.Por Augusto Álvarez Rodrich
Cuando Castañeda habló, empezaron sus problemas.
Al margen de cómo le vaya a Luis Castañeda en las encuestas de esta semana, creo que el ex alcalde ha realizado la peor campaña de esta temporada y en esta columna se lo voy a explicar por qué.
Castañeda era, hasta no hace mucho, el puntero y gozaba en las encuestas que ahora insulta de una abultada aprobación de 80% como alcalde. ¿Cuándo se empezó a joder su candidatura? Como muchos previeron, eso ocurrió cuando, por la presión priopia de una campaña, tuvo que empezar a hablar.
Su gestión municipal ha sido, por las obras hechas, muy importante para la ciudad y para darle dignidad a su población pobre –las escaleras o los clubes zonales, por ejemplo–, a pesar de que no le interesó el crecimiento de la inseguridad ciudadana ni la falta de transparencia suya ni de su equipo de trabajo.
Esto último ha sido, precisamente, un lastre de su campaña por las legítimas y graves acusaciones por asuntos escandalosos como Comunicore o los pagos absurdos hechos a entidades como la OIM para obviar la supervisión de la Contraloría.
Pero tan perjudicial como eso para su candidatura han sido sus respuestas al periodismo que lo denuncia y critica, lo cual se condice con la percepción de “chantajistas” que, según los wikileaks, Castañeda tiene de los periodistas, con la excepción de los medios que lo adulan y engríen durante esta campaña. ¿O es a esos periodistas a los que se refiere el ex alcalde?
Castañeda ve ‘complots’ y ‘guerra sucia’ en toda discrepancia o cuestionamiento, y tilda de ‘toledista’ a todo el que lo critica. Esto refleja una arrogancia injustificada que, además, es transmitida con un tono quejón que ya cansó a muchos.
De otro lado, su lista parlamentaria es –con pocas excepciones– mala, por la inclusión de una colección de tránsfugas donde hay varios impresentables. Esto, sin embargo, va de la mano con el estilo de Castañeda al expresarse en público, plagado de ataques que van desde la homofobia, al error tonto, y hasta el chavetazo sin elegancia. Expresión de ello es el pasquín ‘La hora loca’ para atacar a sus rivales con el biombo del humor.
Asimismo, su campaña ha estado mal estructurada. Desde el anuncio de la plancha, con una señora cuyo mérito se supo al toque –aportar S/.700 mil y varias camionetas–, hasta la falta de rumbo de su estrategia, donde el asesor venezolano Juan José Rendón se volvió más interesante que el candidato.
Pero el problema principal de Castañeda es el padrinazgo de Alan García, quien –como recordó esta semana Carlín– se volvió el señor ‘Redondón’ que remplazó a Rendón como jefe informal de su candidatura. Quizá olvidó que, últimamente, el presidente no ha podido hacerle ganar una elección a ninguno de sus ahijados de turno. Como va, ahorita lo pasa Ollanta Humala.
domingo, 27 de febrero de 2011
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