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Estamos ante un punto de quiebre en el escenario político. La renuncia del gabinete Lerner y los cambios que esta implicará se dan justamente en el momento en que escribo estas líneas. Algunos piensan que implicará una política acentuadamente pro gran minería y conservadora, y otros, exactamente a la inversa: el retorno al programa original del Gran Cambio. La composición del gabinete dará señales, pero hay hechos concretos a tomar en cuenta.
El gabinete del gobierno de concertación, que algunos llamamos arco iris, se disuelve. Será el Sr. Valdés, ex ministro del Interior, quien asuma la PCM. Es obvio que ello ha de implicar un cambio de rumbo, de estilos y de manejo de las alianzas que sostienen al gobierno de Humala. Y es que Lerner fue, desde años atrás, un impulsor del entendimiento por el cambio. Ayudó a poner el eje en un esfuerzo de unidad del nacionalismo con sectores de izquierda, movimientos sociales y movimientos regionales, amplió las relaciones con sectores de empresarios nacionales y buscó puentes con sectores de centro y centro derecha democráticos. Sin duda, un hombre de confianza de Ollanta Humala, más allá de otros elementos que inciden en el entorno presidencial, desde el ámbito militar, del PNP o de su familia.
Lerner, en la PCM, dio curso –con todos sus problemas– a un proceso de concertación de fuerzas, que no resultó fácil. Por un lado, se abrieron paso sectores de abierta filiación conservadora antes de la asunción del mando, y por otro, algunos de los aliados de segunda vuelta no pusieron énfasis en afianzar la alianza y abrir paso a los cambios, sino en pelear espacios y cargos, tanto en el Ejecutivo como en el Congreso. Ello abrió paso a buscar acuerdos con sectores políticos más a la derecha, en la tesis de desarrollar gobernabilidad y colocó a Gana Perú a la defensiva.
El escenario se complicó con los temores que despierta la crisis económica internacional, la presión de varios grupos mineros por –cediendo una porción pequeña de la renta minera– imponer el desarrollo de sus proyectos por encima de temas ambientales, sociales o de la consulta previa, y la casi simultánea reaparición de los movimientos sociales en la escena, con sus expectativas, demandas de cambio y frustraciones. Las presiones del gran capital minero lograron una legislación sobre regalías, gravámenes e impuestos especiales, que estaba muy lejos del volumen de renta minera que pueden y deben aportar, en lugar de redefinir su papel, promover que el Estado impulse la zonificación ecológica y económica, e impulsar una nueva relación de desarrollo que las poblaciones aledañas requieren. Yanacocha y Newmont comenzaron a exigir definiciones mientras otros sectores de la población reaccionaban frente a los daños de la minería informal. Los problemas se hicieron evidentes: las fuerzas sociales replanteaban los problemas acumulados e irresueltos desde el gobierno de García, sin sentir ni la velocidad en que pensaban se comenzarían a encarar los compromisos asumidos ni canales eficaces y oportunos para prevenirlos y darles curso.
Ciertamente, en este escenario jugó su papel el maximalismo y su negativa a darles tiempo a los procesos y encontrar salidas negociadas –desde una u otra parte– conduciendo las cosas a medidas como el estado de emergencia en Cajamarca, en lugar de las mesas de concertación y negociación. De diversos lados había quienes querían probar fuerzas al límite.
Las contradicciones en el gabinete se hicieron más evidentes sobre temas centrales como el de la redefinición del papel de la minería en el país, el trato a los conflictos sociales o temas sobre DDHH. Ello, más allá de definiciones sobre temas económicos que rebasan la coordinación con la PCM y se definen en otros espacios, como el simple caso de los montos comprometidos para reparaciones de víctimas del conflicto interno (S/. 221 millones anuales) que no caminó.
El gabinete Lerner jugó a la inclusión social y la concertación. Lo que asoma puede resultar más complejo y duro de lo que algunos piensan.
domingo, 18 de diciembre de 2011
SIFILIS ESPAÑOLA
Lo que produjo el despoblamiento fue bien la sifilis española, la que los historiadores peruanos ocultan, ignoran o apenas dejan entrever cuando aluden eufemisticamente a la gripa o gripe. La España negra era la sifilis a la que, por cierto, hasta el espléndido sistema inmunitario de la poblacion nativa tuvo que ceder. El cronista soldado de la conquista de Méjico, Bernal Diaz del Castillo, fue sin duda honestisimo al poner con nombres y señales a los compañeros de Hernan Cortés los primeros aportadores de la sifilizacion, civilizacion hispana.
EL ULTIMO
Por: Daniel Parodi
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En 1989 salía del aeropuerto de Barajas en Madrid a tomar un taxi para dirigirme a casa de los Paz, una familia peruana amiga, que gentilmente me alojó en mi primer y juvenil periplo europeo. Cuando estiré la mano para detener al taxi, una señora mayor, ubicada más de doscientos metros detrás de mí, me llamó la atención áspera y andaluzamente: ¿oiga señó, que estamo nosotro esperando el taxi primero? ¿No le jode?
Ciertamente, mis peruanísimas malas costumbres me jugaban mi primera mala pasada en el Viejo Continente, malas costumbres que responden a un orden de cosas particular, susceptible de ser interpretado sociológicamente, pero que en esta ocasión voy a limitarme a describir. Así pues, en el Perú existe “la síncopa del bodeguero”, simpático comerciante que es capaz de atender a cuatro y hasta a cinco personas en simultáneo porque hasta hoy en el país el orden de llegada es un concepto desconocido. Y le digo síncopa porque en estos casos, al igual que en la marinera limeña, para ser escuchado hay que saber entrar en ese delicioso y fugaz silencio que precede a la llamada que se usa para introducir la resbalosa.
Otra dimensión del mismo problema es la que enfrenta diariamente el peatón gallardo y bienintencionado que pretende respetar un orden que no existe y que se rehúsa a cruzar las avenidas también sincopadamente, es decir, aprovechando los efímeros segundos que te separan de ser arrollado por un vehículo a toda velocidad o por una combi zigzagueante. No obstante, debo reconocer que algo se ha mejorado, hay empresas de transporte que han renovado sus flotas y adquiridos los buses llamados Euro 3, bastante cómodos, cuyos choferes y cobradores brindan su servicio uniformados y que además cuentan con inspector-boletero. Estos buses se detienen solo en los paraderos, aunque aún hay cosas que deben mejorar, como por ejemplo utilizar las puertas de subida solo para subir y las de bajada solo para bajar, en lugar que indistintamente, como se estila hasta ahora.
El crucero peatonal y los semáforos son el último aspecto que voy a tratar en esta reflexión por cuyos sarcasmos me disculpo. El tema me resulta especialmente sensible porque si yo creo que por conducir un vehículo –que pesa más de una tonelada y puede matar a un individuo de a pie si lo atropello– entonces tengo la preferencia, estoy a un paso de la jungla. Si creo que una persona –mayor o menor, qué importa– debe quitarse de en medio simplemente porque estoy pasando con mi vehículo y puedo hacerle daño, me pregunto muy preocupado sobre mi desenvolvimiento en otras esferas de mi vida.
Es por eso que ahora que el Municipio de Lima está lanzando una loable campaña de reordenamiento del tránsito, es menester que no pierda de vista atacar el problema desde la perspectiva de los valores cívicos y ciudadanos. Es hora de que hagamos cola en las bodegas y de que preguntemos quién es el último en los paraderos para colocarnos detrás. Es momento de que los conductores comprendan que los cruceros peatonales no se llaman así por gusto, sino porque las personas de a pie también deben atravesar la pista, desplazarse y son ciudadanos como todos nosotros; ya es tiempo de que los conductores se den cuenta de que esa personita de verde que simula caminar en los nuevos semáforos inteligentes no es una señal para que pasen ellos, sino para que crucen los peatones.
No sé qué tan banales hayan resultado estas palabras, considerando otras graves problemáticas por la que atraviesa el país, tampoco creo que mi propuesta solucione muchas cosas. Sí creo que respetar algunas pequeñas normas de convivencia nos hará más ciudadanos y más respetuosos del espacio y de los derechos del otro. Así pues, a mí no me importa ser el último si con ello estoy valorando y reconociendo a los demás.
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En 1989 salía del aeropuerto de Barajas en Madrid a tomar un taxi para dirigirme a casa de los Paz, una familia peruana amiga, que gentilmente me alojó en mi primer y juvenil periplo europeo. Cuando estiré la mano para detener al taxi, una señora mayor, ubicada más de doscientos metros detrás de mí, me llamó la atención áspera y andaluzamente: ¿oiga señó, que estamo nosotro esperando el taxi primero? ¿No le jode?
Ciertamente, mis peruanísimas malas costumbres me jugaban mi primera mala pasada en el Viejo Continente, malas costumbres que responden a un orden de cosas particular, susceptible de ser interpretado sociológicamente, pero que en esta ocasión voy a limitarme a describir. Así pues, en el Perú existe “la síncopa del bodeguero”, simpático comerciante que es capaz de atender a cuatro y hasta a cinco personas en simultáneo porque hasta hoy en el país el orden de llegada es un concepto desconocido. Y le digo síncopa porque en estos casos, al igual que en la marinera limeña, para ser escuchado hay que saber entrar en ese delicioso y fugaz silencio que precede a la llamada que se usa para introducir la resbalosa.
Otra dimensión del mismo problema es la que enfrenta diariamente el peatón gallardo y bienintencionado que pretende respetar un orden que no existe y que se rehúsa a cruzar las avenidas también sincopadamente, es decir, aprovechando los efímeros segundos que te separan de ser arrollado por un vehículo a toda velocidad o por una combi zigzagueante. No obstante, debo reconocer que algo se ha mejorado, hay empresas de transporte que han renovado sus flotas y adquiridos los buses llamados Euro 3, bastante cómodos, cuyos choferes y cobradores brindan su servicio uniformados y que además cuentan con inspector-boletero. Estos buses se detienen solo en los paraderos, aunque aún hay cosas que deben mejorar, como por ejemplo utilizar las puertas de subida solo para subir y las de bajada solo para bajar, en lugar que indistintamente, como se estila hasta ahora.
El crucero peatonal y los semáforos son el último aspecto que voy a tratar en esta reflexión por cuyos sarcasmos me disculpo. El tema me resulta especialmente sensible porque si yo creo que por conducir un vehículo –que pesa más de una tonelada y puede matar a un individuo de a pie si lo atropello– entonces tengo la preferencia, estoy a un paso de la jungla. Si creo que una persona –mayor o menor, qué importa– debe quitarse de en medio simplemente porque estoy pasando con mi vehículo y puedo hacerle daño, me pregunto muy preocupado sobre mi desenvolvimiento en otras esferas de mi vida.
Es por eso que ahora que el Municipio de Lima está lanzando una loable campaña de reordenamiento del tránsito, es menester que no pierda de vista atacar el problema desde la perspectiva de los valores cívicos y ciudadanos. Es hora de que hagamos cola en las bodegas y de que preguntemos quién es el último en los paraderos para colocarnos detrás. Es momento de que los conductores comprendan que los cruceros peatonales no se llaman así por gusto, sino porque las personas de a pie también deben atravesar la pista, desplazarse y son ciudadanos como todos nosotros; ya es tiempo de que los conductores se den cuenta de que esa personita de verde que simula caminar en los nuevos semáforos inteligentes no es una señal para que pasen ellos, sino para que crucen los peatones.
No sé qué tan banales hayan resultado estas palabras, considerando otras graves problemáticas por la que atraviesa el país, tampoco creo que mi propuesta solucione muchas cosas. Sí creo que respetar algunas pequeñas normas de convivencia nos hará más ciudadanos y más respetuosos del espacio y de los derechos del otro. Así pues, a mí no me importa ser el último si con ello estoy valorando y reconociendo a los demás.
OTRO ANDAHUASI
Por: Daniel Parodi
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“A través de los años, han sido los campesinos dueños de las tierras que dejaron su esfuerzo, sudor y vida en los surcos. Vienen unos cuantos delincuentes de saco y corbata y pisotean sus derechos. Hoy la historia se escribe con sangre... con sangre de Pueblo, con sangre de esperanza”.
Blog “Andahuasi no se vende”.
Yo crecí creyendo que la reforma agraria de Velasco fue un acto de justicia porque repartió la tierra entre los que la trabajaban y mi conocimiento adulto confirmó mi percepción infantil. Antes de su aplicación, en el Ande peruano regía la autoridad de los gamonales, quienes ejercían sobre los campesinos un poder señorial, ante la condescendiente abdicación de la autoridad del Estado.
También supe que durante el transcurso del siglo XX se produjo una transición demográfica que rompió la relación hombre-suelo en el campo; había muchos campesinos y la concentración de la propiedad les impedía acceder a la tierra. Por esta razón, desde 1950 la invasión de haciendas se convirtió en práctica común y la reforma agraria ingresó en la agenda política. Finalmente, en 1969 Velasco la aplicó y acabó con el latifundismo, el gamonalismo, el señorialismo, y con todos los rezagos coloniales que aún pervivían en nuestra serranía, tan alejada de la ciudadanía, de la inclusión y de la igualdad.
