Desesperación y guerra sucia
.Por Javier Diez Canseco (*)
Desesperación y desconcierto. Impotencia, frustración, conciencia de fracaso. Estos sentimientos y una marcada irritación exudan los principales medios comprometidos en la prepotente y orquestada campaña dirigida a promover la candidatura de Kuczynski como el innovador, el “outsider” de 72 años que “sabe cómo” impulsar las transformaciones que el Perú necesita, aunque ya haya gobernado y sido ministro en cuatro ocasiones, con los resultados que vivimos.
Valiéndose de su fortísimo control mediático, los grupos de poder y sus plumas o locutores de alquiler nos mostraron a un Kuczynski multifacético, incursionando en todos los programas existentes de la TV: desde los políticos y los cómicos hasta los magazines de chismes. Buscaron transformar al atildado gerente general, al implacable financista y lobbista de grandes intereses: comprador de empresas públicas (Edelnor, aeropuerto Jorge Chávez, intento de comprar Hierro Perú para los chilenos) en las amañadas privatizaciones del fujimorismo, gestor de que no le cobren US$ 140 millones de dólares en impuestos a Barrick o promotor del cambio de las normas de explotación del gas de Camisea para que se entregue a Hunt Oil y permitirle exportarlo. Lo quisieron convertir en un gringo criollo y procaz, orgulloso de someterse a pruebas táctiles de testes y capaz de soltar “agudas” bromas sobre ellos. Pero terminó casi en un payaso e imitador de tercera.
Querían nacionalizar a PPK –PPKuy, PPKóndor– a pesar de sus ostentosos vínculos con la Embajada de EEUU y las mineras, de su nacionalidad norteamericana. Ahora nos enteramos que ni siquiera llenó los formularios para renunciar a ella, a pesar de haberlo ofrecido en diciembre pasado. Un PPKuy que el 2006 respondió críticas al TLC con EEUU señalando –en obvia expresión racista– que el problema era que a los andinos les faltaba oxigenación cerebral. Se desnudó su falta de transparencia al evidenciarse, por una somera investigación periodística, que es propietario de empresas no declaradas en el formulario entregado al JNE para postular a la Presidencia, y que, además, resulta socio estratégico de poderosos intereses chilenos como los del archimillonario Gerardo Sepúlveda. Ese es el verdadero PPK, el que promueve el recorte de derechos sociales como las vacaciones y la CTS para nuevos trabajadores o la privatización de Sedapal, que haría del agua un elemento manejado con fines de lucro y no un derecho fundamental para la vida que el Estado debe garantizar. La estrategia mediática ha comenzado a estancarse.
Pero lo más grave –para los continuistas de este modelo económico de crecimiento sin bienestar para las mayorías y corrupción generalizada– es el veloz aumento de Humala y Gana Perú, colocados por todas las encuestadoras (salvo Idice Alan) en el primer lugar de la intención de voto. Según CPI, pasa de 15.7% a 23.3% a nivel nacional en una semana. Mientras Toledo, Fujimori o Castañeda están a la baja o estancados. La voluntad de cambio reflejada en Gana Perú y Ollanta Humala crece.
Consecuentemente, los medios y sus candidatos retoman la estrategia del 2006 frente a Humala: promover el miedo, hacer correr rumores y mover los mercados cambiarios para generar inseguridad. Quieren ganar terreno con el terrorismo financiero como cuando Correo, El Comercio y otros medios, junto con “un alto funcionario del gobierno de Toledo” promovieron la devaluación monetaria del sol y quisieron impedir que el BCR intervenga para defender nuestra moneda. Tienen el plato servido.
Estos últimos 14 días serán de inclemente guerra sucia. Pero gran parte del país ya sabe a dónde van los que quieren imputarle a Humala una economía estatista, cuando plantea una economía social de mercado, con un Estado que regule y defienda al consumidor, al usuario y al trabajador, a la pequeña y micro empresa. Saben a dónde va la monserga del “chavismo” y de que quiere controlar los medios. Quieren sembrar el miedo al cambio, al derecho a ser felices, a gozar de un país con derechos y oportunidades para todos y solo para unos pocos. No lo lograrán.
(*) Candidato al Congreso por GANA PERU.
jueves, 31 de marzo de 2011
ANTISISTEMA
Impuestos mundiales a las sobreganancias mineras )
.Por Humberto Campodónico
En enero de este año el gobierno de Israel aprobó por abrumadora mayoría elevar los impuestos a la explotación de petróleo y gas natural del 20 al 50%, de acuerdo a como evolucione la ganancia de la empresa. Este impuesto va a duplicar la participación del Estado en la renta del gas, llegando hasta el 62%.
Hace dos días, la Comisión de Energía del Parlamento de Israel aprobó la medida, por lo que se considera un hecho que se apruebe en el Pleno en los próximos días. No ha sido fácil llegar hasta aquí, dicen los comentaristas, pues los “lobbies” petroleros contrataron al mismísimo Bill Clinton para que haga cambiar la decisión del Premier Benjamín Nettanyahu. Pero Clinton no pudo.
Aquí la cuestión es que se han descubierto 33 billones de pies cúbicos (en Camisea las reservas probadas son de 8 bpc) en el mar al frente de Gaza e Israel quiere participar de las sobreganancias. Hay que resaltar que este impuesto es retroactivo y la empresa Noble-Delev, que descubrió el yacimiento, tendrá que pagarlo (1). ¿Es Netanyahu un antisistema?
Hace dos meses en Chile se aprobó que al finalizar los contratos de estabilidad tributaria con las empresas mineras (que va a ocurrir en estos años) las regalías se elevarán del 5 al 14% de la utilidad operativa. También se planteó a las empresas un esquema para que paguen anticipadamente una regalía más alta, recibiendo a cambio un periodo mayor de estabilidad tributaria. Todas las empresas aceptaron, menos una. Así, en los próximos 3 años Chile tendrá mayores ingresos por US$ 1,000 millones anuales (2).
¿Es Piñera un antisistema?
En Australia, la empresa BHP Billiton (que acá es propietaria de Antamina y Tintaya) acaba de anunciar que en el II semestre del 2010 tendrá utilidades netas de 10,500 millones de dólares, 71.5% más que el año pasado. Se espera que la empresa supere la marca de 20,000 millones en todo el año.
Dicen los economistas australianos que estas enormes ganancias pondrán nuevamente sobre el tapete el impuesto a las sobreganancias mineras (el llamado super tax). En efecto, el año pasado los fortísimos lobbies australianos derrotaron la propuesta del Secretario del Tesoro, Kevin Rudd de promulgar el “super tax” y se estima que el Estado australiano dejará de recaudar 60,000 millones de dólares en los próximos 10 años (Recomienza el debate sobre el super tax, www.investsmart.com.au, 17/02/11).
Como se aprecia, en todo el mundo se discute acerca de las sobreganancias mineras y petroleras. ¿Por qué? Porque los precios de los minerales han subido enormemente desde el 2004 debido a la industrialización de China, India y otros países emergentes, con lo cual cambió radicalmente la época de “vacas flacas de precios”. En petróleo hay otras razones (también ha aumentado la demanda, se vislumbra escasez de nuevas reservas en el futuro y, sobre todo, hay harto ruido político en el Medio Oriente).
En esta nueva situación, todos los países revisan los “viejos contratos” de la década del 80 y 90 para adecuarlos a la nueva situación. Eso es todo. Y, claro, las empresas mineras defienden sus intereses, mientras que los gobiernos defienden los suyos. De eso se trata.
Aquí en el Perú los “lobbies” mineros y petroleros son super fuertes y no quieren que nada cambie, política en la cual reciben un fuerte apoyo de sus socios locales, a nivel político, empresarial y en los medios de comunicación. Eso es lo que debe cambiar, para que la mayor recaudación pueda financiar la inversión en educación, salud e infraestructura. Y eso se debe hacer, porque es de justicia.
(1) Israel y el impuesto a las sobreganancias, 12/11/2010, www.cristaldemira.com
(2) Chile: Rescatan mineros y aumentan regalías, 15/10/2010
.Por Humberto Campodónico
En enero de este año el gobierno de Israel aprobó por abrumadora mayoría elevar los impuestos a la explotación de petróleo y gas natural del 20 al 50%, de acuerdo a como evolucione la ganancia de la empresa. Este impuesto va a duplicar la participación del Estado en la renta del gas, llegando hasta el 62%.
Hace dos días, la Comisión de Energía del Parlamento de Israel aprobó la medida, por lo que se considera un hecho que se apruebe en el Pleno en los próximos días. No ha sido fácil llegar hasta aquí, dicen los comentaristas, pues los “lobbies” petroleros contrataron al mismísimo Bill Clinton para que haga cambiar la decisión del Premier Benjamín Nettanyahu. Pero Clinton no pudo.
Aquí la cuestión es que se han descubierto 33 billones de pies cúbicos (en Camisea las reservas probadas son de 8 bpc) en el mar al frente de Gaza e Israel quiere participar de las sobreganancias. Hay que resaltar que este impuesto es retroactivo y la empresa Noble-Delev, que descubrió el yacimiento, tendrá que pagarlo (1). ¿Es Netanyahu un antisistema?
Hace dos meses en Chile se aprobó que al finalizar los contratos de estabilidad tributaria con las empresas mineras (que va a ocurrir en estos años) las regalías se elevarán del 5 al 14% de la utilidad operativa. También se planteó a las empresas un esquema para que paguen anticipadamente una regalía más alta, recibiendo a cambio un periodo mayor de estabilidad tributaria. Todas las empresas aceptaron, menos una. Así, en los próximos 3 años Chile tendrá mayores ingresos por US$ 1,000 millones anuales (2).
¿Es Piñera un antisistema?
En Australia, la empresa BHP Billiton (que acá es propietaria de Antamina y Tintaya) acaba de anunciar que en el II semestre del 2010 tendrá utilidades netas de 10,500 millones de dólares, 71.5% más que el año pasado. Se espera que la empresa supere la marca de 20,000 millones en todo el año.
Dicen los economistas australianos que estas enormes ganancias pondrán nuevamente sobre el tapete el impuesto a las sobreganancias mineras (el llamado super tax). En efecto, el año pasado los fortísimos lobbies australianos derrotaron la propuesta del Secretario del Tesoro, Kevin Rudd de promulgar el “super tax” y se estima que el Estado australiano dejará de recaudar 60,000 millones de dólares en los próximos 10 años (Recomienza el debate sobre el super tax, www.investsmart.com.au, 17/02/11).
Como se aprecia, en todo el mundo se discute acerca de las sobreganancias mineras y petroleras. ¿Por qué? Porque los precios de los minerales han subido enormemente desde el 2004 debido a la industrialización de China, India y otros países emergentes, con lo cual cambió radicalmente la época de “vacas flacas de precios”. En petróleo hay otras razones (también ha aumentado la demanda, se vislumbra escasez de nuevas reservas en el futuro y, sobre todo, hay harto ruido político en el Medio Oriente).
En esta nueva situación, todos los países revisan los “viejos contratos” de la década del 80 y 90 para adecuarlos a la nueva situación. Eso es todo. Y, claro, las empresas mineras defienden sus intereses, mientras que los gobiernos defienden los suyos. De eso se trata.
Aquí en el Perú los “lobbies” mineros y petroleros son super fuertes y no quieren que nada cambie, política en la cual reciben un fuerte apoyo de sus socios locales, a nivel político, empresarial y en los medios de comunicación. Eso es lo que debe cambiar, para que la mayor recaudación pueda financiar la inversión en educación, salud e infraestructura. Y eso se debe hacer, porque es de justicia.
(1) Israel y el impuesto a las sobreganancias, 12/11/2010, www.cristaldemira.com
(2) Chile: Rescatan mineros y aumentan regalías, 15/10/2010
DE NUEVO
.De nuevo y a acomodarse
Por Humberto Campodónico
Del 2001 al 2006 el PBI del Perú creció 32%, cantidad notable para los estándares peruanos. Sin embargo, esa bonanza macroeconómica no llegó a amplios sectores de la población, que manifestó su descontento votando por Ollanta Humala, quien estuvo cerca de ganar las elecciones presidenciales.
Las lecciones que debieron haber sacado la clase empresarial, la derecha política y el propio partido de gobierno eran simples y las resumió la CADE de Arequipa en diciembre del 2006: “No existe nosotros con alguien afuera”. O sea, el crecimiento tiene que ser inclusivo, lo que implica dejar de lado los fundamentalismos (“el mercado lo resuelve todo”) para poner en marcha políticas y acciones que permitan tener un crecimiento con una mayor distribución de la riqueza.
De esa manera, las grandes mayorías de la población podrían superar el malestar microeconómico –al que aludió premonitoriamente Jürgen Schuldt en el 2004– y sentir que, cuando la marea económica sube, suben todos los botes, los grandes y los chiquitos.
¿Y qué pasó? Pues que el PBI creció 73% del 2001 al 2010, una cantidad notable –digámoslo otra vez– y 40% desde el 2006 hasta el 2010. La bonanza macroeconómica continuó, pero lo mismo sucedió con el malestar microeconómico de la población, lo que ya comienza a notarse en las encuestas electorales.
Y razón no les falta. Del 2001 al 2011 el salario mínimo pasó de 410 a 600 soles, pero en términos reales (descontando la inflación) solo aumentó 16%, cuando el PBI aumentó 73%. Lo mismo con la participación de los salarios en el PBI, que han alcanzado su mínimo histórico, justo en los años que el PBI crece. Igual con el empleo, pues casi todo el aumento del 2001 a la fecha ha sido en empleos precarios.
Pero quizá lo que más le molesta a la población es escuchar día a día que cualquier reivindicación sobre sus necesidades es inmediatamente denunciada como un “ataque al modelo económico” y, por tanto, imposible de ser cumplida.
Eso pasa cuando se plantea que las comisiones que les pagamos a las AFP se determinen de acuerdo a la rentabilidad y no que las AFP ganen siempre, aunque nosotros perdamos. Igual con la Ley General del Trabajo para “reformar las reformas” de 1991 y 1992 del fujimorismo, que fomentan las “services” e impiden los sindicatos.
¿Es acaso “antimodelo” exigir que no se exporte el gas de Camisea o que Santa Sofía no haga el puerto en Ancón? ¿Es que no se puede exigir que se combata la evasión tributaria y que se derogue la rebaja de aranceles a los productos de lujo, lo que cuesta S/.40 millones anuales? ¿Por qué no puede haber empresas públicas en sectores clave como energía y puertos, como en países vecinos?
¿Acaso no es indispensable que los mercados sean más competitivos para que, por ejemplo, las medicinas bajen de precio cuando el gobierno les reduce los impuestos? ¿Por qué iría contra el modelo económico plantear que, ya, se ponga en marcha el gasoducto sur andino a las regiones más pobres del país?
¿O exigir una pensión no contributiva para el 70% de mayores de 65 años, que hoy no recibe nada en los últimos años de su vida? ¿Y por qué no se pueden elaborar nuevas leyes mineras y petroleras para que el Estado tenga una mejor participación en la renta en las inversiones futuras? ¿Por qué no hay voluntad política para hacerlas?
Casi todas las medidas reseñadas existen ya en Chile, Colombia y Brasil. Pero aquí no se ponen en marcha porque los grandes intereses económicos introducen la trampa de que ellas “cambian” el modelo. En verdad no quieren que nada cambie para que todo siga igual, con lo cual fomentan –sin querer queriendo– la polarización social. A ratos, como en la Cade 2006, hay un rapto de lucidez. Pero dura poco pues lo acalla “la necesidad” de mantener intocable el “modelo económico”.
Quien siembra vientos, cosecha tempestades. El pueblo peruano quiere sentir el bienestar microeconómico cuando la marea sube y por eso está diciendo, de nuevo y a acomodarse.
Por Humberto Campodónico
Del 2001 al 2006 el PBI del Perú creció 32%, cantidad notable para los estándares peruanos. Sin embargo, esa bonanza macroeconómica no llegó a amplios sectores de la población, que manifestó su descontento votando por Ollanta Humala, quien estuvo cerca de ganar las elecciones presidenciales.
Las lecciones que debieron haber sacado la clase empresarial, la derecha política y el propio partido de gobierno eran simples y las resumió la CADE de Arequipa en diciembre del 2006: “No existe nosotros con alguien afuera”. O sea, el crecimiento tiene que ser inclusivo, lo que implica dejar de lado los fundamentalismos (“el mercado lo resuelve todo”) para poner en marcha políticas y acciones que permitan tener un crecimiento con una mayor distribución de la riqueza.
De esa manera, las grandes mayorías de la población podrían superar el malestar microeconómico –al que aludió premonitoriamente Jürgen Schuldt en el 2004– y sentir que, cuando la marea económica sube, suben todos los botes, los grandes y los chiquitos.
¿Y qué pasó? Pues que el PBI creció 73% del 2001 al 2010, una cantidad notable –digámoslo otra vez– y 40% desde el 2006 hasta el 2010. La bonanza macroeconómica continuó, pero lo mismo sucedió con el malestar microeconómico de la población, lo que ya comienza a notarse en las encuestas electorales.
Y razón no les falta. Del 2001 al 2011 el salario mínimo pasó de 410 a 600 soles, pero en términos reales (descontando la inflación) solo aumentó 16%, cuando el PBI aumentó 73%. Lo mismo con la participación de los salarios en el PBI, que han alcanzado su mínimo histórico, justo en los años que el PBI crece. Igual con el empleo, pues casi todo el aumento del 2001 a la fecha ha sido en empleos precarios.
Pero quizá lo que más le molesta a la población es escuchar día a día que cualquier reivindicación sobre sus necesidades es inmediatamente denunciada como un “ataque al modelo económico” y, por tanto, imposible de ser cumplida.
Eso pasa cuando se plantea que las comisiones que les pagamos a las AFP se determinen de acuerdo a la rentabilidad y no que las AFP ganen siempre, aunque nosotros perdamos. Igual con la Ley General del Trabajo para “reformar las reformas” de 1991 y 1992 del fujimorismo, que fomentan las “services” e impiden los sindicatos.
¿Es acaso “antimodelo” exigir que no se exporte el gas de Camisea o que Santa Sofía no haga el puerto en Ancón? ¿Es que no se puede exigir que se combata la evasión tributaria y que se derogue la rebaja de aranceles a los productos de lujo, lo que cuesta S/.40 millones anuales? ¿Por qué no puede haber empresas públicas en sectores clave como energía y puertos, como en países vecinos?
¿Acaso no es indispensable que los mercados sean más competitivos para que, por ejemplo, las medicinas bajen de precio cuando el gobierno les reduce los impuestos? ¿Por qué iría contra el modelo económico plantear que, ya, se ponga en marcha el gasoducto sur andino a las regiones más pobres del país?
¿O exigir una pensión no contributiva para el 70% de mayores de 65 años, que hoy no recibe nada en los últimos años de su vida? ¿Y por qué no se pueden elaborar nuevas leyes mineras y petroleras para que el Estado tenga una mejor participación en la renta en las inversiones futuras? ¿Por qué no hay voluntad política para hacerlas?
Casi todas las medidas reseñadas existen ya en Chile, Colombia y Brasil. Pero aquí no se ponen en marcha porque los grandes intereses económicos introducen la trampa de que ellas “cambian” el modelo. En verdad no quieren que nada cambie para que todo siga igual, con lo cual fomentan –sin querer queriendo– la polarización social. A ratos, como en la Cade 2006, hay un rapto de lucidez. Pero dura poco pues lo acalla “la necesidad” de mantener intocable el “modelo económico”.
Quien siembra vientos, cosecha tempestades. El pueblo peruano quiere sentir el bienestar microeconómico cuando la marea sube y por eso está diciendo, de nuevo y a acomodarse.
UTILIDADES
El “boom” de las utilidades
.Por Humberto Campodónico
Hace pocos días un informe de la consultora Gerens nos informó que la rentabilidad promedio de las empresas inscritas en la Bolsa de Valores de Lima (BVL) fue de 25,5% en el 2010. Añade Gerens que la rentabilidad de las empresas mineras fue aún mayor, llegando a 33,3% en el 2010.
La rentabilidad es la relación entre la Utilidad Neta y el Patrimonio de la empresa. Así, una rentabilidad del 25% –como la del 2010– nos dice que el patrimonio se recupera en 4 años, lo que la hace una de las más altas de la Región, superando también a la de EEUU, que es de 14% anual. De otro lado, una rentabilidad del 33% anual, como tienen las mineras, indica que el patrimonio se recupera en tan solo 3 años.
La información que proporciona Gerens para plazos más largos –desde diciembre de 1998– nos permite ver que, hasta mediados del 2002, la rentabilidad era tan solo del 5%, tanto para las empresas no mineras como para el total de las empresas registradas en la BVL.
A partir de esa fecha, ambas comienzan a aumentar de manera pareja. Sin embargo, desde mediados del 2004, la rentabilidad de las mineras se comienza a distanciar año a año de las empresas no mineras. Esto porque los precios de los minerales comienzan a subir sin pausa, lo que les proporciona ganancias extraordinarias.
La rentabilidad de las mineras llega a su punto más alto en 2007, cuando supera el 50% (recuperan su patrimonio en dos años).
Luego comienza a bajar con la crisis del 2008 y 2009, recuperándose en el 2010 con niveles del 33% anual, como ya hemos visto.
De su lado, las no mineras comienzan su ascenso paulatino y sostenido desde el 2002-2003 paulatina y sostenidamente, alcanzando un valor con 18% a mediados del 2007. La crisis internacional produce provoca una caída, pero la recuperación comienza en el 2009 y prosigue en el 2010, con rentabilidades del 20%.
Nótese que por periodos largos (del 2003 al 2008) la rentabilidad de las mineras triplica y hasta cuadruplica la de las no mineras. Es esa diferencia la que “empuja hacia arriba” al promedio de las empresas registradas en la BVL.
Dice Gerens: “la crisis financiera internacional que se inició a mediados del 2008 y concluyó en setiembre del 2009, no tuvo un impacto significativo sobre el desempeño de las empresas, ya que la tasa de rentabilidad anualizada más baja del periodo, 17,7% (junio de 2009, para el total de empresas) no se puede considerar que es una tasa baja ya que es mayor que el costo de oportunidad promedio de las empresas evaluadas” (Gestión, 22/3/2011).
Este periodo de grandes rentabilidades en el sector empresarial debiera haber tenido su correlato en la participación de los salarios en el PBI, ya que estamos hablando, estrictamente, del sector formal o “moderno” de la economía nacional. Sin embargo, ello no sucedió pues los salarios tuvieron, primero, una fuerte caída con el fujishock de 1990 (bajaron su participación del 30 al 25% del PBI) y se mantuvieron estables en el fondo del pozo hasta el 2002.
