domingo, 4 de octubre de 2009

El cuco


Isaac Mekler es un calvito simpaticón, aunque no le gusta juntarse con la chusma y hace unos días saltó el charco de los supuestos chavistas para colocarse en la orilla de los Torres Caro y otros eneénes políticos en pos de subirse a la combi electoral, que en estos tiempos vuela como diablo por alma por estas villas del Señor.Es curioso como, junto con Colombia, y gracias al cambio responsable, hemos pasado a ser la cabeza de la aldea global en esta región morena donde, cual desarrapadas cotorras, repetimos el patético discurso yanqui que dice que todo lo que no sea sumisión al sistema y que huela a reclamo, protesta, idea distinta, defensa de los misios, etecé, es prochavista, léase comunista, izquierdista radical, rojo, rabanito, indeseable, terrorista, no necesariamente en ese orden.Entonces un país como nuestro desvencijado y expoliado Perú, que tiene uno de los índices más bajos de ingresos de Sudamérica, con el sueldo mínimo más miserable de todos nuestros vecinos, que se pelea la punta con Haití en muertes materno infantiles, que de cada dos niños uno es anémico y de cada 10 por lo menos 6 son desnutridos, que aun cobija malamente a millones de iletrados y muchos más analfabetos funcionales, o sea los que remotamente leen pero no les sirve de nada porque no comprenden; con gravísimos problemas de salud, alimento, vivienda, educación, se espanta por el régimen de Chávez y lo usa como ejemplo de lo que no debe hacerse.El silogismo no es original para nada, se ha usado en todas las elecciones de América Latina, con pingües réditos para la derecha que, en cambio, si se da el lujo de mostrar sus caras más cavernarias: los ultraderechistas, conservadores radicales, racistas, fascistas, golpistas, esa costra maloliente que llega a las direcciones de los diarios, a los gabinetes y al interior de la casa de todos. Sólo tiene que encender su televisor y allí los verá subidos al púlpito, dando cátedra.- Dígame licenciado, entonces ser radical ¿es malo?- Clarín mi pequeño saltamontes. Ah, pero sólo si eres radical de izquierdaQue en el Perú se hable tanto del tema Venezuela para darle latigazos a Chávez, es como tener una casa cochina, con los hijos tuberculosos, la mujer pidiendo limosna, los hermanos en la cárcel y los padres tirados en cualquier esquina, y pelear con el vecino porque no riega el jardín.A Mekler le ha dado cosas juntarse con los de izquierda dizque radical, un prurito innecesario en el otro lado, donde cada día emerge con nuevos bríos la derecha radical, esa que le hace creer que sólo necesita fútbol, porque mientras usted duerme y mantiene los ojos bien cerrados, con el Perú aliado con cuanto consorcio mafioso nos haga el favor de invertir en pobrelandia, el país avanza

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