martes, 22 de diciembre de 2009

Batman y la Batichica

Ahora que Carlos Raffo anuncia que el fujimorismo, reciclado y “colaborado” por el doctor García, “arrasará en las elecciones del 2011”, ahora es bueno recordar algunas cosas que escribiéramos cuando muchos coleguitas ejercían el más antiguo de los oficios (o sea el de callarse). A recordar esas felonías nos dedicaremos en los próximos días. Esta es la primera entrega.A mí me gusta Mónica Delta cuando hace de Batichica del añoso Batman que controla Panamericana en nombre del gobierno. Es linda en su papel de neutra fingida y colaboracionista a tiempo completo. ¿Cómo hará con su conciencia? ¿Ignora que esta es una sucia dictadura y que hacer el papel que ella hace no va a ser olvidado fácilmente? ¿Cree que se puede ser ama de llaves mediática y señora al mismo tiempo? ¿Y cómo hará gente tan fina y decente como Claudia Doig para no vomitar en cámaras cuando le alcanzan esos libretos hechos por Borobio, esas noticias trabajadas en el SIN, esos miedos hongueados en la oficina de Crousillat papi? ¿Y cómo hará mi amigazo Eduardo Guzmán para conservar la compostura cuando le pasan en el teleprómter las mentiras más nauseabundas sobre la oposición? ¿Y cómo hará mi adorable amiga Claudia Cisneros para no levantarse de la silla y mandar todo al diablo cuando debe prestar su cara para los “psicosociales” diseñados en las alcantarillas del SIN? ¿Y cómo hará Alancito Rivera para entrevistar al tipo de CPI que asegura que Fujimori barre con 56% y que todos los demás son perdedores puros? ¿Cómo hacen? ¿Se toman un antiemético, o sea un antivomitivo? ¿Se fuman un troncho para olvidar quiénes son, qué fueron, qué serán? ¿Consideran fríamente que ellos no son los responsables porque sólo prestan sus bustos parlantes? ¿Sí? ¿Esa será la coartada? ¿Decir que yo sólo soy un empleado, que necesito un sueldo, que yo no hice este mundo? Me imagino que eso mismo se dirán los empleados de la televisión cubana, atrapados en la lógica de la dictadura que aniquila al individuo y destroza la dignidad social. Pero en la dictadura de Castro no se roba como en la de aquí. Y por lo menos Castro –hay que reconocerlo- no se dice demócrata. Fujimori, en cambio, sí se proclama honrado. Y Claudia Cisneros tiene que ponerlo en escena, junto a Eduardo Guzmán. ¿Cómo hacen para aparentar limpieza cuando hacen un trabajo tan sucio?

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