Luego vino lo sorprendente: la bonanza macroeconómica del 2003 al 2008 no aumentó la participación salarial en el PBI, sino que por el contrario ésta disminuyó, llegando a solo 21% en el 2008, aumentando ligeramente a 22% en el 2009 (1).
Así, en esta década de las vacas gordas, la marea no hizo subir por igual a todos los botes. Quizá por eso se queja. Para que las cosas cambien, para que el crecimiento no beneficie de manera predominante a pocos, sino a muchos.
.Por Humberto Campodónico
Hace pocos días un informe de la consultora Gerens nos informó que la rentabilidad promedio de las empresas inscritas en la Bolsa de Valores de Lima (BVL) fue de 25,5% en el 2010. Añade Gerens que la rentabilidad de las empresas mineras fue aún mayor, llegando a 33,3% en el 2010.
La rentabilidad es la relación entre la Utilidad Neta y el Patrimonio de la empresa. Así, una rentabilidad del 25% –como la del 2010– nos dice que el patrimonio se recupera en 4 años, lo que la hace una de las más altas de la Región, superando también a la de EEUU, que es de 14% anual. De otro lado, una rentabilidad del 33% anual, como tienen las mineras, indica que el patrimonio se recupera en tan solo 3 años.
La información que proporciona Gerens para plazos más largos –desde diciembre de 1998– nos permite ver que, hasta mediados del 2002, la rentabilidad era tan solo del 5%, tanto para las empresas no mineras como para el total de las empresas registradas en la BVL.
A partir de esa fecha, ambas comienzan a aumentar de manera pareja. Sin embargo, desde mediados del 2004, la rentabilidad de las mineras se comienza a distanciar año a año de las empresas no mineras. Esto porque los precios de los minerales comienzan a subir sin pausa, lo que les proporciona ganancias extraordinarias.
La rentabilidad de las mineras llega a su punto más alto en 2007, cuando supera el 50% (recuperan su patrimonio en dos años).
Luego comienza a bajar con la crisis del 2008 y 2009, recuperándose en el 2010 con niveles del 33% anual, como ya hemos visto.
De su lado, las no mineras comienzan su ascenso paulatino y sostenido desde el 2002-2003 paulatina y sostenidamente, alcanzando un valor con 18% a mediados del 2007. La crisis internacional produce provoca una caída, pero la recuperación comienza en el 2009 y prosigue en el 2010, con rentabilidades del 20%.
Nótese que por periodos largos (del 2003 al 2008) la rentabilidad de las mineras triplica y hasta cuadruplica la de las no mineras. Es esa diferencia la que “empuja hacia arriba” al promedio de las empresas registradas en la BVL.
Dice Gerens: “la crisis financiera internacional que se inició a mediados del 2008 y concluyó en setiembre del 2009, no tuvo un impacto significativo sobre el desempeño de las empresas, ya que la tasa de rentabilidad anualizada más baja del periodo, 17,7% (junio de 2009, para el total de empresas) no se puede considerar que es una tasa baja ya que es mayor que el costo de oportunidad promedio de las empresas evaluadas” (Gestión, 22/3/2011).
Este periodo de grandes rentabilidades en el sector empresarial debiera haber tenido su correlato en la participación de los salarios en el PBI, ya que estamos hablando, estrictamente, del sector formal o “moderno” de la economía nacional. Sin embargo, ello no sucedió pues los salarios tuvieron, primero, una fuerte caída con el fujishock de 1990 (bajaron su participación del 30 al 25% del PBI) y se mantuvieron estables en el fondo del pozo hasta el 2002.
Luego vino lo sorprendente: la bonanza macroeconómica del 2003 al 2008 no aumentó la participación salarial en el PBI, sino que por el contrario ésta disminuyó, llegando a solo 21% en el 2008, aumentando ligeramente a 22% en el 2009 (1).
Así, en esta década de las vacas gordas, la marea no hizo subir por igual a todos los botes. Quizá por eso se queja. Para que las cosas cambien, para que el crecimiento no beneficie de manera predominante a pocos, sino a muchos.
domingo, 27 de marzo de 2011
sábado, 26 de marzo de 2011
´POTQUE SON INYTERESADO
)
.Por Humberto Campodónico
Según el INEI, en Lima Metropolitana una persona está adecuadamente empleada si gana 745 soles al mes o más y está subempleada si gana menos de esa cantidad. ¿Cuál es la proporción entre ambas? Pues que de los 4.3 millones de la PEA ocupada de Lima, el 56.6% está adecuadamente empleado y el 43.4% está subempleado. Por tanto, una gran cantidad está subempleada, ¿no es cierto?
Esta línea divisoria tiene una fuerte dosis de arbitrariedad porque si se considerara adecuadamente empleados a los que ganan, por ejemplo, más de 1,000 soles al mes, esa cantidad disminuiría y aumentaría la cantidad de subempleados.
La cuestión de fondo es que los salarios de los limeños son sumamente bajos.
Esto lo corrobora el ingreso familiar promedio de Lima, que fue de S/. 1,141/mes en diciembre del 2010. Ojo, el “ingreso familiar promedio” se refiere al ingreso de por lo menos dos personas del hogar, lo que es diferente del ingreso personal de 745 soles.
Esta cantidad también es baja. Dice Ipsos-Apoyo que el Nivel Socio-Económico E (el más bajo) tiene un ingreso familiar promedio de S/. 730/mes y que necesitaría ganar S/. 1,350/mes para vivir. Y en el nivel D el ingreso familiar promedio es de S/. 1,030 por mes y necesitarían S/. 1,640 para vivir.
La pregunta es, entonces, ¿por qué los salarios son tan bajos? ¿Acaso la productividad de las empresas se ha estancado y eso “no da” para subir los salarios? Pues no. Dice el Marco Macroeconómico 2009-2011 del MEF (1) que la productividad aumentó de 100 a 128 del 2001 al 2007, al mismo tiempo que bajó el Costo Laboral Unitario de 100 a 78. Y esa tendencia se ha mantenido hasta hoy.
O sea que hay margen para el aumento de los bajos salarios (en Lima y en el Perú) y eso no causaría inflación porque la productividad ha aumentado.
Entonces, ¿por qué no aumentan? Una razón central es la caída de la participación sindical y, por tanto, de la capacidad de negociación salarial, como consecuencia de la legislación fujimorista, lo que se mantiene hasta hoy.
En efecto, los asalariados privados han venido aumentando, pero la cantidad de sindicalizados se ha mantenido estable, con lo cual la tasa de sindicalización ha disminuido del ya bajo 8.5% hasta la pequeñísima cifra de 4.5% en la actualidad (ver gráfico).
Por tanto, una de las vías de solución a los bajos salarios pasa por fortalecer los sindicatos. Eso mismo dice Paul Krugman en EEUU, donde en Wisconsin está en marcha una ofensiva de la derecha económica para liquidarlos:
“Si queremos una sociedad donde la prosperidad se comparta, la educación no es la (única) salida: tenemos que construir esa sociedad directamente. Debemos restaurar el poder de negociación que los sindicatos han perdido en los últimos 30 años, para que los trabajadores así como las superestrellas tengan el poder para negociar buenos salarios” (New York Times, 6/03/2011).
El problema, por tanto, no es la rigidez salarial de los “sobrecostos laborales” ni “liquidar el poder de las cúpulas sindicales” como propone la derecha económica, desde Alianza por el Gran Cambio de PPK hasta la Alianza Fujimorista. La cosa es al revés: habrá mejores salarios cuando haya más sindicatos.
.Por Humberto Campodónico
Según el INEI, en Lima Metropolitana una persona está adecuadamente empleada si gana 745 soles al mes o más y está subempleada si gana menos de esa cantidad. ¿Cuál es la proporción entre ambas? Pues que de los 4.3 millones de la PEA ocupada de Lima, el 56.6% está adecuadamente empleado y el 43.4% está subempleado. Por tanto, una gran cantidad está subempleada, ¿no es cierto?
Esta línea divisoria tiene una fuerte dosis de arbitrariedad porque si se considerara adecuadamente empleados a los que ganan, por ejemplo, más de 1,000 soles al mes, esa cantidad disminuiría y aumentaría la cantidad de subempleados.
La cuestión de fondo es que los salarios de los limeños son sumamente bajos.
Esto lo corrobora el ingreso familiar promedio de Lima, que fue de S/. 1,141/mes en diciembre del 2010. Ojo, el “ingreso familiar promedio” se refiere al ingreso de por lo menos dos personas del hogar, lo que es diferente del ingreso personal de 745 soles.
Esta cantidad también es baja. Dice Ipsos-Apoyo que el Nivel Socio-Económico E (el más bajo) tiene un ingreso familiar promedio de S/. 730/mes y que necesitaría ganar S/. 1,350/mes para vivir. Y en el nivel D el ingreso familiar promedio es de S/. 1,030 por mes y necesitarían S/. 1,640 para vivir.
La pregunta es, entonces, ¿por qué los salarios son tan bajos? ¿Acaso la productividad de las empresas se ha estancado y eso “no da” para subir los salarios? Pues no. Dice el Marco Macroeconómico 2009-2011 del MEF (1) que la productividad aumentó de 100 a 128 del 2001 al 2007, al mismo tiempo que bajó el Costo Laboral Unitario de 100 a 78. Y esa tendencia se ha mantenido hasta hoy.
O sea que hay margen para el aumento de los bajos salarios (en Lima y en el Perú) y eso no causaría inflación porque la productividad ha aumentado.
Entonces, ¿por qué no aumentan? Una razón central es la caída de la participación sindical y, por tanto, de la capacidad de negociación salarial, como consecuencia de la legislación fujimorista, lo que se mantiene hasta hoy.
En efecto, los asalariados privados han venido aumentando, pero la cantidad de sindicalizados se ha mantenido estable, con lo cual la tasa de sindicalización ha disminuido del ya bajo 8.5% hasta la pequeñísima cifra de 4.5% en la actualidad (ver gráfico).
Por tanto, una de las vías de solución a los bajos salarios pasa por fortalecer los sindicatos. Eso mismo dice Paul Krugman en EEUU, donde en Wisconsin está en marcha una ofensiva de la derecha económica para liquidarlos:
“Si queremos una sociedad donde la prosperidad se comparta, la educación no es la (única) salida: tenemos que construir esa sociedad directamente. Debemos restaurar el poder de negociación que los sindicatos han perdido en los últimos 30 años, para que los trabajadores así como las superestrellas tengan el poder para negociar buenos salarios” (New York Times, 6/03/2011).
El problema, por tanto, no es la rigidez salarial de los “sobrecostos laborales” ni “liquidar el poder de las cúpulas sindicales” como propone la derecha económica, desde Alianza por el Gran Cambio de PPK hasta la Alianza Fujimorista. La cosa es al revés: habrá mejores salarios cuando haya más sindicatos.
TERITORIO FINANCIERO
.Por Humberto Campodónico
El lunes pasado el dólar pasó de 2,69 a 2,82 en un solo día, la “trepada” más alta del año. ¿Por qué ha sucedido eso cuando la tendencia es más bien que el dólar se devalúe porque los mercados financieros internacionales están llenos de dólares que no tienen donde “parquearse” y vienen a nuestros mercados?
Recordemos también que estamos en época de pago de impuesto a la renta hasta fines de marzo, lo que hace “normal” que las empresas vendan dólares para dicho pago, motivo por el cual el dólar debería bajar y no subir.
El consenso general es que se trata de una ola especulativa motivada, en parte por un informe del Barclays Bank que “recomendó a sus clientes comprar dólares ante la posibilidad de que Humala llegue a la segunda vuelta presidencial”. Ojo, no es la primera vez que el Barclays practica lo que se podría llamar “terrorismo financiero”.
Lo mismo hizo en setiembre pasado cuando dijo que “el Perú podría sufrir un sacudón financiero pues los mercados internacionales andan preocupados por el alza en las encuestas de la candidatura de Susana Villarán a la alcaldía de Lima”.
Adivinen quién levantó la noticia inmediatamente. Acertaron, fue PPK (1).
El candidato PPK tiene harta experiencia en esos menesteres pues habría sido él quien le propuso a Augusto Álvarez Rodrich –según Javier Diez Canseco– participar en una “guerra sucia” contra Ollanta Humala en el 2006, lo que Álvarez no aceptó –hay que resaltar que Álvarez no ha proporcionado el nombre del instigador de la “guerra sucia”, pero sí relata que los hechos sucedieron–.
La cuestión de fondo es que el 2006 no es el 2011, como lo acaba de decir la calificadora de riesgo Moody´s: “Todos los candidatos apoyan la continuidad de política económica, con candidatos como Humala, que en el pasado dio una nota disonante e hizo campaña para romper con la actual combinación de políticas económicas, moviéndose más hacia el centro”.
Pero eso no es aceptado por los grandes intereses de la derecha económica que prefieren la “guerra sucia” contra Humala. Con la especulación, lo que pretenden es meterle miedo a los peruanos –sobre todo a los más pobres– diciéndoles que si votan por Humala el dólar se encarecerá, habrá inflación y, también, inestabilidad política. Si esto no es “terrorismo financiero”, la verdad es que se le acerca bastante.
Por eso, es probable que solo estemos en el comienzo de una campaña de guerra sucia de incalculables proporciones, como la que hubo contra la candidatura presidencial de Lula en Brasil en el 2002 (guardando siempre las distancias, porque Brasil tiene 20 veces más poderío económico y financiero que nosotros). Por eso, es de vital importancia que las actuales autoridades gubernamentales –como, por ejemplo, el ministro de Economía– salgan al frente y condenen cualquier intento de “guerra sucia”.
Asimismo, el presidente del BCR debiera decirnos que el ente emisor va a seguir propiciando que “no haya volatilidad” en los mercados cambiarios y que nos va a defender de cualquier ataque especulativo internacional o nacional, pues para eso sirven las reservas internacionales, que ya superan los US$ 43.300 millones, mientras que la posición de cambio ya superó los US$ 33.400 millones.
Eso hizo el BCR en el 2006 cuando se dio la “guerra sucia” que alentó PPK: salió al frente y compró dólares, con lo que derrotó a los especuladores, que salieron corriendo con la cola chamuscada. No otra cosa esperamos de las autoridades actuales del Banco Central, si continúa la “guerra sucia” especulativa”. ¿No es cierto?
El lunes pasado el dólar pasó de 2,69 a 2,82 en un solo día, la “trepada” más alta del año. ¿Por qué ha sucedido eso cuando la tendencia es más bien que el dólar se devalúe porque los mercados financieros internacionales están llenos de dólares que no tienen donde “parquearse” y vienen a nuestros mercados?
Recordemos también que estamos en época de pago de impuesto a la renta hasta fines de marzo, lo que hace “normal” que las empresas vendan dólares para dicho pago, motivo por el cual el dólar debería bajar y no subir.
El consenso general es que se trata de una ola especulativa motivada, en parte por un informe del Barclays Bank que “recomendó a sus clientes comprar dólares ante la posibilidad de que Humala llegue a la segunda vuelta presidencial”. Ojo, no es la primera vez que el Barclays practica lo que se podría llamar “terrorismo financiero”.
Lo mismo hizo en setiembre pasado cuando dijo que “el Perú podría sufrir un sacudón financiero pues los mercados internacionales andan preocupados por el alza en las encuestas de la candidatura de Susana Villarán a la alcaldía de Lima”.
Adivinen quién levantó la noticia inmediatamente. Acertaron, fue PPK (1).
El candidato PPK tiene harta experiencia en esos menesteres pues habría sido él quien le propuso a Augusto Álvarez Rodrich –según Javier Diez Canseco– participar en una “guerra sucia” contra Ollanta Humala en el 2006, lo que Álvarez no aceptó –hay que resaltar que Álvarez no ha proporcionado el nombre del instigador de la “guerra sucia”, pero sí relata que los hechos sucedieron–.
La cuestión de fondo es que el 2006 no es el 2011, como lo acaba de decir la calificadora de riesgo Moody´s: “Todos los candidatos apoyan la continuidad de política económica, con candidatos como Humala, que en el pasado dio una nota disonante e hizo campaña para romper con la actual combinación de políticas económicas, moviéndose más hacia el centro”.
Pero eso no es aceptado por los grandes intereses de la derecha económica que prefieren la “guerra sucia” contra Humala. Con la especulación, lo que pretenden es meterle miedo a los peruanos –sobre todo a los más pobres– diciéndoles que si votan por Humala el dólar se encarecerá, habrá inflación y, también, inestabilidad política. Si esto no es “terrorismo financiero”, la verdad es que se le acerca bastante.
Por eso, es probable que solo estemos en el comienzo de una campaña de guerra sucia de incalculables proporciones, como la que hubo contra la candidatura presidencial de Lula en Brasil en el 2002 (guardando siempre las distancias, porque Brasil tiene 20 veces más poderío económico y financiero que nosotros). Por eso, es de vital importancia que las actuales autoridades gubernamentales –como, por ejemplo, el ministro de Economía– salgan al frente y condenen cualquier intento de “guerra sucia”.
Asimismo, el presidente del BCR debiera decirnos que el ente emisor va a seguir propiciando que “no haya volatilidad” en los mercados cambiarios y que nos va a defender de cualquier ataque especulativo internacional o nacional, pues para eso sirven las reservas internacionales, que ya superan los US$ 43.300 millones, mientras que la posición de cambio ya superó los US$ 33.400 millones.
Eso hizo el BCR en el 2006 cuando se dio la “guerra sucia” que alentó PPK: salió al frente y compró dólares, con lo que derrotó a los especuladores, que salieron corriendo con la cola chamuscada. No otra cosa esperamos de las autoridades actuales del Banco Central, si continúa la “guerra sucia” especulativa”. ¿No es cierto?
GUERRA SANTA
)
.Por Humberto Campodónico
El lunes pasado el dólar pasó de 2,69 a 2,82 en un solo día, la “trepada” más alta del año. ¿Por qué ha sucedido eso cuando la tendencia es más bien que el dólar se devalúe porque los mercados financieros internacionales están llenos de dólares que no tienen donde “parquearse” y vienen a nuestros mercados?
Recordemos también que estamos en época de pago de impuesto a la renta hasta fines de marzo, lo que hace “normal” que las empresas vendan dólares para dicho pago, motivo por el cual el dólar debería bajar y no subir.
El consenso general es que se trata de una ola especulativa motivada, en parte por un informe del Barclays Bank que “recomendó a sus clientes comprar dólares ante la posibilidad de que Humala llegue a la segunda vuelta presidencial”. Ojo, no es la primera vez que el Barclays practica lo que se podría llamar “terrorismo financiero”.
Lo mismo hizo en setiembre pasado cuando dijo que “el Perú podría sufrir un sacudón financiero pues los mercados internacionales andan preocupados por el alza en las encuestas de la candidatura de Susana Villarán a la alcaldía de Lima”.
Adivinen quién levantó la noticia inmediatamente. Acertaron, fue PPK (1).
El candidato PPK tiene harta experiencia en esos menesteres pues habría sido él quien le propuso a Augusto Álvarez Rodrich –según Javier Diez Canseco– participar en una “guerra sucia” contra Ollanta Humala en el 2006, lo que Álvarez no aceptó –hay que resaltar que Álvarez no ha proporcionado el nombre del instigador de la “guerra sucia”, pero sí relata que los hechos sucedieron–.
La cuestión de fondo es que el 2006 no es el 2011, como lo acaba de decir la calificadora de riesgo Moody´s: “Todos los candidatos apoyan la continuidad de política económica, con candidatos como Humala, que en el pasado dio una nota disonante e hizo campaña para romper con la actual combinación de políticas económicas, moviéndose más hacia el centro”.
Pero eso no es aceptado por los grandes intereses de la derecha económica que prefieren la “guerra sucia” contra Humala. Con la especulación, lo que pretenden es meterle miedo a los peruanos –sobre todo a los más pobres– diciéndoles que si votan por Humala el dólar se encarecerá, habrá inflación y, también, inestabilidad política. Si esto no es “terrorismo financiero”, la verdad es que se le acerca bastante.
Por eso, es probable que solo estemos en el comienzo de una campaña de guerra sucia de incalculables proporciones, como la que hubo contra la candidatura presidencial de Lula en Brasil en el 2002 (guardando siempre las distancias, porque Brasil tiene 20 veces más poderío económico y financiero que nosotros). Por eso, es de vital importancia que las actuales autoridades gubernamentales –como, por ejemplo, el ministro de Economía– salgan al frente y condenen cualquier intento de “guerra sucia”.
Asimismo, el presidente del BCR debiera decirnos que el ente emisor va a seguir propiciando que “no haya volatilidad” en los mercados cambiarios y que nos va a defender de cualquier ataque especulativo internacional o nacional, pues para eso sirven las reservas internacionales, que ya superan los US$ 43.300 millones, mientras que la posición de cambio ya superó los US$ 33.400 millones.
Eso hizo el BCR en el 2006 cuando se dio la “guerra sucia” que alentó PPK: salió al frente y compró dólares, con lo que derrotó a los especuladores, que salieron corriendo con la cola chamuscada. No otra cosa esperamos de las autoridades actuales del Banco Central, si continúa la “guerra sucia” especulativa”. ¿No es cierto?
.Por Humberto Campodónico
El lunes pasado el dólar pasó de 2,69 a 2,82 en un solo día, la “trepada” más alta del año. ¿Por qué ha sucedido eso cuando la tendencia es más bien que el dólar se devalúe porque los mercados financieros internacionales están llenos de dólares que no tienen donde “parquearse” y vienen a nuestros mercados?
Recordemos también que estamos en época de pago de impuesto a la renta hasta fines de marzo, lo que hace “normal” que las empresas vendan dólares para dicho pago, motivo por el cual el dólar debería bajar y no subir.
El consenso general es que se trata de una ola especulativa motivada, en parte por un informe del Barclays Bank que “recomendó a sus clientes comprar dólares ante la posibilidad de que Humala llegue a la segunda vuelta presidencial”. Ojo, no es la primera vez que el Barclays practica lo que se podría llamar “terrorismo financiero”.
Lo mismo hizo en setiembre pasado cuando dijo que “el Perú podría sufrir un sacudón financiero pues los mercados internacionales andan preocupados por el alza en las encuestas de la candidatura de Susana Villarán a la alcaldía de Lima”.
Adivinen quién levantó la noticia inmediatamente. Acertaron, fue PPK (1).
