lunes, 20 de diciembre de 2010

FUJIRATA

Fujimori en el paraíso

Por César Hildebrandt



Habla de coraje el hombre al que

le temblaba la voz

cuando se dirigió a buscar refugio en la embajada del Japón

la noche del fallido golpe del general Salinas Sedó.



Habla de honor el hombre que

emputeció a la Fuerza Armada,

hizo del Congreso un chiquero,

suprimió el orden constitucional,

desconoció su firma y hasta su huella digital

con tal de no pagarle una deuda a la madre de sus hijos.



Habla de orgullo de sí mismo

el sujeto que quiso ser senador japonés

para obtener la inmunidad

que lo librara del alcance de la ley.





Habla de responsabilidad el hombre que

llenó 45 maletas de vídeos, dinero y botines diversos,

tomó el avión presidencial y

pasó de Brunei a Tokio (Nadie le creyó en su momento a Barba)

donde pidió asilo y

desde donde renunció por fax a la presidencia de la República,

es mas

la cínica de la Cuculiza insultó a Barba Caballero

alegando que su héroe jamás haría tal cosa.





Habla de amor por la patria

el jefe de una banda

que saqueó las cuentas del tesoro público

por un valor que los más conservadores

estiman en dos mil millones de dólares.

($ 2, 000' 000, 000 millones USA)





Habla del veredicto de la historia

el sujeto que estaba pescando en Iquitos

cuando la policía de La DINCOTE,

sin ninguna ayuda de Montesinos,

capturó a Abimael Guzmán,

el hombre que huyó del país

tras descubrirse cómo es que Montesinos

compraba esos congresistas

que hoy deben estar frotándose las manos.





Qué patético pobre diablo es Fujimori.



Se atribuye todos los poderes para las cosas que salieron bien,

y se pinta como un presidente

disminuido,

desinformado e

irresponsable

cuando le mencionan los asesinatos

que cometían los criminales

a los que él

felicitaba, ascendía y amnistiaba.



“Yo era comandante de Las Fuerzas Armadas

en el sentido en que un entrenador de fútbol comanda al equipo”,

dijo ayer destilando la esencia de su legendaria cobardía,

la que sin embargo

no aparentaba cuando estando en el poder

se atribuía todo el éxito y

manifestaba que el disponía todo como Jefe Supremo de las FFAA.





O sea que debemos alabarlo

por haber “comandado”

las fuerzas armadas que derrotaron al senderismo,

pero debemos exonerarlo de toda responsabilidad

cuando esas mismas fuerzas armadas

mataban ancianos, niños y mujeres

en las alturas de Ayacucho cuando ello salió a la luz.





Debemos agradecerle

el haber sacado al país de la crisis económica

en la que nos hundió Alan García

–quien hizo tanto para que Fujimori lo sucediera-,

pero tenemos que olvidar que

con él todos los derechos del trabajador fueron abolidos,

todo asomo de equidad fue perseguido,

toda corrupción en el proceso de las privatizaciones fue posible,

es decir

vendió toda la riqueza de la abuelita y su cofre quedó vacío...

porque quedó en manos de los corruptos.





Tenemos que decirle gracias

por la paz con Ecuador –Tiwinza incluida,

derechos de navegación ecuatorianos en ríos peruanos incluidos-

pero no podemos recordarle

su repugnante papel en la derrota peruana del Cenepa,

cuando nuestros soldados carecían de

logística,

comunicaciones y, en muchos casos,

de rancho y

de zapatos y

lo que es peor

ocultar la entrega de 42 Km2 en

la zona del Cucumaza Bumbuisa y el Yaupi Santiago.





Debemos ser gratos con su régimen

porque “refundó el país” (Fujimori dixit),

pero tenemos que olvidarnos de que

15 de sus ministros

o están presos

o están con orden de captura por ladrones.





Debemos ser fujimoristas

por las escuelas que sembró el Fonades,

pero no debemos

evocar la prensa inmunda que él creó

para ensuciar a sus adversarios y,

seguramente, “elevar el nivel cultural”.





Este demócrata que cerró el Congreso,

este honrado que

permitió la rapiña más grande de la que se tenga noticia,

este ciudadano ejemplar que convirtió a un edecán en fiscal

para entrar a robar maletas en la casa de Trinidad Becerra,

este hombre decente que tuvo como socio a Montesinos,

este estadista al que defienden sujetos como Saravá,

este ángel que vivió entre alimañas,

este hombre ejemplar que dio un golpe de Estado cuando su esposa,

en un rapto de bendita locura,

denunció los asaltos de la hermana Rosa y del cuñado Aritomi a lacaja de Apenkai,

este probo encubridor de Miyagusuku,

esta vergüenza que grita lo que lee y

juega con la voluntad de olvidar de los peruanos,

este señor Fujimori,

en suma,

sigue siendo exactamente el mismo miserable

que la miseria moral adora y hace suyo.





El secreto de Fujimori es que

ha convertido en socialmente exitosos

los peores vicios de la “peruanidad”:

la crueldad en el tumulto,

el cinismo como método y, sobre todo,

la cobardía elevada a la categoría de función vital.





El triunfo de Keiko Fujimori,

de darse,

será el resumen vistoso de la tragicomedia nacional y

una prueba de que hay países

económicamente pujantes y moralmente inviables.





Es decir

la misma sangre infectada corre ahora por las venas de Keiko Sofía,

en su desesperado afán

por intentar aspirar a La Presidencia,

utiliza la millonaria reserva

cínicamente robada a las arcas del Estado peruano,

con fines electoreros, y

realmente da pena ver que

existen aún muchísimos que siguen subyugados al fujimorismo y

gritan sin muchas veces terminar de entender lo que vociferan y

todo por haber recibido una miserable dádiva.





El poder judicial en alguna forma

le ha devuelto al país algo de dignidad, y

hubiera sido bueno que también

investiguen y repatrien

toda la millonaria caja fuerte

que el inestable Alberto Kenya Fujimori,

debe tener en Japón, y

que finalmente lo disfrutará su oportunista esposa nipona.....

y allí se cumple

"NADIE SABE PARA QUIEN ROBA...perdón PARA QUIEN TRABAJA....





Seria realmente una vergüenza nacional

que se permita que Keiko Sofia Fujimori

se postule por lo menos como candidata presidencial. .....

una señora sin ninguna experiencia laboral

consecuentemente sin bases de respeto al trabajador

ni al conocimiento de un solo sol logrado con el sudor de su frente,

ni que decir de su supina ignorancia en geopolítica

en una coyuntura del diferendo marítimo y

el contencioso de la Haya,

ni la percepción del manejo democrático del Estado,

sin ningún programa y

con una sola intención de amnistiar a su padre.



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Si te queda un poco

de amor por la patria y mucha dignidad...

circula este correo...

que lo único que lleva es

un refrescante toque a nuestra ingrata memoria,

que permite olvidar rápidamente

lo que pasa en nuestra patria.





Elijamos un Presidente que

verdaderamente represente a los peruanos,

no a la hija de un japonés

que los mismos japoneses

se averguenzan de tenerlo como compatriota,

no a la hija de un delincuente comprobado,

recuerda:

"los hijos son reflejo de los padres".





Crees que

la hija de un japonés

casada con un extranjero

pueda amar al Perú?,



sería iluso creer que sí.

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