.
Este es el verdadero fujimorismo. Mientras Keiko Fujimori esconde a sus voceros, ellos demuestran la verdadera mentalidad de esta opción política. La reelecta congresista de Fuerza 2011 reafirmó sin dudas ni murmuraciones su amenaza contra el presidente del Poder Judicial, César San Martín.
Keiko Fujimori evade responder cuestionamientos a dichos de sus voceros. Jorge Trelles, Rafael Rey, Maria Luis Cuculiza y Martha Chávez perdieron la vocería por lamentables afirmaciones, hoy, esta última vuelve a la luz, lamentablemente, refirmando el carácter autoritario de Fuerza 2011.
“Para mí César San Martín es responsable de una sentencia donde no hay ninguna prueba (…) entonces no se trata de un juicio justo y ahora él debe rendir cuentas de sus actos”, dijo la futura nueva parlamentaria hace unos días en el auditorio universitario de la UPC.
Cabe remarcar que esta frase le costó un breve “descanso” público a Chávez Cossio. No obstante, según agregó en el mismo lugar, y ante jóvenes estudiantes de periodismo, su expresión sería apoyada al interior del partido de Keiko: “Yo no fui desautorizada y que a partir del 6 de junio comenzará mi batalla”, exclamó.
¿A qué batalla se refiere la ex parlamentaria?
Quizás a la que librará no solo desde el Parlamento sino también en el Poder Judicial. Porque en otro momento, acusa al director de La Primera de mentir sobe la corona funeraria que llegó al citado medio hace unos días, en una clara amenaza a la línea editorial del diario.
“Yo le diría a ese medio que ellos fueron los que se han mandado la corona mortuoria, porque esa fue una práctica que ellos hicieron en los 90”, agregó.
¿Fue acaso Martha Chávez la misma persona que deslizó la idea del “autosecuestro” de los estudiantes de la universidad La Cantuta? Parece una simple coincidencia.
Si el Congreso no sirve, se disuelve.
Keiko Fujimori y compañía buscan aclarar todas las dudas sobre la defensa de la democracia (que ejercerían en un eventual gobierno), y sin embargo una de sus más emblemáticas figuras vuelve a elogiar el atugolpe del 5 de abril de 1992.
“Para mí ese hecho significó el esfuerzo de un presidente que dijo que lo que está no me sirve”, finalizó Chávez.
(Con información del citado encuentro universitario en la UPC, recogida por la revista Correo Semanal)
domingo, 29 de mayo de 2011
sábado, 28 de mayo de 2011
PENULTIMOS
.Por Javier Diez Canseco
El milagro peruano es extraordinariamente peculiar. La estrella del crecimiento económico de AL ostenta el penúltimo lugar en calidad educativa de la región, con un presupuesto que apenas compromete el 3% del PBI nacional a este rubro estratégico para el desarrollo y la igualdad de oportunidades entre los peruanos. Triplicamos el PBI desde el 2000, pero tenemos uno de los peores índices en materia de salud pública y un presupuesto por habitante que apenas alcanza los US$ 187 al año (10% de lo que dedica Argentina por habitante), lo que ni alcanza a malcubrir al 50% de la población. Multiplicamos las exportaciones y sus precios están por las nubes, pero apenas bordeamos el 14% del PBI en tributación captada por el gobierno central (Brasil recauda 34%, Argentina 32% y Bolivia 22%), permitimos que empresas como Telefónica adeuden tributos al Estado por S/.2,000 millones y que riquísimas empresas mineras no le paguen al país.
Crecemos, pero 72% de los peruanos en edad de trabajar vive en la informalidad. El 28% restante, formal, trabaja mayoritariamente en un régimen de contratos temporales, service o CAS. Para colmo, dice Macroconsult, 86% de familias peruanas tienen un ingreso familiar (no solo del jefe de familia) de S/.1,000 mensuales o menos, cifra inferior a la canasta básica. Los índices de pobreza, la incapacidad de absorber mano de obra y la ausencia de trabajo decente son asombrosos. ¿Un milagro económico o un milagro social que una olla de presión así no haya reventado?
La opción del cambio, de un crecimiento que se sienta en los bolsillos y la calidad de vida de las mayorías, que representan Gana Perú y Humala, son plenamente comprensibles en este cuadro. Y ciertamente, es obvio que, en este escenario, los que se benefician de enormes privilegios o forman parte del pequeño círculo a quienes chorrea algo del crecimiento excluyente que vivimos defiendan con uñas y dientes las condiciones que hoy usufructúan, más allá del resto de la sociedad. De allí la campaña de demolición y el alineamiento con la guerra sucia de medios que, finalmente, viven de la publicidad o simplemente son de los mismos grupos de poder.
Pero las peculiaridades de la política son también extraordinarias. Candidatea una joven que nunca ha trabajado en su vida, criada a la sombra de un régimen corrupto y criminal, inoperante y casi ausente en su desempeño parlamentario, a manejar el país como garante de los intereses de los ricos y más poderosos: una extraordinaria irresponsabilidad. Un personaje frágil, con adicción al poder y sometimiento total a un padre amoral y cruel, al punto de ofrendarle en sacrificio a su propia madre, vilipendiada y sometida a humillaciones y maltratos sin nombre a inicios de los 90, no garantiza nada al país. Es apenas una máscara de Alberto Fujimori, un titiritero que ya maneja la campaña desde DIROES, con la complicidad de García. Los sectores más conservadores lo apuestan todo contra el cambio.
Pero, ¿qué hay detrás de los sectores empobrecidos que apuestan por el continuismo, por el padre despótico y corrupto pero garante de un orden con reglas ya conocidas de un clientelaje pragmático? Es el perverso lazo del amo y del esclavo, la dependencia que genera la carencia absoluta y la inseguridad de la sobrevivencia diaria que produce el sistema sobre sectores de quienes las sufren cotidianamente; el clientelaje que ata al oprimido con el opresor, como al niño vapuleado con el padre violento y dominante. Son las leyes del infierno, el pragmatismo “realista” del oprimido y violentado, la asfixia de la esperanza en que otro mundo es posible provocada por el imponderable de la sobrevivencia. Son las heridas más profundas de un sistema perverso que tomará tiempo curar, pero es un camino que hay que asumir.
El milagro peruano es extraordinariamente peculiar. La estrella del crecimiento económico de AL ostenta el penúltimo lugar en calidad educativa de la región, con un presupuesto que apenas compromete el 3% del PBI nacional a este rubro estratégico para el desarrollo y la igualdad de oportunidades entre los peruanos. Triplicamos el PBI desde el 2000, pero tenemos uno de los peores índices en materia de salud pública y un presupuesto por habitante que apenas alcanza los US$ 187 al año (10% de lo que dedica Argentina por habitante), lo que ni alcanza a malcubrir al 50% de la población. Multiplicamos las exportaciones y sus precios están por las nubes, pero apenas bordeamos el 14% del PBI en tributación captada por el gobierno central (Brasil recauda 34%, Argentina 32% y Bolivia 22%), permitimos que empresas como Telefónica adeuden tributos al Estado por S/.2,000 millones y que riquísimas empresas mineras no le paguen al país.
Crecemos, pero 72% de los peruanos en edad de trabajar vive en la informalidad. El 28% restante, formal, trabaja mayoritariamente en un régimen de contratos temporales, service o CAS. Para colmo, dice Macroconsult, 86% de familias peruanas tienen un ingreso familiar (no solo del jefe de familia) de S/.1,000 mensuales o menos, cifra inferior a la canasta básica. Los índices de pobreza, la incapacidad de absorber mano de obra y la ausencia de trabajo decente son asombrosos. ¿Un milagro económico o un milagro social que una olla de presión así no haya reventado?
La opción del cambio, de un crecimiento que se sienta en los bolsillos y la calidad de vida de las mayorías, que representan Gana Perú y Humala, son plenamente comprensibles en este cuadro. Y ciertamente, es obvio que, en este escenario, los que se benefician de enormes privilegios o forman parte del pequeño círculo a quienes chorrea algo del crecimiento excluyente que vivimos defiendan con uñas y dientes las condiciones que hoy usufructúan, más allá del resto de la sociedad. De allí la campaña de demolición y el alineamiento con la guerra sucia de medios que, finalmente, viven de la publicidad o simplemente son de los mismos grupos de poder.
Pero las peculiaridades de la política son también extraordinarias. Candidatea una joven que nunca ha trabajado en su vida, criada a la sombra de un régimen corrupto y criminal, inoperante y casi ausente en su desempeño parlamentario, a manejar el país como garante de los intereses de los ricos y más poderosos: una extraordinaria irresponsabilidad. Un personaje frágil, con adicción al poder y sometimiento total a un padre amoral y cruel, al punto de ofrendarle en sacrificio a su propia madre, vilipendiada y sometida a humillaciones y maltratos sin nombre a inicios de los 90, no garantiza nada al país. Es apenas una máscara de Alberto Fujimori, un titiritero que ya maneja la campaña desde DIROES, con la complicidad de García. Los sectores más conservadores lo apuestan todo contra el cambio.
Pero, ¿qué hay detrás de los sectores empobrecidos que apuestan por el continuismo, por el padre despótico y corrupto pero garante de un orden con reglas ya conocidas de un clientelaje pragmático? Es el perverso lazo del amo y del esclavo, la dependencia que genera la carencia absoluta y la inseguridad de la sobrevivencia diaria que produce el sistema sobre sectores de quienes las sufren cotidianamente; el clientelaje que ata al oprimido con el opresor, como al niño vapuleado con el padre violento y dominante. Son las leyes del infierno, el pragmatismo “realista” del oprimido y violentado, la asfixia de la esperanza en que otro mundo es posible provocada por el imponderable de la sobrevivencia. Son las heridas más profundas de un sistema perverso que tomará tiempo curar, pero es un camino que hay que asumir.
EL MITO FUJIMORISTA
El mito fujimorista de la derrota de SL -)
.Por Nelson Manrique
El respaldo al fujimorismo reposa en buena medida en la creencia de que fue Alberto Fujimori quien capturó a Abimael Guzmán, algo que es creído especialmente por los jóvenes que no vivieron ese periodo. Abimael Guzmán fue capturado cuando el Estado peruano venía claramente perdiendo la guerra, ejecutando una estrategia de “terror contra terror” (el grupo Colina, Barrios Altos, La Cantuta, la masacre de presos de mayo de 1992), que fue explicada por Santiago Martin Rivas, el jefe del grupo Colina, al periodista Humberto Jara. Esta no detuvo el crecimiento senderista y al contrario lo aceleró. En abril de 1992 –el mes del golpe de estado de Fujimori– el subsecretario de Estado para AL Bernard Aronson planteó ante la Cámara de Representantes de EEUU que se debía evaluar una intervención militar multinacional en el Perú para evitar el triunfo de SL.
En Lima el asesinato impune de líderes populares como María Elena Moyano provocó un repliegue general de las organizaciones que enfrentaban a SL. La desmoralización de la clase media se expresó en la intención de cientos de miles de personas que querían vender sus propiedades para marcharse del país. En julio SL precipitó aún más las cosas lanzando una gran ofensiva con atentados contra empresas privadas, edificios públicos y locales de legaciones diplomáticas, agravando la zozobra e inseguridad; la culminación fue el bárbaro atentado de Tarata en Miraflores. Días después un “paro armado” fue acompañado de ensayos preinsurreccionales en barrios periféricos de Lima y algo similar sucedió en Ayacucho, Puno, Huancayo, Satipo, La Merced, Pasco y Huánuco. Lima era una ciudad acosada y se percibía claramente que el Estado era incapaz de ganar la guerra. En ese contexto la captura de Guzmán paró en seco una ofensiva general y fue el comienzo del fin para SL.
La captura de Abimael Guzmán fue una completa sorpresa para Fujimori y Montesinos; éste se encontraba en un cóctel en una embajada cuando la TV difundió la noticia de que había sido capturado el “presidente Gonzalo” y Fujimori estaba pescando en Iquitos y sólo pudo retornar a Lima recién al día siguiente. Una vez en Palacio se encargó de autoatribuirse el mérito de una operación exitosa de la cual ni siquiera tenía conocimiento.
La captura de Guzmán fue esencialmente el resultado de un cambio en la estrategia contrasubversiva realizado por un grupo de policías de la DINCOTE, descontentos con la forma como se venía llevando la guerra. Su estrategia reemplazó la represión indiscriminada (como la ejecutó Fujimori con el Grupo Colina) por un trabajo de inteligencia selectivo, que tenía como objetivo llegar a la cúspide de la dirección senderista, con la convicción de que se podía derrotar a SL capturando a Guzmán, pues lo único que SL no podría reemplazar era a su jefe máximo.
Trabajaron largo tiempo en silencio: en lugar de poner en prisión a los senderistas que iban identificando los del GEIN los dejaban libres y les hacían un paciente seguimiento, buscando reconstruir la red orgánica senderista para llegar a Guzmán, lo que finalmente lograron, capturándolo sin disparar ni un tiro. Para poder ejecutar su estrategia tuvieron que trabajar a espaldas de Fujimori y de Montesinos. Fue clave el papel de Benedicto Jiménez y el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), creado a su insistencia al interior de la DINCOTE en 1990.
La captura de Guzmán el 12/9/92 fue un trabajo policial, realizado al margen de las FFAA, ejecutado contra la estrategia de “terror contra terror” de Fujimori y Montesinos. Esta no solo violaba los DDHH sino demostró ser completamente ineficaz. No es, por eso, de extrañar que, lejos de ser condecorados y promovidos, los jefes policiales que capturaron a Guzmán fueran castigados por Fujimori: Ketín Vidal, Benedicto Jiménez y Marcos Miyashiro fueron removidos de sus cargos y enviados a colocaciones que virtualmente los sacaban de la carrera policial. Hubo que esperar a la caída de la mafia para que fueran reivindicados.
P.S. La partida de Carlos Iván Degregori nos golpea profundamente. Debo mucho a su gran corazón, su inmensa generosidad y su maravilloso sentido de la amistad.
.Por Nelson Manrique
El respaldo al fujimorismo reposa en buena medida en la creencia de que fue Alberto Fujimori quien capturó a Abimael Guzmán, algo que es creído especialmente por los jóvenes que no vivieron ese periodo. Abimael Guzmán fue capturado cuando el Estado peruano venía claramente perdiendo la guerra, ejecutando una estrategia de “terror contra terror” (el grupo Colina, Barrios Altos, La Cantuta, la masacre de presos de mayo de 1992), que fue explicada por Santiago Martin Rivas, el jefe del grupo Colina, al periodista Humberto Jara. Esta no detuvo el crecimiento senderista y al contrario lo aceleró. En abril de 1992 –el mes del golpe de estado de Fujimori– el subsecretario de Estado para AL Bernard Aronson planteó ante la Cámara de Representantes de EEUU que se debía evaluar una intervención militar multinacional en el Perú para evitar el triunfo de SL.
En Lima el asesinato impune de líderes populares como María Elena Moyano provocó un repliegue general de las organizaciones que enfrentaban a SL. La desmoralización de la clase media se expresó en la intención de cientos de miles de personas que querían vender sus propiedades para marcharse del país. En julio SL precipitó aún más las cosas lanzando una gran ofensiva con atentados contra empresas privadas, edificios públicos y locales de legaciones diplomáticas, agravando la zozobra e inseguridad; la culminación fue el bárbaro atentado de Tarata en Miraflores. Días después un “paro armado” fue acompañado de ensayos preinsurreccionales en barrios periféricos de Lima y algo similar sucedió en Ayacucho, Puno, Huancayo, Satipo, La Merced, Pasco y Huánuco. Lima era una ciudad acosada y se percibía claramente que el Estado era incapaz de ganar la guerra. En ese contexto la captura de Guzmán paró en seco una ofensiva general y fue el comienzo del fin para SL.
La captura de Abimael Guzmán fue una completa sorpresa para Fujimori y Montesinos; éste se encontraba en un cóctel en una embajada cuando la TV difundió la noticia de que había sido capturado el “presidente Gonzalo” y Fujimori estaba pescando en Iquitos y sólo pudo retornar a Lima recién al día siguiente. Una vez en Palacio se encargó de autoatribuirse el mérito de una operación exitosa de la cual ni siquiera tenía conocimiento.
La captura de Guzmán fue esencialmente el resultado de un cambio en la estrategia contrasubversiva realizado por un grupo de policías de la DINCOTE, descontentos con la forma como se venía llevando la guerra. Su estrategia reemplazó la represión indiscriminada (como la ejecutó Fujimori con el Grupo Colina) por un trabajo de inteligencia selectivo, que tenía como objetivo llegar a la cúspide de la dirección senderista, con la convicción de que se podía derrotar a SL capturando a Guzmán, pues lo único que SL no podría reemplazar era a su jefe máximo.
Trabajaron largo tiempo en silencio: en lugar de poner en prisión a los senderistas que iban identificando los del GEIN los dejaban libres y les hacían un paciente seguimiento, buscando reconstruir la red orgánica senderista para llegar a Guzmán, lo que finalmente lograron, capturándolo sin disparar ni un tiro. Para poder ejecutar su estrategia tuvieron que trabajar a espaldas de Fujimori y de Montesinos. Fue clave el papel de Benedicto Jiménez y el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), creado a su insistencia al interior de la DINCOTE en 1990.
La captura de Guzmán el 12/9/92 fue un trabajo policial, realizado al margen de las FFAA, ejecutado contra la estrategia de “terror contra terror” de Fujimori y Montesinos. Esta no solo violaba los DDHH sino demostró ser completamente ineficaz. No es, por eso, de extrañar que, lejos de ser condecorados y promovidos, los jefes policiales que capturaron a Guzmán fueran castigados por Fujimori: Ketín Vidal, Benedicto Jiménez y Marcos Miyashiro fueron removidos de sus cargos y enviados a colocaciones que virtualmente los sacaban de la carrera policial. Hubo que esperar a la caída de la mafia para que fueran reivindicados.
P.S. La partida de Carlos Iván Degregori nos golpea profundamente. Debo mucho a su gran corazón, su inmensa generosidad y su maravilloso sentido de la amistad.
TIEMBLAN LOS DE ARRIBA AL FONDO HAY SITIO
> El papel de la elite
.Por Antonio Zapata
He escuchado con atención los argumentos de personas inteligentes y bien educadas que piensan votar por Keiko Fujimori. Vengo tratando de entender su punto de vista e integrarlo a una visión sobre la elite peruana. Porque, efectivamente, son parte de ella y expresan a sus sectores pensantes, cuya responsabilidad es orientar a los conductores políticos. A la luz de su razonamiento, parecen haber abdicado de sus funciones y se han dedicado a racionalizar intereses y excitar patologías.
El primer argumento que emplean es económico. Escucho que Keiko es garantía de continuidad de un modelo de crecimiento que viene rindiendo buenos resultados. Pero ellos mismos saben que el modelo no significa éxitos para todos. Si así fuera, Humala habría descendido su votación del 2006, y más bien la ha acrecentado. Medio país quiere cambios y la elite carece de disposición al menor sacrificio. Con ello, se expone a un elevado conflicto social, además de tensión política. En suma, por evitar el cambio se exponen a un estallido. Ya tuvimos a Sendero Luminoso y no han aprendido, pretenden continuar para siempre con el cholo barato.
El segundo elemento de su razonamiento es político. La elite pro fujimorista sostiene que Keiko dejará el poder en cinco años y que no hay peligro de gobierno cívico militar. En realidad, significa eludir la importancia del personal político que viene de los noventa.
Simplemente son muchos y están en todas partes. Desde los vicepresidentes, Rafael Rey y Jaime Yoshiyama, todos los que toman decisiones han sido figuras de los noventa. El autoritarismo les es inherente y han de repetirlo. Para cambiar tendrían que haberse autocriticado y purgado a los representantes de esa postura. Nada de esto ha ocurrido. Fue reemplazado por un piadoso pedido de perdón de Keiko, por pecados que ella no ha cometido, sino el entorno que la rodea. Es obvio que volverán a lo mismo, ya que la densidad autoritaria es elevada entre las cabezas importantes del grupo.
Estas dos virtudes de Keiko acompañarían defectos paralelos de Ollanta Humala. Su eventual gobierno nos haría retroceder al estatismo y volvería la inflación combinada con recesión. Asimismo, la elite se asusta con la idea de una dictadura que provendría de la asociación entre Humala y sus compañeros de promoción, que darían un golpe de Estado y establecerían un gobierno fascista y corporativo.
Esos temores son inflados por los medios de comunicación y racionalizados por estos intelectuales partidarios de Keiko. No quieren reparar en las declaraciones explícitas de Humala y sus técnicos. Hace tiempo que Gana Perú se ha definido por el mercado y la democracia, acompañados por una política social para reducir las brechas y traer un poco de equilibrio a este viejo país, desgastado por el racismo y la extrema desigualdad. No se escucha al otro cuando proclama sus puntos de vista. Se le ignora y se pasa a identificarlo con Hugo Chávez. Buscan la imagen que lo hunda y postulan que un gobierno de Ollanta sería transformar al Perú en una nueva Venezuela o, mejor, en otra Cuba.
La elite pensante se engaña a sí misma y confunde a los demás en defensa de ciertos intereses. Lo que importa no son las ideas, ni el razonamiento con un mínimo de consistencia, sino la actitud egoísta en defensa de la jerarquía social. Además, expresa una visión muy de corto plazo. Sin hacer concesiones que permitan proyectar su dominio en el tiempo. Por el contrario, prefiere el área chica y la máxima ventaja inmediata. Así, es difícil saber por qué la seguimos llamando elite. La respuesta la tiene un famoso papel higiénico cuya marca es precisamente “elite”. La nuestra se ha habituado a ese nuevo rol.
.Por Antonio Zapata
He escuchado con atención los argumentos de personas inteligentes y bien educadas que piensan votar por Keiko Fujimori. Vengo tratando de entender su punto de vista e integrarlo a una visión sobre la elite peruana. Porque, efectivamente, son parte de ella y expresan a sus sectores pensantes, cuya responsabilidad es orientar a los conductores políticos. A la luz de su razonamiento, parecen haber abdicado de sus funciones y se han dedicado a racionalizar intereses y excitar patologías.
El primer argumento que emplean es económico. Escucho que Keiko es garantía de continuidad de un modelo de crecimiento que viene rindiendo buenos resultados. Pero ellos mismos saben que el modelo no significa éxitos para todos. Si así fuera, Humala habría descendido su votación del 2006, y más bien la ha acrecentado. Medio país quiere cambios y la elite carece de disposición al menor sacrificio. Con ello, se expone a un elevado conflicto social, además de tensión política. En suma, por evitar el cambio se exponen a un estallido. Ya tuvimos a Sendero Luminoso y no han aprendido, pretenden continuar para siempre con el cholo barato.
El segundo elemento de su razonamiento es político. La elite pro fujimorista sostiene que Keiko dejará el poder en cinco años y que no hay peligro de gobierno cívico militar. En realidad, significa eludir la importancia del personal político que viene de los noventa.
Simplemente son muchos y están en todas partes. Desde los vicepresidentes, Rafael Rey y Jaime Yoshiyama, todos los que toman decisiones han sido figuras de los noventa. El autoritarismo les es inherente y han de repetirlo. Para cambiar tendrían que haberse autocriticado y purgado a los representantes de esa postura. Nada de esto ha ocurrido. Fue reemplazado por un piadoso pedido de perdón de Keiko, por pecados que ella no ha cometido, sino el entorno que la rodea. Es obvio que volverán a lo mismo, ya que la densidad autoritaria es elevada entre las cabezas importantes del grupo.
Estas dos virtudes de Keiko acompañarían defectos paralelos de Ollanta Humala. Su eventual gobierno nos haría retroceder al estatismo y volvería la inflación combinada con recesión. Asimismo, la elite se asusta con la idea de una dictadura que provendría de la asociación entre Humala y sus compañeros de promoción, que darían un golpe de Estado y establecerían un gobierno fascista y corporativo.
