Bajo el título “Inmunidad diabética”, la revista Ideele publica en su último número este artículo, que ofrecemos a nuestros lectores por considerarlo un punto de vista interesante.
Hace unos días, un vistoso programa dominical emitió un reportaje sobre la temible diabetes. Pasmoso. Si los televidentes ya conocían de esta enfermedad, la información confirmó la peor de sus sospechas y los dejó a puertas del laboratorio. Si el televidente, por el contrario, no conocía mucho, el guión de la aplicada reportera lo dejó sin ganas de endulzar su desayuno.
Quienes conocemos algo de periodismo y mucho de diabetes, pudimos percatarnos de que el reportaje era, cuando menos, incompleto. La pesadilla de la diabetes no se limita a la poca información sino también a los exorbitantes precios de lo que se necesita para el tratamiento. Cosa que el reportaje se cuidó muy bien de no transmitir. No fue difícil reparar que los niños diabéticos que alertaban, en su testimonio, de los peligros de la enfermedad, estaban vestidos, toditos, con un polo blanco que tenía el logo grande del laboratorio que negocia las tiras reactivas que se necesitan para el cuidado del mal. Lección: en el Perú los periodistas no tienen diabetes. El dulce no les empalaga. La mermelada nos la hacen comer con el pan nuestro de cada día.
Lo que debió hacer el programa es aquello que cualquier iniciado sabe: un letrerito que diga “publirreportaje”, o que el conductor diga que iban a propalar un documento producido por el laboratorio tal y así evitar el Roche —perdón, el roche—. ¿Qué tiene que ver esto con el tema que nos convoca? Todo.
Primicia chocherita
En el caso mencionado la paradoja era fácilmente apreciable. Y se expresa en minúscula. Lo mismo ocurre en los temas de política global, en mayúscula pero con tinta invisible. Si uno revisa con detenimiento los noticieros y los periódicos, concluye que debería inventarse el oficio de rotulador para ir imprimiendo en cada noticia a qué orden de intereses obedecen las “noticias”.
Mucho de eso se hizo transparente en las elecciones últimas, en las que una de las vedettes fueron los medios de comunicación. Nuevamente se puso en debate el papel de la prensa, sus límites y limítrofes.
En relación con las elecciones municipales y los medios de comunicación, dos ideas se están dando por sentadas y me parece que, aunque seductoras, en realidad son erróneas. Preste atención, que lo sucedido hace algunos días no es periódico de ayer, sino más bien puede ser la versión microscópica de lo que ocurrirá en el 2011:
—Se ha demostrado que los medios de comunicación no pueden imponer a un candidato. Hicieron lo posible para impedir que Susana gane y por el contrario la gente votó en contra de ellos y a favor de Susana.
—La campaña fue de demolición. Sin embargo, ella se impuso contra viento y marea, a pesar de la oposición de los grandes poderes empresariales y mediáticos.
Son hipótesis verosímiles pero inciertas. Los medios de comunicación influyen, y bastante. ¿Acaso no están para eso? Al menos en una democracia precaria como la nuestra, el comportamiento de la prensa no se agota en dar señales de sus deseos. Pero ¿cuál es el poder de la prensa? Salvo unas pequeñas excepciones, no existen grandes y poderosas empresas periodísticas. La paleta de colores de la mayoría de medios se balancea entre el rojo y el azul. Muchas deudas, muchos pleitos. Poderosos no son. Pero tienen poder, que no es lo mismo. El poder que manifiestan más parece un encargo de grupos, sectores e intereses concretos.
Inclinaciones
Uno de los fenómenos más conocidos es que en las cercanías de una campaña presidencial empiezan a salir periódicos nuevos y respecto de los antiguos se empieza a vocear a quién apoyará cada uno.
No está mal que los periódicos y canales de televisión tengan su candidato. El problema es que, así como en la descripción primera, deberían decirlo sin tapujos y, a la vez, respetar la veracidad de la información. Existen medios que se jactan de liberales y transparentes porque dicen claramente quién no es el candidato de su preferencia y realizan sin empacho campaña en su contra. No pues, eso es liberalismo bamba.
¿Los medios ya no influyen como antes? No. Lo que pasa es que las cosas no son esquemáticas. La voluntad y los intereses de los medios actúan sobre un grupo humano heterogéneo. Los votantes tampoco son movidos a control remoto. Lo que se ha hecho, de manera perversa, es no solo tomar partido (hasta ahí, algo inevitable), sino atacar de manera sistemática y con saña la candidatura de Villarán e intentar torcer la voluntad popular manipulando por un lado la información y escondiendo, por otro lado, otro tipo de información.
¿Por qué el grupo periodístico que ventiló desde el inicio el caso Cataño se olvidó de ello durante toda la etapa de confrontación Villarán-Flores? (A la semana siguiente de terminada la elección, se volvieron a acordar.) Mientras que la absurda e inverosímil coordenada Villarán- extremismo-terrorismo fue pregonada de manera abrumadora por los mismos medios.
Casi todos contra ella
Villarán perdió puntos sistemáticamente después del debate; tanto es así que, según indicaron algunos estudios, si la votación se realizaba cuatro horas después, Susana la perdía.
La candidata de Fuerza Social bajó abruptamente después del debate por deméritos propios, es cierto. Su presentación fue terrible. Pero en esa semana también coincidieron otras cosas que nos llevan a la desmitificación del punto dos: “Fue una campaña de demolición”.
En realidad, dicha campaña llegó tarde, pero llegó. El Comercio se sumó la última semana, aunque ya Perú.21, unos días atrás, se le había adelantado. A estas alturas tenemos la idea de que el Fujimorismo y sus altoparlantes fueron la locomotora de la anticampaña Villarán. Pero no, solo parecía. No era La Razón: era Perú.21. No era Lúcar, sino Augusto Thondike. No Mónica Delta: Mariella Balbi. No era Correo. No: sí era Correo.
Estas dicotomías son la señal más preocupante a futuro. Era más sencillo hacer la línea divisoria entre el fujimontesinismo y sus medios afines versus quienes deslindaban con esa posición, sus usos y costumbres. Pero en esta campaña se despintó tal creencia. Los medios se desnudaron, y sobre todo los que están detrás de los medios. Se gestó, vaya usted a saber por qué negocios, el consenso de imponer a como dé lugar a una de las dos candidatas.
Periódico de ayer, periódico de hoy
Ocurrió lo mismo que en el 2006. ¿Por qué no lo discutimos más? ¿Fue acaso que los miedos de los medios también nos atemorizaron? Pero hace cuatro años fue peor. La campaña contra Villarán no fue totalmente demoledora, porque, como ya dijimos, los actores que la gestaron llegaron tarde y porque Susana no estuvo totalmente huérfana del apoyo mediático: Jaime Bayly, una parte de Radio Capital, Diario 16, LA PRIMERA, una parte de América Noticias, Nicolás Lúcar, son algunos de los elementos que no se sumaron a la campaña en su contra, en algunos casos, y en otros, como el de El Francotirador, la apoyaron abiertamente. ¿No es poco, no? Entonces ¿cuentan o no cuentan los medios? Eso de que los medios ya no determinan campañas, es otro cuento.
Sin este contrapeso el desempeño de Fuerza Social hubiera sido mucho más empinado de lo que ya fue, si acaso conseguía despegar del todo. Susana empieza a caer después del debate cuando se forma una alianza en la que entraron (ahí sí) desde los Fujimoristas hasta los “demócratas heterodoxos”. Días antes La Razón se ocupaba de los problemas con Chile y la situación de la Fuerza Armada y despotricaba en sus columnas de la candidatura de Lourdes Flores. Días después, cuando aún se especulaba sobre la verdadera ganadora, un editorial de este diario explicaba en detalle por qué era conveniente un triunfo de Villarán.
No fue el fujimontesinismo, pues, quien estuvo desde el inicio detrás de la llamada “guerra sucia” contra la candidata de Fuerza Social. Han sido, entre otros, muchos de los que elegimos como “mal menor” hace algunos años. Otros que en determinadas coyunturas blanden la espada por el respeto a la democracia. Siempre y cuando ésta respete sus intereses.
Si no lo hace, ahí está la salita del SIN para explicarnos lo que sucede cuando la historia se pone majadera. ¿Desde cuándo el cuarto poder pasó a ser el poder desde el cuarto? Del cuarto o la sala. De inmediato se nos viene a la cabeza la imagen del Doc pagando para que las líneas editoriales sean curvas empresariales.
Ahí se reveló en la historia peruana una sospecha a toses: la ilusión de la libertad. Vladimiro le puso el ingrediente tecnológico. Hasta ahí nuestro reconocimiento. Lo que me niego a otorgarle es la paternidad. La suspicacia (muchas veces sabia) nos dice que Montesinos inventó la cámara pero no el pago.
Eso ha sido lo interesante de esta campaña, pero también lo desalentador. Pensar que todo lo que creíamos avanzado de pronto se desdibuja. Que la democracia, hace poquito recuperada, puede estar escrita sobre arena. Que la voluntad popular se respeta y las reglas de la democracia se defienden, mientras no afecten los intereses que gobiernan al gobierno.
sábado, 27 de noviembre de 2010
TARAPACA
Si una gran lección dejó la aciaga Guerra del Pacífico fue que precisamente el infortunio elevó las virtudes cívicas y patrióticas de muchos ciudadanos, que tuvieron la oportunidad de dejar su nombre grabado en planchas de bronce para la posteridad. Grau, Bolognesi, Ugarte, Leoncio Prado, Arias Aragüez, cada soldado, cada hombre y mujer, reivindicaron a toda una generación de hombres cuyas mezquindades nos condujeron a la mayor tragedia de nuestra historia republicana y fueron artífices de la heroica y nunca vencida voluntad de mantener en alto el honor nacional, y entre ellos brilla la figura inmortal de Andrés Avelino Cáceres Dorregaray.
Luego de la muerte del almirante Grau y destruido el poderío naval del Perú, la escuadra Chilena se hizo dueña absoluta del mar, lo que permitió al alto mando militar de ese país ejecutar finalmente LA PRIMERA fase de la campaña terrestre de la guerra del Pacífico, cuyo objetivo inmediato consistía en capturar la provincia peruana de Tarapacá, rica en minerales y depósitos de salitre.
Al estallar la guerra, el Perú tenía un ejército de tierra compuesto por unos 4,800 hombres, desplegados en guarniciones por todo el territorio nacional. El destacado historiador y diplomático peruano Juan del Campo Rodríguez, señala en su estudio sobre la Batalla de Tarapacá, la limitada capacidad operativa militar que acompañaba la organización del ejército peruano en aquella oportunidad.
La infantería contaba con unos 2,700 soldados y 290 oficiales, divididos en ocho batallones integrados cada uno por 400 hombres, aproximadamente. Si embargo para julio de 1879 el Perú logró conformar una pequeña fuerza militar de 7,500 soldados y guardias nacionales, la cual seguiría siendo muy inferior al de las tropas Chilenas.
Esta fuerza quedó al mando del general Juan Buendía y compuesta por seis divisiones: LA PRIMERA de ellas, de 1,455 efectivos; la II División, a órdenes del coronel Andrés Avelino Cáceres, con 1,230 soldados; la III División, dirigida por el coronel Francisco Bolognesi con 1,315 soldados; la IV División, al mando del coronel Justo Pastor Dávila, con 1,123 soldados; la V División, comandada por el coronel Ríos; mientras que la VI División, al mando del general Bustamante, con 1,085 soldados.
Esta fuerza se unió a los 4,534 hombres del ejército Boliviano aliado, y fue desplazada a las costas de Iquique, Tacna, Tarapacá y Moquegua, como parte del “I Ejército del Sur”, bajo órdenes del general Juan Buendía. Mientras se prolongó la campaña naval, el referido ejército ejecutó maniobras tácticas y de desplazamiento, siempre desde una perspectiva defensiva y no entró en acción.
Invasión al Perú
Solo tres semanas después de Angamos, el dos de noviembre de 1879, el llamado “Ejército de Campaña”, 10,000 soldados de la fuerza expedicionaria Chilena, apoyados por casi todos los barcos de guerra de su escuadra y diez vapores, a órdenes del general Erasmo Escala, lograron desembarcar, en tres fases de ataque, en el puerto de Pisagua estableciendo así su primera cabecera de playa en territorio peruano. Aun así no les fue fácil tomar el territorio peruano. En este desembarco los Chilenos tuvieron 330 bajas entre muertos y heridos.
Este ejército expedicionario Chileno, a órdenes del general Erasmo Escala, era superior a las fuerzas aliadas peruano-Bolivianas. Seguidamente, las fuerzas Chilenas se apoderaron del ferrocarril Pisagua-Agua Santa y de ahí se desplazaron hacia el norte, asegurando una línea de provisiones con el valioso apoyo de su escuadra.
Batalla de San Francisco
En este proceso capturaron los Chilenos la localidad de Dolores. El 19 de noviembre las fuerzas aliadas se enfrentaron al ejército expedicionario en las alturas del cerro de San Francisco, en un frente de tres kilómetros de extensión. Fue un combate cruento e intenso en que ambos ejércitos mostraron un gran valor y arrojo.
Aunque la infantería aliada era superior en número (7,400 peruanos y Bolivianos contra 6,000 Chilenos), los primeros contaban sólo con 18 cañones contra 34 modernas piezas de artillería del adversario. Los Chilenos además ocupaban la cima del cerro San Francisco, que por su inclinación se constituyó en una plaza prácticamente inexpugnable, mientras que los aliados dominaban las faldas del cerro.
La batalla sería muy sangrienta, habiendo muerto un gran número de tropa y oficiales de los batallones peruanos Zepita y Dos de Mayo.
A las 5 de la tarde la fuerte avanzada aliada colapsó y en horas de la noche los peruanos y Bolivianos emprendieron la retirada. Los vencedores Chilenos, agotados, no se decidieron a emprender la persecución y se parapetaron en las calicheras.
Cuatro días después, el 23 de noviembre el ejército Chileno ocupó el puerto peruano de Iquique. Las diezmadas fuerzas del I ejército del Sur, se vieron forzadas a ejecutar una nueva progresión y marcharon entonces hacia Tarapacá.
El comandante del ejército Chileno, general Escala, enterado de la difícil situación del adversario e informado de su posición exacta, envió a su encuentro una expedición de 3,900 hombres, al mando del coronel Luis Arteaga, compuesta por el batallón Chacabuco, cinco batallones de infantería pertenecientes a los regimientos 2do de Línea y Zapadores, un escuadrón de caballería, (el Granaderos a Caballo) y cuatro cañones de bronce y seis potentes cañones Krupp bajo el Regimiento de Artillería, con objeto de liquidarlos.
De acuerdo al parte oficial del general Escala, se presumía que en Tarapacá había entre 1,500 y 2,000 soldados peruanos “en pésimas condiciones, agobiados por el cansancio y la escasez de recursos y en un estado de completa desmoralización…”.
Tarapacá: épica jornada
En horas de la madrugada del 27 de noviembre 1879, la fuerza Chilena alcanzó su objetivo y tomó posición ofensiva en las colinas localizadas al oeste de la ciudad de Tarapacá, en un área de una legua de extensión, que iba entre el alto de la cuesta de Arica y el de Visagras.
La división Chilena entonces fue dividida en tres fracciones: LA PRIMERA, al mando del teniente coronel Eleuterio Ramírez, tenía como objetivo apoderarse de la Huaracina, donde se encuentran las provisiones de agua del poblado y de ahí avanzar hacia Tarapacá; la segunda, a las órdenes del propio coronel Arteaga, debía atacar de frente a los peruanos por las alturas que dominan la población; y, la tercera, dirigida por el comandante Ricardo Santa Cruz, tenía que situarse cerca del paso de Quillaguasa para recortar la retirada de los peruanos por el camino de Arica “y batir la quebrada desde las alturas”.
Los peruanos, que carecían de un sistema de alerta o vigilancia, fueron informados de la presencia del adversario por dos arrieros que se toparon con las columnas Chilenas a distancia. Tan pronto se produjo este hecho, el Coronel Andrés Avelino Cáceres, jefe de la segunda división peruana, ordenó que se tocara diana y organizó un consejo de guerra.
En virtud que los peruanos carecían de un plan de contingencia para responder a una emergencia como aquella, Cáceres dispuso que la tropa ocupara las alturas que circundaban Tarapacá. Sin embargo, en las primeras horas del amanecer, los Chilenos ya se habían posesionado de las mismas y al parecer esperaban que sus enemigos rindieran las armas, por efecto de la sorpresiva maniobra y ante la supuesta imposibilidad que pudieran atacar sus estratégicas posiciones.
Se inicia la ofensiva
Recuperado Cáceres del factor sorpresa, dispuso que los 3,000 hombres bajo su mando se dividieran en tres columnas. LA PRIMERA y segunda compañía de su regimiento, el Zepita, bajo órdenes del teniente coronel Juan Francisco Zubiaga, se colocaron a la derecha. La quinta y sexta compañía, bajo el capitán Francisco Pardo de Figueroa se ubicaron en el centro y la tercera y cuarta compañía, bajo el mayor Arguedas, tomaron posición en el sector izquierdo.
Simultáneamente, Cáceres envió un mensaje al coronel Manuel Suarez, comandante del regimiento Dos de Mayo, ordenándole atacar desde la izquierda. Dos batallones de la División Vanguardia, con un total de 1,400 hombres, que acampaban a 45 kilómetros de distancia, también fueron avisados y se pusieron en marcha. Aquellas tropas tardarían seis horas en llegar al campo de batalla.
La lucha se inició con ímpetu alrededor de las 9:15 de la mañana. El Zepita empezó furiosamente el ataque contra las posiciones Chilenas, y el resto de los regimientos peruanos, bajo órdenes de los coroneles Bolognesi, Ríos y Castañón se movieron también contra el adversario.
El Zepita subió el lado oriental de las colinas bajo los nutridos disparos de la artillería y la infantería Chilena. A la 9:45 de la mañana el regimiento Chileno Artillería de Marina entró en acción, siendo anulado por el Zepita y el Dos de Mayo. Las columnas bajo los jefes Pardo Figueroa y Arguedas causaron un daño severo en la infantería Chilena.
Tal fue la intensidad de su ofensiva que los Chilenos, luego de resistir a pie firme, perdieron finalmente el control y se vieron obligados a retirarse en completo desorden hacia una posición localizada tres millas detrás de las colinas.
Los peruanos habían logrado una victoria parcial, pero habían perdido varios hombres en la arremetida, incluidos el teniente coronel Juan Zubiaga, el capitán Pardo Figueroa, el coronel Manuel Suarez, jefe del batallón Dos de Mayo y Juan Cáceres, hermano del coronel Andrés Avelino.
Heridos pero no vencidos
En efecto, Andrés Avelino Cáceres también estaba herido pero decidió continuar la lucha contra las nuevas posiciones Chilenas. Su división se reforzó con la llegada del batallón Iquique y los Loa y Columnas Navales, así como una compañía del batallón Ayacucho y uno del batallón Gendarmes.
Esas fuerzas eran parte de las dos Divisiones peruanas, fuerte de 1,400 hombres que se encontraban a 45 kilómetros de Tarapacá. Entre los refuerzos se encontraba el batallón Iquique número uno, cuyo comandante, el legendario Alfonso Ugarte, fue herido de un balazo en la cabeza, no obstante continuó la lucha al frente de sus tropas.
Con estos refuerzos Cáceres ejecutó un nuevo ataque por el sudeste de Tarapacá, alcanzando y disolviendo al enemigo en cinco ocasiones. Mientras, la tercera división al mando del coronel Bolognesi, jugó parte importante en la acción. El viejo coronel, que antes de la batalla se encontraba enfermo y padeciendo alta fiebre, olvidó sus padecimientos y se puso al frente de su tropa, cuyo comportamiento fue admirable.
Cáceres entonces dispuso ejecutar un último ataque contra el centro del ejército Chileno, al cual logró destruir completamente. Los sobrevivientes dejaron sus últimas piezas de artillería, municiones y rifles y se desbandaron.
Los peruanos habían logrado, después de nueve horas de intenso combate, una victoria total. La orgullosa columna Chilena había acusado un aproximado de 800 bajas, incluyendo 56 prisioneros de guerra. Entre los muertos Chilenos merece destacarse la del valiente comandante del Segundo de Línea, Eleuterio Ramírez. Perdieron además toda su artillería (cuatro Krupp, cuatro obuses de bronce) y gran cantidad de pertrechos. Los peruanos por su parte, tuvieron cerca de 500 bajas, entre muertos y heridos, lo que demuestra el fragor e intensidad de la lucha.
Ante la falta de caballería los peruanos se vieron imposibilitados de consolidar La Victoria y no pudieron seguir a sus adversarios más allá de la colina de Minta, ubicada a dos leguas de distancia de sus posiciones iníciales. Fue sin duda un resultado que significó un aliciente moral para las tropas y dejó muy en alto el valor, arrojo y heroísmo de la infantería peruana.
Gustavo Durand
Luego de la muerte del almirante Grau y destruido el poderío naval del Perú, la escuadra Chilena se hizo dueña absoluta del mar, lo que permitió al alto mando militar de ese país ejecutar finalmente LA PRIMERA fase de la campaña terrestre de la guerra del Pacífico, cuyo objetivo inmediato consistía en capturar la provincia peruana de Tarapacá, rica en minerales y depósitos de salitre.
Al estallar la guerra, el Perú tenía un ejército de tierra compuesto por unos 4,800 hombres, desplegados en guarniciones por todo el territorio nacional. El destacado historiador y diplomático peruano Juan del Campo Rodríguez, señala en su estudio sobre la Batalla de Tarapacá, la limitada capacidad operativa militar que acompañaba la organización del ejército peruano en aquella oportunidad.
La infantería contaba con unos 2,700 soldados y 290 oficiales, divididos en ocho batallones integrados cada uno por 400 hombres, aproximadamente. Si embargo para julio de 1879 el Perú logró conformar una pequeña fuerza militar de 7,500 soldados y guardias nacionales, la cual seguiría siendo muy inferior al de las tropas Chilenas.