El problema es que Velasco no se limitó a repartir las tierras del latifundio serrano, sino que nacionalizó también las haciendas agro-industriales de la costa norte, cuya producción azucarera y algodonera se destinaba a la exportación. Consultado sobre aquello, Velasco dijo que era imperativo acabar con la oligarquía y que aquello no sería posible si no se afectaba la base fundamental de su poder. Yo debo confesar que de nuevo mi percepción infantil confluye con mi conocimiento adulto. La oligarquía no fue ni buena, ni mala, simplemente fue, pero para 1969 el hombre ya estaba en la Luna y Cachito Ramírez nos clasificaba a México 70 con sus dos golazos en la Bombonera: el Perú hacía rato que no estaba para patrones y aristocracias.
Pero el mundo da vueltas, literalmente. En 1989 cayó el muro, cayó el socialismo, arremetió el neoliberalismo y, para ser honestos, las reformas de Velasco lastimaron el aparato productivo nacional, la sustitución de importaciones no funcionó, y nuestro Estado, entre la bancarrota y el terrorismo, estaba ávido de capitales frescos que proviniesen del sector privado. De allí la ley fujimorista de 1995 que creó las condiciones para la privatización irrestricta de la tierra y de allí también que la mayoría de cooperativas agrarias se haya reprivatizado.
En 2010, el gobierno anterior intentó equilibrar un tanto la situación. Se propuso un límite de 40.000 hectáreas para el latifundio –que equivale nada menos que al área de todos los valles de Tacna, Moquegua, Tambo, más algunos de Arequipa, juntos– pero la propuesta motivó la enérgica protesta de los voceros mediáticos de la derecha, quienes denunciaron el tufillo velasquista de la timorata sugestión. Quedó allí.
Con este repaso de la historia agraria del Perú he querido subrayar que en la cuestión de Omar Chehade nos hemos olvidado de la historia; como siempre preferimos el escándalo y la peliculina. Claro que se trata de un tráfico de influencias, y grosero además, pero también se trata de una triste abdicación de los principios ideológicos del nacionalismo.
Presidente Humala, lo elegimos para ser un presidente de izquierda, sistémicamente, pero de izquierda. Los veinte años de neoliberalismo que deja atrás el país han atraído inversiones y reducido la pobreza. Pero combatir la desigualdad y la exclusión no es parte de la agenda neoliberal y por eso lo hemos elegido para que nuestra sociedad acceda a un Estado más arbitral y deliberante, más justo y equitativo. Lidere pues, señor Presidente, y expulse de su entorno a los que obstruyen el proyecto por el que votamos.
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“A través de los años, han sido los campesinos dueños de las tierras que dejaron su esfuerzo, sudor y vida en los surcos. Vienen unos cuantos delincuentes de saco y corbata y pisotean sus derechos. Hoy la historia se escribe con sangre... con sangre de Pueblo, con sangre de esperanza”.
Blog “Andahuasi no se vende”.
Yo crecí creyendo que la reforma agraria de Velasco fue un acto de justicia porque repartió la tierra entre los que la trabajaban y mi conocimiento adulto confirmó mi percepción infantil. Antes de su aplicación, en el Ande peruano regía la autoridad de los gamonales, quienes ejercían sobre los campesinos un poder señorial, ante la condescendiente abdicación de la autoridad del Estado.
También supe que durante el transcurso del siglo XX se produjo una transición demográfica que rompió la relación hombre-suelo en el campo; había muchos campesinos y la concentración de la propiedad les impedía acceder a la tierra. Por esta razón, desde 1950 la invasión de haciendas se convirtió en práctica común y la reforma agraria ingresó en la agenda política. Finalmente, en 1969 Velasco la aplicó y acabó con el latifundismo, el gamonalismo, el señorialismo, y con todos los rezagos coloniales que aún pervivían en nuestra serranía, tan alejada de la ciudadanía, de la inclusión y de la igualdad.
El problema es que Velasco no se limitó a repartir las tierras del latifundio serrano, sino que nacionalizó también las haciendas agro-industriales de la costa norte, cuya producción azucarera y algodonera se destinaba a la exportación. Consultado sobre aquello, Velasco dijo que era imperativo acabar con la oligarquía y que aquello no sería posible si no se afectaba la base fundamental de su poder. Yo debo confesar que de nuevo mi percepción infantil confluye con mi conocimiento adulto. La oligarquía no fue ni buena, ni mala, simplemente fue, pero para 1969 el hombre ya estaba en la Luna y Cachito Ramírez nos clasificaba a México 70 con sus dos golazos en la Bombonera: el Perú hacía rato que no estaba para patrones y aristocracias.
Pero el mundo da vueltas, literalmente. En 1989 cayó el muro, cayó el socialismo, arremetió el neoliberalismo y, para ser honestos, las reformas de Velasco lastimaron el aparato productivo nacional, la sustitución de importaciones no funcionó, y nuestro Estado, entre la bancarrota y el terrorismo, estaba ávido de capitales frescos que proviniesen del sector privado. De allí la ley fujimorista de 1995 que creó las condiciones para la privatización irrestricta de la tierra y de allí también que la mayoría de cooperativas agrarias se haya reprivatizado.
En 2010, el gobierno anterior intentó equilibrar un tanto la situación. Se propuso un límite de 40.000 hectáreas para el latifundio –que equivale nada menos que al área de todos los valles de Tacna, Moquegua, Tambo, más algunos de Arequipa, juntos– pero la propuesta motivó la enérgica protesta de los voceros mediáticos de la derecha, quienes denunciaron el tufillo velasquista de la timorata sugestión. Quedó allí.
Con este repaso de la historia agraria del Perú he querido subrayar que en la cuestión de Omar Chehade nos hemos olvidado de la historia; como siempre preferimos el escándalo y la peliculina. Claro que se trata de un tráfico de influencias, y grosero además, pero también se trata de una triste abdicación de los principios ideológicos del nacionalismo.
Presidente Humala, lo elegimos para ser un presidente de izquierda, sistémicamente, pero de izquierda. Los veinte años de neoliberalismo que deja atrás el país han atraído inversiones y reducido la pobreza. Pero combatir la desigualdad y la exclusión no es parte de la agenda neoliberal y por eso lo hemos elegido para que nuestra sociedad acceda a un Estado más arbitral y deliberante, más justo y equitativo. Lidere pues, señor Presidente, y expulse de su entorno a los que obstruyen el proyecto por el que votamos.
EL OTRO CHAVIN
Por: Daniel Parodi
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“A mí me diferencia de un terrorista no ser como él. Por eso deploro cualquier ejecución extrajudicial por la razón que fuere, deploro la de Bin Laden, la de Gadafi, y la de los terroristas que se rindieron en Chavín de Huántar, si es ese el caso. Esto no me convierte en simpatizante de ninguno de los mencionados, por el contrario exigir el Estado de derecho para ellos, es lo que me diferencia de sus crímenes y de su brutalidad”.
Hace unos días publiqué el epígrafe anterior en la red social y las respuestas que obtuve –todas respetables– llamaron poderosamente mi atención. La mayoría me tildó de bienintencionado pero ingenuo, hubo quien me indicó que en esos casos lo que importa es quién dispara primero y no faltó quien, en tono sentencioso, me recordó que “quien a hierro mata a hierro muere”.
Yo quiero creer que son cuatro mil años los que nos separan del Código de Hammurabi y cerca de tres mil los que nos alejan de las leyes de Dracón. Así y todo, reconozco que ambos códices establecieron un primer límite a la venganza pura y dura, es decir, establecieron la frontera entre la sociedad y la jungla.
Pero soy ingenuo y es por eso que en clase algunos alumnos me miran con ironía o, lo que es peor, con compasión. Tal parece que no acepto que la realidad ha superado la ficción y que Rambo –ese superhéroe que aterriza en Vietnam en paracaídas y mata en tiempo récord a cuanto vietnamita puede– ha sido desplazado por un comando de marines de verdad, ese que le cayó encima a Bin Laden y lo mató a él, a su hijo y a varios de sus sobrinos.
Europa, a su vez, no quiso perderse el sangriento reality y entonces le lanzó algunos cohetes teledirigidos a Muamar el Gadafi; él se salvó, pero no algunos de sus hijos y nietos. El resto de la historia la conocemos, el dictador libio acabó su vida parapetado en su reducto más leal, hasta que fue capturado por milicianos rivales y asesinado brutalmente y ante cámaras, como no podía ser de otra manera.
Una imagen que me viene a la mente al evocar estos sórdidos sucesos es la muerte de Benito Mussolini. Casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Mussolini fue capturado por partisanos que lo ejecutaron sumariamente junto a Clara Petacci, su compañera sentimental. Tras ello, los cuerpos fueron expuestos en la plaza Loreto de Milán en donde fueron ultrajados por la multitud hasta dejarlos irreconocibles. Finalmente, fueron colgados en el grifo de la plaza.
Yo creía, sin duda ingenuamente, que la Segunda Guerra Mundial había terminado y que, debido a su secuela de sesenta millones de muertos–holocausto y bombas atómicas incluidas–, se organizó algo llamado ONU con la pretensión de establecer una jurisdicción internacional que debía ser acatada. También pensaba que el trauma que dejó la citada gran conflagración había impulsado el desarrollo de conceptos nuevos como Derechos Humanos, del niño, de la mujer etc., precisamente para terminar de apartarnos de esa jungla bárbara que a veces añoramos tanto como Adán a su Edén.
Sobre Chavín de Huántar seré claro, en un operativo así se dispara a matar, se trata de una operación militar para rescatar a los rehenes de una banda terrorista. Distinto es dispararle en la nuca a un hombre rendido –si es ese el caso– pues hasta Hammurabi y Dracón creyeron pertinente el Estado de derecho para que sea la sociedad la que sancione a sus criminales.
Pero he olvidado una vez más lo ingenuo que soy. En todo caso, reivindico mi derecho a escoger a mis héroes y a sentirme aliviado de que estos no sean los que me sugieren acaloradamente Rafael Rey y Jaime de Althaus. En mi candidez, seguiré evocando a Miguel Grau en Iquique, rescatando del mar a los sobrevivientes de la Esmeralda.
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“A mí me diferencia de un terrorista no ser como él. Por eso deploro cualquier ejecución extrajudicial por la razón que fuere, deploro la de Bin Laden, la de Gadafi, y la de los terroristas que se rindieron en Chavín de Huántar, si es ese el caso. Esto no me convierte en simpatizante de ninguno de los mencionados, por el contrario exigir el Estado de derecho para ellos, es lo que me diferencia de sus crímenes y de su brutalidad”.
Hace unos días publiqué el epígrafe anterior en la red social y las respuestas que obtuve –todas respetables– llamaron poderosamente mi atención. La mayoría me tildó de bienintencionado pero ingenuo, hubo quien me indicó que en esos casos lo que importa es quién dispara primero y no faltó quien, en tono sentencioso, me recordó que “quien a hierro mata a hierro muere”.
Yo quiero creer que son cuatro mil años los que nos separan del Código de Hammurabi y cerca de tres mil los que nos alejan de las leyes de Dracón. Así y todo, reconozco que ambos códices establecieron un primer límite a la venganza pura y dura, es decir, establecieron la frontera entre la sociedad y la jungla.
Pero soy ingenuo y es por eso que en clase algunos alumnos me miran con ironía o, lo que es peor, con compasión. Tal parece que no acepto que la realidad ha superado la ficción y que Rambo –ese superhéroe que aterriza en Vietnam en paracaídas y mata en tiempo récord a cuanto vietnamita puede– ha sido desplazado por un comando de marines de verdad, ese que le cayó encima a Bin Laden y lo mató a él, a su hijo y a varios de sus sobrinos.
Europa, a su vez, no quiso perderse el sangriento reality y entonces le lanzó algunos cohetes teledirigidos a Muamar el Gadafi; él se salvó, pero no algunos de sus hijos y nietos. El resto de la historia la conocemos, el dictador libio acabó su vida parapetado en su reducto más leal, hasta que fue capturado por milicianos rivales y asesinado brutalmente y ante cámaras, como no podía ser de otra manera.
Una imagen que me viene a la mente al evocar estos sórdidos sucesos es la muerte de Benito Mussolini. Casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Mussolini fue capturado por partisanos que lo ejecutaron sumariamente junto a Clara Petacci, su compañera sentimental. Tras ello, los cuerpos fueron expuestos en la plaza Loreto de Milán en donde fueron ultrajados por la multitud hasta dejarlos irreconocibles. Finalmente, fueron colgados en el grifo de la plaza.
Yo creía, sin duda ingenuamente, que la Segunda Guerra Mundial había terminado y que, debido a su secuela de sesenta millones de muertos–holocausto y bombas atómicas incluidas–, se organizó algo llamado ONU con la pretensión de establecer una jurisdicción internacional que debía ser acatada. También pensaba que el trauma que dejó la citada gran conflagración había impulsado el desarrollo de conceptos nuevos como Derechos Humanos, del niño, de la mujer etc., precisamente para terminar de apartarnos de esa jungla bárbara que a veces añoramos tanto como Adán a su Edén.
Sobre Chavín de Huántar seré claro, en un operativo así se dispara a matar, se trata de una operación militar para rescatar a los rehenes de una banda terrorista. Distinto es dispararle en la nuca a un hombre rendido –si es ese el caso– pues hasta Hammurabi y Dracón creyeron pertinente el Estado de derecho para que sea la sociedad la que sancione a sus criminales.
