martes, 16 de agosto de 2011
CRISISSSSSSS
Guerra económica asimétrica
César Lévano
En una televisora local, un economista no menos local afirmó hace días que la tormenta económica mundial era un hecho anecdótico. Anecdótico él. Porque el peligro que se cierne sobre el mundo es grave, y nos amenaza.
La prueba está en los conflictos que se han desatado entre los países poderosos y en el interior de éstos. Asistimos en estas horas a una guerra económica asimétrica.
La crisis, que puede conducir a una bancarrota global, saca al aire problemas estructurales y contradicciones agudas.
Uno de los frentes es el de Estados Unidos versus las demás economías, sobre todo las europeas y asiáticas. Dícese que la economía de Estados Unidos es muy sólida. Será porque es muy dura respecto a los demás países.
Un editorial de la agencia china de noticias Xinhua, que ya hemos mencionado, expresó el sábado, con carácter oficial, que “debería introducirse una supervisión internacional sobre la emisión de dólares, así como la emisión de una moneda mundial de reserva nueva, estable y segura”. “Se trataría de evitar”, adujo, “que cualquier país sufra una verdadera catástrofe”.
El problema no es solo si Estados Unidos va a pagar a sus acreedores, sino que las devaluaciones del dólar devalúan las reservas de otros países, por ejemplo el Perú. Hasta ahora no sabemos lo que ha ocurrido con los dólares acumulados en las bóvedas de nuestro Banco Central.
Algunos países han pactado por eso usar como moneda de intercambio la de esos mismos países. China emplea ya en algunos casos ese sistema. Argentina y Brasil pagan entre sí lo que importan con la moneda del país exportador. Hasta Suiza tiene acuerdos en ese sentido, para compras de petróleo que Washington quiere bloquear.
En Francia el presidente Nicolas Sarkozy –que se reúne hoy con la canciller alemana Angela Merkel– ha propuesto que la crisis de la deuda que sacude a Europa sea enfrentada mediante la emisión de bonos respaldados por los 17 miembros de la eurozona. Los alemanes no atracan. Wolfgang Schaeuble, ministro de Finanzas de Alemania, ha declarado a Der Spiegel: “No hay colectivización de la deuda”.
He ahí un segundo frente, el de la pugna entre los propios socios de la Unión Europea.
Un tercer frente es el de la lucha interior en los países poderosos. En Italia, por ejemplo, apenas el premier Silvio Berlusconi propuso un programa de recortes en los gastos y alza de impuestos, la Confederación General de Trabajadores anunció una huelga general. “Quieren estrangular a la moribunda economía italiana”, manifestó la central.
Tal es la dialéctica engendrada por la economía. La última palabra la tendrán sin duda los indignados en movimiento. Georges Soros, el astuto financista, propone una coartada antidialéctica: que Grecia e Irlanda, países de deudas gigantes, se vayan de la Unión Europea.
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