El candidato PPK tiene harta experiencia en esos menesteres pues habría sido él quien le propuso a Augusto Álvarez Rodrich –según Javier Diez Canseco– participar en una “guerra sucia” contra Ollanta Humala en el 2006, lo que Álvarez no aceptó –hay que resaltar que Álvarez no ha proporcionado el nombre del instigador de la “guerra sucia”, pero sí relata que los hechos sucedieron–.
La cuestión de fondo es que el 2006 no es el 2011, como lo acaba de decir la calificadora de riesgo Moody´s: “Todos los candidatos apoyan la continuidad de política económica, con candidatos como Humala, que en el pasado dio una nota disonante e hizo campaña para romper con la actual combinación de políticas económicas, moviéndose más hacia el centro”.
Pero eso no es aceptado por los grandes intereses de la derecha económica que prefieren la “guerra sucia” contra Humala. Con la especulación, lo que pretenden es meterle miedo a los peruanos –sobre todo a los más pobres– diciéndoles que si votan por Humala el dólar se encarecerá, habrá inflación y, también, inestabilidad política. Si esto no es “terrorismo financiero”, la verdad es que se le acerca bastante.
Por eso, es probable que solo estemos en el comienzo de una campaña de guerra sucia de incalculables proporciones, como la que hubo contra la candidatura presidencial de Lula en Brasil en el 2002 (guardando siempre las distancias, porque Brasil tiene 20 veces más poderío económico y financiero que nosotros). Por eso, es de vital importancia que las actuales autoridades gubernamentales –como, por ejemplo, el ministro de Economía– salgan al frente y condenen cualquier intento de “guerra sucia”.
Asimismo, el presidente del BCR debiera decirnos que el ente emisor va a seguir propiciando que “no haya volatilidad” en los mercados cambiarios y que nos va a defender de cualquier ataque especulativo internacional o nacional, pues para eso sirven las reservas internacionales, que ya superan los US$ 43.300 millones, mientras que la posición de cambio ya superó los US$ 33.400 millones.
Eso hizo el BCR en el 2006 cuando se dio la “guerra sucia” que alentó PPK: salió al frente y compró dólares, con lo que derrotó a los especuladores, que salieron corriendo con la cola chamuscada. No otra cosa esperamos de las autoridades actuales del Banco Central, si continúa la “guerra sucia” especulativa”. ¿No es cierto?
CATASTROFE MUNDIAL
.Por Humberto Campodónico
Un reciente artículo del New York Times proporciona información no conocida relacionada con los graves daños que han sufrido los reactores nucleares de Fukushima después del terrible terremoto de 9.1 grados y posterior tsunami del 11 de marzo.
Dice el NYT: “Justo un mes antes de la tragedia que golpeó a la planta de Fukushima Daiichi, la agencia reguladora del gobierno aprobó extender 10 años más la licencia de operación del más antiguo de los reactores nucleares, que ya había cumplido su ciclo de 40 años. Esta aprobación se dio a pesar de una serie de informaciones que cuestionaba la seguridad de esta planta” (“Japón extendió la vida de los reactores, a pesar de las advertencias”, 22/03/2011).
En efecto, el comité regulador de las plantas nucleares dijo que las generadoras de electricidad a diesel del Reactor Nº 1 tenían “fisuras producto del stress”. Esto hacía que las centrales eléctricas fueran vulnerables a la corrosión del agua de mar y de las lluvias. Se piensa que los generadores fueron golpeados por el tsunami, lo que se tradujo en la completa caída de los sistemas de enfriamiento del generador.
Agrega el NYT que, después de que la empresa privada Tokio Electric Power (Tepco) obtuviera la extensión de la licencia, esta admitió que “no había inspeccionado 33 piezas del equipo relacionadas con el sistema de refrigeración –lo que incluye las bombas de agua y los generadores a diesel– de los 6 reactores nucleares. Esta información fue publicada en el portal de Internet del regulador justo antes del terremoto”.
Esta “mala práctica” de Tepco viene de larga data, pues ya en el 2003 la empresa había falsificado informes de las inspecciones y escondió daños a las plantas por 16 años, para ahorrar dinero en costos de reparación.
La cosa no acaba allí. Dice el periódico inglés The Guardian: “La planta de energía de Tepco tenía muchas más barras de combustible almacenadas de lo que estaba permitido, a la vez que sus técnicos no cumplieron varias veces con los checks de seguridad obligatorios, lo que consta en documentos del operador del reactor” (“Empresa nuclear japonesa admite no haber realizado checks de seguridad”, 22/03/11).
Es por eso que todos hemos visto en la TV a helicópteros echando agua para tratar de enfriar las plantas nucleares. La pregunta que surge entonces es ¿por qué sucedió esto? Dice The Guardian que estas revelaciones pondrán más presión a los dueños de Tepco para que expliquen por qué la empresa optó por ahorrar dinero almacenando el combustible ya usado dentro de las plantas, en lugar de invertir en opciones de almacenamiento más seguras.
Y ahora, al fondo del asunto. Dice el NYT: “Según Eisaku Sato, ex gobernador de Fukushima, la débil supervisión tiene su origen en un conflicto de intereses que, en lo esencial, le restó efectividad a la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear. Esta agencia, que debe actuar como guardián, está bajo la tutela del Ministerio de Economía, Comercio e Industria, cuya política es alentar el desarrollo de la industria nuclear japonesa” (NYT, ídem). O sea, los gatos de despenseros.
Y sigue: “El ministerio y la agencia, a su vez, tienen lazos estrechos con Tepco y otros operadores energéticos, al punto de que estos ofrecen lucrativos trabajos a ex funcionarios del ministerio en una práctica llamada “amakudari”, o “descenso del cielo”. Todos son pájaros de una misma pluma, dijo el señor Sato (NYT, ídem).
En cuanto a la autorización dada por el gobierno para extender de 40 a 50 años la vida del reactor más viejo, la cuestión es que –debido a la oposición de amplios sectores de la población japonesa a que se construyan reactores nuevos– los dueños optan por extender la vida de los viejos.
No cabe duda de que el terremoto y el tsunami son la causa central de la catástrofe. Pero tampoco cabe duda de que el conflicto de intereses y el “amakudari” la han llevado bastante más lejos, agravando el sufrimiento del pueblo japonés.
Un reciente artículo del New York Times proporciona información no conocida relacionada con los graves daños que han sufrido los reactores nucleares de Fukushima después del terrible terremoto de 9.1 grados y posterior tsunami del 11 de marzo.
Dice el NYT: “Justo un mes antes de la tragedia que golpeó a la planta de Fukushima Daiichi, la agencia reguladora del gobierno aprobó extender 10 años más la licencia de operación del más antiguo de los reactores nucleares, que ya había cumplido su ciclo de 40 años. Esta aprobación se dio a pesar de una serie de informaciones que cuestionaba la seguridad de esta planta” (“Japón extendió la vida de los reactores, a pesar de las advertencias”, 22/03/2011).
En efecto, el comité regulador de las plantas nucleares dijo que las generadoras de electricidad a diesel del Reactor Nº 1 tenían “fisuras producto del stress”. Esto hacía que las centrales eléctricas fueran vulnerables a la corrosión del agua de mar y de las lluvias. Se piensa que los generadores fueron golpeados por el tsunami, lo que se tradujo en la completa caída de los sistemas de enfriamiento del generador.
Agrega el NYT que, después de que la empresa privada Tokio Electric Power (Tepco) obtuviera la extensión de la licencia, esta admitió que “no había inspeccionado 33 piezas del equipo relacionadas con el sistema de refrigeración –lo que incluye las bombas de agua y los generadores a diesel– de los 6 reactores nucleares. Esta información fue publicada en el portal de Internet del regulador justo antes del terremoto”.
Esta “mala práctica” de Tepco viene de larga data, pues ya en el 2003 la empresa había falsificado informes de las inspecciones y escondió daños a las plantas por 16 años, para ahorrar dinero en costos de reparación.
La cosa no acaba allí. Dice el periódico inglés The Guardian: “La planta de energía de Tepco tenía muchas más barras de combustible almacenadas de lo que estaba permitido, a la vez que sus técnicos no cumplieron varias veces con los checks de seguridad obligatorios, lo que consta en documentos del operador del reactor” (“Empresa nuclear japonesa admite no haber realizado checks de seguridad”, 22/03/11).
Es por eso que todos hemos visto en la TV a helicópteros echando agua para tratar de enfriar las plantas nucleares. La pregunta que surge entonces es ¿por qué sucedió esto? Dice The Guardian que estas revelaciones pondrán más presión a los dueños de Tepco para que expliquen por qué la empresa optó por ahorrar dinero almacenando el combustible ya usado dentro de las plantas, en lugar de invertir en opciones de almacenamiento más seguras.
Y ahora, al fondo del asunto. Dice el NYT: “Según Eisaku Sato, ex gobernador de Fukushima, la débil supervisión tiene su origen en un conflicto de intereses que, en lo esencial, le restó efectividad a la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear. Esta agencia, que debe actuar como guardián, está bajo la tutela del Ministerio de Economía, Comercio e Industria, cuya política es alentar el desarrollo de la industria nuclear japonesa” (NYT, ídem). O sea, los gatos de despenseros.
Y sigue: “El ministerio y la agencia, a su vez, tienen lazos estrechos con Tepco y otros operadores energéticos, al punto de que estos ofrecen lucrativos trabajos a ex funcionarios del ministerio en una práctica llamada “amakudari”, o “descenso del cielo”. Todos son pájaros de una misma pluma, dijo el señor Sato (NYT, ídem).
En cuanto a la autorización dada por el gobierno para extender de 40 a 50 años la vida del reactor más viejo, la cuestión es que –debido a la oposición de amplios sectores de la población japonesa a que se construyan reactores nuevos– los dueños optan por extender la vida de los viejos.
No cabe duda de que el terremoto y el tsunami son la causa central de la catástrofe. Pero tampoco cabe duda de que el conflicto de intereses y el “amakudari” la han llevado bastante más lejos, agravando el sufrimiento del pueblo japonés.
IMPUESTOS FAMOSOS
.Por Humberto Campodónico
En enero de este año el gobierno de Israel aprobó por abrumadora mayoría elevar los impuestos a la explotación de petróleo y gas natural del 20 al 50%, de acuerdo a como evolucione la ganancia de la empresa. Este impuesto va a duplicar la participación del Estado en la renta del gas, llegando hasta el 62%.
Hace dos días, la Comisión de Energía del Parlamento de Israel aprobó la medida, por lo que se considera un hecho que se apruebe en el Pleno en los próximos días. No ha sido fácil llegar hasta aquí, dicen los comentaristas, pues los “lobbies” petroleros contrataron al mismísimo Bill Clinton para que haga cambiar la decisión del Premier Benjamín Nettanyahu. Pero Clinton no pudo.
Aquí la cuestión es que se han descubierto 33 billones de pies cúbicos (en Camisea las reservas probadas son de 8 bpc) en el mar al frente de Gaza e Israel quiere participar de las sobreganancias. Hay que resaltar que este impuesto es retroactivo y la empresa Noble-Delev, que descubrió el yacimiento, tendrá que pagarlo (1). ¿Es Netanyahu un antisistema?
Hace dos meses en Chile se aprobó que al finalizar los contratos de estabilidad tributaria con las empresas mineras (que va a ocurrir en estos años) las regalías se elevarán del 5 al 14% de la utilidad operativa. También se planteó a las empresas un esquema para que paguen anticipadamente una regalía más alta, recibiendo a cambio un periodo mayor de estabilidad tributaria. Todas las empresas aceptaron, menos una. Así, en los próximos 3 años Chile tendrá mayores ingresos por US$ 1,000 millones anuales (2).
¿Es Piñera un antisistema?
En Australia, la empresa BHP Billiton (que acá es propietaria de Antamina y Tintaya) acaba de anunciar que en el II semestre del 2010 tendrá utilidades netas de 10,500 millones de dólares, 71.5% más que el año pasado. Se espera que la empresa supere la marca de 20,000 millones en todo el año.
Dicen los economistas australianos que estas enormes ganancias pondrán nuevamente sobre el tapete el impuesto a las sobreganancias mineras (el llamado super tax). En efecto, el año pasado los fortísimos lobbies australianos derrotaron la propuesta del Secretario del Tesoro, Kevin Rudd de promulgar el “super tax” y se estima que el Estado australiano dejará de recaudar 60,000 millones de dólares en los próximos 10 años (Recomienza el debate sobre el super tax, www.investsmart.com.au, 17/02/11).
Como se aprecia, en todo el mundo se discute acerca de las sobreganancias mineras y petroleras. ¿Por qué? Porque los precios de los minerales han subido enormemente desde el 2004 debido a la industrialización de China, India y otros países emergentes, con lo cual cambió radicalmente la época de “vacas flacas de precios”. En petróleo hay otras razones (también ha aumentado la demanda, se vislumbra escasez de nuevas reservas en el futuro y, sobre todo, hay harto ruido político en el Medio Oriente).
En esta nueva situación, todos los países revisan los “viejos contratos” de la década del 80 y 90 para adecuarlos a la nueva situación. Eso es todo. Y, claro, las empresas mineras defienden sus intereses, mientras que los gobiernos defienden los suyos. De eso se trata.
Aquí en el Perú los “lobbies” mineros y petroleros son super fuertes y no quieren que nada cambie, política en la cual reciben un fuerte apoyo de sus socios locales, a nivel político, empresarial y en los medios de comunicación. Eso es lo que debe cambiar, para que la mayor recaudación pueda financiar la inversión en educación, salud e infraestructura. Y eso se debe hacer, porque es de justicia.
En enero de este año el gobierno de Israel aprobó por abrumadora mayoría elevar los impuestos a la explotación de petróleo y gas natural del 20 al 50%, de acuerdo a como evolucione la ganancia de la empresa. Este impuesto va a duplicar la participación del Estado en la renta del gas, llegando hasta el 62%.
Hace dos días, la Comisión de Energía del Parlamento de Israel aprobó la medida, por lo que se considera un hecho que se apruebe en el Pleno en los próximos días. No ha sido fácil llegar hasta aquí, dicen los comentaristas, pues los “lobbies” petroleros contrataron al mismísimo Bill Clinton para que haga cambiar la decisión del Premier Benjamín Nettanyahu. Pero Clinton no pudo.
Aquí la cuestión es que se han descubierto 33 billones de pies cúbicos (en Camisea las reservas probadas son de 8 bpc) en el mar al frente de Gaza e Israel quiere participar de las sobreganancias. Hay que resaltar que este impuesto es retroactivo y la empresa Noble-Delev, que descubrió el yacimiento, tendrá que pagarlo (1). ¿Es Netanyahu un antisistema?
Hace dos meses en Chile se aprobó que al finalizar los contratos de estabilidad tributaria con las empresas mineras (que va a ocurrir en estos años) las regalías se elevarán del 5 al 14% de la utilidad operativa. También se planteó a las empresas un esquema para que paguen anticipadamente una regalía más alta, recibiendo a cambio un periodo mayor de estabilidad tributaria. Todas las empresas aceptaron, menos una. Así, en los próximos 3 años Chile tendrá mayores ingresos por US$ 1,000 millones anuales (2).
¿Es Piñera un antisistema?
En Australia, la empresa BHP Billiton (que acá es propietaria de Antamina y Tintaya) acaba de anunciar que en el II semestre del 2010 tendrá utilidades netas de 10,500 millones de dólares, 71.5% más que el año pasado. Se espera que la empresa supere la marca de 20,000 millones en todo el año.
Dicen los economistas australianos que estas enormes ganancias pondrán nuevamente sobre el tapete el impuesto a las sobreganancias mineras (el llamado super tax). En efecto, el año pasado los fortísimos lobbies australianos derrotaron la propuesta del Secretario del Tesoro, Kevin Rudd de promulgar el “super tax” y se estima que el Estado australiano dejará de recaudar 60,000 millones de dólares en los próximos 10 años (Recomienza el debate sobre el super tax, www.investsmart.com.au, 17/02/11).
Como se aprecia, en todo el mundo se discute acerca de las sobreganancias mineras y petroleras. ¿Por qué? Porque los precios de los minerales han subido enormemente desde el 2004 debido a la industrialización de China, India y otros países emergentes, con lo cual cambió radicalmente la época de “vacas flacas de precios”. En petróleo hay otras razones (también ha aumentado la demanda, se vislumbra escasez de nuevas reservas en el futuro y, sobre todo, hay harto ruido político en el Medio Oriente).
En esta nueva situación, todos los países revisan los “viejos contratos” de la década del 80 y 90 para adecuarlos a la nueva situación. Eso es todo. Y, claro, las empresas mineras defienden sus intereses, mientras que los gobiernos defienden los suyos. De eso se trata.
Aquí en el Perú los “lobbies” mineros y petroleros son super fuertes y no quieren que nada cambie, política en la cual reciben un fuerte apoyo de sus socios locales, a nivel político, empresarial y en los medios de comunicación. Eso es lo que debe cambiar, para que la mayor recaudación pueda financiar la inversión en educación, salud e infraestructura. Y eso se debe hacer, porque es de justicia.
sábado, 19 de marzo de 2011
SEÑOR DE WARI
.Por Antonio Zapata
Semanas atrás, una excavación de la dirección de cultura del Cusco dio a luz un importante hallazgo arqueológico. Se trata de la momia intacta de un señor local del imperio Wari. Su ubicación es extraña, se halla en Espíritu Pampa, un área de Vilcabamba donde se refugió Manco Inca y que se considera habitualmente como el “último refugio de los incas”. No sería tal, sino un sitio incorporado muy temprano por los Wari, antecedentes imperiales del Tawantinsuyu, que existieron entre 650-1100 D.C.
Antes no se conocía Wari. La enseñanza escolar hablaba de Tiahuanacu, porque se basaba en Max Uhle, que pensó en este sitio altiplánico como cabeza de la formación política andina desarrollada antes de los incas. Pero, luego se redescubrió la gran ciudad situada en las afueras de Ayacucho. Ahí estuvo Julio C. Tello y luego el arqueólogo norteamericano John Rowe, quien formuló la teoría de los horizontes, que hasta hoy ordena la línea del tiempo de la era prehispánica.
Esa teoría postula que hubo tres horizontes: Chavín, Wari e Inca. En el medio se hallan dos períodos denominados “intermedios”. En éstos, el poder se habría disgregado en señoríos regionales. Pero, en los horizontes se impuso la centralización. Durante Chavín, gracias a la religión y una red de sacerdotes. Pero, tanto Wari como Inca fueron imperios, gobernados por una élite política y militar, que subordinó todo el antiguo Perú.
En ese sentido, Wari establece el patrón andino del poder estatal. Mientras que el Tawantinsuyu duró poco tiempo, menos de cien años y estaba en plena transformación cuando fue interrumpido por la invasión europea. Por ello, Wari es el antecedente político de un gobierno panperuano.
Durante los años 1960, Luis Guillermo Lumbreras elaboró la tesis de Ayacucho como sede del primer imperio andino. En esa época, trabajaba en la Universidad de Huamanga, que tomó en sus manos el expediente. Posteriormente, Enrique González Carré excavó una pequeña área de la enorme capital Wari, encontrando el Templo Principal, que es lo único abierto al visitante.
La gran ciudad está enterrada y se sabe que encierra restos magníficos, susceptibles de transformar Ayacucho en una nueva capital arqueológica. En el último decenio, importantes excavaciones en la costa norte han multiplicado el interés arqueológico por esta región. Detrás de los especialistas vienen los turistas, tanto nacionales como extranjeros. Lambayeque con cinco museos de primer nivel ha logrado reorientar el turismo hacia esa región. Mientras, Ayacucho permanece paralizado. No obstante, Wari está a sus pies. Ahora que comienza un nuevo gobierno regional, sería interesante que canalice recursos suficientes para una excavación intensa de la capital arqueológica.
La idea es simple. Si en una provincia de ceja de selva aparece un señor local de la importancia del hallado en Vilcabamba, en la capital debe encontrarse restos de reyes y sus monumentos funerarios. Es decir, varios tesoros yacen enterrados en Ayacucho y nadie invierte seriamente en descubrirlos.
Volviendo al Señor de Vilcabamba, su importancia obliga a reconsiderar la relación entre Cusco y Ayacucho en la era precolombina. El primer imperio habría estado muy presente, tanto en el corazón como en las provincias de Cusco. La ciudad Wari de Pikillacta, apenas a kilómetros de Cusco actual, y este Señor que también es Wari, apuntan a un dominio ayacuchano del área.
Quizá el Cusco se hizo grande derrotando a sus antiguos soberanos ayacuchanos. El inca Pachacútec habría culminado un largo ciclo histórico de enfrentamientos, logrando el sometimiento final de los chancas, últimos exponentes de la vieja tradición estatal Wari.
Semanas atrás, una excavación de la dirección de cultura del Cusco dio a luz un importante hallazgo arqueológico. Se trata de la momia intacta de un señor local del imperio Wari. Su ubicación es extraña, se halla en Espíritu Pampa, un área de Vilcabamba donde se refugió Manco Inca y que se considera habitualmente como el “último refugio de los incas”. No sería tal, sino un sitio incorporado muy temprano por los Wari, antecedentes imperiales del Tawantinsuyu, que existieron entre 650-1100 D.C.
Antes no se conocía Wari. La enseñanza escolar hablaba de Tiahuanacu, porque se basaba en Max Uhle, que pensó en este sitio altiplánico como cabeza de la formación política andina desarrollada antes de los incas. Pero, luego se redescubrió la gran ciudad situada en las afueras de Ayacucho. Ahí estuvo Julio C. Tello y luego el arqueólogo norteamericano John Rowe, quien formuló la teoría de los horizontes, que hasta hoy ordena la línea del tiempo de la era prehispánica.
Esa teoría postula que hubo tres horizontes: Chavín, Wari e Inca. En el medio se hallan dos períodos denominados “intermedios”. En éstos, el poder se habría disgregado en señoríos regionales. Pero, en los horizontes se impuso la centralización. Durante Chavín, gracias a la religión y una red de sacerdotes. Pero, tanto Wari como Inca fueron imperios, gobernados por una élite política y militar, que subordinó todo el antiguo Perú.
En ese sentido, Wari establece el patrón andino del poder estatal. Mientras que el Tawantinsuyu duró poco tiempo, menos de cien años y estaba en plena transformación cuando fue interrumpido por la invasión europea. Por ello, Wari es el antecedente político de un gobierno panperuano.
