Recientes hallazgos etnográficos en la Amazonía confirman la existencia de una metrópoli debajo de la bulliciosa ciudad que es hoy Lima, que se estableció en torno al valle del río Rímac o “río hablador”. El relato oral de los antiguos yaneshas y asháninkas de la selva central, revela que hubo un contacto fluido con los habitantes de la costa desde tiempos muy antiguos y certifican la existencia de una monumental arquitectura con templos en forma de U, en donde se adoraba al mar y a la diosa Pocyena o Pucllana. En esta entrevista, Pedro Vargas Nalvarte, arqueólogo del Proyecto Arqueológico Huaca Pucllana nos brinda mayores luces sobre el origen de esta portentosa arquitectura, perdida en la noche de los tiempos, hace cuatro mil años.
-Los estudios arqueológicos de los últimos años en Lima, han transformado el conocimiento que había sobre Lima prehispánica
-Siempre hemos manejado la idea de una Lima colonial que empieza en la colonia y se mueve a la República y todo el pasado prehispánico queda en una especie de limbo, del cual los limeños no queremos saber, sin embargo, los trabajos que se han estado realizando en los últimos tiempos en sitios como Pucllana, Maranga y Pachacámac, nos están mostrando un mundo mucho más rico y amplio, no solo en espacio geográfico y complejidad social, sino también en el tiempo. Lo que estamos viendo ahora, es que si en la actualidad nos sorprendemos de que Lima sea una megaciudad que congrega gente de todo el Perú, es bastante interesante darnos cuenta que en la antigüedad también fue así. Que también concentró gente de muchos lugares. Que recibió influencia de muchos sitios y que supo transformarse en un eje promotor de desarrollo en esta zona. En la antigüedad, como sede de un oráculo como Pachacámac, en la actualidad, como capital de la República y anteriormente, como capital de un virreinato, pero es interesante ver que Lima siempre está siendo una especie de motor de desarrollo en toda esta zona. Esto sin menoscabo de Cusco, Chavín, Wari, centros de otras civilizaciones importantes en los Andes.
-¿Qué función tenía el oráculo de Pachacámac?
-El santuario de Pachacámac fue uno de los lugares más importantes de toda la costa prehispánica. El culto a esta divinidad de nombre Pachacámac que también fue un oráculo que daba respuestas a las consultas de los nobles, tuvo una importancia bastante grande, en el sentido que sus respuestas eran acertadas y atraía gente desde Tumbes y Piura por el norte, hasta Arica por el sur, y hacia el este, gente de la Amazonía. Tenemos referencias etnohistóricas y etnográficas de que gente de pueblos yaneshas y asháninkas, han estado en la costa central. Han venido al santuario de Pachacámac a intercambiar elementos e incluso han establecido vínculos fraternales de unidad en la costa. El doctor, Richard Chase Smith, del Instituto del Bien Común, quien ha trabajado con los yaneshas, ha logrado recopilar toda esta información valiosísima de la vida de los pobladores de la costa. Esta gente antigua de la costa todavía está presente en la mente de los ancianos yaneshas y son conocidos como “yuncas”, algo bastante parecido a la manera como los españoles se referían a los indígenas de la costa que eran conocidos como los yungas. Aparentemente, yaneshas, asháninkas y yuncas eran pueblos hermanos que vivían separados por la Cordillera de los Andes. La gente de la Amazonía narra acerca de caravanas, de viajes que realizan en ciertas temporadas del año (enero) hacia la costa.
-Una evidencia de esta tesis es la similitud de algunos nombres yaneshas como Pocyena para referirse a Pucllana
-El caso más interesante que se puede ver es que la Huaca Pucllana es descrita por los yaneshas, asháninkas como una divinidad femenina de nombre Pocyena que tiene poderes sobre el agua y sobre los seres que la habitan. Esta diosa del mar ocasiona enfermedades si no es bien servida. En ese sentido, la evidencia encontrada en la huaca durante su ocupación de la cultura Lima, se refiere a un culto básicamente dirigido al mar. Hay numerosas representaciones de seres marinos y una preeminencia de lo femenino, lo cual parece dar sustento a la versión yanesha de una divinidad femenina adorada en este lugar.
-¿Hay documentos sobre rituales ligados al mar?