Esos temores son inflados por los medios de comunicación y racionalizados por estos intelectuales partidarios de Keiko. No quieren reparar en las declaraciones explícitas de Humala y sus técnicos. Hace tiempo que Gana Perú se ha definido por el mercado y la democracia, acompañados por una política social para reducir las brechas y traer un poco de equilibrio a este viejo país, desgastado por el racismo y la extrema desigualdad. No se escucha al otro cuando proclama sus puntos de vista. Se le ignora y se pasa a identificarlo con Hugo Chávez. Buscan la imagen que lo hunda y postulan que un gobierno de Ollanta sería transformar al Perú en una nueva Venezuela o, mejor, en otra Cuba.
La elite pensante se engaña a sí misma y confunde a los demás en defensa de ciertos intereses. Lo que importa no son las ideas, ni el razonamiento con un mínimo de consistencia, sino la actitud egoísta en defensa de la jerarquía social. Además, expresa una visión muy de corto plazo. Sin hacer concesiones que permitan proyectar su dominio en el tiempo. Por el contrario, prefiere el área chica y la máxima ventaja inmediata. Así, es difícil saber por qué la seguimos llamando elite. La respuesta la tiene un famoso papel higiénico cuya marca es precisamente “elite”. La nuestra se ha habituado a ese nuevo rol.
RAFAEL REYNA
)
.Las increíbles y peligrosas tribulaciones de Rafael Rey.
Por: Augusto Álvarez Rodrich
Si la venganza contra César San Martín adelantada por Martha Chávez fue preocupante, y el “nosotros matamos menos” de Jorge Trelles escalofriante, ¿qué decir del salvavidas de Rafael Rey a Vladimiro Montesinos?
Anteayer, Beto Ortiz le preguntó si “¿Montesinos es un asesino o no?”, y Rey respondió: “¿Está condenado por asesinato? A mí no me consta que lo sea”. Así lo dijo, tal como Ud. lo ha leído. Y cuando, más tarde, un periodista de Diario 16 le pidió una declaración adicional sobre lo dicho esa mañana, Rey respondió: “Está condenado y ha cometido grandes delitos, y si dentro de esos graves delitos está él como asesino directo, no lo sé”.
Si lo dicho por Chávez y Trelles constituye un escándalo, lo declarado por Rey es una vergüenza para una agrupación política como Fuerza 2011 que dice haber aprendido del pasado y cuya lideresa ha pedido “perdón” por los delitos del gobierno de su padre. O la expresión de que estamos ante una farsa.
Aunque la memoria de Rey es interesadamente selectiva, por los ofrecimientos de enmienda de Fuerza 2011 debería saber que, el 1 de octubre pasado, la Primera Sala Penal Especial sentenció a Montesinos, Nicolás Hermoza, Julio Salazar M. y el Grupo Colina a 25 años de prisión por homicidio calificado.
Este ‘error’ no es un exabrupto en la trayectoria de Rey. El año pasado, promovió el D.L.1097 que buscaba el sobreseimiento de juicios por crímenes de lesa humanidad, cuya aprobación habría permitido la liberación del Grupo Colina. La renuncia de Mario Vargas Llosa al Lugar de la Memoria, por ese motivo, hizo recapacitar al presidente Alan García, quien expulsó a Rey del gabinete.
Al candidato a primer vicepresidente de Fuerza 2011 no lo zampan al closet en el que ya metieron a Chávez y Trelles porque corren el riesgo de quedarse sin voceros para el tramo final de la campaña. O, también, porque Rey tiene muy buenos amigos en la prensa, dispuestos a alterar u ocultar los hechos.
“Sé que muchos tienen incomodidad de votar por Keiko, porque, entre otras cosas, es votar por Rafael Rey (…) Un voto por la inquisición. Poner en la pira a los masturbadores y a los herejes según su definición”, ha dicho el psicoanalista Moisés Lemlij sobre el candidato a vicepresidente fujimorista, mientras que el escritor Álvaro Vargas Llosa se ha referido a él como “casi fascista y tonto a partes iguales”.
Rey puede parecer un saltimbanqui por la cantidad de partidos con los que se ha vinculado –Libertad, PPC, Apra, fujimorismo, etc.– pero también ha sido leal a su agenda conservadora, autocrática y antiderechos humanos. Por ello, incluso si Keiko Fujimori ganara la elección y quisiera ‘hacer las cosas bien’, Rafael Rey sería una piedra asesina en el zapato.
.Las increíbles y peligrosas tribulaciones de Rafael Rey.
Por: Augusto Álvarez Rodrich
Si la venganza contra César San Martín adelantada por Martha Chávez fue preocupante, y el “nosotros matamos menos” de Jorge Trelles escalofriante, ¿qué decir del salvavidas de Rafael Rey a Vladimiro Montesinos?
Anteayer, Beto Ortiz le preguntó si “¿Montesinos es un asesino o no?”, y Rey respondió: “¿Está condenado por asesinato? A mí no me consta que lo sea”. Así lo dijo, tal como Ud. lo ha leído. Y cuando, más tarde, un periodista de Diario 16 le pidió una declaración adicional sobre lo dicho esa mañana, Rey respondió: “Está condenado y ha cometido grandes delitos, y si dentro de esos graves delitos está él como asesino directo, no lo sé”.
Si lo dicho por Chávez y Trelles constituye un escándalo, lo declarado por Rey es una vergüenza para una agrupación política como Fuerza 2011 que dice haber aprendido del pasado y cuya lideresa ha pedido “perdón” por los delitos del gobierno de su padre. O la expresión de que estamos ante una farsa.
Aunque la memoria de Rey es interesadamente selectiva, por los ofrecimientos de enmienda de Fuerza 2011 debería saber que, el 1 de octubre pasado, la Primera Sala Penal Especial sentenció a Montesinos, Nicolás Hermoza, Julio Salazar M. y el Grupo Colina a 25 años de prisión por homicidio calificado.
Este ‘error’ no es un exabrupto en la trayectoria de Rey. El año pasado, promovió el D.L.1097 que buscaba el sobreseimiento de juicios por crímenes de lesa humanidad, cuya aprobación habría permitido la liberación del Grupo Colina. La renuncia de Mario Vargas Llosa al Lugar de la Memoria, por ese motivo, hizo recapacitar al presidente Alan García, quien expulsó a Rey del gabinete.
Al candidato a primer vicepresidente de Fuerza 2011 no lo zampan al closet en el que ya metieron a Chávez y Trelles porque corren el riesgo de quedarse sin voceros para el tramo final de la campaña. O, también, porque Rey tiene muy buenos amigos en la prensa, dispuestos a alterar u ocultar los hechos.
“Sé que muchos tienen incomodidad de votar por Keiko, porque, entre otras cosas, es votar por Rafael Rey (…) Un voto por la inquisición. Poner en la pira a los masturbadores y a los herejes según su definición”, ha dicho el psicoanalista Moisés Lemlij sobre el candidato a vicepresidente fujimorista, mientras que el escritor Álvaro Vargas Llosa se ha referido a él como “casi fascista y tonto a partes iguales”.
Rey puede parecer un saltimbanqui por la cantidad de partidos con los que se ha vinculado –Libertad, PPC, Apra, fujimorismo, etc.– pero también ha sido leal a su agenda conservadora, autocrática y antiderechos humanos. Por ello, incluso si Keiko Fujimori ganara la elección y quisiera ‘hacer las cosas bien’, Rafael Rey sería una piedra asesina en el zapato.
600 soles
.Por: Humberto Campodónico
En el Perú el salario mínimo de 600 soles es uno de los más bajos de América Latina. Además de ello, no se cumplen los dispositivos legales vigentes que establecen que el Consejo Nacional del Trabajo, que depende del Ministerio del Trabajo, debe actualizar cada dos años el cálculo del salario mínimo, de acuerdo a una fórmula que toma en cuenta la productividad pasada y un estimado de la inflación futura.
¿Por qué? Porque el actual gobierno así lo ha decidido de manera unilateral. Pero esto no sucede en otros países de la Región como Colombia, Brasil, Chile y Argentina, donde existen dispositivos legales similares, porque los gobiernos de esos países sí los respetan. De lo que se trata, entonces, es de aplicar la legislación vigente sobre el salario mínimo.
Sin embargo, cuando esto se plantea, los técnicos neoliberales dicen que no se puede, por diversas razones: el aumento sería inflacionario y, además, incrementaría los costos de los microempresarios. Todos esos argumentos, no obstante, han sido debidamente rebatidos en discusiones académicas y técnicas. Pero el “no se puede” se mantiene.
Todos sabemos que las reservas de gas del Lote 88 deben dedicarse exclusivamente al mercado interno, que tiene escasez de abastecimiento. ¿Por qué? Porque la renegociación ilegal del Lote 88 del 2005-2006 cambió el contrato original y permitió que éstas fueran exportadas a México. Perdemos así nuestra independencia energética y la posibilidad de sustituir masivamente el petróleo caro por el gas barato para la población.
Como creció la protesta contra esta renegociación ilegal, el gobierno de García no tuvo más remedio que promulgar el DS-053-2010-EM que autoriza a Perupetro a renegociar dicho contrato para que el 100% de las reservas vuelvan al mercado interno. Pero los neoliberales dicen que no se puede, porque eso implicaría violar la estabilidad jurídica de los contratos-ley (pero omiten decir que esa estabilidad fue violada en el 2006).
En el 2006 el gobierno de García prometió un impuesto a las sobreganancias mineras, argumentando correctamente que estas ganancias se originaban en una extraordinaria alza de precios de los minerales que nada tenía que ver con un incremento de la productividad de la empresa (discurso de AGP del 28/07/2006). Pero, luego, el gobierno se desdijo de su promesa e implementó el óbolo (aporte voluntario), que representa una pequeñísima fracción de la renta minera que corresponde a la Nación.
Cuando se plantea, en el 2011, que ya termina el plazo del óbolo y que hay que dar paso a un impuesto a las sobreganancias –ojo, los precios están muchos más altos que en el 2006–, los neoliberales dicen que no se puede, porque se estarían violando los contratos de estabilidad tributaria. Y cuando se les dice que de lo que se trata es de sentarse a la mesa las dos partes como ha sucedido muchas veces antes (a pedido de las empresas, obteniendo éstas siempre lo que pedían porque el Estado cedía a sus demandas), vuelven a rasgarse las vestiduras y dicen que no se puede.
Sin embargo, cuando los tres planteamientos aquí expuestos se vuelven consenso entre la población por la solvencia de los argumentos desplegados –en este caso por Gana Perú– lo que vemos es que la candidata de Fuerza 2011 también los hace suyos (por lo menos en el discurso). Así, ahora Fuerza 2011, electoreramente, también plantea el aumento del salario mínimo, la renegociación del Lote 88 y el impuesto a las sobreganancias mineras.
Si los técnicos neoliberales fueran consecuentes con su teoría, deberían decirle también que “no se puede”. Pero no es eso lo que hacen. Más bien ahora su “argumento” es: no se oye, padre.
En el Perú el salario mínimo de 600 soles es uno de los más bajos de América Latina. Además de ello, no se cumplen los dispositivos legales vigentes que establecen que el Consejo Nacional del Trabajo, que depende del Ministerio del Trabajo, debe actualizar cada dos años el cálculo del salario mínimo, de acuerdo a una fórmula que toma en cuenta la productividad pasada y un estimado de la inflación futura.
¿Por qué? Porque el actual gobierno así lo ha decidido de manera unilateral. Pero esto no sucede en otros países de la Región como Colombia, Brasil, Chile y Argentina, donde existen dispositivos legales similares, porque los gobiernos de esos países sí los respetan. De lo que se trata, entonces, es de aplicar la legislación vigente sobre el salario mínimo.
Sin embargo, cuando esto se plantea, los técnicos neoliberales dicen que no se puede, por diversas razones: el aumento sería inflacionario y, además, incrementaría los costos de los microempresarios. Todos esos argumentos, no obstante, han sido debidamente rebatidos en discusiones académicas y técnicas. Pero el “no se puede” se mantiene.
Todos sabemos que las reservas de gas del Lote 88 deben dedicarse exclusivamente al mercado interno, que tiene escasez de abastecimiento. ¿Por qué? Porque la renegociación ilegal del Lote 88 del 2005-2006 cambió el contrato original y permitió que éstas fueran exportadas a México. Perdemos así nuestra independencia energética y la posibilidad de sustituir masivamente el petróleo caro por el gas barato para la población.
Como creció la protesta contra esta renegociación ilegal, el gobierno de García no tuvo más remedio que promulgar el DS-053-2010-EM que autoriza a Perupetro a renegociar dicho contrato para que el 100% de las reservas vuelvan al mercado interno. Pero los neoliberales dicen que no se puede, porque eso implicaría violar la estabilidad jurídica de los contratos-ley (pero omiten decir que esa estabilidad fue violada en el 2006).
En el 2006 el gobierno de García prometió un impuesto a las sobreganancias mineras, argumentando correctamente que estas ganancias se originaban en una extraordinaria alza de precios de los minerales que nada tenía que ver con un incremento de la productividad de la empresa (discurso de AGP del 28/07/2006). Pero, luego, el gobierno se desdijo de su promesa e implementó el óbolo (aporte voluntario), que representa una pequeñísima fracción de la renta minera que corresponde a la Nación.
Cuando se plantea, en el 2011, que ya termina el plazo del óbolo y que hay que dar paso a un impuesto a las sobreganancias –ojo, los precios están muchos más altos que en el 2006–, los neoliberales dicen que no se puede, porque se estarían violando los contratos de estabilidad tributaria. Y cuando se les dice que de lo que se trata es de sentarse a la mesa las dos partes como ha sucedido muchas veces antes (a pedido de las empresas, obteniendo éstas siempre lo que pedían porque el Estado cedía a sus demandas), vuelven a rasgarse las vestiduras y dicen que no se puede.
Sin embargo, cuando los tres planteamientos aquí expuestos se vuelven consenso entre la población por la solvencia de los argumentos desplegados –en este caso por Gana Perú– lo que vemos es que la candidata de Fuerza 2011 también los hace suyos (por lo menos en el discurso). Así, ahora Fuerza 2011, electoreramente, también plantea el aumento del salario mínimo, la renegociación del Lote 88 y el impuesto a las sobreganancias mineras.
Si los técnicos neoliberales fueran consecuentes con su teoría, deberían decirle también que “no se puede”. Pero no es eso lo que hacen. Más bien ahora su “argumento” es: no se oye, padre.
miércoles, 25 de mayo de 2011
PENSION 65
.Por Humberto Campodónico
Es ampliamente conocido que en varios países de la Región existen las pensiones sociales (cuyo nombre “técnico” es Pensiones No Contributivas). Si usted desea ver cómo esta se aplica en Brasil, debe ir a la página web www.previdencia.gob.br. Para Argentina ingrese a la Administración Nacional de la Seguridad Social, www.anses.gov.ar. Si desea saber sobre las pensiones sociales chilenas, creadas en el 2008 por la presidenta Bachelet, ingrese a la SubSecretaría de Previsión Social, www.subprevisionsocial.cl.
En el Perú, la propuesta de Gana Perú para la Pensión 65 (pensión social) nos pondría al día con los países arriba mencionados. Uno de los ejes centrales de la Pensión Social es que reconoce el trabajo realizado por millones de ciudadanos durante toda su vida y que –por distintos motivos– no contribuyeron a un sistema de pensiones.
Así, el otorgamiento de una pensión para estos ciudadanos en la tercera edad –aunque sea con montos pequeños– tiene un enorme significado de inclusión social: la sociedad se reconoce como una sola y asume el reto y el esfuerzo de otorgar una pensión social a sus ciudadanos más pobres en sus años más difíciles. No solo eso. Diferentes estudios hechos por organismos y consultores internacionales resaltan el impacto positivo en el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad) debido a las pensiones sociales.
Sin embargo, en el Perú este programa ha sufrido fortísimos ataques, casi todos ellos orientados a “bajarse” el Programa Pensión 65 con el argumento de que “no es financiable”. Aquí nos planteamos la pregunta: ¿por qué entonces Argentina y Chile pueden y en Perú no se puede? Algunos dirán que allá la cantidad de empleos es mayor que en el Perú, lo que hace disminuir, en términos relativos, el número de pensiones sociales. Cierto. Pero lo que debe evaluarse es el esfuerzo fiscal de estos programas.
Veamos. En Chile y Argentina las pensiones sociales en el 2009 fueron el 0.67 y el 0.71% del PBI, respectivamente. En el Perú su aplicación será gradual y focalizada, estimándose que el primer año (2012) se desembolsarán S/. 722 millones, el 0.38% del PBI. Lo que quiere decir que el esfuerzo fiscal es menor y que aumentará gradualmente, a medida que aumenta el PBI.
También se ha dicho que la Pensión 65 “se financiará” con el dinero de los aportantes a las AFP. Esto ha sido desmentido en repetidas oportunidades, pero siguen los ataques como parte de la “guerra sucia”. También se “infla” el monto de la Pensión Social y, acto seguido, se calcula a cuánto equivale como % del IGV. Hecho esto se dice que para financiar el Programa se aumentaría el IGV en 6%. Puede apreciarse que el “ingenio” de los atacantes no tiene límites.
El fondo de la cuestión es que no se dan cuenta de que estos ataques son sumamente impopulares pues –como se ve en las encuestas– la población afirma que está a favor de la Pensión 65 y que este programa no va a tocar los fondos de la AFP. Así las cosas, pareciera que lo mejor que le puede pasar a este programa es que… lo sigan atacando.
Nota: En el artículo “Unas gotitas de chorreo” del sábado pasado no apareció, por error, el título del gráfico: “Perú 1992 - 2000: Financiación de los Programas Sociales”. Las fuentes son los CD-ROM publicados por el MEF en el 2001 acerca del uso de los dineros de la privatización, así como el informe “Los nuevos mandatos del BID y del Banco Mundial en el Perú”, FLACSO, Buenos Aires, 1999, elaborado por el autor.
Es ampliamente conocido que en varios países de la Región existen las pensiones sociales (cuyo nombre “técnico” es Pensiones No Contributivas). Si usted desea ver cómo esta se aplica en Brasil, debe ir a la página web www.previdencia.gob.br. Para Argentina ingrese a la Administración Nacional de la Seguridad Social, www.anses.gov.ar. Si desea saber sobre las pensiones sociales chilenas, creadas en el 2008 por la presidenta Bachelet, ingrese a la SubSecretaría de Previsión Social, www.subprevisionsocial.cl.
En el Perú, la propuesta de Gana Perú para la Pensión 65 (pensión social) nos pondría al día con los países arriba mencionados. Uno de los ejes centrales de la Pensión Social es que reconoce el trabajo realizado por millones de ciudadanos durante toda su vida y que –por distintos motivos– no contribuyeron a un sistema de pensiones.
Así, el otorgamiento de una pensión para estos ciudadanos en la tercera edad –aunque sea con montos pequeños– tiene un enorme significado de inclusión social: la sociedad se reconoce como una sola y asume el reto y el esfuerzo de otorgar una pensión social a sus ciudadanos más pobres en sus años más difíciles. No solo eso. Diferentes estudios hechos por organismos y consultores internacionales resaltan el impacto positivo en el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad) debido a las pensiones sociales.
Sin embargo, en el Perú este programa ha sufrido fortísimos ataques, casi todos ellos orientados a “bajarse” el Programa Pensión 65 con el argumento de que “no es financiable”. Aquí nos planteamos la pregunta: ¿por qué entonces Argentina y Chile pueden y en Perú no se puede? Algunos dirán que allá la cantidad de empleos es mayor que en el Perú, lo que hace disminuir, en términos relativos, el número de pensiones sociales. Cierto. Pero lo que debe evaluarse es el esfuerzo fiscal de estos programas.
Veamos. En Chile y Argentina las pensiones sociales en el 2009 fueron el 0.67 y el 0.71% del PBI, respectivamente. En el Perú su aplicación será gradual y focalizada, estimándose que el primer año (2012) se desembolsarán S/. 722 millones, el 0.38% del PBI. Lo que quiere decir que el esfuerzo fiscal es menor y que aumentará gradualmente, a medida que aumenta el PBI.
También se ha dicho que la Pensión 65 “se financiará” con el dinero de los aportantes a las AFP. Esto ha sido desmentido en repetidas oportunidades, pero siguen los ataques como parte de la “guerra sucia”. También se “infla” el monto de la Pensión Social y, acto seguido, se calcula a cuánto equivale como % del IGV. Hecho esto se dice que para financiar el Programa se aumentaría el IGV en 6%. Puede apreciarse que el “ingenio” de los atacantes no tiene límites.
El fondo de la cuestión es que no se dan cuenta de que estos ataques son sumamente impopulares pues –como se ve en las encuestas– la población afirma que está a favor de la Pensión 65 y que este programa no va a tocar los fondos de la AFP. Así las cosas, pareciera que lo mejor que le puede pasar a este programa es que… lo sigan atacando.
Nota: En el artículo “Unas gotitas de chorreo” del sábado pasado no apareció, por error, el título del gráfico: “Perú 1992 - 2000: Financiación de los Programas Sociales”. Las fuentes son los CD-ROM publicados por el MEF en el 2001 acerca del uso de los dineros de la privatización, así como el informe “Los nuevos mandatos del BID y del Banco Mundial en el Perú”, FLACSO, Buenos Aires, 1999, elaborado por el autor.
TRANSGEN ICOS
.Por Humberto Campodónico
El debate sobre la libre importación de las semillas de los productos transgénicos apareció en escena como una confrontación entre, de un lado, sectores gubernamentales que querían su aprobación inmediata y, de otro, sectores de la población que querían evitar que ingresen al país los Organismos Vivos Modificados (OVM) genéticamente debido al daño que podrían causar.
Poco a poco, sin embargo, el debate ha adquirido dimensiones y visiones de fondo, que tienen que ver con los patrones gubernamentales de comportamiento, estilos de crecimiento y modelos de desarrollo.
Queda claro para todos que el gobierno promulgó el 14 de abril el DS-003-2011-AG, sin consulta alguna, sobre todo para favorecer a intereses particulares, de los cuales formaba parte el propio Ministro de Agricultura, como accionista de El Rocío SA, que utiliza soya y maíz transgénicos.
La cuestión es que existe un fuerte debate internacional. Según la Organización Mundial de la Salud, “los alimentos modificados genéticamente (transgénicos) disponibles en el mercado internacional han pasado las evaluaciones de riesgo y no presentarían riesgos para la salud humana” (Otra Mirada, 05/05/2011).
Advierten, sin embargo, sobre “los efectos de un desplazamiento de genes de vegetales genéticamente modificados que se pasarían a los cultivos silvestres, esto es, la capacidad de dichos genes para dispersarse sin control sobre la producción orgánica, pues cada suelo y ambiente es distinto” (ídem).
En otras palabras, lo que nos está diciendo la OMS es que las semillas transgénicas (no los alimentos importados –y que usan OVM– como los Corn Flakes, los cereales Heinz para bebés y hasta la leche instantánea Nestlé Carnation) pueden contagiar a las semillas locales y, de esa manera, afectar las semillas autóctonas y atentar contra la biodiversidad.
Esos efectos pueden no manifestarse en el corto plazo sino después de muchos años, por lo cual es correcto plantear una moratoria. Además, debe tenerse muy en cuenta que la conciencia ecológica mundial rechaza los productos elaborados con OVM, lo que afectaría los productos agrícolas peruanos que los utilizaran.
Aquí viene el tema de fondo. ¿Por qué tipo de país apostamos? Si queremos uno que malogre su biodiversidad y la calidad de sus productos autóctonos, entonces aceptemos sin chistar el DS-013-AG. Pero si queremos un país que, entre otros objetivos, postule claramente a liderar la gastronomía de América Latina, entonces pongamos en marcha políticas de Estado que nos lleven hacia esa meta.