Pero he olvidado una vez más lo ingenuo que soy. En todo caso, reivindico mi derecho a escoger a mis héroes y a sentirme aliviado de que estos no sean los que me sugieren acaloradamente Rafael Rey y Jaime de Althaus. En mi candidez, seguiré evocando a Miguel Grau en Iquique, rescatando del mar a los sobrevivientes de la Esmeralda.
4 VOCES DE PINGLO
Por: Daniel Parodi
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Cuando en el año 1899 nació Felipe Pinglo, pocos imaginaron los grandes cambios que en las décadas siguientes iban a afectar, y para siempre, la vida de Lima y de los limeños. Paulatinamente, automóviles, tranvías, convulsiones sociales y un inconfundible olor a multitud matizaron el escenario urbano de nuestra otrora aristocrática capital.
La inversión extranjera y la proliferación de fábricas textiles agitaron el ambiente de sus calles. Los barrios populares aumentaron su población, y los artesanos de antes comenzaron a constituirse en una emergente clase obrera. Mientras tanto, los sectores acomodados cerraban sus filas y se agudizaron las diferencias y confrontaciones sociales. Como en Inglaterra un siglo antes, mujeres y niños participaban, a la par que los hombres adultos, de las faenas laborales más exigentes.
La reivindicación social es entonces la más difundida de las voces de Felipe Pinglo, quien, desde las populares calles de Barrios Altos, denunciaba:
“Si muchos de nosotros auscultar pudiéramos/la verdad cruel y triste de este diario luchar/ viviendo en un instante de mortal desengaño/ compráramos los diarios para otorgarle el pan”. (Valse “El canillita”).
Pinglo también le cantó al amor, tópico fundamental en sus composiciones. Por su depurado lirismo, el periodista Willy Pinto lo comparó con los principales poetas románticos:
“Bendita tú seas hada de los bosques /diosa del martirio, bello ángel de amor, hoy que tú me amas tu nombre tan puro/ grabaré yo Amelia en mi corazón”.
(Valse “Amelia”).
Por otro lado, el movimiento vertiginoso que imprime la modernidad inspiró al compositor. Pinglo dedicará pasajes de sus letras al cabaret, el ferrocarril y los automóviles. Además, musicalmente se nutre con la influencia de ritmos norteamericanos de moda, como el fox trot y el one step:
“Acelerando a fondo el corazón/ la mano en el volante del amor, la otra está pronta a frenar/ si se desvía mi pasión”.
(One step “Amor a 120”).
La década de los veinte encontró un escenario imaginario en el que los actores sociales podían invertir los roles que les estaban asignados: el fútbol. Felipe Pinglo era hincha de Alianza Lima y de su as, Alejandro Villanueva:
“Maestro del pase entre tus pies /el balón esclavo tuyo es, dominado siempre ha de llegar /donde tu saber lo quiera enviar”.
(Polka “Alejandro Villanueva”).
La reivindicación social, el amor, la modernidad y el fútbol son cuatro tópicos que Felipe Pinglo maneja con maestría. Su versatilidad lo convierte en agudo observador de la realidad de su tiempo, la que describe, según el caso, con ternura, pasión, alegría o tristeza.
Sin embargo, la obra de Pinglo no ha sido aún debidamente compilada, es probable que estudios más rigurosos le descubran más facetas. Por ejemplo, el compositor barrioaltino dedicó bellísimos versos a las flores en temas como “Decepción”, “Celos”, “Llegó el invierno”, “Bouquet”, entre otros.
Así como Toulouse-Lautrec inmortalizó a Jane Avril, las letras de Pinglo describieron a los personajes de su tiempo. Sus musas, muchísimas fueron inmortalizadas en temas como “Amelia”, “La morena Rosa Luz” y “Angélica”. Otros, como “Luis Enrique ‘El Plebeyo’” y “Jacobo ‘El leñador’” también fueron retratados.
Pinglo dejó escuela; sus discípulos, en singular mimetismo, lo hicieron protagonista de la Lima que retrató. De este modo, junto con la obrerita, el bodeguero italiano y la picaronera Isabel; el bardo inmortal adorna hasta hoy el paisaje urbano capitalino que emergió a principios de siglo. En póstumo homenaje, que hacemos nuestro, Serafina Quinteras y Eduardo Márquez Talledo le cantaron.
(*)Historiador, Dpto. de Humanidades de la PUCP.
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Cuando en el año 1899 nació Felipe Pinglo, pocos imaginaron los grandes cambios que en las décadas siguientes iban a afectar, y para siempre, la vida de Lima y de los limeños. Paulatinamente, automóviles, tranvías, convulsiones sociales y un inconfundible olor a multitud matizaron el escenario urbano de nuestra otrora aristocrática capital.
La inversión extranjera y la proliferación de fábricas textiles agitaron el ambiente de sus calles. Los barrios populares aumentaron su población, y los artesanos de antes comenzaron a constituirse en una emergente clase obrera. Mientras tanto, los sectores acomodados cerraban sus filas y se agudizaron las diferencias y confrontaciones sociales. Como en Inglaterra un siglo antes, mujeres y niños participaban, a la par que los hombres adultos, de las faenas laborales más exigentes.
La reivindicación social es entonces la más difundida de las voces de Felipe Pinglo, quien, desde las populares calles de Barrios Altos, denunciaba:
“Si muchos de nosotros auscultar pudiéramos/la verdad cruel y triste de este diario luchar/ viviendo en un instante de mortal desengaño/ compráramos los diarios para otorgarle el pan”. (Valse “El canillita”).
Pinglo también le cantó al amor, tópico fundamental en sus composiciones. Por su depurado lirismo, el periodista Willy Pinto lo comparó con los principales poetas románticos:
“Bendita tú seas hada de los bosques /diosa del martirio, bello ángel de amor, hoy que tú me amas tu nombre tan puro/ grabaré yo Amelia en mi corazón”.
(Valse “Amelia”).
Por otro lado, el movimiento vertiginoso que imprime la modernidad inspiró al compositor. Pinglo dedicará pasajes de sus letras al cabaret, el ferrocarril y los automóviles. Además, musicalmente se nutre con la influencia de ritmos norteamericanos de moda, como el fox trot y el one step:
“Acelerando a fondo el corazón/ la mano en el volante del amor, la otra está pronta a frenar/ si se desvía mi pasión”.
(One step “Amor a 120”).
La década de los veinte encontró un escenario imaginario en el que los actores sociales podían invertir los roles que les estaban asignados: el fútbol. Felipe Pinglo era hincha de Alianza Lima y de su as, Alejandro Villanueva:
“Maestro del pase entre tus pies /el balón esclavo tuyo es, dominado siempre ha de llegar /donde tu saber lo quiera enviar”.
(Polka “Alejandro Villanueva”).
La reivindicación social, el amor, la modernidad y el fútbol son cuatro tópicos que Felipe Pinglo maneja con maestría. Su versatilidad lo convierte en agudo observador de la realidad de su tiempo, la que describe, según el caso, con ternura, pasión, alegría o tristeza.
Sin embargo, la obra de Pinglo no ha sido aún debidamente compilada, es probable que estudios más rigurosos le descubran más facetas. Por ejemplo, el compositor barrioaltino dedicó bellísimos versos a las flores en temas como “Decepción”, “Celos”, “Llegó el invierno”, “Bouquet”, entre otros.
Así como Toulouse-Lautrec inmortalizó a Jane Avril, las letras de Pinglo describieron a los personajes de su tiempo. Sus musas, muchísimas fueron inmortalizadas en temas como “Amelia”, “La morena Rosa Luz” y “Angélica”. Otros, como “Luis Enrique ‘El Plebeyo’” y “Jacobo ‘El leñador’” también fueron retratados.
Pinglo dejó escuela; sus discípulos, en singular mimetismo, lo hicieron protagonista de la Lima que retrató. De este modo, junto con la obrerita, el bodeguero italiano y la picaronera Isabel; el bardo inmortal adorna hasta hoy el paisaje urbano capitalino que emergió a principios de siglo. En póstumo homenaje, que hacemos nuestro, Serafina Quinteras y Eduardo Márquez Talledo le cantaron.
(*)Historiador, Dpto. de Humanidades de la PUCP.
ARI
Por: Antonio Zapata
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A raíz del debate entre Carlos Tapia y Luis Favre, se ha despertado un interés público sobre el papel del asesor brasileño en la ruptura de la Alianza Revolucionaria de Izquierda, ARI. Para comprender su rol, debemos retroceder a la constitución de dicha alianza, en diciembre de 1979, exactamente 32 años atrás.
Se formó ARI con la presencia de dos grupos trotskistas: el PRT de Hugo Blanco y el POMR de Ricardo Napurí. Asimismo, era parte de ARI, la UDP, a su vez integrada por tres partidos: el MIR de Carlos Tapia y Carlos Malpica, VR de Javier Diez Canseco y Edmundo Murrugarra y el PCR de Manuel Dammert. Por último, también se hallaba presente el UNIR, un frente maoísta dirigido por Patria Roja, en ese entonces encabezado por Horacio Zevallos. Es decir, en ARI se hallaban en un extremo dos partidos troskos, al otro lado, un frente maoísta, y al centro, tres grupos marxistas nacionales, motejados como “cholocomunistas”.
En todos estos minipartidos había tensiones, en ninguno primaba la unanimidad. Las contradicciones guardaban relación con la actitud frente a las elecciones presidenciales convocadas para abril de 1980. El Perú vivía la transición a la democracia, habiéndose aprobado la Constitución de 1979; iba quedando atrás el largo gobierno militar de los años 1970.
Dos actitudes básicas se presentaban en todos y cada uno de los grupos de izquierda. Había quienes querían ganar las elecciones, o colocar en el Congreso la cantidad más alta posible de representantes, para ganar influencia en el siguiente período democrático. Entre quienes participábamos de esa actitud predominaba una postura unitaria, puesto que para ganar elecciones es preciso sumar aliados y realizar concesiones.
Pero existía una tendencia opuesta, que buscaba usar las elecciones como tribuna para realizar propaganda por el socialismo. Entre quienes planteaban esta postura tenía vigencia una actitud sectaria; preferían presentar candidatos de cada grupo por separado, ya que, si se trataba de hacer propaganda, entonces debía enarbolarse un programa coherente.
Los rupturistas se apoyaban en una cultura política muy extendida entre la izquierda setentera. En efecto, el sectarismo dominaba ampliamente y cada grupo tenía la impresión de ser el único auténtico. En algunos casos, las otras agrupaciones eran consideradas traidoras y agentes del imperialismo, acusadas incluso de pretender subrepticiamente de llevar al movimiento popular a la derrota. Por ello, no existía una cultura común de izquierdas ni el sentimiento de compartir una comunidad política.
Por el contrario, la desconfianza dominaba la relación entre izquierdistas y el sentimiento predominante era avanzar las fichas propias en detrimento de los demás. Como esa actitud estaba muy presente –en todos los grupos– resulta que era muy débil el sustrato político común que hubiera permitido la unidad electoral.
Cuando se formó ARI fue un instante feliz, en ese momento los pragmáticos y unitarios se impusieron en los diversos partidos y forzaron el entendimiento. Pero en nuestras manos se deshizo, como castillo de arena. Los sectarios fueron recuperando posiciones aquí y allá. Se apoyaban en la desconfianza y en todos los grupos pedían aumentar su cuota de congresistas. Como la torta no alcanzaba, se elevaron voces de ruptura, que surgieron en casi todas las izquierdas a la vez.
En el caso particular de Favre, él era enviado internacional para reforzar la dirección del POMR, uno de los dos grupos troskos integrantes de la alianza. Su participación contribuyó a definir a ese partido por la ruptura. Pero Favre no creó las condiciones políticas que explican la fuerza del sectarismo, ni siquiera tenía influencia sobre todo el trotskismo, sino solamente sobre el POMR, menos sobre los maoístas, cuyo sectarismo fue muy fuerte. Por lo tanto, no decidió la línea ni tampoco fue crucial. La polémica sobre su papel en el gobierno de Ollanta Humala ha sobredimensionado su rol en el pasado.
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A raíz del debate entre Carlos Tapia y Luis Favre, se ha despertado un interés público sobre el papel del asesor brasileño en la ruptura de la Alianza Revolucionaria de Izquierda, ARI. Para comprender su rol, debemos retroceder a la constitución de dicha alianza, en diciembre de 1979, exactamente 32 años atrás.
Se formó ARI con la presencia de dos grupos trotskistas: el PRT de Hugo Blanco y el POMR de Ricardo Napurí. Asimismo, era parte de ARI, la UDP, a su vez integrada por tres partidos: el MIR de Carlos Tapia y Carlos Malpica, VR de Javier Diez Canseco y Edmundo Murrugarra y el PCR de Manuel Dammert. Por último, también se hallaba presente el UNIR, un frente maoísta dirigido por Patria Roja, en ese entonces encabezado por Horacio Zevallos. Es decir, en ARI se hallaban en un extremo dos partidos troskos, al otro lado, un frente maoísta, y al centro, tres grupos marxistas nacionales, motejados como “cholocomunistas”.
En todos estos minipartidos había tensiones, en ninguno primaba la unanimidad. Las contradicciones guardaban relación con la actitud frente a las elecciones presidenciales convocadas para abril de 1980. El Perú vivía la transición a la democracia, habiéndose aprobado la Constitución de 1979; iba quedando atrás el largo gobierno militar de los años 1970.
