Energía eléctrica peruana en manos de empresa chilena, con capitales españoles. Hace unos días se cerró el trato de venta del 29.4% de las acciones de la Empresa Generadora de Energía Eléctrica (Edegel), con lo que la transnacional Endesa Chile se hizo propietaria del 62,46% de acciones de la nacional.Sin embargo, la empresa, ahora, dueña de la electricidad en nuestro país, tiene un antecedente que hace sospechar el surgimiento de serios conflictos sociales en nuestro territorio, pues en la mayoría de países donde opera ha sido denunciada por violar los derechos humanos de sus trabajadores, expropiar tierras de propiedad ancestral, y dejar sin vivienda a cientos de miles de pobladores nativos. Por ejemplo, en tierra de su principal operador latinoamericano, Chile, Endesa trató de sobornar a las comunidades mapuches, a través de la oficina de Carabineros, para que la localidad de Panguipulli desista de su oposición al proyecto hidroeléctrico Neltume, que daña el medioambiente de la zona.Un caso emblemático del afán destructor de la española-chilena Endesa se dio en Nicaragua, donde el proyecto de construcción de una represa, para incrementar la capacidad de generación de energía para exportarla, no reparaba en que destruiría una enorme extensión de áreas verdes, ríos, desapareciendo los campos para el ganado y las aguas para la pesca, en la zona de Bocana de Paiwas, afortunadamente la comunidad internacional y los protectores del medio ambiente y de los derechos humanos evitaron que se concrete, hasta ahora.Con estos cuestionables antecedentes, no será de extrañarse que en un corto plazo Endesa Chile se convierta en protagonista de violaciones a los derechos y a propiedades de comunidades indígenas en el país.
domingo, 25 de octubre de 2009
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