martes, 16 de agosto de 2011

CRISIS O BANCARROTA



¿Crisis o bancarrota?



César Lévano

Razón Social cesar.levano@diariolaprimeraperu.com
El semanario alemán Der Spiegel abre su portada de esta semana con la interrogación: ¿Marcha el mundo a la bancarrota?



Sus páginas aportan informes y reportajes sobre la quiebra económica global y sus dimensiones reales, que políticos y analistas peruanos buscan ocultar o disminuir. Hay que entender que el mal es muy grave y no tiene remedio en el corto o el mediano plazo. Der Spiegel señala que, en realidad, en Europa hay ya varios países en bancarrota y algunos más a punto de caer en ese abismo.

Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, expone en The New York Times que hay que considerar dos realidades, en apariencia contradictorias, pero que no lo son. LA PRIMERA es que Estados Unidos ya no es el país estable y confiable que antes fue.

La segunda es que Standard and Poor, la agencia que sacó de la calificación de triple A a Estados Unidos, tiene todavía menos credibilidad. Krugman dice que la agencia actuó con chutzpah (desvergonzada audacia) al descalificar a NorteAmérica. La chutzpah, explica el economista, es tradicionalmente definida con el ejemplo del joven que mata a sus padres y luego implora compasión porque es un pobre huérfano.

Un profesor de Economía de Harvard señala, por su parte, en Spiegel, que gran culpa en el bajón económico estadounidense la tiene el presidente Barack Obama, por haber cedido a la presión de la ultraderecha del Tea Party. Bancos y corporaciones se han asegurado nuevos e ingentes ingresos, que pagarán los proletarios y las capas medias de la Unión, y del mundo entero.

“Lo que hace que Estados Unidos no parezca confiable no es la matemática presupuestaria, es la política”, recalca Krugman. “Los problemas de Estados Unidos provienen casi enteramente de un solo lado. Específicamente son causados por el surgimiento de una derecha extremista dispuesta a crear crisis repetidas antes que ceder una pulgada en sus demandas”.

Frente a ese panorama sombrío, plagado de descontento, miedos y conflictos, la América Latina debe adoptar una línea de unidad y previsión. Ayer, en reunión del canciller Rafael Roncagliolo con periodistas de los más plurales medios nacionales, se puso de relieve la cita de la Unión de Naciones de América del Sur (Unasur) que se efectúa a partir de hoy en Buenos Aires. En la reunión participarán los ministros de Economía y los presidentes de los bancos centrales de nuestra región.

Una decisión previsible es intensificar el comercio intrarregional, ya que las ventas a otras partes del mundo se van a reducir.

Los países de Unasur tienen 700 mil millones de dólares en reservas. ¿Por qué no escuchar el consejo de Theotonio dos Santos, de que por lo menos parte de esas divisas, que se están devaluando, se empleen en áreas reproductivas: carreteras, Educación, ciencia y tecnología?

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