En materia de política energética, la nave va al garete. Esa frase resume no solo la última alza de los precios de la gasolina, sino también la “política” que permite la exportación del gas natural mientras se raciona a la industria nacional la posible construcción de centrales hidroeléctricas en Inambari y las marchas y contramarchas en el uso o no del etanol y el biodiesel, así como la reducción del azufre en las gasolinas.
Veamos el caso específico del Fondo de Estabilización con las cifras oficiales del MEM. En el 2007 las transferencias del MEF al Fondo ascendieron a S/. 190 millones (línea 5 del cuadro). En el 2008 y el I Trimestre del 2009 se transfirieron S/. 2,150 y S/. 1,000 millones adicionales. Así, el MEF transfirió al Fondo (que a su vez le entregó esa plata a las refinerías) S/. 3.340 millones, lo que equivale a 1% del PBI.
Teóricamente, el Fondo se “rellena” cuando los precios están bajos, pues los consumidores no se benefician con toda la rebaja (esos son los “aportes”). Cuando los precios suben, las refinerías no trasladan toda el alza a los consumidores, lo que quiere decir que, más adelante, el Fondo tiene que “compensar” a las refinerías. Como en el 2007 y el 2008, las compensaciones superaron a los aportes, el hueco fue cubierto por el MEF.
¿Por qué el MEF cubrió sin chistar el 2007 y el 2008? Porque el Presidente García no quería inflación en una época de alza de precios internacionales de los alimentos (y del petróleo). Luego, a principios del 2009, García decidió pagar S/. 1,000 millones de porrazo al Fondo en el marco del Plan Estímulo, para “ayudar” a la bajada rápida de la gasolina.
Pero en los últimos meses del 2009, los precios del petróleo han vuelto a subir, con lo que aumentan las compensaciones (los datos no han sido publicados aún –¿para cuándo?– por el MEM). En ese contexto el gobierno decide disminuir el 1º de enero del 2010 el monto de las compensaciones a las refinerías de S/. 140 millones a 40 millones mensuales.
Esta medida tenía que producir un alza de precios de las refinerías (que ya no van recibir la compensación “completa”). Pero eso ya no preocupaba tanto a García, en la medida que la inflación fue 0.25% en el 2009 y se esperan cifras parecidas en el 2010. Si su popularidad no se va a afectar, ¿cuál es el problema?
El problema es que no se “calibró” bien la reducción de la compensación y el alza provocó un tole tole de proporciones, incluyendo el despido del presidente de Petroperú (que dicho sea de paso solo estaba aplicando la medida dictada por el MEM, que a su vez la coordinó con el MEF, que es quien suelta –o no– la plata para las compensaciones que hace el Fondo). Para corregir el “error”, el gobierno elevó al toque la banda de precios del Fondo para que aumenten las compensaciones de S/. 40 millones a S/. 90 millones mensuales, lo que debiera reducir a la mitad el alza de precios.
Resumiendo, ¿es que a este desaguisado de humores presidenciales se le puede llamar política de precios de los combustibles?
Claro que no. Y eso que en este artículo no hemos tocado problemas de fondo, como los altos impuestos a los combustibles, la venta de los campos petroleros de Petroperú, la sobrecompensación a las refinerías por la “paridad de importación” y el no cobro de los impuestos a las sobreganancias de las empresas petroleras que servirían para disminuir los precios de los combustibles. ¿Qué les parece?
domingo, 17 de enero de 2010
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