La oferta de misiles rusos a Bolivia parece una historia clásica en el negocio de las armas, por no decir en el colonialismo comercial. Apareció en los medios como un implícito deseo del gobierno de boliviano, pero quizás voces discordantes obligaron a Leonid Golubev, embajador de Moscú en La Paz, a precisar que no es un pedido de Bolivia sino una propuesta rusa, en el contexto de una lista de compras de Evo Morales.
Estos misiles SAM-300 serían la colita de los US$ 5,000 millones de adquisiciones bélicas venezolanas a Rusia, enorme compra que es a su vez parte de la reacción de Hugo Chávez al tratado de acceso de aviones militares de EEUU a bases colombianas. En varias ocasiones Chávez ha dicho que se siente amenazado. En otras palabras, el Alba se está armando en previsión de situaciones militares.
Es probable que Rusia haya visto una oportunidad que no es solo comercial, sino geoestratégica: una ficha para negociar con Washington. El Renmin Ribao de Beijing, otra capital que avanza sobre la región, cita al locuaz Golubev diciendo que “Bolivia es la punta de lanza de nuestras políticas en la región. Con resultados positivos en la economía, el peso político de nuestro país en América Latina se vuelve más importante e influyente”.
Uno hubiera pensado que hay varios países más importantes para el papel que atribuye Golubev a Bolivia. Pero igual la idea de punta de lanza es sugerente, sobre todo si consideramos que Bolivia está estratégicamente ubicada. Algo que también pensaron Ernesto Che Guevara (aunque entonces los soviéticos no pensaban igual, ni vendían armas al sur de La Habana) y antes de él René Zavaleta Mercado.
Extrañamente en el diario chino Rusia aparece ofreciendo los misiles como un donativo, al lado de asesoría nuclear y de lanzamiento de satélites. Full amistad ruso-boliviana. Pero un donativo que no es ofrecido, sino que podría materializarse “si Bolivia se lo pide”. Hasta el momento el gobierno de La Paz no ha materializado el pedido en el tipo de documento que el ruso reclama.
Pero la gestión de ventas es insistente. Un par de agencias de cables citan a Golubev diciendo que los misiles son “un componente fundamental”, para la defensa de Bolivia por tratarse de un país que está rodeado de otros con unas modernas flotas de aviones de combate. Para el diario español es obvio que se refería a Chile y a Brasil, pero no elabora sobre un posible casus belli.
Con el armamentismo que flota en la región hoy no es difícil vender armas, y menos donarlas. Pero no olvidemos que también las cosas donadas luego precisan adquisiciones para su mantenimiento. Bolivia, con su énfasis ideológico y su buena marcha económica, se ha convertido en una perita en dulce. Quizás pronto también en un portaaviones venezolano.
Por: Mirko Lauer
domingo, 18 de abril de 2010
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