Ayer, a mediodía, el periodista de LA PRIMERA Helio Ramos fue agredido en la Casa del Pueblo sólo porque identificó a Oscar Rachumí en un acto aprista de entrega de regalos navideños.
Ramos recordó que cuando Alan García, el 11 de octubre, agredió al joven Richard Gálvez León, Rachumí se autoinculpó, a fin de limpiar al presidente de la República. Lo curioso es que lo hizo tres días después del incidente. En ese momento se presentó como empleado de Essalud. Ramos le preguntó por eso:
-¿Qué hace usted acá en un acto partidario?
Rachumí montó en cólera y descargó todo un repertorio de groserías de calibre mayor, inclusive alusiones a la rama materna del periodista. No sólo eso. Varios apristas cayeron en cargamontón contra el periodista y le aplicaron puntapiés, aparte de improperios típicos del hampa.
Llevados por su espíritu de cuerpo (de búfalos), la emprendieron también contra el reportero gráfico Johnny Flores, de Diario 16.
La violencia demuestra no sólo la intolerancia de los apristas, sino también su encono contra nuestro diario. Es seña asimismo del creciente nerviosismo del partido de gobierno, que, en las cercanías de las elecciones de 2011, se sabe repudiado por corrupto y confronta serias pugnas internas por curules que para ellos van a resultar escasas.
El hecho de que el tal Rachumí, empleado pagado en las planillas del seguro social, se encontrara fungiendo de agente de seguridad del APRA es una prueba más de cómo el partido de Alan García ha descargado apristas ociosos en organismos como Essalud y el Banco de la Nación.
Es esa una práctica perniciosa, que pone en peligro el presupuesto de instituciones dignas de defensa, así como su funcionamiento adecuado y profesional. Una depuración será necesaria en lo futuro.
El grito de ¡corrupto! que Richard Gálvez lanzó contra García resulta, pues, merecido y justiciero. Eso no se puede borrar con bofetadas o puntapiés.
La agresión de ayer ha sido denunciada ante la Comisaría de Breña, la cual ha corrido traslado al médico legista. Preciso es que los agresores sean identificados y sancionados. De paso, la Policía debería averiguar en qué trabajan, si es que trabajan.
El castigo a los violentistas resulta más necesario que nunca ahora que nos aproximamos a un acto electoral. No se puede permitir impunidad para búfalos capaces de seguir el mal ejemplo, y las órdenes, que llegan desde lo más alto del poder.
La ceremonia de entrega de obsequios por Navidad estuvo presidida por la esposa del presidente, la señora Pilar Nores. Mercedes Aráoz, la candidata presidencial del APRA, también se hizo presente. Por supuesto que ellas son ajenas a la agresión. Pero ésta afeó el acto. Buena razón para que muestren su desagrado con un hecho delictivo que agravia al periodismo.
viernes, 24 de diciembre de 2010
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