Durante los años 1960, Luis Guillermo Lumbreras elaboró la tesis de Ayacucho como sede del primer imperio andino. En esa época, trabajaba en la Universidad de Huamanga, que tomó en sus manos el expediente. Posteriormente, Enrique González Carré excavó una pequeña área de la enorme capital Wari, encontrando el Templo Principal, que es lo único abierto al visitante.
La gran ciudad está enterrada y se sabe que encierra restos magníficos, susceptibles de transformar Ayacucho en una nueva capital arqueológica. En el último decenio, importantes excavaciones en la costa norte han multiplicado el interés arqueológico por esta región. Detrás de los especialistas vienen los turistas, tanto nacionales como extranjeros. Lambayeque con cinco museos de primer nivel ha logrado reorientar el turismo hacia esa región. Mientras, Ayacucho permanece paralizado. No obstante, Wari está a sus pies. Ahora que comienza un nuevo gobierno regional, sería interesante que canalice recursos suficientes para una excavación intensa de la capital arqueológica.
La idea es simple. Si en una provincia de ceja de selva aparece un señor local de la importancia del hallado en Vilcabamba, en la capital debe encontrarse restos de reyes y sus monumentos funerarios. Es decir, varios tesoros yacen enterrados en Ayacucho y nadie invierte seriamente en descubrirlos.
Volviendo al Señor de Vilcabamba, su importancia obliga a reconsiderar la relación entre Cusco y Ayacucho en la era precolombina. El primer imperio habría estado muy presente, tanto en el corazón como en las provincias de Cusco. La ciudad Wari de Pikillacta, apenas a kilómetros de Cusco actual, y este Señor que también es Wari, apuntan a un dominio ayacuchano del área.
Quizá el Cusco se hizo grande derrotando a sus antiguos soberanos ayacuchanos. El inca Pachacútec habría culminado un largo ciclo histórico de enfrentamientos, logrando el sometimiento final de los chancas, últimos exponentes de la vieja tradición estatal Wari.
ELECCIONES
Elecciones movedizas |
.Por Javier Diez Canseco (*)
Un terreno electoral cambiante caracteriza la elección de abril. En la última encuesta nacional de la PUCP, la distancia entre el segundo y cuarto lugar es de 3%, es decir, casi el nivel de error de la encuesta. Entre la intención de voto de Fujimori, 19%, y Humala, 16%, la distancia se achica. Pero la tendencia del segundo es a crecer (ha incrementado en 7% su intención de voto entre diciembre y marzo) y la de Fujimori es a decrecer (cae de 22% a 19% entre esos tres meses). La segunda vuelta podría colocar a Humala entre los competidores, lo que se reafirma si vemos que el tercero en carrera, Luis Castañeda, está empatado, apenas 1% encima de Humala y con una firme tendencia a la baja en los últimos meses, al caer desde puntajes que le daban hasta 22% en enero pasado.
Otros factores marcan la encuesta. Toledo sigue cayendo en su intención de voto, moderadamente, de 29% a 27% entre enero y marzo, afectado por sus contradicciones y una campaña mediática fuerte en la que ha jugado un papel directo Alan García, a través de su secretario presidencial y del pico a pico en el que cayó Toledo sobre el tema de las compras de alcohol, perfumes o ropa desde Palacio.
Por otro lado, Kuczynski, con un orquestado y abrumador apoyo mediático, habría jalado votos de su ex jefe Toledo y de Castañeda, logrando 10% de intención de voto. El porcentaje no es muy significativo si evaluamos el arroz con mango que lidera: el PPC y Alianza para el Progreso son fuerzas que tuvieron importante votación en Lima metropolitana y el norte del país, pero no la ha capitalizado el gringo. Tiene fuerte resistencia a nivel popular. Los recientes anuncios de su jefe de programa, Pablo Secada, de reducir las vacaciones de 30 a 15 días para los nuevos trabajadores (jóvenes) y suprimir la CTS, reafirman el rechazo en los sectores más populares, la mayoría electoral, una valla que difícilmente superará.
Pero nada es definitivo, sobre todo con la incondicionalidad mediática que muestran las complacientes entrevistas a las que es sometido en radio y TV. Su intención es atraer sectores de jóvenes reinventándose como un “profesional” no político, reescribiendo su historia. Pero esta es, en realidad, la de un lobbista que ha desempeñado múltiples cargos políticos desde los gobiernos de Belaunde y Toledo, comprometido en privatizaciones como Edelnor y LAP con el fujimorismo, y en serios escándalos a favor de grandes transnacionales como la Occidental y los contratos petroleros con Belaunde, el caso del aeropuerto Jorge Chávez, la entrega a Camisea a sus amigos y ex empleadores de Hunt Oil y los cambios del contrato para permitir la exportación del gas.
El escenario se muestra volátil, pues entre 36% y 15% de quienes han expresado su voluntad de voto por algún candidato, podrían cambiarlo. Ello revela que queda mucho por hacer en convencimiento de los electores. Pero es evidente que algunos vienen en sostenida caída y otros en marcada tendencia al alza. Y la potencialidad de Humala, única candidatura que ha expresado el compromiso de cambiar el modelo económico y de plantearse un crecimiento con redistribución de la riqueza y reforma tributaria (en un país en el que 75% electores demanda cambios radicales y/o progresivos en la política económica y un porcentaje cercano a los dos tercios se opone a las privatizaciones), tiene posibilidades si reafirma con decisión las propuestas que lo hacen un parteaguas con los demás.
Pero no podemos obviar otros elementos llamativos: el Apra no alcanzaría el 5% de intención de voto, quedándose en 3%. Otras fuerzas desaparecerían del escenario, como es el caso de Kouri y Barba, así como de FS. El Apra signado por la corrupción generalizada y el descalabro de su candidatura presidencial y lista parlamentaria. Cambio Radical, por el oportunismo de su lista parlamentaria, unida por intereses personales. Y FS, por su penoso manejo de lo que fue una oportunidad de contribuir a una unidad de fuerzas progresistas, colocando por delante su interés de forjar un perfil propio. Al final, quedarían sin soga y sin cabra.
.Por Javier Diez Canseco (*)
Un terreno electoral cambiante caracteriza la elección de abril. En la última encuesta nacional de la PUCP, la distancia entre el segundo y cuarto lugar es de 3%, es decir, casi el nivel de error de la encuesta. Entre la intención de voto de Fujimori, 19%, y Humala, 16%, la distancia se achica. Pero la tendencia del segundo es a crecer (ha incrementado en 7% su intención de voto entre diciembre y marzo) y la de Fujimori es a decrecer (cae de 22% a 19% entre esos tres meses). La segunda vuelta podría colocar a Humala entre los competidores, lo que se reafirma si vemos que el tercero en carrera, Luis Castañeda, está empatado, apenas 1% encima de Humala y con una firme tendencia a la baja en los últimos meses, al caer desde puntajes que le daban hasta 22% en enero pasado.
Otros factores marcan la encuesta. Toledo sigue cayendo en su intención de voto, moderadamente, de 29% a 27% entre enero y marzo, afectado por sus contradicciones y una campaña mediática fuerte en la que ha jugado un papel directo Alan García, a través de su secretario presidencial y del pico a pico en el que cayó Toledo sobre el tema de las compras de alcohol, perfumes o ropa desde Palacio.
Por otro lado, Kuczynski, con un orquestado y abrumador apoyo mediático, habría jalado votos de su ex jefe Toledo y de Castañeda, logrando 10% de intención de voto. El porcentaje no es muy significativo si evaluamos el arroz con mango que lidera: el PPC y Alianza para el Progreso son fuerzas que tuvieron importante votación en Lima metropolitana y el norte del país, pero no la ha capitalizado el gringo. Tiene fuerte resistencia a nivel popular. Los recientes anuncios de su jefe de programa, Pablo Secada, de reducir las vacaciones de 30 a 15 días para los nuevos trabajadores (jóvenes) y suprimir la CTS, reafirman el rechazo en los sectores más populares, la mayoría electoral, una valla que difícilmente superará.
Pero nada es definitivo, sobre todo con la incondicionalidad mediática que muestran las complacientes entrevistas a las que es sometido en radio y TV. Su intención es atraer sectores de jóvenes reinventándose como un “profesional” no político, reescribiendo su historia. Pero esta es, en realidad, la de un lobbista que ha desempeñado múltiples cargos políticos desde los gobiernos de Belaunde y Toledo, comprometido en privatizaciones como Edelnor y LAP con el fujimorismo, y en serios escándalos a favor de grandes transnacionales como la Occidental y los contratos petroleros con Belaunde, el caso del aeropuerto Jorge Chávez, la entrega a Camisea a sus amigos y ex empleadores de Hunt Oil y los cambios del contrato para permitir la exportación del gas.
El escenario se muestra volátil, pues entre 36% y 15% de quienes han expresado su voluntad de voto por algún candidato, podrían cambiarlo. Ello revela que queda mucho por hacer en convencimiento de los electores. Pero es evidente que algunos vienen en sostenida caída y otros en marcada tendencia al alza. Y la potencialidad de Humala, única candidatura que ha expresado el compromiso de cambiar el modelo económico y de plantearse un crecimiento con redistribución de la riqueza y reforma tributaria (en un país en el que 75% electores demanda cambios radicales y/o progresivos en la política económica y un porcentaje cercano a los dos tercios se opone a las privatizaciones), tiene posibilidades si reafirma con decisión las propuestas que lo hacen un parteaguas con los demás.
Pero no podemos obviar otros elementos llamativos: el Apra no alcanzaría el 5% de intención de voto, quedándose en 3%. Otras fuerzas desaparecerían del escenario, como es el caso de Kouri y Barba, así como de FS. El Apra signado por la corrupción generalizada y el descalabro de su candidatura presidencial y lista parlamentaria. Cambio Radical, por el oportunismo de su lista parlamentaria, unida por intereses personales. Y FS, por su penoso manejo de lo que fue una oportunidad de contribuir a una unidad de fuerzas progresistas, colocando por delante su interés de forjar un perfil propio. Al final, quedarían sin soga y sin cabra.
PAGAMOS MAS QUE USA
.Por Humberto Campodónico
Es muy importante hacer un análisis comparativo de precios de los combustibles. Veamos qué sucede con los precios de la gasolina regular en EEUU (91 octanos) y la Gasolina 90 en Lima Metropolitana (1).
Lo primero: en el Perú la gasolina es mucho más cara que en EEUU. Allá cuesta S/.8.37/galón (US$ 2.99/galón, en diciembre del 2010), mientras que en Lima está en S/.12.5/galón. Aquí la gasolina cuesta 4 soles más que en EEUU o un 50% más.
Esta diferencia se acrecienta cuando introducimos el poder adquisitivo promedio. Allá se gana, en promedio, US$ 2,500/mes, mientras que aquí el per cápita promedio es de US$ 420/mes. Dicho de otra manera, ganamos en promedio la sexta parte de lo que gana un gringo, pero el galón de gasolina nos cuesta 50% más. Ajá.
¿Por qué sucede eso? Hay varias razones, pero una es fundamental: los impuestos en el Perú superan a los “gringos” en 252%. Allá se paga S/.1.13/galón (2) y aquí 3.98/galón, por diferentes conceptos: impuesto al rodaje (8%), impuesto selectivo al consumo e IGV. Así, en el 2010 el gobierno recaudó S/. 5,800 millones de impuestos indirectos por la venta de todos los combustibles (lo que incluye la gasolina 90). Eso representó el 10% de los ingresos tributarios del gobierno central y es algo que el gobierno no quiere dejar de recaudar.
Pero sí se deja de recaudar más de S/. 3,500 millones anuales por las rebajas arancelarias inconsultas de este gobierno en el 2007 y el 2008. Lo que quiere decir que la política tributaria es, justamente eso, una política. Y que esta se puede modificar para disminuir el impacto al público del alza del precio internacional del petróleo.
En el Perú los márgenes de comercialización mayorista y minorista son 136% mayores a los de EEUU. Esto porque el tamaño del mercado es mayor allá que aquí y que también hay más actores y, por tanto, más competencia. Aquí hay dos cadenas, Repsol y Primax (formada por la estatal chilena ENAP y el Grupo Romero) que tienen el 60% del mercado de Lima. Otro problema.
En cuanto al precio del crudo y el margen de refinación, hemos tomado los datos de Petroperú del precio de venta al público (antes de impuestos) y el precio del petróleo importado WTI con las cifras de paridad de importación de Osinergmin. Lo más saltante es que aquí es que las cifras son parecidas (6.54 y 6.96 por galón). Pero eso es totalmente engañoso.
¿Por qué? Porque los precios del crudo que importan las refinerías o los que compran localmente son más baratos que los que establece la Paridad de Importación (PPI). Y lo mismo sucede con los costos de las refinerías. En otras palabras, esos montos están inflados, lo que favorece a las refinerías y perjudica a los consumidores. Esos montos deben bajar, lo que se conseguirá eliminando la PPI.
Resumiendo, en el Perú se paga 50% más por la gasolina que en EEUU, pero tenemos la sexta parte de su ingreso. Pagamos 250% más de impuestos y nuestro mercado concentrado en dos cadenas de grifos aumenta los márgenes de comercialización. Además, el precio del crudo y el margen de refinación están inflados por el método PPI. Hecho el diagnóstico, está casi lista la formulación de las políticas para corregir las taras existentes, ¿no es cierto?
(1) La comparación se ha hecho con los precios de diciembre del 2010 en ambos países. En el Perú los precios no se han movido desde esa fecha porque no se ha actualizado la banda de precios.
(2) En algunos Estados, existen tributos locales adicionales.
Es muy importante hacer un análisis comparativo de precios de los combustibles. Veamos qué sucede con los precios de la gasolina regular en EEUU (91 octanos) y la Gasolina 90 en Lima Metropolitana (1).
Lo primero: en el Perú la gasolina es mucho más cara que en EEUU. Allá cuesta S/.8.37/galón (US$ 2.99/galón, en diciembre del 2010), mientras que en Lima está en S/.12.5/galón. Aquí la gasolina cuesta 4 soles más que en EEUU o un 50% más.
Esta diferencia se acrecienta cuando introducimos el poder adquisitivo promedio. Allá se gana, en promedio, US$ 2,500/mes, mientras que aquí el per cápita promedio es de US$ 420/mes. Dicho de otra manera, ganamos en promedio la sexta parte de lo que gana un gringo, pero el galón de gasolina nos cuesta 50% más. Ajá.
¿Por qué sucede eso? Hay varias razones, pero una es fundamental: los impuestos en el Perú superan a los “gringos” en 252%. Allá se paga S/.1.13/galón (2) y aquí 3.98/galón, por diferentes conceptos: impuesto al rodaje (8%), impuesto selectivo al consumo e IGV. Así, en el 2010 el gobierno recaudó S/. 5,800 millones de impuestos indirectos por la venta de todos los combustibles (lo que incluye la gasolina 90). Eso representó el 10% de los ingresos tributarios del gobierno central y es algo que el gobierno no quiere dejar de recaudar.
Pero sí se deja de recaudar más de S/. 3,500 millones anuales por las rebajas arancelarias inconsultas de este gobierno en el 2007 y el 2008. Lo que quiere decir que la política tributaria es, justamente eso, una política. Y que esta se puede modificar para disminuir el impacto al público del alza del precio internacional del petróleo.
En el Perú los márgenes de comercialización mayorista y minorista son 136% mayores a los de EEUU. Esto porque el tamaño del mercado es mayor allá que aquí y que también hay más actores y, por tanto, más competencia. Aquí hay dos cadenas, Repsol y Primax (formada por la estatal chilena ENAP y el Grupo Romero) que tienen el 60% del mercado de Lima. Otro problema.
En cuanto al precio del crudo y el margen de refinación, hemos tomado los datos de Petroperú del precio de venta al público (antes de impuestos) y el precio del petróleo importado WTI con las cifras de paridad de importación de Osinergmin. Lo más saltante es que aquí es que las cifras son parecidas (6.54 y 6.96 por galón). Pero eso es totalmente engañoso.
¿Por qué? Porque los precios del crudo que importan las refinerías o los que compran localmente son más baratos que los que establece la Paridad de Importación (PPI). Y lo mismo sucede con los costos de las refinerías. En otras palabras, esos montos están inflados, lo que favorece a las refinerías y perjudica a los consumidores. Esos montos deben bajar, lo que se conseguirá eliminando la PPI.
Resumiendo, en el Perú se paga 50% más por la gasolina que en EEUU, pero tenemos la sexta parte de su ingreso. Pagamos 250% más de impuestos y nuestro mercado concentrado en dos cadenas de grifos aumenta los márgenes de comercialización. Además, el precio del crudo y el margen de refinación están inflados por el método PPI. Hecho el diagnóstico, está casi lista la formulación de las políticas para corregir las taras existentes, ¿no es cierto?
(1) La comparación se ha hecho con los precios de diciembre del 2010 en ambos países. En el Perú los precios no se han movido desde esa fecha porque no se ha actualizado la banda de precios.
(2) En algunos Estados, existen tributos locales adicionales.
QUE RARO
Que raro lo que esta pasando |
.Por Humberto Campodónico
Desde nuestro punto de vista, hubo un denominador común en la presentación de propuestas del domingo pasado, organizada por el Jurado Nacional de Elecciones: para los candidatos, la población peruana no está contenta con su situación actual, lo que puede revertirse con sus planteamientos, ofrecimientos o promesas.
Este punto de partida no se condice con las actuales cifras macroeconómicas que están casi todas en azul ni con el conocido crecimiento económico de los últimos años. Podría ser que esto sea algo común en todas las elecciones: si no criticas lo que sucede actualmente (“todo estaría bien” o “más o menos bien”) entonces ya no tienes casi nada que prometer al elector.
Puede ser. Pero también puede ser que ese punto de partida se asemeje a lo que ya hace más de 6 años nos dijo Jürgen Schuldt: la gran mayoría de la población no percibe la relación entre el crecimiento económico “general” y su realidad económica y social. Dicho de otro modo: hay bonanza macroeconómica y malestar microeconómico.
Es por eso que la población está pidiendo un cambio en la política económica de manera sostenida. Hace 40 días, en la encuesta de Imasen de La República el 36.5% de la población urbana y rural se pronunció por un cambio radical y el 37.4% pidió que “cambie algo” la política económica. Solo el 25.1% dijo que ésta debía continuar igual.
La encuesta que acaba de publicar la Universidad Católica dice lo mismo: un 36% plantea reformas parciales a la actual política económica y un 33% dice ésta debe cambiar de manera radical. Solo un 22% dice que hay que mantener la orientación actual mientras que un 10% “no precisa”.
¿Cuáles deberían ser esos cambios? La primera encuesta de Imasen arrojó un resultado contundente diciendo que se debía fortalecer a las empresas estatales Petroperú y ENAPU (el gobierno hace lo contrario y quiere privatizar, ya, el muelle Norte de ENAPU.
En la encuesta de Imasen publicada el pasado domingo en La República, un 76% dice que hay que aumentar el salario mínimo, un 74% quiere más apoyo a la agricultura y un 59% quiere que se garantice que toda persona mayor de 65 años reciba una pensión, haya o no aportado al seguro social. Y así.
Esta nueva percepción de la ciudadanía sobre las desigualdades que origina la actual política económica es, quizá, una de las claves que nos puede orientar sobre el cambio de humor reciente que reflejan las encuestas. Y eso, claro, no es del agrado de las élites económicas, que no quieren que nada cambie para que todo siga igual, es decir, para que siga la bonanza macro y el malestar micro.
En esa misma línea de pensamiento, no les gusta que los candidatos de la derecha económica transiten por el camino de la crítica (aunque solo sea por los meses de la campaña) a la actual situación económica y social.
Eso es lo que expresó ayer el presidente García cuando dijo: “No se puede seguir repitiendo que el país está enrumbado por un mal camino, cuando la inmensa mayoría percibe los efectos del crecimiento económico y las obras sociales”. Para él, ganará las elecciones “quien impulse la alegría y la esperanza; el que impulse el entusiasmo de las multitudes”.
La realidad es, sin embargo, que, de un lado, la ciudadanía está pidiendo una nueva relación entre mercado y Estado que supere la absoluta primacía del primero sobre el segundo y que desemboca en el dominio del mercado por grupos oligopólicos. Y, de otro, que superemos el modelo exportador de materias primas para avanzar hacia el impulso de un aparato productivo diversificado que permita la creación de empleos y valor agregado. Salvo peor parecer.
.Por Humberto Campodónico
Desde nuestro punto de vista, hubo un denominador común en la presentación de propuestas del domingo pasado, organizada por el Jurado Nacional de Elecciones: para los candidatos, la población peruana no está contenta con su situación actual, lo que puede revertirse con sus planteamientos, ofrecimientos o promesas.
Este punto de partida no se condice con las actuales cifras macroeconómicas que están casi todas en azul ni con el conocido crecimiento económico de los últimos años. Podría ser que esto sea algo común en todas las elecciones: si no criticas lo que sucede actualmente (“todo estaría bien” o “más o menos bien”) entonces ya no tienes casi nada que prometer al elector.
Puede ser. Pero también puede ser que ese punto de partida se asemeje a lo que ya hace más de 6 años nos dijo Jürgen Schuldt: la gran mayoría de la población no percibe la relación entre el crecimiento económico “general” y su realidad económica y social. Dicho de otro modo: hay bonanza macroeconómica y malestar microeconómico.
Es por eso que la población está pidiendo un cambio en la política económica de manera sostenida. Hace 40 días, en la encuesta de Imasen de La República el 36.5% de la población urbana y rural se pronunció por un cambio radical y el 37.4% pidió que “cambie algo” la política económica. Solo el 25.1% dijo que ésta debía continuar igual.
La encuesta que acaba de publicar la Universidad Católica dice lo mismo: un 36% plantea reformas parciales a la actual política económica y un 33% dice ésta debe cambiar de manera radical. Solo un 22% dice que hay que mantener la orientación actual mientras que un 10% “no precisa”.
¿Cuáles deberían ser esos cambios? La primera encuesta de Imasen arrojó un resultado contundente diciendo que se debía fortalecer a las empresas estatales Petroperú y ENAPU (el gobierno hace lo contrario y quiere privatizar, ya, el muelle Norte de ENAPU.
En la encuesta de Imasen publicada el pasado domingo en La República, un 76% dice que hay que aumentar el salario mínimo, un 74% quiere más apoyo a la agricultura y un 59% quiere que se garantice que toda persona mayor de 65 años reciba una pensión, haya o no aportado al seguro social. Y así.
Esta nueva percepción de la ciudadanía sobre las desigualdades que origina la actual política económica es, quizá, una de las claves que nos puede orientar sobre el cambio de humor reciente que reflejan las encuestas. Y eso, claro, no es del agrado de las élites económicas, que no quieren que nada cambie para que todo siga igual, es decir, para que siga la bonanza macro y el malestar micro.