Esta fuerza quedó al mando del general Juan Buendía y compuesta por seis divisiones: LA PRIMERA de ellas, de 1,455 efectivos; la II División, a órdenes del coronel Andrés Avelino Cáceres, con 1,230 soldados; la III División, dirigida por el coronel Francisco Bolognesi con 1,315 soldados; la IV División, al mando del coronel Justo Pastor Dávila, con 1,123 soldados; la V División, comandada por el coronel Ríos; mientras que la VI División, al mando del general Bustamante, con 1,085 soldados.
Esta fuerza se unió a los 4,534 hombres del ejército Boliviano aliado, y fue desplazada a las costas de Iquique, Tacna, Tarapacá y Moquegua, como parte del “I Ejército del Sur”, bajo órdenes del general Juan Buendía. Mientras se prolongó la campaña naval, el referido ejército ejecutó maniobras tácticas y de desplazamiento, siempre desde una perspectiva defensiva y no entró en acción.
Invasión al Perú
Solo tres semanas después de Angamos, el dos de noviembre de 1879, el llamado “Ejército de Campaña”, 10,000 soldados de la fuerza expedicionaria Chilena, apoyados por casi todos los barcos de guerra de su escuadra y diez vapores, a órdenes del general Erasmo Escala, lograron desembarcar, en tres fases de ataque, en el puerto de Pisagua estableciendo así su primera cabecera de playa en territorio peruano. Aun así no les fue fácil tomar el territorio peruano. En este desembarco los Chilenos tuvieron 330 bajas entre muertos y heridos.
Este ejército expedicionario Chileno, a órdenes del general Erasmo Escala, era superior a las fuerzas aliadas peruano-Bolivianas. Seguidamente, las fuerzas Chilenas se apoderaron del ferrocarril Pisagua-Agua Santa y de ahí se desplazaron hacia el norte, asegurando una línea de provisiones con el valioso apoyo de su escuadra.
Batalla de San Francisco
En este proceso capturaron los Chilenos la localidad de Dolores. El 19 de noviembre las fuerzas aliadas se enfrentaron al ejército expedicionario en las alturas del cerro de San Francisco, en un frente de tres kilómetros de extensión. Fue un combate cruento e intenso en que ambos ejércitos mostraron un gran valor y arrojo.
Aunque la infantería aliada era superior en número (7,400 peruanos y Bolivianos contra 6,000 Chilenos), los primeros contaban sólo con 18 cañones contra 34 modernas piezas de artillería del adversario. Los Chilenos además ocupaban la cima del cerro San Francisco, que por su inclinación se constituyó en una plaza prácticamente inexpugnable, mientras que los aliados dominaban las faldas del cerro.
La batalla sería muy sangrienta, habiendo muerto un gran número de tropa y oficiales de los batallones peruanos Zepita y Dos de Mayo.
A las 5 de la tarde la fuerte avanzada aliada colapsó y en horas de la noche los peruanos y Bolivianos emprendieron la retirada. Los vencedores Chilenos, agotados, no se decidieron a emprender la persecución y se parapetaron en las calicheras.
Cuatro días después, el 23 de noviembre el ejército Chileno ocupó el puerto peruano de Iquique. Las diezmadas fuerzas del I ejército del Sur, se vieron forzadas a ejecutar una nueva progresión y marcharon entonces hacia Tarapacá.
El comandante del ejército Chileno, general Escala, enterado de la difícil situación del adversario e informado de su posición exacta, envió a su encuentro una expedición de 3,900 hombres, al mando del coronel Luis Arteaga, compuesta por el batallón Chacabuco, cinco batallones de infantería pertenecientes a los regimientos 2do de Línea y Zapadores, un escuadrón de caballería, (el Granaderos a Caballo) y cuatro cañones de bronce y seis potentes cañones Krupp bajo el Regimiento de Artillería, con objeto de liquidarlos.
De acuerdo al parte oficial del general Escala, se presumía que en Tarapacá había entre 1,500 y 2,000 soldados peruanos “en pésimas condiciones, agobiados por el cansancio y la escasez de recursos y en un estado de completa desmoralización…”.
Tarapacá: épica jornada
En horas de la madrugada del 27 de noviembre 1879, la fuerza Chilena alcanzó su objetivo y tomó posición ofensiva en las colinas localizadas al oeste de la ciudad de Tarapacá, en un área de una legua de extensión, que iba entre el alto de la cuesta de Arica y el de Visagras.
La división Chilena entonces fue dividida en tres fracciones: LA PRIMERA, al mando del teniente coronel Eleuterio Ramírez, tenía como objetivo apoderarse de la Huaracina, donde se encuentran las provisiones de agua del poblado y de ahí avanzar hacia Tarapacá; la segunda, a las órdenes del propio coronel Arteaga, debía atacar de frente a los peruanos por las alturas que dominan la población; y, la tercera, dirigida por el comandante Ricardo Santa Cruz, tenía que situarse cerca del paso de Quillaguasa para recortar la retirada de los peruanos por el camino de Arica “y batir la quebrada desde las alturas”.
Los peruanos, que carecían de un sistema de alerta o vigilancia, fueron informados de la presencia del adversario por dos arrieros que se toparon con las columnas Chilenas a distancia. Tan pronto se produjo este hecho, el Coronel Andrés Avelino Cáceres, jefe de la segunda división peruana, ordenó que se tocara diana y organizó un consejo de guerra.
En virtud que los peruanos carecían de un plan de contingencia para responder a una emergencia como aquella, Cáceres dispuso que la tropa ocupara las alturas que circundaban Tarapacá. Sin embargo, en las primeras horas del amanecer, los Chilenos ya se habían posesionado de las mismas y al parecer esperaban que sus enemigos rindieran las armas, por efecto de la sorpresiva maniobra y ante la supuesta imposibilidad que pudieran atacar sus estratégicas posiciones.
Se inicia la ofensiva
Recuperado Cáceres del factor sorpresa, dispuso que los 3,000 hombres bajo su mando se dividieran en tres columnas. LA PRIMERA y segunda compañía de su regimiento, el Zepita, bajo órdenes del teniente coronel Juan Francisco Zubiaga, se colocaron a la derecha. La quinta y sexta compañía, bajo el capitán Francisco Pardo de Figueroa se ubicaron en el centro y la tercera y cuarta compañía, bajo el mayor Arguedas, tomaron posición en el sector izquierdo.
Simultáneamente, Cáceres envió un mensaje al coronel Manuel Suarez, comandante del regimiento Dos de Mayo, ordenándole atacar desde la izquierda. Dos batallones de la División Vanguardia, con un total de 1,400 hombres, que acampaban a 45 kilómetros de distancia, también fueron avisados y se pusieron en marcha. Aquellas tropas tardarían seis horas en llegar al campo de batalla.
La lucha se inició con ímpetu alrededor de las 9:15 de la mañana. El Zepita empezó furiosamente el ataque contra las posiciones Chilenas, y el resto de los regimientos peruanos, bajo órdenes de los coroneles Bolognesi, Ríos y Castañón se movieron también contra el adversario.
El Zepita subió el lado oriental de las colinas bajo los nutridos disparos de la artillería y la infantería Chilena. A la 9:45 de la mañana el regimiento Chileno Artillería de Marina entró en acción, siendo anulado por el Zepita y el Dos de Mayo. Las columnas bajo los jefes Pardo Figueroa y Arguedas causaron un daño severo en la infantería Chilena.
Tal fue la intensidad de su ofensiva que los Chilenos, luego de resistir a pie firme, perdieron finalmente el control y se vieron obligados a retirarse en completo desorden hacia una posición localizada tres millas detrás de las colinas.
Los peruanos habían logrado una victoria parcial, pero habían perdido varios hombres en la arremetida, incluidos el teniente coronel Juan Zubiaga, el capitán Pardo Figueroa, el coronel Manuel Suarez, jefe del batallón Dos de Mayo y Juan Cáceres, hermano del coronel Andrés Avelino.
Heridos pero no vencidos
En efecto, Andrés Avelino Cáceres también estaba herido pero decidió continuar la lucha contra las nuevas posiciones Chilenas. Su división se reforzó con la llegada del batallón Iquique y los Loa y Columnas Navales, así como una compañía del batallón Ayacucho y uno del batallón Gendarmes.
Esas fuerzas eran parte de las dos Divisiones peruanas, fuerte de 1,400 hombres que se encontraban a 45 kilómetros de Tarapacá. Entre los refuerzos se encontraba el batallón Iquique número uno, cuyo comandante, el legendario Alfonso Ugarte, fue herido de un balazo en la cabeza, no obstante continuó la lucha al frente de sus tropas.
Con estos refuerzos Cáceres ejecutó un nuevo ataque por el sudeste de Tarapacá, alcanzando y disolviendo al enemigo en cinco ocasiones. Mientras, la tercera división al mando del coronel Bolognesi, jugó parte importante en la acción. El viejo coronel, que antes de la batalla se encontraba enfermo y padeciendo alta fiebre, olvidó sus padecimientos y se puso al frente de su tropa, cuyo comportamiento fue admirable.
Cáceres entonces dispuso ejecutar un último ataque contra el centro del ejército Chileno, al cual logró destruir completamente. Los sobrevivientes dejaron sus últimas piezas de artillería, municiones y rifles y se desbandaron.
Los peruanos habían logrado, después de nueve horas de intenso combate, una victoria total. La orgullosa columna Chilena había acusado un aproximado de 800 bajas, incluyendo 56 prisioneros de guerra. Entre los muertos Chilenos merece destacarse la del valiente comandante del Segundo de Línea, Eleuterio Ramírez. Perdieron además toda su artillería (cuatro Krupp, cuatro obuses de bronce) y gran cantidad de pertrechos. Los peruanos por su parte, tuvieron cerca de 500 bajas, entre muertos y heridos, lo que demuestra el fragor e intensidad de la lucha.
Ante la falta de caballería los peruanos se vieron imposibilitados de consolidar La Victoria y no pudieron seguir a sus adversarios más allá de la colina de Minta, ubicada a dos leguas de distancia de sus posiciones iníciales. Fue sin duda un resultado que significó un aliciente moral para las tropas y dejó muy en alto el valor, arrojo y heroísmo de la infantería peruana.
Gustavo Durand
BENAVIDES Y EL AGUA
Lo bueno de ser banquero, agroexportador y ministro, todo a la vez, es que como en la santísima trinidad se puede endeudar a los otros propietarios del entorno cuyas tierras se ambicionan, hasta que no puedan pagar lo que se debe y el banco los pueda rematar a su dueño y usar el poder político para saltarse cualquier norma o protesta.
De los años 80 a la fecha, el Ing. Ismael Benavides Ferreyros, pasó de una propiedad agrícola de no más de 150 has., que lo hacía un mediano agricultor de la región de Ica, casi como una distracción en sus ratos libres de banquero, minero y asesor de Estado, a más de 1,000 hectáreas con agua e instalaciones modernas, de un inmenso valor comercial. De los frutales se extendió a los espárragos y creó unidades industriales en sus fundos; de una empresa pionera es hoy dueño de 12 razones sociales, a su nombre o al de sus hermanos. Hoy es un gran empresario agroindustrial en Ica, y sigue siendo un hombre de la banca y uno de esos ministros que García pone, saca y vuelve a poner en el gabinete. Uno de sus brazos empresariales emblemáticos es la empresa de Servicios Agrícolas Huamaní SAC, cuyo presidente de directorio es Ernesto Benavides Ferreyros y cuya gerente general es María Benavides Ferreyros, que como habrán adivinado son sendos hermanos del susodicho. A principios del 2010, la empresa Aceros Arequipa, de considerable poder en la región, pretendió ampliar sus instalaciones en Ica, adquirió terrenos e intentó jalar agua de las fuentes que se usan para la agricultura. Entonces, Servicios Agrícolas Huamaní y el grupo Benavides, pegaron el grito al cielo y proclamaron “defender la agricultura y el medio ambiente contra la amenaza industrial”, “el pueblo unido jamás será vencido”(¿no les evoca Tía María y casos por el estilo), y efectivamente movilizaron a los campesinos y le ganaron a la industrial del acero.
Muy bien, pero cuando, pasando por encima de disposiciones explícitas para la conservación del agua escasa en Ica, los Benavides siguen adelante erre con erre, e instalan pozos tubulares de última tecnología, cuyo impacto es succionarle el agua a los demás (ha secado por los menos cinco pozos en el espacio de las 30 hectáreas más cercanas productoras de espárragos, y ha afectado a pequeños productores en 500 hectáreas a la redonda, que antes encontraban agua a cinco metros de profundidad y ahora tienen que cavar hasta 15 metros),se acaba la unidad del pueblo, derechos de los agricultores ni ningún otra consideración que no sea sus intereses particulares.
La Resolución Administrativa 001-2008 GORE-DRAG-1/ATDRI, del gobierno regional, la ley de aguas 17752 y su reglamento, y el decreto supremo No. 025-2007, disponen, todos ellos, la prohibición de perforación de nuevos pozos para extraer aguas subterráneas con fines de exploración y explotación, en el Valle de Ica y Pampas de Villacuri, provincia y departamento de Ica, salvo aquellos de uso doméstico y uso poblacional. Todo esto por supuesto lo sabe el ingeniero Benavides y sus hermanos, no sólo porque es su obligación y por sus lazos con el Estado, sino porque unos enormes carteles en la carretera y en la entrada a sus propiedades subraya el punto todo el tiempo: “Prohibido la perforación de nuevos pozos”.
¿Cómo puede alguien que fue ministro de agricultura y poco después volvería a hacerse cargo de la economía del país, violar tan groseramente el orden legal? La respuesta es la misma en la que están pensando. Así cuando lo agricultores se quejaron y presionaron con un nuevo conflicto, el Ing. Javier Chiang Ampudia, administrador del distrito de riego Río Seco de Ica, hizo una inspección de campo y ordenó la paralización del pozo de los Benavides. Si en cinco días no se entregaban las autorizaciones correspondientes para la apertura de un pozo nuevo, se sellarían definitivamente sus instalaciones.
El 11 de noviembre último Servicios Agrícolas Huamaní demostró que el que puede, es porque puede, ya que en pleno procedimiento inició una nueva excavación esta vez desde el pozo hacia su planta de espárragos, en un largo de 1.5 Km., succionando el agua de los demás. Y para coronar su hazaña había un fiscal de Pico y un pelotón de policías, no para cumplir la ley, sino para evitar que los agricultores afectados pudieran amenazar las abusivas obras. Así, el ingeniero Benavides se queda con el agua, la tierra, el dinero y el fajín, mientras los agricultores con la tierra sedienta, las deudas y el palo de la represión. Mercado libre, que le dicen.
De los años 80 a la fecha, el Ing. Ismael Benavides Ferreyros, pasó de una propiedad agrícola de no más de 150 has., que lo hacía un mediano agricultor de la región de Ica, casi como una distracción en sus ratos libres de banquero, minero y asesor de Estado, a más de 1,000 hectáreas con agua e instalaciones modernas, de un inmenso valor comercial. De los frutales se extendió a los espárragos y creó unidades industriales en sus fundos; de una empresa pionera es hoy dueño de 12 razones sociales, a su nombre o al de sus hermanos. Hoy es un gran empresario agroindustrial en Ica, y sigue siendo un hombre de la banca y uno de esos ministros que García pone, saca y vuelve a poner en el gabinete. Uno de sus brazos empresariales emblemáticos es la empresa de Servicios Agrícolas Huamaní SAC, cuyo presidente de directorio es Ernesto Benavides Ferreyros y cuya gerente general es María Benavides Ferreyros, que como habrán adivinado son sendos hermanos del susodicho. A principios del 2010, la empresa Aceros Arequipa, de considerable poder en la región, pretendió ampliar sus instalaciones en Ica, adquirió terrenos e intentó jalar agua de las fuentes que se usan para la agricultura. Entonces, Servicios Agrícolas Huamaní y el grupo Benavides, pegaron el grito al cielo y proclamaron “defender la agricultura y el medio ambiente contra la amenaza industrial”, “el pueblo unido jamás será vencido”(¿no les evoca Tía María y casos por el estilo), y efectivamente movilizaron a los campesinos y le ganaron a la industrial del acero.
Muy bien, pero cuando, pasando por encima de disposiciones explícitas para la conservación del agua escasa en Ica, los Benavides siguen adelante erre con erre, e instalan pozos tubulares de última tecnología, cuyo impacto es succionarle el agua a los demás (ha secado por los menos cinco pozos en el espacio de las 30 hectáreas más cercanas productoras de espárragos, y ha afectado a pequeños productores en 500 hectáreas a la redonda, que antes encontraban agua a cinco metros de profundidad y ahora tienen que cavar hasta 15 metros),se acaba la unidad del pueblo, derechos de los agricultores ni ningún otra consideración que no sea sus intereses particulares.
La Resolución Administrativa 001-2008 GORE-DRAG-1/ATDRI, del gobierno regional, la ley de aguas 17752 y su reglamento, y el decreto supremo No. 025-2007, disponen, todos ellos, la prohibición de perforación de nuevos pozos para extraer aguas subterráneas con fines de exploración y explotación, en el Valle de Ica y Pampas de Villacuri, provincia y departamento de Ica, salvo aquellos de uso doméstico y uso poblacional. Todo esto por supuesto lo sabe el ingeniero Benavides y sus hermanos, no sólo porque es su obligación y por sus lazos con el Estado, sino porque unos enormes carteles en la carretera y en la entrada a sus propiedades subraya el punto todo el tiempo: “Prohibido la perforación de nuevos pozos”.
¿Cómo puede alguien que fue ministro de agricultura y poco después volvería a hacerse cargo de la economía del país, violar tan groseramente el orden legal? La respuesta es la misma en la que están pensando. Así cuando lo agricultores se quejaron y presionaron con un nuevo conflicto, el Ing. Javier Chiang Ampudia, administrador del distrito de riego Río Seco de Ica, hizo una inspección de campo y ordenó la paralización del pozo de los Benavides. Si en cinco días no se entregaban las autorizaciones correspondientes para la apertura de un pozo nuevo, se sellarían definitivamente sus instalaciones.
El 11 de noviembre último Servicios Agrícolas Huamaní demostró que el que puede, es porque puede, ya que en pleno procedimiento inició una nueva excavación esta vez desde el pozo hacia su planta de espárragos, en un largo de 1.5 Km., succionando el agua de los demás. Y para coronar su hazaña había un fiscal de Pico y un pelotón de policías, no para cumplir la ley, sino para evitar que los agricultores afectados pudieran amenazar las abusivas obras. Así, el ingeniero Benavides se queda con el agua, la tierra, el dinero y el fajín, mientras los agricultores con la tierra sedienta, las deudas y el palo de la represión. Mercado libre, que le dicen.
PIÑERA Y LOS PUERTOS
El Callao, Piñera y la Geopolítica Perú-Chile
Las relaciones Perú-Chile están en momentos claves. No solo por la reclamación en la Haya sobre demarcación marítima, sino también por las políticas estratégicas en torno a las relaciones económicas. En este aspecto, los asuntos cruciales son el TLC cuestionado, los puertos públicos peruanos subordinados, y la exportación del gas de Camisea hacia Chile. En la relación entre dos países hermanos de SurAmérica, en una y otra parte, al interior de los sectores sociales de los países, existen dos estrategias en disputa. La que afirma superar la actual asimetría para afianzar una relación equilibrada y competitiva en una SurAmérica Integrada. Y la que busca incrementar la asimetría haciendo del Perú una “provincia económica administrada”, lo que generaría una aguda inestabilidad en todo el continente.
Los Puertos Públicos son un tema decisivo en estas disyuntivas, al ser interfaz entre modos de transporte marítimo y terrestre, decisiva como territorio estratégico aduanero y logístico. Tras más de 20 años de pugnas, el Perú, con el esfuerzo particular de Enapu y la comunidad portuaria, ha logrado que el Callao se proyecte como el megapuerto regional de la costa oeste suramericana en el Pacífico Sur. El gobierno, no obstante, pretende abdicar la soberanía portuaria.
El grupo naviero portuario Chileno (Von Appen, Urenda.Claro) está logrando lo que no puede en su país: imponer el control monopólico privado en la logística portuaria-naviera, y liquidar a su competidor, la empresa nacional de Puertos, Enapu. Ya controla los puertos públicos del Norte (Paita) y el Sur (Matarani), desarticulando sus funciones como puertos públicos regionales e interoceánicos, quebrando la unidad del sistema portuario nacional, e imponiendo monopolios subsidiados por el Estado y con los tarifazos a los usuarios. Ha impedido hasta la fecha, con la complicidad de las autoridades, que se reglamente la aprobada ley de la marina mercante nacional, con lo cual controla, el transporte marítimo de cabotaje en la costa Pacífico así como entre puertos de la costa del país (combustibles, GLP; etc).
En estos días, de visita del nuevo mandatario Chileno, Sebastián Piñera, el gobierno se alista a dar el paso final para privatizar el megapuerto del Callao, entregándolo a un monopolio (o duopolio), en el que tiene rol decisivo el grupo naviero portuario Chileno. Ya he señalado en artículos anteriores las ilegalidades de esta privatización, llena de nulidades. Al momento que escribo, Proinversión no publica todavía la versión final del proyecto de contrato, en el que va a definir el monto de la venta ilegal a los activos de Enapu. Todo se alista para entregar ilegalmente nuestro megapuerto el 17 enero 2011.
A los pueblos hermanos de Perú y Chile, lo que mas conviene es una relación equilibrada y competitiva entre los puertos públicos de ambos países, para afirmar la costa oeste suramericana en el Asia-Pacífico. Así como Chile resguarda las Empresas Estatales de sus puertos públicos y se resiste a imponer monopolios, al Perú le es indispensable modernizar Enapu, afirmar como plataforma logística mundial su sistema nacional portuario, promover la marina mercante, y recuperar el rol interoceánico de los puertos. El Callao, para esto, no debe privatizarse, sino proyectarse con la inversión de Enapu en el megapuerto y en consorcio con un socio privado minoritario, en competencia interportuaria con Dubai Ports. Esta es la gran batalla geopolítica portuaria del Perú en el Siglo XXI.