Cada país debe saber qué quiere en el largo plazo, como Costa Rica. Hace 15 años apostaron por atraer –no cualquier inversión extranjera– sino la de tecnología de punta. Resultado: hoy están allí Intel, Hewlett Packard, Baxter, Boston Scientific, IBM, Emerson y Allergan, con exportaciones que superan los US$ 5,000 millones. Además, apostaron por el turismo ecológico y en el 2009 tuvieron 2 millones de turistas, lo mismo que el Perú con Machu Picchu y todo. Finalmente, Costa Rica, en el 2010, ha rechazado la minería de tajo abierto, por contaminante.
Pero aquí sigue vigente la “teoría” del perro del hortelano. Que venga la inversión cuando y donde quiera. No hay problema en que la minería y el petróleo entren adonde les da la gana (incluidas las comunidades indígenas) porque ellos sí saben qué hacer y los demás no, incluido traer semillas transgénicas para que ganen la plata que no pueden ganar nuestros agricultores con su papa, su camu camu, su cebolla y su limón. ¿Para qué consultarles y/o llevar un debate alturado, si ellos son los perros del hortelano?
Hagámoslo todo en secreto y a toda velocidad. Ese es su lema. Solo cuando crece la protesta es que retroceden, a regañadientes, como ahora, proponiendo una “comisión amplia” y una moratoria de 5 años. Veremos.
El debate sobre la libre importación de las semillas de los productos transgénicos apareció en escena como una confrontación entre, de un lado, sectores gubernamentales que querían su aprobación inmediata y, de otro, sectores de la población que querían evitar que ingresen al país los Organismos Vivos Modificados (OVM) genéticamente debido al daño que podrían causar.
Poco a poco, sin embargo, el debate ha adquirido dimensiones y visiones de fondo, que tienen que ver con los patrones gubernamentales de comportamiento, estilos de crecimiento y modelos de desarrollo.
Queda claro para todos que el gobierno promulgó el 14 de abril el DS-003-2011-AG, sin consulta alguna, sobre todo para favorecer a intereses particulares, de los cuales formaba parte el propio Ministro de Agricultura, como accionista de El Rocío SA, que utiliza soya y maíz transgénicos.
La cuestión es que existe un fuerte debate internacional. Según la Organización Mundial de la Salud, “los alimentos modificados genéticamente (transgénicos) disponibles en el mercado internacional han pasado las evaluaciones de riesgo y no presentarían riesgos para la salud humana” (Otra Mirada, 05/05/2011).
Advierten, sin embargo, sobre “los efectos de un desplazamiento de genes de vegetales genéticamente modificados que se pasarían a los cultivos silvestres, esto es, la capacidad de dichos genes para dispersarse sin control sobre la producción orgánica, pues cada suelo y ambiente es distinto” (ídem).
En otras palabras, lo que nos está diciendo la OMS es que las semillas transgénicas (no los alimentos importados –y que usan OVM– como los Corn Flakes, los cereales Heinz para bebés y hasta la leche instantánea Nestlé Carnation) pueden contagiar a las semillas locales y, de esa manera, afectar las semillas autóctonas y atentar contra la biodiversidad.
Esos efectos pueden no manifestarse en el corto plazo sino después de muchos años, por lo cual es correcto plantear una moratoria. Además, debe tenerse muy en cuenta que la conciencia ecológica mundial rechaza los productos elaborados con OVM, lo que afectaría los productos agrícolas peruanos que los utilizaran.
Aquí viene el tema de fondo. ¿Por qué tipo de país apostamos? Si queremos uno que malogre su biodiversidad y la calidad de sus productos autóctonos, entonces aceptemos sin chistar el DS-013-AG. Pero si queremos un país que, entre otros objetivos, postule claramente a liderar la gastronomía de América Latina, entonces pongamos en marcha políticas de Estado que nos lleven hacia esa meta.
Cada país debe saber qué quiere en el largo plazo, como Costa Rica. Hace 15 años apostaron por atraer –no cualquier inversión extranjera– sino la de tecnología de punta. Resultado: hoy están allí Intel, Hewlett Packard, Baxter, Boston Scientific, IBM, Emerson y Allergan, con exportaciones que superan los US$ 5,000 millones. Además, apostaron por el turismo ecológico y en el 2009 tuvieron 2 millones de turistas, lo mismo que el Perú con Machu Picchu y todo. Finalmente, Costa Rica, en el 2010, ha rechazado la minería de tajo abierto, por contaminante.
Pero aquí sigue vigente la “teoría” del perro del hortelano. Que venga la inversión cuando y donde quiera. No hay problema en que la minería y el petróleo entren adonde les da la gana (incluidas las comunidades indígenas) porque ellos sí saben qué hacer y los demás no, incluido traer semillas transgénicas para que ganen la plata que no pueden ganar nuestros agricultores con su papa, su camu camu, su cebolla y su limón. ¿Para qué consultarles y/o llevar un debate alturado, si ellos son los perros del hortelano?
Hagámoslo todo en secreto y a toda velocidad. Ese es su lema. Solo cuando crece la protesta es que retroceden, a regañadientes, como ahora, proponiendo una “comisión amplia” y una moratoria de 5 años. Veremos.
LA OPPORTUNIDAD
.Por Humberto Campodónico
Frecuentemente, los técnicos neoliberales que apoyan gobiernos dictatoriales o autoritarios se defienden con el siguiente argumento: “soy un técnico que hace las reformas que el país necesita en el plano económico, institucional y social. No sé lo que ocurre en las esferas políticas del gobierno con que estoy trabajando. Estoy al margen de eso porque soy un técnico, no un político”.
Uno de los ejemplos más ilustrativos de esa visión lo dio el Comunicado de la Comisión de Promoción de la Inversión Privada del 23 de noviembre del 2000: “vale la pena aclarar que la COPRI, si bien se encarga de captar recursos por medio de las privatizaciones y concesiones, no decide el uso de los recursos que ingresan al Tesoro Público”.
En otras palabras: “yo hago la reforma, privatizo las empresas públicas y le doy la plata al gobierno, pero no tengo nada que ver con lo que éste hace con ese dinero”. Así, en un dos por tres, como por arte de birlibirloque, los técnicos nada tienen que ver con las comisiones millonarias por la compra de armas, con el uso de ese dinero para los programas sociales manejados directamente por Fujimori para fines políticos o para el robo simple y directo, como los US$ 21 millones admitidos por el General de División Nicolás de Bari Hermoza Ríos.
La cuestión es que en la década del 90 esto lo avalaban, abierta y directamente, organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial. La tesis era la siguiente: “existen periodos políticos extraordinarios, llamados “ventanas de oportunidad, que permiten iniciar cambios profundos con pocas voces disonantes de la oposición” (Banco Mundial, Informe sobre el Desarrollo Mundial de 1996).
Se continúa diciendo que estas “ventanas de oportunidad” deben ser aprovechadas al máximo con la mayor celeridad posible. De aquí proviene la tristemente célebre frase de Joy Way: hay que privatizar todas las empresas públicas en el menor tiempo posible”.
El problema con esta “tesis” es que propone que la “ventana de oportunidad” debe usarse por los técnicos neoliberales, aun si el régimen es dictatorial o “simplemente” autoritario. Veamos lo que dice un texto “clásico” del Banco Mundial de 1995 titulado “Burócratas del Estado haciendo negocios” (Bureaucrats doing business):
“En todos los países reformadores de la muestra de este libro, los gobiernos controlaron la toma de decisiones y el aparato administrativo a principios de la reforma. De otro lado, en cada país el gobierno ofreció compensaciones económicas y a veces usó medidas coactivas, en la proporción necesaria, que permitieran superar la resistencia que se saliera de los canales políticos normales.
“Las medidas coactivas pueden tener altos costos sociales, y las reformas implementadas con la coerción a menudo no son sostenibles. Ningún gobierno confió solamente en las medidas coactivas para superar la oposición. En Chile, por ejemplo, el gobierno militar empleó a menudo medidas duras para contrarrestar el poder de los sindicatos, pero también ofreció compensaciones jugosas a los empleados portuarios que, de otra manera, hubieran tomado acciones laborales que habrían podido interrumpir la economía” (página 33).
Años después, en el 2006 el Banco Mundial se autocriticó, afirmando que “no existen reglas económicas universales que tengan que ser aplicadas por todos los países” (ver www.cristaldemira.com, 28/05/2006). Pero eso no cambia que el daño ya estaba hecho en muchos países, incluido el nuestro.
Hoy menos que nunca, entonces, es justificable decir: “yo hago la reforma y del resto no me ocupo”. Está clarísimo que no existen compartimentos estancos entre los políticos (que mataron menos) y los técnicos. La capacidad de indignación ante la “ventana de oportunidad” y la excusa de “ser técnicos” también debe llegar a todos los peruanos.
Frecuentemente, los técnicos neoliberales que apoyan gobiernos dictatoriales o autoritarios se defienden con el siguiente argumento: “soy un técnico que hace las reformas que el país necesita en el plano económico, institucional y social. No sé lo que ocurre en las esferas políticas del gobierno con que estoy trabajando. Estoy al margen de eso porque soy un técnico, no un político”.
Uno de los ejemplos más ilustrativos de esa visión lo dio el Comunicado de la Comisión de Promoción de la Inversión Privada del 23 de noviembre del 2000: “vale la pena aclarar que la COPRI, si bien se encarga de captar recursos por medio de las privatizaciones y concesiones, no decide el uso de los recursos que ingresan al Tesoro Público”.
En otras palabras: “yo hago la reforma, privatizo las empresas públicas y le doy la plata al gobierno, pero no tengo nada que ver con lo que éste hace con ese dinero”. Así, en un dos por tres, como por arte de birlibirloque, los técnicos nada tienen que ver con las comisiones millonarias por la compra de armas, con el uso de ese dinero para los programas sociales manejados directamente por Fujimori para fines políticos o para el robo simple y directo, como los US$ 21 millones admitidos por el General de División Nicolás de Bari Hermoza Ríos.
La cuestión es que en la década del 90 esto lo avalaban, abierta y directamente, organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial. La tesis era la siguiente: “existen periodos políticos extraordinarios, llamados “ventanas de oportunidad, que permiten iniciar cambios profundos con pocas voces disonantes de la oposición” (Banco Mundial, Informe sobre el Desarrollo Mundial de 1996).
Se continúa diciendo que estas “ventanas de oportunidad” deben ser aprovechadas al máximo con la mayor celeridad posible. De aquí proviene la tristemente célebre frase de Joy Way: hay que privatizar todas las empresas públicas en el menor tiempo posible”.
El problema con esta “tesis” es que propone que la “ventana de oportunidad” debe usarse por los técnicos neoliberales, aun si el régimen es dictatorial o “simplemente” autoritario. Veamos lo que dice un texto “clásico” del Banco Mundial de 1995 titulado “Burócratas del Estado haciendo negocios” (Bureaucrats doing business):
“En todos los países reformadores de la muestra de este libro, los gobiernos controlaron la toma de decisiones y el aparato administrativo a principios de la reforma. De otro lado, en cada país el gobierno ofreció compensaciones económicas y a veces usó medidas coactivas, en la proporción necesaria, que permitieran superar la resistencia que se saliera de los canales políticos normales.
“Las medidas coactivas pueden tener altos costos sociales, y las reformas implementadas con la coerción a menudo no son sostenibles. Ningún gobierno confió solamente en las medidas coactivas para superar la oposición. En Chile, por ejemplo, el gobierno militar empleó a menudo medidas duras para contrarrestar el poder de los sindicatos, pero también ofreció compensaciones jugosas a los empleados portuarios que, de otra manera, hubieran tomado acciones laborales que habrían podido interrumpir la economía” (página 33).
Años después, en el 2006 el Banco Mundial se autocriticó, afirmando que “no existen reglas económicas universales que tengan que ser aplicadas por todos los países” (ver www.cristaldemira.com, 28/05/2006). Pero eso no cambia que el daño ya estaba hecho en muchos países, incluido el nuestro.
Hoy menos que nunca, entonces, es justificable decir: “yo hago la reforma y del resto no me ocupo”. Está clarísimo que no existen compartimentos estancos entre los políticos (que mataron menos) y los técnicos. La capacidad de indignación ante la “ventana de oportunidad” y la excusa de “ser técnicos” también debe llegar a todos los peruanos.
la caida
.Por Humberto Campodónico.
La caída de Dominique Strauss-Kahn, hasta hace dos días Director Gerente del FMI, ha removido fuertemente la escena internacional, por varios motivos. Uno de los más importantes es, claro, que el FMI, cuyas raíces están en la Conferencia de Bretton Woods en 1944, sigue siendo una de las instituciones más importantes del orden financiero internacional.
Si bien esta ha disminuido, en términos relativos, en los “países emergentes” (hoy boyantes en reservas internacionales), su rol de gendarme financiero ha aumentado en toda Europa debido a la crisis financiera y fiscal aún en marcha en países como Grecia, Irlanda, Portugal y España. En efecto, al abrir el portal Internet del FMI la noticia destacada es que este organismo acaba de aprobar un préstamo de 26,000 millones de euros para Portugal, como parte de un paquete total de 76,000 millones.
Pero también Francia está en “shock”, porque DSK podría haber sido el candidato del Partido Socialista (PS) en las elecciones presidenciales del 2012. La última encuesta de IFOP (26 de abril del 2011) dice que en la primera vuelta el candidato DSK obtendría el 28% de los votos, seguido de Sarkozy con 20% y la ultra derechista Martine Le Pen con el 18%. Si otro fuera el candidato del PS, entonces Sarkozy repetiría el plato (aunque François Hollande, también del PS, aparece bien situado).
La cuestión es que DSK estaba ya a punto de renunciar al cargo de Director-Gerente del FMI para regresar a París. Se afirma, además que ya estaba en conversaciones con varios “posibles sucesores”. Ahora, de la noche a la mañana, su situación es distinta y de ser encontrado culpable podría pasar varios años tras las rejas.
Lo que sí va a tener lugar de todas maneras es la búsqueda de su reemplazo en el FMI, lo que pronostica una dura batalla. Sucede que desde Bretton Woods existe una regla no escrita que establece lo siguiente: el Jefe del Banco Mundial siempre será un ciudadano de EEUU y el Jefe del FMI será siempre un europeo. ¿Por qué? Por esta simple razón: los que pueden, pueden. Y punto.
Pero la geografía del poder económico mundial ha comenzado a cambiar con la aparición de China, India, Brasil y los tigres asiáticos. Ahora todos ellos tienen un mayor peso en la estructura accionaria del FMI y exigen sus derechos, planteando la eliminación de esta desacreditada práctica feudal. Y en parte ya lo han logrado pues el FMI, bajo la batuta de DSK acordó, en el 2009, “adoptar un proceso abierto, transparente y basado en la meritocracia para seleccionar al próximo Director”.
A esto se agregan tres elementos clave planteados por las más importantes ONG internacionales: que se escoja al mejor candidato; que el proceso sea transparente y que su legitimidad provenga del respaldo de la mayoría de los países miembros y de sus cuotas de votación (1).
Sea lo que fuere, DSK ya no es Director Gerente del FMI ni será tampoco candidato a la Presidencia de Francia. A DSK se le ha venido la noche de un momento a otro, sin solución de continuidad, y será la justicia la que determine su destino. Aquí se ha cumplido el dicho francés: plus haut tu monte, plus dure sera la chute (mientras más alto subas, más dura será la caída).
La caída de Dominique Strauss-Kahn, hasta hace dos días Director Gerente del FMI, ha removido fuertemente la escena internacional, por varios motivos. Uno de los más importantes es, claro, que el FMI, cuyas raíces están en la Conferencia de Bretton Woods en 1944, sigue siendo una de las instituciones más importantes del orden financiero internacional.
Si bien esta ha disminuido, en términos relativos, en los “países emergentes” (hoy boyantes en reservas internacionales), su rol de gendarme financiero ha aumentado en toda Europa debido a la crisis financiera y fiscal aún en marcha en países como Grecia, Irlanda, Portugal y España. En efecto, al abrir el portal Internet del FMI la noticia destacada es que este organismo acaba de aprobar un préstamo de 26,000 millones de euros para Portugal, como parte de un paquete total de 76,000 millones.
Pero también Francia está en “shock”, porque DSK podría haber sido el candidato del Partido Socialista (PS) en las elecciones presidenciales del 2012. La última encuesta de IFOP (26 de abril del 2011) dice que en la primera vuelta el candidato DSK obtendría el 28% de los votos, seguido de Sarkozy con 20% y la ultra derechista Martine Le Pen con el 18%. Si otro fuera el candidato del PS, entonces Sarkozy repetiría el plato (aunque François Hollande, también del PS, aparece bien situado).
La cuestión es que DSK estaba ya a punto de renunciar al cargo de Director-Gerente del FMI para regresar a París. Se afirma, además que ya estaba en conversaciones con varios “posibles sucesores”. Ahora, de la noche a la mañana, su situación es distinta y de ser encontrado culpable podría pasar varios años tras las rejas.
Lo que sí va a tener lugar de todas maneras es la búsqueda de su reemplazo en el FMI, lo que pronostica una dura batalla. Sucede que desde Bretton Woods existe una regla no escrita que establece lo siguiente: el Jefe del Banco Mundial siempre será un ciudadano de EEUU y el Jefe del FMI será siempre un europeo. ¿Por qué? Por esta simple razón: los que pueden, pueden. Y punto.
Pero la geografía del poder económico mundial ha comenzado a cambiar con la aparición de China, India, Brasil y los tigres asiáticos. Ahora todos ellos tienen un mayor peso en la estructura accionaria del FMI y exigen sus derechos, planteando la eliminación de esta desacreditada práctica feudal. Y en parte ya lo han logrado pues el FMI, bajo la batuta de DSK acordó, en el 2009, “adoptar un proceso abierto, transparente y basado en la meritocracia para seleccionar al próximo Director”.
A esto se agregan tres elementos clave planteados por las más importantes ONG internacionales: que se escoja al mejor candidato; que el proceso sea transparente y que su legitimidad provenga del respaldo de la mayoría de los países miembros y de sus cuotas de votación (1).
Sea lo que fuere, DSK ya no es Director Gerente del FMI ni será tampoco candidato a la Presidencia de Francia. A DSK se le ha venido la noche de un momento a otro, sin solución de continuidad, y será la justicia la que determine su destino. Aquí se ha cumplido el dicho francés: plus haut tu monte, plus dure sera la chute (mientras más alto subas, más dura será la caída).
salario minimo
)
.Por: Humberto Campodónico
En el Perú el salario mínimo de 600 soles es uno de los más bajos de América Latina. Además de ello, no se cumplen los dispositivos legales vigentes que establecen que el Consejo Nacional del Trabajo, que depende del Ministerio del Trabajo, debe actualizar cada dos años el cálculo del salario mínimo, de acuerdo a una fórmula que toma en cuenta la productividad pasada y un estimado de la inflación futura.
¿Por qué? Porque el actual gobierno así lo ha decidido de manera unilateral. Pero esto no sucede en otros países de la Región como Colombia, Brasil, Chile y Argentina, donde existen dispositivos legales similares, porque los gobiernos de esos países sí los respetan. De lo que se trata, entonces, es de aplicar la legislación vigente sobre el salario mínimo.
Sin embargo, cuando esto se plantea, los técnicos neoliberales dicen que no se puede, por diversas razones: el aumento sería inflacionario y, además, incrementaría los costos de los microempresarios. Todos esos argumentos, no obstante, han sido debidamente rebatidos en discusiones académicas y técnicas. Pero el “no se puede” se mantiene.
Todos sabemos que las reservas de gas del Lote 88 deben dedicarse exclusivamente al mercado interno, que tiene escasez de abastecimiento. ¿Por qué? Porque la renegociación ilegal del Lote 88 del 2005-2006 cambió el contrato original y permitió que éstas fueran exportadas a México. Perdemos así nuestra independencia energética y la posibilidad de sustituir masivamente el petróleo caro por el gas barato para la población.
Como creció la protesta contra esta renegociación ilegal, el gobierno de García no tuvo más remedio que promulgar el DS-053-2010-EM que autoriza a Perupetro a renegociar dicho contrato para que el 100% de las reservas vuelvan al mercado interno. Pero los neoliberales dicen que no se puede, porque eso implicaría violar la estabilidad jurídica de los contratos-ley (pero omiten decir que esa estabilidad fue violada en el 2006).
En el 2006 el gobierno de García prometió un impuesto a las sobreganancias mineras, argumentando correctamente que estas ganancias se originaban en una extraordinaria alza de precios de los minerales que nada tenía que ver con un incremento de la productividad de la empresa (discurso de AGP del 28/07/2006). Pero, luego, el gobierno se desdijo de su promesa e implementó el óbolo (aporte voluntario), que representa una pequeñísima fracción de la renta minera que corresponde a la Nación.
Cuando se plantea, en el 2011, que ya termina el plazo del óbolo y que hay que dar paso a un impuesto a las sobreganancias –ojo, los precios están muchos más altos que en el 2006–, los neoliberales dicen que no se puede, porque se estarían violando los contratos de estabilidad tributaria. Y cuando se les dice que de lo que se trata es de sentarse a la mesa las dos partes como ha sucedido muchas veces antes (a pedido de las empresas, obteniendo éstas siempre lo que pedían porque el Estado cedía a sus demandas), vuelven a rasgarse las vestiduras y dicen que no se puede.
Sin embargo, cuando los tres planteamientos aquí expuestos se vuelven consenso entre la población por la solvencia de los argumentos desplegados –en este caso por Gana Perú– lo que vemos es que la candidata de Fuerza 2011 también los hace suyos (por lo menos en el discurso). Así, ahora Fuerza 2011, electoreramente, también plantea el aumento del salario mínimo, la renegociación del Lote 88 y el impuesto a las sobreganancias mineras.
Si los técnicos neoliberales fueran consecuentes con su teoría, deberían decirle también que “no se puede”. Pero no es eso lo que hacen. Más bien ahora su “argumento” es: no se oye, padre.
.Por: Humberto Campodónico
En el Perú el salario mínimo de 600 soles es uno de los más bajos de América Latina. Además de ello, no se cumplen los dispositivos legales vigentes que establecen que el Consejo Nacional del Trabajo, que depende del Ministerio del Trabajo, debe actualizar cada dos años el cálculo del salario mínimo, de acuerdo a una fórmula que toma en cuenta la productividad pasada y un estimado de la inflación futura.
¿Por qué? Porque el actual gobierno así lo ha decidido de manera unilateral. Pero esto no sucede en otros países de la Región como Colombia, Brasil, Chile y Argentina, donde existen dispositivos legales similares, porque los gobiernos de esos países sí los respetan. De lo que se trata, entonces, es de aplicar la legislación vigente sobre el salario mínimo.
Sin embargo, cuando esto se plantea, los técnicos neoliberales dicen que no se puede, por diversas razones: el aumento sería inflacionario y, además, incrementaría los costos de los microempresarios. Todos esos argumentos, no obstante, han sido debidamente rebatidos en discusiones académicas y técnicas. Pero el “no se puede” se mantiene.
Todos sabemos que las reservas de gas del Lote 88 deben dedicarse exclusivamente al mercado interno, que tiene escasez de abastecimiento. ¿Por qué? Porque la renegociación ilegal del Lote 88 del 2005-2006 cambió el contrato original y permitió que éstas fueran exportadas a México. Perdemos así nuestra independencia energética y la posibilidad de sustituir masivamente el petróleo caro por el gas barato para la población.
Como creció la protesta contra esta renegociación ilegal, el gobierno de García no tuvo más remedio que promulgar el DS-053-2010-EM que autoriza a Perupetro a renegociar dicho contrato para que el 100% de las reservas vuelvan al mercado interno. Pero los neoliberales dicen que no se puede, porque eso implicaría violar la estabilidad jurídica de los contratos-ley (pero omiten decir que esa estabilidad fue violada en el 2006).
