domingo, 13 de junio de 2010

Pandemia fabricada

A más de un año de la alarma global que causó la AH1N1, diversos expertos sostienen que es claro que se fabricó una ficción para beneficiar a la industria farmacéutica. Desde el inicio se percibió absolutamente fuera de lugar que los medios de comunicación se ocuparan tanto de un tema de salud pública, teniendo en cuenta que existen otras enfermedades que matan a miles al día y que no es posibles erradicar por la falta de recursos para crear medicamentos: enfermedades de pobres.

La situación desatada, arrastró o hasta pudo haberse originado con colaboración de la Organización mundial de la salud (OMS); esta misma organización ha anunciado el inició de una investigación externa para determinar el grado de responsabilidad que tuvo, respondiendo así a la denuncia del British Medical Journal. Lo mismo debiera plantearse para los ministerios de salud que se dejaron llevar adquiriendo vacunas no necesarias, siguiendo la iniciativa del Consejo de Europa.

Para declarar a la AH1N1 como una pandemia, con todo lo que ello conlleva para los sistemas sanitarios regionales y nacionales, la OMS tuvo que variar la clasificación; pasó de medir la magnitud de una pandemia por las muertes producidas, a basarse en la cantidad de países en los que se detectan casos. En ese contexto nada claro, es oportuno tener en cuenta que el ex jefe del Departamento Epidemiológico de la OMS, luego de darse la gripe aviar en 1997, se convirtió en alto ejecutivo de Novartis (entrevista a Wolfgang Wodarg, Presidente de la Comisión de salud del Consejo de Europa, en el diario l’Humanite). Este y otros datos pueden explicar por qué los montos dedicados por los estados para comprar la vacuna para la AH1N1 fluyesen tan rápido; sólo en el Perú el Minsa adquirió vacunas por unos sesenta millones de dólares.

Como vemos, los resortes para agilizar las decisiones en temas de salud pública se activan velozmente cuando los intereses comerciales logran crear una realidad ficticia con la ayuda de los medios de comunicación. Hace un año se presentó esta gripe casi como asunto de supervivencia de la especie, cuando hoy podemos sostener con evidencia, que no se produjo ninguna catástrofe.

Sólo la influenza estacional causa diez veces más muertes al año que lo que produjo la AH1N1. Este chantaje virtual, ha llevado a que la vacuna para la AH1N1 se aplique a niños, sin que se tengan estudios específicos al respecto (entrevista a Giani Tognoni– Agencia Matriz del Sur); y además sin que muchos países sepan qué hacer con millones de vacunas que tienen almacenadas. Todo ello confirma que se planificó una manipulación global, y que una similar se repetirá en un futuro con alguna otra alarma no sustentada pero sí económicamente rentable.

13 mil niños
Los contrastes en salud fortalecen la hipótesis de la fabricación de la pandemia. En el Perú se producen al año unas siete mil muertes de recién nacidos que no llegan al mes de vida, y de 13 mil niños menores de un año (estimaciones de Unicef–Mario Tavera). El invierno en la zona alto andina mata anualmente a cientos de niños, muchos más de los que la AH1N1 pudo. Existen registrados alrededor de cuarenta mil casos de TBC, siendo nuestro país uno de los pocos en los que se da la extremadamente resistente, el dengue no puede eliminarse y en ciertas zonas ya es endémico, Essalud presenta desabastecimiento de medicamentos para el VIH y a ello podríamos sumar las enfermedad olvidadas del África u otras zonas, todo lo cual permite apreciar el despropósito que fue la campaña y el gasto para evitar la AH1N1.

Industria educa
Esta situación permite enfocar uno de los temas clave en relación a la salud: la influencia de la industria farmacéutica (o de las aseguradoras) en la formación y decisiones de los actores que se desenvuelven en el campo sanitario. Esta industria penetra en la mentalidad de los profesionales de la salud, sobre todo de los médicos, desde el inicio de la formación universitaria asumiendo el costo de fiestas, libros, paseos; lo que progresivamente va adecuando mentalmente a los futuros profesionales (estudiantes: entre la frágil academia y la vorágine del mercado. Fernando Cornejo León - Los fármacos en la actualidad).

Una vez ya en el ejercicio de la profesión o en puestos clave, la influencia se vuelve menos sutil y llega a convertirse en prebendas como viajes a cursos de especialización, y otras formas más directas de acomodo.

Por ello es necesario que la OMS y las autoridades correspondientes en los niveles supranacionales y nacionales, tomen las medidas del caso para profundizar en los hechos que permitieron generar el pánico colectivo frente a la AH1N1. Ello con el objetivo de aminorar la influencia que la industria ejerce en las decisiones en distintos niveles de la salud pública; justamente existe la salud “pública” porque en este campo lo que interesa es la lógica desde la cual se toman las decisiones e implementan las acciones.

Lo público tiene que ver con lo de todos, independientemente de la posición económica, cultural, geográfica. Resulta por decir lo menos contradictorio, que este campo sea manipulado tan fácilmente por la lógica privada, que puede ser útil para otros espacios, pero no para la salud.

Alexandro Saco
Colaborador

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