domingo, 25 de julio de 2010

LA FIESTA Y EL CAOS

Por: Jorge Paredes L
En sus primeros veinticinco años de vida independiente, el Perú tuvo alrededor de veinte presidentes, siete constituciones y dos guerras externas, con Chile y Bolivia; un período de enorme inestabilidad política y social, un tiempo de ideas y jornadas heroicas, como las de Ayacucho; pero también de golpes de Estado y de caos. ¿Cómo explicar esta etapa de nuestra historia? El historiador Alejandro Rey de Castro, autor de “Republicanismo, nación y democracia”, un libro que recorre los primeros 25 años de nuestra vida independiente, dice que para entender este momento hay que mirar el período precursor que va de 1780 a 1820, desde la rebelión de Túpac Amaru hasta la llegada de San Martín al Perú. Es en este tiempo cuando se cuaja la idea de la independencia, “cuando los criollos se dan cuenta de que España no les concederá el gobierno liberal que anhelan”.
¿Monarquía o república?El primer gran debate en el Perú, después de 1821, fue cuál sería el rumbo del país, ¿monarquía constitucional o república? “Triunfó la opción republicana por varios motivos”, explica Rey de Castro: “primero porque en el Perú no había ningún príncipe o noble que tuviese la legitimidad para ser rey. Si bien existía una nobleza criolla, esta no tenía la suficiente autoridad para gobernar; y segundo porque la opción republicana significaba también la modernidad política, era seguir el paradigma iniciado por Estados Unidos y las demás naciones americanas”.
Orden y libertadGran parte del libro de Rey de Castro analiza el intenso debate que se suscitó en la época: los liberales creían en un régimen republicano, como José Faustino Sánchez Carrión (1787-1825); y en la otra orilla estaban los que defendían el orden a través de un estado fuerte, a ellos el historiador llama “autoritarios”. Entre estos últimos estaban Bernardo de Monteagudo (1790-1825), José María Pando (1787-1840) y Agustín Gamarra (1785-1841).
Poder mestizoDespués de la partida de Bolívar en 1826, la pugna por el poder fue una lucha sin cuartel. Ante la imposibilidad de la élite criolla de establecer un gobierno, aparecieron en escena los caudillos militares. “Los tres líderes más importantes que tuvo el Perú en esos 25 años fueron mestizos: Agustín Gamarra, Andrés de Santa Cruz (1792-1865) y Ramón Castilla (1797-1867). En el libro describo las pugnas y alianzas que tejieron, pues tan pronto como eran aliados eran enemigos. Santa Cruz y Gamarra eran compañeros, pero después terminaron enfrentados en la Confederación Peruano-Boliviana. Gamarra se unió a los chilenos para derrotar a Santa Cruz, y en 1839, cuando tomó el poder, lo primero que hizo fue tratar de incorporar a Bolivia. En 1841 es derrotado y muerto en Ingavi. Los tres años siguientes fueron los más caóticos en la historia del Perú. Se sucedieron constituciones y presidentes (dos o tres al mismo tiempo), lo que termina en 1845 con la elección de Castilla”.
Como escribió Basadre, después de 25 años, ni liberales ni autoritarios habían logrado consolidar sus proyectos políticos. Con la llegada de Castilla al poder, el Perú encontró estabilidad gracias a un nuevo recurso: el guano. Pero esa es ya otra historia.
¿Héroes o villanos?Según Alejandro Rey de Castro, los caudillos militares fueron un mal necesario. “Esos primeros 25 años nos dejan la lección de que cuando existe vacío de poder, y no hay una élite dirigente, con legitimidad y proyectos, prospera el militarismo. Eso lo hemos constatado con pesar a lo largo del siglo XX”.

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