En el 2006 el gobierno de García prometió un impuesto a las sobreganancias mineras, argumentando correctamente que estas ganancias se originaban en una extraordinaria alza de precios de los minerales que nada tenía que ver con un incremento de la productividad de la empresa (discurso de AGP del 28/07/2006). Pero, luego, el gobierno se desdijo de su promesa e implementó el óbolo (aporte voluntario), que representa una pequeñísima fracción de la renta minera que corresponde a la Nación.
Cuando se plantea, en el 2011, que ya termina el plazo del óbolo y que hay que dar paso a un impuesto a las sobreganancias –ojo, los precios están muchos más altos que en el 2006–, los neoliberales dicen que no se puede, porque se estarían violando los contratos de estabilidad tributaria. Y cuando se les dice que de lo que se trata es de sentarse a la mesa las dos partes como ha sucedido muchas veces antes (a pedido de las empresas, obteniendo éstas siempre lo que pedían porque el Estado cedía a sus demandas), vuelven a rasgarse las vestiduras y dicen que no se puede.
Sin embargo, cuando los tres planteamientos aquí expuestos se vuelven consenso entre la población por la solvencia de los argumentos desplegados –en este caso por Gana Perú– lo que vemos es que la candidata de Fuerza 2011 también los hace suyos (por lo menos en el discurso). Así, ahora Fuerza 2011, electoreramente, también plantea el aumento del salario mínimo, la renegociación del Lote 88 y el impuesto a las sobreganancias mineras.
Si los técnicos neoliberales fueran consecuentes con su teoría, deberían decirle también que “no se puede”. Pero no es eso lo que hacen. Más bien ahora su “argumento” es: no se oye, padre.
viernes, 20 de mayo de 2011
martes, 17 de mayo de 2011
sábado, 14 de mayo de 2011
MUJERESS FUJIMRISTAS
Las mujeres y el fujimorismo
La Noticia
Keiko y su Complejo de Electra o Martha Chávez y sus amenazas al Presidente del Poder Judicial, de ninguna manera representan a las mujeres peruanas.
La incursión de mujeres alternativas en la política, puede aportar en la humanización de esta campo; pero la presencia de mujeres como Keiko y su Complejo de Electra o Marta Chávez, que han interiorizado valores machistas y dictatoriales, pueden traer funestas consecuencias para el país ya que, atrapadas en la dinámica de reproducción del poder, han trastocado su inteligencia y sensibilidad de género en función de obedecer y defender al exdictador Alberto Fujimori. Es casi una certeza avizorar que harán todo lo posible por liberarlo, ya vimos cómo la Chávez sin aun tener el poder amenazó al Presidente del poder Judicial.
El caso de Keiko es más grave. Ella, cegada por un marcado Complejo de Electra, no se solidarizó con su madre Susana Iguchi cuando ésta fue maltratada y torturada por su padre Alberto Fujimori. Este simbólico hecho nos revela hasta qué punto está deformada su personalidad, porque las mujeres somos más compasivas frente al dolor de los otros y, más aún, por el de un madre.
Sobrepasar la condición humana de esos sentimientos primigenios. Optar por la defensa de su padre, seducida por el poder machista y su estatus de primera dama son temibles datos de su personalidad. Esto pone a la vuelta de la esquina la liberación de Fujimori si es que gana las elecciones, poniendo en riesgo la consolidación de la democracia y la institucionalidad en el país.
Marginación y liberación
Sería retroceder en la historia y colocar al Perú como una republiqueta atrapada por la cleptocracia del clan Fujimori. Resulta absurdo que esto no sea evaluado por las otrora fuerzas progresistas que lucharon contra la dictadura fujimontesinista. Arriesgar nuestro proyecto de país por la defensa de los grandes capitales, resulta absurdo, por decir lo menos.
Las mujeres históricamente somos una de las mayorías que padecemos marginación e injusticia en el mundo. Como diría Yoko Ono “la mujer es la negra de la historia”. Marginación desde la más decantada, hasta la más sutil. Y esta condición es producto del ejercicio del poder machista se ejerce desde el sillón presidencial hasta el lecho, como bien lo señala Umberto Eco.
Entonces, una mujer congruente debe ubicarse en el camino de la liberación, de la conquista de su propia autonomía e identidad. Liberarse y liberar a su sociedad de la injusticia.
Resulta absurdo que a Keiko la erijan como la candidata de las mujeres. Muchas mujeres progresistas, de avanzada no nos sentimos representadas en ella. Al contrario, ella como parte de la dictadura fujimontesinista es la negación de lo que simboliza una mujer: amor a la vida.
El asunto entonces no es sólo de forma, de una máscara y sonrisas; sino de encontrar el verdadero rostro de una identidad sustentada en la esencia filosófica de nuestra existencialidad como género. Lograr nuestra autonomía a través del conocimiento y la moral, lo cual se va a reflejar nuestro discurso y acción.
Por el cambio
Podemos ver casos de mujeres que obedecen a la lógica del poder en la emblemática figura de Margaret Tatcher o Golda Meier que mancharon sus manos de sangre con la represión contra los obreros ingleses o contra los palestinos, respectivamente; pero por suerte también existen mujeres que conscientes de su situación y por su sensibilidad e inteligencia; se han ubicado del lado de los débiles, de los pobres, alentadas por un ideal de justicia y equidad como Eva Perón, Michelle Bachelet o Cristina Kirchner.
Si las mujeres peruanas queremos realmente apostar por el cambio de nuestra sociedad asimétrica e injusta; se supone que nos debemos ubicar al lado de las otras mayorías marginales que sufren y padecen. Debemos estar lado de los pobres que representan casi el 50% de nuestra población (sabemos que las cifras oficiales están manipuladas de acuerdo a la denuncia del ex Director del INEI, Farit Matuk).
Debemos estar contra la inequidad de la distribución de la riqueza en el país y el mundo, estar contra el neoliberalismo descarnado y su ideología que endiosa el dinero y el éxito contra otros valores más humanizantes como el amor, el conocimiento, la solidaridad, la moral.
Una mujer, en buena cuenta, debe apostar por la vida y su discurso debe estar en concordancia con sus ideales y sensibilidad. Debe rescatar la afectividad, la sinceridad, la honestidad contra el crimen, el robo y la corrupción que encarna la señora Fujimori.
Aurora Bravo
Colaboradora
La Noticia
Keiko y su Complejo de Electra o Martha Chávez y sus amenazas al Presidente del Poder Judicial, de ninguna manera representan a las mujeres peruanas.
La incursión de mujeres alternativas en la política, puede aportar en la humanización de esta campo; pero la presencia de mujeres como Keiko y su Complejo de Electra o Marta Chávez, que han interiorizado valores machistas y dictatoriales, pueden traer funestas consecuencias para el país ya que, atrapadas en la dinámica de reproducción del poder, han trastocado su inteligencia y sensibilidad de género en función de obedecer y defender al exdictador Alberto Fujimori. Es casi una certeza avizorar que harán todo lo posible por liberarlo, ya vimos cómo la Chávez sin aun tener el poder amenazó al Presidente del poder Judicial.
El caso de Keiko es más grave. Ella, cegada por un marcado Complejo de Electra, no se solidarizó con su madre Susana Iguchi cuando ésta fue maltratada y torturada por su padre Alberto Fujimori. Este simbólico hecho nos revela hasta qué punto está deformada su personalidad, porque las mujeres somos más compasivas frente al dolor de los otros y, más aún, por el de un madre.
Sobrepasar la condición humana de esos sentimientos primigenios. Optar por la defensa de su padre, seducida por el poder machista y su estatus de primera dama son temibles datos de su personalidad. Esto pone a la vuelta de la esquina la liberación de Fujimori si es que gana las elecciones, poniendo en riesgo la consolidación de la democracia y la institucionalidad en el país.
Marginación y liberación
Sería retroceder en la historia y colocar al Perú como una republiqueta atrapada por la cleptocracia del clan Fujimori. Resulta absurdo que esto no sea evaluado por las otrora fuerzas progresistas que lucharon contra la dictadura fujimontesinista. Arriesgar nuestro proyecto de país por la defensa de los grandes capitales, resulta absurdo, por decir lo menos.
Las mujeres históricamente somos una de las mayorías que padecemos marginación e injusticia en el mundo. Como diría Yoko Ono “la mujer es la negra de la historia”. Marginación desde la más decantada, hasta la más sutil. Y esta condición es producto del ejercicio del poder machista se ejerce desde el sillón presidencial hasta el lecho, como bien lo señala Umberto Eco.
Entonces, una mujer congruente debe ubicarse en el camino de la liberación, de la conquista de su propia autonomía e identidad. Liberarse y liberar a su sociedad de la injusticia.
Resulta absurdo que a Keiko la erijan como la candidata de las mujeres. Muchas mujeres progresistas, de avanzada no nos sentimos representadas en ella. Al contrario, ella como parte de la dictadura fujimontesinista es la negación de lo que simboliza una mujer: amor a la vida.
El asunto entonces no es sólo de forma, de una máscara y sonrisas; sino de encontrar el verdadero rostro de una identidad sustentada en la esencia filosófica de nuestra existencialidad como género. Lograr nuestra autonomía a través del conocimiento y la moral, lo cual se va a reflejar nuestro discurso y acción.
Por el cambio
Podemos ver casos de mujeres que obedecen a la lógica del poder en la emblemática figura de Margaret Tatcher o Golda Meier que mancharon sus manos de sangre con la represión contra los obreros ingleses o contra los palestinos, respectivamente; pero por suerte también existen mujeres que conscientes de su situación y por su sensibilidad e inteligencia; se han ubicado del lado de los débiles, de los pobres, alentadas por un ideal de justicia y equidad como Eva Perón, Michelle Bachelet o Cristina Kirchner.
Si las mujeres peruanas queremos realmente apostar por el cambio de nuestra sociedad asimétrica e injusta; se supone que nos debemos ubicar al lado de las otras mayorías marginales que sufren y padecen. Debemos estar lado de los pobres que representan casi el 50% de nuestra población (sabemos que las cifras oficiales están manipuladas de acuerdo a la denuncia del ex Director del INEI, Farit Matuk).
Debemos estar contra la inequidad de la distribución de la riqueza en el país y el mundo, estar contra el neoliberalismo descarnado y su ideología que endiosa el dinero y el éxito contra otros valores más humanizantes como el amor, el conocimiento, la solidaridad, la moral.
Una mujer, en buena cuenta, debe apostar por la vida y su discurso debe estar en concordancia con sus ideales y sensibilidad. Debe rescatar la afectividad, la sinceridad, la honestidad contra el crimen, el robo y la corrupción que encarna la señora Fujimori.
Aurora Bravo
Colaboradora
EL DOC HA VUELTO
El Doc ha vuelto
La desesperación por defender un estado de cosas cuya transformación en democracia reclama la ciudadanía está endureciendo la guerra sucia que busca amedrentar a los ciudadanos para evitar el cambio, forma de manipulación de las conciencias que ya fracasó en LA PRIMERA vuelta y que merece el creciente repudio ciudadano.
El uso de la mentira y de las verdades a medias para distorsionar o desacreditar las propuestas, declaraciones o iniciativas del candidato ganador de LA PRIMERA vuelta electoral son moneda corriente en la mayoría de los medios de comunicación.
Un día atacan ululantes tal o cual aspecto del plan de gobierno de Gana Perú, al que han hecho una lectura interesada y manipulatoria. Y cuando el candidato o su entorno hacen las aclaraciones, pretenden seguir confundidos. Lo acusan de intolerante y radical y, cuando hace gestos indudables de apertura, diálogo y concertación y hasta se declara dispuesto a modificar el programa, lo acusan sibilinamente de inconsecuencia por no haber insistido en el programa que los críticos satanizaban con furor.
A la campaña se ha sumado, en forma irresponsable e ilegal, el ministro de Economía y Finanzas, quien pretende culpar al triunfo electoral del candidato de Gana Perú, o sea a la voluntad popular, de una supuesta desaceleración de la economía y de una incertidumbre que él y los medios que temen a cualquier asomo de cambio se han encargado de sembrar de manera, por lo demás, criminal, dañando la economía que dicen querer preservar.
Esas prácticas suenan familiares a quienes vivieron los días del siniestro asesor de inteligencia del padre de la candidata a la que, sin decirlo y a veces hasta negándolo, sirven los operadores de la guerra sucia, que paradójicamente se proclaman defensores de la legalidad y la democracia.
Sabemos que la campaña no quedará allí y que los enemigos del cambio en democracia preparan verdaderos psicosociales, del corte de los montesinistas de la negra década de los noventa, cuando se compraban canales, radios y diarios, con el dinero de la corrupción.
La campaña se va a poner más dura conforme avancen los días y se acerque la hora del veredicto, que ya se siente en las calles, donde la campaña de mentiras no tiene éxito y donde ganan a diario batallas el entendimiento, la esperanza y la fe en un futuro mejor para la Patria y las nuevas generaciones.
Los psicosociales tratarán, por ejemplo, de mostrar al vencedor de LA PRIMERA vuelta como instrumento de intereses foráneos, como si no hubiera dado ya plenas pruebas de autonomía y seriedad. Los peruanos de bien están advertidos. Y los que han emprendido el camino de la mentira y los psicosociales tendrán la respuesta de rechazo y desprecio que merecen.
La desesperación por defender un estado de cosas cuya transformación en democracia reclama la ciudadanía está endureciendo la guerra sucia que busca amedrentar a los ciudadanos para evitar el cambio, forma de manipulación de las conciencias que ya fracasó en LA PRIMERA vuelta y que merece el creciente repudio ciudadano.
El uso de la mentira y de las verdades a medias para distorsionar o desacreditar las propuestas, declaraciones o iniciativas del candidato ganador de LA PRIMERA vuelta electoral son moneda corriente en la mayoría de los medios de comunicación.
Un día atacan ululantes tal o cual aspecto del plan de gobierno de Gana Perú, al que han hecho una lectura interesada y manipulatoria. Y cuando el candidato o su entorno hacen las aclaraciones, pretenden seguir confundidos. Lo acusan de intolerante y radical y, cuando hace gestos indudables de apertura, diálogo y concertación y hasta se declara dispuesto a modificar el programa, lo acusan sibilinamente de inconsecuencia por no haber insistido en el programa que los críticos satanizaban con furor.
A la campaña se ha sumado, en forma irresponsable e ilegal, el ministro de Economía y Finanzas, quien pretende culpar al triunfo electoral del candidato de Gana Perú, o sea a la voluntad popular, de una supuesta desaceleración de la economía y de una incertidumbre que él y los medios que temen a cualquier asomo de cambio se han encargado de sembrar de manera, por lo demás, criminal, dañando la economía que dicen querer preservar.
Esas prácticas suenan familiares a quienes vivieron los días del siniestro asesor de inteligencia del padre de la candidata a la que, sin decirlo y a veces hasta negándolo, sirven los operadores de la guerra sucia, que paradójicamente se proclaman defensores de la legalidad y la democracia.
Sabemos que la campaña no quedará allí y que los enemigos del cambio en democracia preparan verdaderos psicosociales, del corte de los montesinistas de la negra década de los noventa, cuando se compraban canales, radios y diarios, con el dinero de la corrupción.
La campaña se va a poner más dura conforme avancen los días y se acerque la hora del veredicto, que ya se siente en las calles, donde la campaña de mentiras no tiene éxito y donde ganan a diario batallas el entendimiento, la esperanza y la fe en un futuro mejor para la Patria y las nuevas generaciones.
Los psicosociales tratarán, por ejemplo, de mostrar al vencedor de LA PRIMERA vuelta como instrumento de intereses foráneos, como si no hubiera dado ya plenas pruebas de autonomía y seriedad. Los peruanos de bien están advertidos. Y los que han emprendido el camino de la mentira y los psicosociales tendrán la respuesta de rechazo y desprecio que merecen.
DERECHO A M ODELO PERUANO
Modelo” peruano
La presentación del video de lanzamiento de la “Marca Perú” ha despertado pasiones. El concepto del video es mostrar a los habitantes de un pueblo de nombre Perú, ubicado en Nebraska Estados Unidos, sus derechos por ser peruanos. El tema de la cocina peruana es la parte central del video, pero también la Música, los bailes de Perú-Negro, las tómbolas, el deporte de correr olas y los viajes de Rafo León por la diversidad del país.
Nuestra realidad, no la del turista que estamos invitando, está bien lejos del comercial. Los peruanos tenemos todo eso, pero nos falta mucho para asegurar los derechos básicos. Todo peruano, según la constitución del Perú, tiene derecho a salud, Educación y protección social. No es una moda o un discurso de campaña, es un mandato constitucional, que los gobiernos de turno deberían hacer cumplir. Para eso son elegidos.
¿Y cómo se hace? Esa es la parte complicada. En nuestro debate económico de la campaña, y de hace varios años, podemos diferenciar dos grupos. En un lado están aquellos que plantean que las cosas no andan, hay muchos peruanos sin derechos y tenemos que cambiar la estructura del modelo económico. En el otro lado, se encuentra un grupo de economistas protectores del modelo, cualquier cambio en el status quo pone en riesgo el crecimiento económico y el debate político debería reducirse a mejorar la calidad del gasto público.
Yo me ubico en el primer grupo, que considera que la política económica debe ponerse al servicio de los derechos de todos los peruanos. Asegurando un crecimiento económico que genera ingresos dignos para los que menos tienen. Es verdad que el gasto público ha crecido con el crecimiento económico, pero también es verdad que su peso en la economía se ha mantenido congelado (20% del PBI).
Estamos de acuerdo que requerimos un mejor Estado. Pero eso no es suficiente. Requerimos más Estado, para asegurar los derechos de todos los peruanos. El acuerdo nacional define metas de gasto en Educación y salud de calidad. Estamos todos de acuerdo. Pero las propuestas se quedan a medio camino, tenemos que pasar del dicho al hecho.
Además de incrementar el peso y la calidad del gasto público el nuevo gobierno debe implementar políticas económicas activas, que asegure salarios que se incrementen en proporción a su productividad y las ganancias de las empresas. Nuestro actual modelo genera crecimiento sin aumento de salarios, eso no está bien.
Discutamos, como en el video, los derechos de ser peruano.
La presentación del video de lanzamiento de la “Marca Perú” ha despertado pasiones. El concepto del video es mostrar a los habitantes de un pueblo de nombre Perú, ubicado en Nebraska Estados Unidos, sus derechos por ser peruanos. El tema de la cocina peruana es la parte central del video, pero también la Música, los bailes de Perú-Negro, las tómbolas, el deporte de correr olas y los viajes de Rafo León por la diversidad del país.
Nuestra realidad, no la del turista que estamos invitando, está bien lejos del comercial. Los peruanos tenemos todo eso, pero nos falta mucho para asegurar los derechos básicos. Todo peruano, según la constitución del Perú, tiene derecho a salud, Educación y protección social. No es una moda o un discurso de campaña, es un mandato constitucional, que los gobiernos de turno deberían hacer cumplir. Para eso son elegidos.
¿Y cómo se hace? Esa es la parte complicada. En nuestro debate económico de la campaña, y de hace varios años, podemos diferenciar dos grupos. En un lado están aquellos que plantean que las cosas no andan, hay muchos peruanos sin derechos y tenemos que cambiar la estructura del modelo económico. En el otro lado, se encuentra un grupo de economistas protectores del modelo, cualquier cambio en el status quo pone en riesgo el crecimiento económico y el debate político debería reducirse a mejorar la calidad del gasto público.
Yo me ubico en el primer grupo, que considera que la política económica debe ponerse al servicio de los derechos de todos los peruanos. Asegurando un crecimiento económico que genera ingresos dignos para los que menos tienen. Es verdad que el gasto público ha crecido con el crecimiento económico, pero también es verdad que su peso en la economía se ha mantenido congelado (20% del PBI).
Estamos de acuerdo que requerimos un mejor Estado. Pero eso no es suficiente. Requerimos más Estado, para asegurar los derechos de todos los peruanos. El acuerdo nacional define metas de gasto en Educación y salud de calidad. Estamos todos de acuerdo. Pero las propuestas se quedan a medio camino, tenemos que pasar del dicho al hecho.
Además de incrementar el peso y la calidad del gasto público el nuevo gobierno debe implementar políticas económicas activas, que asegure salarios que se incrementen en proporción a su productividad y las ganancias de las empresas. Nuestro actual modelo genera crecimiento sin aumento de salarios, eso no está bien.
Discutamos, como en el video, los derechos de ser peruano.
40 AÑOS VES
SUPLEMENTOS
Cuarenta años de Villa El Salvador
Hace 40 años, el 11 de mayo llegó a la Tablada de Lurín LA PRIMERA gran oleada de personas que buscando un techo habían ocupado desde fines de abril un trozo de Pamplona Alta, muy cerca del Colegio La Inmaculada. Como eran pobres y al quedarse allí habrían molestado la cristiana paz de las familias llamadas “decentes”, DE VILLA Esolidaria, organizada a partir del principio de reciprocidad, tan importante para las mujeres andinas. Gracias a ellas fue posible ganar las batallas del agua, el transporte, la luz, la construcción de escuelas y colegios, y organizar los comedores populares, los comités para El vaso de leche, los Wawasi y la Federación Popular de Mujeres de Villa el Salvador, con María Elena Moyano.
Construir desde abajo una ciudad fundada en relaciones de reciprocidad y solidaridad, tratando de socializar el poder, significaba navegar río arriba; es decir, contra la corriente, tratando de evitar -por ejemplo- que en las farmacias, panaderías y grifos -todos comunales- se cobrasen altos precios. Gran parte de los partidos políticos, las iglesias católica y evangélica, las diferentes agencias del gobierno central y, luego, las ONGs trataron de entrar a ese nuevo espacio para tener el control de una pequeña parcela, su parcela, con sus dirigentes, con sus bases. Pudo más el caudillismo partidario que la ilusión de un movimiento autónomo; pudo más la fuerza del mercado y del poder político del Estado y sus socios y beneficiarios. En nombre de la distritalización, Michel Azcueta hizo lo necesario para dejar en el pasado a la CUAVES, a pesar de su formal adhesión en LA PRIMERA disposición municipal de 1983, y convertirse en un caudillo más, entre los miles que nuestro país produce.
A Sendero Luminoso no le gustó que un movimiento popular pretendiese ser autónomo. Impuso su regla de oro: con ellos o contra ellos, y acusando a María Elena Moyano de ser una agente del gobierno la mató mil veces, haciendo estallar su cadáver en mil pedazos con un cartucho de dinamita. Los senderistas quisieron matar también a Michel Azcueta, pero, felizmente, no lo consiguieron. Desde el asesinato de María Elena, SL perdió el apoyo popular que había conseguido y Villa el Salvador no pudo recuperar la fuerza de sus primeros años.
Cuarenta años después, está planteada la tarea de recuperar la memoria, de volver la mirada hacia los primeros pasos, al sueño de la CUAVES, para saber cuál fue el punto de partida. La reciprocidad andina como potencial está en Villa, por todas partes. Sólo hay que tener ojos para verla y volver a partir de ahí. Al mismo tiempo, las fuerzas del olvido siguen en campaña, con la ilusión de convertir a Villa en sede de grandes tiendas y edificios, en un “condominio” de nuevos ricos. Mi libro “Porvenir de la cultura quechua en Perú, visto desde Lima, Villa el Salvador y Puquio” (Fondo Editorial de San Marcos, Lima 2011, 634 pp.), que acaba de aparecer, podría ser útil como un recurso para guardar la memoria y para que los migrantes andinos nos organicemos y construyamos los puentes para defender políticamente nuestros derechos.
Cuarenta años de Villa El Salvador
Hace 40 años, el 11 de mayo llegó a la Tablada de Lurín LA PRIMERA gran oleada de personas que buscando un techo habían ocupado desde fines de abril un trozo de Pamplona Alta, muy cerca del Colegio La Inmaculada. Como eran pobres y al quedarse allí habrían molestado la cristiana paz de las familias llamadas “decentes”, DE VILLA Esolidaria, organizada a partir del principio de reciprocidad, tan importante para las mujeres andinas. Gracias a ellas fue posible ganar las batallas del agua, el transporte, la luz, la construcción de escuelas y colegios, y organizar los comedores populares, los comités para El vaso de leche, los Wawasi y la Federación Popular de Mujeres de Villa el Salvador, con María Elena Moyano.