En esa misma línea de pensamiento, no les gusta que los candidatos de la derecha económica transiten por el camino de la crítica (aunque solo sea por los meses de la campaña) a la actual situación económica y social.
Eso es lo que expresó ayer el presidente García cuando dijo: “No se puede seguir repitiendo que el país está enrumbado por un mal camino, cuando la inmensa mayoría percibe los efectos del crecimiento económico y las obras sociales”. Para él, ganará las elecciones “quien impulse la alegría y la esperanza; el que impulse el entusiasmo de las multitudes”.
La realidad es, sin embargo, que, de un lado, la ciudadanía está pidiendo una nueva relación entre mercado y Estado que supere la absoluta primacía del primero sobre el segundo y que desemboca en el dominio del mercado por grupos oligopólicos. Y, de otro, que superemos el modelo exportador de materias primas para avanzar hacia el impulso de un aparato productivo diversificado que permita la creación de empleos y valor agregado. Salvo peor parecer.
PPKAKA
PPK: gato por liebre
.Por Humberto Campodónico
¿Qué tan cierta es la afirmación de que constituyen “sobrecostos laborales” los 30 días de vacaciones, la Compensación por Tiempo de Servicios y las dos “gratificaciones” por año? Y, a partir de allí, ¿que esos “sobrecostos” impiden que los empresarios contraten más trabajadores? Lo anterior desemboca en la siguiente “propuesta” de PPK: para crear más empleos, hay que disminuir los “sobrecostos”, es decir, las vacaciones, la CTS y las dos “gratis”.
Eso no es cierto, pues se trata de ideología pura al servicio de intereses empresariales. Veamos por qué.
En el Perú, la Población Económicamente Activa (PEA) es de 14.3 millones, de los cuales más de un millón están en el sector público, 550,000 (sobre todo mujeres) son trabajadoras del hogar y más de 2.6 millones son independientes (aquí están los pequeños productores rurales, los autoempleados y los trabajadores familiares no remunerados –TFNR que, por definición, están fuera de las normas laborales–).
Por tanto, nos quedan 10.1 millones de personas en el sector privado y que serían susceptibles de “sobrecostos”. Por eso en el 2008 se promulgó el DL 1086 (Ley MYPE) que recorta las vacaciones a 15 días, elimina la CTS y las dos “gratis”. ¿A quienes se aplica? A la microempresa y a la pequeña empresa (que ahora comprende hasta 100 trabajadores). La gran y la mediana empresa se siguen rigiendo por la Ley General del Trabajo (DL 728).
¿Es que el DL 1086 ha sido exitoso y ha formalizado a los 3.167 millones de microempresas, ahora que ya no tienen que pagar “sobrecostos”? No, dice el Registro Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (REMYPE): a diciembre del 2010, solo 88,764 empresas se habían acogido al DL 1086 (79,371 Microempresas y 9,393 pequeñas empresas).
Por tanto, solo el 2.53% (79,371 entre 3.167 millones) del total de microempresas se acogió al DL 1086. Esto equivale a solo 140,000 trabajadores, de un total de 7.8 millones que hay en las MYPE. Dicho de otra manera, la Ley MYPE ha fracasado porque estaba errada en su concepto: el problema no son los “sobrecostos”.
Esto lo demuestra el hecho siguiente: de los 530,000 empleos que se han creado en Lima en el periodo 2002-2009 según la Encuesta Permanente de Empleo (EPE) del INEI, 384,000 lo fueron en las empresas de más de 50 trabajadores, que se rigen por el DL 728. Solo 93,000 empleos se crearon en empresas de 11 a 50 trabajadores y 53,000 en empresas de 1 a 10 trabajadores, donde rige la Ley MYPE.
Resumiendo: la Ley MYPE que recorta los derechos de los trabajadores solo ha logrado que se formalicen 88,000 empresas y 140,000 trabajadores, de un total de 3.1 millones de empresas y 7.87 millones de trabajadores, respectivamente. De otro lado, la mayor cantidad de empleos se ha creado en el sector formal, pagando los llamados “sobrecostos laborales”.
La receta de PPK (“el mejor”) acerca del “sobrecosto” no sirve para nada. El problema es, por un lado, de bajos ingresos que no crecen, a pesar del aumento de la productividad y, de otro, por la falta de sindicatos y las leyes antiobreras de Fujimori, que han sido mantenidas por todos los gobiernos posteriores. Tema que veremos en un próximo artículo.
Nota: Buena parte de la información de este artículo fue proporcionada por el economista Julio Gamero, ex viceministro de Trabajo.
.Por Humberto Campodónico
¿Qué tan cierta es la afirmación de que constituyen “sobrecostos laborales” los 30 días de vacaciones, la Compensación por Tiempo de Servicios y las dos “gratificaciones” por año? Y, a partir de allí, ¿que esos “sobrecostos” impiden que los empresarios contraten más trabajadores? Lo anterior desemboca en la siguiente “propuesta” de PPK: para crear más empleos, hay que disminuir los “sobrecostos”, es decir, las vacaciones, la CTS y las dos “gratis”.
Eso no es cierto, pues se trata de ideología pura al servicio de intereses empresariales. Veamos por qué.
En el Perú, la Población Económicamente Activa (PEA) es de 14.3 millones, de los cuales más de un millón están en el sector público, 550,000 (sobre todo mujeres) son trabajadoras del hogar y más de 2.6 millones son independientes (aquí están los pequeños productores rurales, los autoempleados y los trabajadores familiares no remunerados –TFNR que, por definición, están fuera de las normas laborales–).
Por tanto, nos quedan 10.1 millones de personas en el sector privado y que serían susceptibles de “sobrecostos”. Por eso en el 2008 se promulgó el DL 1086 (Ley MYPE) que recorta las vacaciones a 15 días, elimina la CTS y las dos “gratis”. ¿A quienes se aplica? A la microempresa y a la pequeña empresa (que ahora comprende hasta 100 trabajadores). La gran y la mediana empresa se siguen rigiendo por la Ley General del Trabajo (DL 728).
¿Es que el DL 1086 ha sido exitoso y ha formalizado a los 3.167 millones de microempresas, ahora que ya no tienen que pagar “sobrecostos”? No, dice el Registro Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (REMYPE): a diciembre del 2010, solo 88,764 empresas se habían acogido al DL 1086 (79,371 Microempresas y 9,393 pequeñas empresas).
Por tanto, solo el 2.53% (79,371 entre 3.167 millones) del total de microempresas se acogió al DL 1086. Esto equivale a solo 140,000 trabajadores, de un total de 7.8 millones que hay en las MYPE. Dicho de otra manera, la Ley MYPE ha fracasado porque estaba errada en su concepto: el problema no son los “sobrecostos”.
Esto lo demuestra el hecho siguiente: de los 530,000 empleos que se han creado en Lima en el periodo 2002-2009 según la Encuesta Permanente de Empleo (EPE) del INEI, 384,000 lo fueron en las empresas de más de 50 trabajadores, que se rigen por el DL 728. Solo 93,000 empleos se crearon en empresas de 11 a 50 trabajadores y 53,000 en empresas de 1 a 10 trabajadores, donde rige la Ley MYPE.
Resumiendo: la Ley MYPE que recorta los derechos de los trabajadores solo ha logrado que se formalicen 88,000 empresas y 140,000 trabajadores, de un total de 3.1 millones de empresas y 7.87 millones de trabajadores, respectivamente. De otro lado, la mayor cantidad de empleos se ha creado en el sector formal, pagando los llamados “sobrecostos laborales”.
La receta de PPK (“el mejor”) acerca del “sobrecosto” no sirve para nada. El problema es, por un lado, de bajos ingresos que no crecen, a pesar del aumento de la productividad y, de otro, por la falta de sindicatos y las leyes antiobreras de Fujimori, que han sido mantenidas por todos los gobiernos posteriores. Tema que veremos en un próximo artículo.
Nota: Buena parte de la información de este artículo fue proporcionada por el economista Julio Gamero, ex viceministro de Trabajo.
SUBE Y BAJA
El sube y baja de los terminos de intercambio
.Por Humberto Campodónico
En el Marco Macroeconómico Multianual 2009-2011, el MEF publica un importante análisis acerca del impacto que tiene la variación de los términos del intercambio en el PBI y los ingresos tributarios.
Dice el MMM, después de realizar una serie de análisis econométricos, que la elasticidad de corto plazo entre el PBI y los Términos del Intercambio (TI) es de 0,14, es decir, que ante un incremento de 10% en los TI el PBI se incrementaría en 1,4%.
Agrega el MEF que “este incremento tiene un impacto directo en el ingreso real disponible debido a que produce mayores ingresos para la economía y, por consiguiente, una mayor demanda interna. En ese sentido, se genera un círculo virtuoso que incrementa la rentabilidad de las empresas, alienta mayores inversiones que generan empleo, teniendo como resultado en el mediano plazo una mejora en la productividad y una mayor producción” (p. 28).
Como se sabe, los TI se miden a partir de la relación entre los precios de los productos que se exportan con los que se importan. Debido a que el 80% de las exportaciones de Perú son materias primas –que han tenido un aumento de precios extraordinario en los últimos años–, los TI han subido notoriamente (superando largamente el aumento de precios de las importaciones, lo que también se ha producido).
Así, por ejemplo, en el año 2006 los TI crecieron 26%, lo que, de acuerdo con los cálculos del MEF habría causado un incremento del PBI de 3,64%. Como ese año el PBI creció 7,7%, cerca de la mitad de ese crecimiento se habría debido a los TI. Lo inverso es también cierto: los TI del Perú decrecieron 2,8% en el 2009 debido a la crisis internacional. Ese año el PBI solo creció 0,9%, en buena medida por la caída de los TI.
En el mismo MMM, el MEF analiza la elasticidad de los ingresos tributarios con respecto a los TI y encuentra que ésta es de 0,34, es decir que por cada 10% de crecimiento de los TI, los ingresos tributarios aumentan en 3,4%.
Cuando se desagregan los ingresos tributarios, el MMM encuentra que, por el mismo efecto de los TI el IGV y los aranceles aumentan 3,2% y 2,4%, respectivamente. El Impuesto a la Renta es el que más aumenta, con 6,3%. Dice el MEF: “El impacto más directo de la mejora de los TI se ve reflejado en el impuesto a la renta, ya que los mayores precios de los productos exportados incrementan las utilidades de las empresas y el posterior pago de sus impuestos” (p. 29).
Esto demuestra que somos altamente dependientes de los TI. Y como éstos son volátiles por naturaleza, el crecimiento de la economía también lo es. Así, en el 2008 el PBI creció 9,8% y en el 2009 solo 0,9%. Lo mismo sucede con los ingresos tributarios: en el 2009 la presión tributaria fue solo 13,6% del PBI, aumentando a 15,2% en el 2010. Una vez más, esto se explica, en buena parte, por la variación de los TI.
De lo que se trata, entonces, es de disminuir la dependencia de las materias primas (volátiles) lo que se puede lograr con la diversificación del aparato productivo, planteando, primero, la ampliación del mercado interno y, también, la diversificación de la canasta exportable, para que incluya productos con mayor valor agregado. Eso fue lo que hizo Japón y, luego, los tigres asiáticos (Taiwán, Corea del Sur), después China e India y en nuestro continente los países más importantes son Brasil y México.
Ese es el ejemplo a seguir.
.Por Humberto Campodónico
En el Marco Macroeconómico Multianual 2009-2011, el MEF publica un importante análisis acerca del impacto que tiene la variación de los términos del intercambio en el PBI y los ingresos tributarios.
Dice el MMM, después de realizar una serie de análisis econométricos, que la elasticidad de corto plazo entre el PBI y los Términos del Intercambio (TI) es de 0,14, es decir, que ante un incremento de 10% en los TI el PBI se incrementaría en 1,4%.
Agrega el MEF que “este incremento tiene un impacto directo en el ingreso real disponible debido a que produce mayores ingresos para la economía y, por consiguiente, una mayor demanda interna. En ese sentido, se genera un círculo virtuoso que incrementa la rentabilidad de las empresas, alienta mayores inversiones que generan empleo, teniendo como resultado en el mediano plazo una mejora en la productividad y una mayor producción” (p. 28).
Como se sabe, los TI se miden a partir de la relación entre los precios de los productos que se exportan con los que se importan. Debido a que el 80% de las exportaciones de Perú son materias primas –que han tenido un aumento de precios extraordinario en los últimos años–, los TI han subido notoriamente (superando largamente el aumento de precios de las importaciones, lo que también se ha producido).
Así, por ejemplo, en el año 2006 los TI crecieron 26%, lo que, de acuerdo con los cálculos del MEF habría causado un incremento del PBI de 3,64%. Como ese año el PBI creció 7,7%, cerca de la mitad de ese crecimiento se habría debido a los TI. Lo inverso es también cierto: los TI del Perú decrecieron 2,8% en el 2009 debido a la crisis internacional. Ese año el PBI solo creció 0,9%, en buena medida por la caída de los TI.
En el mismo MMM, el MEF analiza la elasticidad de los ingresos tributarios con respecto a los TI y encuentra que ésta es de 0,34, es decir que por cada 10% de crecimiento de los TI, los ingresos tributarios aumentan en 3,4%.
Cuando se desagregan los ingresos tributarios, el MMM encuentra que, por el mismo efecto de los TI el IGV y los aranceles aumentan 3,2% y 2,4%, respectivamente. El Impuesto a la Renta es el que más aumenta, con 6,3%. Dice el MEF: “El impacto más directo de la mejora de los TI se ve reflejado en el impuesto a la renta, ya que los mayores precios de los productos exportados incrementan las utilidades de las empresas y el posterior pago de sus impuestos” (p. 29).
Esto demuestra que somos altamente dependientes de los TI. Y como éstos son volátiles por naturaleza, el crecimiento de la economía también lo es. Así, en el 2008 el PBI creció 9,8% y en el 2009 solo 0,9%. Lo mismo sucede con los ingresos tributarios: en el 2009 la presión tributaria fue solo 13,6% del PBI, aumentando a 15,2% en el 2010. Una vez más, esto se explica, en buena parte, por la variación de los TI.
De lo que se trata, entonces, es de disminuir la dependencia de las materias primas (volátiles) lo que se puede lograr con la diversificación del aparato productivo, planteando, primero, la ampliación del mercado interno y, también, la diversificación de la canasta exportable, para que incluya productos con mayor valor agregado. Eso fue lo que hizo Japón y, luego, los tigres asiáticos (Taiwán, Corea del Sur), después China e India y en nuestro continente los países más importantes son Brasil y México.
Ese es el ejemplo a seguir.
jueves, 17 de marzo de 2011
domingo, 13 de marzo de 2011
sábado, 12 de marzo de 2011
TEORIAS CONSPIRATIVAS
Teorias conspirativas: Gigantes en el Peru antiguo y Vallejo en el Priorato de Sion |
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La realidad y la ficción son dos asas de una misma herramienta cuando de explicar la historia se trata. Ambas conviven, se vigorizan y dan forma a las ideas ‘oficiales’ que la memoria necesita para cubrir los espacios vacíos dejados por el paso del tiempo, intereses político-culturales y la falta de objetividad. Esto hace más difícil determinar con exactitud cual forjó o encubrió a cual.
Por Ybrahim Luna (*)
Hotel de Paso
La brecha que separa a ambas da lugar a la especulación, y a las teorías conspirativas que buscan tender un puente entre lo fáctico y la necesidad de ver algo más allá de lo establecido.
Para muestra, dos ejemplos.
El primero basado en un texto tomado de “Historia del Perú Antiguo” – Tomo I, de Luis E. Valcárcel (de Pág. 384 a 386); y el segundo, en la vida parisina de César Vallejo; para advertir a continuación los juegos interpretativos:
a)._ “Los gigantes de Puerto Viejo
Como otros cronistas, Gutiérrez de Santa Clara se ocupa de estos fabulosos gigantes que, según las referencias que obtienen de ciertos viejos habitantes de la provincia de Manta, aparecieron bajo el reinado de Tupac Inca Yupanqui, alborotando su llegada. Eran hombres de disforme altura y grandeza que vinieron en unas balsas muy grandas de hacia la parte de donde se pone el sol o del estrecho de Magallanes, quienes después de desembarcar comenzaron a tiranizar a los habitantes del litoral, matando muchos indios y echando a otros fuera de sus pueblos, viendo todo lo cual los naturales de Puerto Viejo lo hicieron saber por medio de chasquis a Tupac Inca Yupanqui que a la sazón se encontraba en el Cusco, rogándole los librase de tan grande peligro. El Inca, en respuesta, envió al Curaca del valle de Chimo y al gobernador Inca que tenía en el pueblo de Piura, en unión de muchos otros indios principales, para que considerando las circunstancias y viendo de que gente se trataba, pudieran entrar en relación con ella para un arreglo de paz o, en caso contrario, hacerle guerra. Los embajadores fueron y se entendieron con dichos gigantes por medio de señas, los apaciguaron y les dieron iteras en donde viviesen tranquilos. Así lo cumplieron la mayor parte, pero hubo una fracción que rompió el pacto, saliendo hacia los pueblos donde reiniciaron las crueldades y muertes, no habiendo quien los contradijese. Al saberlo el Inca, envió nuevos embajadores, quienes los amenazaron con guerras, hambre y mortandad, anunciándoles la inminente venida del propio Inca; oído todo lo cual, se apaciguaron, quedando todos ellos por vasallos del señor del Cusco. Dícese que contaban a los naturales que ellos habían salido de unas islas muy grandes que están en el mar austral hacia el poniente, de las que fueron echados por un gran señor indio que había allí que era tan gigante como ellos: que luego habían navegado muchos días a remo y vela y que por virtud de una tormenta habían sido echados a estas playas.
Los gigantes peleaban empleando grandes piedras que arrojaban con las manos, y con palos nudosos y con porras que ellos fabricaban, pues no trajeron ninguna. Dieron noticia de muchas tierras insulares que han sido después descubiertas.
El Inca, de acuerdo con el señor de Chimu, les concedió los terrenos de la punta de Tangarara que después se llamó Santa Elena; pero en ella no había ni agua, ni leña, lo que entendieron que era para deshacerse de ellos, pero la disimularon. Para buscar agua perforaron profundos pozos en unas peñas vivas hasta alcanzarla muy buena y bien fría. Edificaron sus casas de paja, hicieron sus sementeras y se proveyeron de leña, trayéndola de lejos en sus balsas. Mas, hubo de producirse una nueva causa de conflicto porque dichos gigantes estropearon a las mujeres de los naturales de Manta, entrando en comercio con ellas a falta de las propias, que no las tenían. En vista de tales abusos, las mujeres se retrajeron y fueron defendidas; pero entonces los gigantes cayeron en el vicio de la sodomia. Surgió más tarde la leyenda de que en castigo cayó fuego del cielo, destruyéndolos.
El cronista confirma toda esta historia al comprobar la existencia de los pozos de agua cavados en rocas, de las arenas y cenizas que eran testimonio del fuego, así como ciertas fuentes de alquitrán que se utilizaban por los españoles para calafatear sus navíos; por último; por último, el hallazgo de calaveras y huesos “de gran disformidad y unas muelas de tres dedos de gordor y de cinco de largor”. Reproduce la tradición conservada por los indios del pueblo de Chimu acerca de que en un tiempo lejano vivían dos gigantes en casa del señor de este valle que “comían entrambos de una asentada más de 20 indios”, los cuales eran además “muy soberbios y follones”. Dicen que el curaca los mandó mandar”.
* * *
Este texto, a pesar de tener obvio carácter de leyenda, sería la delicia de ufólogos y especialistas en el tema ‘sobrenatural’. No hay que imaginar mucho para intuir la cantidad de asociaciones que harían respecto a los “hechos” descritos en el texto de E. Valcárcel. Desde la incursión de especies alienígenas (Eran hombres de disforme altura y grandeza que vinieron en unas balsas muy grandas de hacia la parte de donde se pone el sol.), hasta la prueba fehaciente e histórica de la existencia de la Atlántida como civilización (Dícese que contaban a los naturales que ellos habían salido de unas islas muy grandes que están en el mar austral); desde la interpretación divina del pecado por teólogos (…porque dichos gigantes estropearon a las mujeres de los naturales de Manta, entrando en comercio con ellas…), hasta la idealización del castigo divino a lo Sodoma y Gomorra (…entonces los gigantes cayeron en el vicio de la sodomia. Surgió más tarde la leyenda de que en castigo cayó fuego del cielo, destruyéndolos); desde el seguimiento histórico-geográfico (El Inca, en respuesta, envió al Curaca del valle de Chimo y al gobernador Inca que tenía en el pueblo de Piura), hasta el apasionado interés de la paleontología (…el hallazgo de calaveras y huesos “de gran disformidad y unas muelas de tres dedos de gordor y de cinco de largor).
Solo como agregado, en diversas culturas antiguas las fábulas de gigantes y dragones coincidieron con el hallazgo de los primeros fósiles de mamíferos prehistóricos y dinosaurios.
b)._ ¿Conoció Vallejo el Priorato de Sion?
Es una teoría descabellada, pero sugerente cuando se recurre a la historia y a las anécdotas. César Vallejo nace en 1892 y muere en 1938. Buena parte de su vida se desarrolla en el París intelectual de los años 30.
Jean Cocteau, considerado uno de los Gran Maestre del Priorato de Sion (1918) por diversos “especialistas” en el tema de lo oculto, nace en 1889 y muere en 1963. Dentro de la vida cultural, estrecha y agitada de aquel París universal, es difícil que al menos no oyeran hablar el uno del otro.
Jean Cocteau escribe en 1922 su libro “Le Secret Profesionnel”. Vallejo escribe en 1929 “Contra el secreto profesional”, en referencia a la obra de Cocteau, quien por entonces ya ejercía, según la leyenda urbana, como Gran Maestre de la logia. Las preguntas más inmediatas y sugerentes serían: ¿recibió Vallejo alguna invitación para formar parte de tal Priorato?, o, por el contrario… ¿hubo algún roce con la abierta orientación marxista del escritor peruano, ya que los socialistas consideraban a esas logias como enajenantes y liberales pérdidas de tiempo de la clase burguesa?
* * *
En fin, huelga decir que la mayoría de estas interpretaciones lindan con el disparate y que hay material para todos los gustos. En asuntos de teorías conspirativas se necesita apenas un indicio para desplegar toda una extra-verdad. Claro que en situaciones específicas éstas han acertado categóricamente en sus hipótesis.
