martes, 9 de agosto de 2011

RISAS Y SUSTOS



Entre risas y sustos



César Lévano

Razón Social cesar.levano@diariolaprimeraperu.com
El jueves 4 escuchamos a Jaime de Althaus asegurar que la Bolsa de Valores de Lima había bajado debido a que Ollanta Humala evocó la Constitución de 1979. Casi nos ahogó la risa.

Al parecer, el periodista no se había enterado de la ráfaga de crisis que había hecho bajar las bolsas de todo el mundo, incluida la blindada de Francfort, Alemania.

Fuimos los primeros en dar la voz de alarma sobre la tormenta que azota la economía de Estados Unidos y, en cadena, toda la infraestructura mundial. Lo hicimos en esta columna, al mismo tiempo que pedíamos de las autoridades económicas información y medidas pertinentes.

El viernes, el ministro de Economía, Luis Castilla, notificó que “la crisis de confianza está en el norte y no en el sur”. No está, por tanto, en el Mensaje inaugural del Presidente Humala. Castilla informó asimismo que el jueves 4 -¡chúpate esa!- se había efectuado en la Cancillería peruana una reunión extraordinaria de los ministros de Hacienda de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para analizar la crisis y ver qué medidas adoptar.

El examen de fondo, anunció Castilla, se efectuará en el Consejo de ministros de Hacienda y presidentes de los bancos centrales citado para el 11 de agosto en Buenos Aires. Una de las medidas que se estudian consiste en estimular el intercambio comercial en la propia región.

Es tiempo de que nos convenzamos de que las recetas del Fondo Monetario Internacional y del Banco mundial no son el santo remedio ni para los padres de la criatura. Deben ser sometidas a análisis crítico, a la luz de los intereses nacionales y regionales. Uno de los esfuerzos vitales consiste en fortalecer nuestras economías internas, impulsar el desarrollo industrial y energético, fomentar la agricultura de consumo interno, elevar la capacidad adquisitiva de la población.

No se trata de tocar a zafarrancho en materia económica y fiscal, sino de reconocer que los dictados del FMI y del Banco mundial conducen a la crisis.

El 24 de enero de 2008, el notable economista Brasileño Theotonio dos Santos me dijo, en entrevista para LA PRIMERA, que una medida previsora sería emplear parte de los fondos de las reservas del Banco Central en obras reproductivas, por ejemplo vialidad, industria petroquímica, impulso a la investigación y la tecnología. Dos Santos recomendaba descartar el alto índice de reservas en dólares.

Trece años atrás, los economistas Brasileños Ciro Gomez y Roberto Mangabeira recomendaban, en su libro Una alternativa práctica al neoliberalismo (Editorial Océano, México), un libre comercio sin dogmas, un proceso democratizador que supere, gradualmente, la dualidad, la diferencia abismal entre el sector económico de vanguardia y la retaguardia, y no depender excesivamente de la inversión extranjera. “El capital se hace en casa”, señalaron.

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