Construir desde abajo una ciudad fundada en relaciones de reciprocidad y solidaridad, tratando de socializar el poder, significaba navegar río arriba; es decir, contra la corriente, tratando de evitar -por ejemplo- que en las farmacias, panaderías y grifos -todos comunales- se cobrasen altos precios. Gran parte de los partidos políticos, las iglesias católica y evangélica, las diferentes agencias del gobierno central y, luego, las ONGs trataron de entrar a ese nuevo espacio para tener el control de una pequeña parcela, su parcela, con sus dirigentes, con sus bases. Pudo más el caudillismo partidario que la ilusión de un movimiento autónomo; pudo más la fuerza del mercado y del poder político del Estado y sus socios y beneficiarios. En nombre de la distritalización, Michel Azcueta hizo lo necesario para dejar en el pasado a la CUAVES, a pesar de su formal adhesión en LA PRIMERA disposición municipal de 1983, y convertirse en un caudillo más, entre los miles que nuestro país produce.
A Sendero Luminoso no le gustó que un movimiento popular pretendiese ser autónomo. Impuso su regla de oro: con ellos o contra ellos, y acusando a María Elena Moyano de ser una agente del gobierno la mató mil veces, haciendo estallar su cadáver en mil pedazos con un cartucho de dinamita. Los senderistas quisieron matar también a Michel Azcueta, pero, felizmente, no lo consiguieron. Desde el asesinato de María Elena, SL perdió el apoyo popular que había conseguido y Villa el Salvador no pudo recuperar la fuerza de sus primeros años.
Cuarenta años después, está planteada la tarea de recuperar la memoria, de volver la mirada hacia los primeros pasos, al sueño de la CUAVES, para saber cuál fue el punto de partida. La reciprocidad andina como potencial está en Villa, por todas partes. Sólo hay que tener ojos para verla y volver a partir de ahí. Al mismo tiempo, las fuerzas del olvido siguen en campaña, con la ilusión de convertir a Villa en sede de grandes tiendas y edificios, en un “condominio” de nuevos ricos. Mi libro “Porvenir de la cultura quechua en Perú, visto desde Lima, Villa el Salvador y Puquio” (Fondo Editorial de San Marcos, Lima 2011, 634 pp.), que acaba de aparecer, podría ser útil como un recurso para guardar la memoria y para que los migrantes andinos nos organicemos y construyamos los puentes para defender políticamente nuestros derechos.
DISECCION DEL FUJIMORISMO
La Noticia
(1) Fujimori es el gran operador de la candidatura de su hija a la presidencia. (2) Keiko es una pieza importante en el engranaje de la mafia.
A la luz del análisis del fenómeno Fujimori, resulta difícil y tedioso describir el cúmulo de atrocidades e ilicitudes que caracterizan la personalidad de Alberto Fujimori como hombre y gobernante. La cantidad de fechorías que durante diez años cometió este siniestro personaje contra los habitantes del Perú y la conciencia y dignidad nacionales, solo son explicables en la medida que las clases dominantes, pese a que ya sabían de su entraña maligna las pocas semanas después de tomar el poder, le concedieron su aquiescencia, y, por otro lado, contó con la permisividad del pueblo peruano.
Como objeto de un perfil de poder, Fujimori resulta un caso único y atípico. Durante los primeros 50 años de su vida fue un don nadie, pero en los restantes años de su existencia, dejaría una huella imborrable de dictador del Perú (ya como hechura de Vladimiro Montesinos), instigador y autor de la latrocinios, genocidios, y traiciones a la patria y a su esposa, que marcaron los momentos más bajos de los valores de la civilización.
Todo cambió cuando, en los primeros meses de 1990, se realizó en Huachipa una reunión política de un pequeño número de personas que querían auspiciar una candidatura de senador de la República, y precisamente, a instancias de Máximo San Román, su antiguo amigo y socio en un negocio de venta de pollos, devino en candidato a la presidencia de la República de un insignificante movimiento político llamando “Cambio 90” con el lema de “honradez, tecnología y trabajo”.
El poder de Fujimori plantea una serie de problemas muy complejos. ¿Cómo fue posible Fujimori? Inquietaba ya a los que en su tiempo se opusieron al Fujimorismo, o sea la burguesía que apoyaba a Mario Vargas Llosa como seguro defensor del orden establecido del neoliberalismo. Pero he aquí que el cazurro Fujimori, después de viajar a EE.UU y Japón, regresó para aplicar la misma receta económica de Vargas Llosa.
Cuestiones todavía más complejas, más allá de cómo Fujimori pudo alcanzar el poder, se refieren a la naturaleza, al alcance y el ejercicio de su poder. Muchos de sus coetáneos, desde todos los sectores del espectro político, estaban Seguros de que el poder de Fujimori iba durar sólo 5 años, como estipula la Constitución, pero la burguesía ciega y obtusa se consustanció con Fujimori hasta enlodarse con él. Esta decisión resultó un fatídico error de cálculo, ya que Fujimori, aliado íntimamente con Vladimiro Montesinos, trocó el poder compartido con la burguesía a la función de servidumbre, pero siempre cuidando sus intereses de clase.
Por eso es que sus representantes más conspicuos como Dionisio Romero y muchos empresarios importantes comienzan a colaborar activamente y ser parte del proyecto mafioso. Durante los años que Fujimori gobernó en Perú, la burguesía fue la mayor beneficiaria de la política económica que aplicó Fujimori. Por eso no es extraño que las actuales clases dominantes del país se hayan aliado como una entidad orgánica y estén dispuestos a desplegar todo sus esfuerzos, para entronizar en el poder a Keiko Fujimori, heredera política de su mafioso padre Alberto Fujimori.
Pero aquí es necesario recalcar que nuevamente la burguesía y sus plumíferos a sueldo están obnubilados al creer que apoyando descaradamente a la candidata de la década nefasta, los capitales internacionales vendrán a borbotones y que gracias al triunfo del mal y el crimen en nuestro país, se instaurarán la paz social y la estabilidad política. Pero la verdad maciza es que actualmente se están agudizando los conflictos sociales y, si no se solucionan estos problemas, es previsible que en el corto y mediano plazo el país sea ingobernable.
Si la burguesía no tiene el tino y la inteligencia de abrir las válvulas de escape con medidas de corte reformistas, como la opción de Gana Perú, el futuro del Perú es de pronóstico reservado.
Haciendo una digresión, quiero recordar a los lectores lo que el Dr. Raúl Linares Ocampo publicó, en un suplemento contratado del diario “LA PRIMERA”. En ese escrito llamado “Manifiesto desde el Perú profundo”, el Dr. Linares escribe lo siguiente: “el régimen de corrupción y terrorismo estatales que implantó el binomio Fujimori –Montesinos, se repartieron–, según cálculos del procurador Pedro Gamarra, seis mil millones de dólares a una red de interesados”. Y prosigue. “Los Fujimoristas robaron como quisieron, por donde pasaron y donde se metieron. Robaron las donaciones japonesas (Keiko sabia completamente que su familia robaba las donaciones japonesas porque su mamá lo denunció públicamente), robaron en las compras de armas en plena guerra con Ecuador, robaron en las privitatizaciones, robaron también en los salvatajes bancarios para sus amigos, robaron la compra de cuatro mil tractores y medicinas chinas, robaron en los desayunos escolares, robaran en la caja de previsión civil militar que dejaron quebrada. Nunca se robó tanto en el Perú como en la época del fujimorato” (Dr. Raúl linares Ocampo: Manifiesto el Perú profundo, 23 de noviembre de 2010).
(1) Fujimori es el gran operador de la candidatura de su hija a la presidencia. (2) Keiko es una pieza importante en el engranaje de la mafia.
A la luz del análisis del fenómeno Fujimori, resulta difícil y tedioso describir el cúmulo de atrocidades e ilicitudes que caracterizan la personalidad de Alberto Fujimori como hombre y gobernante. La cantidad de fechorías que durante diez años cometió este siniestro personaje contra los habitantes del Perú y la conciencia y dignidad nacionales, solo son explicables en la medida que las clases dominantes, pese a que ya sabían de su entraña maligna las pocas semanas después de tomar el poder, le concedieron su aquiescencia, y, por otro lado, contó con la permisividad del pueblo peruano.
Como objeto de un perfil de poder, Fujimori resulta un caso único y atípico. Durante los primeros 50 años de su vida fue un don nadie, pero en los restantes años de su existencia, dejaría una huella imborrable de dictador del Perú (ya como hechura de Vladimiro Montesinos), instigador y autor de la latrocinios, genocidios, y traiciones a la patria y a su esposa, que marcaron los momentos más bajos de los valores de la civilización.
Todo cambió cuando, en los primeros meses de 1990, se realizó en Huachipa una reunión política de un pequeño número de personas que querían auspiciar una candidatura de senador de la República, y precisamente, a instancias de Máximo San Román, su antiguo amigo y socio en un negocio de venta de pollos, devino en candidato a la presidencia de la República de un insignificante movimiento político llamando “Cambio 90” con el lema de “honradez, tecnología y trabajo”.
El poder de Fujimori plantea una serie de problemas muy complejos. ¿Cómo fue posible Fujimori? Inquietaba ya a los que en su tiempo se opusieron al Fujimorismo, o sea la burguesía que apoyaba a Mario Vargas Llosa como seguro defensor del orden establecido del neoliberalismo. Pero he aquí que el cazurro Fujimori, después de viajar a EE.UU y Japón, regresó para aplicar la misma receta económica de Vargas Llosa.
Cuestiones todavía más complejas, más allá de cómo Fujimori pudo alcanzar el poder, se refieren a la naturaleza, al alcance y el ejercicio de su poder. Muchos de sus coetáneos, desde todos los sectores del espectro político, estaban Seguros de que el poder de Fujimori iba durar sólo 5 años, como estipula la Constitución, pero la burguesía ciega y obtusa se consustanció con Fujimori hasta enlodarse con él. Esta decisión resultó un fatídico error de cálculo, ya que Fujimori, aliado íntimamente con Vladimiro Montesinos, trocó el poder compartido con la burguesía a la función de servidumbre, pero siempre cuidando sus intereses de clase.
Por eso es que sus representantes más conspicuos como Dionisio Romero y muchos empresarios importantes comienzan a colaborar activamente y ser parte del proyecto mafioso. Durante los años que Fujimori gobernó en Perú, la burguesía fue la mayor beneficiaria de la política económica que aplicó Fujimori. Por eso no es extraño que las actuales clases dominantes del país se hayan aliado como una entidad orgánica y estén dispuestos a desplegar todo sus esfuerzos, para entronizar en el poder a Keiko Fujimori, heredera política de su mafioso padre Alberto Fujimori.
Pero aquí es necesario recalcar que nuevamente la burguesía y sus plumíferos a sueldo están obnubilados al creer que apoyando descaradamente a la candidata de la década nefasta, los capitales internacionales vendrán a borbotones y que gracias al triunfo del mal y el crimen en nuestro país, se instaurarán la paz social y la estabilidad política. Pero la verdad maciza es que actualmente se están agudizando los conflictos sociales y, si no se solucionan estos problemas, es previsible que en el corto y mediano plazo el país sea ingobernable.
Si la burguesía no tiene el tino y la inteligencia de abrir las válvulas de escape con medidas de corte reformistas, como la opción de Gana Perú, el futuro del Perú es de pronóstico reservado.
Haciendo una digresión, quiero recordar a los lectores lo que el Dr. Raúl Linares Ocampo publicó, en un suplemento contratado del diario “LA PRIMERA”. En ese escrito llamado “Manifiesto desde el Perú profundo”, el Dr. Linares escribe lo siguiente: “el régimen de corrupción y terrorismo estatales que implantó el binomio Fujimori –Montesinos, se repartieron–, según cálculos del procurador Pedro Gamarra, seis mil millones de dólares a una red de interesados”. Y prosigue. “Los Fujimoristas robaron como quisieron, por donde pasaron y donde se metieron. Robaron las donaciones japonesas (Keiko sabia completamente que su familia robaba las donaciones japonesas porque su mamá lo denunció públicamente), robaron en las compras de armas en plena guerra con Ecuador, robaron en las privitatizaciones, robaron también en los salvatajes bancarios para sus amigos, robaron la compra de cuatro mil tractores y medicinas chinas, robaron en los desayunos escolares, robaran en la caja de previsión civil militar que dejaron quebrada. Nunca se robó tanto en el Perú como en la época del fujimorato” (Dr. Raúl linares Ocampo: Manifiesto el Perú profundo, 23 de noviembre de 2010).
LEVEN A KENJI
)
.Por Ronald Gamarra
Ante la inseguridad ciudadana, el problema de las pandillas juveniles y las carencias no atendidas de adolescentes y jóvenes, los fujimoristas han planteado insistentemente en esta campaña electoral restablecer el servicio militar obligatorio. Sin alternativas serias, quieren aparecer “drásticos” ante el electorado con propuestas como ésta (la pena de muerte es otra muestra), sin importarles atropellar normas y derechos.
Las FFAA no son una institución pedagógica; tampoco una correccional ni mucho menos una cárcel donde deba depositarse a gente en problemas con la ley. La formación de los jóvenes, su eventual reeducación y resocialización, no tienen nada que ver con el SMO; se trata de asuntos totalmente distintos. Una cosa es formar jóvenes y resocializarlos cuando han infringido la ley y otra, muy distinta, atender las necesidades de la defensa nacional. Lo primero requiere un enfoque educativo-pedagógico; lo segundo, una determinada preparación técnico-profesional.
El problema del pandillaje juvenil es esencialmente un problema de marginalización por falta de espacios y oportunidades para el desarrollo personal. Hay que tomar conciencia de la necesidad de invertir en los jóvenes y adolescentes, creándoles espacios y abriéndoles oportunidades. Los municipios, por ejemplo, deberían invertir no solo en “obras”, sino sobre todo en los jóvenes de su localidad, pero no lo hacen.
La conducta irregular de jóvenes y adolescentes es un problema de la sociedad, que debe ser afrontado y resuelto por ella y dentro de ella. El quid del problema consiste en encaminar a jóvenes marginalizados, que desarrollan un potencial de violencia, para hacer de ellos personas socialmente integradas con responsabilidades y derechos. Está demostrado que la conducta irregular de los adolescentes se afronta mejor con medidas educativas y sanciones que no incluyan la privación de libertad, la cual debe reservarse para casos especialmente graves, poco numerosos como prueban las estadísticas.
La PNP, el MP y el PJ están comenzando, aún con timidez, a explorar estas alternativas. El Ministerio Público tiene un programa piloto de justicia juvenil que aplica medidas educativas y sanciones como el trabajo comunitario. Este es el camino a seguir. Regiones y municipios deben jugar un rol fundamental, promoviendo redes de apoyo a la socialización efectiva de los jóvenes, en lugar de aislarlos demagógicamente en un cuartel para olvidarse de ellos.
.Por Ronald Gamarra
Ante la inseguridad ciudadana, el problema de las pandillas juveniles y las carencias no atendidas de adolescentes y jóvenes, los fujimoristas han planteado insistentemente en esta campaña electoral restablecer el servicio militar obligatorio. Sin alternativas serias, quieren aparecer “drásticos” ante el electorado con propuestas como ésta (la pena de muerte es otra muestra), sin importarles atropellar normas y derechos.
Las FFAA no son una institución pedagógica; tampoco una correccional ni mucho menos una cárcel donde deba depositarse a gente en problemas con la ley. La formación de los jóvenes, su eventual reeducación y resocialización, no tienen nada que ver con el SMO; se trata de asuntos totalmente distintos. Una cosa es formar jóvenes y resocializarlos cuando han infringido la ley y otra, muy distinta, atender las necesidades de la defensa nacional. Lo primero requiere un enfoque educativo-pedagógico; lo segundo, una determinada preparación técnico-profesional.
El problema del pandillaje juvenil es esencialmente un problema de marginalización por falta de espacios y oportunidades para el desarrollo personal. Hay que tomar conciencia de la necesidad de invertir en los jóvenes y adolescentes, creándoles espacios y abriéndoles oportunidades. Los municipios, por ejemplo, deberían invertir no solo en “obras”, sino sobre todo en los jóvenes de su localidad, pero no lo hacen.
La conducta irregular de jóvenes y adolescentes es un problema de la sociedad, que debe ser afrontado y resuelto por ella y dentro de ella. El quid del problema consiste en encaminar a jóvenes marginalizados, que desarrollan un potencial de violencia, para hacer de ellos personas socialmente integradas con responsabilidades y derechos. Está demostrado que la conducta irregular de los adolescentes se afronta mejor con medidas educativas y sanciones que no incluyan la privación de libertad, la cual debe reservarse para casos especialmente graves, poco numerosos como prueban las estadísticas.
La PNP, el MP y el PJ están comenzando, aún con timidez, a explorar estas alternativas. El Ministerio Público tiene un programa piloto de justicia juvenil que aplica medidas educativas y sanciones como el trabajo comunitario. Este es el camino a seguir. Regiones y municipios deben jugar un rol fundamental, promoviendo redes de apoyo a la socialización efectiva de los jóvenes, en lugar de aislarlos demagógicamente en un cuartel para olvidarse de ellos.
PALABRA DE HILDEBRANT
La vieja indecencia
.Por César Hildebrandt
El único mérito que puedo concederme en esta vida moteada de algunos éxitos y muchos fracasos, en esta carrera ingrata que me eligió, en este oficio artesanal de tratar de encontrar la verdad que a pocos importa y las mentiras que ya no escandalizan, el único mérito que me concedo, digo, es no haber cedido a la tentación del medio: resígnate, así es el Perú, tolera lo que todos, créeles a los idiotas de la derecha, a los que hacen negocios turbios y a la vez editorializan en relación con “los valores de la democracia” (cuando la verdad es que se zurran en ella y en lo que significa).
Naces en este país hermoso y complicado y la primera sugerencia que te asalta es la del estoicismo: quédate quieto, tranquilo hermano, así es esta vaina, esto no lo arregla ni el sillau. Y se te puede pasar la vida haciéndote el de la vista gorda, haciéndote el loco y asistiendo con cara de palo a las grandes mecidas.
–Nada puedes hacer, esas son las reglas– susurra el aire tóxico de Lima.
–Esto no lo ha cambiado nadie– remacha una sombra, la sombra de lo que pudiste ser.
Me van a perdonar pero yo jamás creí en eso. Jamás hice el muertito en el mar de los sargazos de las voluntades, quebradas o roídas. ¿Por qué? Porque siempre creí que en el país de las cabezas gachas había que mirar lo más lejos que se pudiera. Porque viendo a las hormigas a uno le dan ganas de volar. Porque hay belleza en la rebeldía y una flácida fealdad en el conformismo.
Porque, en fin, siendo un viejo creyente del agnosticismo siempre he pensado que Jesucristo fue un hombre revoltoso asesinado por el orden imperante. Y que sin la rebeldía de Cáceres habríamos detenido nuestra historia en el mísero Iglesias. Y que sin la rebeldía de De Gaulle los franceses habrían tenido que arrastrarse junto a Petain, ese gran derechista pro nazi.
Mi generación ha fracasado. Pudimos tener a un refundador del país y construimos a García. Pudimos tener a un inconforme consagrado por las multitudes, a alguien que estuviese más impulsado por el amor que por el odio, pero nos detuvimos en Robespierre y en sus encarnaciones criollas.
Pudimos tener un país y lo que permitimos fue un mall. Ahora la pelota está en el tejado de los jóvenes. De ellos dependerá que este país cambie de verdad.
Hace como mil años que vivimos hablando en voz baja, consintiendo.
Hablamos bajito cuando los incas podían desollarte. Y más bajito cuando los españoles te podían trocear. Y todavía con murmullos cuando fuimos libres de boca para afuera pero súbditos de los sucesivos caudillos que creían que el Estado era un bien raíz y una chacra para los amigotes. Así fuimos haciendo esta gran Aracataca. Macondo hicimos.
Pensar era –y es– una anomalía. Disentir, una provocación. Rebelarse, una extensión de la locura. En un país dominado por la injusticia hablar de la injusticia te podía costar El Frontón. Y luchar contra ella, la vida.
Frente a un Túpac Amaru hubo cien Piérolas creando sus propios califatos. Porque el miedo a la libertad no es solo el título de un libro de Fromm. Es la consigna que la derecha le ha impuesto al Perú. Está en su escudo desarmado y en sus genes vendedores mayoristas de su propio país.
Todos roban –te dicen–. Y eso es casi una invitación a robar. Porque si todos roban, ya nadie roba.
–Aquí no hay castigos ni recompensas, todo se olvida– te muelen repitiéndolo. Y eso es otra incitación a la impunidad.
Lo criollo es también esta salsa espesa de quietud egoísta. Las verdaderas tradiciones peruanas no son las de Ricardo Palma: son decir sí y estar en la foto.
¿Exigir cambios? Eso es –dicen los que cortan el jamón y los idiotas de sus services– de chavistas, rojos, perfeccionistas, amargados y renegones. En el Perú la ira de los pobres se combate con misas o balazos y hay un estoico agazapado en cada futuro, detrás de la maleza de los días. Y cuando estemos lo suficientemente ablandados, vendrá el tiro de gracia. Y cuando venga el tiro de gracia, cuando ya no pienses sino en ti mismo y bailes solo en la loseta ínfima que te asignaron, ese será el día final de tu hechura: serás uno de ellos. Hablarás como ellos, maldecirás como ellos, venderás como ellos. Y, sobre todo, harás lo que ellos: negar al otro y sólo reconocerte entre los tuyos.
Que los jóvenes aprendan la lección. Nada cambiará si no matamos la resignación.
Porque la democracia no consiste en votar de vez en cuando. Consiste en ejercer la libertad a cada rato.
Los esclavos no aman la libertad –esa es una mentira altruista–. Solo los libres pueden amar la libertad y defenderla.
La mansedumbre no es madurez sino derrota. El aguante es la amnistía crónica. La docilidad es lo que se les exigía a los negros carabalíes embarcados a la fuerza en el puerto de Macao. La libertad no mata. La paciencia es una mentira teologal que contradice a Cristo y que Cipriani aplica en cada hostia. Cristo fue impaciente. La vida es una ráfaga impaciente.
Los peruanos no nacimos un día en el que Dios estuvo enfermo, como decía Vallejo de sí mismo. Naceremos el día en que sepamos apreciar el vértigo creador de la palabra desacato. El desacato no es el caos. Caos es lo que vendrá cuando las presiones sociales, contenidas por el plomo y la mentira, revienten otra vez.
Y ahora sería un magnífico desacato, un descomunal acto de rebelión democrática o dejarse engatusar por quienes quieren, en el colmo de la indignidad, que premiemos a la hija de un ladrón y asesino –ladrona ella misma al gozar del dinero robado– con la presidencia de la República.
Y todo por cerrarle el camino a un señor que quiere cambiar algunas cosas. Solo algunas cosas. Un señor al que la experiencia ha moderado y que se ha comprometido a no hacer experimentos anacrónicos. Pero que sí quiere que las mineras paguen lo que deben, que los impuestos sean más directos, que los viejos estén menos desamparados, que haya menos hambre y que la pobreza rural se atenúe todo lo que se pueda sin desbaratar la economía. Y que quiere también que el gas peruano abastezca primero a los peruanos y que los grandes proyectos de exploración y explotación de la minería y del petróleo se concilien con los intereses nativos y las normas ambientales que no se están cumpliendo.