Los cables de Wikileaks han revelado recientemente hechos que suponíamos ciertos, pero que eran negados en su momento por las versiones oficiales: la alianza apro-fujimorista, por ejemplo.
(*) Colaborador y escritor de "Criador de pilotos" en poesía; y "De corresponsal a cómplice" de cuentos. Encuentra su columna Hotel de Paso, todos los jueves en La República.pe.
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La realidad y la ficción son dos asas de una misma herramienta cuando de explicar la historia se trata. Ambas conviven, se vigorizan y dan forma a las ideas ‘oficiales’ que la memoria necesita para cubrir los espacios vacíos dejados por el paso del tiempo, intereses político-culturales y la falta de objetividad. Esto hace más difícil determinar con exactitud cual forjó o encubrió a cual.
Por Ybrahim Luna (*)
Hotel de Paso
La brecha que separa a ambas da lugar a la especulación, y a las teorías conspirativas que buscan tender un puente entre lo fáctico y la necesidad de ver algo más allá de lo establecido.
Para muestra, dos ejemplos.
El primero basado en un texto tomado de “Historia del Perú Antiguo” – Tomo I, de Luis E. Valcárcel (de Pág. 384 a 386); y el segundo, en la vida parisina de César Vallejo; para advertir a continuación los juegos interpretativos:
a)._ “Los gigantes de Puerto Viejo
Como otros cronistas, Gutiérrez de Santa Clara se ocupa de estos fabulosos gigantes que, según las referencias que obtienen de ciertos viejos habitantes de la provincia de Manta, aparecieron bajo el reinado de Tupac Inca Yupanqui, alborotando su llegada. Eran hombres de disforme altura y grandeza que vinieron en unas balsas muy grandas de hacia la parte de donde se pone el sol o del estrecho de Magallanes, quienes después de desembarcar comenzaron a tiranizar a los habitantes del litoral, matando muchos indios y echando a otros fuera de sus pueblos, viendo todo lo cual los naturales de Puerto Viejo lo hicieron saber por medio de chasquis a Tupac Inca Yupanqui que a la sazón se encontraba en el Cusco, rogándole los librase de tan grande peligro. El Inca, en respuesta, envió al Curaca del valle de Chimo y al gobernador Inca que tenía en el pueblo de Piura, en unión de muchos otros indios principales, para que considerando las circunstancias y viendo de que gente se trataba, pudieran entrar en relación con ella para un arreglo de paz o, en caso contrario, hacerle guerra. Los embajadores fueron y se entendieron con dichos gigantes por medio de señas, los apaciguaron y les dieron iteras en donde viviesen tranquilos. Así lo cumplieron la mayor parte, pero hubo una fracción que rompió el pacto, saliendo hacia los pueblos donde reiniciaron las crueldades y muertes, no habiendo quien los contradijese. Al saberlo el Inca, envió nuevos embajadores, quienes los amenazaron con guerras, hambre y mortandad, anunciándoles la inminente venida del propio Inca; oído todo lo cual, se apaciguaron, quedando todos ellos por vasallos del señor del Cusco. Dícese que contaban a los naturales que ellos habían salido de unas islas muy grandes que están en el mar austral hacia el poniente, de las que fueron echados por un gran señor indio que había allí que era tan gigante como ellos: que luego habían navegado muchos días a remo y vela y que por virtud de una tormenta habían sido echados a estas playas.
Los gigantes peleaban empleando grandes piedras que arrojaban con las manos, y con palos nudosos y con porras que ellos fabricaban, pues no trajeron ninguna. Dieron noticia de muchas tierras insulares que han sido después descubiertas.
El Inca, de acuerdo con el señor de Chimu, les concedió los terrenos de la punta de Tangarara que después se llamó Santa Elena; pero en ella no había ni agua, ni leña, lo que entendieron que era para deshacerse de ellos, pero la disimularon. Para buscar agua perforaron profundos pozos en unas peñas vivas hasta alcanzarla muy buena y bien fría. Edificaron sus casas de paja, hicieron sus sementeras y se proveyeron de leña, trayéndola de lejos en sus balsas. Mas, hubo de producirse una nueva causa de conflicto porque dichos gigantes estropearon a las mujeres de los naturales de Manta, entrando en comercio con ellas a falta de las propias, que no las tenían. En vista de tales abusos, las mujeres se retrajeron y fueron defendidas; pero entonces los gigantes cayeron en el vicio de la sodomia. Surgió más tarde la leyenda de que en castigo cayó fuego del cielo, destruyéndolos.
El cronista confirma toda esta historia al comprobar la existencia de los pozos de agua cavados en rocas, de las arenas y cenizas que eran testimonio del fuego, así como ciertas fuentes de alquitrán que se utilizaban por los españoles para calafatear sus navíos; por último; por último, el hallazgo de calaveras y huesos “de gran disformidad y unas muelas de tres dedos de gordor y de cinco de largor”. Reproduce la tradición conservada por los indios del pueblo de Chimu acerca de que en un tiempo lejano vivían dos gigantes en casa del señor de este valle que “comían entrambos de una asentada más de 20 indios”, los cuales eran además “muy soberbios y follones”. Dicen que el curaca los mandó mandar”.
* * *
Este texto, a pesar de tener obvio carácter de leyenda, sería la delicia de ufólogos y especialistas en el tema ‘sobrenatural’. No hay que imaginar mucho para intuir la cantidad de asociaciones que harían respecto a los “hechos” descritos en el texto de E. Valcárcel. Desde la incursión de especies alienígenas (Eran hombres de disforme altura y grandeza que vinieron en unas balsas muy grandas de hacia la parte de donde se pone el sol.), hasta la prueba fehaciente e histórica de la existencia de la Atlántida como civilización (Dícese que contaban a los naturales que ellos habían salido de unas islas muy grandes que están en el mar austral); desde la interpretación divina del pecado por teólogos (…porque dichos gigantes estropearon a las mujeres de los naturales de Manta, entrando en comercio con ellas…), hasta la idealización del castigo divino a lo Sodoma y Gomorra (…entonces los gigantes cayeron en el vicio de la sodomia. Surgió más tarde la leyenda de que en castigo cayó fuego del cielo, destruyéndolos); desde el seguimiento histórico-geográfico (El Inca, en respuesta, envió al Curaca del valle de Chimo y al gobernador Inca que tenía en el pueblo de Piura), hasta el apasionado interés de la paleontología (…el hallazgo de calaveras y huesos “de gran disformidad y unas muelas de tres dedos de gordor y de cinco de largor).
Solo como agregado, en diversas culturas antiguas las fábulas de gigantes y dragones coincidieron con el hallazgo de los primeros fósiles de mamíferos prehistóricos y dinosaurios.
b)._ ¿Conoció Vallejo el Priorato de Sion?
Es una teoría descabellada, pero sugerente cuando se recurre a la historia y a las anécdotas. César Vallejo nace en 1892 y muere en 1938. Buena parte de su vida se desarrolla en el París intelectual de los años 30.
Jean Cocteau, considerado uno de los Gran Maestre del Priorato de Sion (1918) por diversos “especialistas” en el tema de lo oculto, nace en 1889 y muere en 1963. Dentro de la vida cultural, estrecha y agitada de aquel París universal, es difícil que al menos no oyeran hablar el uno del otro.
Jean Cocteau escribe en 1922 su libro “Le Secret Profesionnel”. Vallejo escribe en 1929 “Contra el secreto profesional”, en referencia a la obra de Cocteau, quien por entonces ya ejercía, según la leyenda urbana, como Gran Maestre de la logia. Las preguntas más inmediatas y sugerentes serían: ¿recibió Vallejo alguna invitación para formar parte de tal Priorato?, o, por el contrario… ¿hubo algún roce con la abierta orientación marxista del escritor peruano, ya que los socialistas consideraban a esas logias como enajenantes y liberales pérdidas de tiempo de la clase burguesa?
* * *
En fin, huelga decir que la mayoría de estas interpretaciones lindan con el disparate y que hay material para todos los gustos. En asuntos de teorías conspirativas se necesita apenas un indicio para desplegar toda una extra-verdad. Claro que en situaciones específicas éstas han acertado categóricamente en sus hipótesis.
Los cables de Wikileaks han revelado recientemente hechos que suponíamos ciertos, pero que eran negados en su momento por las versiones oficiales: la alianza apro-fujimorista, por ejemplo.
(*) Colaborador y escritor de "Criador de pilotos" en poesía; y "De corresponsal a cómplice" de cuentos. Encuentra su columna Hotel de Paso, todos los jueves en La República.pe.
ANIME DEL PERU
.
Por Giancarlo Ramírez
Jikuu Tenshou Nazca es el título de una historia que cuenta la lucha ficticia de guerreros incas que poseen grandes poderes, en la eterna batalla del bien contra el mal.
Hace 500 años, una sangrienta guerra civil estalló en el incanato. Al verse derrotado, uno de los bandos decidió utilizar un arma mística de asombroso poder que casi aniquila la tierra.
En el presente, Kyoji Miura descubre que es el alma reencarnada del antiguo guerrero Inca. Pero Kyoji sabe que no está solo, ya que su amigo y profesor, Tate, es también un alma Inca reencarnada que buscará vengarse de él.
Para eso, Tate decide utilizar esta arma antigua de destrucción total otra vez. Ahora Kyoji debe recorrer por todo el mundo para descubrir el secreto de su propio pasado y luchar contra su mejor amigo, para salvar su futuro y el de todos.
Distorsión
Pese a las buenas intenciones de Nazca, parte de la historia del Perú está distorsionada, como aquella en cuanto a las vestimentas de los guerreros incas, representados con espadas y katanas, así como considerar a los nazcas un pueblo no preinca. Incluso el mismo título pudo haberse denominado Los Incas, o Machu Picchu, el lugar sagrado donde se desarrollan muchos de los acontecimientos de esta serie.
En cambio, el anime acierta en que uno de los principales sucesos de la debacle del Imperio Inca fue la disputa interna entre los incas Huáscar y Atahualpa, así como la descripción del cuchillo ceremonial Tumi, y otros sucesos que se pueden comprobar en cualquier libro de historia del Perú.
A cien años del descubrimiento de Machu Picchu, Patrimonio de la Humanidad, Nazca podría ser una buena excusa para contar nuestro pasado de una manera diferente.
Si se piensa que los libros y el hábito de la lectura han sido reemplazados por la televisión y la computadora, el estado peruano tendría la oportunidad de hacer conocer, desde los más pequeños, nuestra riqueza cultural, sobre la base de series animadas. A una década del Bicentenario de la Independencia del Perú, hay tiempo de sobra.
Datos
La serie data de 1998 y ha pasado desapercibida en la señal abierta de la televisión peruana. Fue dirigida por Tokita Hiroko y hecho por Studio Radix.
Por Giancarlo Ramírez
Jikuu Tenshou Nazca es el título de una historia que cuenta la lucha ficticia de guerreros incas que poseen grandes poderes, en la eterna batalla del bien contra el mal.
Hace 500 años, una sangrienta guerra civil estalló en el incanato. Al verse derrotado, uno de los bandos decidió utilizar un arma mística de asombroso poder que casi aniquila la tierra.
En el presente, Kyoji Miura descubre que es el alma reencarnada del antiguo guerrero Inca. Pero Kyoji sabe que no está solo, ya que su amigo y profesor, Tate, es también un alma Inca reencarnada que buscará vengarse de él.
Para eso, Tate decide utilizar esta arma antigua de destrucción total otra vez. Ahora Kyoji debe recorrer por todo el mundo para descubrir el secreto de su propio pasado y luchar contra su mejor amigo, para salvar su futuro y el de todos.
Distorsión
Pese a las buenas intenciones de Nazca, parte de la historia del Perú está distorsionada, como aquella en cuanto a las vestimentas de los guerreros incas, representados con espadas y katanas, así como considerar a los nazcas un pueblo no preinca. Incluso el mismo título pudo haberse denominado Los Incas, o Machu Picchu, el lugar sagrado donde se desarrollan muchos de los acontecimientos de esta serie.
En cambio, el anime acierta en que uno de los principales sucesos de la debacle del Imperio Inca fue la disputa interna entre los incas Huáscar y Atahualpa, así como la descripción del cuchillo ceremonial Tumi, y otros sucesos que se pueden comprobar en cualquier libro de historia del Perú.
A cien años del descubrimiento de Machu Picchu, Patrimonio de la Humanidad, Nazca podría ser una buena excusa para contar nuestro pasado de una manera diferente.
Si se piensa que los libros y el hábito de la lectura han sido reemplazados por la televisión y la computadora, el estado peruano tendría la oportunidad de hacer conocer, desde los más pequeños, nuestra riqueza cultural, sobre la base de series animadas. A una década del Bicentenario de la Independencia del Perú, hay tiempo de sobra.
Datos
La serie data de 1998 y ha pasado desapercibida en la señal abierta de la televisión peruana. Fue dirigida por Tokita Hiroko y hecho por Studio Radix.
MARIA PARADO
.Por Antonio Zapata
En el Perú pocas veces somos consecuentes con lo que prometemos. Solemos ser como veletas que cualquier cambio de viento lleva a cambiar rumbos. Por ello, los políticos ofrecen impunemente aumentos salariales y otras ofertas que no podrán cumplir. No les importa. Saben que el pueblo los perdonará, porque siendo tan común la falta de consecuencia, la ciudadanía está acostumbrada a que se diga una cosa y se haga otra.
Pero, no todos son iguales. Para empezar las mujeres. Siempre se ha dicho que las mujeres peruanas son más estrictas que los hombres y que ellas sí saben cumplir la ley y hacerla cumplir. Por ejemplo, las policías de tránsito son mucho más apreciadas que sus colegas varones. Todos saben que el tránsito dirigido por la policía femenina se maneja de manera eficiente y sin coimas.
Esa mayor consecuencia de la mujer peruana no comenzó ayer, sino que tiene larga historia. En este momento en que se celebra el Día Internacional de la Mujer, cabe recordar a María Parado de Bellido, que fue fusilada por la patria en Huamanga en marzo de 1822.
Ella había nacido en el pueblo de Paras en la provincia de Cangallo; tenía unos cincuenta años de edad cuando ocurrieron los acontecimientos que registra la Historia. Su provincia estaba conmovida por el enfrentamiento entre guerrilleros y tropas realistas. Los primeros combatían por la independencia en un contexto en el que ya San Martín había desembarcado en el Perú e incluso proclamado la libertad en Lima. Los suyos eran los famosos morochucos.
Pero los realistas se hicieron fuertes en la sierra sur y combatieron con decisión. Ellos interceptaron una carta enviada por María Parado a su esposo, informándole de los planes del ejército español. El marido y el hijo de María Parado se habían unido a las guerrillas y el aviso mostraba que había un cómplice patriota cerca del alto mando realista.
Los realistas se alarmaron. Tenían un traidor entre ellos y no podían confiar ni en su sombra. Por ello, cuando una operación de inteligencia estableció que la autora de la carta era María Parado, ella fue apresada y juzgada sumariamente. El general realista era José Carratalá y le planteó canjear su vida por el nombre de su confidente en el estado mayor español. Es decir, sería fusilada a menos que delate.
María decidió callar, porque había prometido silencio. No obstante ser madre de familia y estar sus hijas junto a ella durante el juicio, no rompió su compromiso ni siquiera atendiendo a sus responsabilidades como madre. La tensión entre estos dos deberes ha sido analizada en un reciente ensayo por la Dra. Rosa Elena Fajardo, concluyendo que se impuso el patriotismo gracias a su consecuencia de mujer.
Después de la sentencia, María fue paseada por las cuatro esquinas de la Plaza de Armas de Huamanga. En cada una de ellas se le repitió la condena, diciéndole que sería levantada si entregaba a su informante. En las cuatro esquinas calló, no obstante que sus hijas se arrodillaron frente a ella y le rogaron. El cura que la asistió hasta el final cuenta que estuvo serena y que vestía sencillamente con una blusa y polleras, llevando además un sombrero de paja.
Fusilada en la Plazuela del Arco, unas cuadras al norte de la Plaza de Armas, su casa fue incendiada y sembrada de sal, “por ser madriguera de traidores y espías”, según decía la sentencia de la Corte Marcial. La guerrilla fue derrotada y su líder murió ajusticiado, aunque los Bellido lograron huir.
No obstante el interés de su figura, está casi olvidada. No se la resalta, quizá por representar nítidamente valores que hoy se están perdiendo. María Parado expresa la fuerza de las convicciones y la entereza para entregar la vida antes de romper con los compromisos.
En el Perú pocas veces somos consecuentes con lo que prometemos. Solemos ser como veletas que cualquier cambio de viento lleva a cambiar rumbos. Por ello, los políticos ofrecen impunemente aumentos salariales y otras ofertas que no podrán cumplir. No les importa. Saben que el pueblo los perdonará, porque siendo tan común la falta de consecuencia, la ciudadanía está acostumbrada a que se diga una cosa y se haga otra.
Pero, no todos son iguales. Para empezar las mujeres. Siempre se ha dicho que las mujeres peruanas son más estrictas que los hombres y que ellas sí saben cumplir la ley y hacerla cumplir. Por ejemplo, las policías de tránsito son mucho más apreciadas que sus colegas varones. Todos saben que el tránsito dirigido por la policía femenina se maneja de manera eficiente y sin coimas.
Esa mayor consecuencia de la mujer peruana no comenzó ayer, sino que tiene larga historia. En este momento en que se celebra el Día Internacional de la Mujer, cabe recordar a María Parado de Bellido, que fue fusilada por la patria en Huamanga en marzo de 1822.
Ella había nacido en el pueblo de Paras en la provincia de Cangallo; tenía unos cincuenta años de edad cuando ocurrieron los acontecimientos que registra la Historia. Su provincia estaba conmovida por el enfrentamiento entre guerrilleros y tropas realistas. Los primeros combatían por la independencia en un contexto en el que ya San Martín había desembarcado en el Perú e incluso proclamado la libertad en Lima. Los suyos eran los famosos morochucos.
Pero los realistas se hicieron fuertes en la sierra sur y combatieron con decisión. Ellos interceptaron una carta enviada por María Parado a su esposo, informándole de los planes del ejército español. El marido y el hijo de María Parado se habían unido a las guerrillas y el aviso mostraba que había un cómplice patriota cerca del alto mando realista.
Los realistas se alarmaron. Tenían un traidor entre ellos y no podían confiar ni en su sombra. Por ello, cuando una operación de inteligencia estableció que la autora de la carta era María Parado, ella fue apresada y juzgada sumariamente. El general realista era José Carratalá y le planteó canjear su vida por el nombre de su confidente en el estado mayor español. Es decir, sería fusilada a menos que delate.
María decidió callar, porque había prometido silencio. No obstante ser madre de familia y estar sus hijas junto a ella durante el juicio, no rompió su compromiso ni siquiera atendiendo a sus responsabilidades como madre. La tensión entre estos dos deberes ha sido analizada en un reciente ensayo por la Dra. Rosa Elena Fajardo, concluyendo que se impuso el patriotismo gracias a su consecuencia de mujer.
Después de la sentencia, María fue paseada por las cuatro esquinas de la Plaza de Armas de Huamanga. En cada una de ellas se le repitió la condena, diciéndole que sería levantada si entregaba a su informante. En las cuatro esquinas calló, no obstante que sus hijas se arrodillaron frente a ella y le rogaron. El cura que la asistió hasta el final cuenta que estuvo serena y que vestía sencillamente con una blusa y polleras, llevando además un sombrero de paja.
Fusilada en la Plazuela del Arco, unas cuadras al norte de la Plaza de Armas, su casa fue incendiada y sembrada de sal, “por ser madriguera de traidores y espías”, según decía la sentencia de la Corte Marcial. La guerrilla fue derrotada y su líder murió ajusticiado, aunque los Bellido lograron huir.
No obstante el interés de su figura, está casi olvidada. No se la resalta, quizá por representar nítidamente valores que hoy se están perdiendo. María Parado expresa la fuerza de las convicciones y la entereza para entregar la vida antes de romper con los compromisos.
TACNA Y ARICA
El plebiscito de Tacna y Arica )
.Por Antonio Zapata
El 4 de marzo de 1925 el presidente de los EEUU, Calvin Coolidge, que era el árbitro nombrado conjuntamente por Chile y Perú, emitió su fallo, ordenando llevar adelante el plebiscito sobre el destino de Tacna y Arica. Estas provincias habían quedado en manos de Chile por diez años, a raíz del Tratado de Ancón, que en 1883 selló la derrota nacional en la Guerra del Pacífico. El plebiscito se debía haber realizado hacía mucho, pero Chile lo había impedido. Mientras tanto, practicaba una política de “chilenización”, que significaba hostilidad contra las familias peruanas y subvenciones a las chilenas que se asentaran en el territorio.
Por ello el Perú había alegado que, pasados 40 años, el plebiscito era impracticable y que Chile debía devolver ambas provincias. Así, el fallo de Coolidge fue considerado una derrota, pero el gobierno peruano no se amilanó. Decidió enviar una delegación a Arica y encarar el nuevo contexto. Los EEUU nombraron al general Pershing, uno de los vencedores de la I Guerra Mundial, como su representante para ejecutar el plebiscito. Una vez en el terreno, iba a constatar los abusos practicados por las autoridades chilenas; como consecuencia, su parecer se inclinaría hacia la postura del Perú.
En marzo del año siguiente, la delegación peruana se instaló en Arica, para lo cual propició un desfile de la bandera, llevada sobre todo por las mujeres peruanas. La manifestación fue multitudinaria y recibió una fuerte hostilidad de la población chilena. Pero las plebiscitarias mujeres fueron la vanguardia y supieron defender el pabellón, entre ellas destacó la señora Cristina Vildoso.
En esos días, Tacna y Arica fueron escenario de constantes batallas callejeras y además de golpes, llovieron piedras, barro, orines sobre los peruanos. En medio de ese clima, los delgados norteamericanos plantearon condiciones democráticas para elaborar un padrón de votantes y desarrollar el plebiscito. El Perú apoyó a Pershing y Chile se opuso. Por ello, poco después, el representante de los EEUU se retiró dándole la razón al Perú, en el sentido de que el plebiscito era impracticable por la actitud de Chile.
Fue una victoria moral, pero carecía de correlato político. En efecto, Chile estaba en posesión del territorio y no daba muestras de ceder. Por su parte, los EEUU no se comprometieron con la decisión de su delegado y más bien empezaron a plantear la partición del territorio. Después de muchas vueltas, el presidente Augusto B. Leguía aceptó esa fórmula que se tradujo en el Tratado de Lima de 1929, por el cual Tacna volvió al Perú y cedimos Arica a perpetuidad. En un protocolo complementario se estableció la famosa cláusula por la cual Chile no puede cederle a Bolivia un territorio que haya sido de la Arica peruana sin nuestro consentimiento.