Las relaciones Perú-Chile están en momentos claves. No solo por la reclamación en la Haya sobre demarcación marítima, sino también por las políticas estratégicas en torno a las relaciones económicas. En este aspecto, los asuntos cruciales son el TLC cuestionado, los puertos públicos peruanos subordinados, y la exportación del gas de Camisea hacia Chile. En la relación entre dos países hermanos de SurAmérica, en una y otra parte, al interior de los sectores sociales de los países, existen dos estrategias en disputa. La que afirma superar la actual asimetría para afianzar una relación equilibrada y competitiva en una SurAmérica Integrada. Y la que busca incrementar la asimetría haciendo del Perú una “provincia económica administrada”, lo que generaría una aguda inestabilidad en todo el continente.
Los Puertos Públicos son un tema decisivo en estas disyuntivas, al ser interfaz entre modos de transporte marítimo y terrestre, decisiva como territorio estratégico aduanero y logístico. Tras más de 20 años de pugnas, el Perú, con el esfuerzo particular de Enapu y la comunidad portuaria, ha logrado que el Callao se proyecte como el megapuerto regional de la costa oeste suramericana en el Pacífico Sur. El gobierno, no obstante, pretende abdicar la soberanía portuaria.
El grupo naviero portuario Chileno (Von Appen, Urenda.Claro) está logrando lo que no puede en su país: imponer el control monopólico privado en la logística portuaria-naviera, y liquidar a su competidor, la empresa nacional de Puertos, Enapu. Ya controla los puertos públicos del Norte (Paita) y el Sur (Matarani), desarticulando sus funciones como puertos públicos regionales e interoceánicos, quebrando la unidad del sistema portuario nacional, e imponiendo monopolios subsidiados por el Estado y con los tarifazos a los usuarios. Ha impedido hasta la fecha, con la complicidad de las autoridades, que se reglamente la aprobada ley de la marina mercante nacional, con lo cual controla, el transporte marítimo de cabotaje en la costa Pacífico así como entre puertos de la costa del país (combustibles, GLP; etc).
En estos días, de visita del nuevo mandatario Chileno, Sebastián Piñera, el gobierno se alista a dar el paso final para privatizar el megapuerto del Callao, entregándolo a un monopolio (o duopolio), en el que tiene rol decisivo el grupo naviero portuario Chileno. Ya he señalado en artículos anteriores las ilegalidades de esta privatización, llena de nulidades. Al momento que escribo, Proinversión no publica todavía la versión final del proyecto de contrato, en el que va a definir el monto de la venta ilegal a los activos de Enapu. Todo se alista para entregar ilegalmente nuestro megapuerto el 17 enero 2011.
A los pueblos hermanos de Perú y Chile, lo que mas conviene es una relación equilibrada y competitiva entre los puertos públicos de ambos países, para afirmar la costa oeste suramericana en el Asia-Pacífico. Así como Chile resguarda las Empresas Estatales de sus puertos públicos y se resiste a imponer monopolios, al Perú le es indispensable modernizar Enapu, afirmar como plataforma logística mundial su sistema nacional portuario, promover la marina mercante, y recuperar el rol interoceánico de los puertos. El Callao, para esto, no debe privatizarse, sino proyectarse con la inversión de Enapu en el megapuerto y en consorcio con un socio privado minoritario, en competencia interportuaria con Dubai Ports. Esta es la gran batalla geopolítica portuaria del Perú en el Siglo XXI.
PROMESAS DEMAPRISTAS
El gobierno ha iniciado una campaña demagógica junto a los partidos derechistas, con el fin de confundir a los trabajadores y trabajadoras e inducirlos a votar por el continuismo, tratando de ocultar su nefasta política laboral, que ha costado miles de despedidos por formar sindicatos y decenas de asesinados por la represión. A esto se suma, el sindicalismo mafioso y criminal apoyado por Palacio de Gobierno para debilitar y desacreditar al movimiento sindical.
Sin embargo, ahora que requieren nuestros votos con el mayor cinismo y desvergüenza la Sra. Mercedes Aráoz, candidata del Presidente García, responsable del Baguazo y operadora de las políticas fondomonetaristas, nos promete la creación de 2 millones de puestos de trabajo y el aumento de salarios, entre otras mentiras.
Por su parte, el gobierno aprista después de haber mantenido congelada durante tres años, la Remuneración Mínima Vital, la más baja de América Latina, ahora en vísperas de las elecciones pretende comprar nuestras conciencias, decretando un mísero aumento de 50 soles que se pagarán en dos armadas.
¿Cree el presidente García, que las familias de los trabajadores pueden vivir dignamente con 600 soles mensuales de salario, mientras los precios de los alimentos, del gas doméstico, de la luz, el agua y los medicamentos, suben diariamente? ¿Dónde están los beneficios del crecimiento, logrado con el sacrificio y la explotación de los trabajadores?
Con esos mismos propósitos electoreros, García pretende embaucar a los pensionistas, ofreciéndoles una bonificación temporal de 30 soles mensuales, que se pagaran sólo por un año. ¿Cree el mandatario que los pensionistas no tienen dignidad y que los pueden comprar con migajas?
Esta campaña demagógica no sólo proviene del gobierno sino de todos los partidos de derecha. La candidata del Fujimorismo cuyo régimen liquidó los derechos de los trabajadores, ahora viene a ofrecernos aumentos y el de la Chakana, duplicar los sueldos de los maestros y de los gerentes de la administración pública.
Los trabajadores exigimos aumento de sueldos y pensiones; gratificación por Navidad y Año Nuevo, de un sueldo completo como percibe el Presidente de la República, sus ministros y los congresistas; solución a las demandas de los judiciales, de los servidores civiles, de las Fuerzas Armadas y Policías, de los trabajadores públicos; derogatoria de los Decretos Legislativos que recortan los derechos laborales y de las leyes de Exportaciones no Tradicionales y de Promoción de la Agroexportación; y que se tome en cuenta el presupuesto alternativo presentado por las organizaciones sociales.
Llamamos a las fuerzas progresistas y democráticas, a poner por delante los intereses del país, de los trabajadores, y de los sectores excluidos, y unirse en un gran frente para derrotar a la derecha corrupta y represiva que gobierna el país y promover el triunfo de las fuerzas del cambio.
Sin embargo, ahora que requieren nuestros votos con el mayor cinismo y desvergüenza la Sra. Mercedes Aráoz, candidata del Presidente García, responsable del Baguazo y operadora de las políticas fondomonetaristas, nos promete la creación de 2 millones de puestos de trabajo y el aumento de salarios, entre otras mentiras.
Por su parte, el gobierno aprista después de haber mantenido congelada durante tres años, la Remuneración Mínima Vital, la más baja de América Latina, ahora en vísperas de las elecciones pretende comprar nuestras conciencias, decretando un mísero aumento de 50 soles que se pagarán en dos armadas.
¿Cree el presidente García, que las familias de los trabajadores pueden vivir dignamente con 600 soles mensuales de salario, mientras los precios de los alimentos, del gas doméstico, de la luz, el agua y los medicamentos, suben diariamente? ¿Dónde están los beneficios del crecimiento, logrado con el sacrificio y la explotación de los trabajadores?
Con esos mismos propósitos electoreros, García pretende embaucar a los pensionistas, ofreciéndoles una bonificación temporal de 30 soles mensuales, que se pagaran sólo por un año. ¿Cree el mandatario que los pensionistas no tienen dignidad y que los pueden comprar con migajas?
Esta campaña demagógica no sólo proviene del gobierno sino de todos los partidos de derecha. La candidata del Fujimorismo cuyo régimen liquidó los derechos de los trabajadores, ahora viene a ofrecernos aumentos y el de la Chakana, duplicar los sueldos de los maestros y de los gerentes de la administración pública.
Los trabajadores exigimos aumento de sueldos y pensiones; gratificación por Navidad y Año Nuevo, de un sueldo completo como percibe el Presidente de la República, sus ministros y los congresistas; solución a las demandas de los judiciales, de los servidores civiles, de las Fuerzas Armadas y Policías, de los trabajadores públicos; derogatoria de los Decretos Legislativos que recortan los derechos laborales y de las leyes de Exportaciones no Tradicionales y de Promoción de la Agroexportación; y que se tome en cuenta el presupuesto alternativo presentado por las organizaciones sociales.
Llamamos a las fuerzas progresistas y democráticas, a poner por delante los intereses del país, de los trabajadores, y de los sectores excluidos, y unirse en un gran frente para derrotar a la derecha corrupta y represiva que gobierna el país y promover el triunfo de las fuerzas del cambio.
LA I9ZQUIERDA DESUNIDA
CESAR LEVANO
Algunas organizaciones de izquierda y varios movimientos sociales parecen haberse embriagado con los avances que lograron en las recientes elecciones municipales, particularmente en Lima. Sólo así me explico que no se hayan percatado de que la próxima lid electoral va a ser una guerra asimétrica, en que la derecha detenta no sólo el poder económico, sino también el político y el mediático, y que si no se unen, o si se unen demasiado tarde, habrán labrado una victoria aplastante de la derecha.
El peligro podría ser sintetizado en una frase: con la izquierda desunida, la derecha jamás será vencida. Cuando digo izquierda me refiero a todas las fuerzas democráticas, progresistas, nacionalistas y patrióticas.
El nudo gordiano es la relación entre los partidos de la izquierda tradicional y el Partido Nacionalista de Ollanta Humala. Los dirigentes de aquella insisten en que todavía no hay acuerdo. Sería bueno que dijeran por qué. En la política, como en la guerra, el tiempo es decisivo. Dijo Vallejo: “El tiempo tiene un miedo ciempiés a los relojes.”
Se informa que la izquierda y Humala siguen debatiendo. Debiera indicarse también por qué razones no arriban a un acuerdo. El simple hecho de la reticencia o el silencio hace sospechar lo peor: que alguno de los partidos de izquierda, guiados por la soberbia, estén exigiendo altos cupos de curules.
Recuerdo que, hace tiempo, cuando dirigentes muy destacados de Patria Roja declararon que había que apoyar a Humala, me sentí sorprendido, porque esa postura no estaba avalada por un debate previo, una consulta a bases y, sobre todo, un acuerdo programático.
Ahora hay hasta una propuesta programática del Partido Nacionalista. Fue dada a conocer el 17 de octubre, hace más de un mes. ¿Existe acaso desacuerdos sobre esa plataforma? Debería decirse, precisando cuáles son.
La propuesta abarca diez puntos: Renovación política democrática. Economía nacional de mercado. Erradicación de la corrupción. Recuperar soberanía sobre los recursos de la nación. Descentralización con participación. Trabajo y pensiones dignas. Educación y salud para todos. Vida segura. derechos humanos y paz social. Integración regional y globalización solidaria.
Algunas organizaciones populares y laborales han declarado su acuerdo con esa propuesta, pero han precisado que ésta debe ser complementada con demandas sindicales, regionales y amazónicas. En más de un caso, reconocen el peso político adquirido por el Partido Nacionalista.
He ahí una demostración de sensatez y reacción rápida. Los partidos políticos, que deberían ser los guías, tienen que ser guiados. Y sacudidos de todo letargo electorero que les impida prepararse para la implacable guerra electoral que se avecina. El oportunismo pone en peligro la oportunidad.
Algunas organizaciones de izquierda y varios movimientos sociales parecen haberse embriagado con los avances que lograron en las recientes elecciones municipales, particularmente en Lima. Sólo así me explico que no se hayan percatado de que la próxima lid electoral va a ser una guerra asimétrica, en que la derecha detenta no sólo el poder económico, sino también el político y el mediático, y que si no se unen, o si se unen demasiado tarde, habrán labrado una victoria aplastante de la derecha.
El peligro podría ser sintetizado en una frase: con la izquierda desunida, la derecha jamás será vencida. Cuando digo izquierda me refiero a todas las fuerzas democráticas, progresistas, nacionalistas y patrióticas.
El nudo gordiano es la relación entre los partidos de la izquierda tradicional y el Partido Nacionalista de Ollanta Humala. Los dirigentes de aquella insisten en que todavía no hay acuerdo. Sería bueno que dijeran por qué. En la política, como en la guerra, el tiempo es decisivo. Dijo Vallejo: “El tiempo tiene un miedo ciempiés a los relojes.”
Se informa que la izquierda y Humala siguen debatiendo. Debiera indicarse también por qué razones no arriban a un acuerdo. El simple hecho de la reticencia o el silencio hace sospechar lo peor: que alguno de los partidos de izquierda, guiados por la soberbia, estén exigiendo altos cupos de curules.
Recuerdo que, hace tiempo, cuando dirigentes muy destacados de Patria Roja declararon que había que apoyar a Humala, me sentí sorprendido, porque esa postura no estaba avalada por un debate previo, una consulta a bases y, sobre todo, un acuerdo programático.
Ahora hay hasta una propuesta programática del Partido Nacionalista. Fue dada a conocer el 17 de octubre, hace más de un mes. ¿Existe acaso desacuerdos sobre esa plataforma? Debería decirse, precisando cuáles son.
La propuesta abarca diez puntos: Renovación política democrática. Economía nacional de mercado. Erradicación de la corrupción. Recuperar soberanía sobre los recursos de la nación. Descentralización con participación. Trabajo y pensiones dignas. Educación y salud para todos. Vida segura. derechos humanos y paz social. Integración regional y globalización solidaria.
Algunas organizaciones populares y laborales han declarado su acuerdo con esa propuesta, pero han precisado que ésta debe ser complementada con demandas sindicales, regionales y amazónicas. En más de un caso, reconocen el peso político adquirido por el Partido Nacionalista.
He ahí una demostración de sensatez y reacción rápida. Los partidos políticos, que deberían ser los guías, tienen que ser guiados. Y sacudidos de todo letargo electorero que les impida prepararse para la implacable guerra electoral que se avecina. El oportunismo pone en peligro la oportunidad.
VISITA CON OLOR A GAS
CESAR LEVANO
No hay por qué engañarse: Sebastián Piñera, presidente de Chile, ha tenido en su visita al Perú como tema principal el gas de Camisea, que personajes como Pedro Pablo Kuczynski ofrecieron antes a los Chilenos para fortalecer el norte de Chile, rico en cobre y paupérrimo en agua y energía.
No se equivocó El Mercurio de Santiago cuando informó anteayer sobre los tres puntos que Piñera traía en su agenda: intercambio penitenciario, asuntos mineros y pasos de integración en materia energética. Evidente es que este último es el más importante.
Lo había ya diseñado el mandatario Chileno, después de la entrevista que sostuvo con Alan García, el 13 de noviembre, en el marco de la XVII cumbre de APEC en Japón. El diario mapochino La Tercera recogió en su edición del domingo 14 las declaraciones de Piñera en las cuales, junto con su versión triunfalista respecto a una victoria de Chile frente a la demanda marítima peruana en La Haya, expresó:
“No podemos dejar que el tema de La Haya inmovilice las relaciones entre Chile y Perú. Tenemos una gran agenda conjunta por delante, que tiene que ver con proyectarnos al Asia Pacífico, mejorar la integración en infraestructura y energía”.
Los políticos Chilenos no dan puntada sin nudo. Su propósito es que en materia de energía marchemos juntos; es decir, el Perú proporcionándoles gas y electricidad; Chile tratando de perpetuar lo que es un despojo que deja al sur peruano sin 200 millas marítimas.
Sobre esa ambición fue explícito Piñera: “Conversamos mucho con el presidente García y, sin duda, la posición Chilena es clara y simple: estamos más convencidos que nunca, tras leer la réplica peruana, que el derecho internacional, los tratados, la jurisprudencia durante más de 50 años validan la postura Chilena”.
A la luz de esa estrategia hay que leer el punto 13 de la declaración conjunta firmada ayer por García y Piñera, que anuncia la instalación de un grupo de trabajo de los ministerios de energía y Minas del Perú, y de energía de Chile. En ese acápite se da a Chile en la yema del gusto. El grupo tendrá “la finalidad de identificar posibles proyectos de cooperación y transferencia energética, incluyendo la interconexión e intercambio de energía eléctrica”.
¿Cuál es el país que en la zona fronteriza cuenta con recursos y potencial energético? El Perú, naturalmente.
La alegación de que Chile ha decidido establecer su “independencia energética” suena a barajo. Es un secreto a voces que Chile busca abastecerse con el gas de Camisea, y que hasta ha erigido plantas para el tratamiento del gas peruano.
El presidente García debe al país una declaración explícita de lo acordado a solas con Piñera, tanto en Yokohama, en la Cumbre de APEC, como en el Palacio de Gobierno peruano.
No hay por qué engañarse: Sebastián Piñera, presidente de Chile, ha tenido en su visita al Perú como tema principal el gas de Camisea, que personajes como Pedro Pablo Kuczynski ofrecieron antes a los Chilenos para fortalecer el norte de Chile, rico en cobre y paupérrimo en agua y energía.
No se equivocó El Mercurio de Santiago cuando informó anteayer sobre los tres puntos que Piñera traía en su agenda: intercambio penitenciario, asuntos mineros y pasos de integración en materia energética. Evidente es que este último es el más importante.
Lo había ya diseñado el mandatario Chileno, después de la entrevista que sostuvo con Alan García, el 13 de noviembre, en el marco de la XVII cumbre de APEC en Japón. El diario mapochino La Tercera recogió en su edición del domingo 14 las declaraciones de Piñera en las cuales, junto con su versión triunfalista respecto a una victoria de Chile frente a la demanda marítima peruana en La Haya, expresó:
“No podemos dejar que el tema de La Haya inmovilice las relaciones entre Chile y Perú. Tenemos una gran agenda conjunta por delante, que tiene que ver con proyectarnos al Asia Pacífico, mejorar la integración en infraestructura y energía”.
Los políticos Chilenos no dan puntada sin nudo. Su propósito es que en materia de energía marchemos juntos; es decir, el Perú proporcionándoles gas y electricidad; Chile tratando de perpetuar lo que es un despojo que deja al sur peruano sin 200 millas marítimas.
Sobre esa ambición fue explícito Piñera: “Conversamos mucho con el presidente García y, sin duda, la posición Chilena es clara y simple: estamos más convencidos que nunca, tras leer la réplica peruana, que el derecho internacional, los tratados, la jurisprudencia durante más de 50 años validan la postura Chilena”.
A la luz de esa estrategia hay que leer el punto 13 de la declaración conjunta firmada ayer por García y Piñera, que anuncia la instalación de un grupo de trabajo de los ministerios de energía y Minas del Perú, y de energía de Chile. En ese acápite se da a Chile en la yema del gusto. El grupo tendrá “la finalidad de identificar posibles proyectos de cooperación y transferencia energética, incluyendo la interconexión e intercambio de energía eléctrica”.
¿Cuál es el país que en la zona fronteriza cuenta con recursos y potencial energético? El Perú, naturalmente.
La alegación de que Chile ha decidido establecer su “independencia energética” suena a barajo. Es un secreto a voces que Chile busca abastecerse con el gas de Camisea, y que hasta ha erigido plantas para el tratamiento del gas peruano.
El presidente García debe al país una declaración explícita de lo acordado a solas con Piñera, tanto en Yokohama, en la Cumbre de APEC, como en el Palacio de Gobierno peruano.
SALVO LA CURUL TODO --------
CESAR LEVANO
El lunes 22 escribí, bajo el título “Una guerra asimétrica”, un análisis respecto al gran desafío que enfrentan las fuerzas democráticas en las elecciones de 2011, y critiqué, por encima de declaraciones retóricas, la falta de voluntad unitaria de la izquierda.
Parece que acerté porque he recibido copiosa correspondencia aprobando mi texto. “Permítame expresarle mi pleno apoyo a su columna de hoy”, me expresa un ciudadano, que prosigue: “Voy a tomarme la libertad de difundirlo. Usted ha dado en el clavo sobre lo pernicioso del oportunismo en la izquierda peruana”.
Otro compatriota, radicado en Génova, Italia, quien indica que lee asiduamente esta columna a través de Internet, coincide en ese juicio. Generosamente, el paisano dice que me felicita por ser “una luminaria para todos los peruanos que anhelan una patria más justa”. Luego va al fondo de la cuestión: “Es una gran pena que la izquierda no se ponga de acuerdo para las elecciones generales. El ir divididos es parte de una cultura que arrastramos desde mucho tiempo”.
O sea que desde territorios muy distintos y distantes llega un apoyo a mi crítica respecto a la tardanza de un acuerdo de las fuerzas de izquierda, democráticas y progresistas, que ya están aburriendo con sus declaraciones, coqueteos y preanuncios. La santa paciencia resulta abusiva. Estoy seguro de que muchos ciudadanos se sienten exasperados por los largos cubileteos, que no orientan, ni movilizan, ni entusiasman.
“Se informa”, escribí el lunes 22, “que la izquierda y Ollanta Humala siguen debatiendo. Debiera indicarse también por qué razones no arriban a un acuerdo. El simple hecho de la reticencia o el silencio hace sospechar lo peor: que algunos de los partidos de izquierda, guiados por la soberbia, estén exigiendo alto cupo de curules”.
Me hubiera gustado ser desmentido por los aludidos. Sin duda no poseo autoridad especial para exigir información autorizada; pero las reacciones que he citado indican que la preocupación es compartida por muchos peruanos, en el Perú y en el exterior.
“Cuánta falta nos hace un Alfonso Barrantes, con su capacidad de convencimiento, su sencillez para decir este es el programa de la Izquierda, su parsimonia, más pena me da que Susana haya defraudado a muchos electores. La unidad es una oportunidad que se pierde, persistiremos en el siguiente periodo”, expone mi interlocutor desde su lejanía genovesa.
Los partidos de izquierda tienen grave responsabilidad en la búsqueda de una coalición democrática. Entre otras cosas, deben imponer su autoridad política y orgánica, y frenar las ambiciones menudas y condenadas al fracaso de muchos de sus mílites. Tienen que entender y enseñar lo que está en juego y la dimensión del enemigo.
El lunes 22 escribí, bajo el título “Una guerra asimétrica”, un análisis respecto al gran desafío que enfrentan las fuerzas democráticas en las elecciones de 2011, y critiqué, por encima de declaraciones retóricas, la falta de voluntad unitaria de la izquierda.
Parece que acerté porque he recibido copiosa correspondencia aprobando mi texto. “Permítame expresarle mi pleno apoyo a su columna de hoy”, me expresa un ciudadano, que prosigue: “Voy a tomarme la libertad de difundirlo. Usted ha dado en el clavo sobre lo pernicioso del oportunismo en la izquierda peruana”.