La derecha quiere volver a demostrarnos que siempre gana. Presentó cuatro candidatos –cuatro variaciones de la misma melodía: Castañeda, Toledo, PPK y K. Fujimori– y los cuatro perdieron. Ganó un hombre gris que propuso algunos cambios. Y lo peor: sale la primera encuesta pos primera vuelta y el hombre sin demasiados atributos ¡sigue ganando! Y sigue ganando porque Lima, este espanto, no es el Perú. Porque el gobierno de Las Casuarinas está en crisis. Porque el modelo García, una combinación de Caco con Friedman, drena sanguaza.
Entonces, la derecha propone liquidar, de una vez y para siempre, esta pesadilla que aturde al dólar, baja las acciones, hace chorrear el rímel. Para eso están su tele, su radio, sus periódicos. Y se deciden por lo previsible: la campaña del terror.
Solo el terror podrá salvarlos. Porque saben que su prontuariada candidata es impresentable aun para 75 por ciento de peruanos.
Lo único que cabe, entonces, es bombardear al incómodo reformista con todos los B-52 de la calumnia, el rumor, la mugre, la idiotez que los cándidos pueden propagar. El propósito es el homicidio político del hombre que propone algunos cambios. Y los muertos no pueden ganar elecciones.
Hablan de intromisión extranjera los que quisieran anexarse a los Estados Unidos o al Chile potente que sus tatarabuelos dejaron entrar con su cobardía y su desunión. Denuncian que la libertad de prensa peligra quienes despiden a periodistas que se niegan a sumarse al lodo de la campaña contra Humala. Y advierten que el empleo está amenazado quienes han creado la mayor cantidad imaginable de empleos basura y services explotadoras.
Y a todo esto le llaman “elecciones democráticas”. A ensuciar la inmundicia le llaman “debate”. Y no tienen problema alguno bancando a una candidata indecente. Ellos representan la vieja indecencia de las encomiendas, las ladronas leyes de consolidación, el festín del guano. La señora K. Fujimori les cae como anillo al dedo.
Reproducido del semanario Hildebrandt en sus trece que cada viernes está en circulación.
.Por César Hildebrandt
El único mérito que puedo concederme en esta vida moteada de algunos éxitos y muchos fracasos, en esta carrera ingrata que me eligió, en este oficio artesanal de tratar de encontrar la verdad que a pocos importa y las mentiras que ya no escandalizan, el único mérito que me concedo, digo, es no haber cedido a la tentación del medio: resígnate, así es el Perú, tolera lo que todos, créeles a los idiotas de la derecha, a los que hacen negocios turbios y a la vez editorializan en relación con “los valores de la democracia” (cuando la verdad es que se zurran en ella y en lo que significa).
Naces en este país hermoso y complicado y la primera sugerencia que te asalta es la del estoicismo: quédate quieto, tranquilo hermano, así es esta vaina, esto no lo arregla ni el sillau. Y se te puede pasar la vida haciéndote el de la vista gorda, haciéndote el loco y asistiendo con cara de palo a las grandes mecidas.
–Nada puedes hacer, esas son las reglas– susurra el aire tóxico de Lima.
–Esto no lo ha cambiado nadie– remacha una sombra, la sombra de lo que pudiste ser.
Me van a perdonar pero yo jamás creí en eso. Jamás hice el muertito en el mar de los sargazos de las voluntades, quebradas o roídas. ¿Por qué? Porque siempre creí que en el país de las cabezas gachas había que mirar lo más lejos que se pudiera. Porque viendo a las hormigas a uno le dan ganas de volar. Porque hay belleza en la rebeldía y una flácida fealdad en el conformismo.
Porque, en fin, siendo un viejo creyente del agnosticismo siempre he pensado que Jesucristo fue un hombre revoltoso asesinado por el orden imperante. Y que sin la rebeldía de Cáceres habríamos detenido nuestra historia en el mísero Iglesias. Y que sin la rebeldía de De Gaulle los franceses habrían tenido que arrastrarse junto a Petain, ese gran derechista pro nazi.
Mi generación ha fracasado. Pudimos tener a un refundador del país y construimos a García. Pudimos tener a un inconforme consagrado por las multitudes, a alguien que estuviese más impulsado por el amor que por el odio, pero nos detuvimos en Robespierre y en sus encarnaciones criollas.
Pudimos tener un país y lo que permitimos fue un mall. Ahora la pelota está en el tejado de los jóvenes. De ellos dependerá que este país cambie de verdad.
Hace como mil años que vivimos hablando en voz baja, consintiendo.
Hablamos bajito cuando los incas podían desollarte. Y más bajito cuando los españoles te podían trocear. Y todavía con murmullos cuando fuimos libres de boca para afuera pero súbditos de los sucesivos caudillos que creían que el Estado era un bien raíz y una chacra para los amigotes. Así fuimos haciendo esta gran Aracataca. Macondo hicimos.
Pensar era –y es– una anomalía. Disentir, una provocación. Rebelarse, una extensión de la locura. En un país dominado por la injusticia hablar de la injusticia te podía costar El Frontón. Y luchar contra ella, la vida.
Frente a un Túpac Amaru hubo cien Piérolas creando sus propios califatos. Porque el miedo a la libertad no es solo el título de un libro de Fromm. Es la consigna que la derecha le ha impuesto al Perú. Está en su escudo desarmado y en sus genes vendedores mayoristas de su propio país.
Todos roban –te dicen–. Y eso es casi una invitación a robar. Porque si todos roban, ya nadie roba.
–Aquí no hay castigos ni recompensas, todo se olvida– te muelen repitiéndolo. Y eso es otra incitación a la impunidad.
Lo criollo es también esta salsa espesa de quietud egoísta. Las verdaderas tradiciones peruanas no son las de Ricardo Palma: son decir sí y estar en la foto.
¿Exigir cambios? Eso es –dicen los que cortan el jamón y los idiotas de sus services– de chavistas, rojos, perfeccionistas, amargados y renegones. En el Perú la ira de los pobres se combate con misas o balazos y hay un estoico agazapado en cada futuro, detrás de la maleza de los días. Y cuando estemos lo suficientemente ablandados, vendrá el tiro de gracia. Y cuando venga el tiro de gracia, cuando ya no pienses sino en ti mismo y bailes solo en la loseta ínfima que te asignaron, ese será el día final de tu hechura: serás uno de ellos. Hablarás como ellos, maldecirás como ellos, venderás como ellos. Y, sobre todo, harás lo que ellos: negar al otro y sólo reconocerte entre los tuyos.
Que los jóvenes aprendan la lección. Nada cambiará si no matamos la resignación.
Porque la democracia no consiste en votar de vez en cuando. Consiste en ejercer la libertad a cada rato.
Los esclavos no aman la libertad –esa es una mentira altruista–. Solo los libres pueden amar la libertad y defenderla.
La mansedumbre no es madurez sino derrota. El aguante es la amnistía crónica. La docilidad es lo que se les exigía a los negros carabalíes embarcados a la fuerza en el puerto de Macao. La libertad no mata. La paciencia es una mentira teologal que contradice a Cristo y que Cipriani aplica en cada hostia. Cristo fue impaciente. La vida es una ráfaga impaciente.
Los peruanos no nacimos un día en el que Dios estuvo enfermo, como decía Vallejo de sí mismo. Naceremos el día en que sepamos apreciar el vértigo creador de la palabra desacato. El desacato no es el caos. Caos es lo que vendrá cuando las presiones sociales, contenidas por el plomo y la mentira, revienten otra vez.
Y ahora sería un magnífico desacato, un descomunal acto de rebelión democrática o dejarse engatusar por quienes quieren, en el colmo de la indignidad, que premiemos a la hija de un ladrón y asesino –ladrona ella misma al gozar del dinero robado– con la presidencia de la República.
Y todo por cerrarle el camino a un señor que quiere cambiar algunas cosas. Solo algunas cosas. Un señor al que la experiencia ha moderado y que se ha comprometido a no hacer experimentos anacrónicos. Pero que sí quiere que las mineras paguen lo que deben, que los impuestos sean más directos, que los viejos estén menos desamparados, que haya menos hambre y que la pobreza rural se atenúe todo lo que se pueda sin desbaratar la economía. Y que quiere también que el gas peruano abastezca primero a los peruanos y que los grandes proyectos de exploración y explotación de la minería y del petróleo se concilien con los intereses nativos y las normas ambientales que no se están cumpliendo.
La derecha quiere volver a demostrarnos que siempre gana. Presentó cuatro candidatos –cuatro variaciones de la misma melodía: Castañeda, Toledo, PPK y K. Fujimori– y los cuatro perdieron. Ganó un hombre gris que propuso algunos cambios. Y lo peor: sale la primera encuesta pos primera vuelta y el hombre sin demasiados atributos ¡sigue ganando! Y sigue ganando porque Lima, este espanto, no es el Perú. Porque el gobierno de Las Casuarinas está en crisis. Porque el modelo García, una combinación de Caco con Friedman, drena sanguaza.
Entonces, la derecha propone liquidar, de una vez y para siempre, esta pesadilla que aturde al dólar, baja las acciones, hace chorrear el rímel. Para eso están su tele, su radio, sus periódicos. Y se deciden por lo previsible: la campaña del terror.
Solo el terror podrá salvarlos. Porque saben que su prontuariada candidata es impresentable aun para 75 por ciento de peruanos.
Lo único que cabe, entonces, es bombardear al incómodo reformista con todos los B-52 de la calumnia, el rumor, la mugre, la idiotez que los cándidos pueden propagar. El propósito es el homicidio político del hombre que propone algunos cambios. Y los muertos no pueden ganar elecciones.
Hablan de intromisión extranjera los que quisieran anexarse a los Estados Unidos o al Chile potente que sus tatarabuelos dejaron entrar con su cobardía y su desunión. Denuncian que la libertad de prensa peligra quienes despiden a periodistas que se niegan a sumarse al lodo de la campaña contra Humala. Y advierten que el empleo está amenazado quienes han creado la mayor cantidad imaginable de empleos basura y services explotadoras.
Y a todo esto le llaman “elecciones democráticas”. A ensuciar la inmundicia le llaman “debate”. Y no tienen problema alguno bancando a una candidata indecente. Ellos representan la vieja indecencia de las encomiendas, las ladronas leyes de consolidación, el festín del guano. La señora K. Fujimori les cae como anillo al dedo.
Reproducido del semanario Hildebrandt en sus trece que cada viernes está en circulación.
UNIDAD PARA VENCER
.Por Javier Diez Canseco
Un 32% de votos ungió a Ollanta Humala y Gana Perú ganadores el 10 de abril. El voto por el cambio, la diversidad de candidaturas conservadoras de centroderecha y el peso específico del fujimorismo marcaron el proceso. La segunda vuelta enfrenta a Humala y Gana Perú con Keiko Fujimori, hoy en posición de renovada y abierta defensa y continuidad del régimen de su padre, condenado por crímenes de lesa humanidad y asalto a la Caja Fiscal, responsable del golpe del 92 y de un enfermizo afán reeleccionista para fundar una dinastía. El escenario es propicio para abrir puertas a que Gana Perú construya un amplio y firme acuerdo nacional de gobernabilidad –con fuerzas políticas y sociales– alrededor de los compromisos fundamentales asumidos con el país. Como dice Gorriti citando a Steven Levitsky: “Se puede tener dudas de Humala, pero de Keiko (Fujimori) tenemos pruebas”.
Algunos insisten –poderosos medios de comunicación y ciertos grupos económicos que no quieren ceder prebendas, beneficios indebidos ni asumir responsabilidades que les corresponde con el país– en una irresponsable e inútil campaña de demolición y miedo que está condenada al fracaso. Una campaña ciega ante una amplia mayoría que protesta ante un crecimiento notable de la economía que, sin embargo, no llega a sus bolsillos ni mejora sus condiciones de vida. Una campaña que ignora el rechazo mayoritario a un sistema político infectado por la corrupción impune, el abuso de poder, la falta de rendición de cuentas de las autoridades y la ausencia de control ciudadano sobre el manejo del poder que delega a las autoridades.
Son los que no quieren ver que –según Apoyo– 75% de peruanos quieren cambios, radicales o graduales, del manejo económico para sentir el crecimiento en sus bolsillos. Los que se niegan a aceptar que el sistema político imperante carece de legitimidad y casi no da más: según el CEPLAN gubernamental 84% de los ciudadanos creen poco o nada en los partidos políticos y un 76% piensan lo mismo de Congreso y del Gobierno. ¿El colapso del sistema político no es evidente con la debacle del APRA, a pesar de los ingentes recursos económicos que ha manejado, la descomposición del liderazgo de Lourdes Flores, y la casi desaparición de los parlamentarios tradicionales más connotados? El Perú necesita cambios, un Contrato Social, una visión de país que sea sentida como propia por una amplia mayoría hoy excluida.
Gana Perú y Humala buscan construir no solo una fuerza electoral, social y política mayoritaria, alrededor de una propuesta de país que comparta una amplia mayoría y haga posible un Perú con derechos y oportunidades para todos, gobernando con estabilidad y firmeza. Así lo señaló Humala al conocer los resultados.
Hay compromisos fundamentales asumidos que han estado presentes en las propuestas de otras fuerzas democráticas y constituyen un anhelo mayoritario. La revolución educativa, duplicar el presupuesto de Educación y dejar de tener el 80% de centros educativos rurales (26,334) unidocentes o multigrado, es decir, sin un maestro por cada grado educativo, por una educación de calidad con alimentación, atención de salud y comunicaciones modernas para dejar de lado nuestra pésima ubicación en la escala mundial.
Lo mismo pasa con el programa Cuna Más para atender a niños de 0 a 3 años (con alto porcentaje de malnutrición), con el aumento del presupuesto de Salud o la implementación de Jubilación 65. Y ello requiere recursos económicos, exige mayor recaudación tributaria que provendrá de mayores aportes de la gran minería y sus sobreganancias, así como de sectores que tienen enormes rentas, de un proceso de lucha contra la corrupción que nos drena el presupuesto nacional en miles de millones al año, así como de avanzar en la formalización de PYMES y empresas vía programas de apoyo e incentivos.
Se equivocan quienes quieren arrinconar los compromisos asumidos y buscan impedir un amplio y mayoritario bloque nacional de fuerzas sociales y políticas que nos permitan un Perú para todos. Alejandro Toledo ha anunciado ya su disposición a unir esfuerzos, con actitud vigilante, por el país. Vladimiro Huaroc ha hecho lo propio y en los próximos días ello se irá ampliando por coincidencias fundamentales y por la amenaza que representa la restauración de una dinastía cleptocrática, abusiva y violadora de DDHH en el gobierno.
Un 32% de votos ungió a Ollanta Humala y Gana Perú ganadores el 10 de abril. El voto por el cambio, la diversidad de candidaturas conservadoras de centroderecha y el peso específico del fujimorismo marcaron el proceso. La segunda vuelta enfrenta a Humala y Gana Perú con Keiko Fujimori, hoy en posición de renovada y abierta defensa y continuidad del régimen de su padre, condenado por crímenes de lesa humanidad y asalto a la Caja Fiscal, responsable del golpe del 92 y de un enfermizo afán reeleccionista para fundar una dinastía. El escenario es propicio para abrir puertas a que Gana Perú construya un amplio y firme acuerdo nacional de gobernabilidad –con fuerzas políticas y sociales– alrededor de los compromisos fundamentales asumidos con el país. Como dice Gorriti citando a Steven Levitsky: “Se puede tener dudas de Humala, pero de Keiko (Fujimori) tenemos pruebas”.
Algunos insisten –poderosos medios de comunicación y ciertos grupos económicos que no quieren ceder prebendas, beneficios indebidos ni asumir responsabilidades que les corresponde con el país– en una irresponsable e inútil campaña de demolición y miedo que está condenada al fracaso. Una campaña ciega ante una amplia mayoría que protesta ante un crecimiento notable de la economía que, sin embargo, no llega a sus bolsillos ni mejora sus condiciones de vida. Una campaña que ignora el rechazo mayoritario a un sistema político infectado por la corrupción impune, el abuso de poder, la falta de rendición de cuentas de las autoridades y la ausencia de control ciudadano sobre el manejo del poder que delega a las autoridades.
Son los que no quieren ver que –según Apoyo– 75% de peruanos quieren cambios, radicales o graduales, del manejo económico para sentir el crecimiento en sus bolsillos. Los que se niegan a aceptar que el sistema político imperante carece de legitimidad y casi no da más: según el CEPLAN gubernamental 84% de los ciudadanos creen poco o nada en los partidos políticos y un 76% piensan lo mismo de Congreso y del Gobierno. ¿El colapso del sistema político no es evidente con la debacle del APRA, a pesar de los ingentes recursos económicos que ha manejado, la descomposición del liderazgo de Lourdes Flores, y la casi desaparición de los parlamentarios tradicionales más connotados? El Perú necesita cambios, un Contrato Social, una visión de país que sea sentida como propia por una amplia mayoría hoy excluida.
Gana Perú y Humala buscan construir no solo una fuerza electoral, social y política mayoritaria, alrededor de una propuesta de país que comparta una amplia mayoría y haga posible un Perú con derechos y oportunidades para todos, gobernando con estabilidad y firmeza. Así lo señaló Humala al conocer los resultados.
Hay compromisos fundamentales asumidos que han estado presentes en las propuestas de otras fuerzas democráticas y constituyen un anhelo mayoritario. La revolución educativa, duplicar el presupuesto de Educación y dejar de tener el 80% de centros educativos rurales (26,334) unidocentes o multigrado, es decir, sin un maestro por cada grado educativo, por una educación de calidad con alimentación, atención de salud y comunicaciones modernas para dejar de lado nuestra pésima ubicación en la escala mundial.
Lo mismo pasa con el programa Cuna Más para atender a niños de 0 a 3 años (con alto porcentaje de malnutrición), con el aumento del presupuesto de Salud o la implementación de Jubilación 65. Y ello requiere recursos económicos, exige mayor recaudación tributaria que provendrá de mayores aportes de la gran minería y sus sobreganancias, así como de sectores que tienen enormes rentas, de un proceso de lucha contra la corrupción que nos drena el presupuesto nacional en miles de millones al año, así como de avanzar en la formalización de PYMES y empresas vía programas de apoyo e incentivos.
Se equivocan quienes quieren arrinconar los compromisos asumidos y buscan impedir un amplio y mayoritario bloque nacional de fuerzas sociales y políticas que nos permitan un Perú para todos. Alejandro Toledo ha anunciado ya su disposición a unir esfuerzos, con actitud vigilante, por el país. Vladimiro Huaroc ha hecho lo propio y en los próximos días ello se irá ampliando por coincidencias fundamentales y por la amenaza que representa la restauración de una dinastía cleptocrática, abusiva y violadora de DDHH en el gobierno.
DUEÑOS DEL PERU SE ACHORAN
.Por Javier Diez Canseco
La victoria de Gana Perú y Ollanta Humala en la primera vuelta electoral ha desatado una desenfrenada campaña buscando impedir su victoria definitiva este 5 de junio. La campaña busca generar miedo entre la población y opera en diversos frentes.
En el frente mediático –los diarios, radios y canales de TV enrolados en la campaña– se valen de toda clase de infundios y mentiras. Son los poderes fácticos y sus padrinos, que los sostienen con avisaje. Deforman el programa de gobierno, inventan medidas inexistentes, hacen correr rumores sobre amenazas a los ahorros, fondos de pensiones o propiedades de la población.
Buscan presentar contradicciones al interior de Gana Perú, mostrarlo como una agrupación incongruente, con doble mensaje.
Quieren desprestigiar cualquier esfuerzo de constituir una mayoría social y política, un bloque más amplio y que permita un gobierno consistente para manejar el país y conducirlo en la vía de un crecimiento que se sienta en el bolsillo y la calidad de vida de la gente, un Perú para todos que devuelva ética a la política y control ciudadano sobre las autoridades.
La guerra sucia opera también, como en el 2006, en la manipulación económica. Poderosos grupos económicos promueven inestabilidad cambiaria, es decir, devaluación de la moneda, y alientan la caída en la Bolsa de Valores con corridas que ellos mismos promueven. Hipócritamente presentan sus fluctuaciones como algo que se debe exclusivamente a la situación política peruana, pretendiendo ignorar la gravísima crisis de Japón y los países árabes, su impacto en la economía mundial, en el alza del petróleo y los efectos de la crisis internacional que se arrastra desde el 2008. Son los poderes fácticos económicos en acción. Defienden sus intereses a toda costa y tratan de generar terror financiero en la gente para impedir el acceso al gobierno de quienes postulan un manejo económico con redistribución de riqueza que genere más equidad y que obligue a las grandes mineras a pagar al país por las regalías y sobreganancias que nos corresponden, terminando con los privilegios tributarios que indebidamente gozan.
Son estos los poderes fácticos. Nadie los ha elegido, pero se erigen como la voz de la sociedad por sí y ante sí, pretenden imponer la agenda política y llevarnos de las narices como si sus intereses fueran los mismos que los de la Nación. Y, no cabe duda que buscan mover las aguas entre sectores de las FFAA como lo han hecho siempre que se han visto en minoría ante la gente de a pie.
La campaña de los “dueños del Perú” se vale de todo y pretende imponernos la restauración de un régimen criminal y cleptocrático cuyo mentor está condenado a 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad y por asalto a la caja fiscal. Keiko Fujimori no es sino el mascarón de proa de su padre y del equipo que gobernó con él y que ella lleva en su lista al Congreso. Nada parece importar a los poderosos con tal de preservar sus intereses.
La campaña busca también –si no logra impedir la victoria– arrinconar y someter a Gana Perú a modificar e incumplir sus principales compromisos y a impedir ampliar la unidad política y social que haga posible ser gobierno. Quieren que renunciemos a la reforma tributaria para que las mineras paguen lo que corresponde, que renunciemos a renegociar los contratos de Camisea para abaratar el gas y reservar su consumo para atender al Perú, o dejar de reducir las abusivas tasas de interés que nos imponen con los créditos o las tasas de administración que nos cobran las AFP. Quieren que GP abandone Pensión 65, Cuna Más, la Revolución Educativa y la duplicación del presupuesto del ramo, que deje de lado el apoyo a las pymes y el agro. Quieren dejarnos sin los recursos para poder cumplir y sin la capacidad de imponer las regulaciones económicas que defiendan a los usuarios, consumidores y prestatarios
La victoria de Gana Perú y Ollanta Humala en la primera vuelta electoral ha desatado una desenfrenada campaña buscando impedir su victoria definitiva este 5 de junio. La campaña busca generar miedo entre la población y opera en diversos frentes.
En el frente mediático –los diarios, radios y canales de TV enrolados en la campaña– se valen de toda clase de infundios y mentiras. Son los poderes fácticos y sus padrinos, que los sostienen con avisaje. Deforman el programa de gobierno, inventan medidas inexistentes, hacen correr rumores sobre amenazas a los ahorros, fondos de pensiones o propiedades de la población.
Buscan presentar contradicciones al interior de Gana Perú, mostrarlo como una agrupación incongruente, con doble mensaje.
Quieren desprestigiar cualquier esfuerzo de constituir una mayoría social y política, un bloque más amplio y que permita un gobierno consistente para manejar el país y conducirlo en la vía de un crecimiento que se sienta en el bolsillo y la calidad de vida de la gente, un Perú para todos que devuelva ética a la política y control ciudadano sobre las autoridades.
La guerra sucia opera también, como en el 2006, en la manipulación económica. Poderosos grupos económicos promueven inestabilidad cambiaria, es decir, devaluación de la moneda, y alientan la caída en la Bolsa de Valores con corridas que ellos mismos promueven. Hipócritamente presentan sus fluctuaciones como algo que se debe exclusivamente a la situación política peruana, pretendiendo ignorar la gravísima crisis de Japón y los países árabes, su impacto en la economía mundial, en el alza del petróleo y los efectos de la crisis internacional que se arrastra desde el 2008. Son los poderes fácticos económicos en acción. Defienden sus intereses a toda costa y tratan de generar terror financiero en la gente para impedir el acceso al gobierno de quienes postulan un manejo económico con redistribución de riqueza que genere más equidad y que obligue a las grandes mineras a pagar al país por las regalías y sobreganancias que nos corresponden, terminando con los privilegios tributarios que indebidamente gozan.
