domingo, 31 de enero de 2010

Un comercial y no regreso

La pretensión de Crousillat de recuperar América TV.

La solidez de los argumentos legales que desbaratan la pretensión del indultado José Enrique Crousillat de recuperar el control de América TV, contrasta con la puerta principal del canal que la semana pasada fue tapiada con unas planchas de metal que inmediatamente traen el recuerdo de la tremenda trompeadera que se armó a dos cuadras de ahí, hace unos años, en la otra esquina de la televisión.

Seguramente algún problema ‘técnico’ podría explicar la clausura de la puerta normal de ingreso en el jirón Mariano Carranza, pues las cosas no parecen estar como para que tengan que aprovisionarse de pintura amarilla como la que se arrojaron entre las huestes de Ernesto Schütz y Genaro Delgado Parker. Pero todos, empezando por los que trabajan en televisión, saben que una imagen siempre vale más que mil palabras.

La especulación del regreso de Crousillat al canal la lanzó él mismo cuando anunció que evaluaba tomar medidas legales para recuperar América TV –“es lo que correspondería”, dijo–, cuya línea editorial prostituyeron él y su hijo a favor de Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori por la simbólica suma de S/.69 millones que salieron del erario con rumbo a sus bolsillos.

Como se suele decir, “no soy abogado” pero a veces entiendo lo que estos dicen. En este sentido, la explicación ofrecida por el presidente de la junta de acreedores, Gonzalo de las Casas, me parece una respuesta contundente que permite coincidir con su conclusión de que “no existe posibilidad de que ninguna autoridad judicial pueda interferir el proceso concursal” en el que se encuentra el canal, el cual es, de paso, uno de los casos más exitosos de reflotamiento empresarial realizados en el marco de los procesos supervisados por Indecopi.

El asunto no está en el terreno judicial pero sí en el político pues el run run del regreso de Crousillat se inició con las insinuaciones del presidente Alan García apenas lo indultó y fue criticado –con razón– por algunos medios y la opinión pública. “¿Será que tienen miedo de que este hombre hable?”, dijo.

García practica eso de que la mejor defensa es el ataque, y entonces lanza amenazas para amedrentar a los medios que lo critican, lo cual va de la mano con su voracidad actual por desprestigiar a las encuestadoras, como la señora del cuento que rompió el espejo porque no le decía que ella era la más bella.

El problema de fondo para García es que el indulto a este forajido se recordará como una de las expresiones más vergonzosas y claras de su escaso compromiso con la lucha anticorrupción, lo cual se agrava por la estupenda fotografía que Inés Menacho le tomó a Crousillat rozagante en la playa, algo que avergüenza a no pocos apristas

Por Augusto Álvarez Rodrich

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