¿Por qué aceptó Leguía? Jorge Basadre recuerda que básicamente pensó que nada teníamos y que el paso del tiempo llevaba a perderlo todo. Luego, porque carecíamos de fuerza para inclinar la situación. Combatíamos con el peso de los tratados y la resistencia del pueblo, pero las armas estaban del otro lado. En esas circunstancias, Leguía pensó en forma pragmática que mejor era ganar una parte que perder el conjunto.
La historia peruana ha asumido este tratado como una solución razonable. Cabe la pregunta sobre Chile. ¿Por qué aceptó devolver un territorio que había ganado por las armas? Su razonamiento fue simple, para conservar eternamente lo obtenido en la guerra tenía que devolver parte de lo arrebatado al Perú. Lo importante es que retrocedió de buen grado. De cara a La Haya, es falso sostener que nunca ha cedido y que irá a la guerra si le toca perder algo por decisión de ese Alto Tribunal.
.Por Antonio Zapata
El 4 de marzo de 1925 el presidente de los EEUU, Calvin Coolidge, que era el árbitro nombrado conjuntamente por Chile y Perú, emitió su fallo, ordenando llevar adelante el plebiscito sobre el destino de Tacna y Arica. Estas provincias habían quedado en manos de Chile por diez años, a raíz del Tratado de Ancón, que en 1883 selló la derrota nacional en la Guerra del Pacífico. El plebiscito se debía haber realizado hacía mucho, pero Chile lo había impedido. Mientras tanto, practicaba una política de “chilenización”, que significaba hostilidad contra las familias peruanas y subvenciones a las chilenas que se asentaran en el territorio.
Por ello el Perú había alegado que, pasados 40 años, el plebiscito era impracticable y que Chile debía devolver ambas provincias. Así, el fallo de Coolidge fue considerado una derrota, pero el gobierno peruano no se amilanó. Decidió enviar una delegación a Arica y encarar el nuevo contexto. Los EEUU nombraron al general Pershing, uno de los vencedores de la I Guerra Mundial, como su representante para ejecutar el plebiscito. Una vez en el terreno, iba a constatar los abusos practicados por las autoridades chilenas; como consecuencia, su parecer se inclinaría hacia la postura del Perú.
En marzo del año siguiente, la delegación peruana se instaló en Arica, para lo cual propició un desfile de la bandera, llevada sobre todo por las mujeres peruanas. La manifestación fue multitudinaria y recibió una fuerte hostilidad de la población chilena. Pero las plebiscitarias mujeres fueron la vanguardia y supieron defender el pabellón, entre ellas destacó la señora Cristina Vildoso.
En esos días, Tacna y Arica fueron escenario de constantes batallas callejeras y además de golpes, llovieron piedras, barro, orines sobre los peruanos. En medio de ese clima, los delgados norteamericanos plantearon condiciones democráticas para elaborar un padrón de votantes y desarrollar el plebiscito. El Perú apoyó a Pershing y Chile se opuso. Por ello, poco después, el representante de los EEUU se retiró dándole la razón al Perú, en el sentido de que el plebiscito era impracticable por la actitud de Chile.
Fue una victoria moral, pero carecía de correlato político. En efecto, Chile estaba en posesión del territorio y no daba muestras de ceder. Por su parte, los EEUU no se comprometieron con la decisión de su delegado y más bien empezaron a plantear la partición del territorio. Después de muchas vueltas, el presidente Augusto B. Leguía aceptó esa fórmula que se tradujo en el Tratado de Lima de 1929, por el cual Tacna volvió al Perú y cedimos Arica a perpetuidad. En un protocolo complementario se estableció la famosa cláusula por la cual Chile no puede cederle a Bolivia un territorio que haya sido de la Arica peruana sin nuestro consentimiento.
¿Por qué aceptó Leguía? Jorge Basadre recuerda que básicamente pensó que nada teníamos y que el paso del tiempo llevaba a perderlo todo. Luego, porque carecíamos de fuerza para inclinar la situación. Combatíamos con el peso de los tratados y la resistencia del pueblo, pero las armas estaban del otro lado. En esas circunstancias, Leguía pensó en forma pragmática que mejor era ganar una parte que perder el conjunto.
La historia peruana ha asumido este tratado como una solución razonable. Cabe la pregunta sobre Chile. ¿Por qué aceptó devolver un territorio que había ganado por las armas? Su razonamiento fue simple, para conservar eternamente lo obtenido en la guerra tenía que devolver parte de lo arrebatado al Perú. Lo importante es que retrocedió de buen grado. De cara a La Haya, es falso sostener que nunca ha cedido y que irá a la guerra si le toca perder algo por decisión de ese Alto Tribunal.
PETROLEO Y GAS
.Por Humberto Campodónico
El precio del petróleo Brent ha superado los US$ 100/barril. Nadie sabe a ciencia cierta cuál será la evolución futura de los precios, pero las “adivinanzas científicas” dicen que lo más probable es que los precios se mantengan altos en los próximos 3 a 5 años, debido al aumento de la demanda, las restricciones de oferta y los problemas geopolíticos.
Esas son malas noticias para países importadores de petróleo, como el Perú. Actualmente depende en un 65% de petróleo importado, siendo solo el 35% restante de origen nacional. En el 2010 la importación de petróleo y derivados ascendió a US$ 4,063 millones, presionando negativamente la balanza comercial.
Además, no hay perspectivas creíbles que permitan aumentar su producción en el corto plazo. Existen planes de Perenco para explotar el petróleo pesado de la Selva Norte en la frontera con Ecuador. Pero, a pesar de los anuncios –muchos de ellos triunfalistas– la realidad que tenemos es esa: planes, que –en el mejor de los casos– demandarían 4 a 5 años para materializarse. Por eso la alternativa energética más importante en el corto plazo es el gas natural, pues sustituye a los derivados del petróleo en la producción de electricidad, en las fábricas, en los hogares y, sobre todo, en el consumo automotor. Veamos.
En el Perú se consumieron 62 millones de barriles (MMB) de petróleo en el 2009, en sus diferentes derivados: gasolinas, diesel, GLP, residuales y asfalto, entre otros. El consumo de GLP de 12 MMB proviene en casi un 100% de Camisea. Por tanto, allí hay ya un aporte importante a la producción nacional.
Desde el 2005 en adelante, el gas de Camisea representa cerca del 33% del consumo total de energía en el país. El consumo es de 310 millones de pies cúbicos diarios, lo que equivale a 20 MMB por año. Esta cantidad es adicional, ojo, a los 62 MMB de consumo de petróleo. Si consideramos que el 100% del consumo de gas sustituye al petróleo (en realidad el porcentaje es algo menor), con un precio de US$ 80/barril, vemos que los 22 MMB equivalen a US$ 1,760 millones. Cifra nada despreciable, ¿no es cierto?
Hay más. El gas natural es mucho más barato que el petróleo porque existe una “desconexión” entre los precios de ambos (1). Así, cuando el precio del gas está en US$ 4/MMBTU (que es el precio, hoy, del Henry Hub de EEUU) el precio del petróleo debería estar en US$ 24/barril. Pero sucede que, hoy, el precio del petróleo está en US$ 100/barril. Enorme diferencia, ¿no?
Esto quiere decir que el precio del gas es la cuarta parte del precio del petróleo. Dicho de otro modo, el ahorro por sustitución energética de gas por petróleo es enorme. Si esto es así, y lo es, ¿no deberíamos estar propiciando la sustitución masiva de petróleo por gas en todo el Perú, llevándolo, por ejemplo, al sur del país –nuestra región más pobre– mediante el gasoducto andino? De esa manera, el petróleo caro no repercutiría en el alza de la gasolina y, por tanto, en la inflación. Pero hoy sucede lo inverso. Se está exportando el gas de Camisea, que es nuestro pasaporte a la no-dependencia del petróleo caro importado, en lugar de satisfacer la demanda interna. El proyecto Camisea ha sido bueno para el país, pero fue desnaturalizado en los últimos años de Toledo cuando se cometieron delitos para cambiar los contratos y permitir la exportación, lo que ha continuado con este gobierno. En el Siglo XXI la energía seguirá siendo, quizá más que antes, un insumo estratégico para el desarrollo sostenible (siempre y cuando se cumpla con la licencia ambiental y la licencia social). Por eso, es indispensable cambiar, ya, la actual “política” energética.
El precio del petróleo Brent ha superado los US$ 100/barril. Nadie sabe a ciencia cierta cuál será la evolución futura de los precios, pero las “adivinanzas científicas” dicen que lo más probable es que los precios se mantengan altos en los próximos 3 a 5 años, debido al aumento de la demanda, las restricciones de oferta y los problemas geopolíticos.
Esas son malas noticias para países importadores de petróleo, como el Perú. Actualmente depende en un 65% de petróleo importado, siendo solo el 35% restante de origen nacional. En el 2010 la importación de petróleo y derivados ascendió a US$ 4,063 millones, presionando negativamente la balanza comercial.
Además, no hay perspectivas creíbles que permitan aumentar su producción en el corto plazo. Existen planes de Perenco para explotar el petróleo pesado de la Selva Norte en la frontera con Ecuador. Pero, a pesar de los anuncios –muchos de ellos triunfalistas– la realidad que tenemos es esa: planes, que –en el mejor de los casos– demandarían 4 a 5 años para materializarse. Por eso la alternativa energética más importante en el corto plazo es el gas natural, pues sustituye a los derivados del petróleo en la producción de electricidad, en las fábricas, en los hogares y, sobre todo, en el consumo automotor. Veamos.
En el Perú se consumieron 62 millones de barriles (MMB) de petróleo en el 2009, en sus diferentes derivados: gasolinas, diesel, GLP, residuales y asfalto, entre otros. El consumo de GLP de 12 MMB proviene en casi un 100% de Camisea. Por tanto, allí hay ya un aporte importante a la producción nacional.
Desde el 2005 en adelante, el gas de Camisea representa cerca del 33% del consumo total de energía en el país. El consumo es de 310 millones de pies cúbicos diarios, lo que equivale a 20 MMB por año. Esta cantidad es adicional, ojo, a los 62 MMB de consumo de petróleo. Si consideramos que el 100% del consumo de gas sustituye al petróleo (en realidad el porcentaje es algo menor), con un precio de US$ 80/barril, vemos que los 22 MMB equivalen a US$ 1,760 millones. Cifra nada despreciable, ¿no es cierto?
Hay más. El gas natural es mucho más barato que el petróleo porque existe una “desconexión” entre los precios de ambos (1). Así, cuando el precio del gas está en US$ 4/MMBTU (que es el precio, hoy, del Henry Hub de EEUU) el precio del petróleo debería estar en US$ 24/barril. Pero sucede que, hoy, el precio del petróleo está en US$ 100/barril. Enorme diferencia, ¿no?
Esto quiere decir que el precio del gas es la cuarta parte del precio del petróleo. Dicho de otro modo, el ahorro por sustitución energética de gas por petróleo es enorme. Si esto es así, y lo es, ¿no deberíamos estar propiciando la sustitución masiva de petróleo por gas en todo el Perú, llevándolo, por ejemplo, al sur del país –nuestra región más pobre– mediante el gasoducto andino? De esa manera, el petróleo caro no repercutiría en el alza de la gasolina y, por tanto, en la inflación. Pero hoy sucede lo inverso. Se está exportando el gas de Camisea, que es nuestro pasaporte a la no-dependencia del petróleo caro importado, en lugar de satisfacer la demanda interna. El proyecto Camisea ha sido bueno para el país, pero fue desnaturalizado en los últimos años de Toledo cuando se cometieron delitos para cambiar los contratos y permitir la exportación, lo que ha continuado con este gobierno. En el Siglo XXI la energía seguirá siendo, quizá más que antes, un insumo estratégico para el desarrollo sostenible (siempre y cuando se cumpla con la licencia ambiental y la licencia social). Por eso, es indispensable cambiar, ya, la actual “política” energética.
ISLA DE LA FANTASIA
.Por Humberto Campodónico
En el Perú, desde el 2005 hasta la fecha, los sueldos han crecido 5.2% anual en promedio, lo que constituye una excelente performance. Puede, por tanto, afirmarse que sí ha habido “chorreo” del crecimiento económico pues, en ese lapso, el PBI aumentó, grosso modo, en la misma cantidad.
El mejor año fue el 2006, cuando los sueldos aumentaron 5.5% (ver gráfico), mientras que el peor año fue el 2007, con solo 4.8%. Desde el 2008 hasta la fecha la tasa anual de crecimiento de los sueldos se ha estabilizado en 5.2%.
Para el 2011 se estima que más crecerían los sueldos en el sector financiero (6.25%), seguidos por el sector minero (5.65%), de consumo masivo (4.91%) y farmacéutico (4.13%). El crecimiento promedio de los sueldos en el 2011 sería de 5.24%, ligeramente superior al crecimiento de 5.20% en el 2010.
Lo importante es que el 47% de las empresas peruanas prevén aumentar sueldos en el 2011, mientras que el 51% aún no ha definido los incrementos a otorgarse, ni tampoco el valor de los mismos. Tan solo el 2% de los encuestados respondió diciendo que no otorgaría aumentos.
Las cifras provienen del “Estudio Salarios y Beneficios”, realizado por la consultora Deloitte por quinto año consecutivo y tiene un nivel de certeza mayor a 90%, habiendo participado las 236 compañías más importantes del Perú. De estas, el 28% son nacionales y el 72% son multinacionales. Dice el estudio que el 30% pertenece al sector industrial (incluye minería y petróleo), el 40% al sector servicios y el 30% restante al sector comercial.
Los lectores ya se habrán dado cuenta de que el estudio de Deloitte está referido a los más altos niveles gerenciales de las empresas que operan en el Perú. Claro, porque para la mayoría de la población no existe eso de que los salarios crecen al 5% anual, todos los años. Lo contrario es cierto, como vemos más adelante.
Dice Deloitte que “las remuneraciones anuales más altas se encuentran a niveles gerenciales en el sector minero y financiero y ascienden en promedio a S/.357,000 al año (S/.30,000 mes). Después viene el sector consumo masivo con S/. 327,715 anuales (S/. 27,300 mes) y el de telecomunicaciones con S/.284,261 (S/. 23,688 mensuales).
Es importante tomar en cuenta que estos sueldos no incluyen el pago adicional por utilidades anuales, lo que aumenta sustantivamente los ingresos de los Ejecutivos. Eso podría explicar la diferencia con las encuestas que realiza la empresa Mercer, que dice que las remuneraciones totales de los ejecutivos peruanos ascienden en promedio a US$ 23,360 por mes, lo que equivale a S/. 65,400 soles mensuales (1).
Puede decirse que las remuneraciones de los sectores gerenciales son la “isla de la fantasía” cuando se les compara con los sueldos y salarios de la mayoría de la población. Dice el Ministerio de Trabajo que el sueldo promedio (empleados) en Lima está en S/. 2,500 por mes (abril del 2009) mientras que el salario (obrero) es de S/.1,110 por mes. Estas con cifras nominales. Si se les descuenta la inflación para que sean “reales”, dice el Mintra que los sueldos y salarios están en los mismos niveles que… en 1994.
En todos los países existe una diferencia salarial entre ejecutivos, de un lado, y empleados y obreros, de otro. Pero las diferencias “peruanas” que crea el modelo económico son abismales. Y cada día crecen más.
En el Perú, desde el 2005 hasta la fecha, los sueldos han crecido 5.2% anual en promedio, lo que constituye una excelente performance. Puede, por tanto, afirmarse que sí ha habido “chorreo” del crecimiento económico pues, en ese lapso, el PBI aumentó, grosso modo, en la misma cantidad.
El mejor año fue el 2006, cuando los sueldos aumentaron 5.5% (ver gráfico), mientras que el peor año fue el 2007, con solo 4.8%. Desde el 2008 hasta la fecha la tasa anual de crecimiento de los sueldos se ha estabilizado en 5.2%.
Para el 2011 se estima que más crecerían los sueldos en el sector financiero (6.25%), seguidos por el sector minero (5.65%), de consumo masivo (4.91%) y farmacéutico (4.13%). El crecimiento promedio de los sueldos en el 2011 sería de 5.24%, ligeramente superior al crecimiento de 5.20% en el 2010.
Lo importante es que el 47% de las empresas peruanas prevén aumentar sueldos en el 2011, mientras que el 51% aún no ha definido los incrementos a otorgarse, ni tampoco el valor de los mismos. Tan solo el 2% de los encuestados respondió diciendo que no otorgaría aumentos.
Las cifras provienen del “Estudio Salarios y Beneficios”, realizado por la consultora Deloitte por quinto año consecutivo y tiene un nivel de certeza mayor a 90%, habiendo participado las 236 compañías más importantes del Perú. De estas, el 28% son nacionales y el 72% son multinacionales. Dice el estudio que el 30% pertenece al sector industrial (incluye minería y petróleo), el 40% al sector servicios y el 30% restante al sector comercial.
Los lectores ya se habrán dado cuenta de que el estudio de Deloitte está referido a los más altos niveles gerenciales de las empresas que operan en el Perú. Claro, porque para la mayoría de la población no existe eso de que los salarios crecen al 5% anual, todos los años. Lo contrario es cierto, como vemos más adelante.
Dice Deloitte que “las remuneraciones anuales más altas se encuentran a niveles gerenciales en el sector minero y financiero y ascienden en promedio a S/.357,000 al año (S/.30,000 mes). Después viene el sector consumo masivo con S/. 327,715 anuales (S/. 27,300 mes) y el de telecomunicaciones con S/.284,261 (S/. 23,688 mensuales).
Es importante tomar en cuenta que estos sueldos no incluyen el pago adicional por utilidades anuales, lo que aumenta sustantivamente los ingresos de los Ejecutivos. Eso podría explicar la diferencia con las encuestas que realiza la empresa Mercer, que dice que las remuneraciones totales de los ejecutivos peruanos ascienden en promedio a US$ 23,360 por mes, lo que equivale a S/. 65,400 soles mensuales (1).
Puede decirse que las remuneraciones de los sectores gerenciales son la “isla de la fantasía” cuando se les compara con los sueldos y salarios de la mayoría de la población. Dice el Ministerio de Trabajo que el sueldo promedio (empleados) en Lima está en S/. 2,500 por mes (abril del 2009) mientras que el salario (obrero) es de S/.1,110 por mes. Estas con cifras nominales. Si se les descuenta la inflación para que sean “reales”, dice el Mintra que los sueldos y salarios están en los mismos niveles que… en 1994.
En todos los países existe una diferencia salarial entre ejecutivos, de un lado, y empleados y obreros, de otro. Pero las diferencias “peruanas” que crea el modelo económico son abismales. Y cada día crecen más.
DCHENTA Y VEINTE
.Por Humberto Campodónico
A pesar de los cambios de las últimas dos décadas los productos primarios siguen ocupando los primeros lugares en las exportaciones de la Región. Dice la CEPAL que, del 2001 al 2008, su participación aumentó, pasando del 41.1% al 52.9% del total.
Digamos, de entrada, que si se excluye a Brasil el peso de los productos primarios (PP) llega al 70% en promedio para el resto de países.
La composición varía, como es obvio. En Argentina y Brasil los PP están más ligados a la agricultura –soya, trigo y frutas (cítricos, en Brasil)–, mientras que los hidrocarburos son más importantes en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Colombia (CEPAL los llama “países petroleros”). Perú y Chile son los “países mineros”: Chile depende en más del 90% del cobre, mientras que Perú está diversificado: cobre, oro, zinc, plomo y hierro.
No deja de sorprender que en Brasil el 55% de las exportaciones sean PP, así como el 69% en Argentina. Más “normal” es que la Comunidad Andina de Naciones dependa en un 81% de los PP (Perú en 86% y Colombia en “solo” 68%). De su lado, Chile, a pesar de los esfuerzos explícitos de los gobiernos de la Concertación para diversificar su base productiva desde hace una década (algo que en Perú no existe ni de casualidad), sigue teniendo dependencia del 88%.
Hay que resaltar, sin embargo, que el incremento tiene un lado “engañoso” pues refleja el vertiginoso aumento de los precios de los PP que comenzó en el 2005 (cayeron en el 2008, pero a fines del 2009 ya se habían recuperado). Es por eso que son tan importantes para la Región los precios de estos productos, lo que influye sobre los términos del intercambio (la relación entre lo que exportamos versus lo que importamos. Como los precios de los minerales y el petróleo han subido más que los productos agrícolas (ver gráfico, donde el año 2000 = 100), los más favorecidos han sido los “mineros” (Chile y Perú) y “petroleros” (Venezuela, Ecuador, Colombia y Bolivia). No lo han sido tanto el Mercosur y América Central. Pero en el 2011 el alza de precios de los productos agrícolas está batiendo todos los récords. Ergo, hoy toda la Región goza del alza de los PP. Pero esta felicidad es mentirosa porque los precios de los PP son volátiles. Y la salud económica de un país no debe depender de esos precios. Lo que se debe hacer es poner las cosas al revés: debiéramos tener la meta de exportar 20% de productos con valor agregado y solo 20% de productos primarios. Es lo que lograron China, Corea del Sur y los tigres asiáticos, con políticas gubernamentales explícitas de apoyo e impulso a la diversificación del aparato productivo. Aquí todo eso lo ha propuesto Michael Porter, que obtuvo gran consenso en la CADE 2010. Pero poco de esto se escucha en la campaña electoral.
A pesar de los cambios de las últimas dos décadas los productos primarios siguen ocupando los primeros lugares en las exportaciones de la Región. Dice la CEPAL que, del 2001 al 2008, su participación aumentó, pasando del 41.1% al 52.9% del total.
Digamos, de entrada, que si se excluye a Brasil el peso de los productos primarios (PP) llega al 70% en promedio para el resto de países.
La composición varía, como es obvio. En Argentina y Brasil los PP están más ligados a la agricultura –soya, trigo y frutas (cítricos, en Brasil)–, mientras que los hidrocarburos son más importantes en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Colombia (CEPAL los llama “países petroleros”). Perú y Chile son los “países mineros”: Chile depende en más del 90% del cobre, mientras que Perú está diversificado: cobre, oro, zinc, plomo y hierro.
