.Por Humberto Campodónico
Es ampliamente conocido que en varios países de la Región existen las pensiones sociales (cuyo nombre “técnico” es Pensiones No Contributivas). Si usted desea ver cómo esta se aplica en Brasil, debe ir a la página web www.previdencia.gob.br. Para Argentina ingrese a la Administración Nacional de la Seguridad Social, www.anses.gov.ar. Si desea saber sobre las pensiones sociales chilenas, creadas en el 2008 por la presidenta Bachelet, ingrese a la SubSecretaría de Previsión Social, www.subprevisionsocial.cl.
En el Perú, la propuesta de Gana Perú para la Pensión 65 (pensión social) nos pondría al día con los países arriba mencionados. Uno de los ejes centrales de la Pensión Social es que reconoce el trabajo realizado por millones de ciudadanos durante toda su vida y que –por distintos motivos– no contribuyeron a un sistema de pensiones.
Así, el otorgamiento de una pensión para estos ciudadanos en la tercera edad –aunque sea con montos pequeños– tiene un enorme significado de inclusión social: la sociedad se reconoce como una sola y asume el reto y el esfuerzo de otorgar una pensión social a sus ciudadanos más pobres en sus años más difíciles. No solo eso. Diferentes estudios hechos por organismos y consultores internacionales resaltan el impacto positivo en el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad) debido a las pensiones sociales.
Sin embargo, en el Perú este programa ha sufrido fortísimos ataques, casi todos ellos orientados a “bajarse” el Programa Pensión 65 con el argumento de que “no es financiable”. Aquí nos planteamos la pregunta: ¿por qué entonces Argentina y Chile pueden y en Perú no se puede? Algunos dirán que allá la cantidad de empleos es mayor que en el Perú, lo que hace disminuir, en términos relativos, el número de pensiones sociales. Cierto. Pero lo que debe evaluarse es el esfuerzo fiscal de estos programas.
Veamos. En Chile y Argentina las pensiones sociales en el 2009 fueron el 0.67 y el 0.71% del PBI, respectivamente. En el Perú su aplicación será gradual y focalizada, estimándose que el primer año (2012) se desembolsarán S/. 722 millones, el 0.38% del PBI. Lo que quiere decir que el esfuerzo fiscal es menor y que aumentará gradualmente, a medida que aumenta el PBI.
También se ha dicho que la Pensión 65 “se financiará” con el dinero de los aportantes a las AFP. Esto ha sido desmentido en repetidas oportunidades, pero siguen los ataques como parte de la “guerra sucia”. También se “infla” el monto de la Pensión Social y, acto seguido, se calcula a cuánto equivale como % del IGV. Hecho esto se dice que para financiar el Programa se aumentaría el IGV en 6%. Puede apreciarse que el “ingenio” de los atacantes no tiene límites.
El fondo de la cuestión es que no se dan cuenta de que estos ataques son sumamente impopulares pues –como se ve en las encuestas– la población afirma que está a favor de la Pensión 65 y que este programa no va a tocar los fondos de la AFP. Así las cosas, pareciera que lo mejor que le puede pasar a este programa es que… lo sigan atacando.
Nota: En el artículo “Unas gotitas de chorreo” del sábado pasado no apareció, por error, el título del gráfico: “Perú 1992 - 2000: Financiación de los Programas Sociales”. Las fuentes son los CD-ROM publicados por el MEF en el 2001 acerca del uso de los dineros de la privatización, así como el informe “Los nuevos mandatos del BID y del Banco Mundial en el Perú”, FLACSO, Buenos Aires, 1999, elaborado por el autor.
miércoles, 25 de mayo de 2011
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