Otro compatriota, radicado en Génova, Italia, quien indica que lee asiduamente esta columna a través de Internet, coincide en ese juicio. Generosamente, el paisano dice que me felicita por ser “una luminaria para todos los peruanos que anhelan una patria más justa”. Luego va al fondo de la cuestión: “Es una gran pena que la izquierda no se ponga de acuerdo para las elecciones generales. El ir divididos es parte de una cultura que arrastramos desde mucho tiempo”.
O sea que desde territorios muy distintos y distantes llega un apoyo a mi crítica respecto a la tardanza de un acuerdo de las fuerzas de izquierda, democráticas y progresistas, que ya están aburriendo con sus declaraciones, coqueteos y preanuncios. La santa paciencia resulta abusiva. Estoy seguro de que muchos ciudadanos se sienten exasperados por los largos cubileteos, que no orientan, ni movilizan, ni entusiasman.
“Se informa”, escribí el lunes 22, “que la izquierda y Ollanta Humala siguen debatiendo. Debiera indicarse también por qué razones no arriban a un acuerdo. El simple hecho de la reticencia o el silencio hace sospechar lo peor: que algunos de los partidos de izquierda, guiados por la soberbia, estén exigiendo alto cupo de curules”.
Me hubiera gustado ser desmentido por los aludidos. Sin duda no poseo autoridad especial para exigir información autorizada; pero las reacciones que he citado indican que la preocupación es compartida por muchos peruanos, en el Perú y en el exterior.
“Cuánta falta nos hace un Alfonso Barrantes, con su capacidad de convencimiento, su sencillez para decir este es el programa de la Izquierda, su parsimonia, más pena me da que Susana haya defraudado a muchos electores. La unidad es una oportunidad que se pierde, persistiremos en el siguiente periodo”, expone mi interlocutor desde su lejanía genovesa.
Los partidos de izquierda tienen grave responsabilidad en la búsqueda de una coalición democrática. Entre otras cosas, deben imponer su autoridad política y orgánica, y frenar las ambiciones menudas y condenadas al fracaso de muchos de sus mílites. Tienen que entender y enseñar lo que está en juego y la dimensión del enemigo.
APRISTAS LADRONES
Se la llevan en carretilla. Un total de 432 servidores cobraron, entre 2004 y 2010, jugosas liquidaciones por ‘despidos arbitrarios’. Autor: José Clemente
CompartirEnviar.La cuantiosa y escandalosa indemnización por ‘despido arbitrario’
(S/.89, 937) que cobrara a Essalud el ex ministro del Interior Fernando Barrios Ipenza abrió una caja de Pandora en esa institución donde se reveló que 432 funcionarios se beneficiaron también con esa controvertida indemnización por un monto de S/.16 millones 485 millones, entre 2004 y 2010.
De acuerdo con la lista de los privilegiados empleados de confianza que pasaron por esa institución –durante las gestiones de José Luis Chirinos, actual jefe de la Oficina de Normalización Previsional (ONP) y de Barrios– 48 gerentes fueron ‘liquidados’, en su mayoría, con más de
S/.102 mil solo por ‘despido’. Incluso, algunos se beneficiaron con S/.132 mil superando a Barrios y a la ex jefa de la Oficina General de Administración de Essalud Edelmira Barrantes y ex viceministra del Interior, quien recibió S/.64 mil 856.
Con los S/.16.4 millones, dicha entidad podría haber adquirido ocho tomógrafos computarizados, valorizados en S/.2.1 millones, cada uno, o cuatro angiógrafos cardiovasculares (S/.4.7 millones) o cuatro equipos de cirugía laparoscópica (S/.8 millones) para darle un mejor servicio a los asegurados.
Aunque no aparecen en la relación, los ex presidentes de Essalud, César Gutiérrez y José Luis Chirinos, cobraron indemnizaciones similares a Barrios, admitió el gerente de gestión central de la Persona de esa entidad, Julio Berrocal Flores, en su presentación ante la Comisión de Seguridad Social del Parlamento.
Berrocal defendió el polémico pago que recibió Barrios porque –dijo– se aplicó en el marco del decreto legislativo 728 Ley de Productividad y Competitividad Laboral, la cual establece que “cuando el término del vínculo laboral es sin expresión de causa procede la indemnización”.
La millonaria relación de ex servidores agraciados fue proporcionada por el presidente de Essalud, Félix Ortega, ante ese grupo parlamentario y a la cual accedió Perú.21. En tanto, ayer un equipo especial de la Contraloría General de la República empezó a investigar a esa institución.
SE LAVA LAS MANOS. Curiosamente, el titular de Essalud trató de sorprender a la comisión donde se presentó, al sostener que el presidente ejecutivo (es decir, él) no tiene ninguna responsabilidad en este caso. Y añadió que “no tenía conocimiento de esa liquidación”.
Ortega se refirió también a Barrios, de quien fue su jefe de Gabinete de Asesores en Essalud, al decir que su “renuncia es el precio político que ha pagado”.
Mientras se desarrollaba la sesión en la Comisión de Seguridad Social, presidida por María Sumire, la Comisión de Fiscalización, que dirige Jose Vega, esperaba en vano a Fernando Barrios y a Edelmira Barrantes, quienes no acudieron a responder sobre el escandaloso tema. Por lo pronto, comunicaron al primer grupo parlamentario que acudirán el próximo lunes.
CompartirEnviar.La cuantiosa y escandalosa indemnización por ‘despido arbitrario’
(S/.89, 937) que cobrara a Essalud el ex ministro del Interior Fernando Barrios Ipenza abrió una caja de Pandora en esa institución donde se reveló que 432 funcionarios se beneficiaron también con esa controvertida indemnización por un monto de S/.16 millones 485 millones, entre 2004 y 2010.
De acuerdo con la lista de los privilegiados empleados de confianza que pasaron por esa institución –durante las gestiones de José Luis Chirinos, actual jefe de la Oficina de Normalización Previsional (ONP) y de Barrios– 48 gerentes fueron ‘liquidados’, en su mayoría, con más de
S/.102 mil solo por ‘despido’. Incluso, algunos se beneficiaron con S/.132 mil superando a Barrios y a la ex jefa de la Oficina General de Administración de Essalud Edelmira Barrantes y ex viceministra del Interior, quien recibió S/.64 mil 856.
Con los S/.16.4 millones, dicha entidad podría haber adquirido ocho tomógrafos computarizados, valorizados en S/.2.1 millones, cada uno, o cuatro angiógrafos cardiovasculares (S/.4.7 millones) o cuatro equipos de cirugía laparoscópica (S/.8 millones) para darle un mejor servicio a los asegurados.
Aunque no aparecen en la relación, los ex presidentes de Essalud, César Gutiérrez y José Luis Chirinos, cobraron indemnizaciones similares a Barrios, admitió el gerente de gestión central de la Persona de esa entidad, Julio Berrocal Flores, en su presentación ante la Comisión de Seguridad Social del Parlamento.
Berrocal defendió el polémico pago que recibió Barrios porque –dijo– se aplicó en el marco del decreto legislativo 728 Ley de Productividad y Competitividad Laboral, la cual establece que “cuando el término del vínculo laboral es sin expresión de causa procede la indemnización”.
La millonaria relación de ex servidores agraciados fue proporcionada por el presidente de Essalud, Félix Ortega, ante ese grupo parlamentario y a la cual accedió Perú.21. En tanto, ayer un equipo especial de la Contraloría General de la República empezó a investigar a esa institución.
SE LAVA LAS MANOS. Curiosamente, el titular de Essalud trató de sorprender a la comisión donde se presentó, al sostener que el presidente ejecutivo (es decir, él) no tiene ninguna responsabilidad en este caso. Y añadió que “no tenía conocimiento de esa liquidación”.
Ortega se refirió también a Barrios, de quien fue su jefe de Gabinete de Asesores en Essalud, al decir que su “renuncia es el precio político que ha pagado”.
Mientras se desarrollaba la sesión en la Comisión de Seguridad Social, presidida por María Sumire, la Comisión de Fiscalización, que dirige Jose Vega, esperaba en vano a Fernando Barrios y a Edelmira Barrantes, quienes no acudieron a responder sobre el escandaloso tema. Por lo pronto, comunicaron al primer grupo parlamentario que acudirán el próximo lunes.
EL AÑO DE QUE
.Por Antonio Zapata
Comenzando diciembre, el gobierno peruano escoge la denominación oficial del año siguiente. En esta oportunidad, se presentan tres candidatos fuertes: los cien años de Machu Picchu, el centenario del nacimiento de José María Arguedas y el bicentenario del grito de independencia de Francisco de Zela en Tacna. Posiblemente la decisión se incline hacia Machu Picchu, cuyas piezas han de ser devueltas al Perú por la Universidad de Yale, donde las llevó el famoso explorador y académico norteamericano Hiram Bingham.
Conviene revisar los méritos de las tres opciones para oficializar el año venidero. Para empezar, Bingham llegó por primera vez a Machu Picchu en 1911 y estuvo en el sitio solamente medio día. Tomó muchas fotos y siguió viaje, estuvo en casi 20 lugares distintos, porque iba a toda velocidad buscando otro sitio: el último palacio de Manco Inca en la mítica Vilcabamba.
Es decir, Bingham quería encontrar otra cosa y se topó con Machu Picchu; ni siquiera se dio cuenta inmediatamente, sino después, al llegar a los Estados Unidos, revelar las fotos y percatarse de que, de todos los lugares que frenéticamente había visitado, había uno de calidad superior. Entonces, montó una segunda expedición, que llegó en 1912, y esa vez venía dispuesto a saquear. Así, los sucesos protagonizados por Bingham no parecen muy edificantes como para merecer el año oficial peruano.
Por el contrario, las otras dos opciones tienen mayor sentido. Por su parte, José María Arguedas es uno de nuestros mayores novelistas y encabeza las contribuciones del indigenismo a la cultura nacional. Gracias a su perspicacia, eligió como problemática uno de los temas de mayor incidencia para el Perú contemporáneo. En realidad, lo suyo fue la integración entre el país moderno y la esencia indígena que permanece como substrato nacional.
A su entender, ese trasfondo aparece una y otra vez pugnando por definir a su manera la sociedad moderna. Así, él constata el movimiento de lo indígena haciéndose visible gracias a la creación de productos de gran calidad, susceptibles de ser admirados por los modernos más universales. Por eso, Arguedas no fue un arcaico, como sostuvo Mario Vargas Llosa, sino alguien plenamente contemporáneo. No escribió en quechua, sino en castellano, aspiraba a la divulgación mundial y no quería encerrarse en su propia y reducida fratría.
Hace 50 años, cuando Arguedas escribió sus grandes novelas, el problema peruano ya venía siendo construir la identidad común que englobe al criollo y al andino. Hoy la identidad sigue siendo clave y se expresa a través de la pugna por incorporar al campesino andino al torrente nacional y construir una modernidad propia y singular, que nos dote de un lugar en este mundo.
Ante ese reto tan peruano, Arguedas mantiene gran capacidad de inspiración. Esa misma aura rodea a la figura menos conocida del trío de opciones para el año oficial. Se trata de Francisco de Zela y la rebelión tacneña contra el virrey de Lima.
Zela lideró la primera revuelta criolla contra los españoles. Su gesta corresponde plenamente a la coyuntura abierta por la ocupación del trono en Madrid por la Francia de José Bonaparte. Entonces, surgieron Juntas en muchos lugares y la primera manifestación peruana fue en Tacna en 1811.
El público debe haberse sorprendido al constatar que la mayoría de países latinoamericanos han celebrado el bicentenario de su independencia, mientras que a nosotros nos faltan diez años. Pero ellos han celebrado el comienzo de la lucha por la emancipación y no su liberación efectiva. Si nosotros festejáramos como los países hermanos, nuestro bicentenario sería el próximo año y el héroe fundador de la nación sería Francisco de Zela.
Comenzando diciembre, el gobierno peruano escoge la denominación oficial del año siguiente. En esta oportunidad, se presentan tres candidatos fuertes: los cien años de Machu Picchu, el centenario del nacimiento de José María Arguedas y el bicentenario del grito de independencia de Francisco de Zela en Tacna. Posiblemente la decisión se incline hacia Machu Picchu, cuyas piezas han de ser devueltas al Perú por la Universidad de Yale, donde las llevó el famoso explorador y académico norteamericano Hiram Bingham.
Conviene revisar los méritos de las tres opciones para oficializar el año venidero. Para empezar, Bingham llegó por primera vez a Machu Picchu en 1911 y estuvo en el sitio solamente medio día. Tomó muchas fotos y siguió viaje, estuvo en casi 20 lugares distintos, porque iba a toda velocidad buscando otro sitio: el último palacio de Manco Inca en la mítica Vilcabamba.
Es decir, Bingham quería encontrar otra cosa y se topó con Machu Picchu; ni siquiera se dio cuenta inmediatamente, sino después, al llegar a los Estados Unidos, revelar las fotos y percatarse de que, de todos los lugares que frenéticamente había visitado, había uno de calidad superior. Entonces, montó una segunda expedición, que llegó en 1912, y esa vez venía dispuesto a saquear. Así, los sucesos protagonizados por Bingham no parecen muy edificantes como para merecer el año oficial peruano.
Por el contrario, las otras dos opciones tienen mayor sentido. Por su parte, José María Arguedas es uno de nuestros mayores novelistas y encabeza las contribuciones del indigenismo a la cultura nacional. Gracias a su perspicacia, eligió como problemática uno de los temas de mayor incidencia para el Perú contemporáneo. En realidad, lo suyo fue la integración entre el país moderno y la esencia indígena que permanece como substrato nacional.
A su entender, ese trasfondo aparece una y otra vez pugnando por definir a su manera la sociedad moderna. Así, él constata el movimiento de lo indígena haciéndose visible gracias a la creación de productos de gran calidad, susceptibles de ser admirados por los modernos más universales. Por eso, Arguedas no fue un arcaico, como sostuvo Mario Vargas Llosa, sino alguien plenamente contemporáneo. No escribió en quechua, sino en castellano, aspiraba a la divulgación mundial y no quería encerrarse en su propia y reducida fratría.
Hace 50 años, cuando Arguedas escribió sus grandes novelas, el problema peruano ya venía siendo construir la identidad común que englobe al criollo y al andino. Hoy la identidad sigue siendo clave y se expresa a través de la pugna por incorporar al campesino andino al torrente nacional y construir una modernidad propia y singular, que nos dote de un lugar en este mundo.
Ante ese reto tan peruano, Arguedas mantiene gran capacidad de inspiración. Esa misma aura rodea a la figura menos conocida del trío de opciones para el año oficial. Se trata de Francisco de Zela y la rebelión tacneña contra el virrey de Lima.
Zela lideró la primera revuelta criolla contra los españoles. Su gesta corresponde plenamente a la coyuntura abierta por la ocupación del trono en Madrid por la Francia de José Bonaparte. Entonces, surgieron Juntas en muchos lugares y la primera manifestación peruana fue en Tacna en 1811.
El público debe haberse sorprendido al constatar que la mayoría de países latinoamericanos han celebrado el bicentenario de su independencia, mientras que a nosotros nos faltan diez años. Pero ellos han celebrado el comienzo de la lucha por la emancipación y no su liberación efectiva. Si nosotros festejáramos como los países hermanos, nuestro bicentenario sería el próximo año y el héroe fundador de la nación sería Francisco de Zela.
PANIAGUA
.Por Alberto Adrianzén m.(*)
Resulta extraño que faltando tan pocos días para que se cumplan diez años de la instalación del gobierno de transición de Valentín Paniagua, casi no se haya escrito sobre esta fecha tan importante para la democracia peruana. Ninguno de los candidatos que fue a la CADE mencionó este hecho. No hay señales que en los ambientes políticos y académicos se piense hacer algo para recordarla. El silencio es un buen indicador –lamentable por cierto– de que la transición en este país no tiene espacio en el imaginario ni de los políticos ni tampoco de los académicos.
Como excusa de este “olvido” se puede argumentar que todos o casi todos están interesados en la campaña electoral y que eventos “pasados”, como la transición, quitan tiempo y, lo que es peor, no son relevantes en estos momentos. La idea de que solo importa el “presente” es, finalmente, lo que prevalece.
Sin embargo creo que esta forma de razonar contiene un error de base. Lo que nos pasa hoy día tiene mucho que ver con el pasado. No saber de dónde viene uno es la mejor receta para no saber a dónde ir. No hay futuro sin un pasado común. Esto no solo es de mucha utilidad para una persona, también lo es para la democracia y para el país.
Para comenzar diremos que la democracia actual –o nuestra democracia– es producto de una lucha no solo contra un gobierno corrupto y autoritario, sino también contra un régimen que fundó –si cabe la expresión– un modelo económico (neoliberal), una forma de hacer política (clientelar) y un Estado (lobbista). Por eso no es extraño que este “olvido” se exprese, por un lado, en esta suerte de continuismo posfujimorista y, por otro, en la expectativa de una “novedad” que siempre es una promesa.
Vivimos atrapados entre el pasado fujimorista y la construcción de una novedad política que no se ancla ni tiene como referencia la lucha democrática del pueblo peruano y las propuestas de transformación. Lo que quiero decir es que cualquier proyecto político de cambio (o progresista) debe partir del reconocimiento de que la transición que se inició con el presidente Paniagua, luego de la caída del fujimorismo, quedó trunca; mejor dicho, como ha sucedido varias veces en el pasado, que la transición quedó inconclusa y que sigue siendo una tarea pendiente de la democracia peruana.
Restringir la transición a un simple cambio de gobierno y a unas elecciones limpias es de alguna manera “traicionar” lo que intentaron el presidente Paniagua y todos aquellos que lo acompañaron, cuando aquel 22 de noviembre de 2000 asumió la Presidencia. Es cierto que Paniagua quería dejar principalmente –como sucedió– un gobierno elegido democráticamente; sin embargo, lo que buscaba además –y lo dijo más de una vez él mismo– era clausurar un ciclo autoritario y abrir otro democrático de larga duración. Ello suponía poner en el primer plano el desmontaje de los componentes de lo que hoy día llamamos el régimen autoritario fujimorista: terminar con el Estado lobbista y el militarismo, y con la corrupción, construir una democracia basada en la separación de poderes, en los partidos y en la vigencia de los DDHH, entre otros puntos. Una suerte de republicanismo que hoy muchos prefieren olvidar, como también las luchas populares que nos devolvieron la democracia.
Muy poco de ello se hizo en los años posteriores. Ni Toledo ni García intentaron seguir las huellas y las tareas pendientes dejadas por la transición. Por eso no me parece extraño que el fujimorismo siga siendo una opción política en las próximas elecciones. Combatir al fujimorismo es concluir la transición. En esa lucha sabremos quiénes quieren cambiar el modelo económico y quiénes quieren transformar esta democracia que continúa siendo esquiva para la mayoría de los peruanos. Conectar la lucha presente con la transición no es solo el mejor homenaje a un presidente excepcional como lo fue Valentín Paniagua; es también el mejor servicio que podemos hacer al país y al pueblo peruano.
Resulta extraño que faltando tan pocos días para que se cumplan diez años de la instalación del gobierno de transición de Valentín Paniagua, casi no se haya escrito sobre esta fecha tan importante para la democracia peruana. Ninguno de los candidatos que fue a la CADE mencionó este hecho. No hay señales que en los ambientes políticos y académicos se piense hacer algo para recordarla. El silencio es un buen indicador –lamentable por cierto– de que la transición en este país no tiene espacio en el imaginario ni de los políticos ni tampoco de los académicos.
Como excusa de este “olvido” se puede argumentar que todos o casi todos están interesados en la campaña electoral y que eventos “pasados”, como la transición, quitan tiempo y, lo que es peor, no son relevantes en estos momentos. La idea de que solo importa el “presente” es, finalmente, lo que prevalece.
Sin embargo creo que esta forma de razonar contiene un error de base. Lo que nos pasa hoy día tiene mucho que ver con el pasado. No saber de dónde viene uno es la mejor receta para no saber a dónde ir. No hay futuro sin un pasado común. Esto no solo es de mucha utilidad para una persona, también lo es para la democracia y para el país.
Para comenzar diremos que la democracia actual –o nuestra democracia– es producto de una lucha no solo contra un gobierno corrupto y autoritario, sino también contra un régimen que fundó –si cabe la expresión– un modelo económico (neoliberal), una forma de hacer política (clientelar) y un Estado (lobbista). Por eso no es extraño que este “olvido” se exprese, por un lado, en esta suerte de continuismo posfujimorista y, por otro, en la expectativa de una “novedad” que siempre es una promesa.
Vivimos atrapados entre el pasado fujimorista y la construcción de una novedad política que no se ancla ni tiene como referencia la lucha democrática del pueblo peruano y las propuestas de transformación. Lo que quiero decir es que cualquier proyecto político de cambio (o progresista) debe partir del reconocimiento de que la transición que se inició con el presidente Paniagua, luego de la caída del fujimorismo, quedó trunca; mejor dicho, como ha sucedido varias veces en el pasado, que la transición quedó inconclusa y que sigue siendo una tarea pendiente de la democracia peruana.
Restringir la transición a un simple cambio de gobierno y a unas elecciones limpias es de alguna manera “traicionar” lo que intentaron el presidente Paniagua y todos aquellos que lo acompañaron, cuando aquel 22 de noviembre de 2000 asumió la Presidencia. Es cierto que Paniagua quería dejar principalmente –como sucedió– un gobierno elegido democráticamente; sin embargo, lo que buscaba además –y lo dijo más de una vez él mismo– era clausurar un ciclo autoritario y abrir otro democrático de larga duración. Ello suponía poner en el primer plano el desmontaje de los componentes de lo que hoy día llamamos el régimen autoritario fujimorista: terminar con el Estado lobbista y el militarismo, y con la corrupción, construir una democracia basada en la separación de poderes, en los partidos y en la vigencia de los DDHH, entre otros puntos. Una suerte de republicanismo que hoy muchos prefieren olvidar, como también las luchas populares que nos devolvieron la democracia.
