domingo, 27 de diciembre de 2009

Indulto a Crousillat fue una trafa

Exclusivo. Razón humanitaria para conceder gracia presidencial no se justifica. Tres informes médicos del INPE demuestran que empresario estaba clínicamente estable antes de ser indultado. Incluso levantaba pesas.

Miguel Gutiérrez R.

El presidente Alan García indultó el pasado 10 de diciembre al empresario televisivo José Enrique Crousillat López Torres, condenado a 8 años de prisión por haber recibido 69 millones de soles de Vladimiro Montesinos para alquilar la línea editorial del canal 4.

En la resolución suprema del indulto aparece como causal para concederle la gracia a Crousillat el tener más de 65 años, y aunque no presente una enfermedad no terminal, la naturaleza de las condiciones carcelarias puede poner en grave riesgo su vida.

Sin embargo, este argumento sería incorrecto si se evalúan detenidamente los informes médicos elaborados por el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) al broadcaster meses antes de que este sea indultado, y a los cuales tuvo acceso este diario.

Dichos documentos son actas de las juntas médicas penitenciarias de la Oficina Regional del INPE realizadas para evaluar las condiciones de salud de José Enrique Crousillat.

Tres evaluaciones fueron efectuadas a Crousillat por personal médico del INPE mientras duró su internamiento en la clínica El Golf: la primera del 5 de noviembre del 2008, la segunda en febrero de este año y la tercera en marzo del 2009.

Los doctores coinciden de manera contundente en las tres evaluaciones en que el reo está “clínicamente estable” y debe “retornar inmediatamente a su establecimiento penitenciario de origen”.

Corriendo y haciendo pesas

La tercera acta de la junta médica del 6 marzo de este año es el documento más preciso respecto al estado de salud de Enrique Crousillat y contradice la versión de sus familiares y abogados.

Los médicos del INPE diagnostican que el empresario tiene una “hipertensión controlada (con medicamentos y marcapasos) y que está clínicamente estable”. Los mismos recomiendan que (Crousillat) “debe retornar inmediatamente a su penal de origen” y solo continuar con “terapia indicada por especialidad”.

“Se examinó al interno arriba descrito, a quien encontramos a las 10:40 en el gimnasio de la clínica realizando ejercicios intensivos en máquinas (brazos). Luego de lo cual se trasladó caminando y subiendo escaleras raudamente ingresando a su habitación”.

Más adelante, en las observaciones, los médicos agregan que “es necesario recalcar que el in-terno fue encontrado en el gim-nasio de la clínica realizando actividad física intensa y trabajo en máquinas.

¿Por qué no se ejecutó el retorno de Crousillat a la prisión tal como se recomendó en los tres informes del INPE?
Cambia el diagnóstico

Se solicitó una entrevista al presidente de la comisión de indultos, el aprista Miguel Facundo Chinguel, pero al enterarse de nuestra intención de revisar el expediente de indulto de Crousillat, este nunca se presentó a la entrevista.

El 19 de junio, tres meses después del último informe, se rea-lizó otra evaluación, pero en esta ocasión fue llamado un médico del Ministerio de Salud y otro de Essalud. No fue convocado el médico responsable del Instituto Penitenciario.

El presidente terminará por otorgar el indulto según un cuarto informe médico que, a diferencia de las primeras tres evaluaciones médicas, agrega que Crousillat sí presenta “una enfermedad ateromatosa de arterias carotideas severa y una enfermedad vascular cerebral”.

Se añade al expediente de su indulto el informe del doctor de cabecera de Crousillat que indica que su paciente tiene un síndrome ansioso depresivo, por lo que recomienda que “por ningún motivo debe reingresar al centro penitenciario porque de no seguir el tratamiento se pone en riesgo su vida”.

De acuerdo con sólo estos dos últimos informes y no con los anteriores, se concluye que el solicitante debería ser perdonado judicialmente.

Informe decía que se podía morir

Durante la segunda evaluación médica del Instituto Nacional Penitenciario-INPE a Crousillat, este mostró la copia de un informe realizado por un cardiólogo del hospital 2 de Mayo el 28 de enero a pedido suyo.

Dicho informe, el cual no constaba en su historia clínica, concluye que el paciente “debe continuar con estrecha vigilancia de personal médico, paramédico y de laboratorio, ya que en cualquier momento puede presentar un cuadro de trombosis, lo que lo llevaría a la muerte súbita”. El diagnóstico sería utilizado por el médico de Crousillat para solicitar su indulto meses después.

Sin embargo, este diagnóstico no coincide con la opinión de los médicos en la que se señala que no hay evidencias para suponer que la vida del paciente corra peligro.

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