Son estos los poderes fácticos. Nadie los ha elegido, pero se erigen como la voz de la sociedad por sí y ante sí, pretenden imponer la agenda política y llevarnos de las narices como si sus intereses fueran los mismos que los de la Nación. Y, no cabe duda que buscan mover las aguas entre sectores de las FFAA como lo han hecho siempre que se han visto en minoría ante la gente de a pie.
La campaña de los “dueños del Perú” se vale de todo y pretende imponernos la restauración de un régimen criminal y cleptocrático cuyo mentor está condenado a 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad y por asalto a la caja fiscal. Keiko Fujimori no es sino el mascarón de proa de su padre y del equipo que gobernó con él y que ella lleva en su lista al Congreso. Nada parece importar a los poderosos con tal de preservar sus intereses.
La campaña busca también –si no logra impedir la victoria– arrinconar y someter a Gana Perú a modificar e incumplir sus principales compromisos y a impedir ampliar la unidad política y social que haga posible ser gobierno. Quieren que renunciemos a la reforma tributaria para que las mineras paguen lo que corresponde, que renunciemos a renegociar los contratos de Camisea para abaratar el gas y reservar su consumo para atender al Perú, o dejar de reducir las abusivas tasas de interés que nos imponen con los créditos o las tasas de administración que nos cobran las AFP. Quieren que GP abandone Pensión 65, Cuna Más, la Revolución Educativa y la duplicación del presupuesto del ramo, que deje de lado el apoyo a las pymes y el agro. Quieren dejarnos sin los recursos para poder cumplir y sin la capacidad de imponer las regulaciones económicas que defiendan a los usuarios, consumidores y prestatarios
FUGITRATA
FUJITRRAFA
.Por Javier Diez Canseco
El Día Internacional del Trabajo: momento de reflexión y balance, decía Mariátegui. Tarea urgente ante la cercanía de las elecciones del 5 de junio, pues la opción de Keiko Fujimori y su “equipo de gobierno” –al que se ha sumado al ex asesor de su padre (y de Gadafi) Hernando de Soto– ya la probaron los trabajadores en carne propia.
Fujimori inauguró su gestión con el fujishock, un paquetazo económico que había prometido no aplicar y que imputó a MVLL. Devaluó brutalmente la moneda, multiplicó de golpe tarifas de servicios y precios (480% en un día) y demolió los sueldos y salarios de los trabajadores. Luego despidió a 300,000 trabajadores estatales y de empresas públicas a privatizar entre irregularidades y subvaluaciones.
La Carta del 93, hija del golpe de abril del 92, anuló derechos laborales existentes. Eliminó el principio de seguridad en el empleo de los trabajadores, haciendo tabla rasa de todo concepto de estabilidad laboral, y legalizó el despido arbitrario, a sola voluntad del empleador y sin necesidad de motivación (la ley permitiría aplicarlo a un 10% de la planilla). Así, institucionalizó la amenaza de despido por formar sindicatos o reclamar aumentos, pagos a tiempo, horarios de 8 horas y pago de horas extras o simplemente contratos formales. Precarizó el empleo.
Fujimori institucionalizó el aporte de García al mundo del trabajo: la tercerización del empleo. Services y contratas temporales que enganchan trabajadores para tareas permanentes en las empresas como si fueran trabajos temporales, sometiéndolos a regímenes laborales con derechos recortados (sin goce efectivo de vacaciones, sin derechos sociales, con salarios disminuidos, etc.). Hoy hay más de ocho regímenes de contratación laboral temporal y abarcan a la mayoría de los trabajadores formales, aun en sectores de alta rentabilidad y riqueza como la minería e industrias extractivas.
Se amplió la era de los contratos temporales sin límite, como el caso textil que venía desde Morales Bermúdez, condenando a los trabajadores del sector a un régimen inhumano, especialmente a las mujeres y sus derechos como gestantes. Este régimen, que en el Estado se extendió como un cáncer con los contratos por servicios no personales y los CAS, facilita toda clase de abusos. Horas extras impagas, acoso sexual impune por miedo a perder el empleo, etc.
La eliminación de derechos y seguridad en el trabajo produjo efectos organizativos. Reducción de sindicatos entre los trabajadores formales, hoy apenas un 4% de los trabajadores, eliminación de la negociación colectiva de convenios laborales por rama, anulación de convenios colectivos existentes y retroceso de derechos ganados. El debilitamiento orgánico de los trabajadores condujo a la reducción del salario. El mínimo legal de hoy es menos del 30%, en capacidad de compra, de lo que era a mediados de los 70. El “milagro económico” se asienta en el cholo barato y sin derechos, como realidad de vida de la gran mayoría de peruanos. Se redujeron vacaciones, indemnizaciones por despido arbitrario, derecho de huelga y se incrementaron los accidentes de trabajo. Para colmo, el modelo fujimontesinista instaló regímenes de empleo juvenil temporal y con derechos recortados o inexistentes que sobreexplotan a nuestra juventud en fábricas y grandes almacenes comerciales.
Desde el fujimorismo, el Ministerio de Trabajo está pintado en la pared, inoperante, con una ridícula cantidad de inspectores y sometido a las grandes empresas. Es el Estado que viola sus propias leyes laborales y que, en la época de Fujimori, llegó al asesinato del SG de la CGTP Pedro Huillca, como ya el Comando Rodrigo Franco lo hiciera con el minero Saúl Cantoral y Consuelo García en 1989.
El “milagro económico” tiene a 72 de cada 100 peruanos y peruanas en edad de trabajar en la informalidad, fuera de planilla, de seguridad social, derechos pensionarios o vacaciones. Y encima, atacan la Pensión 65 para adultos mayores con un mínimo de dignidad como en muchos otros países del mundo. Este es el fujitrabajo. ¿Quieren más?
.Por Javier Diez Canseco
El Día Internacional del Trabajo: momento de reflexión y balance, decía Mariátegui. Tarea urgente ante la cercanía de las elecciones del 5 de junio, pues la opción de Keiko Fujimori y su “equipo de gobierno” –al que se ha sumado al ex asesor de su padre (y de Gadafi) Hernando de Soto– ya la probaron los trabajadores en carne propia.
Fujimori inauguró su gestión con el fujishock, un paquetazo económico que había prometido no aplicar y que imputó a MVLL. Devaluó brutalmente la moneda, multiplicó de golpe tarifas de servicios y precios (480% en un día) y demolió los sueldos y salarios de los trabajadores. Luego despidió a 300,000 trabajadores estatales y de empresas públicas a privatizar entre irregularidades y subvaluaciones.
La Carta del 93, hija del golpe de abril del 92, anuló derechos laborales existentes. Eliminó el principio de seguridad en el empleo de los trabajadores, haciendo tabla rasa de todo concepto de estabilidad laboral, y legalizó el despido arbitrario, a sola voluntad del empleador y sin necesidad de motivación (la ley permitiría aplicarlo a un 10% de la planilla). Así, institucionalizó la amenaza de despido por formar sindicatos o reclamar aumentos, pagos a tiempo, horarios de 8 horas y pago de horas extras o simplemente contratos formales. Precarizó el empleo.
Fujimori institucionalizó el aporte de García al mundo del trabajo: la tercerización del empleo. Services y contratas temporales que enganchan trabajadores para tareas permanentes en las empresas como si fueran trabajos temporales, sometiéndolos a regímenes laborales con derechos recortados (sin goce efectivo de vacaciones, sin derechos sociales, con salarios disminuidos, etc.). Hoy hay más de ocho regímenes de contratación laboral temporal y abarcan a la mayoría de los trabajadores formales, aun en sectores de alta rentabilidad y riqueza como la minería e industrias extractivas.
Se amplió la era de los contratos temporales sin límite, como el caso textil que venía desde Morales Bermúdez, condenando a los trabajadores del sector a un régimen inhumano, especialmente a las mujeres y sus derechos como gestantes. Este régimen, que en el Estado se extendió como un cáncer con los contratos por servicios no personales y los CAS, facilita toda clase de abusos. Horas extras impagas, acoso sexual impune por miedo a perder el empleo, etc.
La eliminación de derechos y seguridad en el trabajo produjo efectos organizativos. Reducción de sindicatos entre los trabajadores formales, hoy apenas un 4% de los trabajadores, eliminación de la negociación colectiva de convenios laborales por rama, anulación de convenios colectivos existentes y retroceso de derechos ganados. El debilitamiento orgánico de los trabajadores condujo a la reducción del salario. El mínimo legal de hoy es menos del 30%, en capacidad de compra, de lo que era a mediados de los 70. El “milagro económico” se asienta en el cholo barato y sin derechos, como realidad de vida de la gran mayoría de peruanos. Se redujeron vacaciones, indemnizaciones por despido arbitrario, derecho de huelga y se incrementaron los accidentes de trabajo. Para colmo, el modelo fujimontesinista instaló regímenes de empleo juvenil temporal y con derechos recortados o inexistentes que sobreexplotan a nuestra juventud en fábricas y grandes almacenes comerciales.
Desde el fujimorismo, el Ministerio de Trabajo está pintado en la pared, inoperante, con una ridícula cantidad de inspectores y sometido a las grandes empresas. Es el Estado que viola sus propias leyes laborales y que, en la época de Fujimori, llegó al asesinato del SG de la CGTP Pedro Huillca, como ya el Comando Rodrigo Franco lo hiciera con el minero Saúl Cantoral y Consuelo García en 1989.
El “milagro económico” tiene a 72 de cada 100 peruanos y peruanas en edad de trabajar en la informalidad, fuera de planilla, de seguridad social, derechos pensionarios o vacaciones. Y encima, atacan la Pensión 65 para adultos mayores con un mínimo de dignidad como en muchos otros países del mundo. Este es el fujitrabajo. ¿Quieren más?
FUJITRABAAAJO
.Por Javier Diez Canseco
El Día Internacional del Trabajo: momento de reflexión y balance, decía Mariátegui. Tarea urgente ante la cercanía de las elecciones del 5 de junio, pues la opción de Keiko Fujimori y su “equipo de gobierno” –al que se ha sumado al ex asesor de su padre (y de Gadafi) Hernando de Soto– ya la probaron los trabajadores en carne propia.
Fujimori inauguró su gestión con el fujishock, un paquetazo económico que había prometido no aplicar y que imputó a MVLL. Devaluó brutalmente la moneda, multiplicó de golpe tarifas de servicios y precios (480% en un día) y demolió los sueldos y salarios de los trabajadores. Luego despidió a 300,000 trabajadores estatales y de empresas públicas a privatizar entre irregularidades y subvaluaciones.
La Carta del 93, hija del golpe de abril del 92, anuló derechos laborales existentes. Eliminó el principio de seguridad en el empleo de los trabajadores, haciendo tabla rasa de todo concepto de estabilidad laboral, y legalizó el despido arbitrario, a sola voluntad del empleador y sin necesidad de motivación (la ley permitiría aplicarlo a un 10% de la planilla). Así, institucionalizó la amenaza de despido por formar sindicatos o reclamar aumentos, pagos a tiempo, horarios de 8 horas y pago de horas extras o simplemente contratos formales. Precarizó el empleo.
Fujimori institucionalizó el aporte de García al mundo del trabajo: la tercerización del empleo. Services y contratas temporales que enganchan trabajadores para tareas permanentes en las empresas como si fueran trabajos temporales, sometiéndolos a regímenes laborales con derechos recortados (sin goce efectivo de vacaciones, sin derechos sociales, con salarios disminuidos, etc.). Hoy hay más de ocho regímenes de contratación laboral temporal y abarcan a la mayoría de los trabajadores formales, aun en sectores de alta rentabilidad y riqueza como la minería e industrias extractivas.
Se amplió la era de los contratos temporales sin límite, como el caso textil que venía desde Morales Bermúdez, condenando a los trabajadores del sector a un régimen inhumano, especialmente a las mujeres y sus derechos como gestantes. Este régimen, que en el Estado se extendió como un cáncer con los contratos por servicios no personales y los CAS, facilita toda clase de abusos. Horas extras impagas, acoso sexual impune por miedo a perder el empleo, etc.
La eliminación de derechos y seguridad en el trabajo produjo efectos organizativos. Reducción de sindicatos entre los trabajadores formales, hoy apenas un 4% de los trabajadores, eliminación de la negociación colectiva de convenios laborales por rama, anulación de convenios colectivos existentes y retroceso de derechos ganados. El debilitamiento orgánico de los trabajadores condujo a la reducción del salario. El mínimo legal de hoy es menos del 30%, en capacidad de compra, de lo que era a mediados de los 70. El “milagro económico” se asienta en el cholo barato y sin derechos, como realidad de vida de la gran mayoría de peruanos. Se redujeron vacaciones, indemnizaciones por despido arbitrario, derecho de huelga y se incrementaron los accidentes de trabajo. Para colmo, el modelo fujimontesinista instaló regímenes de empleo juvenil temporal y con derechos recortados o inexistentes que sobreexplotan a nuestra juventud en fábricas y grandes almacenes comerciales.
Desde el fujimorismo, el Ministerio de Trabajo está pintado en la pared, inoperante, con una ridícula cantidad de inspectores y sometido a las grandes empresas. Es el Estado que viola sus propias leyes laborales y que, en la época de Fujimori, llegó al asesinato del SG de la CGTP Pedro Huillca, como ya el Comando Rodrigo Franco lo hiciera con el minero Saúl Cantoral y Consuelo García en 1989.
El “milagro económico” tiene a 72 de cada 100 peruanos y peruanas en edad de trabajar en la informalidad, fuera de planilla, de seguridad social, derechos pensionarios o vacaciones. Y encima, atacan la Pensión 65 para adultos mayores con un mínimo de dignidad como en muchos otros países del mundo. Este es el fujitrabajo. ¿Quieren más?
El Día Internacional del Trabajo: momento de reflexión y balance, decía Mariátegui. Tarea urgente ante la cercanía de las elecciones del 5 de junio, pues la opción de Keiko Fujimori y su “equipo de gobierno” –al que se ha sumado al ex asesor de su padre (y de Gadafi) Hernando de Soto– ya la probaron los trabajadores en carne propia.
Fujimori inauguró su gestión con el fujishock, un paquetazo económico que había prometido no aplicar y que imputó a MVLL. Devaluó brutalmente la moneda, multiplicó de golpe tarifas de servicios y precios (480% en un día) y demolió los sueldos y salarios de los trabajadores. Luego despidió a 300,000 trabajadores estatales y de empresas públicas a privatizar entre irregularidades y subvaluaciones.
La Carta del 93, hija del golpe de abril del 92, anuló derechos laborales existentes. Eliminó el principio de seguridad en el empleo de los trabajadores, haciendo tabla rasa de todo concepto de estabilidad laboral, y legalizó el despido arbitrario, a sola voluntad del empleador y sin necesidad de motivación (la ley permitiría aplicarlo a un 10% de la planilla). Así, institucionalizó la amenaza de despido por formar sindicatos o reclamar aumentos, pagos a tiempo, horarios de 8 horas y pago de horas extras o simplemente contratos formales. Precarizó el empleo.
Fujimori institucionalizó el aporte de García al mundo del trabajo: la tercerización del empleo. Services y contratas temporales que enganchan trabajadores para tareas permanentes en las empresas como si fueran trabajos temporales, sometiéndolos a regímenes laborales con derechos recortados (sin goce efectivo de vacaciones, sin derechos sociales, con salarios disminuidos, etc.). Hoy hay más de ocho regímenes de contratación laboral temporal y abarcan a la mayoría de los trabajadores formales, aun en sectores de alta rentabilidad y riqueza como la minería e industrias extractivas.
Se amplió la era de los contratos temporales sin límite, como el caso textil que venía desde Morales Bermúdez, condenando a los trabajadores del sector a un régimen inhumano, especialmente a las mujeres y sus derechos como gestantes. Este régimen, que en el Estado se extendió como un cáncer con los contratos por servicios no personales y los CAS, facilita toda clase de abusos. Horas extras impagas, acoso sexual impune por miedo a perder el empleo, etc.
La eliminación de derechos y seguridad en el trabajo produjo efectos organizativos. Reducción de sindicatos entre los trabajadores formales, hoy apenas un 4% de los trabajadores, eliminación de la negociación colectiva de convenios laborales por rama, anulación de convenios colectivos existentes y retroceso de derechos ganados. El debilitamiento orgánico de los trabajadores condujo a la reducción del salario. El mínimo legal de hoy es menos del 30%, en capacidad de compra, de lo que era a mediados de los 70. El “milagro económico” se asienta en el cholo barato y sin derechos, como realidad de vida de la gran mayoría de peruanos. Se redujeron vacaciones, indemnizaciones por despido arbitrario, derecho de huelga y se incrementaron los accidentes de trabajo. Para colmo, el modelo fujimontesinista instaló regímenes de empleo juvenil temporal y con derechos recortados o inexistentes que sobreexplotan a nuestra juventud en fábricas y grandes almacenes comerciales.
Desde el fujimorismo, el Ministerio de Trabajo está pintado en la pared, inoperante, con una ridícula cantidad de inspectores y sometido a las grandes empresas. Es el Estado que viola sus propias leyes laborales y que, en la época de Fujimori, llegó al asesinato del SG de la CGTP Pedro Huillca, como ya el Comando Rodrigo Franco lo hiciera con el minero Saúl Cantoral y Consuelo García en 1989.
El “milagro económico” tiene a 72 de cada 100 peruanos y peruanas en edad de trabajar en la informalidad, fuera de planilla, de seguridad social, derechos pensionarios o vacaciones. Y encima, atacan la Pensión 65 para adultos mayores con un mínimo de dignidad como en muchos otros países del mundo. Este es el fujitrabajo. ¿Quieren más?
REFORMA EDUCATIVA Y TRIBUTARIA
.Por Javier Diez Canseco
Estamos penúltimos en calidad educativa en A. Latina. Gran parte de nuestros alumnos no comprende lo que lee, no maneja habilidades matemáticas ni científicas elementales. Nuestro presupuesto educativo es de los más bajos del continente: bordeamos el 3% del PBI. El AN, firmado por los partidos y las principales instituciones, establece que debemos invertir el 6% del PBI, pero es imposible en un país cuyo gobierno central apenas recauda entre 14-15% del PBI.
Brasil recauda el 34.5% de su PBI, Argentina 32% y Bolivia un 22%, muy por encima del Perú. Imposible pensar que con una recaudación del 14% del PBI podamos dedicarle 6% a educación y dejarle al resto del Estado apenas un 8%. No habrá más presupuesto educativo sin más recaudación tributaria.
Es evidente que un aparato educativo con resultados tan desastrosos requiere de más recursos y de una gestión más eficiente. La desigualdad marca la educación peruana. Así, sobre 26,334 centros educativos rurales del Estado, 20,990 son, según el CNE, escuelas unidocentes o multigrado: tienen un maestro o dos para todos los alumnos. Carecen de maestros por especialidad, de instalaciones adecuadas, de bibliotecas y servicios como Internet. El futuro de esos alumnos no es prometedor. Ello no ha cambiado en esta década de crecimiento estrella de la economía. Sumemos a ello los bajos sueldos de los profesores, su necesidad de tener dos o tres empleos, la ausencia de incentivos reales para actualizar sus conocimientos y procedimientos pedagógicos, y el pésimo manejo que hace la ley de carrera magisterial con mecanismos de evaluación unilaterales y antitécnicos.
Otro rubro fundamental a atender para mejorar la educación.
Además, los alumnos requieren una alimentación básica para permitirles un adecuado rendimiento. Un 30% de nuestra infancia está mal nutrida o desnutrida, lo que limita su rendimiento. Y si sumamos la ausencia de una política de salud preventiva y de mecanismos de diagnostico temprano de dificultades o discapacidades entre los alumnos, el panorama es más sombrío. Cambiar estas circunstancias exige recursos: más recaudación y una reforma tributaria.
Ni qué decir de los extremos de la estructura educativa. La educación inicial es insuficiente. El 2009, en zonas rurales, no eran atendidos más de 516,000 niños de 3 a 5 años. Y los Programas No Escolarizados de Educación Inicial (PRONOEI) eran de muy baja calidad y solo atendían a 252,000 niños. En el otro extremo, la educación técnica está casi abandonada y la educación universitaria pública ha deteriorado su calidad y enfrenta la desleal competencia de instituciones privadas, que –muchas veces– carecen de certificación de calidad, brindan deplorable formación pero generan ingentes ganancias apoyándose en la esperanza de un supuesto futuro mejor.
Las universidades, en general, desarrollan escasa o nula investigación. Carecen de centros de aplicación práctica para que los alumnos contrasten la teoría con la práctica y desarrollen apoyo científico y técnico a los requerimientos y necesidades de su entorno, de la sociedad en la que viven.
Duplicar el presupuesto en educación es un compromiso consensual incumplido. Una falsedad por falta de voluntad política. Hoy se abre esta posibilidad con la propuesta de Gana Perú de una revolución educativa y una reforma tributaria que le dé recursos. Que el Estado tenga un mayor porcentaje de la enorme renta minera que hoy se llevan grandes transnacionales. Que paguen las regalías que hoy no pagan. Terminar con los privilegios tributarios que les regaló Fujimori. Que el Estado cobre las deudas tributarias a la SUNAT, cuyo principal deudor es Telefónica del Perú, con casi dos mil millones de soles. Y, si sumáramos el combate a la corrupción que se apropia, según el Contralor, de más de 13,000 millones de soles del presupuesto anual…financiaríamos la revolución educativa para dar igualdad de oportunidades a millones de peruanos, elevar el rendimiento y
Estamos penúltimos en calidad educativa en A. Latina. Gran parte de nuestros alumnos no comprende lo que lee, no maneja habilidades matemáticas ni científicas elementales. Nuestro presupuesto educativo es de los más bajos del continente: bordeamos el 3% del PBI. El AN, firmado por los partidos y las principales instituciones, establece que debemos invertir el 6% del PBI, pero es imposible en un país cuyo gobierno central apenas recauda entre 14-15% del PBI.
Brasil recauda el 34.5% de su PBI, Argentina 32% y Bolivia un 22%, muy por encima del Perú. Imposible pensar que con una recaudación del 14% del PBI podamos dedicarle 6% a educación y dejarle al resto del Estado apenas un 8%. No habrá más presupuesto educativo sin más recaudación tributaria.
Es evidente que un aparato educativo con resultados tan desastrosos requiere de más recursos y de una gestión más eficiente. La desigualdad marca la educación peruana. Así, sobre 26,334 centros educativos rurales del Estado, 20,990 son, según el CNE, escuelas unidocentes o multigrado: tienen un maestro o dos para todos los alumnos. Carecen de maestros por especialidad, de instalaciones adecuadas, de bibliotecas y servicios como Internet. El futuro de esos alumnos no es prometedor. Ello no ha cambiado en esta década de crecimiento estrella de la economía. Sumemos a ello los bajos sueldos de los profesores, su necesidad de tener dos o tres empleos, la ausencia de incentivos reales para actualizar sus conocimientos y procedimientos pedagógicos, y el pésimo manejo que hace la ley de carrera magisterial con mecanismos de evaluación unilaterales y antitécnicos.
Otro rubro fundamental a atender para mejorar la educación.
Además, los alumnos requieren una alimentación básica para permitirles un adecuado rendimiento. Un 30% de nuestra infancia está mal nutrida o desnutrida, lo que limita su rendimiento. Y si sumamos la ausencia de una política de salud preventiva y de mecanismos de diagnostico temprano de dificultades o discapacidades entre los alumnos, el panorama es más sombrío. Cambiar estas circunstancias exige recursos: más recaudación y una reforma tributaria.