Dos actitudes básicas se presentaban en todos y cada uno de los grupos de izquierda. Había quienes querían ganar las elecciones, o colocar en el Congreso la cantidad más alta posible de representantes, para ganar influencia en el siguiente período democrático. Entre quienes participábamos de esa actitud predominaba una postura unitaria, puesto que para ganar elecciones es preciso sumar aliados y realizar concesiones.
Pero existía una tendencia opuesta, que buscaba usar las elecciones como tribuna para realizar propaganda por el socialismo. Entre quienes planteaban esta postura tenía vigencia una actitud sectaria; preferían presentar candidatos de cada grupo por separado, ya que, si se trataba de hacer propaganda, entonces debía enarbolarse un programa coherente.
Los rupturistas se apoyaban en una cultura política muy extendida entre la izquierda setentera. En efecto, el sectarismo dominaba ampliamente y cada grupo tenía la impresión de ser el único auténtico. En algunos casos, las otras agrupaciones eran consideradas traidoras y agentes del imperialismo, acusadas incluso de pretender subrepticiamente de llevar al movimiento popular a la derrota. Por ello, no existía una cultura común de izquierdas ni el sentimiento de compartir una comunidad política.
Por el contrario, la desconfianza dominaba la relación entre izquierdistas y el sentimiento predominante era avanzar las fichas propias en detrimento de los demás. Como esa actitud estaba muy presente –en todos los grupos– resulta que era muy débil el sustrato político común que hubiera permitido la unidad electoral.
Cuando se formó ARI fue un instante feliz, en ese momento los pragmáticos y unitarios se impusieron en los diversos partidos y forzaron el entendimiento. Pero en nuestras manos se deshizo, como castillo de arena. Los sectarios fueron recuperando posiciones aquí y allá. Se apoyaban en la desconfianza y en todos los grupos pedían aumentar su cuota de congresistas. Como la torta no alcanzaba, se elevaron voces de ruptura, que surgieron en casi todas las izquierdas a la vez.
En el caso particular de Favre, él era enviado internacional para reforzar la dirección del POMR, uno de los dos grupos troskos integrantes de la alianza. Su participación contribuyó a definir a ese partido por la ruptura. Pero Favre no creó las condiciones políticas que explican la fuerza del sectarismo, ni siquiera tenía influencia sobre todo el trotskismo, sino solamente sobre el POMR, menos sobre los maoístas, cuyo sectarismo fue muy fuerte. Por lo tanto, no decidió la línea ni tampoco fue crucial. La polémica sobre su papel en el gobierno de Ollanta Humala ha sobredimensionado su rol en el pasado.
EDUCACION HUMALISTA
Teresa Tovar Samanez
A ojo de buen cubero
Ante el cambio de gabinete cuya conformación no se confirma al momento de escribir estas líneas, nos asaltan cinco preocupaciones:
1. Si se reafirmará el enfoque de Educación que involucra la construcción de ciudadanía al lado de los aprendizajes básicos de matemáticas y comunicación. Capacidades y ejercicio de ciudadanía son un continuo y constituyen el cimiento de la democracia. Al reemplazarse el premierato por un exmilitar, en medio de la declaratoria de emergencia en Cajamarca, esperamos no prime el autoritarismo como forma y estilo de gobierno, ya que la autoridad legítima emerge de la deliberación y participación ciudadana, las que se cultivan desde la escuela y deben practicarse sin cortapisas en las otras esferas de la sociedad .
2. Si se mantendrá una política de diálogo con la sociedad civil, potenciando los sistemas de concertación, participación y consulta de la ciudadanía en los programas sociales (Hoja de Ruta). En momentos en que la dimensión de concertación del gobierno está entre signos de interrogación luego de que salió Lerner G., elemento realmente concertador, capaz de conversar con todos los sectores políticos, preocupa que el diálogo en Educación pudiera interrumpirse.
3. Si se continuará o se relativizará la firme adhesión al Proyecto Educativo Nacional, que fue elaborado de manera consensual y propone la construcción de ciudadanos informados propositivos y comprometidos con el desarrollo y bienestar de su comunidad; siendo asumido por la ministra Salas como marco fundamental: Mi gestión será orientada por el Proyecto Educativo Nacional, que contiene objetivos, políticas y medidas articuladas para mejorar la Educación, y el mandato de inclusión que tiene este gobierno. Los cambios en el gobierno no deben interrumpir las políticas de Estado.
4.Si se seguirá poniendo en primer lugar el cierre de brechas en Educación y la apuesta prioritaria por la equidad (como parte de las políticas de inclusión social): Sin equidad no hay calidad. Sería un retroceso regresar al abandono de la escuela pública y de la Educación rural en términos políticos y presupuestales. La discriminación o desvalorización de la población campesina no es posible si se apuesta por la inclusión educativa.
5. Si se persistirá en el esfuerzo de cumplir con lo estipulado en el Acuerdo Nacional respecto del Presupuesto Educativo: al sector Educación se le debe asignar el 6% del PBI en 2011, con incrementos anuales no menores de 0.25% (Propuesta educativa Gana Perú). Está comprobado que solo los países que invierten en Educación logran dar un salto hacia el desarrollo endógeno sostenido y sostenible.
Luego de los cambios ministeriales, el problema de Cajamarca, símbolo de otros similares habidos y por venir, está pendiente de solución; al igual que lo están los retos en Educación. Para ninguno de los dos es pertinente una solución autoritaria y tampoco comulga con ellos una opción conservadora.
A ojo de buen cubero
Ante el cambio de gabinete cuya conformación no se confirma al momento de escribir estas líneas, nos asaltan cinco preocupaciones:
1. Si se reafirmará el enfoque de Educación que involucra la construcción de ciudadanía al lado de los aprendizajes básicos de matemáticas y comunicación. Capacidades y ejercicio de ciudadanía son un continuo y constituyen el cimiento de la democracia. Al reemplazarse el premierato por un exmilitar, en medio de la declaratoria de emergencia en Cajamarca, esperamos no prime el autoritarismo como forma y estilo de gobierno, ya que la autoridad legítima emerge de la deliberación y participación ciudadana, las que se cultivan desde la escuela y deben practicarse sin cortapisas en las otras esferas de la sociedad .
2. Si se mantendrá una política de diálogo con la sociedad civil, potenciando los sistemas de concertación, participación y consulta de la ciudadanía en los programas sociales (Hoja de Ruta). En momentos en que la dimensión de concertación del gobierno está entre signos de interrogación luego de que salió Lerner G., elemento realmente concertador, capaz de conversar con todos los sectores políticos, preocupa que el diálogo en Educación pudiera interrumpirse.
3. Si se continuará o se relativizará la firme adhesión al Proyecto Educativo Nacional, que fue elaborado de manera consensual y propone la construcción de ciudadanos informados propositivos y comprometidos con el desarrollo y bienestar de su comunidad; siendo asumido por la ministra Salas como marco fundamental: Mi gestión será orientada por el Proyecto Educativo Nacional, que contiene objetivos, políticas y medidas articuladas para mejorar la Educación, y el mandato de inclusión que tiene este gobierno. Los cambios en el gobierno no deben interrumpir las políticas de Estado.
4.Si se seguirá poniendo en primer lugar el cierre de brechas en Educación y la apuesta prioritaria por la equidad (como parte de las políticas de inclusión social): Sin equidad no hay calidad. Sería un retroceso regresar al abandono de la escuela pública y de la Educación rural en términos políticos y presupuestales. La discriminación o desvalorización de la población campesina no es posible si se apuesta por la inclusión educativa.
5. Si se persistirá en el esfuerzo de cumplir con lo estipulado en el Acuerdo Nacional respecto del Presupuesto Educativo: al sector Educación se le debe asignar el 6% del PBI en 2011, con incrementos anuales no menores de 0.25% (Propuesta educativa Gana Perú). Está comprobado que solo los países que invierten en Educación logran dar un salto hacia el desarrollo endógeno sostenido y sostenible.
Luego de los cambios ministeriales, el problema de Cajamarca, símbolo de otros similares habidos y por venir, está pendiente de solución; al igual que lo están los retos en Educación. Para ninguno de los dos es pertinente una solución autoritaria y tampoco comulga con ellos una opción conservadora.
HUMALA MALA
...
Carlos Tapia
Opinión Columnista
I).- Como se sabe, el 9 de diciembre se conmemora el día del Ejército Peruano. La mayoría de combatientes en la batalla de Ayacucho fueron indígenas peruanos, en uno y otro bando, aunque en mayor proporción en el ejército realista. Del lado nuestro participaron numerosos soldados de los países ya liberados. Los jefes del ejército libertador fueron Sucre, venezolano de 29 años, y Córdova, joven general Colombiano de solo 24 años, aquél del “adelante, armas a discreción, paso de vencedores”; aunque también participaron los jefes peruanos La Mar y Castilla, exoficiales realistas que ya habían desertado y se pasaron a las filas del movimiento emancipador. Por el lado español, los generales Canterac y Valdés -como lo narra Herbert Morote-, ya de regreso a España, jugaron un verdadero rol progresista luchando contra el absolutismo de la corona y hasta tomaron las armas en este enfrentamiento.
No deja de llamar la atención que ya derrotado el ejército realista, en el acta de capitulación suscrita por Canterac por el lado español y por “el señor general de división de la República de Colombia, Antonio José de Sucre, comandante en jefe del ejército unido liberador del Perú”, explícitamente se señala que a los españoles se les mantiene sus derechos sobre las tierras y minas, ciertamente que habían sido usurpadas a nuestra población indígena.
II).- El presidente Humala pronunció un emotivo discurso, que por la trascendencia de algunos de los conceptos vertidos, merecen ser citados textualmente. A nuestro entender son tres:
1).- “El soldado es como un sacerdote, que está más allá del bien y del mal, y que su único objetivo es mantener la tierra, nuestra tierra, por la que muchos han muerto”
2).- “La moral y la ética de los soldados no deben contenerse y ser juzgados simplemente en procesos penales…”
3).- “Creo que debemos alejar a los guardianes socráticos de la República de lo que es la política del día a día. La tarea del soldado es superior…”
De otro lado, llamó a la reflexión y cuestionó el servicio militar voluntario y el derecho al voto de los militares. En esto último, señaló el riesgo de la politización de las FFAA, poniendo como ejemplo negativo la oprobiosa “acta de sujeción” que fue firmada por los altos jefes militares en la época de Fujimori-Montesinos, dicho sea de paso, alguno de los cuales se encontraba acompañándolo en el mismo estrado.
No deja de llamar la atención la insistencia en el llamamiento reiterado a la figura de “guardianes socráticos” utilizada por Platón (parece ser refiriéndose a aquellos que por función principal hacen suyos la defensa de los intereses colectivos). Así en la 67º Asamblea de la SIP, realizada el 18 de octubre en Lima, ya había adelantado también que “los periodistas son los guardianes socráticos de la República”.
III.- Es verdad que el presidente Humala muchas veces ha señalado que el pueblo lo ha elegido a él y no a alguno de sus familiares. Sin embargo, resalta la declaración de Don Isaac Humala, realizada el 20 de noviembre pasado, que a la letra decía: “El gobierno de Ollanta es de sesgo militar. El factor militar ha sido revalorado. El militar está reivindicado como fuerza tutelar de la nación”.
Uno podrá discrepar, pero que se está hablando claro, se está ¿no?
Carlos Tapia
Opinión Columnista
I).- Como se sabe, el 9 de diciembre se conmemora el día del Ejército Peruano. La mayoría de combatientes en la batalla de Ayacucho fueron indígenas peruanos, en uno y otro bando, aunque en mayor proporción en el ejército realista. Del lado nuestro participaron numerosos soldados de los países ya liberados. Los jefes del ejército libertador fueron Sucre, venezolano de 29 años, y Córdova, joven general Colombiano de solo 24 años, aquél del “adelante, armas a discreción, paso de vencedores”; aunque también participaron los jefes peruanos La Mar y Castilla, exoficiales realistas que ya habían desertado y se pasaron a las filas del movimiento emancipador. Por el lado español, los generales Canterac y Valdés -como lo narra Herbert Morote-, ya de regreso a España, jugaron un verdadero rol progresista luchando contra el absolutismo de la corona y hasta tomaron las armas en este enfrentamiento.
No deja de llamar la atención que ya derrotado el ejército realista, en el acta de capitulación suscrita por Canterac por el lado español y por “el señor general de división de la República de Colombia, Antonio José de Sucre, comandante en jefe del ejército unido liberador del Perú”, explícitamente se señala que a los españoles se les mantiene sus derechos sobre las tierras y minas, ciertamente que habían sido usurpadas a nuestra población indígena.
II).- El presidente Humala pronunció un emotivo discurso, que por la trascendencia de algunos de los conceptos vertidos, merecen ser citados textualmente. A nuestro entender son tres:
1).- “El soldado es como un sacerdote, que está más allá del bien y del mal, y que su único objetivo es mantener la tierra, nuestra tierra, por la que muchos han muerto”
2).- “La moral y la ética de los soldados no deben contenerse y ser juzgados simplemente en procesos penales…”
3).- “Creo que debemos alejar a los guardianes socráticos de la República de lo que es la política del día a día. La tarea del soldado es superior…”
De otro lado, llamó a la reflexión y cuestionó el servicio militar voluntario y el derecho al voto de los militares. En esto último, señaló el riesgo de la politización de las FFAA, poniendo como ejemplo negativo la oprobiosa “acta de sujeción” que fue firmada por los altos jefes militares en la época de Fujimori-Montesinos, dicho sea de paso, alguno de los cuales se encontraba acompañándolo en el mismo estrado.