-No muchos. Si vas a las crónicas de los textos que los españoles dejaron vas a encontrar escasa información de la costa porque quedaron asombrados con el poderío del imperio cusqueño. La arqueología esta viniendo a saldar esta especie de desconocimiento que hay de la costa y estamos encontrando que el desarrollo ha sido largo y complejo.
Primero los Limas (200 a 600 Dc.) luego los Wari, después el Señorío de Ishma que promovió el uso del santuario de Pachacámac, para luego ser conquistado por el Tahuantinsuyo. Pero tenemos evidencia que los rituales se hacían también con el uso de alucinógenos que estuvieron ligados al contacto con las divinidades como es el mar para poder obtener respuestas de ellas. El uso del floripondio fue bastante generalizado, pero hay referencia a otras yerbas y siempre la hoja de coca, usada como un medio de adivinación. Hay evidencias arqueológicas de que la costa es conocida por la presencia de sus sacerdotes ligados a cultos mágicos. La religión estaba bastante activa y había numerosa presencia de sacerdotes y sacerdotisas en Lima. Es por esta razón que fue satanizada por los españoles y muchos rituales de la costa se perdieron por los extirpadores de idolatrías.
-La abrumadora evidencia arqueológica nos obliga a reinventar la historia ¿Esto pasa por romper muchos mitos religiosos?
-No necesariamente podemos partir de una negación, sino simplemente de una afirmación.Esto es, hacer ver a la gente lo que no veíamos: todo lo que ocurrió antes de que Francisco Pizarro separe al centro de la plaza, de un curacazgo. Es decir, romper mitos históricos, más que religiosos, en el sentido que en el ideario de mucha gente Pizarro funda Lima en medio de una pampa baldía en donde no había nada, como lo demuestran los gráficos de historia.
Pero, en realidad Pizarro funda la “Ciudad de los Reyes”, en la mitad de la plaza de un curacazgo, donde estaba a cargo el curaca Tahulichusco, donde había un palacio, un templo, corrales de llamas, depósitos y donde había un famoso oráculo llamado Rímac funcionando allí. Lo que hay que hacer es abrirle los ojos a la gente y mostrarle que Lima es más que un balcón colonial y una construcción republicana. Que es más que una tapada y un virrey Amat paseando con la Perricholi. Hay cosas más interesantes como la capacidad de integración de este territorio, como lo evidencia los contactos con los amazónicos yaneshas.
-Los restos más antiguos de arquitectura monumental en los valles de Lima son los templos en U que tienen como 4 mil años de antigüedad, pero hay un vacío entre los templos en U y los inicios de la cultura Lima. ¿Se sabe algo de ese periodo o es un período que no se está estudiando?
-Cuando hablamos de templos en U, hablamos de un desarrollo netamente costeño que va tener luego influencia de Chavín de Huantar. Es interesante, por que aquí no hay piedras para trabajar como en Chavín así que vamos a encontrar representaciones de barro adornando los templos.
Muchos de esos templos, se mantienen como Garagay o Cardal en Lurín, etc; pero son sitios que no han recibido mayor atención de parte de los especialistas o no se ha publicado los resultados de los trabajos. Cuando los templos en U desaparecen y dejan de ser usados por un motivo desconocido surge este vacío (alrededor de 400 años) hasta el desarrollo de la cultura Lima.
Esto no indica que no haya existido gente, pero sí hay una especie de ausencia de construcciones monumentales. Es muy probable que debajo de edificios Lima encontremos estructuras que correspondan a esos periodos. Recordemos que los antiguos construyen encima de un edificio anterior.
Por ejemplo, hay sitios como huaca Huallamarca que corresponden a ese momento, es una construcción monumental, sin embargo los trabajos aún no han recibido una atención predominante acerca de qué esta pasando en lo que son los inicios de la cultura Lima.
Ese vacío o ausencia de evidencias, nos puede estar indicando dos cosas: que la caída de los templos en U fue algo en cierta manera catastrófico que dio fin a todo un momento de la historia y que el pueblo de esta zona ha demorado en volver a desarrollarse otra vez; o nos está indicando que las costumbres cambiaron y que hasta que surja un poder fuerte que permita manejar una mano de obra tal que permita construir templos como los de Pucllana o Maranga ha tenido que pasar mucho tiempo.
-¿Con la evidencia arqueológica de los últimos años podemos afirmar que en el territorio de Lima ha habido un desarrollo urbano continuo de, por lo menos, dos mil años?