Muy poco de ello se hizo en los años posteriores. Ni Toledo ni García intentaron seguir las huellas y las tareas pendientes dejadas por la transición. Por eso no me parece extraño que el fujimorismo siga siendo una opción política en las próximas elecciones. Combatir al fujimorismo es concluir la transición. En esa lucha sabremos quiénes quieren cambiar el modelo económico y quiénes quieren transformar esta democracia que continúa siendo esquiva para la mayoría de los peruanos. Conectar la lucha presente con la transición no es solo el mejor homenaje a un presidente excepcional como lo fue Valentín Paniagua; es también el mejor servicio que podemos hacer al país y al pueblo peruano.
INDEMNIZACION POR DESPIDO
.Por Humberto Campodónico.
El reciente cobro de “indemnización por despido arbitrario” –de su anterior cargo de Presidente de Essalud– que ha hecho el ex ministro del Interior Fernando Barrios demuestra que este gobierno no ha avanzado en la reforma del Estado, tanto en lo que concierne al gobierno central, así como en su actividad empresarial.
Una vez más, estamos ante un caso de corrupción estatal, algo que no se corrige. Pero que puede y debe hacerse. Una de las primeras medidas para cambiar esta situación es una buena gestión de los dineros del Estado, lo que está relacionado con los mecanismos de designación de los responsables de los altos cargos, para erradicar de cuajo la creencia de los partidos de que están frente a un “botín político” al cual tienen “todo el derecho” de acceder por “haber ganado las elecciones”.
La regla Nº 1 de todos los manuales de gobernanza es la necesidad de concursos de méritos, abiertos y transparentes, con reglas claras y requisitos académicos y técnicos para los postulantes. Eso no se hace en entidades tan importantes como Essalud ni, tampoco, en importantes empresas estatales como Petroperú, Enapu, Electroperú y el Banco de la Nación, para nombrar solo a algunas.
Lo que se estila –y así se hace– es que, como parte de sus atribuciones, el Presidente de la República los designe. Y lo hace tomando en cuenta consideraciones políticas (militantes de su partido, amigos cercanos, pago de favores) y, también, puede ser, consideraciones de excelencia académica y/o técnica.
Tenemos, entonces, que el resultado del desempeño de los responsables es múltiple y variado. En el caso del Banco de la Nación y de Sunat, por ejemplo, el comportamiento de los altos funcionarios es de primera línea, lo que se aprecia en sus resultados. Lo exacto opuesto ha sucedido con otros organismos, en este caso de Essalud, lo cual es gravísimo pues es una entidad con ingresos de S/. 6,310 millones en el 2010.
Fórmulas técnicas para la regla Nº 1 de la gobernanza hay muchas y, entre ellas, está la autonomía que hoy tiene el Banco Central de Reserva, aunque hay otros ejemplos.
Dicho esto, el tema de fondo –que hemos tocado varias veces en esta columna (1)– es que los gobiernos se resisten a una ley de carrera pública basada en la meritocracia (se asciende por méritos y no por tarjetazo) y en la homologación de los sueldos –eliminando las arbitrarias 157 escalas hoy existentes–.
Esas leyes –con reglamentos y todo– existen desde hace años pero los gobiernos solo hacen “reformitas”, como la fusión de algunos Organismos Públicos Descentralizados (a fines del 2006) para “ahorrar fondos” o los programas de formación de gerentes (iniciativa central de “Servir”), que obedecen al pensamiento que todo se arregla “desde la cabeza”, dejando de lado a los 800,000 trabajadores del Estado.
Mientras el Perú no tenga un servicio civil digno de ese nombre no existirán los incentivos de los funcionarios para avanzar en la carrera pública. Ese avance es una poderosa arma para la lucha contra la corrupción y una palanca para la capacitación de los funcionarios y el logro de la excelencia. La excusa de siempre es que no hay dinero. Falso. Existen los recursos económicos para hacerlo en las diferentes cuentas del gobierno central en el sistema financiero, a lo cual puede sumarse los ingresos que deben provenir de un impuesto a las sobreganancias mineras y petroleras.
Pero eso no se quiere hacer para mantener un Estado débil, donde priman, de un lado, los intereses de los “lobbies” privatizadores (a quienes les encantan estos escándalos pues hacen que la opinión pública piense que el Estado es siempre “el malo de la película”) y, de otro, de los funcionarios “políticos” superpermeables a la corrupción monda y lironda. La reforma del Estado, por eso, debe ser uno de los puntos centrales de la agenda electoral. Salvo peor parecer.
El reciente cobro de “indemnización por despido arbitrario” –de su anterior cargo de Presidente de Essalud– que ha hecho el ex ministro del Interior Fernando Barrios demuestra que este gobierno no ha avanzado en la reforma del Estado, tanto en lo que concierne al gobierno central, así como en su actividad empresarial.
Una vez más, estamos ante un caso de corrupción estatal, algo que no se corrige. Pero que puede y debe hacerse. Una de las primeras medidas para cambiar esta situación es una buena gestión de los dineros del Estado, lo que está relacionado con los mecanismos de designación de los responsables de los altos cargos, para erradicar de cuajo la creencia de los partidos de que están frente a un “botín político” al cual tienen “todo el derecho” de acceder por “haber ganado las elecciones”.
La regla Nº 1 de todos los manuales de gobernanza es la necesidad de concursos de méritos, abiertos y transparentes, con reglas claras y requisitos académicos y técnicos para los postulantes. Eso no se hace en entidades tan importantes como Essalud ni, tampoco, en importantes empresas estatales como Petroperú, Enapu, Electroperú y el Banco de la Nación, para nombrar solo a algunas.
Lo que se estila –y así se hace– es que, como parte de sus atribuciones, el Presidente de la República los designe. Y lo hace tomando en cuenta consideraciones políticas (militantes de su partido, amigos cercanos, pago de favores) y, también, puede ser, consideraciones de excelencia académica y/o técnica.
Tenemos, entonces, que el resultado del desempeño de los responsables es múltiple y variado. En el caso del Banco de la Nación y de Sunat, por ejemplo, el comportamiento de los altos funcionarios es de primera línea, lo que se aprecia en sus resultados. Lo exacto opuesto ha sucedido con otros organismos, en este caso de Essalud, lo cual es gravísimo pues es una entidad con ingresos de S/. 6,310 millones en el 2010.
Fórmulas técnicas para la regla Nº 1 de la gobernanza hay muchas y, entre ellas, está la autonomía que hoy tiene el Banco Central de Reserva, aunque hay otros ejemplos.
Dicho esto, el tema de fondo –que hemos tocado varias veces en esta columna (1)– es que los gobiernos se resisten a una ley de carrera pública basada en la meritocracia (se asciende por méritos y no por tarjetazo) y en la homologación de los sueldos –eliminando las arbitrarias 157 escalas hoy existentes–.
Esas leyes –con reglamentos y todo– existen desde hace años pero los gobiernos solo hacen “reformitas”, como la fusión de algunos Organismos Públicos Descentralizados (a fines del 2006) para “ahorrar fondos” o los programas de formación de gerentes (iniciativa central de “Servir”), que obedecen al pensamiento que todo se arregla “desde la cabeza”, dejando de lado a los 800,000 trabajadores del Estado.
Mientras el Perú no tenga un servicio civil digno de ese nombre no existirán los incentivos de los funcionarios para avanzar en la carrera pública. Ese avance es una poderosa arma para la lucha contra la corrupción y una palanca para la capacitación de los funcionarios y el logro de la excelencia. La excusa de siempre es que no hay dinero. Falso. Existen los recursos económicos para hacerlo en las diferentes cuentas del gobierno central en el sistema financiero, a lo cual puede sumarse los ingresos que deben provenir de un impuesto a las sobreganancias mineras y petroleras.
Pero eso no se quiere hacer para mantener un Estado débil, donde priman, de un lado, los intereses de los “lobbies” privatizadores (a quienes les encantan estos escándalos pues hacen que la opinión pública piense que el Estado es siempre “el malo de la película”) y, de otro, de los funcionarios “políticos” superpermeables a la corrupción monda y lironda. La reforma del Estado, por eso, debe ser uno de los puntos centrales de la agenda electoral. Salvo peor parecer.
EL CANON Y LA UNIVERSIDAD
.Por Humberto Campodónico
Del 2005 al 2009 la transferencia del canon minero, petrolero y gasífero a las universidades nacionales ascendió a S/. 829 millones, de acuerdo a información del MEF procesada por el Grupo Propuesta Ciudadana (1). Las universidades que más recibieron fueron la del Santa y Antúnez de Mayolo (Ancash), seguidas de la San Antonio de Abad (Cusco), Jorge Basadre (Tacna) y Cajamarca (ver cuadro).
Estas transferencias se establecen en la Ley 28077 del 2003 que dice: del 25% del canon que reciben los gobiernos regionales, deberán entregar el 20% de ese monto “a las universidades públicas de su circunscripción, destinado exclusivamente a la inversión en investigación científica y tecnológica que potencien el desarrollo regional” (Art. 4).
Además, la Ley de Presupuesto del 2009 estableció que se pueden aplicar esos montos en el financiamiento y cofinanciamiento de investigaciones de ciencia aplicada relacionadas con la salud pública, la sanidad agropecuaria, preservación de la biodiversidad y el ecosistema y para la utilización de energías renovables y procesos productivos.
Cuando se analiza la ejecución presupuestal se aprecia, de un lado, que no se programa el íntegro de los montos transferidos y, de otro, que los avances en la ejecución varían según las universidades.
La cuestión central es que la inversión en ciencia y tecnología es una condición clave para potenciar la competitividad de las regiones, motivo por lo cual es de importancia que las universidades pongan en marcha planes de investigación y desarrollo, así como toda una serie de capacidades que permitan lograr el uso eficiente de las transferencias.
Para Javier Sota Nadal, debemos seguir el ejemplo de Brasil, México y Argentina, donde las universidades públicas llevan a cabo el grueso de la investigación en ciencia y tecnología, pero también recurren a diferentes formas de asociación con otros agentes públicos y privados. Una de ellas puede ser la puesta en marcha de fondos concursables que atiendan las demandas de las regiones, de las municipalidades y de las empresas.
Debe implementarse, por tanto, un Programa de Desarrollo de la Universidad Pública, lo cual no ha estado en la agenda de los recientes gobiernos, que más bien han optado por aprobar, a diestra y siniestra, una gran cantidad de nuevas “universidades” privadas muchas de ellas de dudosa reputación.
Propuesta Ciudadana agrega: “una manera de recuperar las capacidades institucionales y de investigación es establecer convenios y alianzas estratégicas con otras universidades, centros de investigación nacionales y extranjeros”. En otras palabras, abrir la cancha a nuevos actores, lo que también implica una discusión sobre la actual ley del canon (eso será materia de otro artículo).
Como se aprecia, existen propuestas para repotenciar a la universidad pública, las que deben estar en la agenda de los programas de gobierno. De otra manera se corre el riesgo de que ganen terreno las propuestas limeñas “recentralizadoras” que lo único que quieren es privar de los ingresos del canon a las universidades públicas.
Del 2005 al 2009 la transferencia del canon minero, petrolero y gasífero a las universidades nacionales ascendió a S/. 829 millones, de acuerdo a información del MEF procesada por el Grupo Propuesta Ciudadana (1). Las universidades que más recibieron fueron la del Santa y Antúnez de Mayolo (Ancash), seguidas de la San Antonio de Abad (Cusco), Jorge Basadre (Tacna) y Cajamarca (ver cuadro).
Estas transferencias se establecen en la Ley 28077 del 2003 que dice: del 25% del canon que reciben los gobiernos regionales, deberán entregar el 20% de ese monto “a las universidades públicas de su circunscripción, destinado exclusivamente a la inversión en investigación científica y tecnológica que potencien el desarrollo regional” (Art. 4).
Además, la Ley de Presupuesto del 2009 estableció que se pueden aplicar esos montos en el financiamiento y cofinanciamiento de investigaciones de ciencia aplicada relacionadas con la salud pública, la sanidad agropecuaria, preservación de la biodiversidad y el ecosistema y para la utilización de energías renovables y procesos productivos.
Cuando se analiza la ejecución presupuestal se aprecia, de un lado, que no se programa el íntegro de los montos transferidos y, de otro, que los avances en la ejecución varían según las universidades.
La cuestión central es que la inversión en ciencia y tecnología es una condición clave para potenciar la competitividad de las regiones, motivo por lo cual es de importancia que las universidades pongan en marcha planes de investigación y desarrollo, así como toda una serie de capacidades que permitan lograr el uso eficiente de las transferencias.
Para Javier Sota Nadal, debemos seguir el ejemplo de Brasil, México y Argentina, donde las universidades públicas llevan a cabo el grueso de la investigación en ciencia y tecnología, pero también recurren a diferentes formas de asociación con otros agentes públicos y privados. Una de ellas puede ser la puesta en marcha de fondos concursables que atiendan las demandas de las regiones, de las municipalidades y de las empresas.
Debe implementarse, por tanto, un Programa de Desarrollo de la Universidad Pública, lo cual no ha estado en la agenda de los recientes gobiernos, que más bien han optado por aprobar, a diestra y siniestra, una gran cantidad de nuevas “universidades” privadas muchas de ellas de dudosa reputación.
Propuesta Ciudadana agrega: “una manera de recuperar las capacidades institucionales y de investigación es establecer convenios y alianzas estratégicas con otras universidades, centros de investigación nacionales y extranjeros”. En otras palabras, abrir la cancha a nuevos actores, lo que también implica una discusión sobre la actual ley del canon (eso será materia de otro artículo).
Como se aprecia, existen propuestas para repotenciar a la universidad pública, las que deben estar en la agenda de los programas de gobierno. De otra manera se corre el riesgo de que ganen terreno las propuestas limeñas “recentralizadoras” que lo único que quieren es privar de los ingresos del canon a las universidades públicas.
CUAJO APRISTA
.Por Humberto Campodónico
A cuatro meses de las elecciones, súbitamente la bancada aprista presenta un proyecto de ley para elevar las regalías mineras, argumentando que las empresas mineras han tenido ganancias extraordinarias debido a los altos precios internacionales de los minerales, las mismas que “no han sido compartidas por el Estado y la sociedad”.
El proyecto dice que “las mineras obtuvieron utilidades netas por US$ 19,500 millones entre el 2005 y el 2009, por lo que de aplicarse el promedio de la regalía planteada se estima recaudar US$ 1,462 millones”. Agregan que “ese monto es superior al “óbolo minero voluntario” que solo recaudó US$ 616 millones del 2006 al 2010 y “lo más grave es que tan solo se ejecutó S/. 847 millones, es decir, menos del 50%”.
¡Qué tal cuajo! Los mismos que renegaron de su promesa electoral del 2006 de un impuesto a las sobreganancias y aceptaron sumisamente la propuesta del “óbolo minero” miserable que las propias empresas mineras administran –abdicando así de la potestad del Estado de recaudar impuestos– dicen ahora que se equivocaron. ¿No les parece una maniobra para quitarle la bandera a los partidos de izquierda y al PNP?
Dicho esto, es absolutamente imperativo que el Estado y la sociedad participen de las sobreganancias mineras. Para ello, es clave modernizar la obsoleta Ley de Minería (como lo están haciendo Israel, Chile y Australia) para elevar la recaudación tributaria proveniente de la explotación de nuestros recursos naturales.
Veamos el ejemplo de Antamina. En mayo del 2000, de acuerdo a información de la propia empresa, se preveía una tasa interna de retorno (1) de la inversión de 15% para los 24 años de vida útil de la mina. Esto podía lograrse, estimaba la empresa, con precios del cobre promedio de US$ 0.95/libra de cobre en esos 24 años.
Como la producción comenzó a fines del 2001, Antamina seguirá hasta el 2025. Pero sucede que, debido a los altos precios del cobre del 2005 al 2009 (en promedio han estado en US$ 3 / libra, tres veces más que lo estimado en el 2000), en el 2009 la empresa ya logró una TIR de nada menos que el 22%, de acuerdo a cálculos realizados por nosotros. Y todavía le faltan 15 años más de vida útil, lo que llevará la TIR a niveles jamás soñados. Y el Perú, que es el dueño del recurso, ¿por qué no participa de esta bonanza? Ya saben por qué.
En términos de suma simple, Antamina invirtió US$ 2,461 millones de 1997 al 2009. Comenzó a depreciar en el 2003 –de acuerdo a nuestros cálculos– por un total de US$ 2,248 millones y tuvo utilidades netas desde el 2005 por US$ 6,320 millones, lo que arroja un flujo neto positivo de US$ 6,106 millones.
Por lo expuesto, la necesaria modernización de la ley minera debe incorporar un criterio de retorno de la inversión de la empresa minera. Una vez alcanzado, el Estado y la sociedad deben participar necesariamente de las sobreganancias. De nuevo y a acomodarse.
A cuatro meses de las elecciones, súbitamente la bancada aprista presenta un proyecto de ley para elevar las regalías mineras, argumentando que las empresas mineras han tenido ganancias extraordinarias debido a los altos precios internacionales de los minerales, las mismas que “no han sido compartidas por el Estado y la sociedad”.
El proyecto dice que “las mineras obtuvieron utilidades netas por US$ 19,500 millones entre el 2005 y el 2009, por lo que de aplicarse el promedio de la regalía planteada se estima recaudar US$ 1,462 millones”. Agregan que “ese monto es superior al “óbolo minero voluntario” que solo recaudó US$ 616 millones del 2006 al 2010 y “lo más grave es que tan solo se ejecutó S/. 847 millones, es decir, menos del 50%”.
¡Qué tal cuajo! Los mismos que renegaron de su promesa electoral del 2006 de un impuesto a las sobreganancias y aceptaron sumisamente la propuesta del “óbolo minero” miserable que las propias empresas mineras administran –abdicando así de la potestad del Estado de recaudar impuestos– dicen ahora que se equivocaron. ¿No les parece una maniobra para quitarle la bandera a los partidos de izquierda y al PNP?
Dicho esto, es absolutamente imperativo que el Estado y la sociedad participen de las sobreganancias mineras. Para ello, es clave modernizar la obsoleta Ley de Minería (como lo están haciendo Israel, Chile y Australia) para elevar la recaudación tributaria proveniente de la explotación de nuestros recursos naturales.
Veamos el ejemplo de Antamina. En mayo del 2000, de acuerdo a información de la propia empresa, se preveía una tasa interna de retorno (1) de la inversión de 15% para los 24 años de vida útil de la mina. Esto podía lograrse, estimaba la empresa, con precios del cobre promedio de US$ 0.95/libra de cobre en esos 24 años.
Como la producción comenzó a fines del 2001, Antamina seguirá hasta el 2025. Pero sucede que, debido a los altos precios del cobre del 2005 al 2009 (en promedio han estado en US$ 3 / libra, tres veces más que lo estimado en el 2000), en el 2009 la empresa ya logró una TIR de nada menos que el 22%, de acuerdo a cálculos realizados por nosotros. Y todavía le faltan 15 años más de vida útil, lo que llevará la TIR a niveles jamás soñados. Y el Perú, que es el dueño del recurso, ¿por qué no participa de esta bonanza? Ya saben por qué.
En términos de suma simple, Antamina invirtió US$ 2,461 millones de 1997 al 2009. Comenzó a depreciar en el 2003 –de acuerdo a nuestros cálculos– por un total de US$ 2,248 millones y tuvo utilidades netas desde el 2005 por US$ 6,320 millones, lo que arroja un flujo neto positivo de US$ 6,106 millones.
Por lo expuesto, la necesaria modernización de la ley minera debe incorporar un criterio de retorno de la inversión de la empresa minera. Una vez alcanzado, el Estado y la sociedad deben participar necesariamente de las sobreganancias. De nuevo y a acomodarse.
CORTAN LA CHALINA DE LA ESPERANZA
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Paola Ugaz, una de las integrantes del Colectivo Desvela, reafirmó la censura de algunas partes de la muestra ‘La Chalina de la Esperanza’, por parte de la Municipalidad de San Isidro. "Si no reponen las piezas, buscaremos otro lugar", aseguró. Video
“Me quedé sorprendida, no me imaginé que la Municipalidad de San Isidro, iba a censurar partes de La Chalina, y sin ningún aviso a los miembros del Colectivo Desvela, del que es parte la hija del nobel de Literatura, Morgana Vargas Llosa”, comento en declaraciones con La República.pe.
Entre las partes que el municipio de San Isidro censuró esta, el slideshow, donde se mostraba imágenes del conflicto interno y 46 minutos de testimonios de los que vivieron la época del terrorismo.
Ugaz, señaló que la oficina de cultura de la mencionada municipalidad, les dijo que las imágenes se quitaron porque no eran buenos para los niños.
Asimismo informó que si la municipalidad no repone las partes que quitaron, tomaran las acciones pertinentes y que es posible buscarán otro lugar donde colocar la muestra.
“La Chalina, fue inaugurada hace dos días, al que asistió el mismo alcalde de la Municipalidad de San Isidro, Anotnio Meir Cresci y no es posible que ahora lo quiten sin ninguna razón. Nosotros (los integrantes del Colectivo Desvela) nos vamos a reunir para acordar que medidas legales tomaremos”.
Paola Ugaz, una de las integrantes del Colectivo Desvela, reafirmó la censura de algunas partes de la muestra ‘La Chalina de la Esperanza’, por parte de la Municipalidad de San Isidro. "Si no reponen las piezas, buscaremos otro lugar", aseguró. Video
“Me quedé sorprendida, no me imaginé que la Municipalidad de San Isidro, iba a censurar partes de La Chalina, y sin ningún aviso a los miembros del Colectivo Desvela, del que es parte la hija del nobel de Literatura, Morgana Vargas Llosa”, comento en declaraciones con La República.pe.
Entre las partes que el municipio de San Isidro censuró esta, el slideshow, donde se mostraba imágenes del conflicto interno y 46 minutos de testimonios de los que vivieron la época del terrorismo.
Ugaz, señaló que la oficina de cultura de la mencionada municipalidad, les dijo que las imágenes se quitaron porque no eran buenos para los niños.
Asimismo informó que si la municipalidad no repone las partes que quitaron, tomaran las acciones pertinentes y que es posible buscarán otro lugar donde colocar la muestra.
“La Chalina, fue inaugurada hace dos días, al que asistió el mismo alcalde de la Municipalidad de San Isidro, Anotnio Meir Cresci y no es posible que ahora lo quiten sin ninguna razón. Nosotros (los integrantes del Colectivo Desvela) nos vamos a reunir para acordar que medidas legales tomaremos”.
