El hallazgo de un pututo en la tumba 16, el último contexto funerario descubierto en el complejo arqueológico Huaca Rajada-Sipán, ha dado pistas sobre otro personaje de élite de los señores
El personaje principal de la denominada tumba 16 del mausoleo real de los señores Sipán, en el complejo arqueológico Huaca Rajada, salió a la luz entre medio centenar de coronas, diademas, porras, máscaras, narigueras, estólicas, un cetro de mando y pectorales de cobre dorado.
Los arqueólogos Walter Alva y Luis Chero estuvieron a punto de convencerse de que se trataba de otro sacerdote-guerrero, muy parecido al que en el 2007 originó la construcción del museo de sitio de Huaca Rajada-Sipán, en el distrito de Zaña, debido a la gran cantidad de objetos que poseía cuando fue descubierto.
En efecto se trataba de un personaje de élite, pero faltaba un detalle más para lograr la identificación total del misterioso personaje de la tumba 16. Casi al final de la excavación, la aparición de un objeto singular colocó en otra jerarquía a este antiguo mochica enterrado con dos acompañantes: un adolescente de 16 años y una mujer rodeada de algunas piezas de cerámica.
TROMPETA DE CARACOL
El detalle que faltaba era nada menos que una trompeta de caracol o pututo, el primer instrumento de viento encontrado en una tumba de Sipán. El objeto fue colocado sobre el abdomen del personaje y debajo de una pesada capa de metales con los que este hombre fue enterrado hace unos 1.800 años.
Según Walter Alva, el personaje principal de la tumba 16 probablemente estuvo adscrito a los rituales más importantes y formaba parte del entorno de los señores Sipán. Esta última es la denominación que comprende a los personajes de élite hallados en el mausoleo de Huaca Rajada, como el Señor de Sipán [1.600 años de antigüedad], el Viejo Señor [1.500 años de antigüedad] y dos sacerdotes guerreros de 1.700 años de antigüedad.
El trompetero de la tumba 16 guarda parecido con las imágenes iconográficas que aparecen en diversas piezas de ceramio mochica, en las que se alude a desfiles militares que acompañaban al séquito de los señores Sipán o de la élite gobernante, precisó Walter Alva.
En el mencionado contexto funerario también se hallaron armas de guerra, un cetro y otros emblemas propios de un personaje del más alto rango. Quizás un aspecto importante de la jerarquía de este hombre sea el hecho de que fue enterrado en el entorno de la tumba de élite del Señor de Sipán. A menos de diez metros de este gobernante mochica.
PESQUISA ARQUITECTÓNICA
Recientemente se han retirado de la tumba 16 la osamenta de este personaje, que se someterá a estudios de antropología física y carbono 14 para determinar sus características físicas y su antigüedad. Cuando las investigaciones concluyan, los restos del trompetero real junto con la serie de objetos con la que fue descubierto serán restaurados para ser parte de la exposición permanente del Museo de Sitio de Huaca Rajada-Sipán.
Por otro lado, José Bonilla, uno de los arqueólogos residentes en el complejo arqueológico, refirió que en las últimas semanas se ha iniciado la investigación arquitectónica del Mausoleo Real de Sipán, donde se han detectado varios detalles que permitirán entender la secuencia de las 16 tumbas descubiertas hasta el momento.
“Se han encontrado detalles arquitectónicos importantes, como un corredor que fue sepultado para dar paso a una remodelación del templo. Tratamos de identificar toda la arquitectura para entender la secuencia de las tumbas y el resto de la construcción. Se trata de elementos que tienen que ser perfectamente interrelacionados para conocer la superposición de las tumbas y su antigüedad”, detalló.
EN PUNTOS
El cetro encontrado al trompetero de la tumba 16 es muy parecido al hallado en la tumba del Viejo Señor de Sipán.
La excavación de la tumba 16 se inició en mayo de este año. Las excavaciones en este punto concluyen en diciembre.
Debajo de la osamenta del trompetero real se han encontrado también un juego de porras de guerra, vestimenta especial elaborada con algodón nativo y otros instrumentos militares.
El complejo arqueológico de Huaca Rajada-Sipán tuvo una vigencia de más de 500 años, lo cual significa que los mochicas empezaron a construir el edificio en el siglo II de nuestra era.
En la plataforma funeraria de adobe, de 120 metros de largo por 60 de ancho y 12 metros de alto, se han identificado nueve fases arquitectónicas
domingo, 7 de noviembre de 2010
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