No deja de llamar la atención la insistencia en el llamamiento reiterado a la figura de “guardianes socráticos” utilizada por Platón (parece ser refiriéndose a aquellos que por función principal hacen suyos la defensa de los intereses colectivos). Así en la 67º Asamblea de la SIP, realizada el 18 de octubre en Lima, ya había adelantado también que “los periodistas son los guardianes socráticos de la República”.
III.- Es verdad que el presidente Humala muchas veces ha señalado que el pueblo lo ha elegido a él y no a alguno de sus familiares. Sin embargo, resalta la declaración de Don Isaac Humala, realizada el 20 de noviembre pasado, que a la letra decía: “El gobierno de Ollanta es de sesgo militar. El factor militar ha sido revalorado. El militar está reivindicado como fuerza tutelar de la nación”.
Uno podrá discrepar, pero que se está hablando claro, se está ¿no?
LA PESCA EN EL PERU ANTIGUO
...
Juan Rebaza Carpio
Mirando al mar
Los vestigios de presencia humana en nuestra sierra, se remontan hasta hace 20 mil años, luego de los cuales, los hombres habrían empezado a bajar periódicamente para establecerse en las lomas como Lachay y Acari, donde la humedad y la neblina favorecían la vegetación, y donde la caza era propicia. Terminado el invierno, el hombre retornaba a las alturas a subsistir de la caza andina y del reverdor de las tierras por las lluvias del verano. Pero atraídos por la necesidad, el espíritu aventurero y el hechizo, se acercaron al mar hace aproximadamente 10 mil años, experimentando la conmovedora experiencia de descubrir la fortuna de una abundante y variada vida marina en las aguas límpidas y azules de nuestro océano.
El primer contacto del hombre con el mar, se limitó solo a la recolección de mariscos, luego se inició el periodo de aprendizaje de la pesca desde la playa con anzuelos, confeccionados primero de espinas de árboles, luego de espinas de pescado, hasta de huesos de especies marinas de gran tamaño. El hombre antiguo peruano derrochó ingenio y gran habilidad, al confeccionar la red con diversas fibras vegetales hace unos cinco mil años, cuando no era aún conocido el algodón.
En cráneos de los buzos o zambullidores encontrados en las tumbas de Paracas, se demuestran estomas en los oídos, una enfermedad conocida que produce los cambios de presión, y que nos enseña otra forma de pescar. El hombre inicia el auge de la red, sin embarcación y desde la playa, con apoyo de los zambullidores, y empleando como flotadores las calabazas. La caza de los lobos marinos se basaba en dar golpes de garrote, extendiéndose a lo largo del litoral para aprovechar sus carnes, sus cueros, las barbas y las grasas, que como aceite se usaban para prender las antorchas en fiestas nocturnas y encender luminarias.
Se considera que recién en los albores de la era cristiana, se inició la construcción de embarcaciones simples como la balsa, formada por troncos, balsillas de caña y las balsas de totora o caballitos de totora, que constituyen el inicio de la era de la navegación, demostrando la destreza consumada del hombre y las calidades de las embarcaciones, sencillas, frágiles, extremadamente ligeras, pero eficaces y funcionales.
Desde los primeros tiempos los pobladores de la costa tuvieron al mar como su principal fuente de alimento, extendida después a la sierra, mediante una organizada actividad de transporte a través de caminos como: Tumbes a Loja (Sierra Ecuatoriana), Chan Chan a Cajamarca, Nepeña al Callejón de Huaylas, Santa a Cabana y Tauca, Pachacámac a Huarochirí, Pisco a Castrovirreyna, etc.
Cuando el Inca deseaba comer pescado fresco del mar, pese a la distancia y los caminos escabrosos, los chasquis hacían realidad tal hazaña. Por ejemplo: desde Chala (Arequipa) al Cusco, con 320 Kms de distancia, 80 Chasquis lo cubrían en 2 días recorriendo 4 Kms cada uno de ellos. En las primeras 5 horas alcanzaban una altura de 3 mil metros sobre el nivel del mar, por lo que el pescado cubierto con algas y en bolsas de llama mantenía su buen estado.
La actividad pesquera iniciada en la antigüedad, paulatinamente se perfeccionó, organizó debidamente y se comercializó en beneficio de comarcas, regiones y finalmente de todo el Perú,
Juan Rebaza Carpio
Mirando al mar
Los vestigios de presencia humana en nuestra sierra, se remontan hasta hace 20 mil años, luego de los cuales, los hombres habrían empezado a bajar periódicamente para establecerse en las lomas como Lachay y Acari, donde la humedad y la neblina favorecían la vegetación, y donde la caza era propicia. Terminado el invierno, el hombre retornaba a las alturas a subsistir de la caza andina y del reverdor de las tierras por las lluvias del verano. Pero atraídos por la necesidad, el espíritu aventurero y el hechizo, se acercaron al mar hace aproximadamente 10 mil años, experimentando la conmovedora experiencia de descubrir la fortuna de una abundante y variada vida marina en las aguas límpidas y azules de nuestro océano.
El primer contacto del hombre con el mar, se limitó solo a la recolección de mariscos, luego se inició el periodo de aprendizaje de la pesca desde la playa con anzuelos, confeccionados primero de espinas de árboles, luego de espinas de pescado, hasta de huesos de especies marinas de gran tamaño. El hombre antiguo peruano derrochó ingenio y gran habilidad, al confeccionar la red con diversas fibras vegetales hace unos cinco mil años, cuando no era aún conocido el algodón.
En cráneos de los buzos o zambullidores encontrados en las tumbas de Paracas, se demuestran estomas en los oídos, una enfermedad conocida que produce los cambios de presión, y que nos enseña otra forma de pescar. El hombre inicia el auge de la red, sin embarcación y desde la playa, con apoyo de los zambullidores, y empleando como flotadores las calabazas. La caza de los lobos marinos se basaba en dar golpes de garrote, extendiéndose a lo largo del litoral para aprovechar sus carnes, sus cueros, las barbas y las grasas, que como aceite se usaban para prender las antorchas en fiestas nocturnas y encender luminarias.
Se considera que recién en los albores de la era cristiana, se inició la construcción de embarcaciones simples como la balsa, formada por troncos, balsillas de caña y las balsas de totora o caballitos de totora, que constituyen el inicio de la era de la navegación, demostrando la destreza consumada del hombre y las calidades de las embarcaciones, sencillas, frágiles, extremadamente ligeras, pero eficaces y funcionales.
Desde los primeros tiempos los pobladores de la costa tuvieron al mar como su principal fuente de alimento, extendida después a la sierra, mediante una organizada actividad de transporte a través de caminos como: Tumbes a Loja (Sierra Ecuatoriana), Chan Chan a Cajamarca, Nepeña al Callejón de Huaylas, Santa a Cabana y Tauca, Pachacámac a Huarochirí, Pisco a Castrovirreyna, etc.
Cuando el Inca deseaba comer pescado fresco del mar, pese a la distancia y los caminos escabrosos, los chasquis hacían realidad tal hazaña. Por ejemplo: desde Chala (Arequipa) al Cusco, con 320 Kms de distancia, 80 Chasquis lo cubrían en 2 días recorriendo 4 Kms cada uno de ellos. En las primeras 5 horas alcanzaban una altura de 3 mil metros sobre el nivel del mar, por lo que el pescado cubierto con algas y en bolsas de llama mantenía su buen estado.
La actividad pesquera iniciada en la antigüedad, paulatinamente se perfeccionó, organizó debidamente y se comercializó en beneficio de comarcas, regiones y finalmente de todo el Perú,
EL AGUA VALE MAS QUE EL ORO
...
Oswaldo de Rivero
Los estudios hidrológicos de las Naciones Unidas revelan que, debido a la imparable expansión urbana global, hoy existen dos mil millones de personas sufriendo escasez de agua. Y que en el año 2025, cuando el 70% de la población del mundo sea urbana, los 2/3 de ella sufrirán esta escasez.
Además, las Naciones Unidas consideran que para llevar una vida saludable se necesita 2,000 metros cúbicos de agua potable per cápita al año. Ya existen 17 países en el mundo cercanos a este límite de supervivencia y entre ellos está el Perú. En estos países, la escasez de agua y saneamiento, han creado una falsa e insalubre modernización caracterizada por poblaciones que tienen más celulares que retretes.
Los estudios sobre urbanización mundial también anuncian que las primeras megalópolis que sufrirán graves problemas de insalubridad y también de gobernabilidad, por escasez de agua, serán las ubicadas en zonas áridas como Lima, Aman, Argel, Bagdad, El Cairo, Casablanca y Túnez. Sin embargo, no serán las únicas porque pronto se les unirán otras megalópolis de la China, la India y del África.
El agua es hoy el recurso renovable más afectado por el recalentamiento global debido al derretimiento de los glaciales en los Himalayas y los Andes. Según los glaciólogos pueden desaparecer dentro de 20 años, dejando ciudades y zonas agrícolas de China, India, Bolivia, Colombia, Ecuador y el Perú casi sin agua. Esta tremenda escasez creará gran inestabilidad política porque, afectará seriamente la producción de alimentos y de energía hidroeléctrica,
A pesar de estar el Perú entre los 17 países con menos consumo de agua en el mundo y que su gobernabilidad se derretirá con los glaciales, nuestro país no cuenta con un estudio hidrológico para saber con que fuentes de agua cuenta y cuales están en peligro. Y es por esto, que es totalmente acientífico, plantear negociaciones de fuentes de agua por oro sin saber cuanta agua tenemos.
Como hasta ahora no se ha inventado nada que sustituya al agua para producir alimentos, la escasez de agua en el mundo significará alimentos cada vez más caros y escasos. Después del 2005, los precios reales de los alimentos han subido un 75%. Según la FAO, el número de las personas que sufren hambre se ha incrementado en 140 millones y hoy pasa los mil millones.
Los países que serán más afectados con la crítica situación alimenticia mundial serán los 24 países del mundo que hoy no tienen seguridad alimentaria, son importadores netos de alimentos y que registran bajos consumo de calorías per cápita, entre los cuales está también el Perú.
En el futuro próximo, el agua se convertirá en el recurso tan estratégico como el petróleo y la lucha por su posesión producirá conflictos domésticos e internacionales. Ya hoy, la captura de fuentes hídricas y la contaminación de reservorios de agua, son consideradas objetivos estratégicos por altos mandos militares y también por grupos terroristas.
No debe haber la menor duda, de que en los próximos años la muy baja cantidad y calidad de agua disponible per cápita será el indicador internacional más preciso para identificar que países son definitivamente inviables, debido a que no disponen del recurso más elemental para sobrevivir en este planeta.
Y por esto, que el agua vale más que el oro.
Oswaldo de Rivero
Los estudios hidrológicos de las Naciones Unidas revelan que, debido a la imparable expansión urbana global, hoy existen dos mil millones de personas sufriendo escasez de agua. Y que en el año 2025, cuando el 70% de la población del mundo sea urbana, los 2/3 de ella sufrirán esta escasez.
Además, las Naciones Unidas consideran que para llevar una vida saludable se necesita 2,000 metros cúbicos de agua potable per cápita al año. Ya existen 17 países en el mundo cercanos a este límite de supervivencia y entre ellos está el Perú. En estos países, la escasez de agua y saneamiento, han creado una falsa e insalubre modernización caracterizada por poblaciones que tienen más celulares que retretes.
Los estudios sobre urbanización mundial también anuncian que las primeras megalópolis que sufrirán graves problemas de insalubridad y también de gobernabilidad, por escasez de agua, serán las ubicadas en zonas áridas como Lima, Aman, Argel, Bagdad, El Cairo, Casablanca y Túnez. Sin embargo, no serán las únicas porque pronto se les unirán otras megalópolis de la China, la India y del África.
El agua es hoy el recurso renovable más afectado por el recalentamiento global debido al derretimiento de los glaciales en los Himalayas y los Andes. Según los glaciólogos pueden desaparecer dentro de 20 años, dejando ciudades y zonas agrícolas de China, India, Bolivia, Colombia, Ecuador y el Perú casi sin agua. Esta tremenda escasez creará gran inestabilidad política porque, afectará seriamente la producción de alimentos y de energía hidroeléctrica,
A pesar de estar el Perú entre los 17 países con menos consumo de agua en el mundo y que su gobernabilidad se derretirá con los glaciales, nuestro país no cuenta con un estudio hidrológico para saber con que fuentes de agua cuenta y cuales están en peligro. Y es por esto, que es totalmente acientífico, plantear negociaciones de fuentes de agua por oro sin saber cuanta agua tenemos.
Como hasta ahora no se ha inventado nada que sustituya al agua para producir alimentos, la escasez de agua en el mundo significará alimentos cada vez más caros y escasos. Después del 2005, los precios reales de los alimentos han subido un 75%. Según la FAO, el número de las personas que sufren hambre se ha incrementado en 140 millones y hoy pasa los mil millones.
