¿Redistribución como salida?
Germán Alarco Tosoni
Opinión Investigador CENTRUM Católica
La nueva directora del FMI declaró que el riesgo de la recesión internacional es inminente. Ella comentó que todavía se puede evitar. Señaló asimismo que las opciones del gobierno y los bancos centrales son menores que en el 2009, porque ya han disparado gran parte de su pólvora. Sin embargo, se olvidó la tercera recomendación de J.M. Keynes de redistribuir el ingreso como elemento clave para salir de la crisis de los años treinta y porque no, de esta más reciente.
Las herramientas convencionales de la política monetaria y fiscal anticíclicas son acertadas pero insuficientes. Ya están al borde del agotamiento. La desaceleración en el crecimiento del 2011 se acompaña de importantes déficits fiscales. EE.UU. sólo creció 1.3% el último trimestre, a tasa anualizada, con un déficit del 9% con respecto al PBI. La Eurozona creció sólo 0.7% con un déficit del 4.2% del PBI. El problema se repite en todas partes; hasta China cerraría el año con un déficit público del 1.7% del PBI. Más déficit, equivale a más endeudamiento público. Es difícil conocer cuáles son sus límites, pero estos ahora no parecerían tan lejanos en la mayoría de los países. Por el lado monetario las tasas de interés de referencia y de corto plazo están entre 0 y 0.5%. En Europa en 1.5%; aún las de largo plazo son en términos reales cercanas al cero por ciento y hasta negativas.
En el capítulo 24 de las recomendaciones de la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero se propuso la redistribución del ingreso como una medida para enfrentar la crisis. Keynes señaló la vía de los impuestos a los ingresos y a las herencias que redistribuyen recursos, elevando la propensión a consumir de la sociedad. Esto ocurre al transferir de quienes tienen una menor propensión a quienes tienen una más alta. De esta forma aumentaría el gasto privado, la demanda y el producto.
La información reciente sobre la distribución funcional y personal del ingreso a nivel internacional es clara en el sentido de que durante las últimas décadas se ha reconcentrado a favor del factor capital y de los estratos de mayores recursos. No se trata de reiniciar el socialismo. Simplemente, aun los sectores que podrían ser afectados, deben entender que al igual que Keynes esto se propone para salvar el capitalismo. En enero del 2011 Michael Porter planteó sustituir la responsabilidad social empresarial por la noción del valor compartido. La redistribución del ingreso, más empleos de calidad y un manejo financiero sostenible son componentes esenciales para salir de esta crisis global. Sin estos elementos todo es ficción.
miércoles, 21 de septiembre de 2011
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