ALAN INSULTA
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El presidente de la República, Alan García Pérez, afirmó hoy que la baja en la popularidad de su gestión, que alcanzó el 34% en un sondeo de opinión divulgado el fin de semana pasado, se debe a que los peruanos son "tristones y desconfiados".
"Nosotros somos como somos: somos tristones, desconfiados, hemos recibido invasiones brutales de los chavines, de los incas, de los españoles (...) y entonces tenemos una desconfianza natural", dijo.
En declaraciones a RPP el presidente García consideró "natural" que la mayor desaprobación se dé en el interior del país y comparó a sus compatriotas con los brasileños, a los que atribuyó "otro tipo de raza, de alegrías y de sol".
Reacciones
Las declaraciones del mandatario generaron el rechazo inmediato de políticos opositores como los congresistas Carlos Bruce, jefe de la campaña presidencial de Alejandro Toledo, y Daniel Abugattás del partido nacionalista.
Bruce opinó que la baja popularidad de García no responde a la "idiosincracia melancólica" de los peruanos, sino "a los innumerables casos de corrupción" denunciados durante su Gobierno.
"(Esa declaración) no tiene ningún sentido. Es por lo menos un poco adolescente. Sólo los adolescentes le echan la culpa a los demás de sus errores. Falta autocrítica para ver qué hicieron mal", declaró.
Por su parte, el nacionalista Abugattás se mostró enfadado con García y dijo que el presidente "se está comportando como un perfecto sinvergüenza". "Su baja popularidad es porque llegó a la Presidencia con un discurso y cambió de discurso completamente y se ha olvidado del pueblo, por eso tiene baja popularidad", remarcó.
El congresista también dijo que García "debería tener vergüenza, por haber llevado al Gobierno a una sarta de delincuentes y corruptos
El presidente de la República, Alan García Pérez, afirmó hoy que la baja en la popularidad de su gestión, que alcanzó el 34% en un sondeo de opinión divulgado el fin de semana pasado, se debe a que los peruanos son "tristones y desconfiados".
"Nosotros somos como somos: somos tristones, desconfiados, hemos recibido invasiones brutales de los chavines, de los incas, de los españoles (...) y entonces tenemos una desconfianza natural", dijo.
En declaraciones a RPP el presidente García consideró "natural" que la mayor desaprobación se dé en el interior del país y comparó a sus compatriotas con los brasileños, a los que atribuyó "otro tipo de raza, de alegrías y de sol".
Reacciones
Las declaraciones del mandatario generaron el rechazo inmediato de políticos opositores como los congresistas Carlos Bruce, jefe de la campaña presidencial de Alejandro Toledo, y Daniel Abugattás del partido nacionalista.
Bruce opinó que la baja popularidad de García no responde a la "idiosincracia melancólica" de los peruanos, sino "a los innumerables casos de corrupción" denunciados durante su Gobierno.
"(Esa declaración) no tiene ningún sentido. Es por lo menos un poco adolescente. Sólo los adolescentes le echan la culpa a los demás de sus errores. Falta autocrítica para ver qué hicieron mal", declaró.
Por su parte, el nacionalista Abugattás se mostró enfadado con García y dijo que el presidente "se está comportando como un perfecto sinvergüenza". "Su baja popularidad es porque llegó a la Presidencia con un discurso y cambió de discurso completamente y se ha olvidado del pueblo, por eso tiene baja popularidad", remarcó.
El congresista también dijo que García "debería tener vergüenza, por haber llevado al Gobierno a una sarta de delincuentes y corruptos
domingo, 21 de noviembre de 2010
MUJER PERUANA PRIMERA
Una realidad que no sorprende a algunos: la mujer peruana tiene una tasa de emprendimiento mayor a la del hombre, en contraste con la mayoría de países de la región, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La especialista en género y desarrollo de dicho ente, Claudia Piras, dijo a Andina que en las microempresas y empresas de mayor tamaño “la mujer tiene una mayor presencia que los hombres como empresaria”.
“En el Perú hay una mayor proporción de mujeres emprendedoras o empresarias que hombres emprendedores, cuando en la región es al revés”, manifestó. El indicador a favor de la mujer peruana es uno de los hallazgos del estudio “Oportunidades y Barreras a la Mujer en América Latina”, un análisis de empresas de distintos países de la región y de hogares, a fin de diferenciar las empresas lideradas por mujeres y hombres y sus niveles de rentabilidad.
MENORES VENTAS
En casi todos los países de la región, se halló que las empresas de mujeres son más pequeñas en ventas, dimensión y valor de los activos, en buena parte por los menores niveles de formación que tienen las mujeres en términos de “gestión empresarial y conocimiento financiero”.
Asimismo, y debido a las responsabilidades de las mujeres en el cuidado del hogar y los hijos, estas empresarias buscan flexibilidades en sus negocios que se traducen en un “costo en el número de horas que dedican a la actividad empresarial”.
Otra barrera para las mujeres en el ámbito empresarial, para hallar financiamiento, son las garantías que ofrecen, generalmente de menor valor que las de los hombres.
RECOMENDACIONES PARA MUJERES
Entre estas, facilitar el acceso a las herramientas del capital humano y activos que les permitan acceder a mayor conocimiento y financiamiento, respectivamente. Asimismo, se requiere un mercado laboral más flexible que permita una mejor inserción de las mujeres.
La especialista en género y desarrollo de dicho ente, Claudia Piras, dijo a Andina que en las microempresas y empresas de mayor tamaño “la mujer tiene una mayor presencia que los hombres como empresaria”.
“En el Perú hay una mayor proporción de mujeres emprendedoras o empresarias que hombres emprendedores, cuando en la región es al revés”, manifestó. El indicador a favor de la mujer peruana es uno de los hallazgos del estudio “Oportunidades y Barreras a la Mujer en América Latina”, un análisis de empresas de distintos países de la región y de hogares, a fin de diferenciar las empresas lideradas por mujeres y hombres y sus niveles de rentabilidad.
MENORES VENTAS
En casi todos los países de la región, se halló que las empresas de mujeres son más pequeñas en ventas, dimensión y valor de los activos, en buena parte por los menores niveles de formación que tienen las mujeres en términos de “gestión empresarial y conocimiento financiero”.
Asimismo, y debido a las responsabilidades de las mujeres en el cuidado del hogar y los hijos, estas empresarias buscan flexibilidades en sus negocios que se traducen en un “costo en el número de horas que dedican a la actividad empresarial”.
Otra barrera para las mujeres en el ámbito empresarial, para hallar financiamiento, son las garantías que ofrecen, generalmente de menor valor que las de los hombres.
RECOMENDACIONES PARA MUJERES
Entre estas, facilitar el acceso a las herramientas del capital humano y activos que les permitan acceder a mayor conocimiento y financiamiento, respectivamente. Asimismo, se requiere un mercado laboral más flexible que permita una mejor inserción de las mujeres.
CONDONES CIPRIANI
Autor: Pedro Salinas
CompartirEnviar.Hace varios meses escuché en un informativo español, católico para más inri, una embestida contra los condones que era para partirse de risa. En dicho informe, el reportero –por llamarlo de alguna forma, pues más parecía un militante de Avanzada Católica–, con cejas arrogantes y sin despeinarse, disertaba con acento robótico sobre “la poca efectividad de los profilácticos en África”.
Para “el periodista” la cosa estaba clarísima. Desde que uno lee las instrucciones de cualquier caja de preservativos, digamos. Ya sea de los fluorescentes, los texturizados, los de protuberancias, los de sabor a fresa, los lubricados, los retardantes, o los que tienen efecto warming, que son, ya saben, lo ultimito de la moda.
Pero a lo que iba. El reportero, mirando a la cámara con la certeza imbatible de quien tiene la Verdad, señaló que la primera advertencia que se aprecia en un paquete de condones indica que hay que mantener el látex en un lugar fresco y seco, algo imposible de lograr en el continente africano.
Acto seguido, el muchacho de modales vaticanos añadió que otra pauta del envase explica que hay que tener cuidado de no rasgar el producto con las manos; y, por ende, si consideramos que la manicura no es una práctica habitual de la cultura africana, sumado al enorme tamaño de las manos de sus ciudadanos, podemos inferir que los africanos, como etnia, no son aptos para el uso del preservativo. O algo así.
Por último, remataba la sesuda nota –preñada, según el propio autor, de “razones científicas”– afirmando que la gente del Tercer Mundo no sabe leer, y eso ya hacía que el uso del preservativo se convierta en “un peligro potencial para el usuario”. El reportaje salió algo después de que el papa Benedicto XVI sostuviera en su visita a Camerún que el sida no se resolvía con el reparto de condones, sino, al contrario, “agravaba los problemas”.
Algo parecido ha dicho el cardenal Cipriani, cuando cuestionó la importante iniciativa del ministerio de Salud de repartir varios millones de condones por todo el país, con el propósito de prevenir el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, así como evitar los embarazos no deseados. “El ministro (…) promueve una campaña de libertinaje”, clamó con voz tonante desde su púlpito, el monseñor.
Sí, ya sé. Dirán algunos que esa es la doctrina eclesial de toda la vida, y que, finalmente, se trata de una posición respetable. Pues, la verdad, si quieren mi opinión, creo que la estulticia nunca será respetable. No niego que Cipriani tenga el derecho de expresarla todas las veces que quiera, y eso habrá que respetarlo. Con ánimo tolerante, digo. Pero que quede claro que lo que enfatiza atenta contra la inteligencia y el sentido común. Y es que el problema de ese tipo de declaraciones, a mi juicio, apunta a desestabilizar las políticas de salud públicas y los esfuerzos gubernamentales para proteger la vida humana. Pues si no se ha dado cuenta todavía el jefe de la iglesia católica peruana, el condón, el jebe, el poncho, o como quiera llamarle, ha demostrado ser un instrumento efectivo y necesario en las políticas de prevención contra el virus del sida, según todas las estadísticas. Todas.
Los condones salvan, o sea. Más que las hostias, vamos. Negarlo a estas alturas no solamente me parece una cosa increíble y tozuda, sino revela, una vez más, que la religión que se cree poseedora de la verdad absoluta puede ser una venda antihigiénica para la salud física y mental.
Se lo dijo el gobierno alemán al papa en su momento, por cierto. Pero este, claro, ni escuchó. “Una moderna cooperación con el desarrollo debe dar a los pobres acceso a los medios de planificación familiar, y entre ellos, el uso de preservativos; todo lo demás es irresponsable”. Pues eso. Una educación sexual, mi querido cardenal, que evite el uso del condón es, además de simplista y reduccionista, irresponsable. Tal cual.
La iglesia decía que la Tierra era plana, y miren, resultó redonda. Ahora dice que los programas sobre sexualidad responsable son inmorales y libertinos, y miren, los condones son salvíficos. Y hasta redentores, y con efecto calórico, oigan.
CompartirEnviar.Hace varios meses escuché en un informativo español, católico para más inri, una embestida contra los condones que era para partirse de risa. En dicho informe, el reportero –por llamarlo de alguna forma, pues más parecía un militante de Avanzada Católica–, con cejas arrogantes y sin despeinarse, disertaba con acento robótico sobre “la poca efectividad de los profilácticos en África”.
Para “el periodista” la cosa estaba clarísima. Desde que uno lee las instrucciones de cualquier caja de preservativos, digamos. Ya sea de los fluorescentes, los texturizados, los de protuberancias, los de sabor a fresa, los lubricados, los retardantes, o los que tienen efecto warming, que son, ya saben, lo ultimito de la moda.
Pero a lo que iba. El reportero, mirando a la cámara con la certeza imbatible de quien tiene la Verdad, señaló que la primera advertencia que se aprecia en un paquete de condones indica que hay que mantener el látex en un lugar fresco y seco, algo imposible de lograr en el continente africano.
Acto seguido, el muchacho de modales vaticanos añadió que otra pauta del envase explica que hay que tener cuidado de no rasgar el producto con las manos; y, por ende, si consideramos que la manicura no es una práctica habitual de la cultura africana, sumado al enorme tamaño de las manos de sus ciudadanos, podemos inferir que los africanos, como etnia, no son aptos para el uso del preservativo. O algo así.
Por último, remataba la sesuda nota –preñada, según el propio autor, de “razones científicas”– afirmando que la gente del Tercer Mundo no sabe leer, y eso ya hacía que el uso del preservativo se convierta en “un peligro potencial para el usuario”. El reportaje salió algo después de que el papa Benedicto XVI sostuviera en su visita a Camerún que el sida no se resolvía con el reparto de condones, sino, al contrario, “agravaba los problemas”.
Algo parecido ha dicho el cardenal Cipriani, cuando cuestionó la importante iniciativa del ministerio de Salud de repartir varios millones de condones por todo el país, con el propósito de prevenir el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, así como evitar los embarazos no deseados. “El ministro (…) promueve una campaña de libertinaje”, clamó con voz tonante desde su púlpito, el monseñor.
Sí, ya sé. Dirán algunos que esa es la doctrina eclesial de toda la vida, y que, finalmente, se trata de una posición respetable. Pues, la verdad, si quieren mi opinión, creo que la estulticia nunca será respetable. No niego que Cipriani tenga el derecho de expresarla todas las veces que quiera, y eso habrá que respetarlo. Con ánimo tolerante, digo. Pero que quede claro que lo que enfatiza atenta contra la inteligencia y el sentido común. Y es que el problema de ese tipo de declaraciones, a mi juicio, apunta a desestabilizar las políticas de salud públicas y los esfuerzos gubernamentales para proteger la vida humana. Pues si no se ha dado cuenta todavía el jefe de la iglesia católica peruana, el condón, el jebe, el poncho, o como quiera llamarle, ha demostrado ser un instrumento efectivo y necesario en las políticas de prevención contra el virus del sida, según todas las estadísticas. Todas.
Los condones salvan, o sea. Más que las hostias, vamos. Negarlo a estas alturas no solamente me parece una cosa increíble y tozuda, sino revela, una vez más, que la religión que se cree poseedora de la verdad absoluta puede ser una venda antihigiénica para la salud física y mental.
Se lo dijo el gobierno alemán al papa en su momento, por cierto. Pero este, claro, ni escuchó. “Una moderna cooperación con el desarrollo debe dar a los pobres acceso a los medios de planificación familiar, y entre ellos, el uso de preservativos; todo lo demás es irresponsable”. Pues eso. Una educación sexual, mi querido cardenal, que evite el uso del condón es, además de simplista y reduccionista, irresponsable. Tal cual.
La iglesia decía que la Tierra era plana, y miren, resultó redonda. Ahora dice que los programas sobre sexualidad responsable son inmorales y libertinos, y miren, los condones son salvíficos. Y hasta redentores, y con efecto calórico, oigan.
mujeres y violencia
En estos momentos, en alguna parte del mundo como el Congo, están violando a una mujer: por mujer entendamos también una bebé de un año o una anciana de 90. Y en alguna parte del Medio Oriente deben estar apedreando a una joven que no quiere practicar la forma de vestir del Islam. Y en alguna parte de Occidente, un hombre maduro debe estar teniendo su primer hijo con su hija adolescente, y nadie lo sabrá por un buen tiempo. Como aquí, en Perú, donde se sospecha que solo la mitad de los delitos son reportados, en un contexto donde se cometen más de 90 mil casos de violencia doméstica y 40 mil de violencia sexual.
V-Day, la organización creada por la dramaturga y actriz norteamericana Eve Ensler, existe para denunciar estas situaciones en el mundo entero. Pero más aún, para fomentar el valor y se puedan hacer públicos estos crímenes cometidos contra ellas. Solo por el hecho de ser mujeres.
PREJUICIOS. “Una mujer que diga que ha sido violada debe tener mucha fuerza, porque la familia y la comunidad te estigmatiza: una mujer violada queda vista solo como una víctima. Su papel como tal se refuerza en lugar de fortalecerla y denunciar lo que ocurre. No se dan cuenta que es una persona capaz de salir adelante y que necesita apoyo no solo de las entidades públicas sino de los mismos ciudadanos”.
Quien dice esto es Vanessa Oniboni, la coordinadora de V-Perú, un grupo de activistas relacionados con V-Day y que inicia, desde mañana, la Semana V-Perú donde a través de conversatorios, talleres, exposiciones y obras de teatro, danza, música, performance y cine, sensibilizará sobre los problemas de las mujeres en el país.
Una de las actividades principales será, precisamente, la versión original de Los monólogos de la vagina, creada precisamente por Eve Ensler, y en el que participarán 17 reconocidas actrices como Ana Cecilia Natteri, Bettina Onetto, Gisela Valcárcel, Melania Urbina, Mónica Sánchez, Vanessa Saba e Yvonne Frayssinet, todas bajo la dirección de Norma Martínez. Lo recaudado será para Recare, la Red Nacional de Casas Refugios.
Y en el plano de las ideas estarán Natalia Iguíñiz, Patricia del Río, Cherman, Jaris Mujica, Pachi Valle Riestra, Ricardo Bedoya, Sheila Alvarado, Yuyachkani, Rocío Silva Santisteban, Bola Roja, Morella Petrozzi, Milagros Leiva, Ricardo Bedoya y Briscila Degregori, entre muchos otros artistas e intelectuales.
SEXO. Pero la idea de la Semana V-Perú también implica romper tabúes. “Los silencios se extienden a la sexualidad femenina –dice Oniboni–. Por eso buscamos que la mujer también sea capaz de hablar de su placer, de su vulva, de lo que espera y asuma el control de lo que desea”. ¿Pero saben que con esto van a chocar contra grupos conservadores y católicos en el país? “Lo sabemos, pero de eso se trata. ¿Cómo generas cambios si no chocas contra un orden? Hay cosas que tienen que cambiar a favor de los derechos de la mujer”.
Y luego agrega: “Y por más utópico que suene, cambiar por un mundo mejor”.
V-Day, la organización creada por la dramaturga y actriz norteamericana Eve Ensler, existe para denunciar estas situaciones en el mundo entero. Pero más aún, para fomentar el valor y se puedan hacer públicos estos crímenes cometidos contra ellas. Solo por el hecho de ser mujeres.
PREJUICIOS. “Una mujer que diga que ha sido violada debe tener mucha fuerza, porque la familia y la comunidad te estigmatiza: una mujer violada queda vista solo como una víctima. Su papel como tal se refuerza en lugar de fortalecerla y denunciar lo que ocurre. No se dan cuenta que es una persona capaz de salir adelante y que necesita apoyo no solo de las entidades públicas sino de los mismos ciudadanos”.
Quien dice esto es Vanessa Oniboni, la coordinadora de V-Perú, un grupo de activistas relacionados con V-Day y que inicia, desde mañana, la Semana V-Perú donde a través de conversatorios, talleres, exposiciones y obras de teatro, danza, música, performance y cine, sensibilizará sobre los problemas de las mujeres en el país.
Una de las actividades principales será, precisamente, la versión original de Los monólogos de la vagina, creada precisamente por Eve Ensler, y en el que participarán 17 reconocidas actrices como Ana Cecilia Natteri, Bettina Onetto, Gisela Valcárcel, Melania Urbina, Mónica Sánchez, Vanessa Saba e Yvonne Frayssinet, todas bajo la dirección de Norma Martínez. Lo recaudado será para Recare, la Red Nacional de Casas Refugios.
Y en el plano de las ideas estarán Natalia Iguíñiz, Patricia del Río, Cherman, Jaris Mujica, Pachi Valle Riestra, Ricardo Bedoya, Sheila Alvarado, Yuyachkani, Rocío Silva Santisteban, Bola Roja, Morella Petrozzi, Milagros Leiva, Ricardo Bedoya y Briscila Degregori, entre muchos otros artistas e intelectuales.
SEXO. Pero la idea de la Semana V-Perú también implica romper tabúes. “Los silencios se extienden a la sexualidad femenina –dice Oniboni–. Por eso buscamos que la mujer también sea capaz de hablar de su placer, de su vulva, de lo que espera y asuma el control de lo que desea”. ¿Pero saben que con esto van a chocar contra grupos conservadores y católicos en el país? “Lo sabemos, pero de eso se trata. ¿Cómo generas cambios si no chocas contra un orden? Hay cosas que tienen que cambiar a favor de los derechos de la mujer”.
Y luego agrega: “Y por más utópico que suene, cambiar por un mundo mejor”.
sábado, 20 de noviembre de 2010
EL QUECHUA LENGUA GLOBAL
Lima, nov. 16 (ANDINA). El lingüista peruano y profesor de la universidad norteamericana de Indiana, Serafín Coronel Molina, analiza situación de libros en lengua andina y destaca la necesidad de convertir el quechua en un idioma global.
Según el lingüista, para que esto sea posible lo primero sería “formar un cuadro robusto de escritores y traductores en diversos dialectos del idioma, y apoyar otras lenguas indígenas”.
El investigador señala ejemplos exitosos como la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas en México.
Sin embargo, el estudioso huancaíno, quechuahablante, encuentra que el gran desafío sería el uso del Alfabeto Oficial del Quechua, aprobado en 1985 por resolución ministerial en el Perú.
Este texto estándar incluye grafías para escribir de manera sistemática y coherente cualquier variante dialectal del idioma. El investigador señala que Bolivia y Ecuador también cuentan con un manual.
Hoy, si bien es necesario un buen número de lectores en quechua para garantizar el éxito de sus libros, Coronel Molina apunta que para ello se necesita la “enseñanza del quechua como segunda lengua o como lengua extranjera”.
Destaca que en Estados Unidos haya 25 universidades con cursos de quechua en varios niveles. Ahí surge otra necesidad: diccionarios, gramáticas y libros de texto.
El lingüista sostiene que la mayoría de libros en lenguas indígenas es utilizado en la educación intercultural bilingüe a nivel primario en los países andinos, editados por ministerios de Educación, a veces en cooperación con las ONG. Fuera de ellos, destacó el caso de ediciones universitarias e incluso algunas editoriales como la ecuatoriana AbyaYala.
La mayoría de textos en quechua en nuestros días son “recopilaciones de canciones, libros de texto, libro de frases para viajeros, adivinanzas, obras teatrales, testimonios. De los libros, los más destacados son la Biblia, Don Quijote, El Principito, Los Heraldos Negros, la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Constitución del Perú”, acotó.