Ni qué decir de los extremos de la estructura educativa. La educación inicial es insuficiente. El 2009, en zonas rurales, no eran atendidos más de 516,000 niños de 3 a 5 años. Y los Programas No Escolarizados de Educación Inicial (PRONOEI) eran de muy baja calidad y solo atendían a 252,000 niños. En el otro extremo, la educación técnica está casi abandonada y la educación universitaria pública ha deteriorado su calidad y enfrenta la desleal competencia de instituciones privadas, que –muchas veces– carecen de certificación de calidad, brindan deplorable formación pero generan ingentes ganancias apoyándose en la esperanza de un supuesto futuro mejor.
Las universidades, en general, desarrollan escasa o nula investigación. Carecen de centros de aplicación práctica para que los alumnos contrasten la teoría con la práctica y desarrollen apoyo científico y técnico a los requerimientos y necesidades de su entorno, de la sociedad en la que viven.
Duplicar el presupuesto en educación es un compromiso consensual incumplido. Una falsedad por falta de voluntad política. Hoy se abre esta posibilidad con la propuesta de Gana Perú de una revolución educativa y una reforma tributaria que le dé recursos. Que el Estado tenga un mayor porcentaje de la enorme renta minera que hoy se llevan grandes transnacionales. Que paguen las regalías que hoy no pagan. Terminar con los privilegios tributarios que les regaló Fujimori. Que el Estado cobre las deudas tributarias a la SUNAT, cuyo principal deudor es Telefónica del Perú, con casi dos mil millones de soles. Y, si sumáramos el combate a la corrupción que se apropia, según el Contralor, de más de 13,000 millones de soles del presupuesto anual…financiaríamos la revolución educativa para dar igualdad de oportunidades a millones de peruanos, elevar el rendimiento y
ENTORNO MAFIOSO DE KKEIKKO
.
Luego de la primera vuelta, la conducción de la campaña de F-2011 recayó en hombres claves que también lo fueron para Alberto Fujimori: Jaime Yoshiyama y José Chlimper. Vea la infografía de los hombres clave de Keiko Fujimori y su sentenciado padre.
Por: Luis Velásquez
Ellos, además de Santiago Fujimori, lideran el equipo que busca, de cualquier modo, renovar la imagen de la candidata.
Al menos dos veces por semana, la voz estruendosa de José Chlimper alborota la casa de Keiko Fujimori. Tremendo contraste con la personalidad de Jaime Yoshiyama, cuya presencia debe ser anunciada por Ana Herz, la asesora personal de la candidata de Fuerza 2011, pues de otro modo no se sabría que está en la sala esperando ser recibido.
Yoshiyama es el jefe de campaña de Fuerza 2011, mientras que el empresario asumió un papel protagónico recién a partir de la segunda vuelta, cuando Keiko decide dejar de lado a Carlos Raffo.
Yoshiyama Tanaka y Chlimper Akerman fueron ministros de Alberto Fujimori. El primero ocupó las carteras de Energía y Minas, y Transportes y Comunicaciones, y tras el golpe del 5 de abril de 1992 se convirtió en presidente del Congreso Constituyente Democrático (CCD).
Sobre la salida de Raffo hay varias versiones, incluso la señalada por él, pero lo que hoy sabemos es que “el Panda” se negaba a que la candidata ofreciera disculpas por los “errores” del pasado; mientras que Chlimper, convertido ya en el conductor de la campaña, insistía en una ruptura pública con el decenio del Fujimorato.
Curiosa posición la de Chlimper, recordado por sus frases y posturas confrontacionales, como la vez en que llamó “malnacidos” a estibadores del puerto del Callao y amenazó con dispararles.
Chlimper se encarga ahora de diseñar la estrategia comunicacional de Fuerza 2011. Es él quien evalúa, junto a Yoshiyama, Augusto Bedoya y Adolfo Dammert, la conveniencia o no de que la candidata salga a los medios de comunicación.
Se debe recordar que este ingeniero industrial fue ministro de Agricultura en la última etapa del fujimorato; es decir, cuando ya todo el país sabía quién era Vladimiro Montesinos y estaban probados los crímenes del Grupo Colina.
En cuanto a Dammert, se le señala como el gestor de la campaña “Tú no eres igual que tu viejo”, con la que se busca alejar la imagen de la candidata de los actos cometidos por Alberto Fujimori.
Entorno personal
Dos veces por semana se reúne este pequeño grupo para hacer un balance de la semana y discutir los pasos a seguir. De todo esto toma nota Ana Herz de Vega, quien acompaña a la candidata desde cuando era primera dama. Ella es, además, secretaria de organización de F-2011, y es la primera y la última en conversar con la congresista todos los días, pues le lleva la agenda.
A este círculo íntimo también pertenece Víctor Shiguiyama Kobashigawa, quien cumple tareas de asesor de la candidata. Él ha tenido mucho que ver en la elaboración del plan de gobierno, además que se ocupa de preparar los discursos y a la propia aspirante presidencial en cada uno de los debates.
La labor de preparar discursos también la cumple el abogado Pier Figari, quien además se encarga de las diarias coordinaciones entre el comando de campaña y las bases fujimoristas.
El ex ‘primer tío de la nación’ Santiago Fujimori también integra esta segunda fila del núcleo íntimo del fujimorismo. Su principal labor es reclutar, junto con Chlimper, a los técnicos y principales aportantes de dinero para la campaña.
Una fila más atrás se encuentra el candidato a primer vicepresidente, Rafael Rey (el otro es Yoshiyama), Rolando Sousa, César Luna Victoria, Cecilia Matsuno, Jorge Trelles y Fernán Altuve. Hernando de Soto, en tanto, solo ve temas puntuales.
Y el equipo no podría estar completo sin la asesora en conflictos sociales y medio ambiente, la socióloga Irma Montes Patiño, así como la encargada de los temas referidos a la reforma y modernización del Estado, Milagros Maraví.
Luego de la primera vuelta, la conducción de la campaña de F-2011 recayó en hombres claves que también lo fueron para Alberto Fujimori: Jaime Yoshiyama y José Chlimper. Vea la infografía de los hombres clave de Keiko Fujimori y su sentenciado padre.
Por: Luis Velásquez
Ellos, además de Santiago Fujimori, lideran el equipo que busca, de cualquier modo, renovar la imagen de la candidata.
Al menos dos veces por semana, la voz estruendosa de José Chlimper alborota la casa de Keiko Fujimori. Tremendo contraste con la personalidad de Jaime Yoshiyama, cuya presencia debe ser anunciada por Ana Herz, la asesora personal de la candidata de Fuerza 2011, pues de otro modo no se sabría que está en la sala esperando ser recibido.
Yoshiyama es el jefe de campaña de Fuerza 2011, mientras que el empresario asumió un papel protagónico recién a partir de la segunda vuelta, cuando Keiko decide dejar de lado a Carlos Raffo.
Yoshiyama Tanaka y Chlimper Akerman fueron ministros de Alberto Fujimori. El primero ocupó las carteras de Energía y Minas, y Transportes y Comunicaciones, y tras el golpe del 5 de abril de 1992 se convirtió en presidente del Congreso Constituyente Democrático (CCD).
Sobre la salida de Raffo hay varias versiones, incluso la señalada por él, pero lo que hoy sabemos es que “el Panda” se negaba a que la candidata ofreciera disculpas por los “errores” del pasado; mientras que Chlimper, convertido ya en el conductor de la campaña, insistía en una ruptura pública con el decenio del Fujimorato.
Curiosa posición la de Chlimper, recordado por sus frases y posturas confrontacionales, como la vez en que llamó “malnacidos” a estibadores del puerto del Callao y amenazó con dispararles.
Chlimper se encarga ahora de diseñar la estrategia comunicacional de Fuerza 2011. Es él quien evalúa, junto a Yoshiyama, Augusto Bedoya y Adolfo Dammert, la conveniencia o no de que la candidata salga a los medios de comunicación.
Se debe recordar que este ingeniero industrial fue ministro de Agricultura en la última etapa del fujimorato; es decir, cuando ya todo el país sabía quién era Vladimiro Montesinos y estaban probados los crímenes del Grupo Colina.
En cuanto a Dammert, se le señala como el gestor de la campaña “Tú no eres igual que tu viejo”, con la que se busca alejar la imagen de la candidata de los actos cometidos por Alberto Fujimori.
Entorno personal
Dos veces por semana se reúne este pequeño grupo para hacer un balance de la semana y discutir los pasos a seguir. De todo esto toma nota Ana Herz de Vega, quien acompaña a la candidata desde cuando era primera dama. Ella es, además, secretaria de organización de F-2011, y es la primera y la última en conversar con la congresista todos los días, pues le lleva la agenda.
A este círculo íntimo también pertenece Víctor Shiguiyama Kobashigawa, quien cumple tareas de asesor de la candidata. Él ha tenido mucho que ver en la elaboración del plan de gobierno, además que se ocupa de preparar los discursos y a la propia aspirante presidencial en cada uno de los debates.
La labor de preparar discursos también la cumple el abogado Pier Figari, quien además se encarga de las diarias coordinaciones entre el comando de campaña y las bases fujimoristas.
El ex ‘primer tío de la nación’ Santiago Fujimori también integra esta segunda fila del núcleo íntimo del fujimorismo. Su principal labor es reclutar, junto con Chlimper, a los técnicos y principales aportantes de dinero para la campaña.
Una fila más atrás se encuentra el candidato a primer vicepresidente, Rafael Rey (el otro es Yoshiyama), Rolando Sousa, César Luna Victoria, Cecilia Matsuno, Jorge Trelles y Fernán Altuve. Hernando de Soto, en tanto, solo ve temas puntuales.
Y el equipo no podría estar completo sin la asesora en conflictos sociales y medio ambiente, la socióloga Irma Montes Patiño, así como la encargada de los temas referidos a la reforma y modernización del Estado, Milagros Maraví.
MANZANILLO AVANZA PERO AQUI NO HAY GAS
.Por Humberto Campodónico
Hace poco, el Director General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de México dijo: “Con el Terminal de Gas Natural Licuado (TGNL) de Manzanillo, se dotará a México de infraestructura de clase mundial para el suministro de gas, a la vez que se fortalece al sector energético nacional garantizando el suministro actual y futuro de gas para generar electricidad y para satisfacer necesidades industriales”. (CFE, Nota de Prensa, 18/1/2011.)
Está muy bien que México satisfaga sus necesidades energéticas e industriales para el largo plazo. El problema es que lo está haciendo con el gas peruano de Camisea. ¿Y por qué hay problema? Porque las reservas de Camisea no alcanzan para satisfacer, a la vez, nuestra demanda interna y la exportación a México de 500 millones de pies cúbicos diarios por 15 años (1).
La responsabilidad es de las autoridades peruanas que han permitido este despojo al amparo de la Constitución de 1993 y de la Ley 26221 (Ley de Hidrocarburos), que permite que el contratista sea el dueño absoluto del gas, una vez que éste sale a la superficie.
Dice también la CFE: “el precio del gas natural para la TGNL de Manzanillo es de los más bajos del mundo, ya que se logró un contrato de abastecimiento de largo plazo en términos sumamente favorables, al fijarse su cotización 9% por debajo del índice de referencia Henry Hub en Texas” (ídem).
Cierto, el contrato firmado por Repsol (que compra todo el GNL que se produce en Pampa Melchorita y lo comercializa por su cuenta) y la CFE establece que rige el 91% del precio Henry Hub, que está ahora a US$ 4,50/MMBTU, uno de los más bajos del mundo. Así, por ejemplo, tanto Chile, Argentina y Brasil, que también importan GNL, están pagando entre US$ 11 a 13/MMBTU.
Lo peor es que el precio en boca de pozo en Camisea solo llega a US$ 0,60/MMBTU (menos de los US$ 2,50 que pagan los industriales locales) porque al precio de México (91% del Henry Hub) hay que descontarle el costo de los buques Pampa Melchorita-Manzanillo, el costo de la licuefacción en Pampa Melchorita y el del gasoducto hasta Camisea.
México lo llama “Proyecto Integral Manzanillo”, pues tiene varios elementos: 1) el Terminal de GNL, que va a costar US$ 640 millones; 2) la repotenciación de las Centrales 1 y 2 de Manzanillo, que cambiarán diesel por gas y aumentarán las capacidad de generación de 300 a 700 MW por módulo, con una inversión de US$ 982 millones; 3) el gasoducto a Guadalajara, por US$ 348 millones, donde se construirán dos centrales eléctricas adicionales. Todo comienza a funcionar este año y en el 2012.
En síntesis, Repsol se lleva el gas a México y lo vende al peor precio del mercado (porque en EEUU el precio está por los suelos por el gas esquisto), pero eso no le preocupa porque gana su margen de comercialización. Los mexicanos están felices con su Proyecto Integral porque compran gas baratísimo para generar electricidad y satisfacer las necesidades de industriales y consumidores.
Para el Perú la cosa no puede ser peor: empresas privadas venden nuestras reservas a otras empresas privadas que luego las venden a otros gobiernos a precios “de regalo”. Un mal negocio por donde se le mire. ¿Y el gobierno? Bien gracias, primero bajo Toledo autorizando la exportación y, hoy, bajo García, diciendo que va a renegociar el contrato del Lote 88, a lo que se niega el Consorcio Camisea. Y nada.
Esta situación debe terminar. El gas del Lote 88 debe abastecer primero a los peruanos. Eso es lo que hace cualquier nación digna de ese nombre.
(1) En el Perú el consumo, 400 mmpcd, es menor a la cantidad que se va a exportar.
Hace poco, el Director General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de México dijo: “Con el Terminal de Gas Natural Licuado (TGNL) de Manzanillo, se dotará a México de infraestructura de clase mundial para el suministro de gas, a la vez que se fortalece al sector energético nacional garantizando el suministro actual y futuro de gas para generar electricidad y para satisfacer necesidades industriales”. (CFE, Nota de Prensa, 18/1/2011.)
Está muy bien que México satisfaga sus necesidades energéticas e industriales para el largo plazo. El problema es que lo está haciendo con el gas peruano de Camisea. ¿Y por qué hay problema? Porque las reservas de Camisea no alcanzan para satisfacer, a la vez, nuestra demanda interna y la exportación a México de 500 millones de pies cúbicos diarios por 15 años (1).
La responsabilidad es de las autoridades peruanas que han permitido este despojo al amparo de la Constitución de 1993 y de la Ley 26221 (Ley de Hidrocarburos), que permite que el contratista sea el dueño absoluto del gas, una vez que éste sale a la superficie.
Dice también la CFE: “el precio del gas natural para la TGNL de Manzanillo es de los más bajos del mundo, ya que se logró un contrato de abastecimiento de largo plazo en términos sumamente favorables, al fijarse su cotización 9% por debajo del índice de referencia Henry Hub en Texas” (ídem).
Cierto, el contrato firmado por Repsol (que compra todo el GNL que se produce en Pampa Melchorita y lo comercializa por su cuenta) y la CFE establece que rige el 91% del precio Henry Hub, que está ahora a US$ 4,50/MMBTU, uno de los más bajos del mundo. Así, por ejemplo, tanto Chile, Argentina y Brasil, que también importan GNL, están pagando entre US$ 11 a 13/MMBTU.
Lo peor es que el precio en boca de pozo en Camisea solo llega a US$ 0,60/MMBTU (menos de los US$ 2,50 que pagan los industriales locales) porque al precio de México (91% del Henry Hub) hay que descontarle el costo de los buques Pampa Melchorita-Manzanillo, el costo de la licuefacción en Pampa Melchorita y el del gasoducto hasta Camisea.
México lo llama “Proyecto Integral Manzanillo”, pues tiene varios elementos: 1) el Terminal de GNL, que va a costar US$ 640 millones; 2) la repotenciación de las Centrales 1 y 2 de Manzanillo, que cambiarán diesel por gas y aumentarán las capacidad de generación de 300 a 700 MW por módulo, con una inversión de US$ 982 millones; 3) el gasoducto a Guadalajara, por US$ 348 millones, donde se construirán dos centrales eléctricas adicionales. Todo comienza a funcionar este año y en el 2012.
En síntesis, Repsol se lleva el gas a México y lo vende al peor precio del mercado (porque en EEUU el precio está por los suelos por el gas esquisto), pero eso no le preocupa porque gana su margen de comercialización. Los mexicanos están felices con su Proyecto Integral porque compran gas baratísimo para generar electricidad y satisfacer las necesidades de industriales y consumidores.
Para el Perú la cosa no puede ser peor: empresas privadas venden nuestras reservas a otras empresas privadas que luego las venden a otros gobiernos a precios “de regalo”. Un mal negocio por donde se le mire. ¿Y el gobierno? Bien gracias, primero bajo Toledo autorizando la exportación y, hoy, bajo García, diciendo que va a renegociar el contrato del Lote 88, a lo que se niega el Consorcio Camisea. Y nada.
Esta situación debe terminar. El gas del Lote 88 debe abastecer primero a los peruanos. Eso es lo que hace cualquier nación digna de ese nombre.
(1) En el Perú el consumo, 400 mmpcd, es menor a la cantidad que se va a exportar.
ECONMIA MUNDIAL
.Por Humberto Campodónico
Hasta hace pocos días, los pronósticos de los principales organismos internacionales y bancos de inversión decían que “la recuperación de la economía mundial entraba a su segundo año consecutivo, liderada por los “países emergentes”.
Después venían los países industrializados, distinguiendo un crecimiento del PBI de “dos velocidades”: EEUU con un 2.5 a 2.8%, mientras que Europa seguía más atrás con 1.5 a 1.8% del PBI (debido a Grecia, Portugal, Irlanda y España).
Estos pronósticos estaban amenazados, sin embargo, por la enorme alza de los precios de los “commodities” (productos básicos). Así, los precios de los productos agrícolas alcanzaron, según la FAO su nivel más alto de la historia, destacando el trigo, el maíz y el aceite de soya. Con los metales sucedió lo mismo, pues el Índice de Commodities CRB de Thomson Reuters llegó a 490, también un máximo histórico.
También el petróleo superó largamente en los últimos meses los US$ 100/barril, precio bastante alto, aunque inferior a los US$ 140/barril que alcanzó a mediados del 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria de las hipotecas sub prime.
Previendo un alza constante del petróleo, el Deutsche Bank realizó un estudio que arrojó el siguiente resultado: por encima de US$ 150/barril, el PBI mundial disminuiría 2%, la caída sería mayor en la eurozona con -2.3%, siendo algo menor en EEUU con -1.75%.
La cuestión es que la tendencia alcista de los precios de los “commodities” hizo que los inversionistas se “refugien” en los mercados de materias primas, donde, como hemos visto, podían obtener enormes ganancias. También se fueron al euro, que se cotizó en US$ 1.49 por euro hasta hace 3 días.
En los últimos días, sin embargo, todo parece haber cambiado pues los precios de los commodities se han venido derrumbando en los mercados internacionales.
Dice el Wall Street Journal de ayer que “la abrupta alza del dólar y el colapso de los precios del petróleo masacraron a los mercados globales, pues ha surgido el miedo de que los altos costos de la energía y de las materias primas estén corroyendo la recuperación económica global” (1).
Agrega el WSJ: “la tendencia alcista (rally) de los precios de los commodities ha mostrado serias grietas en las últimas semanas, presionada por contundentes datos económicos que confirman que el precio del galón de gasolina en 4 dólares (en EEUU) y las elevados precios de los alimentos están afectando a las empresas y negocios y ahogando los bolsillos de los consumidores”. Esto ha desatado el pánico de los inversionistas, que han comenzado a salir en manada de los mercados de materias primas. Como consecuencia, ayer el cobre terminó por debajo de US$ 4/libra por primera vez en el 2011 y el oro por debajo de US$ 1,500/onza.
También cayó el maíz (3%) y el gas natural bajó de US$ 4,60 a US$ 4.09 por millón de BTU.
Esta volatilidad de los precios (commodities, monedas) nos indica que la economía mundial no termina de salir aún de la crisis del 2008. Los enormes “Planes Estímulo” se han venido agotando y no han producido un “nuevo” crecimiento económico sostenible. Las enormes masas de dinero estatal, de un lado, han elevado notablemente la deuda pública pero, de otro, ese mismo dinero recibido por los inversionistas y los bancos no ha aumentado el crédito sino que en buena medida se ha dirigido a actividades especulativas en diferentes mercados.
Así, la “sensación de recuperación” agravada por un contexto de drásticos ajustes fiscales en Europa y, también, en EEUU, parece estar llegando a su fin. Lo que debe mantenernos con los ojos bien abiertos, dirigidos a reducir drásticamente nuestra actual dependencia de las materias primas.
Hasta hace pocos días, los pronósticos de los principales organismos internacionales y bancos de inversión decían que “la recuperación de la economía mundial entraba a su segundo año consecutivo, liderada por los “países emergentes”.
Después venían los países industrializados, distinguiendo un crecimiento del PBI de “dos velocidades”: EEUU con un 2.5 a 2.8%, mientras que Europa seguía más atrás con 1.5 a 1.8% del PBI (debido a Grecia, Portugal, Irlanda y España).
Estos pronósticos estaban amenazados, sin embargo, por la enorme alza de los precios de los “commodities” (productos básicos). Así, los precios de los productos agrícolas alcanzaron, según la FAO su nivel más alto de la historia, destacando el trigo, el maíz y el aceite de soya. Con los metales sucedió lo mismo, pues el Índice de Commodities CRB de Thomson Reuters llegó a 490, también un máximo histórico.
También el petróleo superó largamente en los últimos meses los US$ 100/barril, precio bastante alto, aunque inferior a los US$ 140/barril que alcanzó a mediados del 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria de las hipotecas sub prime.
Previendo un alza constante del petróleo, el Deutsche Bank realizó un estudio que arrojó el siguiente resultado: por encima de US$ 150/barril, el PBI mundial disminuiría 2%, la caída sería mayor en la eurozona con -2.3%, siendo algo menor en EEUU con -1.75%.
La cuestión es que la tendencia alcista de los precios de los “commodities” hizo que los inversionistas se “refugien” en los mercados de materias primas, donde, como hemos visto, podían obtener enormes ganancias. También se fueron al euro, que se cotizó en US$ 1.49 por euro hasta hace 3 días.
En los últimos días, sin embargo, todo parece haber cambiado pues los precios de los commodities se han venido derrumbando en los mercados internacionales.
Dice el Wall Street Journal de ayer que “la abrupta alza del dólar y el colapso de los precios del petróleo masacraron a los mercados globales, pues ha surgido el miedo de que los altos costos de la energía y de las materias primas estén corroyendo la recuperación económica global” (1).
Agrega el WSJ: “la tendencia alcista (rally) de los precios de los commodities ha mostrado serias grietas en las últimas semanas, presionada por contundentes datos económicos que confirman que el precio del galón de gasolina en 4 dólares (en EEUU) y las elevados precios de los alimentos están afectando a las empresas y negocios y ahogando los bolsillos de los consumidores”. Esto ha desatado el pánico de los inversionistas, que han comenzado a salir en manada de los mercados de materias primas. Como consecuencia, ayer el cobre terminó por debajo de US$ 4/libra por primera vez en el 2011 y el oro por debajo de US$ 1,500/onza.
También cayó el maíz (3%) y el gas natural bajó de US$ 4,60 a US$ 4.09 por millón de BTU.
Esta volatilidad de los precios (commodities, monedas) nos indica que la economía mundial no termina de salir aún de la crisis del 2008. Los enormes “Planes Estímulo” se han venido agotando y no han producido un “nuevo” crecimiento económico sostenible. Las enormes masas de dinero estatal, de un lado, han elevado notablemente la deuda pública pero, de otro, ese mismo dinero recibido por los inversionistas y los bancos no ha aumentado el crédito sino que en buena medida se ha dirigido a actividades especulativas en diferentes mercados.
Así, la “sensación de recuperación” agravada por un contexto de drásticos ajustes fiscales en Europa y, también, en EEUU, parece estar llegando a su fin. Lo que debe mantenernos con los ojos bien abiertos, dirigidos a reducir drásticamente nuestra actual dependencia de las materias primas.
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