Los países que serán más afectados con la crítica situación alimenticia mundial serán los 24 países del mundo que hoy no tienen seguridad alimentaria, son importadores netos de alimentos y que registran bajos consumo de calorías per cápita, entre los cuales está también el Perú.
En el futuro próximo, el agua se convertirá en el recurso tan estratégico como el petróleo y la lucha por su posesión producirá conflictos domésticos e internacionales. Ya hoy, la captura de fuentes hídricas y la contaminación de reservorios de agua, son consideradas objetivos estratégicos por altos mandos militares y también por grupos terroristas.
No debe haber la menor duda, de que en los próximos años la muy baja cantidad y calidad de agua disponible per cápita será el indicador internacional más preciso para identificar que países son definitivamente inviables, debido a que no disponen del recurso más elemental para sobrevivir en este planeta.
Y por esto, que el agua vale más que el oro.
MUSEO METROPOLITANO
Vecinos de Lima y turistas ya pueden conocer y disfrutar la historia y costumbres de la capital con la inauguración del Museo Metropolitano, donde, usando adelantos tecnológicos, se mostrará el pasado de la ciudad, desde la época prehispánica.
El Museo Metropolitano de Lima se pone a disposición de la población con la finalidad de ofrecer más cultura y sano esparcimiento a los vecinos.
Durante el recorrido por las catorce salas principales y las siete secundarias, el público tiene un viaje -virtual- por los diez mil años de historia de la ciudad, gracias a los efectos audiovisuales y escenográficos que se han elaborado tomando en cuenta la temática de la exposición. Este valioso material audiovisual fue preparado por un equipo profesional, dirigido por el cineasta peruano Luis Llosa.
En las 40 películas que se proyectarán, los asistentes conocerán -entre muchos datos de interés- la vida del primer poblador limeño y su entorno costeño antes de la llegada de los españoles. La época virreinal mostrará, a través de diversos efectos visuales, la vida cotidiana en la época del virrey Amat.
El Museo Metropolitano se ubica en el Parque de la Exposición y el ingreso es por la avenida 28 de Julio del Cercado de Lima.
El Museo Metropolitano de Lima se pone a disposición de la población con la finalidad de ofrecer más cultura y sano esparcimiento a los vecinos.
Durante el recorrido por las catorce salas principales y las siete secundarias, el público tiene un viaje -virtual- por los diez mil años de historia de la ciudad, gracias a los efectos audiovisuales y escenográficos que se han elaborado tomando en cuenta la temática de la exposición. Este valioso material audiovisual fue preparado por un equipo profesional, dirigido por el cineasta peruano Luis Llosa.
En las 40 películas que se proyectarán, los asistentes conocerán -entre muchos datos de interés- la vida del primer poblador limeño y su entorno costeño antes de la llegada de los españoles. La época virreinal mostrará, a través de diversos efectos visuales, la vida cotidiana en la época del virrey Amat.
El Museo Metropolitano se ubica en el Parque de la Exposición y el ingreso es por la avenida 28 de Julio del Cercado de Lima.
LA IZQUIERDA Y HUMALAS
Raúl Wiener
POLITIKA Analista
En julio de este año, cuando Humala se preparaba para juramentar, la revista de humor político “Dedo Medio”, publicó el artículo “Polo Rojo o Polo Blanco” de Carlos León Moya que sacaba a luz interioridades de la campaña electoral nacionalista y del desplazamiento de los asesores de izquierda del entorno del candidato y su reemplazo por la asesoría Brasileña encabezada por Luis Favre.
A muchos les gustó que se abrieran los secretos de Humala, mientras que otros reprocharon que León Moya hubiese usado información obtenida mientras era un funcionario rentado de la campaña y a la vez dirigente de las juventudes del partido socialista. Varios se sintieron traicionados por lo que contaron sin saber que tenía como destino una publicación festiva y otros se sorprendieron por la facilidad con la que se les presumía conductas y declaraciones insuficientemente corroboradas.
Ahora León Moya, que ya se hizo una pequeña fama de ironizador de los tropiezos de la izquierda en su relación con el comandante presidente, ha publicado un nuevo y oportuno artículo bajo el título “El fin del ala izquierda: un fracaso más sí importa”, en el que, según sus propia palabras, intenta explicar la responsabilidad de la propia izquierda en el hecho de terminar expulsada del gobierno.
La tesis es que la izquierda se encandiló con el discurso radical de Ollanta y alineó “sus diminutas lanchas” detrás de él. Todos menos Patria Roja que tuvo la sapiencia de buscar su inscripción en paralelo para poder negociar de una posición de fuerza. Finalmente, que los intelectuales progresistas lanzaron un manifiesto por la gran transformación y se insinuaron como equipo de gobierno.
Según esa tesis, todo esto habría llevado a olvidar la construcción de un proyecto de izquierda, a esconder Madre Mía y aceptar maltratos del comandante, en aras del poder al que solo se podía acceder a través de Ollanta Humala. Por haber aceptado un rol tan subordinado sin dar la contra y por brindar señales equívocas los echaron fácilmente del gobierno. Y la izquierda fracasó una vez más.
León Moya ha pasado visiblemente del chisme al epitafio. Pero igual que la vez anterior al cronista le falta sentido de su propia ubicación. He consultado si lo que reclama de la izquierda fue alguna vez su posición como militante de la izquierda. Y nada. Asimismo si habló de Madre Mía y del autoritarismo de Ollanta cuando era parte rentada de la campaña. Y nada.
Pero como las ideas se independizan de las personas diré algunas cosas que el joven León está pasando por alto: (a) que la izquierda hizo el intento de tener su proyecto propio en el 2006, es indiscutible, como que hubo tres listas que juntas apenas pasaron el 1%; (b) que la izquierda tiene en estos momentos lanchas pequeñas, claro que sí, lo que es producto de derrotas anteriores, y era lógico que se uniera a un candidato con perspectiva con el que tenía coincidencias; (c) que Patria Roja quiso jugar con dos cartas, es más que evidente, pero le fue mal con ambas, porque la fuerza de masas de Ollanta era tal que no dejaba espacio para otros; (d) que la izquierda intelectual y partidaria apoyó lealmente a Ollanta y hoy tiene tanto derecho como los militantes nacionalistas y las bases sociales, para rechazar el giro del gobierno, que es el nuevo terreno de lucha; (e) no sé por qué el viraje de Ollanta va a ser un “fracaso de la izquierda”, en todo caso es un problema del gobierno con el país que lo votó, que no era solo de izquierda.
POLITIKA Analista
En julio de este año, cuando Humala se preparaba para juramentar, la revista de humor político “Dedo Medio”, publicó el artículo “Polo Rojo o Polo Blanco” de Carlos León Moya que sacaba a luz interioridades de la campaña electoral nacionalista y del desplazamiento de los asesores de izquierda del entorno del candidato y su reemplazo por la asesoría Brasileña encabezada por Luis Favre.
A muchos les gustó que se abrieran los secretos de Humala, mientras que otros reprocharon que León Moya hubiese usado información obtenida mientras era un funcionario rentado de la campaña y a la vez dirigente de las juventudes del partido socialista. Varios se sintieron traicionados por lo que contaron sin saber que tenía como destino una publicación festiva y otros se sorprendieron por la facilidad con la que se les presumía conductas y declaraciones insuficientemente corroboradas.
Ahora León Moya, que ya se hizo una pequeña fama de ironizador de los tropiezos de la izquierda en su relación con el comandante presidente, ha publicado un nuevo y oportuno artículo bajo el título “El fin del ala izquierda: un fracaso más sí importa”, en el que, según sus propia palabras, intenta explicar la responsabilidad de la propia izquierda en el hecho de terminar expulsada del gobierno.
La tesis es que la izquierda se encandiló con el discurso radical de Ollanta y alineó “sus diminutas lanchas” detrás de él. Todos menos Patria Roja que tuvo la sapiencia de buscar su inscripción en paralelo para poder negociar de una posición de fuerza. Finalmente, que los intelectuales progresistas lanzaron un manifiesto por la gran transformación y se insinuaron como equipo de gobierno.
Según esa tesis, todo esto habría llevado a olvidar la construcción de un proyecto de izquierda, a esconder Madre Mía y aceptar maltratos del comandante, en aras del poder al que solo se podía acceder a través de Ollanta Humala. Por haber aceptado un rol tan subordinado sin dar la contra y por brindar señales equívocas los echaron fácilmente del gobierno. Y la izquierda fracasó una vez más.
León Moya ha pasado visiblemente del chisme al epitafio. Pero igual que la vez anterior al cronista le falta sentido de su propia ubicación. He consultado si lo que reclama de la izquierda fue alguna vez su posición como militante de la izquierda. Y nada. Asimismo si habló de Madre Mía y del autoritarismo de Ollanta cuando era parte rentada de la campaña. Y nada.
Pero como las ideas se independizan de las personas diré algunas cosas que el joven León está pasando por alto: (a) que la izquierda hizo el intento de tener su proyecto propio en el 2006, es indiscutible, como que hubo tres listas que juntas apenas pasaron el 1%; (b) que la izquierda tiene en estos momentos lanchas pequeñas, claro que sí, lo que es producto de derrotas anteriores, y era lógico que se uniera a un candidato con perspectiva con el que tenía coincidencias; (c) que Patria Roja quiso jugar con dos cartas, es más que evidente, pero le fue mal con ambas, porque la fuerza de masas de Ollanta era tal que no dejaba espacio para otros; (d) que la izquierda intelectual y partidaria apoyó lealmente a Ollanta y hoy tiene tanto derecho como los militantes nacionalistas y las bases sociales, para rechazar el giro del gobierno, que es el nuevo terreno de lucha; (e) no sé por qué el viraje de Ollanta va a ser un “fracaso de la izquierda”, en todo caso es un problema del gobierno con el país que lo votó, que no era solo de izquierda.
PARIDAD CAMBIARIA
...
Germán Alarco Tosoni
Opinión Investigador CENTRUM Católica
El tipo de cambio acaba de romper el límite inferior de 2.70 soles por dólar americano. No se trataría de un ajuste coyuntural. Se observa un nuevo piso y al parecer una tendencia descendente en la paridad cambiaria para el mediano plazo. Este tema es grave para el aparato productivo nacional, a pesar que puede generar algunas ventajas para los deudores en moneda extranjera, para las personas que realizan actividades turísticas en el exterior y en general los que se dedican a la importación de bienes y servicios. Los exportadores y los productores nacionales son cuantitativamente más importantes que los anteriores y están siendo afectados.
La apreciación de la moneda nacional es un fenómeno común a muchas economías latinoamericanas. A esta contribuye el mayor deterioro relativo de las economías norteamericanas y europeas, el buen desempeño de las exportaciones (precios y volúmenes) y las entradas netas de capitales que generan un balance positivo en el mercado de divisas. Este es el fenómeno denominado como enfermedad holandesa, que no parece ser ajeno a la realidad peruana, pero que omiten los economistas neoliberales locales e internacionales.
A inicios del año publicamos un artículo académico relativo al tipo de cambio nominal mínimo que evita tener resultados financieros negativos y que conduzca a que cierren las empresas. Los estimados se realizaron para el 2007 y se actualizan al 2009. Al respecto, la manufactura de productos mineros y la refinación de metales requerirían un tipo de cambio promedio entre 3 y 2.97 soles por dólar americano. Las empresas del sector textil y confecciones necesitarían un tipo de cambio de 2.88 soles por dólar americano. El sector pesquero y la agro exportación de 2.73 y 2.32 respectivamente. Solamente la minería resistiría una apreciación pronunciada del sol, ya que seguirían siendo rentables aún si el tipo de cambio de mercado se redujera a 2.16, 2.03 y 1.61 soles por dólar americano en los casos del hierro, oro y minerales polimetálicos respectivamente.
No es aún posible demostrar estadísticamente los efectos negativos de la enfermedad holandesa en la economía peruana. El empeoramiento de la situación económica internacional puede tornarse problemática para las exportaciones no tradicionales. No olvidemos que las empresas de este sector podrían desemplear a más peruanos de los que podrían ser contratados adicionalmente por los exportadores tradicionales. Las políticas del BCRP son aún insuficientes para enfrentar este síndrome y tam
Germán Alarco Tosoni
Opinión Investigador CENTRUM Católica
El tipo de cambio acaba de romper el límite inferior de 2.70 soles por dólar americano. No se trataría de un ajuste coyuntural. Se observa un nuevo piso y al parecer una tendencia descendente en la paridad cambiaria para el mediano plazo. Este tema es grave para el aparato productivo nacional, a pesar que puede generar algunas ventajas para los deudores en moneda extranjera, para las personas que realizan actividades turísticas en el exterior y en general los que se dedican a la importación de bienes y servicios. Los exportadores y los productores nacionales son cuantitativamente más importantes que los anteriores y están siendo afectados.
La apreciación de la moneda nacional es un fenómeno común a muchas economías latinoamericanas. A esta contribuye el mayor deterioro relativo de las economías norteamericanas y europeas, el buen desempeño de las exportaciones (precios y volúmenes) y las entradas netas de capitales que generan un balance positivo en el mercado de divisas. Este es el fenómeno denominado como enfermedad holandesa, que no parece ser ajeno a la realidad peruana, pero que omiten los economistas neoliberales locales e internacionales.
