos, es que no hay discrepancias ideológicas. La lucha es por el poder puro y duro.

¿REINA Y NO GOBIERNA?

Lourdes Flores se fue a Taiwán en el momento preciso de las definiciones, justamente para no definirse. Cuando los alcaldes de su partido y de grupos afines querían saber si se convertiría en la locomotora que los ayudaría a reelegirse.

Y se fue con Horacio Cánepa, el del “Huanucazo” de 1995 (exculpado por el complaciente Poder Judicial), que parece ser su brazo derecho. Y da la casualidad que los allegados a Heresi aseguran que quien llevó la información sobre el presunto desbalance patrimonial del alcalde a los medios de comunicación fue Horacio Cánepa.

En suma, parece imponerse en el PPC la línea de los que quieren una alianza con Alejandro Toledo para que este los lleve en lugares preferenciales de su lista el 2011. El apoyo de Toledo a Lourdes mostraría que ese punto de vista prospera en ambos grupos. Pero podría ser el final del PPC.

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