Pero volvamos a la idea original. El investigador destacó que la edición del quechua debería “fortalecer la lengua, elevándola del nivel local al global, que si se popularizara el idioma, se fortalecería la promoción de los derechos lingüísticos para combatir la discriminación lingüística”.
Para obtener información detallada sobre publicaciones en formatos digitalizados en quechua, aimara y demás lenguas indígenas de América Latina, visitar el siguiente portal: http://runasimi-kuchu.com/
Recientemente se ha creado la Asociación de Enseñanza y Aprendizaje de Lenguas Indígenas de América Latina (Atlilla), en cooperación con el Instituto Kellogg para Estudios Internacionales de la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos).
El Ministerio de Cultura presentará próximamente, en ediciones populares, cuatro novelas de Mario Vargas Llosa, así como obras antropológicas inéditas de José María Arguedas. Al ser consultado sobre una posible edición bilingüe al quechua, el viceministro de Interculturalidad, José Carlos Vilcapoma, aseguró que sería una idea positiva, que se podría evaluar.
El ministro de Cultura, Juan Ossio, aseguró también la pertinencia de estas ediciones, pero que su cartera por ahora trabajará con lo que tiene más a la mano, es decir, las ediciones en español.
Según el lingüista, para que esto sea posible lo primero sería “formar un cuadro robusto de escritores y traductores en diversos dialectos del idioma, y apoyar otras lenguas indígenas”.
El investigador señala ejemplos exitosos como la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas en México.
Sin embargo, el estudioso huancaíno, quechuahablante, encuentra que el gran desafío sería el uso del Alfabeto Oficial del Quechua, aprobado en 1985 por resolución ministerial en el Perú.
Este texto estándar incluye grafías para escribir de manera sistemática y coherente cualquier variante dialectal del idioma. El investigador señala que Bolivia y Ecuador también cuentan con un manual.
Hoy, si bien es necesario un buen número de lectores en quechua para garantizar el éxito de sus libros, Coronel Molina apunta que para ello se necesita la “enseñanza del quechua como segunda lengua o como lengua extranjera”.
Destaca que en Estados Unidos haya 25 universidades con cursos de quechua en varios niveles. Ahí surge otra necesidad: diccionarios, gramáticas y libros de texto.
El lingüista sostiene que la mayoría de libros en lenguas indígenas es utilizado en la educación intercultural bilingüe a nivel primario en los países andinos, editados por ministerios de Educación, a veces en cooperación con las ONG. Fuera de ellos, destacó el caso de ediciones universitarias e incluso algunas editoriales como la ecuatoriana AbyaYala.
La mayoría de textos en quechua en nuestros días son “recopilaciones de canciones, libros de texto, libro de frases para viajeros, adivinanzas, obras teatrales, testimonios. De los libros, los más destacados son la Biblia, Don Quijote, El Principito, Los Heraldos Negros, la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Constitución del Perú”, acotó.
Pero volvamos a la idea original. El investigador destacó que la edición del quechua debería “fortalecer la lengua, elevándola del nivel local al global, que si se popularizara el idioma, se fortalecería la promoción de los derechos lingüísticos para combatir la discriminación lingüística”.
Para obtener información detallada sobre publicaciones en formatos digitalizados en quechua, aimara y demás lenguas indígenas de América Latina, visitar el siguiente portal: http://runasimi-kuchu.com/
Recientemente se ha creado la Asociación de Enseñanza y Aprendizaje de Lenguas Indígenas de América Latina (Atlilla), en cooperación con el Instituto Kellogg para Estudios Internacionales de la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos).
El Ministerio de Cultura presentará próximamente, en ediciones populares, cuatro novelas de Mario Vargas Llosa, así como obras antropológicas inéditas de José María Arguedas. Al ser consultado sobre una posible edición bilingüe al quechua, el viceministro de Interculturalidad, José Carlos Vilcapoma, aseguró que sería una idea positiva, que se podría evaluar.
El ministro de Cultura, Juan Ossio, aseguró también la pertinencia de estas ediciones, pero que su cartera por ahora trabajará con lo que tiene más a la mano, es decir, las ediciones en español.
VIVA LA HUACONADA
Era de esperarse que la Danza de las Tijeras fuera declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, pero que también haya alcanzado ese estatus la Huaconada, de la que se sabe menos, ha sido una grande y grata sorpresa. He aquí unos apuntes sobre esta danza que conlleva un mensaje de justicia y moral.
Desde tiempos preíncas, los huacones son los “jueces morales” que castigan a latigazos a los adúlteros, ladrones y ociosos. Recorren el pueblo, entran a las casas y aplican la ley, en un festivo homenaje a la justicia, la huaconada, que ahora ha dado un salto importante desde el pueblo de Mito (provincia de Concepción, Junín) hasta Kenia, donde fue reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por parte de la Unesco, junto con la archiconocida Danza de las Tijeras.
El pueblo de Mito comienza todos los años con esta fiesta: la huaconada. Anteriormente, como lo recuerda el antropólogo Mauricio Cerna Rivera, aproximadamente hasta los años 70, antes de danzar, los huacones descendían de una quebrada y se cambiaban en unas cavernas durante la noche antes de bajar al pueblo. Y las máscaras de madera eran transmitidas generacionalmente. Lo que sí perdura es que, a diferencia de otras danzas del Valle del Mantaro, en la huaconada solo participa un personaje: el Huacón.
Ancestra modernidad
Los huacones modernos visten una frazada en las espaldas, a diferencia de los que representan a los huacones antiguos, que llevan un manto de lana de carnero. Esto es una muestra de que pasado y presente perviven en esta tradición. Para el antropólogo César Ramos, el uso de estas frazadas con una figura de tigre se debe a lo siguiente: “El yanapuma u otorongo negro es un personaje mítico en las culturas altoandinas. El tigre representado en la frazada tiene cierta similitud con este animal. Además, esto también puede ser percibido como un símbolo de estatus de los migrantes que regresaban de Lima a su pueblo a festejar su fiesta. Esa frazada era la más vistosa y una de las más caras de la época de los años 50, de los tejidos Santa Catalina”, tiempos en que podría haberse dado el cambio de uso de un manto de lana de cordero por una frazada.
Para los miteños, el Huacón es un representante de sus antepasados que regresa al presente cada inicio de año, para velar, simbólicamente, por el orden y la moral de Mito. Cada uno de los tres días de la fiesta, los huacones danzan alrededor de la plaza. Ellos emiten unos mensajes que indican cómo debe ser una comunidad, una autoridad y las personas jóvenes y ancianas.
Bautizo y baile
Para el músico Leo casas, “ésta es una de las cerca de cinco mil danzas que hay en el Perú. Solo en Puno hay más de 740. La moral que transmite la huaconada tiene enorme importancia en un país injusto como éste, donde la justicia se compra, porque es una forma de justicia ancestral, directa, sin trámite”.
La Música de la huaconada es alegre, y es tocada por una orquesta típica de arpa, violín, saxofones. El elemento infaltable es la tinya, que marca los pasos de los huacones, menudos y ligeros, como en un pasacalle. Ellos se abren paso con el látigo y van con las manos en la cintura y los codos levantando la capa.
Para ser huacón hay que ser invitado por uno antiguo y pasar por el bautizo, que consiste en ser cargado en las espaldas por otro huacón, ser bañado en cerveza y recibir tres latigazos, además del “corta rabo”. Desde entonces, el joven tendrá dos nombres: uno de uso diario y otro que solo empleará cuando baile, en quechua.
Méritos propios
Es a la Asociación de Huacones de Mito y a los que mantuvieron con la práctica estas tradiciones en vigencia a quienes se les debe el reconocimiento por esta designación. Unesco evaluó los expedientes presentados el año 2009 por esta asociación; por la Asociación de Danzantes de Tijeras y Músicos del Perú y la Asociación de Danzantes de Tijeras de Huancavelica, dirigido por Gabriel Chávez Parco. Estos últimos posibilitaron que también la danza de las tijeras sea reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Desde tiempos preíncas, los huacones son los “jueces morales” que castigan a latigazos a los adúlteros, ladrones y ociosos. Recorren el pueblo, entran a las casas y aplican la ley, en un festivo homenaje a la justicia, la huaconada, que ahora ha dado un salto importante desde el pueblo de Mito (provincia de Concepción, Junín) hasta Kenia, donde fue reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por parte de la Unesco, junto con la archiconocida Danza de las Tijeras.
El pueblo de Mito comienza todos los años con esta fiesta: la huaconada. Anteriormente, como lo recuerda el antropólogo Mauricio Cerna Rivera, aproximadamente hasta los años 70, antes de danzar, los huacones descendían de una quebrada y se cambiaban en unas cavernas durante la noche antes de bajar al pueblo. Y las máscaras de madera eran transmitidas generacionalmente. Lo que sí perdura es que, a diferencia de otras danzas del Valle del Mantaro, en la huaconada solo participa un personaje: el Huacón.
Ancestra modernidad
Los huacones modernos visten una frazada en las espaldas, a diferencia de los que representan a los huacones antiguos, que llevan un manto de lana de carnero. Esto es una muestra de que pasado y presente perviven en esta tradición. Para el antropólogo César Ramos, el uso de estas frazadas con una figura de tigre se debe a lo siguiente: “El yanapuma u otorongo negro es un personaje mítico en las culturas altoandinas. El tigre representado en la frazada tiene cierta similitud con este animal. Además, esto también puede ser percibido como un símbolo de estatus de los migrantes que regresaban de Lima a su pueblo a festejar su fiesta. Esa frazada era la más vistosa y una de las más caras de la época de los años 50, de los tejidos Santa Catalina”, tiempos en que podría haberse dado el cambio de uso de un manto de lana de cordero por una frazada.
Para los miteños, el Huacón es un representante de sus antepasados que regresa al presente cada inicio de año, para velar, simbólicamente, por el orden y la moral de Mito. Cada uno de los tres días de la fiesta, los huacones danzan alrededor de la plaza. Ellos emiten unos mensajes que indican cómo debe ser una comunidad, una autoridad y las personas jóvenes y ancianas.
Bautizo y baile
Para el músico Leo casas, “ésta es una de las cerca de cinco mil danzas que hay en el Perú. Solo en Puno hay más de 740. La moral que transmite la huaconada tiene enorme importancia en un país injusto como éste, donde la justicia se compra, porque es una forma de justicia ancestral, directa, sin trámite”.
La Música de la huaconada es alegre, y es tocada por una orquesta típica de arpa, violín, saxofones. El elemento infaltable es la tinya, que marca los pasos de los huacones, menudos y ligeros, como en un pasacalle. Ellos se abren paso con el látigo y van con las manos en la cintura y los codos levantando la capa.
Para ser huacón hay que ser invitado por uno antiguo y pasar por el bautizo, que consiste en ser cargado en las espaldas por otro huacón, ser bañado en cerveza y recibir tres latigazos, además del “corta rabo”. Desde entonces, el joven tendrá dos nombres: uno de uso diario y otro que solo empleará cuando baile, en quechua.
Méritos propios
Es a la Asociación de Huacones de Mito y a los que mantuvieron con la práctica estas tradiciones en vigencia a quienes se les debe el reconocimiento por esta designación. Unesco evaluó los expedientes presentados el año 2009 por esta asociación; por la Asociación de Danzantes de Tijeras y Músicos del Perú y la Asociación de Danzantes de Tijeras de Huancavelica, dirigido por Gabriel Chávez Parco. Estos últimos posibilitaron que también la danza de las tijeras sea reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
LOURDES CATAÑO
El caso de Adolfo Carhuallanqui Porras, alias César Cataño, sigue invadiendo el campo de aterrizaje de la política. Ahora que el fiscal Penal de Tacna, Pedro Pérez Gratelly, ha formalizado contra Cataño denuncia por lavado de dinero de la droga, surge la posibilidad de que Lourdes Flores, la lideresa del PPC, sea citada durante la investigación preparatoria respecto a Peruvian Airlines.
Como es sabido, la doctora Flores fue presidenta del directorio de esa empresa de Cataño.
La Procuradora AntiDrogas Sonia Medina informó ayer que si las autoridades judiciales de Tacna deciden investigar la aerolínea de Cataño, todas las personas vinculadas con ésta deberán ser citadas.
“Durante esta etapa de investigación preparatoria, que es prácticamente la etapa formal a nivel judicial, va a tener que implicarse a cuanta persona resulte vinculada a las personas jurídicas que no han sido investigadas”, declaró la Procuradora Medina a Ideeleradio. Entre tales personas figura Peruvian Airlines.
La magistrada precisó que por el momento no aludía a Lourdes Flores. Pero insistió en que la investigación debe llevarse adelante, comprendiendo a todos los involucrados.
El drama ha empezado. En el PPC deben de estar preocupados no sólo por lo que pueda ocurrir con Lourdes Flores en la investigación, sino también porque hay otros pepecistas que pueden resultar comprometidos. No olvidar que Cataño también fue pepecista, pero se apartó de la militancia cuando consideró que, desatado el escándalo, podía dañar al partido.
Ayer, la revista Caretas informó de cómo la corporación de Cataño, que en Ate Vitarte tiene un depósito de carcochas importadas, ha hecho desaparecer casi todos los vehículos. Habría que ver qué pasa con los aviones de Peruvian Airlines.
La paradoja es que la doctora Flores colocó su reciente campaña por la alcaldía de Lima bajo la bandera de lucha contra la corrupción. Si se comprobara que en la aerolínea sospechosa fue algo más que socia y presidenta, eso podría ser un golpe brutal para su prestigio personal y el de su partido.
El daño colateral podría recaer sobre la alianza con Solidaridad Nacional que el PPC gestiona. El golpe moral y político debe de estar ya en los cálculos y tribulaciones de los dirigentes de los dos aliados potenciales.
Claro que pueden darse presiones políticas para que la investigación judicial encubra algunos hechos y personajes. Por eso mismo, la opinión pública y los órganos judiciales deben vigilar el proceso.
Una moraleja es, como lo hemos expresado antes en esta columna, que los políticos deben ser muy cuidadosos con sus vínculos. El PPC, cuya cúpula se compone casi exclusivamente de abogados de grandes empresas, tiene allí una fuente de compromisos non sanctos, poco populares y nada cristianos.
CESAR LRVANO
Como es sabido, la doctora Flores fue presidenta del directorio de esa empresa de Cataño.
La Procuradora AntiDrogas Sonia Medina informó ayer que si las autoridades judiciales de Tacna deciden investigar la aerolínea de Cataño, todas las personas vinculadas con ésta deberán ser citadas.
“Durante esta etapa de investigación preparatoria, que es prácticamente la etapa formal a nivel judicial, va a tener que implicarse a cuanta persona resulte vinculada a las personas jurídicas que no han sido investigadas”, declaró la Procuradora Medina a Ideeleradio. Entre tales personas figura Peruvian Airlines.
La magistrada precisó que por el momento no aludía a Lourdes Flores. Pero insistió en que la investigación debe llevarse adelante, comprendiendo a todos los involucrados.
El drama ha empezado. En el PPC deben de estar preocupados no sólo por lo que pueda ocurrir con Lourdes Flores en la investigación, sino también porque hay otros pepecistas que pueden resultar comprometidos. No olvidar que Cataño también fue pepecista, pero se apartó de la militancia cuando consideró que, desatado el escándalo, podía dañar al partido.
Ayer, la revista Caretas informó de cómo la corporación de Cataño, que en Ate Vitarte tiene un depósito de carcochas importadas, ha hecho desaparecer casi todos los vehículos. Habría que ver qué pasa con los aviones de Peruvian Airlines.
La paradoja es que la doctora Flores colocó su reciente campaña por la alcaldía de Lima bajo la bandera de lucha contra la corrupción. Si se comprobara que en la aerolínea sospechosa fue algo más que socia y presidenta, eso podría ser un golpe brutal para su prestigio personal y el de su partido.
El daño colateral podría recaer sobre la alianza con Solidaridad Nacional que el PPC gestiona. El golpe moral y político debe de estar ya en los cálculos y tribulaciones de los dirigentes de los dos aliados potenciales.
Claro que pueden darse presiones políticas para que la investigación judicial encubra algunos hechos y personajes. Por eso mismo, la opinión pública y los órganos judiciales deben vigilar el proceso.
Una moraleja es, como lo hemos expresado antes en esta columna, que los políticos deben ser muy cuidadosos con sus vínculos. El PPC, cuya cúpula se compone casi exclusivamente de abogados de grandes empresas, tiene allí una fuente de compromisos non sanctos, poco populares y nada cristianos.
CESAR LRVANO
viernes, 19 de noviembre de 2010
ADELA MONTESINOS
.
Hoy en Arequipa presentarán libro que rescata su vida y obra. Fue la primera que defendió que los hijos de las madres solteras también eran hijos legítimos.
Pedro Escribano
Después de más de 30 años de su muerte, hoy se cuenta con mayor información para conocer la vida y obra de Adela Montesinos, mujer ejemplar, poeta, periodista, luchadora por los derechos de la mujer (soltera) y de los discriminados de nuestra sociedad.
Más oportuno no ha podido ser. Este año se conmemora el centenario de su nacimiento y la Región de Arequipa ha publicado la recopilación de todos sus textos, tanto en prosa como en verso con el título Adela Montesinos. Vida y obra.
El arduo trabajo de recopilación y ordenamiento de los artículos periodísticos, reflexiones, libro, poemas inéditos, cartas y fotografías recayó en Dunia Espinoza, hija y heredera, así como de Lady Rojas Benavente, estudiosa y profesora de Concordia University, Montreal, Canadá.
El libro se presenta hoy en Arequipa, ciudad donde no nació, pero en el que inició una larga lucha social y trabajo intelectual.
Mujer de batallas
Adela Montesinos nació en Lima el 12 de setiembre de 1910, de manera circunstancial, puesto que su familia solo había llegado por una temporada a la capital.
Creció en un hogar en el que se leía, hecho que influenció en su vida y en su visión del mundo en equidad.
Valiente, fue la primera mujer que en los años 30 levantó su voz a través de un artículo periodístico en favor de los hijos de las madres solteras, a quienes la sociedad consideraba “ilegítimos”. Esta posición generó polémica y no pocos detractores. Adela Montesinos quebró todas las lanzas y siempre se mantuvo de pie defendiendo sus razones. Ese fue su peregrinaje, defender a los desvalidos no sin dejar de lado su creación intelectual en el verso y prosa.
Libro de rescate
El libro que se presenta hoy en Arequipa contiene su vida y también la valoración de la misma y su obra. Lady Rojas se aproxima a la dimensión de su producción social y literaria. Destaca como en ella la sensibilidad poética que juega unida con lo social.
Su hija Dunia Espinoza escribe una semblanza con la que retrata en cuerpo y alma la valía de esta mujer hasta hoy no muy conocida, pero que se debe presentar a todos.
Debemos mencionar que el Preámbulo que firma la historiadora María Emma Mannarelli analiza las ideas feministas de Montesinos.
El libro, como se ha dicho, recoge sus artículos periodísticos, algunos firmados con nombre propio o con seudónimos. También su poemario Arcos hondos, y poemas inéditos con el título Mi árbol de versos. Finalmente, textos alusivos en su memoria. Adela Montesinos murió el 2 de abril de 1976.
Pablo
A la muerte de Pablo Neruda
Esta vez la primavera
fue rota y torturada
antes de llegar a tu vera,
principio del verbo poético.
Querías vanamente que el pan
fuera de mano en mano,
querías que la cuchara
no durmiera en su sitio.
Ojalá pudiera conservarse
un poco de tu luz.
Hoy en Arequipa presentarán libro que rescata su vida y obra. Fue la primera que defendió que los hijos de las madres solteras también eran hijos legítimos.
Pedro Escribano
Después de más de 30 años de su muerte, hoy se cuenta con mayor información para conocer la vida y obra de Adela Montesinos, mujer ejemplar, poeta, periodista, luchadora por los derechos de la mujer (soltera) y de los discriminados de nuestra sociedad.
Más oportuno no ha podido ser. Este año se conmemora el centenario de su nacimiento y la Región de Arequipa ha publicado la recopilación de todos sus textos, tanto en prosa como en verso con el título Adela Montesinos. Vida y obra.
El arduo trabajo de recopilación y ordenamiento de los artículos periodísticos, reflexiones, libro, poemas inéditos, cartas y fotografías recayó en Dunia Espinoza, hija y heredera, así como de Lady Rojas Benavente, estudiosa y profesora de Concordia University, Montreal, Canadá.
El libro se presenta hoy en Arequipa, ciudad donde no nació, pero en el que inició una larga lucha social y trabajo intelectual.
Mujer de batallas
Adela Montesinos nació en Lima el 12 de setiembre de 1910, de manera circunstancial, puesto que su familia solo había llegado por una temporada a la capital.
Creció en un hogar en el que se leía, hecho que influenció en su vida y en su visión del mundo en equidad.
Valiente, fue la primera mujer que en los años 30 levantó su voz a través de un artículo periodístico en favor de los hijos de las madres solteras, a quienes la sociedad consideraba “ilegítimos”. Esta posición generó polémica y no pocos detractores. Adela Montesinos quebró todas las lanzas y siempre se mantuvo de pie defendiendo sus razones. Ese fue su peregrinaje, defender a los desvalidos no sin dejar de lado su creación intelectual en el verso y prosa.
Libro de rescate
El libro que se presenta hoy en Arequipa contiene su vida y también la valoración de la misma y su obra. Lady Rojas se aproxima a la dimensión de su producción social y literaria. Destaca como en ella la sensibilidad poética que juega unida con lo social.
Su hija Dunia Espinoza escribe una semblanza con la que retrata en cuerpo y alma la valía de esta mujer hasta hoy no muy conocida, pero que se debe presentar a todos.
Debemos mencionar que el Preámbulo que firma la historiadora María Emma Mannarelli analiza las ideas feministas de Montesinos.
El libro, como se ha dicho, recoge sus artículos periodísticos, algunos firmados con nombre propio o con seudónimos. También su poemario Arcos hondos, y poemas inéditos con el título Mi árbol de versos. Finalmente, textos alusivos en su memoria. Adela Montesinos murió el 2 de abril de 1976.
