El Doc ha vuelto
La desesperación por defender un estado de cosas cuya transformación en democracia reclama la ciudadanía está endureciendo la guerra sucia que busca amedrentar a los ciudadanos para evitar el cambio, forma de manipulación de las conciencias que ya fracasó en LA PRIMERA vuelta y que merece el creciente repudio ciudadano.
El uso de la mentira y de las verdades a medias para distorsionar o desacreditar las propuestas, declaraciones o iniciativas del candidato ganador de LA PRIMERA vuelta electoral son moneda corriente en la mayoría de los medios de comunicación.
Un día atacan ululantes tal o cual aspecto del plan de gobierno de Gana Perú, al que han hecho una lectura interesada y manipulatoria. Y cuando el candidato o su entorno hacen las aclaraciones, pretenden seguir confundidos. Lo acusan de intolerante y radical y, cuando hace gestos indudables de apertura, diálogo y concertación y hasta se declara dispuesto a modificar el programa, lo acusan sibilinamente de inconsecuencia por no haber insistido en el programa que los críticos satanizaban con furor.
A la campaña se ha sumado, en forma irresponsable e ilegal, el ministro de Economía y Finanzas, quien pretende culpar al triunfo electoral del candidato de Gana Perú, o sea a la voluntad popular, de una supuesta desaceleración de la economía y de una incertidumbre que él y los medios que temen a cualquier asomo de cambio se han encargado de sembrar de manera, por lo demás, criminal, dañando la economía que dicen querer preservar.
Esas prácticas suenan familiares a quienes vivieron los días del siniestro asesor de inteligencia del padre de la candidata a la que, sin decirlo y a veces hasta negándolo, sirven los operadores de la guerra sucia, que paradójicamente se proclaman defensores de la legalidad y la democracia.
Sabemos que la campaña no quedará allí y que los enemigos del cambio en democracia preparan verdaderos psicosociales, del corte de los montesinistas de la negra década de los noventa, cuando se compraban canales, radios y diarios, con el dinero de la corrupción.
La campaña se va a poner más dura conforme avancen los días y se acerque la hora del veredicto, que ya se siente en las calles, donde la campaña de mentiras no tiene éxito y donde ganan a diario batallas el entendimiento, la esperanza y la fe en un futuro mejor para la Patria y las nuevas generaciones.
Los psicosociales tratarán, por ejemplo, de mostrar al vencedor de LA PRIMERA vuelta como instrumento de intereses foráneos, como si no hubiera dado ya plenas pruebas de autonomía y seriedad. Los peruanos de bien están advertidos. Y los que han emprendido el camino de la mentira y los psicosociales tendrán la respuesta de rechazo y desprecio que merecen.
sábado, 14 de mayo de 2011
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