A inicios del año publicamos un artículo académico relativo al tipo de cambio nominal mínimo que evita tener resultados financieros negativos y que conduzca a que cierren las empresas. Los estimados se realizaron para el 2007 y se actualizan al 2009. Al respecto, la manufactura de productos mineros y la refinación de metales requerirían un tipo de cambio promedio entre 3 y 2.97 soles por dólar americano. Las empresas del sector textil y confecciones necesitarían un tipo de cambio de 2.88 soles por dólar americano. El sector pesquero y la agro exportación de 2.73 y 2.32 respectivamente. Solamente la minería resistiría una apreciación pronunciada del sol, ya que seguirían siendo rentables aún si el tipo de cambio de mercado se redujera a 2.16, 2.03 y 1.61 soles por dólar americano en los casos del hierro, oro y minerales polimetálicos respectivamente.
No es aún posible demostrar estadísticamente los efectos negativos de la enfermedad holandesa en la economía peruana. El empeoramiento de la situación económica internacional puede tornarse problemática para las exportaciones no tradicionales. No olvidemos que las empresas de este sector podrían desemplear a más peruanos de los que podrían ser contratados adicionalmente por los exportadores tradicionales. Las políticas del BCRP son aún insuficientes para enfrentar este síndrome y tam
SINCERIDAD CARAJO
Mario Huamán Rivera
El segundo gabinete de Ollanta Humala dejó de ser de concertación y ha sufrido un viraje a la derecha con rasgos autoritarios, lo que ha generado en los trabajadores y el pueblo una enorme frustración y decepción porque los compromisos de cambios asumidos corren el riesgo de no ser cumplidos. Por este motivo, el Presidente Ollanta Humala tiene que sincerarse con el país y decir si cumplirá con las promesas que ofreció en la campaña electoral.
Las primeras declaraciones del nuevo ministro de Trabajo, José Villena, estarían demostrando lo contrario, como el anuncio de que el incremento de la Remuneración Mínima Vital (RMV) estará condicionado al sustento técnico y el cuestionamiento a la derogatoria del Régimen Laboral CAS (Contratación Administrativa de Servicios), que afecta a más de 160 mil servidores estatales. El ministro se olvidó que son promesas de campaña del mandatario.
Por esta razón, demandamos el cumplimiento de la agenda laboral y social entregada al Presidente desde hace meses, que implica la derogatoria de los regímenes laborales (mypes, textiles, agroindustria, etc), aumento remunerativo para el sector público; recuperación de las empresas estratégicas y no a la privatización; recuperación del Gas de Camisea; defensa de los recursos naturales; respeto a los convenios internacionales, como la consulta previa, entre otros.
El Presidente debe tener en cuenta que los conflictos sociales continuarán si no se usa el diálogo como herramienta para la solución concreta de los problemas, que aquejan a la población y que forma parte de sus compromisos que le sirvió para ganar las elecciones.
Asimismo, le demandamos un ordenamiento territorial del país que permita la zonificación ecológica-económica y la regulación de las competencias de los gobiernos locales y regionales en la planificación y gestión de nuestro territorio, además de la revisión de todos los Estudios de Impacto Ambiental que suscribió el nefasto gobierno de García, debido a que ha quedado evidenciado con Yanacocha y el proyecto Conga, que son estudios parcializados a favor de las empresas, y que no respetan los estándares internacionales, como también ocurriría en Tía María, Southern Perú en Tacna, Andahuaylas, Chincheros, etc.
La central ha convocado a todas las fuerzas sociales para tener un encuentro de unidad en los próximos días con la finalidad de encarar los problemas generados por esta crisis política y encontrar una solución a los conflictos sociales.
El segundo gabinete de Ollanta Humala dejó de ser de concertación y ha sufrido un viraje a la derecha con rasgos autoritarios, lo que ha generado en los trabajadores y el pueblo una enorme frustración y decepción porque los compromisos de cambios asumidos corren el riesgo de no ser cumplidos. Por este motivo, el Presidente Ollanta Humala tiene que sincerarse con el país y decir si cumplirá con las promesas que ofreció en la campaña electoral.
Las primeras declaraciones del nuevo ministro de Trabajo, José Villena, estarían demostrando lo contrario, como el anuncio de que el incremento de la Remuneración Mínima Vital (RMV) estará condicionado al sustento técnico y el cuestionamiento a la derogatoria del Régimen Laboral CAS (Contratación Administrativa de Servicios), que afecta a más de 160 mil servidores estatales. El ministro se olvidó que son promesas de campaña del mandatario.
Por esta razón, demandamos el cumplimiento de la agenda laboral y social entregada al Presidente desde hace meses, que implica la derogatoria de los regímenes laborales (mypes, textiles, agroindustria, etc), aumento remunerativo para el sector público; recuperación de las empresas estratégicas y no a la privatización; recuperación del Gas de Camisea; defensa de los recursos naturales; respeto a los convenios internacionales, como la consulta previa, entre otros.
El Presidente debe tener en cuenta que los conflictos sociales continuarán si no se usa el diálogo como herramienta para la solución concreta de los problemas, que aquejan a la población y que forma parte de sus compromisos que le sirvió para ganar las elecciones.
Asimismo, le demandamos un ordenamiento territorial del país que permita la zonificación ecológica-económica y la regulación de las competencias de los gobiernos locales y regionales en la planificación y gestión de nuestro territorio, además de la revisión de todos los Estudios de Impacto Ambiental que suscribió el nefasto gobierno de García, debido a que ha quedado evidenciado con Yanacocha y el proyecto Conga, que son estudios parcializados a favor de las empresas, y que no respetan los estándares internacionales, como también ocurriría en Tía María, Southern Perú en Tacna, Andahuaylas, Chincheros, etc.
La central ha convocado a todas las fuerzas sociales para tener un encuentro de unidad en los próximos días con la finalidad de encarar los problemas generados por esta crisis política y encontrar una solución a los conflictos sociales.
EL PERU ANGELICAL
Rodrigo Montoya Rojas
“Navegar Río Arriba”
Cuando el presidente Ollanta Humala habló hace pocos días de los soldados se refirió a los oficiales de las Fuerzas Armadas, no a los soldados comunes y corrientes, apareció conmovido por ser Comandante supremo. Le hubiera gustado concluir su carrera militar como Comandante general del Ejército, pero no pudo realizar su sueño, precisamente porque al alzarse en Locumba contra el gobierno de Toledo, en 2001, politizó al Ejército una vez más como ocurrió con otros soldados como él a lo largo de nuestra historia republicana, e inició una corta marcha hacia el palacio de Francisco Pizarro. Parece feliz con el poder que ostenta.
En su último discurso, dijo el presidente: ¨El soldado es como un sacerdote. Está más allá del bien y el mal. Su único objetivo es mantener la tierra, nuestra tierra por la que muchos han muerto, por la tierra que nos une¨.
Propuso que los peruanos debemos despolitizar a las Fuerzas Armadas y que los militares dejen de votar y que vuelva el Servicio militar obligatorio. Al oír y leer estas palabras en diciembre de 2011, sentí que nuestro país volvió a ser el de los clásicos golpes militares, con soldados jefes que se creen escogidos como salvadores y redentores, como pálidas réplicas de un Dios todopoderoso que se siente por encima del bien y del mal. Nada de esto es fantasía. Sólo es una realidad que habría que explicarla buscando en los secretos profundos de la formación que los oficiales del ejército reciben, y en el encantamiento que ser presidente de un gobierno produce y ver de cerca y de lejos al poder que ronda por ahí, y en la personalidad del joven presidente.
Las Fuerzas Armadas hacen política desde que existen y son la última carta en el juego del poder. Que sus soldados de arriba y de abajo voten es un paso adelante para que la esquelética democracia del país tenga un gramo más de fuerza. Volver al llamado servicio militar obligatorio, que solo fue obligatorio para los indígenas y las capas urbanas pobres del país, supondría renovar una vieja fuente de corrupción extraordinaria que parecía un asunto del pasado y volver a confundir el servicio a la patria con un reformatorio como el de Maranga.
La crisis que acaba de vivir el gobierno, ha sido según los jefes y políticos otro acto de pura fantasía. No hubo crisis, dice el nuevo premier, se mantiene la voluntad de democrática de diálogo, eso de amenazar con la inminente suspensión de garantías si no se firmaba el acta de acuerdo , de llenar Cajamarca con soldados, de ordenar efectivamente la suspensión de las garantías constitucionales en cuatro provincias, y congelar las cuentas del gobierno regional y de algunos municipios, y eso de ofrecer un paseo de nueve horas por los jardines floridos de la DIRCOTE a los dirigentes que salieron del Congreso con el cuento de que no querían identificarse, sería sólo una ¨calumnia sin fundamento¨, una ¨falsa calumnia¨ o una ¨mala canallada¨ tan propias del saber criollo limeño y mazamorrero.
Leyendo los periódicos, viendo en la televisión y oyendo RPP, me pregunto en qué país de fantasía estamos, porque los que se fueron del gabinete dicen que hicieron lo posible por el desarrollo con inclusión, practicaron el diálogo democrático y son más demócratas que el resto, y los que llegan dicen que seguirán en la misma línea del diálogo y entendimiento, con un pequeño matiz, cambiando en lo posible de interlocutores.
Luego, la ronda de hipocresías a las que ya estamos acostumbrados: te saludo, me saludas, te abrazo, me abrazas, sonrisitas van y vienen, aquí no ha pasado nada. Viendo desde sus ventanas, este desfile de hipocresías, la derecha diversa con diferentes grados de dureza sonríe y disfruta con la felicidad de quienes tienen un póker de ases, los Fujimoristas sonrientes agradecen por los favores que vendrán, y nuestros amigos de la izquierda humalista rumian las razones que nos darán para explicar su nuevo extravío.
“Navegar Río Arriba”
Cuando el presidente Ollanta Humala habló hace pocos días de los soldados se refirió a los oficiales de las Fuerzas Armadas, no a los soldados comunes y corrientes, apareció conmovido por ser Comandante supremo. Le hubiera gustado concluir su carrera militar como Comandante general del Ejército, pero no pudo realizar su sueño, precisamente porque al alzarse en Locumba contra el gobierno de Toledo, en 2001, politizó al Ejército una vez más como ocurrió con otros soldados como él a lo largo de nuestra historia republicana, e inició una corta marcha hacia el palacio de Francisco Pizarro. Parece feliz con el poder que ostenta.
En su último discurso, dijo el presidente: ¨El soldado es como un sacerdote. Está más allá del bien y el mal. Su único objetivo es mantener la tierra, nuestra tierra por la que muchos han muerto, por la tierra que nos une¨.
Propuso que los peruanos debemos despolitizar a las Fuerzas Armadas y que los militares dejen de votar y que vuelva el Servicio militar obligatorio. Al oír y leer estas palabras en diciembre de 2011, sentí que nuestro país volvió a ser el de los clásicos golpes militares, con soldados jefes que se creen escogidos como salvadores y redentores, como pálidas réplicas de un Dios todopoderoso que se siente por encima del bien y del mal. Nada de esto es fantasía. Sólo es una realidad que habría que explicarla buscando en los secretos profundos de la formación que los oficiales del ejército reciben, y en el encantamiento que ser presidente de un gobierno produce y ver de cerca y de lejos al poder que ronda por ahí, y en la personalidad del joven presidente.
Las Fuerzas Armadas hacen política desde que existen y son la última carta en el juego del poder. Que sus soldados de arriba y de abajo voten es un paso adelante para que la esquelética democracia del país tenga un gramo más de fuerza. Volver al llamado servicio militar obligatorio, que solo fue obligatorio para los indígenas y las capas urbanas pobres del país, supondría renovar una vieja fuente de corrupción extraordinaria que parecía un asunto del pasado y volver a confundir el servicio a la patria con un reformatorio como el de Maranga.
La crisis que acaba de vivir el gobierno, ha sido según los jefes y políticos otro acto de pura fantasía. No hubo crisis, dice el nuevo premier, se mantiene la voluntad de democrática de diálogo, eso de amenazar con la inminente suspensión de garantías si no se firmaba el acta de acuerdo , de llenar Cajamarca con soldados, de ordenar efectivamente la suspensión de las garantías constitucionales en cuatro provincias, y congelar las cuentas del gobierno regional y de algunos municipios, y eso de ofrecer un paseo de nueve horas por los jardines floridos de la DIRCOTE a los dirigentes que salieron del Congreso con el cuento de que no querían identificarse, sería sólo una ¨calumnia sin fundamento¨, una ¨falsa calumnia¨ o una ¨mala canallada¨ tan propias del saber criollo limeño y mazamorrero.
Leyendo los periódicos, viendo en la televisión y oyendo RPP, me pregunto en qué país de fantasía estamos, porque los que se fueron del gabinete dicen que hicieron lo posible por el desarrollo con inclusión, practicaron el diálogo democrático y son más demócratas que el resto, y los que llegan dicen que seguirán en la misma línea del diálogo y entendimiento, con un pequeño matiz, cambiando en lo posible de interlocutores.
Luego, la ronda de hipocresías a las que ya estamos acostumbrados: te saludo, me saludas, te abrazo, me abrazas, sonrisitas van y vienen, aquí no ha pasado nada. Viendo desde sus ventanas, este desfile de hipocresías, la derecha diversa con diferentes grados de dureza sonríe y disfruta con la felicidad de quienes tienen un póker de ases, los Fujimoristas sonrientes agradecen por los favores que vendrán, y nuestros amigos de la izquierda humalista rumian las razones que nos darán para explicar su nuevo extravío.