Pablo
A la muerte de Pablo Neruda
Esta vez la primavera
fue rota y torturada
antes de llegar a tu vera,
principio del verbo poético.
Querías vanamente que el pan
fuera de mano en mano,
querías que la cuchara
no durmiera en su sitio.
Ojalá pudiera conservarse
un poco de tu luz.
G 20
.Por Humberto Campodónico
Cuenta la prensa que en la reciente Cumbre del G20 en Seúl –primera que se celebra en un país que no perteneció al G-8– dejaron de funcionar los celulares y los “blackberrys” de los ministros y funcionarios de EEUU y Europa. ¿Qué había sucedido? Pues que la tecnología coreana súper avanzada, 4G Network, no podía ser “alcanzada” por los aparatos más viejos y, por ese motivo, quedaban fuera del sistema.
Este pequeño detalle es revelador: poco a poco los países emergentes, sobre todo los asiáticos y China en particular, van superando a los occidentales en muchas materias, comenzando por las tecnologías de la información y del conocimiento. Esa es, también, una de las razones que explica el fracaso de la Cumbre en llegar a resultados concretos en el tema central que la convocaba: los desbalances económicos y financieros globales.
Para EEUU se trataba de llevar al máximo la presión sobre China para la devaluación del yuan, de manera que se encarezcan las exportaciones chinas. Pero el Comunicado Final de la Cumbre simplemente dice que “hay que moverse a tasas de cambio determinadas por el mercado que reflejen los fundamentos económicos”, sin establecer mención específica ni plazo alguno.
Esto ha sido interpretado como una derrota de EEUU, que exacerbará los ánimos de los republicanos contra Obama y también de amplios sectores del partido demócrata, pues continuarán los déficits comerciales de EEUU con China.
Sin embargo, EEUU pudo evitar que el comunicado final condene la emisión de US$ 600,000 millones que acaba de realizar el Fed (un delegado asiático dijo que eso era “como tirar dinero desde un helicóptero”). También EEUU, los europeos y los chinos detuvieron la propuesta coreana de la “regla de 4% del PBI” para los desbalances de cuenta corriente (superávits o déficits) de la Balanza de Pagos. Lo que quiere decir que los desbalances seguirán, más allá de que ciertamente es discutible que el problema “pueda resolverse con un numerito”, como señalaron varios analistas.
Quienes sí han ganado algunos puntos son los países emergentes, pues en el comunicado se dice que “debe mitigarse el riesgo de la excesiva volatilidad de los flujos de capital que llegan a los países emergentes”. Esto es tomado como una “luz verde” a la aplicación de controles de capital, hecho considerado tabú hasta hace poco por los países industrializados y el FMI.
Otro tema importante, dice el diario Financial Times, es que el féretro del Consenso de Washington ya recibió su último clavo: “los países miembros adoptaron el ´Consenso de Seúl para el crecimiento compartido´, que plantea un enfoque de crecimiento económico y un fuerte énfasis en la movilización de ahorro doméstico para la construcción de infraestructura. Sin embargo el G20 no le pudo ofrecer a los países más pobres acceso sin aranceles y sin cuotas a los mercados de los países industrializados, tema que estaba en el borrador del comunicado” (Cómo no administrar el mundo, 12/11/10, www.ft.com).
Como se aprecia, la reunión de Seúl no ha podido producir medidas concretas que permitan enfrentar los desbalances globales ni, tampoco, el segundo capítulo de la crisis sistémica que afecta a EEUU y a Europa, que ahora pone el acento en los déficits fiscales, la enorme deuda externa y la aplicación de planes de austeridad que, simplemente, agravarán el problema.
Pero sí ha permitido apreciar los cambios en el balance de poder económico mundial, que cada día se aleja más de los países occidentales. Y, también, que cada país aplica la política que mejor le conviene (a veces solo, a veces en alianzas con otros, las que también son de naturaleza cambiante). En otras palabras, los países del G20 no están logrando una gobernabilidad global. Cada cual hace las cosas de acuerdo a la doctrina Sinatra: a su manera.
Cuenta la prensa que en la reciente Cumbre del G20 en Seúl –primera que se celebra en un país que no perteneció al G-8– dejaron de funcionar los celulares y los “blackberrys” de los ministros y funcionarios de EEUU y Europa. ¿Qué había sucedido? Pues que la tecnología coreana súper avanzada, 4G Network, no podía ser “alcanzada” por los aparatos más viejos y, por ese motivo, quedaban fuera del sistema.
Este pequeño detalle es revelador: poco a poco los países emergentes, sobre todo los asiáticos y China en particular, van superando a los occidentales en muchas materias, comenzando por las tecnologías de la información y del conocimiento. Esa es, también, una de las razones que explica el fracaso de la Cumbre en llegar a resultados concretos en el tema central que la convocaba: los desbalances económicos y financieros globales.
Para EEUU se trataba de llevar al máximo la presión sobre China para la devaluación del yuan, de manera que se encarezcan las exportaciones chinas. Pero el Comunicado Final de la Cumbre simplemente dice que “hay que moverse a tasas de cambio determinadas por el mercado que reflejen los fundamentos económicos”, sin establecer mención específica ni plazo alguno.
Esto ha sido interpretado como una derrota de EEUU, que exacerbará los ánimos de los republicanos contra Obama y también de amplios sectores del partido demócrata, pues continuarán los déficits comerciales de EEUU con China.
Sin embargo, EEUU pudo evitar que el comunicado final condene la emisión de US$ 600,000 millones que acaba de realizar el Fed (un delegado asiático dijo que eso era “como tirar dinero desde un helicóptero”). También EEUU, los europeos y los chinos detuvieron la propuesta coreana de la “regla de 4% del PBI” para los desbalances de cuenta corriente (superávits o déficits) de la Balanza de Pagos. Lo que quiere decir que los desbalances seguirán, más allá de que ciertamente es discutible que el problema “pueda resolverse con un numerito”, como señalaron varios analistas.
Quienes sí han ganado algunos puntos son los países emergentes, pues en el comunicado se dice que “debe mitigarse el riesgo de la excesiva volatilidad de los flujos de capital que llegan a los países emergentes”. Esto es tomado como una “luz verde” a la aplicación de controles de capital, hecho considerado tabú hasta hace poco por los países industrializados y el FMI.
Otro tema importante, dice el diario Financial Times, es que el féretro del Consenso de Washington ya recibió su último clavo: “los países miembros adoptaron el ´Consenso de Seúl para el crecimiento compartido´, que plantea un enfoque de crecimiento económico y un fuerte énfasis en la movilización de ahorro doméstico para la construcción de infraestructura. Sin embargo el G20 no le pudo ofrecer a los países más pobres acceso sin aranceles y sin cuotas a los mercados de los países industrializados, tema que estaba en el borrador del comunicado” (Cómo no administrar el mundo, 12/11/10, www.ft.com).
Como se aprecia, la reunión de Seúl no ha podido producir medidas concretas que permitan enfrentar los desbalances globales ni, tampoco, el segundo capítulo de la crisis sistémica que afecta a EEUU y a Europa, que ahora pone el acento en los déficits fiscales, la enorme deuda externa y la aplicación de planes de austeridad que, simplemente, agravarán el problema.
Pero sí ha permitido apreciar los cambios en el balance de poder económico mundial, que cada día se aleja más de los países occidentales. Y, también, que cada país aplica la política que mejor le conviene (a veces solo, a veces en alianzas con otros, las que también son de naturaleza cambiante). En otras palabras, los países del G20 no están logrando una gobernabilidad global. Cada cual hace las cosas de acuerdo a la doctrina Sinatra: a su manera.
LO TEMPORAL ES PERMANENTE
.
.Por Humberto Campodónico
Acaba de terminar la CADE y ya fuertes divergencias sobre los temas laborales se ponen en la primera página de la agenda. En efecto, existe controversia acerca de los impactos de la Ley 22342, que prevé un régimen laboral especial para las exportaciones no tradicionales –que viene desde Morales Bermúdez– y de la Ley de Promoción Agraria (Ley 27360), promulgada en la agonía del régimen fujimorista (fines de octubre del 2000).
Ambas leyes se aprobaron con carácter temporal pero, como muchas otras, ya se convirtieron en permanentes pues han sido prorrogadas varias veces. Estas leyes otorgan incentivos especiales a estos dos sectores, a los que otros no pueden acceder. Por tanto, desde el punto de vista liberal, existe “discriminación”, lo que no debería suceder.
Por nuestra parte, pensamos que si las leyes son temporales, es completamente normal que se haga una evaluación de su impacto para saber si deben proseguir, ser modificadas o eliminadas. Pero lo que sucede es que desde el punto de vista empresarial se plantea que deben proseguir, sí o sí, ya que de otra manera “se perderían empleos”.
De acuerdo al Programa Laboral para el Desarrollo (PLADES) “ambas leyes se caracterizan por establecer un régimen disminuido de derechos y beneficios sociales para los trabajadores y trabajadoras bajo ambas leyes. Esta situación ha generado que las condiciones laborales de los trabajadores de la exportación no tradicional muestren una altísima precariedad respecto de otros sectores laborales”.
Agregan que con la Ley 22342 las exportaciones no tradicionales pagan los salarios obreros más bajos del mercado (ver cuadro). Y, también, que las exportaciones no tradicionales ya han tenido un notable incremento, pasando de US$ 300 millones en 1978 a más de US$ 7,000 millones en el 2008.
La cuestión es, entonces, saber si ya algunas empresas han tenido un “despegue” que les permita adecuarse al régimen laboral común. ¿O es que siempre van a necesitar que se prolongue el régimen temporal. ¿Tan difícil es realizar un estudio sobre ese tema?
En cuanto a la “discriminación” que plantean los neoliberales, esa crítica es puramente teórica. En todos los países existen regímenes de incentivos para los sectores que se desea impulsar. Así, en el Perú, la minería tuvo un régimen especial para reinvertir utilidades libres de impuesto a la renta hasta en un 80% (que duró desde 1992 hasta el 2000). Y la minería e hidrocarburos siguen teniendo incentivos como la depreciación acelerada (20% anual en lugar de 5% anual), con lo que recuperan más rápidamente su inversión.
El tema de fondo en verdad radica en el planteamiento de que son las rigideces de las leyes laborales peruanas las que desincentivan la inversión y, por tanto, causan el desempleo. Por ello, estos regímenes especiales “son necesarios para eliminar los sobrecostos laborales y, así acercarse a las condiciones del libre mercado”.
Este argumento deja de lado que los salarios peruanos están entre los más bajos de la región y, sobre todo, que la cosa es al revés: el régimen laboral peruano es ampliamente desfavorable a los trabajadores, lo que se refleja en la disminución de la participación salarial en el PBI del 2002 al 2009, a pesar del boom del crecimiento económico.
La reciente presentación de Michael Porter en la CADE 2010 plantea que el país debe avanzar hacia un modelo competitivo, lo que implica incentivos particulares a los sectores que se desea impulsar (clusters, desarrollo tecnológico, entre otros) y que “hay una fuerte conexión entre el desarrollo económico y el desarrollo social. Mejorar la competitividad y reducir la pobreza requiere mejorar, simultáneamente, el contexto económico y el contexto social”. Todavía no se disipa el humo de Urubamba y vemos que “del dicho al hecho hay mucho trecho”. ¿O no?
.Por Humberto Campodónico
Acaba de terminar la CADE y ya fuertes divergencias sobre los temas laborales se ponen en la primera página de la agenda. En efecto, existe controversia acerca de los impactos de la Ley 22342, que prevé un régimen laboral especial para las exportaciones no tradicionales –que viene desde Morales Bermúdez– y de la Ley de Promoción Agraria (Ley 27360), promulgada en la agonía del régimen fujimorista (fines de octubre del 2000).
Ambas leyes se aprobaron con carácter temporal pero, como muchas otras, ya se convirtieron en permanentes pues han sido prorrogadas varias veces. Estas leyes otorgan incentivos especiales a estos dos sectores, a los que otros no pueden acceder. Por tanto, desde el punto de vista liberal, existe “discriminación”, lo que no debería suceder.
Por nuestra parte, pensamos que si las leyes son temporales, es completamente normal que se haga una evaluación de su impacto para saber si deben proseguir, ser modificadas o eliminadas. Pero lo que sucede es que desde el punto de vista empresarial se plantea que deben proseguir, sí o sí, ya que de otra manera “se perderían empleos”.
De acuerdo al Programa Laboral para el Desarrollo (PLADES) “ambas leyes se caracterizan por establecer un régimen disminuido de derechos y beneficios sociales para los trabajadores y trabajadoras bajo ambas leyes. Esta situación ha generado que las condiciones laborales de los trabajadores de la exportación no tradicional muestren una altísima precariedad respecto de otros sectores laborales”.
Agregan que con la Ley 22342 las exportaciones no tradicionales pagan los salarios obreros más bajos del mercado (ver cuadro). Y, también, que las exportaciones no tradicionales ya han tenido un notable incremento, pasando de US$ 300 millones en 1978 a más de US$ 7,000 millones en el 2008.
La cuestión es, entonces, saber si ya algunas empresas han tenido un “despegue” que les permita adecuarse al régimen laboral común. ¿O es que siempre van a necesitar que se prolongue el régimen temporal. ¿Tan difícil es realizar un estudio sobre ese tema?
En cuanto a la “discriminación” que plantean los neoliberales, esa crítica es puramente teórica. En todos los países existen regímenes de incentivos para los sectores que se desea impulsar. Así, en el Perú, la minería tuvo un régimen especial para reinvertir utilidades libres de impuesto a la renta hasta en un 80% (que duró desde 1992 hasta el 2000). Y la minería e hidrocarburos siguen teniendo incentivos como la depreciación acelerada (20% anual en lugar de 5% anual), con lo que recuperan más rápidamente su inversión.
El tema de fondo en verdad radica en el planteamiento de que son las rigideces de las leyes laborales peruanas las que desincentivan la inversión y, por tanto, causan el desempleo. Por ello, estos regímenes especiales “son necesarios para eliminar los sobrecostos laborales y, así acercarse a las condiciones del libre mercado”.
Este argumento deja de lado que los salarios peruanos están entre los más bajos de la región y, sobre todo, que la cosa es al revés: el régimen laboral peruano es ampliamente desfavorable a los trabajadores, lo que se refleja en la disminución de la participación salarial en el PBI del 2002 al 2009, a pesar del boom del crecimiento económico.
La reciente presentación de Michael Porter en la CADE 2010 plantea que el país debe avanzar hacia un modelo competitivo, lo que implica incentivos particulares a los sectores que se desea impulsar (clusters, desarrollo tecnológico, entre otros) y que “hay una fuerte conexión entre el desarrollo económico y el desarrollo social. Mejorar la competitividad y reducir la pobreza requiere mejorar, simultáneamente, el contexto económico y el contexto social”. Todavía no se disipa el humo de Urubamba y vemos que “del dicho al hecho hay mucho trecho”. ¿O no?
ACCIDENTES MINEROS EN PERU
.Por Humberto Campodónico
Del 2000 a octubre del 2010 se registraron 676 accidentes fatales en la actividad minera formal en el Perú, de los cuales 447 correspondieron a empresas contratistas mineras y 229 a las propias empresas mineras, según las estadísticas del Ministerio de Energía y Minas (www.minem.gob.pe).
En total existen 120,000 trabajadores en la minería formal a nivel nacional, de los cuales más de las 2/3 partes pertenecen al régimen de “contratas” o “services”.
Las estadísticas no toman en cuenta los accidentes fatales de la minería informal, que emplea 80,000 personas (de acuerdo al informe del Ing. Héctor Benavente, de la empresa RIDAMI). Por tanto, podría duplicarse la cifra de accidentes fatales si se incluye a este sector, debido a sus condiciones precarias.
Siempre según el MEM, fue en el 2002 cuando se produjo el récord de 74 accidentes fatales en la minería formal, correspondiéndoles 52 a las contratistas y 22 a las empresas mineras (ver gráfico). En el 2009 hubo 56 accidentes fatales, igual que en el 2010 (hasta octubre).
El MEM también proporciona la cifra de accidentes fatales desagregada por sectores. Así, de enero a octubre del 2010, 39 muertes correspondieron a la gran y mediana minería y 17 a la pequeña minería.
A modo de comparación, tenemos que del 2000 al 2009 en Chile se produjeron 342 accidentes fatales según el Servicio Nacional de Geología y Minería (www.sernagoemin.cl), lo cual da un promedio de 34 muertos anuales, la mitad de la consignada en el Perú.
En Chile la cantidad de trabajadores mineros es similar a la peruana. Según un estudio de Sandra Leiva de la Universidad Arturo Prat de Iquique, en el 2006 había un total de 134,000 mineros, de los cuales 48,000 pertenecían a las empresas y 86,000 eran mineros “sub-contratados” (el equivalente a nuestras “services”).
Lo que querría decir, de un lado, que la productividad en Chile es superior a la peruana (sus exportaciones mineras duplican las nuestras) y, de otro, que, a pesar de todo, la seguridad en el trabajo es mayor a la nuestra pues tienen menos accidentes fatales.
Esto no quiere decir que en Chile no haya fuertes quejas acerca de su “precario” régimen laboral, lo que se ha podido apreciar con el accidente que dejó atrapados a 33 mineros.
A nivel internacional también hay una alta cantidad de accidentes fatales. Dice la OIT que la minería emplea el 1% de la fuerza de trabajo mundial, pero registra el 8% de los accidentes fatales. Agrega la OIT que China ostenta la cifra más alta de muertos: 2,639 muertos en el 2009, lo que, sin embargo, refleja una importante disminución con respecto a los 7,000 muertos del 2002.
Para remediar este flagelo humano se ha establecido la Convención de Seguridad y Salud en Minas de la OIT. Pero solo 24 naciones la han ratificado, entre ellas EEUU, Brasil, Perú y Sudáfrica. No lo ha hecho Chile, el mayor productor mundial de cobre, ni tampoco Australia, Canadá, Congo, India, Rusia y Ucrania.
El altísimo nivel de utilidades de las empresas mineras de los últimos años no se condice con la elevada cantidad de accidentes fatales. En el Perú, urge una revisión exhaustiva de la legislación que permite el crecimiento casi indiscriminado de las “services”, régimen precario donde se registra la mayor cantidad de accidentes fatales. Esto implica, también, mayores controles del propio MEM y del Ministerio de Trabajo que, muchas veces, brilla por su ausencia.
Para terminar, aquí no mencionamos el daño –muchas veces fatal– que produce la contaminación de la industria minera, como la de La Oroya, ni tampoco el impacto negativo en el medio ambiente. Esto debe cambiar.
Del 2000 a octubre del 2010 se registraron 676 accidentes fatales en la actividad minera formal en el Perú, de los cuales 447 correspondieron a empresas contratistas mineras y 229 a las propias empresas mineras, según las estadísticas del Ministerio de Energía y Minas (www.minem.gob.pe).
En total existen 120,000 trabajadores en la minería formal a nivel nacional, de los cuales más de las 2/3 partes pertenecen al régimen de “contratas” o “services”.
Las estadísticas no toman en cuenta los accidentes fatales de la minería informal, que emplea 80,000 personas (de acuerdo al informe del Ing. Héctor Benavente, de la empresa RIDAMI). Por tanto, podría duplicarse la cifra de accidentes fatales si se incluye a este sector, debido a sus condiciones precarias.
Siempre según el MEM, fue en el 2002 cuando se produjo el récord de 74 accidentes fatales en la minería formal, correspondiéndoles 52 a las contratistas y 22 a las empresas mineras (ver gráfico). En el 2009 hubo 56 accidentes fatales, igual que en el 2010 (hasta octubre).
El MEM también proporciona la cifra de accidentes fatales desagregada por sectores. Así, de enero a octubre del 2010, 39 muertes correspondieron a la gran y mediana minería y 17 a la pequeña minería.
A modo de comparación, tenemos que del 2000 al 2009 en Chile se produjeron 342 accidentes fatales según el Servicio Nacional de Geología y Minería (www.sernagoemin.cl), lo cual da un promedio de 34 muertos anuales, la mitad de la consignada en el Perú.
En Chile la cantidad de trabajadores mineros es similar a la peruana. Según un estudio de Sandra Leiva de la Universidad Arturo Prat de Iquique, en el 2006 había un total de 134,000 mineros, de los cuales 48,000 pertenecían a las empresas y 86,000 eran mineros “sub-contratados” (el equivalente a nuestras “services”).
Lo que querría decir, de un lado, que la productividad en Chile es superior a la peruana (sus exportaciones mineras duplican las nuestras) y, de otro, que, a pesar de todo, la seguridad en el trabajo es mayor a la nuestra pues tienen menos accidentes fatales.
Esto no quiere decir que en Chile no haya fuertes quejas acerca de su “precario” régimen laboral, lo que se ha podido apreciar con el accidente que dejó atrapados a 33 mineros.
A nivel internacional también hay una alta cantidad de accidentes fatales. Dice la OIT que la minería emplea el 1% de la fuerza de trabajo mundial, pero registra el 8% de los accidentes fatales. Agrega la OIT que China ostenta la cifra más alta de muertos: 2,639 muertos en el 2009, lo que, sin embargo, refleja una importante disminución con respecto a los 7,000 muertos del 2002.
Para remediar este flagelo humano se ha establecido la Convención de Seguridad y Salud en Minas de la OIT. Pero solo 24 naciones la han ratificado, entre ellas EEUU, Brasil, Perú y Sudáfrica. No lo ha hecho Chile, el mayor productor mundial de cobre, ni tampoco Australia, Canadá, Congo, India, Rusia y Ucrania.
El altísimo nivel de utilidades de las empresas mineras de los últimos años no se condice con la elevada cantidad de accidentes fatales. En el Perú, urge una revisión exhaustiva de la legislación que permite el crecimiento casi indiscriminado de las “services”, régimen precario donde se registra la mayor cantidad de accidentes fatales. Esto implica, también, mayores controles del propio MEM y del Ministerio de Trabajo que, muchas veces, brilla por su ausencia.
Para terminar, aquí no mencionamos el daño –muchas veces fatal– que produce la contaminación de la industria minera, como la de La Oroya, ni tampoco el impacto negativo en el medio ambiente. Esto debe cambiar.
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