-Eso es perfectamente viable, pero tenemos que entender algo. Muchas personas piensan que para que una ciudad sea entendida como una continuidad tiene que estar exactamente en un solo sitio y crecer en un solo punto. Por ejemplo en la cultura Lima tenemos numerosos centros: Marangna, Pucllana, Cajamarquilla, Hauca Catalina, Pachacámac entre otros. ¿Implica eso que hay un manejo del espacio? Sí. Los sitios no están en cualquier lugar.
Ellos están aprovechando el territorio al máximo. Ello no quiere decir que uno puede afirmar que “lo que no está en un solo sitio no es una ciudad”. Eso seria algo tan absurdo como decir que Lima no puede tener vacíos como parques o campos. Estamos hablando de una unidad que tiene áreas de distintos usos. Sitios como Pucllana y Maranga estaban unidos por caminos extensos. Hay una comunicación entre todos estos centros que están formando una unidad. El desarrollo de Lima, particularmente desde el tiempo de los templos en U hasta la actualidad es una continuidad de cuatro mil años de valle habitado.
-¿Qué impacto tiene eso sobre la identidad de un pueblo, cuando no ha logrado incorporar todo ese legado de tres mil años en su noción de ser de ciudadano hoy día?
-Solamente por poner un ejemplo: uno va a Europa y le hablan de Roma “Cuidad Eterna”, uno va al Cusco y tiene una ciudad habitada durante un montón de tiempo. Y qué es lo que encontramos en esos dos casos: un orgullo y una identidad. Ahora, muchas veces se sataniza lo que es el “sentido de la identidad” y el orgullo por malos entendidos respecto de lo que es un nacionalismo, que se confunde con un chauvinismo. Pero, que una ciudad tenga identidad y tenga conciencia de lo que ha sido le permite proyectarse al futuro.
Qué papel tiene reconocerte miembro de una ciudad que tiene cuatro mil años de existencia, respecto de sentir simplemente que estás habitando un lugar en el cual tu no tienes ningún arraigo. Por citar un ejemplo: Qué vínculo puede tener un habitante de la Amazonía con Lima, si es que vislumbra Lima como una ciudad de españoles y luego la República etc.
Pero que podríamos pensar de un amazónico que sabe de una ciudad donde su propia gente ya venía y mantenía vínculos de hermandad con la gente de acá. Lima puede ser el eje de construcción de una manera distinta de entender al país y una manera de entender la híper variedad cultural del Perú.
Particularmente para mí es algo problemático cuando a veces queremos centrarlo todo en los Incas, pero no fue solo eso. Además, el Tahuantinsuyo no fue un Estado Monolítico sino pluriétnico multinacional.
-¿Qué recomendación le haría a la nueva alcaldesa de Lima o qué es lo prioritario en los próximos cuatro años en Lima?
-Enfocarnos en la cultura y la identidad de Lima, y creo que proclamarnos como Lima: Milenaria Ciudad del Pacífico, seria algo que fomentaría bastante, aparte de la identidad, el turismo y la atención del resto del mundo sobre Lima.
Siempre hemos sido la estrella del Pacífico durante mucho tiempo en la colonia y si nos ponemos a ver en tiempo pre hispánico también fue así, con el oráculo de Pachacamac.
Una recomendación pasa por tener conciencia de que hemos destruido el valle del Rímac para construir esta ciudad, estamos destruyendo el valle del Chillón para seguir levantando esta ciudad y el valle de Lurín también va por ese camino, entonces conservemos estos dos valles y recuperemos el valle del río Rímac donde funcionaba el oráculo. Pocas ciudades tienen un elemento como el río.
Otra recomendación sería, controlar la construcción de obras viales sin planificación que es una amenaza para las zonas arqueológicas de Lima. En la actualidad, los peruanos adolecemos de algo que lo llamaría así: una falta de sentido de la monumentalidad. Vemos todo desde una perspectiva tan pequeñita.
Dónde ha quedado esa capacidad de edificar una pirámide de 25 metros de alto y de 500 de largo y no solamente una, tenemos, Maranga, Huaca San Marcos, etc. Dónde está nuestra capacidad para eso. Ni siquiera sabemos que fuimos capaces de ello. Las empresas de construir grandes cosas públicas y privadas no esta tomando esas bases. Eso es algo que se debería recuperar y se puede recuperar.
Alberto Gonzáles Zamora
Colaborador
lunes, 20 de diciembre de 2010
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