Una de las funciones que deberá asumir la próxima gestión municipal será la salud en la ciudad. Ello implica una serie de temas que rebasan el ámbito sólo municipal para convertirlo en un asunto del gobierno regional.
La próxima alcaldesa de Lima deberá asumir, entre otros temas, la gestión de la salud que el MINSA aún mantiene. Ello porque Lima es la única región del país que se ha negado a aceptar las competencias y funciones que como gobierno regional le corresponden. Se trata de una oportunidad interesante que debería contribuir a la construcción de un sistema de salud equitativo, y a transitar de la atención de la enfermedad a la promoción decidida de la salud y de la relación adecuada con el entorno.
Administrativamente Lima alberga tres direcciones de salud: Lima Sur, Lima Este y Lima Ciudad (que comprende todo lo que no considera Lima Sur y Lima Este). Estas DISAS tienen cierta autonomía pero su presupuesto sigue integrado al del MINSA; la transferencia de funciones y competencias incluirá el traspaso del presupuesto. El aparato institucional que asumirá la Municipalidad de Lima es relevante: 30600 trabajadores y unos 365 establecimientos de salud.
Radiografía
Estos establecimientos están repartidos de la siguiente manera: DISA Sur 114 (80 puestos de salud, 33 centros de salud, 1 hospital); DISA Este (50 puestos de salud, 58 centros de salud, 6 hospitales); DISA Lima Ciudad (38 puestos de salud, 89 centros de salud, 10 hospitales). Los trabajadores de estos establecimientos lamentablemente tienen dos condiciones laborales; de los 30600 el 60% se encuentra nombrado, y el 40% en una modalidad denominada CAS, que sólo incorpora la afiliación a Essalud; por ello, uno de los retos de la futura gestión será ir igualando las condiciones laborales, y reorganizar la actual repartición de establecimientos adecuándola a la realidad poblacional/territorial.
La envergadura de la tarea es enorme y de su mala o buena gestión puede depender el futuro político de quienes manejen el municipio. El actual alcalde de Lima, calibró adecuadamente para sus intereses el no haber asumido las funciones de salud, ya que de haberlo hecho varios incendios habría tenido que sofocar. Además, la Municipalidad de Lima en la actual gestión ha montado un sistema paralelo que se maneja desde intereses no públicos: Los Hospitales de la Solidaridad; este sistema sin duda deberá ser analizado detenidamente para conocer la cantidad de recursos que han ingresado en los últimos años a las empresas que los han gestionado, y para hacerlos trabajar en una lógica de sistema integrado de salud.
Ciudad y enfermedad
Además de este pasivo político, la Municipalidad de Lima deberá enfrentar un perfil de enfermedades complejo, que acaso en la alta prevalencia de TBC refleje de las inequidades sociales. Ello porque la TBC es el símbolo de la pobreza, por lo que si realmente la pobreza habría disminuido como se presenta, la TBC debería haber disminuido al menos en la misma proporción; pero no, se ha mantenido estable y en muchos distritos aumentado considerablemente.
Las consecuencias de los accidentes de tránsito son otro tema clave para una adecuada política de salud, ya que sólo la DISA Lima Ciudad el primer semestre de este año ha registrado 3100 lesiones por accidentes; y qué decir del dengue, que se creía una enfermedad extinguida, pero de la cual se han registrado casi 100 casos en este mismo periodo; o el VIH con sus 16000 casos acumulados desde la aparición del virus; además de las negligencias médicas que siguen produciéndose en la total desprotección de los usuarios; o de un aseguramiento universal que consolida una lista excluyente de atenciones para pobres opuesta a una real universalización. Además, contamos con una salud mental muy afectada por la violencia en las calles, en las casas e impulsada desde muchos medios de comunicación
Hacia la promoción
¿Tienen los candidatos idea de la magnitud de asumir las competencias en salud y cuentan con los equipos capaces de poner el sistema al servicio de la población? Esperemos que sí, que la tendencia de privilegiar el negocio privado en salud se revierta, y de paso a una lógica en la que los servicios se encargan de atender las enfermedades, pero el sector se compromete con la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad; de lo contrario, persistirá en la ciudad la corriente que ha hecho del MINSA un ministerio de la enfermedad y no de la salud.
Ese giro implica toda una nueva visión de la responsabilidad del sector salud, que pasa por un cambio progresivo en la mentalidad con que se manejan los establecimientos. Además, implica que la salud se relacione decididamente con todos los otros sectores que permiten construir una mejor forma o hábitos de vida. Habrá que preguntar en esta recta final a los candidatos si realmente se atreverán a tomar al toro por las astas o buscarán las excusas de siempre para no asumir lo que como Gobierno Regional les corresponderá. El actual alcalde pasó piola ocho años como alcalde únicamente; la siguiente será alcaldesa, y también presidenta regional, con todo lo que ello implica, incluida la salud.
Alexandro Saco
Colaboración
domingo, 19 de septiembre de 2010
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