No deja de sorprender que en Brasil el 55% de las exportaciones sean PP, así como el 69% en Argentina. Más “normal” es que la Comunidad Andina de Naciones dependa en un 81% de los PP (Perú en 86% y Colombia en “solo” 68%). De su lado, Chile, a pesar de los esfuerzos explícitos de los gobiernos de la Concertación para diversificar su base productiva desde hace una década (algo que en Perú no existe ni de casualidad), sigue teniendo dependencia del 88%.
Hay que resaltar, sin embargo, que el incremento tiene un lado “engañoso” pues refleja el vertiginoso aumento de los precios de los PP que comenzó en el 2005 (cayeron en el 2008, pero a fines del 2009 ya se habían recuperado). Es por eso que son tan importantes para la Región los precios de estos productos, lo que influye sobre los términos del intercambio (la relación entre lo que exportamos versus lo que importamos. Como los precios de los minerales y el petróleo han subido más que los productos agrícolas (ver gráfico, donde el año 2000 = 100), los más favorecidos han sido los “mineros” (Chile y Perú) y “petroleros” (Venezuela, Ecuador, Colombia y Bolivia). No lo han sido tanto el Mercosur y América Central. Pero en el 2011 el alza de precios de los productos agrícolas está batiendo todos los récords. Ergo, hoy toda la Región goza del alza de los PP. Pero esta felicidad es mentirosa porque los precios de los PP son volátiles. Y la salud económica de un país no debe depender de esos precios. Lo que se debe hacer es poner las cosas al revés: debiéramos tener la meta de exportar 20% de productos con valor agregado y solo 20% de productos primarios. Es lo que lograron China, Corea del Sur y los tigres asiáticos, con políticas gubernamentales explícitas de apoyo e impulso a la diversificación del aparato productivo. Aquí todo eso lo ha propuesto Michael Porter, que obtuvo gran consenso en la CADE 2010. Pero poco de esto se escucha en la campaña electoral.
PENSION SOCIAL
)
.Por Humberto Campodónico
En los países industrializados todas las personas mayores de 65 años reciben una pensión en los años de vejez. Se considera que los ciudadanos de esos países –por el solo hecho de serlo– tienen derecho a esa pensión. En América Latina sucede lo mismo en Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Chile y Uruguay, aunque los montos de la pensión son menores que en los países arriba mencionados. Esta pensión la reciben los ciudadanos de la tercera edad, hayan o no aportado a un sistema de pensiones, público o privado. Se considera que todos los ciudadanos y ciudadanas han trabajado durante su vida, aunque muchos no hayan contribuido a un fondo de pensiones. Allí están incluidos los campesinos, las amas de casa y los que están empleados en el sector informal.
Pero eso no sucede en el Perú, donde actualmente, de la Población Económicamente Activa (PEA) de 13’600.000 personas, hay 6’100.00 afiliados a uno de los dos sistemas de pensiones, mientras que 7’500.000 personas no tienen pensión ni cobertura alguna. Pero la cosa es más grave aún, puesto que de los 6’100.000 afiliados solo 3’000.000 están aportando actualmente, lo que equivale al 22% de la PEA. Dice un reciente reportaje de El Comercio (6/3/2011) que actualmente más de 1’500.000 personas mayores de 65 años no reciben pensión. Y la cifra va a subir como la espuma: en el 2025 habrá 2’500.000 personas sin pensión, justo en aquella edad en la cual estas personas ya no pueden trabajar.
Estas cifras nos dicen que el solo crecimiento económico excluye a buena parte de la población. Este hecho grave no es ninguna novedad y hace buen tiempo que se discute en el Perú. Incluso, en el 2004, hubo estudios del Banco Mundial con el MEF acerca de una reforma integral del sistema de pensiones, que considera un sistema de varios pilares, siendo uno de ellos la “pensión no contributiva”, que contemple a los que trabajan toda su vida pero que no aportan por motivos ajenos a su voluntad (1). Pero estas discusiones no han desembocado en un programa que permita generar un verdadero “shock” de inclusión social. Lo único que tenemos es el Programa Piloto “Gratitud”, dispuesto por el DU-059-2010, que va a destinar S/. 2 millones (leyó usted bien, dos millones de soles) para los mayores de 75 años en Lima Metropolitana, Huancavelica, Apurímac y Ayacucho. El número de beneficiados da pena: son 2,000 ancianos de Lima y 3,000 de las otras 3 regiones.
Oiga, ¿pero no era que 1’500.000 peruanos mayores de 65 años no reciben pensión alguna? Es correcto. Pero esos son los planes de este gobierno, que se jacta de las tasas de crecimiento económico y de los grandes planes de inversión, pero poco –muy poco– hace por el bienestar de sus ciudadanos de la tercera edad, que se merecen una pensión porque son ciudadanos del Perú y porque han trabajado toda su vida. En esta campaña electoral son pocos los partidos que mencionan este tema, destacando Fuerza Social y Gana Perú de Ollanta Humala. Este último tiene un plan muy detallado que plantea comenzar atendiendo primero a los mayores de 75 años con una pensión no contributiva de S/.250/mes. A partir del tercer año todos los adultos mayores de 65 años accederán a ese derecho. Además, Gana Perú tiene un esquema de financiamiento que permite garantizar el cumplimiento de esta deuda social con los adultos mayores.
Estos son los temas de fondo verdaderamente importantes, pero que no se discuten –a propósito– porque la mayoría de partidos no quiere tocar el modelo económico, aunque nuestros ciudadanos mayores no tengan pensión alguna. Quieren que todo siga igual para que nada cambie. No lo permitamos.
(1) Para un análisis detallado de las pensiones no contributivas, véase los siguientes artículos en www.cristaldemira.com, “Pensión mínima para un Perú solidario”, 1/8/2008; “La pensión social está a la vuelta de la esquina”, 25/7/2009; “Pensión social. ¿De qué estamos hablando?”, 30/8/2010.
.Por Humberto Campodónico
En los países industrializados todas las personas mayores de 65 años reciben una pensión en los años de vejez. Se considera que los ciudadanos de esos países –por el solo hecho de serlo– tienen derecho a esa pensión. En América Latina sucede lo mismo en Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Chile y Uruguay, aunque los montos de la pensión son menores que en los países arriba mencionados. Esta pensión la reciben los ciudadanos de la tercera edad, hayan o no aportado a un sistema de pensiones, público o privado. Se considera que todos los ciudadanos y ciudadanas han trabajado durante su vida, aunque muchos no hayan contribuido a un fondo de pensiones. Allí están incluidos los campesinos, las amas de casa y los que están empleados en el sector informal.
Pero eso no sucede en el Perú, donde actualmente, de la Población Económicamente Activa (PEA) de 13’600.000 personas, hay 6’100.00 afiliados a uno de los dos sistemas de pensiones, mientras que 7’500.000 personas no tienen pensión ni cobertura alguna. Pero la cosa es más grave aún, puesto que de los 6’100.000 afiliados solo 3’000.000 están aportando actualmente, lo que equivale al 22% de la PEA. Dice un reciente reportaje de El Comercio (6/3/2011) que actualmente más de 1’500.000 personas mayores de 65 años no reciben pensión. Y la cifra va a subir como la espuma: en el 2025 habrá 2’500.000 personas sin pensión, justo en aquella edad en la cual estas personas ya no pueden trabajar.
Estas cifras nos dicen que el solo crecimiento económico excluye a buena parte de la población. Este hecho grave no es ninguna novedad y hace buen tiempo que se discute en el Perú. Incluso, en el 2004, hubo estudios del Banco Mundial con el MEF acerca de una reforma integral del sistema de pensiones, que considera un sistema de varios pilares, siendo uno de ellos la “pensión no contributiva”, que contemple a los que trabajan toda su vida pero que no aportan por motivos ajenos a su voluntad (1). Pero estas discusiones no han desembocado en un programa que permita generar un verdadero “shock” de inclusión social. Lo único que tenemos es el Programa Piloto “Gratitud”, dispuesto por el DU-059-2010, que va a destinar S/. 2 millones (leyó usted bien, dos millones de soles) para los mayores de 75 años en Lima Metropolitana, Huancavelica, Apurímac y Ayacucho. El número de beneficiados da pena: son 2,000 ancianos de Lima y 3,000 de las otras 3 regiones.
Oiga, ¿pero no era que 1’500.000 peruanos mayores de 65 años no reciben pensión alguna? Es correcto. Pero esos son los planes de este gobierno, que se jacta de las tasas de crecimiento económico y de los grandes planes de inversión, pero poco –muy poco– hace por el bienestar de sus ciudadanos de la tercera edad, que se merecen una pensión porque son ciudadanos del Perú y porque han trabajado toda su vida. En esta campaña electoral son pocos los partidos que mencionan este tema, destacando Fuerza Social y Gana Perú de Ollanta Humala. Este último tiene un plan muy detallado que plantea comenzar atendiendo primero a los mayores de 75 años con una pensión no contributiva de S/.250/mes. A partir del tercer año todos los adultos mayores de 65 años accederán a ese derecho. Además, Gana Perú tiene un esquema de financiamiento que permite garantizar el cumplimiento de esta deuda social con los adultos mayores.
Estos son los temas de fondo verdaderamente importantes, pero que no se discuten –a propósito– porque la mayoría de partidos no quiere tocar el modelo económico, aunque nuestros ciudadanos mayores no tengan pensión alguna. Quieren que todo siga igual para que nada cambie. No lo permitamos.
(1) Para un análisis detallado de las pensiones no contributivas, véase los siguientes artículos en www.cristaldemira.com, “Pensión mínima para un Perú solidario”, 1/8/2008; “La pensión social está a la vuelta de la esquina”, 25/7/2009; “Pensión social. ¿De qué estamos hablando?”, 30/8/2010.
SUBE EL PEROLEO
Cuando sube el petroleo, todos se preocupan
.Humberto Campodónico
Ahora que sigue subiendo el precio del petróleo, las sirenas llaman a la alarma. Dice Nouriel Roubini que si el petróleo supera los US$ 140/barril, el mundo –que recién está saliendo de la recesión del 2008– podría recaer en la “doble” o “segunda” zambullida recesiva (double dip recession). En EEUU, Barack Obama acaba de decir que –de ser necesario– echará mano a la Reserva Estratégica de 727 millones de barriles (almacenada en cuevas en Texas y Luisiana) para aumentar la oferta y bajar los precios. En Chile, el presidente Piñera acaba de anunciar un nuevo sistema de precios para “aliviar a los consumidores frente al alza de la gasolina y del kerosene” (La Cuarta, 11/03/2011).
En el Perú, el gobierno ha anunciado que no actualizará hasta mayo la banda de precios de la gasolina. Debido a ello, las refinerías no pueden subir sus precios de venta a los mayoristas, lo que hace que los precios al público se mantengan estables. En la teoría de funcionamiento del Fondo, eso no es problema, pues se supone que cuando los precios del petróleo bajen, esa rebaja no será transmitida en su totalidad a los consumidores, y una parte se destinará a pagar la deuda acumulada.
Ajá. Pero qué pasa si los precios no bajan, que es lo más probable ahora. Pues que en algún momento habrá que pagar la deuda a las refinerías. Eso pasó el 2008, cuando el gobierno pagó una deuda de S/. 2,150 millones con las refinerías. Luego, en enero del 2009, como parte del Plan Estímulo, el gobierno promulgó los DU 006 y 009, cancelando S/. 1,000 millones adicionales. Inmediatamente después, el gobierno redujo la banda de precios y el precio de los combustibles bajó. O sea que el gobierno no “esperó” que “el mercado” reduzca los precios para, recién allí, saldar la deuda a las refinerías.
Por eso, si se va a usar este instrumento (algo con lo cual discrepamos) el precio de los combustibles que fijan las autoridades debe acercarse a los costos de producción reales de las refinerías. Eso no sucede con la metodología de los Precios de Paridad de Importación (PPI), pues se consideran los precios de EEUU (más el flete), lo que muy poco tiene que ver con los costos reales de las refinerías en el Perú (1). ¿Cuáles son las alternativas? En Chile se ha suprimido un sistema que era parecido al peruano (o el nuestro parecido al de ellos) y ahora Piñera anuncia el Sistema de Protección de los Precios de los Combustibles (SIPCO) en el cual también hay una banda de precios, que mantiene los precios iguales siempre y cuando no varíen en 12.5% para arriba o para abajo.
La novedad es que el gobierno ya no le “presta” al Fondo para asumir la deuda con las refinerías, pues lo que ahora sube y baja es el “impuesto específico” a las gasolinas (equivalente a nuestro impuesto selectivo al consumo). Dicho de otro modo: 1) aumenta el precio de venta de las refinerías; 2) baja el “específico” y, por tanto, la recaudación; 3) el precio al público se mantiene igual.
Si bien este sistema “arregla” el problema de la deuda a las refinerías (de propiedad de la estatal ENAP), lo hace a costa de los ingresos fiscales. Esto no estaría mal pues en Chile la carga tributaria petrolera es parecida a la peruana (es decir, excesiva). Pero tiene el defecto de seguir con la metodología de los PPI, aunque en Chile esto se justifica más que aquí: importan más del 95% de los combustibles que consumen, lo que no sucede en el Perú. Lo que se aprecia en el mundo en general es que los gobiernos adoptan políticas ad-hoc para tratar de atenuar el alza del precio de los combustibles que, ojo, no ha sido causada por factores “de mercado”, por sus implicancias macroeconómicas. Pero aquí los neoliberales quieren que suba el precio de los combustibles sí o sí, lo que genera inflación y perjudica a los más pobres. No, pues, así no es. Volveremos con las alternativas en un próximo artículo.
.Humberto Campodónico
Ahora que sigue subiendo el precio del petróleo, las sirenas llaman a la alarma. Dice Nouriel Roubini que si el petróleo supera los US$ 140/barril, el mundo –que recién está saliendo de la recesión del 2008– podría recaer en la “doble” o “segunda” zambullida recesiva (double dip recession). En EEUU, Barack Obama acaba de decir que –de ser necesario– echará mano a la Reserva Estratégica de 727 millones de barriles (almacenada en cuevas en Texas y Luisiana) para aumentar la oferta y bajar los precios. En Chile, el presidente Piñera acaba de anunciar un nuevo sistema de precios para “aliviar a los consumidores frente al alza de la gasolina y del kerosene” (La Cuarta, 11/03/2011).
En el Perú, el gobierno ha anunciado que no actualizará hasta mayo la banda de precios de la gasolina. Debido a ello, las refinerías no pueden subir sus precios de venta a los mayoristas, lo que hace que los precios al público se mantengan estables. En la teoría de funcionamiento del Fondo, eso no es problema, pues se supone que cuando los precios del petróleo bajen, esa rebaja no será transmitida en su totalidad a los consumidores, y una parte se destinará a pagar la deuda acumulada.
Ajá. Pero qué pasa si los precios no bajan, que es lo más probable ahora. Pues que en algún momento habrá que pagar la deuda a las refinerías. Eso pasó el 2008, cuando el gobierno pagó una deuda de S/. 2,150 millones con las refinerías. Luego, en enero del 2009, como parte del Plan Estímulo, el gobierno promulgó los DU 006 y 009, cancelando S/. 1,000 millones adicionales. Inmediatamente después, el gobierno redujo la banda de precios y el precio de los combustibles bajó. O sea que el gobierno no “esperó” que “el mercado” reduzca los precios para, recién allí, saldar la deuda a las refinerías.
Por eso, si se va a usar este instrumento (algo con lo cual discrepamos) el precio de los combustibles que fijan las autoridades debe acercarse a los costos de producción reales de las refinerías. Eso no sucede con la metodología de los Precios de Paridad de Importación (PPI), pues se consideran los precios de EEUU (más el flete), lo que muy poco tiene que ver con los costos reales de las refinerías en el Perú (1). ¿Cuáles son las alternativas? En Chile se ha suprimido un sistema que era parecido al peruano (o el nuestro parecido al de ellos) y ahora Piñera anuncia el Sistema de Protección de los Precios de los Combustibles (SIPCO) en el cual también hay una banda de precios, que mantiene los precios iguales siempre y cuando no varíen en 12.5% para arriba o para abajo.
La novedad es que el gobierno ya no le “presta” al Fondo para asumir la deuda con las refinerías, pues lo que ahora sube y baja es el “impuesto específico” a las gasolinas (equivalente a nuestro impuesto selectivo al consumo). Dicho de otro modo: 1) aumenta el precio de venta de las refinerías; 2) baja el “específico” y, por tanto, la recaudación; 3) el precio al público se mantiene igual.
Si bien este sistema “arregla” el problema de la deuda a las refinerías (de propiedad de la estatal ENAP), lo hace a costa de los ingresos fiscales. Esto no estaría mal pues en Chile la carga tributaria petrolera es parecida a la peruana (es decir, excesiva). Pero tiene el defecto de seguir con la metodología de los PPI, aunque en Chile esto se justifica más que aquí: importan más del 95% de los combustibles que consumen, lo que no sucede en el Perú. Lo que se aprecia en el mundo en general es que los gobiernos adoptan políticas ad-hoc para tratar de atenuar el alza del precio de los combustibles que, ojo, no ha sido causada por factores “de mercado”, por sus implicancias macroeconómicas. Pero aquí los neoliberales quieren que suba el precio de los combustibles sí o sí, lo que genera inflación y perjudica a los más pobres. No, pues, así no es. Volveremos con las alternativas en un próximo artículo.
BAJAR LOS PRECIOS DEL PETROLEO
)
.Por Humberto Campodónico
Siempre hemos dicho que el precio de paridad de importación (PPI) que rige para el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles desfavorece al país y a los consumidores, beneficiando a las refinerías La Pampilla y Talara. Según nuestros cálculos, en el 2010 se les ha pagado a las refinerías US$ 303 millones adicionales, lo que encarece los precios al público. Veamos el detalle.
El precio del petróleo WTI, que es el precio de referencia en EEUU, es mucho más caro que el que importan las refinerías peruanas. En enero del 2010 el precio WTI en EEUU fue de US$ 78.3/barril. Los costos de importación (flete y seguros) –según Osinergmin– fueron US$ 3.52/barril. Así, el precio CIF (puesto en el Callao) fue US$ 81.84/barril.
Pero el precio de importación CIF de las refinerías peruanas fue US$ 79.45 ese mismo mes, según el Ministerio de Energía y Minas. La diferencia fue de US$ 2.39/barril (ver cuadro). En todo el 2010, la diferencia promedio fue de US$ 5.57/barril.
Para llevar esta cifra a dólares la multiplicamos por el consumo total de petróleo, que en el 2010 fue 54.5 millones de barriles (sin contar al GLP, que viene de los líquidos de Camisea). Así el sobreprecio pagado a las refinerías ha sido de US$ 303 millones (54.5 x 5.57), cifra que consignamos al principio.
Este sobreprecio se paga por el absurdo “concepto” del PPI, que establece que en el Perú se deben pagar los mismos precios que en EEUU. Este absurdo no toma en cuenta que los precios de los petróleos son distintos.
Hay más. En verdad el sobreprecio que se paga a las refinerías es mayor porque el PPI se aplica a los precios de los productos ya refinados: gasolina 90, 95, diesel y petróleos industriales. Las diferencias son mayores porque los costos de refinación por barril en EEUU son los más altos del mundo, por una serie de razones analizadas en otros artículos (1).
A esto se añade que no todo el petróleo es importado, sino que más de un 30% se produce en el Perú. O sea que no paga flete, además que cuesta menos que el WTI. Esto tampoco lo toma en cuenta el PPI.
Otrosí: los impuestos a los combustibles que se pagan en el Perú son mucho más altos que los de EEUU y, también, de los países de la Región.
Resumiendo: hay que abolir el PPI y sustituirlo por los costos reales de importación de las refinerías. También hay que reducir los impuestos a los combustibles, sustituyéndolos por un impuesto a las sobreganancias petroleras. Con esas dos simples medidas, los ciudadanos no tendrían que pagar precios tan altos. Y el Estado no tendría que subsidiar a las refinerías en montos que bordean los S/.130 millones mensuales. ¿No es cierto?
.Por Humberto Campodónico
Siempre hemos dicho que el precio de paridad de importación (PPI) que rige para el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles desfavorece al país y a los consumidores, beneficiando a las refinerías La Pampilla y Talara. Según nuestros cálculos, en el 2010 se les ha pagado a las refinerías US$ 303 millones adicionales, lo que encarece los precios al público. Veamos el detalle.
El precio del petróleo WTI, que es el precio de referencia en EEUU, es mucho más caro que el que importan las refinerías peruanas. En enero del 2010 el precio WTI en EEUU fue de US$ 78.3/barril. Los costos de importación (flete y seguros) –según Osinergmin– fueron US$ 3.52/barril. Así, el precio CIF (puesto en el Callao) fue US$ 81.84/barril.
Pero el precio de importación CIF de las refinerías peruanas fue US$ 79.45 ese mismo mes, según el Ministerio de Energía y Minas. La diferencia fue de US$ 2.39/barril (ver cuadro). En todo el 2010, la diferencia promedio fue de US$ 5.57/barril.
Para llevar esta cifra a dólares la multiplicamos por el consumo total de petróleo, que en el 2010 fue 54.5 millones de barriles (sin contar al GLP, que viene de los líquidos de Camisea). Así el sobreprecio pagado a las refinerías ha sido de US$ 303 millones (54.5 x 5.57), cifra que consignamos al principio.
Este sobreprecio se paga por el absurdo “concepto” del PPI, que establece que en el Perú se deben pagar los mismos precios que en EEUU. Este absurdo no toma en cuenta que los precios de los petróleos son distintos.
Hay más. En verdad el sobreprecio que se paga a las refinerías es mayor porque el PPI se aplica a los precios de los productos ya refinados: gasolina 90, 95, diesel y petróleos industriales. Las diferencias son mayores porque los costos de refinación por barril en EEUU son los más altos del mundo, por una serie de razones analizadas en otros artículos (1).
A esto se añade que no todo el petróleo es importado, sino que más de un 30% se produce en el Perú. O sea que no paga flete, además que cuesta menos que el WTI. Esto tampoco lo toma en cuenta el PPI.
Otrosí: los impuestos a los combustibles que se pagan en el Perú son mucho más altos que los de EEUU y, también, de los países de la Región.
Resumiendo: hay que abolir el PPI y sustituirlo por los costos reales de importación de las refinerías. También hay que reducir los impuestos a los combustibles, sustituyéndolos por un impuesto a las sobreganancias petroleras. Con esas dos simples medidas, los ciudadanos no tendrían que pagar precios tan altos. Y el Estado no tendría que subsidiar a las refinerías en montos que bordean los S/.130 millones mensuales. ¿No es cierto?
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