EL PERU NO AVANZA
Raúl Wiener
POLITIKA Analista
El ingeniero chiclayano Armando Orosco con el que hicimos un informe sobre las irregularidades del proyecto Olmos me envía un comentario sobre la próxima ceremonia de inauguración de la aparente terminación de LA PRIMERA etapa del proyecto, al concluirse las obras de perforación del túnel trasandino, anotando que se trata de una estafa al país y al propio presidente porque el túnel no está terminado y no estará operativo hasta mediados del próximo año, con un retraso de los plazos originales de más de dos años, por responsabilidad exclusiva de la empresa Trasvase Olmos, subsidiaria de la Brasileña Odebrecht, que será la festejada.
La anotación de Orosco, me hizo pensar en las muchas veces que Toledo inauguró el proyecto Camisea, en Lima, en la Planta Las Malvinas o en la planta de Pisco, parecía que el asunto se merecía celebrar varias veces bajo el lema de “algo bueno está llegando”, y que la vida de los peruanos no iba a ser igual más adelante. Pero no pasó nada, el gas se lo llevan al extranjero y no alcanza para los peruanos, entre ellos para la demanda del sur, donde se ubican los yacimientos. La conexión a hogares es mínima y la incidencia del proyecto en el costo de vida de las familias es casi nula.
Ahora, vamos a oír hablar de Olmos como si se tratara del viejo sueño de casi un siglo de los lambayecanos, comenzado por Toledo y Simon (gobierno regional), seguido por García y Simon (primer ministro) y ahora inaugurado por Humala y Valdés. Pero ocurre que hay mucha diferencia entre el diseño de la obra que culminó con el trabajo de especialistas rusos y peruanos que se convirtió en ley de la república en 1984, y que ha sido innoblemente desfigurado para beneficio de un grupo de corruptos a cuya cabeza está la empresa amiga de todos los gobiernos, que infló los costos y generó sistemas para aumentar sus ingresos en cada una de las etapas.
Pero tal vez lo más interesante sea saber que un proyecto que estaba concebido para el desarrollo del departamento de Lambayeque y el beneficio de sus pequeños agricultores se está convirtiendo en una vía para una nueva concentración de tierras en manos de los mismos que eran los engreídos del régimen aprista, solo que ahora bajo el gobierno de Ollanta Humala. Hace unos días nomás se ejecutó una primera subasta de lotes que en el futuro serán receptoras del agua trasvasada de los andes y en el balance de la venta de 19 mil 900 hectáreas se encuentra que 15 mil 600 (78.4%), fueron compradas por un solo postor: el grupo Gloria, que ya se acerca a estas alturas a las 100 mil hectáreas de las mejores tierras de la costa. Eso no parece un motivo digno de celebrarse, salvo que se trate del viejo truco de que no hay una buena inclusión sin una previa concentración.
Finalmente cuando vaya el presidente a Olmos debería tener presente que hay ahí una comunidad que ha tenido la posesión de tierras por muchísimo tiempo y a la que están desplazando de mala manera obligándoles a abandonar los lotes que se están vendiendo, con prácticas matonescas que van desde la destrucción de viviendas y norias para dejarlos sin lugar donde vivir y trabajar. A los compradores se les dice que son tierras deshabitadas y de disponibilidad inmediata y a los comuneros que deben irse. Y es que aunque no los crea, con Ollanta y a pesar de Ollanta, el Perú de las inversiones, de Gloria, Yanacocha y otras, avanza, atropellando lo que tenga que atropellar.
POLITIKA Analista
El ingeniero chiclayano Armando Orosco con el que hicimos un informe sobre las irregularidades del proyecto Olmos me envía un comentario sobre la próxima ceremonia de inauguración de la aparente terminación de LA PRIMERA etapa del proyecto, al concluirse las obras de perforación del túnel trasandino, anotando que se trata de una estafa al país y al propio presidente porque el túnel no está terminado y no estará operativo hasta mediados del próximo año, con un retraso de los plazos originales de más de dos años, por responsabilidad exclusiva de la empresa Trasvase Olmos, subsidiaria de la Brasileña Odebrecht, que será la festejada.
La anotación de Orosco, me hizo pensar en las muchas veces que Toledo inauguró el proyecto Camisea, en Lima, en la Planta Las Malvinas o en la planta de Pisco, parecía que el asunto se merecía celebrar varias veces bajo el lema de “algo bueno está llegando”, y que la vida de los peruanos no iba a ser igual más adelante. Pero no pasó nada, el gas se lo llevan al extranjero y no alcanza para los peruanos, entre ellos para la demanda del sur, donde se ubican los yacimientos. La conexión a hogares es mínima y la incidencia del proyecto en el costo de vida de las familias es casi nula.
Ahora, vamos a oír hablar de Olmos como si se tratara del viejo sueño de casi un siglo de los lambayecanos, comenzado por Toledo y Simon (gobierno regional), seguido por García y Simon (primer ministro) y ahora inaugurado por Humala y Valdés. Pero ocurre que hay mucha diferencia entre el diseño de la obra que culminó con el trabajo de especialistas rusos y peruanos que se convirtió en ley de la república en 1984, y que ha sido innoblemente desfigurado para beneficio de un grupo de corruptos a cuya cabeza está la empresa amiga de todos los gobiernos, que infló los costos y generó sistemas para aumentar sus ingresos en cada una de las etapas.
Pero tal vez lo más interesante sea saber que un proyecto que estaba concebido para el desarrollo del departamento de Lambayeque y el beneficio de sus pequeños agricultores se está convirtiendo en una vía para una nueva concentración de tierras en manos de los mismos que eran los engreídos del régimen aprista, solo que ahora bajo el gobierno de Ollanta Humala. Hace unos días nomás se ejecutó una primera subasta de lotes que en el futuro serán receptoras del agua trasvasada de los andes y en el balance de la venta de 19 mil 900 hectáreas se encuentra que 15 mil 600 (78.4%), fueron compradas por un solo postor: el grupo Gloria, que ya se acerca a estas alturas a las 100 mil hectáreas de las mejores tierras de la costa. Eso no parece un motivo digno de celebrarse, salvo que se trate del viejo truco de que no hay una buena inclusión sin una previa concentración.
Finalmente cuando vaya el presidente a Olmos debería tener presente que hay ahí una comunidad que ha tenido la posesión de tierras por muchísimo tiempo y a la que están desplazando de mala manera obligándoles a abandonar los lotes que se están vendiendo, con prácticas matonescas que van desde la destrucción de viviendas y norias para dejarlos sin lugar donde vivir y trabajar. A los compradores se les dice que son tierras deshabitadas y de disponibilidad inmediata y a los comuneros que deben irse. Y es que aunque no los crea, con Ollanta y a pesar de Ollanta, el Perú de las inversiones, de Gloria, Yanacocha y otras, avanza, atropellando lo que tenga que atropellar.
LAGUNA PARON
...
Carlos Alonso Bedoya
Una de los temas que Salomón Lerner dejó pendientes en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) es la solución al conflicto entre la Comunidad Cruz de Mayo y la empresa Duke Energy Egenor que opera la Central Hidroeléctrica del Cañón del Pato, en las alturas de Ancash.
Aunque parezca broma, la laguna Parón, que se encuentra en lo alto de la Cordillera Blanca y es la reserva de agua dulce más grande del Callejón de Huaylas, fue privatizada con instalaciones de descarga y todo en los noventa, junto a la central hidroeléctrica que pertenecía a ElectroPerú.
La empresa privada tomó control de la laguna y la empezó a descargar para garantizar su producción de la energía en épocas de estiaje, a un ritmo de 8 metros cúbicos por segundo, poniendo en riesgo la reserva de agua, a la que también tienen derecho las poblaciones del lugar. Y era tan arbitraria la forma en que operaba, según autoridades y pobladores, que no importaba si cargaban demasiado el río Santa, afectando las instalaciones de la empresa de saneamiento de Caraz o malogrando cultivos aledaños.
Tiempo después, las autoridades redujeron el límite de descarga a cinco metros cúbicos por segundo, pero el nivel del agua siguió bajando considerablemente.
Por ello, en 2008, la Comunidad Cruz de Mayo y el Frente de Defensa de la Laguna Parón tomaron las instalaciones de descarga, y desde ese momento hasta la actualidad Duke Energy perdió el control sobre Parón.
Duke Energy empezó entonces, una batalla legal que ha llegado hasta el Tribunal Constitucional, pidiendo, en medio de eso, a la Oficina de Registros Públicos que cancele recién el asiento en donde constaba que Duke era dueña de la laguna; pero reclamando la restitución de las instalaciones de descarga de la laguna y el derecho de usar sus aguas. Finalmente, el Tribunal le dio la razón hace unos meses, ordenando que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) restituya las instalaciones de Parón a Duke Energy.
Pero la ANA no tiene en su poder las instalaciones, sino la Comunidad Cruz de Mayo, que junto al gobierno regional, el gobierno local, y más aún, toda la población de la zona, demandan que las instalaciones reviertan al Estado para así tomar control efectivo del un recurso que es de todos los peruanos y no de una empresa.
Es que el error se produjo en la forma en que se privatizó esa sección de ElectroPerú, pero también en la intransigencia actual de los funcionarios de Duke Energy, que a toda costa quieren tomar nuevamente el control de la Laguna Parón, sin tomar en cuenta lo que significa la reivindicación social y política de todo un pueblo.
Parecen no entender que si cede va a ganar mucho más, la confianza de los pobladores y el uso del agua de Parón para sus fines energéticos. De igual modo, la Comunidad podrá usar la laguna para fines agrarios, de consumo y ecoturísticos que no afectan ni la seguridad, ni la regulación de Parón.
Lo único que falta en esta historia, es que Duke Energy decida dar un paso atrás para avanzar dos adelante; que transfiera las instalaciones al Estado y que, en diálogo con las autoridades locales, regionales y la propia Comunidad, se establezcan los mecanismos para que todos puedan disfrutar del recurso hídrico de la laguna. En ese punto lo dejó Lerner
Carlos Alonso Bedoya
Una de los temas que Salomón Lerner dejó pendientes en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) es la solución al conflicto entre la Comunidad Cruz de Mayo y la empresa Duke Energy Egenor que opera la Central Hidroeléctrica del Cañón del Pato, en las alturas de Ancash.
Aunque parezca broma, la laguna Parón, que se encuentra en lo alto de la Cordillera Blanca y es la reserva de agua dulce más grande del Callejón de Huaylas, fue privatizada con instalaciones de descarga y todo en los noventa, junto a la central hidroeléctrica que pertenecía a ElectroPerú.
La empresa privada tomó control de la laguna y la empezó a descargar para garantizar su producción de la energía en épocas de estiaje, a un ritmo de 8 metros cúbicos por segundo, poniendo en riesgo la reserva de agua, a la que también tienen derecho las poblaciones del lugar. Y era tan arbitraria la forma en que operaba, según autoridades y pobladores, que no importaba si cargaban demasiado el río Santa, afectando las instalaciones de la empresa de saneamiento de Caraz o malogrando cultivos aledaños.
Tiempo después, las autoridades redujeron el límite de descarga a cinco metros cúbicos por segundo, pero el nivel del agua siguió bajando considerablemente.
Por ello, en 2008, la Comunidad Cruz de Mayo y el Frente de Defensa de la Laguna Parón tomaron las instalaciones de descarga, y desde ese momento hasta la actualidad Duke Energy perdió el control sobre Parón.
Duke Energy empezó entonces, una batalla legal que ha llegado hasta el Tribunal Constitucional, pidiendo, en medio de eso, a la Oficina de Registros Públicos que cancele recién el asiento en donde constaba que Duke era dueña de la laguna; pero reclamando la restitución de las instalaciones de descarga de la laguna y el derecho de usar sus aguas. Finalmente, el Tribunal le dio la razón hace unos meses, ordenando que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) restituya las instalaciones de Parón a Duke Energy.
Pero la ANA no tiene en su poder las instalaciones, sino la Comunidad Cruz de Mayo, que junto al gobierno regional, el gobierno local, y más aún, toda la población de la zona, demandan que las instalaciones reviertan al Estado para así tomar control efectivo del un recurso que es de todos los peruanos y no de una empresa.
Es que el error se produjo en la forma en que se privatizó esa sección de ElectroPerú, pero también en la intransigencia actual de los funcionarios de Duke Energy, que a toda costa quieren tomar nuevamente el control de la Laguna Parón, sin tomar en cuenta lo que significa la reivindicación social y política de todo un pueblo.
Parecen no entender que si cede va a ganar mucho más, la confianza de los pobladores y el uso del agua de Parón para sus fines energéticos. De igual modo, la Comunidad podrá usar la laguna para fines agrarios, de consumo y ecoturísticos que no afectan ni la seguridad, ni la regulación de Parón.
Lo único que falta en esta historia, es que Duke Energy decida dar un paso atrás para avanzar dos adelante; que transfiera las instalaciones al Estado y que, en diálogo con las autoridades locales, regionales y la propia Comunidad, se establezcan los mecanismos para que todos puedan disfrutar del recurso hídrico de la laguna. En ese punto lo dejó Lerner
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